Amar sin conocer (Argumento)

Amar sin conocer

Amar sin conocer, Zarzuela en tres actos se estrenó en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, el día 24 de Abril de 1858. Su libretista, Luis de Olona. Música de Francisco Asenjo Barbieri y Joaquín Gaztambide.

Acto I

En los jardines del Palacio Real se celebra un baile al que asisten nobles, caballeros y damas. Fabricio se encuentra al lado del Marqués esperando una ocasión para hablar con él. Le dice que viene de Zamarramala recomendado para que le de un puesto en las provisiones de paja y cebada. El Marqués no le promete nada. Fabricio está enamorado de la hija del jardinero de palacio, a la que espera ver en la fiesta. En la misma fiesta se encuentra Laura, Condesa del Puerto, que ha rechazado al Marqués y de la que se comenta que quiere meterse monja; viene con su tía y el Barón que pretende a ésta. Aparece en escena Don Alvaro, alférez del ejército del rey, hombre honesto pero de poca fortuna, que se ha enamorado de la Condesa. Don Alvaro viene a ver su tutor que resulta ser el Barón para que interceda por él ante el jefe de su regimiento y le permita retrasar su marcha unos días, pero el Barón no hace caso a sus súplicas. El Rey se entera de que Laura está decidida a entrar en un convento y la manda llamar y ésta le confiesa que ha tomado esa resolución porque está enamorada de alguien a quien ni siquiera conoce. El Rey compadecido la promete que si es un hombre de bien, lo elevará a la condición necesaria para que sea digno de ella.
Entretanto, Fabricio consigue entrevistarse con su amada Juana, que viene acompañada de Bartolo, amigo de ambos, que también la pretende. Juana les trae dos trajes de dominó para que se los pongan y puedan pasar toda la noche juntos sin que su padre se entere; Juana se aleja un momento y en ese instante aparece Don Alvaro que le pide a Fabricio prestado el traje y se lo lleva con promesa de devolverlo pronto. Don Alvaro se pone a cantar una bella canción de amor por el lugar por donde pasa Laura y ésta le reconoce como el hombre que quita sus sueños y le persigue para tratar de hablar con él. El Marqués que está oculto lo ve, se siente despechado y decide vengarse, se encuentra con Bartolo y le pide el otro traje de dominó y disfrazado con él logra dar alcance a Don Alvaro, discuten y se retan a un duelo. El duelo se celebra pero es interrumpido bruscamente y Alvaro ha de huir malherido en un brazo. Entretanto Fabricio que ha ido en busca de Juana a su habitación maliciosamente aconsejado por su rival Bartolo, ha sido sorprendido por el padre de ésta y le ha herido en un brazo. Se deja correr la voz de que el amante de Laura ha sido malherido en un brazo y se produce una confusión en la que Fabricio es confundido con éste y llevado ante el Rey, que, creyendo del que Laura le habló, le perdona. La misma Laura que no conoce personalmente a su amante cree que es él y se siente conmovida. Contribuye a la confusión el hecho de que Fabricio lleva en la mano una tierna nota que Don Alvaro en su huida le entregó para que se la hiciera llegar a la Condesa.

Acto II

En casa de la Duquesa, tía de la Condesa, se preparan las nupcias de ésta con Fabricio, ella aún no ha tenido oportunidad de intercambiar más de dos palabras con él y se cree muy enamorada, en cambio la Duquesa se sorprende de que tal personaje haya podido enamorar a su sobrina. Entran unos soldados que dicen haber arrestado al ofensor de la Condesa el día anterior y la Condesa decide recibirle y pedirle explicaciones. Ambos se entrevistan y Alvaro siente crecer su amor por ella que ignora quién es él se muestra displicente y ofendida. Alvaro se entera de que ella se va a casar y se siente muy desgraciado. El Marqués que ha apoyado la boda de Fabricio con ella siente que sus planes están en peligro al ver llegar a Alvaro. Por fin se produce una entrevista entre Fabricio y la Condesa, pero ante su sorpresa él no es capaz de articular palabra y cuando finalmente se arranca le recita unos versos de pésimo gusto. Juana, la novia de Fabricio y Bartolo llegan al palacio para pedir a la Condesa, de la que Juana es protegida, que sea su madrina porque su padre por fin ha accedido a que se case con su amado, allí se entera de que éste es el futuro de la Condesa y se siente traicionada, y requerida por la Condesa para que diga quien es su enamorado, señala a Bartolo. Ha llegado el notario para casar a los novios y Laura está desesperada porque no sabe que hacer para librarse de la boda. El Marqués se ha encontrado con Alvaro que le ha contado su situación y confesado que cree que va a ser declarado desertor por no haberse presentado en el regimiento; para deshacerse de él le pide que se meta en el despacho privado de la Condesa y por allí huya. Llegado el momento del casamiento por el notario y estando ya todo a punto, se oye el canto de Alvaro que ha entonado la misma canción que cantó la noche anterior a Laura y ésta al oírlo declara que no quiere casarse con Fabricio, que es un impostor, y que su amor se encuentra en el lugar donde procede la voz.

Acto III

En la posada de su tío en Segovia se encuentran Bartolo, Juana y su padre. Bartolo y Juana han ido allí para casarse, por proceder ella de ese lugar. Casualmente en el mismo lugar se halla el Alférez Don Alvaro que al huir de la casa de Laura no pudo llegar a su destino porque se desplomó cerca de la posada y fue llevado allí, donde se repone. Don Alvaro y Bartolo se encuentran y reconocen y por él se entera el alférez de que el Marqués de dio aquella noche una bolsa con dinero por prestarle el dominó. Bartolo le regala la bolsa vacía como recuerdo. Inesperadamente aparecen en la posada el Marqués, Laura, La Duquesa y el Barón que han salido precipitadamente de la Corte para evitar el escándalo. El Marqués ha engañado a la Condesa diciéndole que él es el amante que la había pretendido durante tanto tiempo y de la que ella se había enamorado en secreto y que tiene una herida en su brazo. El Marqués y Don Alvaro se encuentran y el primero intenta convencer al segundo de que parta cuanto antes para que no se vea con Laura, pero el encuentro se produce y Laura acusa al Marqués de estar confraternizando con el hombre que la ha ofendido. Don Alvaro se sorprende de oírla y va atando cabos, discuten el Marqués y él, y ambos se vuelven a retar en un duelo. Entre tanto aparece en la posada Fabricio que viene en busca de su amada Juana. Se produce un escarceo entre el Barón, pretendiente de la Duquesa y Fraicio, y finalmente todo se aclara. Laura recibe una carta del Marqués confesando su culpa y pide que le perdone, felizmente los dos enamorados se reconocen y también Fabricio consigue el perdón y el amor de Juana.

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