A Toda Zarzuela: Ataúlfo Argenta

Ataúlfo Argenta

Ataúlfo Argenta nació en Castro Urdiales (Cantabria) el día 19 de Noviembre de 1913 y falleció en Los Molinos (Madrid) el 21 de Enero de 1958 (44 años).

BIOGRAFIA. Director de orquesta y pianista. Inició sus estudios musicales en su pueblo natal. Aún no rebasados los doce años realizó algunas actuaciones como violinista y pianista, y algunos intentos en la composición. Amplió su formación de piano en el Conservatorio de Madrid convirtiéndose en el discípulo predilecto de Fernández Alberdi. Fue cantor en la Masa Coral de Madrid, que dirigía Rafael Benedito, donde conoció a su esposa, la pianista Juana Pallarés. Tras concluir los estudios en el Conservatorio en tres años logrando el Premio Extraordinario. Actuó en cafés, siguiendo la tradición de numerosos pianistas españoles, salas de baile, orquestinas veraniegas de Los Molinos y Cercedilla y en fosos de revista; en ellos tocaba bailables de las zarzuelas más conocidas; también fue director de una orquesta estudiantil y colaboró en algún recital de Miguel Fleta. En 1934 dirigió el preludio de La revoltosa de Ruperto Chapí, y en 1935 fue nombrado maestro concertador en la temporada de ópera que se desarrollaba en el teatro Calderón. Después de finalizada la Guerra Civil en 1939, dio recitales en Madrid con la Orquesta Clásica que dirigía José María Franco. El director alemán Winfried Wolff, reconoció su talento y le ofreció la posiblidad de estudiar con él, trasladándose a Alemania en 1941 como alumno del Conservatorio Kassel.
Su regreso a España se produjo en 1943 en una situación muy difícil que le hizo plantearse el abandono de la música. Opositó y logró el puesto de profesor de piano y celesta de la Orquesta Nacional y tocó algún concierto, pero se inclinó más hacia la dirección de orquesta, en la que también había recibido consejos de Carl Schuricht en Alemania. Creó la Orquesta de Radio Nacional, con la que trabajó casi a diario para la radio, aunque a final de año se disolvió. Gracias al apoyo del Marqués de Bolarque logró crear la Orquesta de Cámara de Madrid con la que se dieron ciclos memorables, que permitieron a Argenta dirigir a varios de sus propios profesores. Con ella dirigió en 1945 el preludio de La revoltosa de Chapí. En 1947 fue nombrado director titular de la Orquesta Nacional de España, y al año siguiente hizo su debut internacional en Londres con la Sinfónica y con José Iturbi al piano. Había comenzado su reconocimiento internacional como una de las mejores batutas, que le llevó a dirigir la Suisse Romande, a la que siguieron la Sinfónica de Viena, la Filarmónica de Israel y otras muchas. Antes de morir había sido miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y estaba en posesión de varios títulos y otras distinciones.
A lo largo de su vida, y normalmente por necesidades perentorias, se encontró con la zarzuela y desde entonces su dedicación a la música sinfónica no le apartó de este género lírico hispano. El número de grabaciones de zarzuelas realizadas por Argenta es enorme y desde luego la zarzuela constituye el número más abundante de su legado discográfico. Fue en su época de director de la Orquesta de Cámara de Madrid cuando Argenta y el presidente de dicha agrupación decidieron representar obras de género chico. El citado Luis Bolarque era un entusiasta del género, tenor aficionado y libretista de la obra de Tellería, El joven piloto. Arenta, Bolarque y el director del teatro Español, Cayetano Luca de Tena, combinaron la representación en la segunda parte de una obra del género chico con una primera dedicada a interpretar fragmentos de zarzuela. Se comenzó con La verbena de la Paloma, en la que propio Argenta hizo de uno de los serenos y siguieron Agua, azucarillos y aguardiente y La revoltosa. En este proyecto participaron voces nuevas, sin malos hábitos adquiridos y allí se presentaron Ana María Iriarte, Toñy Rosado, Inés Rivadeneira y José Perera con su Coro de Cantores. Estas sesiones mixtas de conciertos y representaciones celebradas entre el 28 de mayo y el 3 de junio de 1951 marcaron un hito en el género. Argenta rindió un servicio incalculable a un género deteriorado por las circunstancias de su historia y sobre todo por las de la posguerra.
Grabó en discos microsurco una buena parte de lo que se puede considerar clásicos de la zarzuela con su Orquesta Clásica y las mejores voces del momento; así se recuperaron muchas obras del repertorio y lograron llevar a la audiencia un buen número de partituras. Las grabaciones de Argenta siguen siendo modélicas y difíciles de superar. Su estilo de dirigir vibrante y vitalista resultaba muy adecuado para éste género. Fue aquí donde se impuso uno de los rasgos más peculiares de Argenta como director: su fuerza, la intención y gracia del fraseo, la facilidad para conseguir matizaciones, planos, reguladores y efectos típicos de la zarzuela. El mismo señaló: "Al diálogo de Don Hilarión y Don Sebastián en La Verbena, se le ha de cuidar como a un divertimento de Mozart". La casa Alhambra fue el vehículo fundamental de sus grabaciones, difíciles a veces de concretar. Más de cuarenta obras se registraron en vinilo.

DISCOGRAFIA.

Ataúlfo Argenta

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