La bejarana (Argumento)

La bejarana
La bejarana, Zarzuela en dos actos se estrenó en el Teatro Apolo de Madrid, el día 31 de Mayo de 1924. Su libretista, Luis Fernández Ardavín. Música de Emilio Serrano y Francisco Alonso.

La acción transcurre en las cercanías de Béjar (Salamanca) en 1860. 

Acto I

Cuadro primero. Ana, enamorada de Juan se lamenta porque se lo llevan a la guerra. Entra luz María, rica hacendada de Béjar, que quiere acompañar a Ana en su pena ante la marcha de Juan, y al tiempo invita a todas a una fiesta que se daré en honor de los quintos. Aparece Blasillo, que corteja a Inesilla, dando lugar a un dúo coreado. Salen Luz maría y Ana, invitando de nuevo la primera a las jóvenes a la fiesta.
Cuadro segundo. Tiene lugar en una calle de Béjar, en la que Ana y Juan se despiden, y Ana, que había dado su honra a Juan, recuerda el catar popular que dice: "No des a nadir tu honra, que aquel a quien se la entregas, hasta sin querer, a veces, para siempre se la lleva". Tras irse cada uno por su lado, entra en escena la ronda de los quintos, a cuyo frente va el Sargento, que canta uno de los números más populares de la obra, "Bejarana, no me llores, porque me voy a la guerra".
Cuadro tercero. Discurre en un patio de labranza de la casa de María Rosa. Allí en señor Pedro, su padre, habla con sus empleados sobre los trabajos de la finca. José Luis, el mayoral, le dice que no hay descuidos y que él mismo lo ha comprobado, quedando conforme el amo con su honrado y leal trabajador. También se hallan en el patio Antón y dos vaqueros, y Don Esteban, señorito de la ciudad, que quiere asistir a una tienta de novillos en la dehesa, y el señor Pedro decide complacer a su invitado uniendo la fiesta con el derribo de becerros. Al salir, Pedro dice a José Luis que ceda su jaca negra a Don Esteban. José Luis, sólo con los vaqueros y Antón, se niega, murmurando contra la decisión injusta del amo. Luz María, que le ha oído, le dice que no murmure de su padre, y les pide que hagan espacio en el patio para la fiesta charra. Cuando salen de escena los vaqueros, Luz maría y José Luis se estrechan las manos tiernamente, declarándose su amor, difícil por ser ella la hija del amo y él un simple empleado. José Luis pide a Luz María que no baile con nadie en la fiesta, lo que ésta acepta. Al quedarse Luz María sola, aparece Don Esteban, que pretende hablar a solas con ella, a lo que ésta se niega. Inesilla y Blasillo sacan un gran perol con la bebida, y cantan un dúo cómico en el que se habla de las condiciones del matrimonio. Salen Luz María y las mozas, José Luis, el Sargento, Antón y un grupo de vaqueros, y José Luis brinda por el ama. Aparecen repentinamente Pedro y Esteban, que también brinda por ella. Llegan el Dulzainero y el Tamborilero, y varios de los presentes  piden cantar una copla, estableciéndose el orden: Sargento, José Luis, Esteban. Este, al llegar su turno, renuncia a cantar en tercer lugar, continuando el canto Blasillo, y la rondalla con los quintos, que salen en ese momento, junto a los charros y charras, que cantan La Charrada. Esteban quiere bailar con Luz María, y José Luis le dice que no podrá. Pedro atraído por las voces, se enfada con su criado, y José Luis le dice que ellos se quieren, y se marcha pidiendo perdón. La fiesta continúa. 

Acto II

La acción se sitúa una año más tarde
Cuadro primero. Tiene lugar en un collado de la serranía de Béjar. La orquesta evoca una romería, cantando y bailando las mozas al iniciarse la acción. Luz maría es conducida a la ermita por Pedro, su padre, que pretende que la joven salga de casa, donde permanece recluida sin hablar con nadie desde el año anterior. Pedro le dice que debería casarse con Don Esteban, y ella se niega. Sale de escena Pedro y aparece Inesilla, que le comenta su felicidad, y cómo Blasillo, su marido, atiende a los dos gemelos que han tenido. Además le comenta que su amiga Ana ha muerto la noche pasada, triste y desanimada ante la muerte de Juan, su novio, en la guerra. Antes de morir, Ana le ha entregado una carta para Luz maría. Esta, sola en escena, lee la carta en la que su antigua amiga le dice que no acceda a casarse con alguien a quien no quiere, y le revela en secreto que ella entregó su honra a Juan sin haberse casado, recordándole el cantar popular "No des a nadir tu honra...". Luz María ve a Esteba y huye de él. Aparecen Inesilla y Blasillo, ella disfrazada de lazarillo y él de ciego, que se proponen cantar coplas para que lleguen a oídos de Pedro y éste comprenda que no tiene sentido casar a su hija por la fuerza. Al concluir las coplas, aparece de nuevo Luz María perseguida por Esteban, que le pide matrimonio, a lo que ella se niega. Al irse Esteban, entra José Luis, que había oído la conversación, y que, cansado de esperar, propone a Luz María que se escape con él. Ella no quiere perder su fama, pero acaba cediendo y acepta marcharse la tarde siguiente.
Cuadro segundo. Tiene lugar en la dehesa, la noche de las hogueras de San Juan. El Sargento y los vaqueros cantan a las hogueras. José Luis canta su romanza de enamorado, y se encuentra con el Sargento y con Antón, a quien pide albergue en el chozo para la noche siguiente, antes de pasar a Portugal. Todos beben.
Cuadro tercero. Tiene lugar de nuevo en el patio de la alquería de Luz maría, la tarde siguiente. Pedro encarga a Blasillo que cuide la hacienda y especialmente a Luz María, pues él debe ir a la dehesa donde le ha citado Don Esteban. Aparece ésta, que ve a los gemelos de Blasillo, y le dice que vaya a casa con los niños y no se preocupe por ella. Una vez sola, llama a José Luis y le dice que vaya a buscar la jaca. Aparece sigilosamente Esteban, que cree que Luz María estará sola, al haber acudido su padre a la cita con él en la dehesa. Luz María ve pasar el entierro de Ana, y recuerda la carta de ésta, que considera un aviso divino, resolviendo no marcharse de su casa. Al regresar José Luis con la jaca, se lo dice, lo que éste acepta a regañadientes, y vuelve a la casa. En ese momento aparece Luz María luchando con Esteban, que la persigue, y pide ayuda a José Luis, que amenaza al señorito con una escopeta para que suelte a Luz María. José Luis reta a Esteban, pero la aparición de Pedro, que sospechaba algo raro, y del resto de los personajes, precipita el final feliz de la obra, concediendo Pedro la mano de su hija a José Luis, y dándoles como regalo de bodas la alquería, que pasará a llamarse "La bejarana".

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