Los enredos de un curioso (Argumento)

Los enredos de un curioso
Los enredos de un curioso, Melodrama lírico jocoso en dos actos se estrenó en el Real Conservatorio de Música de María Cristina de Madrid, el día 6 de Marzo de 1832. Su libretista, Félix Enciso Castrillón. Música de Francesco Piermarini, Ramón Carnicer, Pedro Pérez Albéniz y Baltasar Saldoni.

En una villa de La Mancha en 1832.

Acto I

Don Mamerto, hombre cotilla y curioso, trata de desvelar la razón de la función lírica que se organiza en la venta de su vecino Don Manuel. Tras importunar a éste, Don Mamerto y su compadre Don Simón apuestan seis onzas cada uno con Don Manuel afirmando que darán con la causa de la función antes que ésta comience. Los curiosos tratan de comprar a Pedro, criado de Don Manuel, que les revela que Don Manuel, prometido de Doña Juana, quizá esté ya casado en secreto y planee traer a su esposa a la venta clandestinamente; la chanza va más allá, transmitiéndoles el criado su sospecha de que su amo tenga incluso un hijo en secreto. La única información veraz que les comunica Pedro es que en la venta se espera a una misteriosa dama de alto rango,  para la que se hacen todos los preparativos. Aparecen en escena Curro y Bartolo, dos toreros que han invitado a la fiesta, y se presentan como ahijados de Don Manuel. Su llegada añade un enredo más, al pensar éstos que deben torear en el salón de la venta, cuando en realidad Don Manuel los ha invitado sólo a la función lírica. En la escena final del primer acto llega una nota de Don Luis, futuro cuñado del protagonista, reclamando a Don Manuel el rápido matrimonio con hermana Doña Juana, sin duda escamado por los preparativos de la secreta fiesta.

Acto II

Don Manuel espera a la misteriosa dama; pero Don Simón, por su parte, le ha recibido al llegar, enviándola de vuelta a Madrid para evitar un escándalo, asegurándole que Don Manuel ya está casado. Doña Juana llega a la venta acompañada de su hermano Don Luis, acusando a Don Manuel de todos los infundios que Don Mamerto le ha transmitido. Tras la tensión acumulada, se revela por fin que los preparativos eran para celebrar una fiesta conmemorativa del nacimiento de la infanta de España, y que la misteriosa dama de alto rango era una cantante italiana contratada para la interpretación de la cantata que tendrá lugar en dicha fiesta. La cantata se interpreta al fin, con la intervención de Doña Juana en lugar de la cantante italiana, y el perdón de Don Manuel a sus curiosos intrigantes vecinos.

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