La venta del puerto (Argumento)

La venta del puerto
La venta del puerto o Juanillo, el contrabandista, Zarzuela en un acto se estrenó en el Teatro del Príncipe de Madrid, el día 4 de Marzo de 1848. Su libretista, Mariano Fernández. Música de Cristóbal Oudrid.

La acción se sitúa en una venta, a un cuarto de hora de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz).

Acto I

Allí vive Curra con su novio Juanillo, un intrépido contrabandista; las actividades de éste mantienen a la ventera aislada, llevando una vida solitaria y llena de riesgos. El sargento Verdugones, ingenuo funcionario de policía que aspira a descubrir in fraganti al contrabandista y lograr el cariño de Curra, llega a la venta acompañado de un cabo y ocho hombres del resguardo de infantería; con el fin de aparentar normalidad, Juanillo interpreta el Romance de Pedro de la Cambra, una hermosa canción andaluza. Tras pedir los pasaportes a los presentes y relatar el lance en el que han estado a punto de cazar a los contrabandistas, se despide Verdugones de Curra con palabras amorosas y parte con sus soldados hacia Sanlúcar. Aparecen entonces en la venta un grupo de estudiantes, que forman una estudiantina; están cansados y hambrientos y solicitan posada y alimento hasta poder partir de nuevo al amanecer. Después de servirles, la ventera les solicita unas coplas, interpretando éstos una jota. Tras un breve diálogo en el que Canina, estudiante de medicina, intenta enamorar a la ventera con frases seudolatinas que ella no entiende, interpretan ambos un dúo en metro de seguidillas. Finalizado éste, Curra envía a los estudiantes a dormir al pajar. El sargento Verdugones, sabiendo que Juan está lejos, decide romper la ventana y penetrar en la venta de noche para lograr el amor de la Curra, pero con idénticos fines ha actuado también Canina. Confundidos por la oscuridad, creen ambos estar en presencia de la joven, dirigiéndose palabras galantes en una graciosa escena cómica, que concluye cuando Canina, espantado, exclama: "¡Que tienes barbas / mi ninfa!". Cuando Curra descubre a los dos intrusos, Juanillo llega a la venta. La moza, jugando con la situación, les previene de que si el contrabandista los encuentra con ella "los deshace / de un trabucaso", y decide esconder a Verdugones en un arcón y a Canina en la tinaja del agua. El contrabandista, tras conocer por Currilla los detalles del enredo, viéndose en situación ventajosa, da prueba de su magnanimidad perdonando a todos.

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