El anillo de hierro (Cantables)



EL ANILLO DE HIERRO


Drama lírico en tres actos y en verso.

Libreto: Marcos Zapata.

Música: Pedro Miguel Marqués.

Estrenada el 7 de Noviembre de 1898, en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.

La acción de la fábula se supone en las costas de Noruega, a fines del siglo XVIII.


ARGUMENTO


La acción de la obra, se sitúa en las costas de Noruega, hacia finales del siglo XVIII. Un gran amor une a Rodolfo y Margarita, hija del Conde William Belfort, poderoso señor de la comarca.
Rodolfo es una persona noble, generosa y apuesto. Pero existe un obstáculo insalvable para que el Conde acceda a aprobar la unión con su hija, es plebeyo y aunque sea el dueño de una pequeña flota pesquera que dirige, no deja de ser un villano que se gana la vida en el mar.
El Conde tiene empeñada su palabra, de unir en matrimonio a su hija Margarita, con Rutilio Walter, Barón de San Marcial, hombre de más edad, pero con apetencias matrimoniales hacia Margarita.
El Conde tiene interés en casar a su hija con Rutilio, Barón de San Marcial, al ser este conocedor de un secreto que puede llevar al señor de Belfort a la deshonra y aún al patíbulo.
Al margen de todas estas intrigas, está situado el gran amor entre Rodolfo y Margarita.
La oposición del Conde, a las relaciones de los dos enamorados es firme y está a fraguando el más severo castigo.
Al parecer, el malvado Rutilio, Barón de San Marcial, fue en otro tiempo criado de un noble señor llamado don Ramiro, muerto en su propio barco en misteriosas circunstancias, durante una travesía de vuelta de las Indias. En aquellas circunstancias también desapareció un niño de corta edad, hijo del noble.
En la trama aparece un ermitaño, Ramón, quien parece conocer el pasado de Rutilio Walter, y los hechos ocurridos durante la noche en que perdió la vida don Ramiro.
Por su parte, la conciencia del Conde William se rebela contra la injusticia que va a cometer contra su propia hija, y se niega a entregársela a Rutilio. Pero el cruel Barón de San Marcial amenaza al Conde con desvelar su secreto si no accede a su pretensión de matrimonio con su hija. Margarita aparece en la escena y al ver el sufrimiento de su padre, se ofrece voluntariamente a los designios del hombre que tiene en sus manos la vida del Conde.
Se precipitan los hechos y el pobre Rodolfo se ve impotente para evitar la pérdida de Margarita. Los celos le hacen creer que Margarita le ha traicionado en su juramento de amor, cuando la hizo entrega de su anillo de hierro, pero más tarde puede comprobar que, tanto Margarita como su padre, son víctimas del desalmado Rutilio.
Es en el mismo momento en que se va ha llevar a efecto el enlace entre Margarita y Walter, en el propio del Conde William, cuando Rodolfo, irrumpe ciego de furor en la estancia, e interrumpe la boda. Pero no viene solo, es acompañado por Ramón, el ermitaño, que cree llegado el momento de desenmascarar al falso Barón de San Marcial.
Ramón desvela que Rutilio, criado entonces de don Ramiro, quien dio muerte a éste y arrojó al mar a su pequeño hijo, que no se ahogo al ser salvado por Ramón, entonces marinero en el barco. Gracias a él, que se lanzó al agua tras el niño, éste pudo salvarse.

El niño fue llevado a Noruega, donde creció y se hizo un hombre de provecho.
El anillo de hierro que el joven Rodolfo, entregó a su hija Margarita dan la certeza al Conde William de Belfort de la verdadera personalidad del pescador.

Al verse descubierto, Rutilio Walter intenta huída, pero encuentra la muerte, al saltar por una ventana.


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Personajes:

Margarita: Hija del conde William, enamorada de Rodolfo.
 
William Belfort: Conde, con un secreto que le atormenta.
 
Rodolfo: Supuesto pescador y enamorado de Margarita.
 
Rutilio Walter: Barón que chantajea al conde para conseguir a Margarita.
 
Ermitaño: “Desfacedor” de entuertos.
 
Tiburón: Compañero de Rodolfo.
 
Ledia: Aya de Margarita.
 
Notario.

Servidumbre del castillo de William Belfort, pescadores y gente de la aldea.



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Números musicales:

Coro de introducción “Tranquilo está el cielo, serena la mar”, plegaria y stretta “Venid, venid, bogad, bogad”: (Pescadores)
Romanza de Margarita “Pasión del alma mía”: (Margarita)
Dúo de Rodolfo y Margarita “Negra noche es mi pasado”: (Margarita, Rodolfo)
Quinteto “Tal infamia, tal deshonra”: (Margarita, William, Rodolfo, Rutilio, Ermitaño)
 Introducción, coro “Habla presto, nada temas”, y coplas de Tiburón “El sol se despedía”: (Tiburón, Coro)
Dúo de Margarita y William “Llorando y por culpa mía”: (Margarita, William)
Barcarola “Yo no salgo de mi asombro”, concertante “En las flores más hermosas” y escena: (Margarita, Ledia, William, Rodolfo, Rutilio, Ermitaño, Notario, Coro)
Romanza de Margarita “Lagrimas mías”, Escena y tempestad “La vista se me nubla, sufrir no puedo más”: (Margarita)


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Coro de introducción “Tranquilo está el cielo, serena la mar”, plegaria y stretta “Venid, venid, bogad, bogad”: (Pescadores)

PESCADORES
(De Pescadores en lontananza.)
Tranquilo está el cielo,
serena la mar.
Tranquilo está el cielo,
serena la mar,
Y rotos los brazos
de tanto remar.
Y rotos los brazos
de tanto remar.
Salid, salid,
volad, volad,
que henchidas de pesca
las redes están,
que henchidas de pesca
las redes están.

PESCADORES
(En la escena.)
El cielo tranquilo,
serena la mar,
el cielo tranquilo,
serena la mar,
henchidas de pesca
las redes están,
henchidas de pesca
las redes están.
Salid, salid,
bogad, bogad,
y brille el tesoro
de la inmensidad,
y brille el tesoro
de la inmensidad.
Venid, venid,
mirad, mirad,
los ricos tesoros
que el golfo nos da.
Venid, venid,
mirad, mirad,
los ricos tesoros
que el golfo nos da.
Venid, venid,
mirad, mirad,
Venid, venid,
mirad, mirad,
venid, mirad,
venid, mirad,
los ricos tesoros
que el golfo nos da.
venid, venid,
venid, venid,
mirad, mirad,
mirad, mirad,
venid, venid,
mirad, mirad,
los ricos tesoros
que el golfo nos da.
           
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___________



Romanza de Margarita “Pasión del alma mía”: (Margarita)

MARGARITA
Pasión del alma mía,
espléndida pasión,
que llenas de alegría
mi pobre corazón;
no turbes de mi anhelo
la dicha sin igual,
ni empañes de mi cielo
el límpido cristal.

(Al corazón como preguntando.)

¿Tú me aseguras
placeres mil?
¿Y tú me auguras
suerte feliz?
Responde...
¡Sí!
Responde...
¡Sí!
Es la flor de los amores
el encanto de la vida,
y no hay alma endurecida
a su mágico poder;
en sus tintas y colores
la embriaguez su cuerpo toma,
la embriaguez de tu aroma
y en la esencia de su aroma
su delirio nuestro es.
Amor mío,
dulce amor,
en ti cifro
mi ambición:
ven, Rodolfo,
ven, por Dios,
no desdeñes
mi pasión.
¡Ah…!
Es la ausencia de un momento
¡Oh, Rodolfo, idolatrado!
un suplicio envenenado
por un loco frenesí;
no desoigas el acento
y la voz de mi ternura,
el amor de mi ternura,
¡no me niegues la ventura
que me puso el cielo en ti!
Amor mío,
dulce amor,
en ti cifro
mi ambición;
ven, Rodolfo,
ven, por Dios,
no desdeñes
mi pasión.
ven, Rodolfo,
ven, por Dios,
ven, Rodolfo,
ven, por Dios,
no desdeñes,
no desdeñes
mi pasión.
En ti cifro
mi ambición;
no desdeñes mi pasión,
ven, Rodolfo,
ven, por Dios,
ven, Rodolfo,
ven, por Dios,
no desdeñes,
no desdeñes la pasión.
¡Ah…!
ven, Rodolfo,
ven, por Dios,
no desdeñes mi pasión.


___________



Dúo de Rodolfo y Margarita “Negra noche es mi pasado”: (Margarita, Rodolfo)

RODOLFO
¡Negra noche es mi pasado,
mi destino la orfandad,
y mi vida y mi cuidado
la gigante inmensidad!
¡Rompe, misterio impío,
tu fiera lobreguez,
y dile al pecho mío,
dile, por Dios, quién es,
dile, por Dios, quién es,
dile, por Dios, quién es!

(Baja Margarita del castillo y se queda al fondo para oír a Rodolfo.)

MARGARITA
(Entrando.)
¡Rodolfo!

RODOLFO
(Con sorpresa placentera y saliendo a su encuentro.)
¡Margarita!

MARGARITA
¿Qué sueña tu ambición?

(Con amarga reconvención.)

¿Qué premio necesita
tu ingrato corazón?

RODOLFO
¡Ingrato, qué motivo!

MARGARITA
¡Que no piensas en mí!

RODOLFO
¿Qué dices?... ¡Cuando vivo
de amor loco por ti!
Loco por ti.

MARGARITA
¡Amor profundo,
si no es traidor,
ve que su mundo
todo, todo es amor;
y en él no cabe
más ambición,
qué ser la llave
del corazón
qué ser la llave
del corazón!

RODOLFO
¡Margarita, vida mía,
no me mates, por piedad!

MARGARITA
¡Yo, que amada me creía!
¡Oh, qué torpe ceguedad!
¡Qué torpe ceguedad!

RODOLFO
¡Margarita, vida mía,
no me mates, por piedad!

MARGARITA
¡Yo, que amada me creía!
¡Oh, qué torpe ceguedad!

MARGARITA y RODOLFO
¡Ah… ¡
¿Arden los celos
dentro de ti
porque en los cielos,
con frenesí,
busqué de un padre
el resplandor
o de una madre
el santo amor?...
o de una madre,
o de una madre
el santo amor?...

MARGARITA
(Confusa y doliente.)
¡Enferma tengo el alma
de tanto padecer!

RODOLFO
(Con gran solemnidad.)
Escucha en dulce calma
la historia de mi ser.
En la vida,
noche extraña
me acompaña
sin cesar,
y en el fondo
de un nublado
mi pasado
envuelto está.
Todo es misterio, todo es misterio,
rudo tormento del frenesí;
mas ¡Tú eres hijo de noble estirpe!
grita la sangre dentro de mí.
¡Ayes de muerte, montes de espuma,
rugientes olas del fiero mar,
luego una playa de la Noruega,
y un risco luego para llorar!
¡Esta es mi vida,
esta es mi vida,
esta es la suerte del pescador,
dime si temes, prenda querida,
que tu Rodolfo sea traidor
dime si temes, prenda querida,
que tu Rodolfo sea traidor!
El misterio
más profundo
en el mundo
me lanzó,
y se agita
en torno mío
el vacío
aterrador.
Todo es misterio, todo es engaño,
rudo tormento del frenesí;
mas ¡Tú eres hijo de noble estirpe!
grita la sangre dentro de mí.

MARGARITA y RODOLFO
¡Ayes de muerte, montes de espuma,
rugientes olas del fiero mar,
luego una playa de la Noruega,
y un risco luego para llorar!

(Con entusiasmo temeroso.)

MARGARITA
¡Rodolfo mío,
ven a mis brazos
ven y perdona
tanta pasión!

RODOLFO
¡Oh, Margarita,
luz de mis ojos,
bálsamo dulce
de mi dolor!

MARGARITA y RODOLFO
En la senda
de la vida
no hay más bello
resplandor
que los rayos
fulgurantes
del amor
que los rayos
fulgurantes
de la estrella
del amor.

MARGARITA
¡Rodolfo mío,
ven a mis brazos
ven y perdona
tanta pasión!

RODOLFO
¡Oh, Margarita,
luz de mis ojos,
bálsamo dulce
de mi dolor!

MARGARITA y RODOLFO
En la senda
de la vida
no hay más bello
resplandor
que los rayos
fulgurantes
del amor
que los rayos
del amor
del amor.


___________



Quinteto “Tal infamia, tal deshonra”: (Margarita, William, Rodolfo, Rutilio, Ermitaño)

WILLIAM
(A Margarita con acento duro.)
¿Tal infamia, tal deshonra
y traición tan criminal?...

MARGARITA
(Suplicante.)
¡Padre mío!

WILLIAM
¿Yo tu padre?
¡Imposible; no, jamás!

MARGARITA
(Con altivez.)
Aquí tienes franco el pecho
y aquí mi pobre corazón;
¡vengarás un ciego impulso,
pero nunca el deshonor!

RUTILIO
(A William.)
(¡Da treguas a tu furia!)

WILLIAM
(A Rutilio, sin oírle y ciego de furor.)
(¡Aparta!)

RUTILIO
(¡No; pardiez!

(Insistiendo, a William.)

¿Olvidas el proyecto
que ha poco te conté?)

RODOLFO
(A William con humildad y tono suplicante.)
¡Señor conde!...

WILLIAM
(Con desprecio.)
¿Quién se atreve?

RODOLFO
(Suplicando con angustia.)
¡Por el cielo!

WILLIAM
(Con desdén, interrumpiéndole.)
¡Basta ya!

RODOLFO
¡Perdonad a Margarita
y mi sangre derramad!

MARGARITA
(Con ansiedad y rapidez a Rodolfo.)
(¡Oh, Rodolfo idolatrado,
huye, huye,
sálvate, por Dios!)

RODOLFO
(A William, señalando al corazón.)
¡Una espada... aquí... la vuestra!

(Por Rutilio, con furor y enojo.)

¡Mas la de ese infame, no!

RUTILIO
(Asombrado.)
¿Insulto semejante?...
¿Audacia sin igual?...
¡Villano!

(Yendo hacia Rodolfo con la espada desnuda.)

RODOLFO
(Esperándole con bravura.)
¡Con las uñas
te voy a desgarrar!

(En el momento de reñir, entra precipitadamente por el fondo el Ermitaño y se interpone entre Rodolfo y Rutilio.)

ERMITAÑO
(A Rutilio que retrocede unos pasos.)
¿A un hombre desarmado
Queréis asesinar?...

(Contemplando a Rutilio con asombro y como recordando su fisonomía.)

(¡Dios justo!... ¡Dios potente!...
¿Qué miro?... ¿Qué pensar?...)

RODOLFO
(Con exaltación y pena.)
Hay volcanes
y montañas
que se queman las entrañas
con un fuego abrasador,
Con un fuego abrasador.
¡Mas ninguno
tan ardiente, tan horrible,
tan potente, tan rugiente
como el fuego de mi amor!

MARGARITA
(Al cielo con angustia.)
¡Virgen santa,
Madre pura
de esperanzas y de ventura
que contemplas mi dolor;
no me niegues,
milagrosa,
de tu mano generosa
la esperanza de mi amor,
la esperanza de mi amor!

WILLIAM
¡Negra suerte,
vil destino
que así enlodas mi camino
con infamia y deshonor;
no me dejes
una vida
empañada y deslucida
por la mano del amor!

ERMITAÑO
(Aparte y contemplando a Rutilio.)
(¡Me parece,
si lo miro,
ver del pobre don Ramiro
al infame matador;
pues ni cabe,
ni se alcanza,
más completa semejanza
con la faz de aquel traidor!)

RUTILIO
(Mirando de soslayo al Ermitaño.)
(¡Me parece,
no me engaño,
conocer a este Ermitaño
que me mira con furor,
pues con sola
su presencia
se estremece mi conciencia
y me llena de terror!)

ERMITAÑO
(A William)
Decidme, señor Conde,
decid, por caridad,
¿qué ofensa en este sitio
se quiere castigar?

WILLIAM
(Lleno de rabia.)
¡Pretendo dar la muerte
sin tregua ni piedad,
al vil que me deshonra,
cobarde y criminal!

(Señalando a Rodolfo.)

ERMITAÑO
(Como sorprendido y con desdén.)
¡Un crimen!... ¿Desde cuándo
es crimen... el amar?

(Transición.)

(A William con acento terrible.)

(¿Sabéis lo que es un crimen,
y un crimen infernal?
¡Urdir un regicidio!...)

WILLIAM
(Retrocediendo espantado.)
¡Por Dios, por Dios, callad!

ERMITAÑO
(A Rutilio con intención y mucho brío.)
(¡O bien traidoramente,
bogando en alta mar,
hacer que muera un niño
entre las olas,
si entre las olas!...)

RUTILIO
(Como petrificado.)
(¡Ah!)

RODOLFO
No es posible
Cielo santo,
que descargue
tu rigor
mas tremenda
pesadumbre
en mi pobre
corazón.
mas tremenda
pesadumbre
en mi pobre
corazón.

MARGARITA
(Al cielo.)
Condenada
para siempre
la ventura
de mi amor,
no prolongues
la existencia
de este pobre
corazón.
no prolongues
la existencia
de este pobre
corazón.

WILLIAM
(¡Un secreto
misterioso
de mi vida
sorprendió,
y mi pecho
se ha llenado
de espantosa
confusión!)

RUTILIO
(Es el eco
de aquel crimen
que en las ondas
resbaló,
y el fatídico
presagio
de mi eterna
perdición!)

ERMITAÑO
(¡Soy el rayo
justiciero
de la cólera
de Dios,
y el escudo
milagroso
de un amante
corazón!)


___________



Introducción, coro “Habla presto, nada temas”, y coplas de Tiburón “El sol se despedía”: (Tiburón, Coro)

CORO
Habla presto, nada temas,
suene el eco de tu voz,
y escuchemos y sepamos
lo que pasa, Tiburón.
Habla presto, nada temas,
suene el eco de tu voz,
y escuchemos y sepamos
lo que pasa, Tiburón.
Que hubo gresca y alboroto,
y un encuentro original,
y sorpresas y desmayos
y sorpresas y desmayos
no se puede ni dudar.
y sorpresas y desmayos
no se puede ni dudar.
Habla presto, nada temas.

TIBURÓN
(Aparentando confusión.)
¡La verdad es muy terrible!
No sé cómo decir...
(¿Andaluz y a mí con estas?...
Se van a divertir)
El sol se despedía
muy rubio y muy cortés,
tan guapo, como siempre,
besando al mar los pies.
La noche misteriosa
envuelta en su capuz,
andaba a picos partos
a espaldas de la luz,
andaba a picos partos
a espaldas de la luz.

CORO
El sol se despedía
muy rubio y muy cortés,
tan guapo, y como siempre,
besando al mar los pies.
La noche misteriosa
envuelta en su capuz,
andaba a picos partos
a espaldas de la luz,
andaba a picos partos
a espaldas de la luz.
¿Y qué más?
¿Y qué más?...

TIBURÓN
¡Silencio!
Chitón... ¡Oíd!
(Allá va una bola
una bola de mi país.)
Estaba Margarita
sentada junto al mar,
cuando una tintorera
la quiso devorar.
¡Medía el tal pescado,
según vi yo después,
aproximadamente
dos mil quinientos pies!

CORO
¡Medía el tal pescado,
según vi yo después,
aproximadamente,
aproximadamente,
aproximadamente,
dos mil quinientos pies!
¡Mentira, Tiburón!

TIBURÓN
La duda en mi no cabe.

CORO
¡Mentira!

TIBURÓN
¡Por la cruz!
(¡Esta tropa no sabe
lo que es un andaluz!
¡Esta tropa no sabe
lo que es un andaluz!)


CORO
¡Mentira, Tiburón!
¡Mentira, Tiburón!
Estaba Margarita
sentada junto al mar,
cuando una tintorera
la quiso devorar.
¡Medía el tal pescado,
según vi yo después,
aproximadamente,

TIBURÓN y CORO
aproximadamente,
aproximadamente
dos mil quinientos pies!

CORO
(Con algún barullo y confusión.)
En esta casa
todos estamos,
todos tenemos
los mismos amos
y te brindamos
nuestra amistad.
Todos vivimos
en esta casa,
si algo te ocurre,
si algo te pasa,

(Haciendo una seña burlesca con la mano derecha y apoyando el pulgar sobre la nariz.)

no pongas tasa,
puedes mandar.

TIBURÓN
Gracias, amigos,
por honra tal.
Gracias, amigos,
y se agradece
la voluntad
la voluntad
Gracias, amigos,
por honra tal.
Gracias, amigos,
y se agradece
y se agradece
la voluntad.
Gracias, amigos,
por honra tal.
Gracias, amigos,
por honra tal.


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Dúo de Margarita y William “Llorando y por culpa mía”: (Margarita, William)

MARGARITA
(Desde la puerta observando a su padre.)
¡Llorando y por culpa mía!

(Echándose a sus pies.)

¡Padre de mi corazón!

WILLIAM
(Con blandura.)
Aparta.

MARGARITA
(Con doliente frenesí.)
¡Perdón, perdón!
¡Qué tormento, y qué agonía!
¡A tus plantas,
Padre mío,
palpitando
de dolor,
con el alma
te suplico
generosa
compasión.
Por aquella
que en su seno
nueve meses
me llevó,
por aquella
santa madre,
no me niegues
tú perdón.

WILLIAM
(Se levanta y abraza a Margarita prodigándola tiernas caricias.)
Aplaca los rigores
de tus enojos,
mitiga tus dolores,
seca tus ojos.
Calla, hija mía,
no preguntes la causa
de mi agonía.
Un misterio que viene
de mi pasado,
el corazón me tiene,
me tiene despedazado.
Calla, hija mía,
y respeta el silencio
de mi agonía.

MARGARITA
(Asustada.)
¡Jesús!

WILLIAM
(Elevando la vista al cielo.)
¡Piedad!

MARGARITA
(Con extrañeza y creciente confusión.)  
¿Tú invocas
del cielo la piedad?

(Suplicante y ansiosa.)

¿Qué es esto? ¡Habla!...

WILLIAM
(Con dolor.)
¡Nunca!

MARGARITA
(Con ruego vehemente.)
¡Por Dios!

WILLIAM
(Con decisión y pena.)
¡Jamás, jamás!
¡Respeta, Margarita,
respeta mi dolor,
y deja que agonice
mi pobre corazón.
Al fondo del abismo
desesperado voy,
desesperado voy,
Al fondo del abismo
desesperado voy,
cual piedra que derrumba,
cual piedra que derrumba
la cólera de Dios,
sí la cólera de Dios!

MARGARITA
(Su acento misterioso
me llena de terror,
y estremecido late
mi pobre corazón.
En brazos de la suerte
Desesperada voy,
llenando de amargura
la vida de mi amor,
la vida de mi amor.
¡Ah… ¡
Su acento misterioso
me llena de dolor,
y estremecido late
y estremecido late
y estremecido late
mi pobre corazón
mi pobre corazón
En brazos de la suerte
desesperada voy,
llenando de amargura
llenando de amargura
la vida de mi amor,
la vida de mi amor,
la vida de mi amor,
la vida de mi amor,
¡Ah…! amor)

WILLIAM
¡Respeta, Margarita,
respeta mi dolor,
mi dolor,
y deja que agonice
mi pobre corazón.
¡Ah…!
¡Respeta, Margarita,
respeta mi dolor,
y deja que agonice,
y deja que agonice,
y deja que agonice,
mi pobre corazón,
mi pobre corazón.
Al fondo del abismo
desesperado voy,
cual piedra que derrumba,
cual piedra que derrumba
la cólera de Dios,
la cólera de Dios
la cólera de Dios
de Dios!


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Barcarola “Yo no salgo de mi asombro”, concertante “En las flores más hermosas” y escena: (Margarita, Ledia, William, Rodolfo, Rutilio, Ermitaño, Notario, Coro)

CORO
(Yo no salgo
de mi asombro,
ni me puedo
convencer,
que se case
Margarita
si recuerdo
lo de ayer.
Ella es joven,
y se casa
con un gallo
solterón;
de seguro
le sucede
lo que a todos
al barón)
(¡Algo aquí pasa, de fijo!
¿Qué será, qué no será?...

MARGARITA
(Aterrada, pero disimulando su agonía.)
(¡Ay de mí!)

WILLIAM
(Anonadado.)
(¡Dios santo! ¡Dios eternal!)

(Hace Margarita un poderoso esfuerzo, y sobreponiéndose a los impulsos de su corazón y dominando su angustia, se aproxima a la mesa y toma la pluma de mano del Notario, pero al ir a firmar suena la voz de Rodolfo y cae arrodillada al pie de la mesa. Ledia se habrá colocado cerca de Margarita. Asombro general.)

RODOLFO
(Fuera a la derecha.)
Las aguas de los mares
cuando resbalan,
reflejan en sus hondas
mis esperanzas.
¡Ay, mi fortuna,
ay, mi fortuna,
si también son, como ellas,
viento y espuma!
¡No haya temor,
no lo serán,
firme es su amor,
tierno su afán:
antes que hacer
negra traición,
se ha de romper
su corazón!

MARGARITA
(Cayendo desmayada contra la mesa.)
(¡Piedad, Rodolfo mío!)
Me matas... ¡Oh!)

WILLIAM
(¡Castigo de mi culpa,
Castigo celestial!)

RUTILIO
(Cerca y con aparente solicitud.)
Hermosa Margarita,
en tanto os recobráis,
yo juzgo que el contrato
debemos aplazar.

(Con rapidez y entereza.)

(¡Entrego a vuestro padre,
si al punto no firmáis!)

(Margarita levanta la cabeza como impelida por un resorte, toma la pluma del Notario, pero vacila de nuevo.)

CORO
(Contemplando los movimientos de Margarita.)
¡Se turba su cara,
no está muy tranquila;
de nuevo se para,
de nuevo vacila;
ocúltase en vano
su pena cruel,
retira la mano,
no firma el papel!

RUTILIO
(A todos.)
Está mejor la novia,
Debemos continuar.

(Margarita hace un supremo esfuerzo y firma.)

NOTARIO
(Llamando.)
Ahora los testigos.

(Destácanse del fondo cinco personas, los dos Testigos que han entrado con Rutilio, otros dos de la servidumbre del castillo, pero de la más alta, y Rodolfo que avanza resuelto por delante de los cuatro hasta la mesa. Al verlo, retrocede espantada Margarita. Asombro general.)

RODOLFO
(A Margarita.)
¿Por qué temblar?
¿Acaso no contabas
con un testigo más?

RUTILIO
(Al Coro.)
¡Prended al insensato
que así viene a turbar
la calma y el reposo
de tal solemnidad!

(Movimiento en el grupo de coristas hacia Rodolfo.)

RODOLFO
(A Rutilio.)
¡Cobarde, miserable!
¡Atrás, canalla, atrás!

(Al Coro con desesperación. El Coro retrocede.)

¡Si dais un sólo paso
os mato sin piedad!

RODOLFO
En las flores más hermosas,
el reptil duerme traidor,
y en las frases cariñosas
la perfidia del amor.
¡Yo, que ciego la quería,
ver no pude,
no pude, por mi mal,
la ponzoña que escondía
en sus labios,
en sus labios de coral!

RUTILIO
Exigencias vergonzosas
y humillantes del amor,
me someten, caprichosas,
a los pies de un pescador.
Deslumbrada el alma mía,
ver no quiso, por su mal,
lo muy poco que valía
el barón de San Marcial.

WILLIAM
¡Amenazas pavorosas
que me llenan de terror,
o torpezas amorosas
que empeñar pueden mi honor!
¡Yo, que en santa paz vivía,
ver no pude, por mi mal,
la desgracia que escondía
mi cariño paternal!

LEDIA
¡De estas farsas peligrosas
es mi culpa la mayor;
si averiguan estas cosas
Dios me preste su favor!
¡Yo, que el riesgo conocía,
ver no quise, por mi mal,
que el enredo al fin se haría
un enredo general!

CORO
Las palabras dolorosas
de este pobre pescador
son terribles, son furiosas,
y me llenan de estupor.
¡Yo, que en vano discurría,
ver no pude, por mi mal,
que la boda causaría
un disgusto general!

MARGARITA
Ilusiones amorosas
de mi sueño encantador,
sois fugaces y engañosas
como nubes de vapor.
Yo, que ciega le quería,
ver no pude por mi mal,
el arcano que escondía
la desgracia paternal,
el arcano que escondía
la desgracia paternal.

WILLIAM
(Al Coro, por Rodolfo.)
¡Atad a ese villano,
y no haya compasión!

RODOLFO
(A Rutilio.)
¡Yo reto a ese cobarde,
si tiene corazón!

(Da algunos pasos atrás y se pone en guardia, de espaldas al Coro y esperando a Rutilio. El Coro lo sujeta, pero al descomponerse el grupo de coristas aparece el Ermitaño al fondo.)

ERMITAÑO

(Al Coro con entereza y autoridad religiosa. Asombro general.)
¡En nombre de los cielos,
dejadle en libertad!

WILLIAM
(Con severidad y decisión, al Coro.)
¡Mis órdenes cumplid!

ERMITAÑO
(Bajando hasta colocarse en medio de William y Rutilio.)
¡Atrás, William, atrás!

(Con viveza y terrible amenaza.)

(¡O entrego a un regicida
al príncipe imperial!)

(William retrocede con disgusto.)

MARGARITA
(Suplicante a Rodolfo.)
¡Por Dios, Rodolfo mío!

RODOLFO
(Con desdén y altivez a Margarita.)
¡Deja, déjame en paz!

MARGARITA
¡Perdón, misericordia!

RODOLFO
¡Perdón, perdón... jamás!...

(Con locura y fiereza.)

¡Desprecio
tan sólo
merece
tu amor;
infamia,
desprecio
tu negra
traición!
¡Imbécil
del hombre
que empeña
su fe;
maldito
por siempre
maldito
también!

(Margarita, asida de la mano de Rodolfo, pugna por retenerlo, y este por desasirse.)

TODOS
La mala
ventura
de pronto
cayó,
sembrando
desdichas
y fiero
rigor.
¡Qué pasa,
Dios mío,
qué pasa,
no sé;
parece
del cielo
castigo
cruel!
¡Qué pasa,
Dios mío,
qué pasa,
no sé;
parece
del cielo
castigo
cruel
castigo
cruel!


MARGARITA
(Casi al foro.)
¡Rodolfo!
¡Bien mío!

RODOLFO
¡Aparta!

MARGARITA
¡¡Perdón!!

RODOLFO
¡¡Maldita
por siempre
tu infame
traición!!


___________



Romanza de Margarita “Lagrimas mías”, Escena y tempestad “La vista se me nubla, sufrir no puedo más”: (Margarita)

MARGARITA
Lágrimas mías,
¿en dónde estáis?
que de mis ojos
ya no brotáis?
El fuego ardiente
de una pasión,
seco ha dejado
dejado, mi corazón.
seco ha dejado
dejado, mi corazón.
¡Ay de mí,
ay, de mí,
qué triste y desolada,
para llorar,
para llorar,
para llorar nací.
Como cayendo
las hojas van
a los impulsos
del huracán;
así han caído
con mi dolor
las ilusiones
de tanto
de tanto, amor.
Las ilusiones
de tanto
de tanto, amor.
¡Ay de mí
ay, de mí
qué triste y desolada,
no sé porque
no sé porque
no sé porque, nací!





FIN


Información obtenida en la Página Web http://lazarzuela.webcindario.com/

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