El huésped del sevillano (Cantables)



EL HUESPED DEL SEVILLANO



Zarzuela en dos actos, en prosa y verso.

Libreto: Enrique Reoyo y Juan Ignacio Luca de Tena.

Música: Jacinto Guerrero.

Estrenada en el Teatro Apolo de Madrid, el 3 de diciembre de 1926.

La acción se sitúa a comienzos del siglo XVII.


ARGUMENTO


Un apuesto pintor cortesano, Juan Luis, conversa en una espadería, cuyo portal se abre a una plazuela próxima a las márgenes del río Tajo, con el Corregidor y algunos amigos, en tanto que maese Andrés Munestein pule y remoza la tizona del caballero. Un grupo de muchachas llena, mientras tanto, sus cantarillos en la fuente próxima, y sus intencionadas coplas se mezclan armoniosamente con el canto, de empaque casi marcial, de los espaderos que trabajan en la forja.


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Personajes:

Raquel: Hija del espadero.
 
Juan Luís: Pintor protector y enamorado de Raquel.
 
Rodrigo: Escudero de Juan Luís.
 
Constancica: Moza del mesón del Sevillano.
 
Teresa: Una lagarterana.
 
El Huésped: Don Miguel de Cervantes.
 
Don Diego: Conde de mala catadura.
 
Ginesa: Moza toledana.


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Números musicales:

Coro inicial “En la fuente cristalina…Igual que mi cantarillo”: (Ginesa, Mozas, Espaderos)
Canto a la espada toledana “Fiel espada triunfadora”: (Juan Luis, M. Andrés, Capitán y Corregidor)
Romanza de Raquel “Cuando el grave sonar de la campana…..Castellana toledana”: (Raquel, Juan Luis)
Dúo de Juan Luís y Raquel “Insolente presumido….Moza la toledana”: (Juan Luis, Raquel)
Pasacalle de feas y lindos y dúo cómico de Constancica y Rodrigo “No me seas esquivo”
Escena final “Salid mis fieles criados”: (Don Diego, Juan Luis, Embozados)
Canción del carretero “Para mula de varas, la Capuchina” y coro general “Corred más….Lagarteranas somos”: (Teresa, Carretero, Lagarteranas)
Dúo cómico de Constancica y Rodrigo “Si tú fueras pastora”: (Rodrigo, Constancia)
Romanza de Raquel “La pena me hace llorar”: (Raquel)
Introducción coral “Entren, pues, todos los mozos” y baile de la chacona “El brío y la ligereza”: (Don Diego, Constancia, Mozas y Mozos)
Romanza de Juan Luís “Mujer de los negros ojos”: (Juan Luis)
Nocturno y recitado del Huésped “Pintura sobre pintura” y del pregonero “Alma que en pecado estás”: (El huésped, Un pregonero)
Final. Tiempo de seguidilla: (Constancia, El Huésped)


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Coro inicial “En la fuente cristalina…Igual que mi cantarillo”: (Ginesa, Mozas, Espaderos)

MOZAS
En la fuente cristalina
duerme el amor a esta hora.
Mocita que va la fuente, se enamora
se enamora.

ESPADEROS
Forja la espada, espadero,
y no des paz a la mano,
porque las forjas es de acero toledano.
Forja, forja, espadero,
tu fino acero sin descansar,
templa la hoja afilada
de fina espada, daga y puñal.

GINESA
Igual que mi cantarillo
con el agua se colmó,
con sus decires, ¡ay, madre!
se llenó mi corazón.

ESPADEROS
Forja, forja, espadero,
tu fino acero sin descansar,
templa la hoja afilada
de fina espada, daga y puñal.

GINESA y MOZAS
Igual que mi cantarillo
con el agua se colmó,
con tus decires, ¡ay, madre!
se llenó mi corazón.

GINESA
(Marchándose)
En la fuente cristalina
duerme el amor a esta hora.
Mocita que va a la fuente, se enamora
se enamora.


__________



Juan Luis confiesa a sus amigos que ha llegado hasta la Ciudad Imperial atraído por el renombre de cierta Constancica, la fregona del Mesón del Sevillano. Busca, en efecto, un rostro adecuado de mujer para representar a la santísima Virgen en pintura que se dispone a realizar por encargo del mismísimo Rey. El Corregidor, durante una momentánea ausencia de maese Andrés, le advierte que para lograr lo que se propone no tendrá que moverse siquiera de la espadería, donde hallará una modelo aún mejor que aquélla. Pues la hija del viejo espadero converso es, al par que bellísima, de hebrea estirpe y, como tal, ni hecha de encargo para posar con tal propósito.
Entre tanto, maese Andrés alcanza a Juan Luis la espada que le fuera confiada por éste horas antes. A la vista de su reluciente tizona, el joven pintor da rienda suelta a su entusiasmo.

Canto a la espada toledana “Fiel espada triunfadora”: (Juan Luis, M. Andrés, Capitán y Corregidor)

JUAN LUIS
Fiel espada triunfadora,
que ahora brillas en mi mano,
y otros hombres y otras lides
ya tu gloria conoció;
yo venero la nobleza
de tu acero toledano,
que del tajo entre las aguas
reciamente se templó, se templó.
¡Ah!
¡Brilla, tizona
de fino acero,
igual que un claro
rayo de luna!
¡Brilla, tizona,
que a tu luz quiero
hallar la senda
de mi fortuna!
Sé en las lides como rayo
que no cede ni perdona;
hiere siempre que te asistan
el derecho y la razón, la razón.
¡Ah!

LOS OTROS
¡Brilla, tizona
de fino acero,
igual que un claro
rayo de luna!

JUAN LUIS
¡Brilla, tizona,
que a tu luz quiero
hallar la senda
de mi fortuna!
¡Brilla, tizona,
que a tu luz quiero
hallar la senda
de mi fortuna!


__________



Todos se marchan, salvo Juan Luis y su escudero Rodrigo, que ronda la fuente a la caza de mozas. Al dar con él, el caballero le cuenta su nuevo descubrimiento, ya que a raíz de la revelación del Corregidor y su capitán amigo, arde de impaciencia por conocer a esa nueva beldad que, según le dijeran, sobrepasa con creces la belleza de la criada del mesón.
No tiene que esperar mucho para lograrlo, ya que la hermosa Raque, discretamente velada, sale en ese momento de la vivienda del espadero, respondiendo al reclamo de piedad de la campana de la catedral, llamando a los fieles al oficio.

Romanza de Raquel “Cuando el grave sonar de la campana…..Castellana toledana”: (Raquel, Juan Luis)

RAQUEL
Cuando el grave sonar de la campana
a los fieles invita a la oración,
gentilmente, la moza toledana
va a la iglesia con toda devoción.
Bajo el manto, velada y misteriosa,
es más puro su encanto virginal,
y un galán, al cruzar presurosa,
le ofrenda la rosa
de su madrigal.
¡Ah!
Castellana, toledana,
por besar tus labios grana
perdiera vida y honor,
perdiera vida y honor.
Toledana, castellana,
flor de amor.
Toledana, flor de amor.

JUAN LUIS
Castellana, toledana,
por besar tus labios grana
perdiera vida y honor.

RAQUEL
Perdiera vida y honor.
Toledana, castellana.

JUAN LUIS
Flor de amor.

RAQUEL
Toledana, flor de amor.


__________



Conmovido por la singular belleza de la muchacha, Juan Luis retorna a la espadería tan pronto como ella se marcha, dispuesto a obtener del anciano maese Andrés la venia para retratarla. El espadero, alarmado por la sugerencia del pintor cuando éste alude al perfil hebreo de su hija –ya que ambos, cristianos “nuevos” se esfuerzan por hacer olvidar su origen judío- intenta rehusarse, cuando les interrumpe un rumor de lucha y entrechocar de espadas y el angustioso reclamo de una voz de mujer pidiendo socorro, que maese Andrés reconoce al instante como su hija. Mientras Rodrigo se esfuma prudentemente, Juan Luis y el espadero corren en la dirección de la disputa, en tanto que llega Raquel, jadeante y aterrada. En la calleja próxima se está batiendo el conde Don Diego, noble vecino de la espadería, con tres desconocidos a quienes no tarda en poner en fuga con el oportuno auxilio de Juan Luis.
Como es lógico, éste ha deducido de la escena que Don Diego está en aprietos por proteger con su espada a la hija de maese Andrés. El pintor sufre en la breve refriega una leve herida en la mano. El conde, tras lamentar el incidente y dar a Juan Luis efusivas gracias por su oportuna intervención, entra en el palacio, con frente a la misma plazuela a la cual se abre el portal de la espadería.
Mientras restaña la sangre que mana de la herida, Raquel revela a Juan Luis la verdad de lo acontecido.
Eran los tres desconocidos quienes en verdad se batían por ella, y el conde un villano que la persigue desde hace tiempo, importunándola con sus locas pretensiones. Si hasta el momento se lo ha ocultado a su padre, es sólo por su temor ante las posibles consecuencias, dado el poderoso valimento de su ofensor.

Dúo de Juan Luís y Raquel “Insolente presumido….Moza la toledana”: (Juan Luis, Raquel)

JUAN LUIS
Insolente, presumido,
fanfarrón y pendenciero
procediendo cual villano,
os corteja un caballero
que tan sólo la ropilla
y el nombre tiene de tal.
Si él os pide vuestra mano,
yo amor brindaros prefiero;
él es la fuerza insolente,
y yo soy el madrigal.

RAQUEL
Insolente y presumido,
me corteja un caballero;
de sus acechanzas ruines
defendióme vuestro acero,
y por eso, agradecida
yo siempre a vos viviré.
Más el amor no se logra
jamás con un gesto fiero,
precisa llegar al alma...

JUAN LUIS
Yo a la vuestra llegaré.
Moza, la toledana,
la flor galana
del Cigarral,
vuelve hacia mí tus ojos
y mis enojos
se calmarán.
Moza, la toledana,
la mas galana
que pude ver;
mira mi ardiente anhelo,
dame el consuelo
de tu querer.

RAQUEL
Noble y galán caballero,
que por mi honor ha reñido
y defenderme ha sabido con su acero;
dejad que vivan las flores
de los amores en el rosal
donde vive dichosa
la humilde rosa del Cigarral.

JUAN LUIS
Flor y mujer que presentí,
arte y pasión viven en ti.

RAQUEL
No es vuestro amor para Raquel.

JUAN LUIS
Musa serás de mi pincel.
Para el arte yo vivía
y triunfar sólo anhelaba,
la mujer que presentía
por mi senda no cruzaba.
Si al mirar hoy vuestros ojos
en su fuego me abrasé
es que amor mi vida entera
colmó como yo aguardaba.

RAQUEL
El amor vive en el alma.

JUAN LUIS
¡Yo a la vuestra llegaré!

RAQUEL
Moza, la toledana,
la flor galana
del Cigarral,
temo que con su mano
el hortelano
la pueda ajar.
Debo, reconocida,
darle mi vida,
más no mi amor.

JUAN LUIS
Moza, la toledana,
la flor galana
del Cigarral,
vuelve hacia mí tus ojos
y tus enojos
se calmarán.
Oyeme, toledana,
rosa temprana
de mi pasión...
¡Quiero tu amor!


__________



Con graciosa reverencia, la muchacha se despide del pintor para retornar a sus aposentos. En cuanto a él, al regresar a la plazuela encuentra a Rodrigo alardeando de haber participado eficazmente en la descomunal batalla de momentos antes, si bien, apremiado por las preguntas de su amo, concluye por admitir que su caprichosa espada se negó tozudamente a salir de la vaina. Pero no será éste el último aprieto en que ha de verse todavía el embustero Rodrigo. Por haber echado a rodar poco antes trola, asegurando a unas guapas muchachas que para salvar su vida en un naufragio había jurado desposar a la mujer más fea que encontrase, andan ya en su busca todas las feas de Toledo. Por su parte, los más guapos donceles de la Imperial Ciudad recorren las calles en pos de las gracias de la bella Constancica.
Y todos coinciden en la plazuela: lindos y feas, Constancica y el escudero.

Pasacalle de feas y lindos y dúo cómico de Constancica y Rodrigo “No me seas esquivo”: (Rodrigo, Constancia y Feas y Lindos)

FEAS
No me seas esquivo,
porque no vivo.

LINDOS
Quiéreme, Constancica,
que yo te adoro.

FEAS
Mira que fea.

LINDOS
Mira que lindo soy.

RODRIGO
Para un hombre tan solo,
son muchas feas.

CONSTANCIA
Que caterva de lindos
llevo a mi vera.

FEAS
Mira que horrible.

LINDOS
Mira que guapo soy.

CONSTANCIA
Bello doncel,
por favor, por favor, por favor,
no me atosigues más,
porque inútil será.

RODRIGO
Fea mujer,
déjame, déjame, déjame,
que al ver tu fealdad
de pavor moriré.

FEAS y LINDOS
¡Quiéreme, por Dios!

CONSTANCIA y RODRIGO
(La mujer / Un doncel.
ya no puede salir
jamás sin sentir
de amor el asedio.)

FEAS y LINDOS
Tú verás.

CONSTANCIA y RODRIGO
¡Ay, que miedo me dan!

FEAS y LINDOS:
Que jamás hallarás
un amor como el mío.
Cásate,
y dudar no podrás...

LINDOS
Que soy muy galán...

FEAS
Que soy vieja y fea.

CONSTANCIA y RODRIGO
Idos ya.

FEAS y LINDOS
¡Ay, que susto me dio!

LINDOS
En ti estriba mi amor.

FEAS
Fíjate, soy horrible.

CONSTANCIA y RODRIGO
(Bella doncel / Fea mujer
por favor, por favor, por favor,
no me atosigues más,
porque inútil será.
Déjame ya,
déjame, déjame, déjame,
que al ver tu terquedad / fealdad
de pasión moriré.)

DOS FEAS
La nariz tengo roma.

OTRAS DOS
Las piernas zambas.

DOS LINDOS
Fíjate en mi hermosura.

OTROS DOS
Y en mi elegancia.

DOS LINDOS
Mira que guapo.

DOS FEAS
Mira que fea soy.

(Hablado)

RODRIGO
Vayan al diablo los esperpentos.

CONSTANCIA
Sola con ellos no quiero estar.

RODRIGO
Tomad mi brazo por un momento
y será el medio que del asedio nos librará.      

FEAS
Tiene una dama.

LINDOS
Tiene un galán.

FEAS
¡Quién lo pensara!

FEAS y LINDOS
Vámonos ya.

RODRIGO
Si es un infierno
tenerlas juntas,
a vuestro lado
la gloria está.


___________



Lindos y feas se marchan formando grotescas parejas –no sin ostensible resignación por parte de ellos- y los nuevos amigos, Constancia y Rodrigo, se cruzan con Raquel, que vuelve a salir de su casa.
La criada del mesón del Sevillano explica al escudero que ha venido a la espadería en busca de una daga cuya empuñadura mandó a componer un singular huésped, hombre de letras el tal hidalgo, información que al punto completa maese Andrés, quien la tiene por “tan grande ingenio, que jamás de tal manera logró ningún otro” entretener los ocios del espadero con sus escritos.
Tras recibir la recompuesta daga de manos del espadero, Constancia inicia su viaje de regreso acompañada ahora por Rodrigo, quien la lisonjea lamentando que sea tan hermosa, por la cuenta que le tiene su promesa de casar con “la mujer más fea”.
Comienza a cerrar la noche, y del palacio de Don Diego emergen las figuras de éste y de varios embozados servidores.

Escena final “Salid mis fieles criados”: (Don Diego, Juan Luis, Embozados)

DIEGO
Salid, mis fieles criados;
lo que os dije recordad,
y esta noche será mía
la moza del Cigarral.
Nadie en la plaza,
sola la calle.
Nos es propicia
la oscuridad.
Nadie sospecha
que la paloma
hoy a su casa
no volverá.

EMBOZADOS
Nadie en la plaza,
sola la calle.
Nos es propicia
la oscuridad.
Nadie sospecha
que la paloma
hoy a su casa
no volverá.

DIEGO
Ocultaos, por ahora.
Cuando llegue la paloma,
si resiste a mi pasión,
la cogéis entre los cuatro
y a la moza que idolatro
la lleváis hasta el mesón.

EMBOZADOS
Nadie en la plaza,
nadie en la calle.
Nos es propicia
la oscuridad.

DIEGO
Ella lo sabe,
¡pobre paloma!,
que hoy a su casa
no volverá.

(Raquel aparece por la calleja)

(Hablado)

Raquel, divina doncella.

RAQUEL
Dejadme pasar, señor.
Es tarde y mi padre espera.

DIEGO
Más tiempo te espero yo.

RAQUEL
Ya os dije que mi cariño
no será vuestro jamás.

DIEGO
Pues, de tu grado o por la fuerza,
juro que mía serás.

(Los cuatro embozados la sujetan)

(Cantado)

JUAN LUIS
Castellano, toledano,
por librarla del villano
perdiera vida y honor.

CORO
Perdiera vida y honor.

JUAN LUIS
Yo te juro, castellano, por mi honor,
que a salvarla va mi amor.

CORO
El artista cortesano,
por salvarla del villano
perdiera vida y honor.

JUAN LUIS y CORO
Perdiera vida y honor,
perdiera vida y honor.

JUAN LUIS
Yo te juro, castellano, por mi honor,
que a luchar voy por mi honor.

CORO
Dios proteja al castellano y a su amor,
a luchar va por su amor.


___________



A la mañana siguiente, llena de sol que ilumina y entibia el paisaje, Juan Luis, embarcado ya en la tarea de liberar a la infortunada Raquel, obtiene de Rodrigo, al que aguarda junto a la carretera, en las afueras de la ciudad, una preciosa información lograda a través de Constancica: Al mesón del Sevillano han llevado esa noche, contra su voluntad, a una joven a quien retienen prácticamente secuestrada en su habitación. El escudero deberá seguir investigando por sí mismo hasta que llegue el momento de que intervenga decisivamente el caballero, con quien habrá de encontrarse más tarde en las proximidades del mesón.
Un mozo azuza a sus mulas, en plena labranza, y llegan de Lagartera, con su típico atuendo, las mozas que desde allí descienden hacia Toledo para vender sus mercancías en la ciudad.

Canción del carretero “Para mula de varas, la Capuchina” y coro general “Corred más….Lagarteranas somos”: (Teresa, Carretero, Lagarteranas)

CARRETERO
Para mula de varas, la “Capuchina”,
para mula de varas, la “Capuchina”;
para tirar con alma, la “Peregrina”;
La “Perla”, a esa da gusto verla en el barro.
Siempre la mejor mula me arranca el carro.
¡Arre, mula, arre!
Siempre la mejor mula
me arranca el carro.

CORO
Caminito de Toledo,
para descansar,
siente el mozo toledano
la ilusión de amar...
Ved, mirad...
De Lagartera vienen ya
sus mercancías a vender.
Mozas tan guapas como allí
en todo el mundo no se ven.

TERESA
Corred más,
que antes que sea noche debemos llegar,
y volver temprano para descansar,
después de vendido lo que aquí traemos
para las mocicas que quieran casar.

LAGARTERANAS
Para las mocicas que quieran casar.
Toledana, traigo para ti
unas galas, con las que serás
la mujer más feliz
a quien pueden amar.
Toledana traigo para ti.

TERESA
Lagarteranas somos,
venimos todas de Lagartera.
Traemos mercancías
de Lagartera y de Talavera.

LAGARTERANAS
Lagarteranas somos,
nacimos todas en lagartera.
Lindos encajes traigo
de Lagartera y de Talavera.

TERESA
A bailar
que por las escaleras baja el padre Juan,
pidiendo limosna a lo militar (para predicar),
y baja diciendo: ¡Agáchate, Pedro!
¡Agáchate, Pedro, y agáchate, Juan!

TODOS
¡Agáchate, Pedro, y agáchate, Juan!

TERESA y LAGARTERANAS
Ese es nuestro cantar popular
con que expresa su dicha al bailar
la mocita gentil
que en Toledo nació.
Ese es nuestro cantar popular.

LAGARTERANAS
Lagarteranas somos,
venimos todas de Lagartera.
Traemos mercancías
de Lagartera y de Talavera.

CORO
Lagarteranas guapas
que vienen todas de Lagartera,
venden sus mercancías
de Lagartera y de Talavera.

TERESA
Lagarteranas somos,
nacimos todas de lagartera.
Lindos encajes traigo
de Lagartera y de Talavera.


___________



Rodrigo se encuentra ya al acecho en la posada, donde asiste al arribo de un clérigo montado en un burro cargado con henchidos serones repletos de hábitos similares al que lleva puesto. Al escudero le llaman la atención los rasgos fisonómicos del nuevo mozo del mesón, que ha acudido a abrir el portal. Claro está... ¡si es el mismo Don Diego disfrazado de tal! El tonsurado recomienda al fingido mozo de mulas cuidar de la suya y de los serones en los que trae hábitos para los monjes de su orden. Rodrigo no olvidará por cierto esta referencia, y se marcha, curioso y vigilante, tras el pretendido mozo.
Constancia ha averiguado ya –y así se lo comunica a su tío el posadero- que aquella señora es una dama raptada por el falso criado, a quien asombra a su turno el porte de Constancia, la cual parece “más bien hija del Comendador que sobrina del mesonero”. Tal es la opinión que de ella tiene también el Huésped del Mesón del Sevillano, quien desde el portal alcanza a oír aquellas palabras y añade: “Tampoco tú pareces mozo de mulas”.
A solas, por fin, la muchacha, hace su aparición un nuevo clérigo... Es Rodrigo disfrazado con uno de los hábitos, quien está maquinando un plan cuya primera etapa consiste, para él, en mudar de personalidad. Divertida, Constancia, se presta al juego del presunto frate.

Dúo cómico de Constancica y Rodrigo “Si tú fueras pastora”: (Rodrigo, Constancia)

RODRIGO
Si tú fueras pastora,
yo fuere corderito, ¡be, bee!
Triscara por el prado,
travieso y rizadito, ¡be, bee!

CONSTANCIA
Si yo fuera pastora,
tuviera mi pastor, ¡be, bee!
que tierno me arrullara,
que amante me contara,
que ardiente me pintara
las ansias del amor. ¡Beeee...!

RODRIGO
¡Beeee....!

CONSTANCIA
Las ansias del amor...

RODRIGO
¿Amor? ¡Terrible cosa!
¿Tú lo has nombrado?
No lo mientes, hermosa,
que es gran pecado.

CONSTANCIA
¿Decís que es gran pecado?

RODRIGO
De perdición,
si no le salva un acto de contrición.

CONSTANCIA
¡Ay, que miedo me da!
¡Confesión, confesión!

RODRIGO
El infierno abrirá
para ti su mansión.

CONSTANCIA
Padre mío, ¡qué horror!
¡Yo pequé! ¡Yo pequé!

RODRIGO
¡Si es pecado de amor,
perdonarte sabré!...

CONSTANCIA
¡Confesión!

RODRIGO
¿Tú estarás arrepentida?

CONSTANCIA
Lo está toda la vida
la que a un galán oyó...

RODRIGO
¿Tú?

CONSTANCIA
¡Yo!

RODRIGO
Pues ten mucho sentido,
que alguna he conocido
que, ante un galán rendido,
su corazón abrió...

CONSTANCIA
¿Tú?

RODRIGO
¡Yo!
¡Y ya no le cerró!...

RODRIGO y CONSTANCIA
¡Ay! ¡Qué miedo me da!

CONSTANCIA
¡Mi perdón!

RODRIGO
¡Tu perdón!

CONSTANCIA y RODRIGO
¡qué el infierno abrirá
para ti / mi su mansión!


___________



El mozo –o sea, Don Diego- alcanza a asistir al final de la escena, y sorprendiendo al fingido clérigo, le induce a poner los pies en polvorosa. Y ordena a Constancia que vaya en busca de Raquel y la traiga a su presencia. El diálogo es presenciado, aunque no escuchado, por el Huésped, quien intercambia algunas razones con el falso mozo a quien tiene –y no yerra- por persona de superior condición, al igual que la pretendida fregona, que se le antoja cumplida dama de elevadísima alcurnia, la cual, quien sabe por qué razones, se finge momentáneamente criada.
El posterior diálogo de Don Diego con la raptada doncella es muy breve. Él esta dispuesto a hacerla suya, y le anuncia que esa noche deberá seguirle, de grado o por fuerza, alejándose con él de Toledo. Dicho lo cual se marcha, no sin antes recomendar al mesonero que se cuide de tener bien guardada la puerta.

Romanza de Raquel “La pena me hace llorar”: (Raquel)

RAQUEL
La pena me hace llorar,
consuelo me da el amor
que sabe, amor, en el alma
mitigar el dolor.
Hoy, que sueño, enamorada,
mi sueño es un ciego afán.
¡Quién pudiera convertirlo
en feliz realidad!
Si saber Juan Luis pudiera
el sitio de mi prisión,
por mi libertad vendría
para luchar por nuestro amor.
Que sabe amar y en el alma
mitigar el dolor.
En mi corazón vacío
hice un altar para él.
¡Defenderlo y defenderse
sabrá Raquel, sabrá Raquel!


___________



Esa noche habrá baile en el mesón y Don Diego aprovechará con sus secuaces el natural jolgorio originado por la fiesta para iniciar, sin mayores riesgos, el cumplimento de su siniestro plan. Mozas, mozos y músicos, con los cuales se mezclan sigilosamente los embozados de Don Diego, comienzan a entrar, en tanto que Raquel regresa, desconsolada, a su aposento.

Introducción coral “Entren, pues, todos los mozos” y baile de la chacona “El brío y la ligereza”: (Don Diego, Constancia, Mozas y Mozos)

MOZOS
Entren, pues, todos los mozos
y las mozas que han de entrar,
que el Mesón del Sevillano
es más ancho que la mar.

MOZAS y MOZOS
Entren, pues, todos los ninfos
y las ninfas que han de entrar,
que el Mesón del Sevillano
es más ancho que la mar.

DIEGO
Dadme acá la guitarra, ventero,
y a las mozas hagamos bailar.
Atended a mi son, porque quiero
al bailar que miréis lo primero
a los pasos que os voy a marcar.

MOZAS y MOZOS
El brío y la ligereza
en los viejos se remoza,
y en los mancebos se ensalza
y sobre todo se entona.
Que el baile de la Chacona
encierra la vida bona,
que el baile de la Chacona
encierra la vida bona.

CONSTANCIA
Esta a quien es tributaria
la turba de las fregonas,
la caterva de los pajes
y de lacayos las tropas,
dice, jura y no revienta
que, a pesar de la persona
del soberbio Zampapalo,
ella es la flor de la olla,

CONSTANCIA, MOZAS y MOZOS
y que sólo la Chacona
encierra la vida bona
y que sólo la Chacona
encierra la vida bona.

MOZAS y MOZOS
El brío y la ligereza
en los viejos se remoza,
y en los mancebos se ensalza
y sobre todo se entona.
Que el baile de la Chacona
encierra la vida bona,
que el baile de la Chacona
encierra la vida bona.
.

___________



La fiesta concluye con formidable escándalo que inicia Rodrigo (disfrazado siempre de fraile) insultando a Don Diego sin que éste pueda identificarle, y rematan eficazmente con la mayor contundencia de secuaces del segundo. El falso mozo promete al mesonero recompensarle con largueza si con su ayuda puede sacar de la venta, a media noche, a la dama en custodia. Un coche con buen tronco aguardará en la vecina plaza de Zocodover. Entre tanto, que el mesonero cuide que no salga del mesón mujer alguna, no sea cosa que escape el pájaro.
Otras dos personas han estado atentas al diálogo, enterándose así de sus planes: el Huésped, que aún permanece en el oscuro rincón donde se guareciera al arreciar la tremolina y Constancia, que estuvo vigilando desde que acompañó a Raquel a la planta superior.
Previo un sugerente cambio de impresiones entre ambos, Rodrigo acuerda con la moza el procedimiento por el cual el caballero, luego de recibir las señales que Raquel habrá de transmitirle con la lámpara, desde su cuarto, ingresará sin ser visto al patio del mesón. Y mientras el proceso se cumple y entra Juan Luis para recitar apasionado soliloquio, Constancia irá otra vez en busca de Raquel, a la que guiará con sigilo a la planta baja.

Romanza de Juan Luís “Mujer de los negros ojos”: (Juan Luis)

JUAN LUIS
Mujer de los negros ojos,
la de la trenza morena.
Mujer de los labios rojos
como la flor del amor.
Mujer de perfil gitano,
que tiene sangre agarena...
¡Mujer de cuerpo pagano,
eres llama, verso y flor!
Raquel,
tras de ese muro prisionera,
mi amor,
de tu prisión viene a librarte.
¡Mujer,
el que te dio la vida entera,
morir,
sabrá por ti para calmarte!
Mujer de perfil gitano,
que tiene sangre agarena...
¡Mujer de cuerpo pagano,
eres llama, verso y flor!
Raquel,
tras de ese muro prisionera,
mi amor,
de tu prisión viene a librarte.
¡Mujer,
el que te dio la vida entera,
morir,
sabrá por ti para librarte!


___________



Nocturno y recitado del Huésped “Pintura sobre pintura” y del pregonero “Alma que en pecado estás”: (El huésped, Un pregonero)

(Recitado)

HUESPED
Pintura sobre pintura,
traiciones y encrucijadas;
raptos, celos, cuchilladas,
misterio, amor aventura...
las pasiones desatas
en la noche, suave y pura.

(Cantado)

PREGONERO
Alma que en pecado estás...
si en esta noche murieras,
¡mira bien adonde fueras,
alma que en pecado estás!

(Recitado)

HUESPED
Mezcla admirable y extraña...
Místicos y aventureros,
y poetas, y guerreros.
¡Es Castilla... y es España!
Al sonar de su campana,
sabe hablar al corazón,
con voces de tradición,
la Catedral toledana.
Toledo, solar hispano,
crisol de la raza ibera,
¡dichoso aquél que naciera
español y toledano!
¡Oh Toledo, si yo puedo,
para tu honor y mi gloria,
he de escribir una historia
en un mesón de Toledo!


___________



Llaman al portón y, al oírlo, el Huésped se retira abandonando sobre la mesa el recado de escribir. Es Don Diego que llega, recuperada ya su apariencia de caballero, y dispuesto a cumplir la etapa final de su maléfica maquinación. Rodrigo –siempre con su disfraz de fraile- le entretiene siguiendo las instrucciones de su señor. Aunque su impaciencia es evidente, Don Diego no puede actuar con la celeridad que entraba en sus planes y comienza a perder un tiempo precioso, bien aprovechado por el escudero de Juan Luis para dar una buena lección a los malvados. Cuando grandes golpes suenan nuevamente en la puerta y se oyen gritos de "¡Abrid a la justicia!", Don Diego comprende que ha sido burlado.
La aventura ha terminado, con su merecido para cada cual. Don Diego y sus servidores, detenidos por los corchetes; los dos jóvenes amantes, Raquel y Juan Luis, tornando a la espadería portadores de la buena nueva para maese Andrés; Rodrigo, por fin, con la esperanza de volver en busca de Constancica... aunque tenga que abandonar su promesa de desposar a una fea. El patio del mesón del Sevillano recupera así, pasada la medianoche, la silenciosa serenidad que a tal hora corresponde. El Huésped, retornado, vuelve a tomar asiento frente a la mesa, empuñando otra vez la pluma. Constancica, que se apresta a recogerse en su aposento, se detiene un momento junto al escritor, con la lámpara en alto.

Final. Tiempo de seguidilla: (Constancia, El Huésped)

(Recitado)

CONSTANCIA
¿Pues ahora, señor, qué hacéis?

HUESPED
Ningún momento mejor
para empezar mi labor.

CONSTANCIA
¿Y qué es lo que escribiréis?

HUESPED
Vas a saberlo, curiosa.
Escribo, Constanza hermana,
la historia de una villana
tan honesta y tan hermosa,
que, aunque nació en baja esfera,
por gran dama la tomé.
Yo haré creer que lo fue
a la gente venidera.

CONSTANCIA
¿La historia de mi persona?

HUESPED
Y el título tengo ya.

CONSTANCIA
¿Pues cómo se llamará, señor?

HUESPED
"La ilustre fregona"

(Cantado)

JUAN LUIS
Castellana, toledana,
por besar tus labios grana
perdiera vida y honor,

RAQUEL       
perdiera vida y honor.
Toledana, castellana,

JUAN LUIS
flor de amor.

RAQUEL y JUAN LUIS
Toledana, flor de amor.





FIN


Información obtenida en la Página Web http://lazarzuela.webcindario.com/

2 comentarios:

  1. Me parece la versión mas exacta y fiel que he conocido.

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  2. Me alegro Jordi de que te haya gustado la información.
    Como verás procede de la desaparecida página Webcindario, que tan gran información aportaba.

    Un saludo
    Fernando

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