El Rey que rabió (Cantables)



EL REY QUE RABIÓ



Zarzuela cómica en tres actos y ocho cuadros.

Libreto: Miguel Ramos Carrión y Vital Aza.

Música: Ruperto Chapí.

Estrenada el 20 o 21 de Abril de 1891.en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.

 
ARGUMENTO


La acción transcurre a finales del siglo XIX, en un país imaginario, pero que alude claramente a España. La obra se inicia en un salón del Palacio Real, cortesanos, damas y autoridades esperan al rey, quien vuelve de un amplio recorrido por su reino. Satisfecho por la felicidad que en éste ha visto, el joven monarca es saludado por los presentes.
Luego, queda a solas con el general, el gobernador, el intendente y el almirante. ¿Es cierta tanta felicidad en su reino?, les pregunta. Sin duda, sin duda, ¿No ha de serlo, reinando vos y gobernando nosotros?, le replican. El soberano, aburrido por el carácter oficial del viaje realizado, desea hacer otro, pero de incógnito y bajo la apariencia de un hombre humilde.
Los consejeros tratan de disuadirle. ¡Sería peligroso! Pero el rey está decidido a ello y a pedirles la dimisión si se le oponen.
Los consejeros temen que el Rey descubra la verdad, el pueblo está harto de impuestos y de la Administración. El gobernador tiene una idea, él, también de incógnito, precederá al rey en cada sitio a donde vaya a ir. Y con dinero organizará festejos. Parte el gobernador. El Rey también, disfrazado de pastor y se lleva consigo al general, vestido de igual manera.
Nos encontramos en la plaza de un pueblo, con el Ayuntamiento y un mesón. Cae la tarde.
El pueblo se queja al alcalde de lo mal que viven, el propio alcalde no se gana la vida y propone escribir una carta al gobierno para que no les cobre los impuestos. Todos apoyan la idea.
Jeremías, sobrino del alcalde, se lamenta porque Rosa, su prima, no corresponde a su amor.
El alcalde, también tío de ella, le promete la mano de la chica para haya cumplido el servicio militar. Llega el gobernador de incógnito y va a ver al alcalde. Jeremías y Rosa hablan solos en la plaza. Ella se burla de su primo, pues siempre se está lamentando. Sale Rosa y llegan, como pastores, el rey y el general. Se sientan en el mesón y comen frugalmente, con gran disgusto del militar.
Vuelve Rosa con agua de la fuente, y queda cautivada por el pastor joven (el rey) y éste de ella. Jeremías lo nota y se lamenta. El pueblo sale del Ayuntamiento dando vivas al gobierno, lo que satisface al monarca (el dinero del gobernador ha conseguido su fín). Se organiza una fiesta y el rey baila con Rosa. De pronto, llegan unos soldados reclutando mozos, llevándose a Jeremías y al soberano. El general se ofrece como voluntario, servirá como ranchero.
Dentro del patio de un castillo con una muralla, empieza a amanecer, los soldados cruzan el patio. El general se queja al rey de la dureza de la vida militar. Al poco, un capitán se mete con los dos y luego con Jeremías.
Se presentan en el cuartel el alcalde y Rosa. Con el pretexto de añorar a Jeremías, la chica viene a ver al “pastor”. Entra el alcalde al castillo y el monarca, se ve con Rosa y la convence para que huyan juntos. El alcalde y Jeremías pronto advierten su fuga. Enterado de ella, el general se da a conocer al capitán, pero éste lo manda encerrar, creyendo que está borracho.
Pronto llega el gobernador y revela la personalidad del soberano y del general. El capitán quiere morirse. Se organiza una batida para buscar a los enamorados.
En el patio de una casa de campo, es de noche, llegan unos segadores contratados por los dueños de la casa, Juan y María. El rey y Rosa se han mezclado con ellos y están segando.
Tras cenar, los hombres duermen en el pajar y las mujeres en la cocina. Alguien llama con estruendo. Es Jeremías, escapado del cuartel para buscar a Rosa. Pide a Juan y Maria que le oculten, pues pueden arrestarle por desertor. Cuando trata de esconderse es mordido por el perro de la casa. Llega la partida militar con el general, el gobernador y el capitán.
Preguntan por un soldado (esto es, por el rey, pero Juan y María creen que por Jeremías). El monarca lo oye todo desde el pajar. La mujer cuenta que el soldado ha sido mordido por un perro, todos tiemblan. ¡El rey puede coger la rabia!
El general y el gobernador ordenan al capitán que lo devuelva a palacio y lleve allí también al perro, para ver si está rabioso. Ambos consejeros se van sin ver al mordido. El rey ha oído los planes y ve como el capitán lleva a Jeremías y al perro a palacio.
En un jardín de palacio, unos pajes comentan la ausencia del rey, los consejeros van y vienen. Llegan el intendente, el gobernador, el almirante y el general. Todos están preocupados por el monarca y el veredicto de los doctores que examinan al perro. Marta y Rosa se presentan en palacio. Salen los doctores de su reunión, sin saber determinar si el perro esta rabioso o no. Poco después el rey entra con disimulo, los pajes se sorprenden de su ropa de segador. El soberano les ordena discreción y que le traigan a Rosa. Ésta, extrañada, se propone pedirle perdón para su amado pastor.
Llegan Jeremías y el capitán, quien se retira. El muchacho se sorprende al ver allí a Rosa, esperando al rey. Cuando éste comparece, ambos quedan boquiabiertos. La chica se cree burlada y desea marcharse, pero el monarca la retiene. Al poco, el rey, solo, recibe a sus consejeros y al capitán. Simula haber llegado escoltado por éste, al cual asciende y obliga a callarse.
En salón del trono, van llegando los cortesanos, los alabarderos y el rey y sus consejeros. El soberano debe recibir a los embajadores y elegir esposa por los retratos que ellos le presenten. Tras ver los retratos con complacencia, el monarca anuncia que se casará con Rosa, quien es llevada a su lado. Los consejeros se le oponen, pero un nuevo riesgo de dimisión les obliga a aceptar la boda. Lo aceptan todo, todo. Jeremías, nombrado oficial, se resigna sin dejar de lamentarse como siempre.



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Personajes:

Rey: Se enamora de Rosa.
 
Rosa: Sobrina del alcalde, prometida y prima de Jeremías.

María: Una labradora.

General: Consejero del Rey al que quieren hacer ranchero
 
Jeremías: Mozo llorón, primo y prometido de Rosa
 
Intendente: Consejero del Rey

Almirante: Consejero del Rey
 
Gobernador: Consejero del Rey
 
Alcalde: Tío de Rosa
 
Capitán: Capitán de los reclutas

Juan: Marido de María


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Números musicales:

Al monarca esperamos… Bienvenido sea nuestro soberano….Cuando el alma se recrea: (Rey, Intendente, Damas, Cortesanos)
La dimisión, la dimisión: (General, Gobernador, Almirante, Intendente)
Soy un pastor sencillo: (Rey, Almirante, Intendente)
¿Quién es? ¡No sé!: (Rey, General, Almirante, Intendente)
Señor alcalde: (Alcalde, Aldeanos)
El chorro de la fuente: (Rosa, Rey, General, Jeremías)
Ahí llega ya la música: (Rosa, Rey, General, Jeremías, Alcalde, Capitán, Aldeanos)
Mi tío se figura: (Rosa)
Mientras con los reclutas: (Rosa, Rey)
Alegres segadores… Por entre las mieses: (Rosa, Juan, María, Segadores)
¡Por Dios! ¡Por la Virgen!: (Jeremías)
Buenas noches: (Rey, General, Gobernador, Capitán, María)
¡Gran Dios! ¡Decid!: (Rosa, Rey, María)
Compañeros venid: (Pajes)
Juzgando por los síntomas: (Doctores)
Intranquilo estoy: (Rey)
Mi amor, mi bien, mi dueño: (Rosa, Rey, Jeremías)
Dios ilumine al soberano: (Rey, Intendente, Cortesanos, Escoceses, Italianos, Rusos)
¡Viva el Rey!: (Todos)


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Al monarca esperamos… Bienvenido sea nuestro soberano….Cuando el alma se recrea: (Rey, Intendente, Damas, Cortesanos)

CORTESANOS
¡Viva el Rey!
¡Viva!
¡Viva el monarca!
¡Viva!
¡Viva el Rey!
Al monarca esperaremos,
que muy pronto llegará;
el cañón y las campanas
su regreso anuncian ya.
Dispongámonos humildes
en solemne recepción
a ofrecerle el homenaje
de respeto y adhesión.

DAMAS
Esperemos al monarca,
que ya pronto va a llegar;
con la nuestra hoy hace coro
la alegría popular.
Dispongámonos humildes
en solemne recepción
a ofrecerle el homenaje
de respeto y adhesión.

INTENDENTE
Señoras, Señores...

CORTESANOS
Señor Intendente...

INTENDENTE
El Rey se aproxima,
le aclama la gente.
Todo es regocijo
en la capital;
que reflejen nuestros rostros
la alegría popular.

CORTESANOS
Que no halle el monarca
ni asomo de ceño,
que nuestro semblante
se muestre risueño;
este regocijo
no será oficial,
pues sentimos en el pecho
la alegría general.

(Cañonazos y música militar)

CORTESANOS
¡Viva el Rey!
¡Viva!
¡Viva el monarca!
¡Viva!
¡Viva el Rey!

(Himno)

TODOS
¡Viva el Rey, viva el Rey,
que es amparo de la ley!
Con ardiente fervor
Quiere el pueblo a su señor.
Y él adora a su rey.
¡Viva el Rey! ¡Viva el Rey!

CORTESANOS
Bienvenido sea
nuestro soberano,
con que con él la corte
vuelve a su esplendor;
sea bienvenido;
todo cortesano
hoy te da rendido
pruebas de su amor

REY
¡Cuándo el alma se recrea
al hallar felicidad
en la villa y en la aldea
en el campo y la ciudad!
En palacios y en cuarteles
sólo aplausos recibí
y cargado de laureles
satisfecho vuelvo aquí.
Subordinada
vi a la milicia
e incorruptible
es la justicia.
Gástense en obras
los capitales,
gana el obrero
buenos jornales.
Las ciencias brillan
por su adelanto,
y las escuelas
son un encanto.
Parece un sueño
ventura tal.
No hay en todo el mundo
otro pueblo igual.

CORTESANOS
Parece un sueño
ventura tal,
no hay en todo el mundo
otro pueblo igual.

REY
Parece un sueño
ventura tal…

CORTESANOS
Parece un sueño
ventura tal…

CORTESANOS
¡Viva el Rey!
¡Viva!
¡Viva el monarca!
¡Viva!
¡Viva el Rey!

(Himno)

TODOS
¡Viva el Rey, viva el Rey,
que es amparo de la ley!
Con ardiente fervor
Quiere el pueblo a su señor.
Y él adora a su rey.
¡Viva el Rey! ¡Viva el Rey!


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La dimisión, la dimisión: (General, Gobernador, Almirante, Intendente)

GOBERNADOR
¡La dimisión!

ALMIRANTE
¡La dimisión!

GENERAL
¡La dimisión!

INTENDENTE
¡La dimisión!

GENERAL, GOBERNADOR, ALMIRANTE e INTENDENTE
¡La dimisión!
Nos priva por completo
de la gobernación;
nos pone en un aprieto
su determinación.

GENERAL
¿Qué hacemos?

GOBERNADOR
No lo se.

ALMIRANTE
El caso es de pensar.

GENERAL, GOBERNADOR, ALMIRANTE e INTENDENTE
Meditemos, calculemos
si debemos renunciar.
Meditemos, calculemos
si debemos renunciar.

GOBERNADOR
La dignidad lo impone.

INTENDENTE
Obremos con valor.

ALMIRANTE
Exígelo el decoro.

GENERAL
Lo pide nuestro honor.

GENERAL, GOBERNADOR, ALMIRANTE e INTENDENTE
Sí, señor. Sí, señor.

GOBERNADOR
¿Qué hacemos?

INTENDENTE
No lo sé.

ALMIRANTE
Forzoso es decidir.

GENERAL, GOBERNADOR, ALMIRANTE e INTENDENTE
Meditemos, calculemos
si debemos transigir.
Meditemos, calculemos
si debemos transigir.

GOBERNADOR, ALMIRANTE e INTENDENTE
¡Qué emoción!

GENERAL
Hagamos todo, todo...
¡menos dimisión!

GOBERNADOR, ALMIRANTE e INTENDENTE
¡Tenéis razón!
Somos en todo, en todo,
de vuestra opinión.


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Soy un pastor sencillo: (Rey, Almirante, Intendente)

REY
Soy un pastor sencillo,
huelo a romero,
huelo a tomillo,
y toco la zampoña
y el caramillo.

ALMIRANTE e INTENDENTE
(No es malo el que nos arma
este Chiquillo.)

REY
Huelo a romero;
huelo a tomillo.
Quiero al son de la gaita
cantar mis quejas,
y comer nata y queso
de mis ovejas.
Si una linda zagala
llega a la fuente,
calme su cantarillo
mi sed ardiente
Y al dormir en mis brazos
siesta de amor,
ella será la reina
de este pastor.

ALMIRANTE e INTENDENTE
(Busca una égloga
para su amor.
Ay, qué bucólico
está el señor.)

REY
Quiero vida campestre
dulce y tranquila
y escuchar del rebaño
la dulce esquila.
Más que lujo y riquezas,
gloria y honores,
ambiciono la vida
de los pastores.
Ya la orilla
del río murmurador,
entonar con mi gaita
cantos de amor.

ALMIRANTE e INTENDENTE
(Busca una égloga
para su amor.
¡Ay, qué bucólico
está el señor!)

REY
¡Qué grata música
para el pastor!
¡Qué melancólico
canto de amor!


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¿Quién es? ¡No sé!: (Rey, General, Almirante, Intendente)

ALMIRANTE
¿Quién es?

INTENDENTE
No sé.

REY
¿Qué tal?

GENERAL
Aquí estoy ya, señor.

ALMIRANTE e INTENDENTE
¡Dios mío! ¡El General!
Vestido de pastor.

GENERAL
Ya estoy aquí.

ALMIRANTE
¡Que raro está!

INTENDENTE
¿Verdad que sí?

ALMIRANTE e INTENDENTE
¡Ja, ja, ja, ja!

GENERAL
Por vos, de mí se ríen ya.

REY
¡Me lo temí!

GENERAL, ALMIRANTE e INTENDENTE
¡Ja, ja, ja, ja!

GENERAL e ALMIRANTE
Y por ahí
se marchará vestido así.
¡Ja, ja, ja, ja!

REY
El verlo así
que risa da.

GENERAL
¡Pobre de mí!

GENERAL, ALMIRANTE e INTENDENTE
Ja, ja, ja, ja!

REY
Así sin bigote parece un muchacho.

GENERAL
Lo que yo parezco
es un mamarracho.
Mas por daros gusto
me desfiguré,
y hasta mi bigote
os sacrifiqué.

REY
Creedme a mí,
ya crecerá.

GENERAL
El que perdí
ya no saldrá.

GENERAL, ALMIRANTE e INTENDENTE
¡Ja, ja, ja, ja!

GENERAL
El verme así
me gusta más,
al verme así,
que gusto da,
todos de mi,
se ríen ya.
al verme así,
que gusto da,
todos de mi,
se ríen ya.

REY, ALMIRANTE e INTENDENTE
¡Ja, ja, ja, ja!


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Señor alcalde: (Alcalde, Pueblo)

ALDEANOS
¡Abajo el gobierno!
¡Abajo!

ALDEANO
Los tributos son muy elevaos,
los campos están arrasaos,
los trabajaores estamos paraos,
y tos estamos fastidiaos.
¡Fuera el gobierno!

ALDEANOS
Señor alcalde,
señor alcalde,
señor alcalde.
Señor alcalde,
salga un momento,
señor alcalde,
por caridad,
necesitamos,
señor alcalde,
que nos proteja
su autoridad.
Señor alcalde,
señor alcalde,
señor alcalde
si no remedia,
señor alcalde
nuestra ansiedad,
señor alcalde,
señor alcalde,
hacemos una barbaridad.
Señor alcalde,
señor alcalde.


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El chorro de la fuente: (Rosa, Rey, General, Jeremías)

ROSA
El chorro de la fuente
vierte agua clara,
y con ella colores
para mi cara.
Tenga muy buenas tardes.

REY
¡Dios mío, que mujer!

GENERAL
Al Rey se le han quitado
las ganas de comer.

REY
Qué hermosa es la zagala.

ROSA
Que lindo es el pastor.

JEREMIAS
La ingrata ni aun me mira.

GENERAL
¡Es guapa, sí señor!

ROSA
Si queréis agua fresca
os la puedo ofrecer;
en la fuente, ahora mismo,
la acabo de coger.

REY
No es agua lo que quiero
para calmar mi ardor,
que al verte, hermosa niña,
yo siento sed de amor.

ROSA
No se me acerque tanto.
¡Qué audaz es el pastor!
Para apagar el fuego,
el agua es lo mejor.

JEREMIAS
¿Qué se estarán hablando?
¡De fijo que es de amor!
si fuera yo valiente
pegaba a ese pastor.

GENERAL
El Rey se va animando,
pues esto es lo mejor,
que olvidará otras cosas
pensando en el amor.

REY
Yo siento sed de amor,
yo siento sed de amor,
yo siento sed de amor,
yo siento sed de amor.

ROSA
Si tanta sed le abrasa,
lo más sencillo
es beber unos sorbos
del cantarillo.

REY
Dame, que tengo el pecho
hecho una fragua.

GENERAL
Detrás del escabeche
no bebáis agua.

REY
¡Quítate allá!
Déjame que al fin
goce de libertad.
(A Rosa.)
Honores y riquezas
no me otorgó la suerte;
yo sólo, hermosa niña,
amor puedo ofrecerte.
Su mísera cabaña
te brinde este pastor.
¿Me quieres siendo pobre?
Responde, por favor.

ROSA
Ni honores ni riquezas
jamás pedí a la suerte;
cariño sólo anhelo,
cariño hasta la muerte.
Que la cabaña humilde
del mísero pastor,
habitaré dichosa
si en ella encuentro amor.

REY
¿Luego me quieres? Dí.

ROSA
¿A que negarlo? Sí.

REY
¿Lo oíste?

GENERAL
Ya lo oí.

JEREMIAS
Yo estoy fuera de mí.

REY
Tus ojos tienen para los míos
irresistible seguro imán,
por eso en ellos la luz buscando
los míos siempre se mirarán.

ROSA
En mí tus ojos se miran siempre,
buscando en ellos amante afán;
¡más ay, que temo, pastor querido,
si esos tus ojos me engañarán.

JEREMIAS
Yo estoy furioso, yo estoy que trino,
qué entusiasmados los dos están.
No soy valiente, más si esto sigue,
de mis casillas me sacarán,
de mis casillas me sacarán.

GENERAL
Pues esto ayuda a nuestro plan.

REY
Tus ojos tienen para los míos
irresistible seguro imán,
por eso en ellos la luz buscando
los míos siempre se mirarán.

ROSA
En mí tus ojos se miran siempre,
buscando en ellos amante afán;
¡más ay, que temo, pastor querido,
si esos tus ojos me engañarán.

GENERAL
El Rey se anima con la mozuela;
qué entusiasmados los dos están;
es conveniente que se distraiga,
pues esto ayuda a nuestro plan.

JEREMIAS

Yo estoy furioso, yo estoy que trino,
qué entusiasmados los dos están.
No soy valiente, más si esto sigue,
de mis casillas me sacarán.


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Ahí llega ya la música: (Rosa, Rey, General, Jeremías, Alcalde, Capitán, Aldeanos)

ALDEANOS
Ahí llega ya la música,
venid todos acá,
los viejos y los jóvenes
dispuestos a bailar.
Hoy todo es aquí júbilo,
el pueblo alegre está;
muchachas, dispongámonos
contentos a bailar.
¡A bailar!
Aquí está ya la música,
el baile va a empezar.
¡A bailar! ¡A bailar!

ROSA
(Al rey)
¿No bailas, tú?

REY
Sí. ¿Por qué no?

ROSA
Pues anda ya.

REY
Allá voy yo.

JEREMIAS
¡Baila con él!
¡Pobre de mí!

GENERAL
¡Dios mío! ¡El rey bailando aquí!

ALDEANOS
Oyendo el son alegre
de la danza del lugar,
no hay uno que no sienta
los deseos de bailar.
Los mozos y las mozas
que se abrazan sin temor,
avivan más la llama
de la hoguera del amor.
Venid aquí,
volved allá,
la vuelta así
mejor se da.
Volved allá,
venid aquí,
¡Que gusto da
bailar así!
Se animan las parejas
y saltando sin cesar
se juntan se separan
y se vuelven a juntar
No hay nadie que se rinda,
y en alegre agitación
más salta que las piernas
el alegre corazón.
Venid aquí
volved allá, etc.

(El rataplán del tambor interrumpe la fiesta)

UNOS
¿Oís?

OTROS
¡Callad!

ALCALDE
¡Silencio!

TODOS
Es marcha militar.

ALDEANOS
Un grupo de soldados
dirígese hacía acá.

JEREMIAS
¡Dios mío! ¡La recluta!

REY
¿Qué es eso, general?

GENERAL
Que vienen a llevarse
los mozos del lugar.

REY
Por mí, que se los lleven,
lo mismo se me da.
Dejándome a las mozas
no necesito más.

ALDEANOS
¡Salud a los soldados!

CAPITAN
¡Alto! ¡Descansen! ¡Ar!
¿En dónde está el Alcalde?

ALCALDE
¡A la orden, oficial!

JEREMIAS
Me llevan, y la ingrata
con él se quedará.

ALCALDE
(Presentando a Jeremías y dos mozos más)
Los mozos, ved, son estos.

CAPITAN
¿Son estos nada más?

JEREMIAS
Aquél también es mozo.

(Señalando al rey, que habla con Rosa)

¿Por qué no lo lleváis?

CAPITAN
¿Aquél?

(Acercándose al rey y dándole una palmada en el hombro) A ver, muchacho.

ALCALDE
¡Debe tener la edad!

CAPITAN
¿Tú al rey no habrás servido?

REY
No le serví jamás. (Riendo)

CAPITAN
Pues vente con nosotros.

GENERAL
¡Jesús, que atrocidad!

REY
(Aparte al general)
Servirme yo a mí mismo
esto es lo natural,
y no, que por la fuerza
me sirvan los demás.
¡Andando!

GENERAL
(Al rey)
No consiento esa temeridad.
La broma ya es pesada
decid quien sois.

REY
¡Jamás!
Conoceré de cerca
la vida militar.

GENERAL
¿Cómo dejarle solo?

CAPITAN
¡Andando! ¡Vamos ya!

REY
¡Adiós, hermosa niña!

ROSA
¿De mi te olvidarás?

REY
Tu celestial recuerdo
Mi pecho guardará.

GENERAL
¡Yo voy de voluntario!

CAPITAN
¡Sois viejo... pero andad!
Que, al fin, para ranchero
podréis servir quizás.

(Los aldeanos se ríen)

GENERAL
(Al Rey)
¡Ranchero yo!

REY
Paciencia,
querido general.
Ya ves que yo la tengo
y valgo mucho más.

CAPITAN
¡Tambor! ¡Soldados! ¡Firmes!
¡Armas al hombro! ¡March!

ALDEANOS
Ya se van los mozos
con su capitán;
quiera Dios que vuelvan
todos los que se van.
Ya se van los mozos
con su capitán;
quiera Dios que vuelvan
todos los que se van.


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Mi tío se figura: (Rosa)

ROSA
Mi tío se figura que por mi primo
vine aquí yo, mas no es por Jeremías,
que vengo sólo por mi pastor.
Yo que siempre de los hombres me burlé,
yo que siempre de los novios me reí,
yo que nunca sus lisonjas escuché,
hoy en busca de un amante vengo aquí.
Quiero ver si me ha olvidado el muy bribón,  
quiero ver si su palabra cumple fiel
y si guarda en su amoroso corazón
el amor que guarda el mío para él.
¡Ay de mí, ay de mí! Si acabaré llorando
yo que siempre reí.
Ay de mí, ay de mí! Si acabaré llorando
yo que siempre reí.
En mi pecho del amor jamás sentí,
el inquieto y angustioso palpitar
mas si incauta entre sus redes me prendí.
¿Qué he de hacer si no lo puedo remediar?
No está bien que con engaño y sin rubor
atrevida busque al novio en el cuartel
pero es tanto mi cariño a ese pastor
que al infierno si es preciso iré por él.
¡Ay de mí, ay de mí! Si acabaré llorando
 yo que siempre reí.
¡Ay de mí, ay de mí! Si acabaré llorando
 yo que siempre reí.
Si acabaré llorando yo que siempre reí.
¡Ay de mí, ay de mí.


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Mientras con los reclutas: (Rosa, Rey)

REY
Mientras con los reclutas
él ocupado está
me marcho alegre y solo,
con toda libertad,
Y luego... ¡Qué me busquen!
¡Ay pobre general!
¡Cuando mi carta lea
qué salto va a pegar!

ROSA
¡Es él!

REY
¿Qué miro? ¡Rosa!
¡Feliz casualidad!
¿Tu aquí?

ROSA
Por Dios, prudencia,
que pueden observar.
En busca de mi primo
mi tío vino acá,
y yo, solo por verte,
le quise acompañar.

REY
¿Por mí?

ROSA
Por ti. ¿Lo dudas?

REY
¡Oh, qué felicidad!
¡El sí que fue mi encanto
escuche una vez más!

ROSA
Siempre lo escucharás.

REY
Si es verdad que este pobre soldado
te inspira ese amor;
si por mí solamente has venido
venciendo el temor,
no te niegues a darme la prueba
que exijo de ti:
ven conmigo, seremos felices
muy lejos de aquí.

ROSA.
¡Marchar contigo!
Calla por Dios,
ni tú eres libre
ni lo soy yo.

REY
¡Lazos odiosos
rompamos ya,
conmigo goza
de libertad!
Sin que nadie sospeche la fuga,
juntitos los dos…

ROSA
Juntitos los dos…

REY
de la dicha que amor nos ofrece
volemos en pos.

ROSA
Volemos en pos

REY
¡De mi puro cariño el tesoro
será para ti;

ROSA
Será para mi

REY
no vaciles, no dudes, no temas;
huyamos de aquí!

ROSA
De su voz el acento amoroso
a mi alma llegó.
¡Ay de mí, que no puedo aunque
quiera decirle que no!
En el bien que me ofreces confío;
no vivo sin ti;
no vacilo, no dudo, no temo;
marchemos de aquí.
Yo diera, atrevida,
mi vida por ti.

REY
Al punto volemos,
marchemos de aquí.

ROSA y REY
Felices seremos.
Al punto volemos;
marchemos de aquí.


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Alegres segadores… Por entre las mieses: (Rosa, Juan, María, Segadores)

SEGADORES
Alegres segadores,
sin miedo a las fatigas,
dispuestos al trabajo,
al campo vamos ya.
El trigo nos ofrece
doradas las espigas,
que luego nuestra mano
segura cortará.
¡Vamos allá! ¡Vamos allá!
¡Tralará! ¡Tralará!
Andando, segadores;
la noche se avecina;
el sol tras la montaña
sus rayos hunden ya;
del fondo de los valles
se eleva la neblina,
que con su luz la luna
muy pronto rasgará.
¡Andando ya! ¡Andando ya!
¡Tralará! ¡Tralará!

JUAN y MARIA
¡Aquí está ya!

SEGADORES, REY y ROSA
¡Salud a nuestros amos!

JUAN y MARIA
Seáis muy bien venidos.

SEGADORES
Dispuestos aquí estamos,
ansiando trabajar.
Por la faena ruda
No nos veréis rendidos,
¡Mañana decididos
iremos a segar!

MARIA y JUAN
Pronto estará la cena,
en tanto, descansad.

REY
No estés tan pensativa,
que van a sospechar.

ROSA
Tienes razón.
Oíd, compañeros,
mi alegre canción.
Por entre las mieses
a su ocupación,
va la segadora
con el segador,
sin temer los rayos
del ardiente sol,
que ambos en las venas
llevan más calor.
Y por los trigos
viéndolos ir,
los maliciosos
suelen decir:
¿A dónde diablos
irán los dos
juntos por esos
trigos te Dios?

SEGADORES
Y por los trigos
viéndolos ir,
los maliciosos
suelen decir:
¿A dónde diablos
irán los dos
juntos por esos
trigos te Dios?

ROSA
Y ellos, ¡pobrecitos!
no piensan más
que en ir cortando espigas
¡Ris-ras! ¡Ris-ras!

SEGADORES
Y ellos, ¡pobrecitos!
no piensan más
que en ir cortando espigas
¡Ris-ras! ¡Ris-ras!

ROSA y SEGADORES
Y mirando al suelo
van al compás,
haciendo con las hoces
¡Ris-ras! ¡Ris-ras!

ROSA
Juntos a la siega,
van de dos en dos,
y la segadora
dice al segador:
"No te acerques tanto,
no seas atroz,
no vaya a cortarte
algo con la hoz.
La falda corta permite
ver hasta el tobillo
de la mujer.
Y hay quien supone
que el segador
se inclina tanto
por ver mejor.

SEGADORES
La falda corta permite
ver hasta el tobillo
de la mujer.
Y hay quien supone
que el segador
se inclina tanto
por ver mejor.

ROSA
Y ellos, ¡pobrecitos!,
no piensan más
que en ir cortando espigas
¡Ris-ras! ¡Ris-ras!

SEGADORES
Y ellos, ¡pobrecitos!,
no piensan más
que en ir cortando espigas
¡Ris-ras! ¡Ris-ras!

ROSA y SEGADORES
Y mirando al suelo
van al compás,
Haciendo con las hoces
¡Ris-ras! ¡Ris-ras!
¡Ris-ras! ¡Ris-ras!
¡Ris-ras! ¡Ras-ras-ras!


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¡Por Dios! ¡Por la Virgen!: (Jeremías)

JEREMIAS
¡Por Dios! ¡Por la Virgen!
Auxilio prestad
a un pobre recluta
que es mozo de paz.
Yo, loco, olvidando
la ley militar,
siguiendo a una ingrata
mujer desleal
huí de las filas
catorce horas há,
y prófugo ahora
me van a juzgar.
El día he pasado
con mucha ansiedad
por montes y valles
corriendo al azar.
Y ahí cerca, en los trigos,
sin cama, ni pan
oculto la noche
pensaba pasar:
de pronto oí pasos
y vi al capitán
con ocho soldados
y dos hombres más.
La luna me vende
con su claridad:
si sigo el camino
me van a alcanzar;
por eso, resuelto,
me vengo hacia acá
y al ver esa puerta
me atrevo a llamar.
Tan solo confío
en vuestra bondad;
estoy jadeante
sin fuerza estoy ya.
Me siguen, me buscan,
me van a alcanzar,
y entonces me matan
con seguridad.
No soy, os lo juro
ningún criminal,
decidme en qué sitio
me puedo ocultar.
Llorando os lo ruego,
tened caridad,
bajadme a la cueva,
subidme al desván.
¿En dónde me meto?
¡Por Dios! ¡Contestad!
Y luego, si llegan...
¡no me descubráis!


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Buenas noches: (Rey, General, Gobernador, Capitán, María)

GENERAL, CAPITAN y GOBERNADOR
Buenas noches.

MARIA
Buenas noches.

GENERAL
(Al capitán)
Poned guardias.

MARIA
¡Ellos son!

GENERAL, CAPITAN y GOBERNADOR
Indaguemos, preguntemos,
con prudencia y discreción.

MARIA
¿En qué puedo yo serviros?

GENERAL
¡Al momento contestad!
¿Se ha ocultado aquí un recluta?

MARIA
¡No lo he visto!

GENERAL
¡No es verdad!

REY
¿Qué es lo que miro?
¡Ellos aquí! ¡No cabe duda!
¡Vienen por mí!

GENERAL
(Al Gobernador)
Si dio dinero le ocultarán.

GOBERNADOR
(Al General)
No desistamos de nuestro plan.

GENERAL y GOBERNADOR
Un recluta se ha escapado
y sabernos que esta aquí.
¡No neguéis, porque es inútil!

MARIA
¡Tal recluta yo no vi!

REY
Claro está que no los ha visto,
pues yo soy un segador;
este traje me ha salvado.

GENERAL y GOBERNADOR
¿Estáis cierta?

MARIA
¡Sí señor!

GENERAL y GOBERNADOR
No hay que fiarse
preciso es ver
si nos engaña
esta mujer.

REY
¿Cómo demonios
han de pensar
que les escucho
desde el pajar?

CAPITAN
(Al General y Gobernador.)
Ya están puestos centinelas
que vigilan sin cesar,
y la fuga es imposible;
os lo puedo asegurar.

GENERAL y GOBERNADOR
No conviene que esta gente
pueda nunca sospechar
que el monarca es el
que venimos a buscar.

MARIA
Del peligro en que se encuentra
yo a ese pobre he de salvar;
sólo temo que la casa
quieren luego registrar.

REY
Si han pensado que en sus manos,
hoy aquí me he de entregar,
¡infelices consejeros,
ay, qué chasco os voy a dar!


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¡Gran Dios! ¡Decid!: (Rosa, Rey, María)

ROSA
¡Gran Dios! ¡Decid! ¿Qué es eso?
¿Qué pasa? ¡Por favor!

MARIA
Es que se llevan preso
a un desertor.

ROSA
¡Es él! ¡Ya bien temía!
¡Lo llevan! ¡Ay, de mí!

REY
¡No llores Rosa mía
que estoy aquí!
¡Aquí!


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Compañeros venid: (Pajes)

PAJES
Compañeros venid,
compañeros llegad,
¿Qué a ocurrido decid?
¿Qué sucede contad?
Lo que pasa no sé,
yo no sé que ocurrió.
Pero el más torpe ve
que algo grave pasó.
Compañeros venid,
compañeros llegad,
¿Qué a ocurrido decid?
¿Qué sucede contad?

CUATRO PAJES
El rey no esta en palacio,
seis días há, seis días há.
seis días há.
No se porque su ausencia
se ocultara, se ocultara,
porque se ocultara.
Afirma el intendente
sin aprensión
que esta el rey descansando
de su excursión.
Y a todos nos parece muy singular,
que lleve tantos días sin descansar.
Lo cierto es que al monarca
no se le ve
y que no sabe nadie
a donde fue.
Se dice que el amor
es cosa principal,
de que no este el señor
en el palacio real.
Mas esto es un error,
que fuera en caso tal
sin el gobernador
y sin el general.

PAJES
Se dice que el amor
es cosa principal,
de que no este el señor
en el palacio real.
Mas esto es un error,
que fuera en caso tal
sin el gobernador
y sin el general.
Es raro si señor,
que venga ese animal
con el gobernador
y con el general.


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Juzgando por los síntomas: (Doctores)

DOCTORES
Juzgando por los síntomas
que tiene el animal,
bien puede estar hidrófobo,
o no lo puede estar,
y afirma el gran Hipócrates
que el perro en caso tal
suele ladrar muchísimo
o suele no ladrar.
Con la lengua fuera,
torva la mirada,
húmedo el hocico,
débiles las patas,
muy caído el rabo,
las orejas gachas ...
Todos estos signos
pruebas son de rabia;
pero al mismo tiempo
bien pueden probar
que el perro está cansado
de tanto andar.
Doctores sapientísimos
que yo he estudiado bien
son, en sus obras clínicas,
de nuestro parecer.
"Fermentus virum rabicum
que incorpurus canis est,
mortalis sont per accidens,
mortalis sont per se".
Para hacer la prueba
que es más necesaria,
agua le pusimos
en una jofaina
y él se fue gruñendo
sin probar el agua.
Todos estos signos
pruebas son de rabia,
pero al mismo tiempo
signos son, tal vez,
de que el animalito
no tiene sed.
Y de esta opinión nadie
nos sacará.
¡El perro está rabioso!
¡O no lo está!


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Intranquilo estoy: (Rey)

REY
¡Intranquilo estoy!
¡Pronto la veré!
Va a saber quien soy
y que la engañé.
Ella, infeliz y enamorada,
creyéndome un pastor,
en mis promesas confiada
me dio todo su amor.
Y hoy, cuando al fin a verme llegue
con mi esplendor aquí,
quizás ¡ay, Dios!
su amor me niegue.
Tal vez huirá de mí.
Dirá que la engañé.
Mas juro por mí fe,
que rey o segador,
para ella guardaré
eterno aquí mi amor.
Para ella guardaré
eterno aquí mi amor.


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Mi amor, mi bien, mi dueño: (Rosa, Rey, Jeremías)

REY
Mi amor, mi bien, mi dueño.

ROSA
Que desgraciada soy.

JEREMIAS
Por fuerza estoy soñando.
Yo atolondrado estoy.

REY
No temas Rosa mía.

ROSA
Dejadme, ¡ay, Dios mío! marchar.

JEREMIAS
¡El rey! ¡Y yo decía
que lo iba a reventar!

ROSA
Dejadme, ¡ay, Dios mío! marchar.
Alegre y confiada
en vuestro amor creí.

REY
El mismo, Rosa amada,
soy siempre para ti.
Soy siempre tu pastor.

ROSA
¡Dejadme!

REY
¡No te iras!

ROSA
Ya no debéis, señor,
pensar en mi jamás.

REY
Yo soy tu amante fiel.

ROSA
¿Por qué engañarme así?

JEREMIAS
Bonito es el papel
que estoy haciendo aquí.

ROSA
¡Ay de mí!

JEREMIAS
¡Ay de mí!

ROSA
¡Ay de mí!

JEREMIAS
¡Ay de mí!

REY
No llores vida mía,
no quiero verte así.

JEREMIAS
¡A ver si hay quien se atreva
con un rival así!

ROSA
¡Ay de mí!

JEREMIAS
¡Ay de mí!

ROSA
¡Ay de mí!

REY
No llores vida mía,
no quiero verte así.

ROSA
¡Por Dios, dejadme!

REY
No marches de aquí,
que escuche de nuevo
tu amante sí.

JEREMIAS
Mujer no seas terca,
ni digas que no
porque si se incomoda
lo pago yo.

REY
Honores y riquezas
me prodigo la suerte,
y todo cuanto es mío
amante he de ofrecerte.
Y en vez de la cabaña
del mísero pastor,
el trono y la corona
te ofrezco con mi amor.

ROSA
Ni honores ni riquezas
me prodigo la suerte;
cariño solo anhelo
cariño hasta la muerte;
en la cabaña humilde
del mísero pastor
habitaré dichosa
si ella encuentro amor.

REY
¡Tú de mi lado no te irás!
¡Siempre en mi pecho reinarás!

ROSA

¡Ay, mi pastor! ¿En dónde estás?
¡No te veré, jamás, jamás!

JEREMIAS
Y yo callado aquí detrás.
¡Pobre de mí! ¡No puedo más!


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Dios ilumine al soberano: (Rey, Intendente, Cortesanos, Escoceses, Italianos, Rusos)

CORTESANOS
Dios ilumine al soberano
para la elección
de la que al fin ha de ser dueña
de su corazón.
De las princesas los retratos
hoy el rey verá;
quién ha de ser la preferida
pronto se sabrá.
¿Cuál de ella será?
Pronto se sabrá.

INTENDENTE
Las embajadas piden
permiso para entrar.

REY
Decidles en mi nombre
que pueden pasar.

(Los cuatro embajadores escoceses lleva en una bandeja de plata un medallón con retrato)

ESCOCESES
Del país de las brumas y lagos,
de Escocia la bella,
venimos, señor,
a mostrarte la imagen hermosa
de ilustre princesa
que aspira a su amor.
Compartir ese trono desea
trayendo a tu lado
ventura sin par,
y allá lejos aguarda
anhelosa tu mano,
que amante la lleve al altar.
Cumplida ya nuestra misión,
el rey dirá su decisión.

(El pajecito entrega el retrato al general y este al rey)

CORTESANOS
Cumplida ya vuestra misión,
el rey dirá la decisión.

REY
(Mirando el retrato)
¡Princesa seductora! ¡Belleza singular!
Por sus muchos encantos,
un trono merece ocupar.

CORTESANOS
¡No hay duda! ¡No hay duda!
¡Esta va ha triunfar!

(Los cuatro embajadores italianos)

ITALIANOS
De nuestra bella Italia,
de aquel hermoso suelo
donde es azul el cielo,
donde es tranquilo el mar,
venimos a ofrecerte
la imagen peregrina
de aquella que su suerte
contigo ha de enlazar.
Contempla su hermosura;
de un alma ardiente y pura
trasunto fiel te muestra
su rostro seductor,
y tiene en su mirada,
febril y apasionada,
del Etna y el Vesubio
el fuego abrasador.
Nuestra misión cumplida está.
Su decisión el rey dirá.

CORTESANOS
Vuestra misión cumplida está.
Su decisión el rey dirá.

REY
(Viendo el retrato)
¡Princesa seductora! ¡Belleza singular!
Por sus muchos encantos
un trono debiera ocupar.

CORTESANOS
¡No hay duda! ¡No hay duda!
Esta va a triunfar.

(Cuatro embajadores rusos)

RUSOS
De nuestro Zar
cumplimos el mandato,
y aquí, señor,
traemos el retrato
de la que aspira al alto honor
de ser la dueña de su amor.
Es su beldad
encanto de la corte;
y no hay mujer
igual en todo el Norte,
y con su enlace habrás de hallar
la protección de nuestro Zar.
Aquella de quien ves
la imagen fiel aquí,
de estirpe regia es,
merece unirse a ti.
Condesa de Stenaf,
marquesa de Ruskof;
duquesa de Siregaf,
princesa de Inkerchof.

TODOS
(Menos el Rey)
Condesa de Stenaf,
marquesa de Ruskof;
duquesa de Siregaf,
princesa de Inkerchof.


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¡Viva el Rey!: (Todos)

TODOS
¡Viva el Rey, viva el Rey,
que es amparo de la ley!
Con ardiente fervor
Quiere el pueblo a su señor.
Y él adora a su rey.
¡Viva el Rey! ¡Viva el Rey!




FIN


Información obtenida en la Página Web http://lazarzuela.webcindario.com/

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