Curro Vargas (Cantables)



CURRO VARGAS



Drama lírico en tres actos.

Libreto: Joaquín Dicenta y Antonio Paso. Basado El niño de la bola de Pedro Antonio de Alarcón

Música: Ruperto Chapí.

Estrenada el 10 de diciembre de 1898 en el teatro de Parish de  Madrid.


ARGUMENTO


ACTO I

La acción tiene lugar en un olivar de las Alpujarras. Un grupo de hombres y mujeres están vareando los olivos. Tras la escena de conjunto, Soledad y su madre, Doña Angustias, tienen una conversación en la que ponen al público en antecedentes. El padre
de Soledad aspira para su hija un novio rico, a pesar de que ella quiere a Curro Vargas quien, por su parte, la desea hasta el infinito. Ante la situación opta por dejarla para buscar fortuna en otros ámbitos, pidiéndole que le espere y lanza el anatema: "Nadie aspire a Soledad, porque Soledad es mía". El miedo que le tienen a Curro en el pueblo hace que nadie se atreva a acercarse a ella, con la excepción de Mariano. Curiosamente, Soledad se dará a Mariano por orgullo, porque ella no quiere ser propiedad de nadie. Esta es la base de su comportamiento, sometido por una parte a su carácter que se niega a aceptar imposiciones y por otro lado a su amor por Curro a quien no ha olvidado y que la persigue como un fantasma, pues no es feliz con su marido. Tiene lugar una escena cómica entre Rosina, Timoteo y el capitán Velasco. Llega el padre Antonio que cuenta la historia de Curro. Este era hijo de un hacendado de la región que dilapidó su fortuna ayudado por un administrador que no era otro que el padre de Soledad. Curro fue arrojado al arroyo por el padre de ésta. Recogido por el sacerdote, se enamoró de la chica que se debate entre su amor hacia Curro, y su dependencia paternal. Curro decide ir en busca de fortuna y volver a buscarla. Salen y anuncia la tía Emplastos que Curro ha regresado. Este lo primero que hace es preguntar por Soledad y Curro vuelve a maldecir a la joven.

ACTO II

Calle principal del pueblo. Tras una escena de conjunto, la señora Angustias se dirige al
padre Antonio pidiéndole que interceda ante Curro para que éste no cometa su venganza. Allí revela al padre Antonio que el protagonista ha cambiado, que no le hace caso aunque tenga justificación su actitud. Simultáneamente aparece la figura de Timoteo, prevista para un cómico. También enamorado de Soledad, canta una escena en
la que muestra su temor ante la furia de Curro. La tía Emplastos informa a Soledad de que Curro se dispone a hacer algo. Aparece Mariano, ajeno a la situación. Canta un dúo en el que le echa en cara a Soledad que aunque permanece a su lado ama a otro. La propia Soledad acrecienta esa sensación de que se camina hacia un final trágico. Curro al ver a Soledad se dirige a ella con un cuchillo con la intención de matarla. Lo impide el padre Antonio acudiendo a la memoria de su padre. Soledad se desmaya mientras el coro de niñas canta un himno a la Virgen.

ACTO III

El primer cuadro representa la antesacristía de la iglesia del pueblo. Tras una escena cómica, contrapunto entre el capitán Velasco y Timoteo, del dramatismo anterior, el padre Antonio y Curro tienen una conversación. El primero se ve impotente para detener al segundo, si bien tras utilizar todas sus armas dialécticas le convence para que perdone a Soledad y se vaya. Cuando está a punto de marcharse recibe una carta de Soledad en la que le manifiesta que siempre le quiso y que fueron otro tipo de razones las que le obligaron a casarse con Mariano. Ante el nuevo elemento, la situación cambia
y Curro canta su célebre romanza "¡Qué siempre me ha querido!". El cuadro segundo tiene lugar en una plazoleta de la campiña a las afueras del pueblo. Se dispone a celebrarse un baile en el que cada mozo, en una especie de subasta, compra la moza con la que hace pareja de danza. El coro actúa como amparo de la situación trágica que se avecina, a pesar de los intentos de rebeldía de Mariano. Durante el baile, demostrando su amor, Soledad se deja matar por Curro que la acuchilla. Mariano al ver el hecho se dirige a Curro y también lo mata, sin que éste oponga resistencia.


__________



Personajes:

Soledad: Amada inmortal de Curro, que se casa con Mariano.
 
Doña Angustias: Madre de Soledad.

Curro Vargas: Amante inmortal de Soledad.
 
Mariano: Casado con Soledad.

Padre Antonio: Protector de Curro y mediador frustrado.

Timoteo: Baza cómica en un trágico entramado.


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Números musicales:

Coro, escena del olivar “Los ojos negros, madre”: (Mujeres, Hombres, Mariano, Padre Antonio, Angustias, Alcalde)
Lamento de Soledad “Esperanza que finges, traidora”: (Soledad)
Cuarteto cómico “Cerca estamos del molino”: (Timoteo, Rosina, Capitán, Soledad)
Escena cómica de los arrieros “Por poquito se estrella”: (Tía Emplastos, Arrieros)
Dúo de Angustias y Curro “Cruz santa, cruz bendita, donde al partir lo vi”: (Curro, Angustias)
Final del acto I “¡Es él! ¡Qué majo viene!: (Coro, Mujeres, Hombres, Padre Antonio, Rosina, Tía Emplastos, Curro, Angustias, Capitán, Timoteo)
Coro y pasodoble “Trae la juncia hacia delante; tira fuerte hacia el balcón”: (Coro, Las de la Calle, Las de los Balcones, Las que Bajan, Tres Mozas)
Arieta cómica “Ahora que mi ventura colmada veo y ahora que su hermosura rendida creo”: (Timoteo)
Dúo de Soledad y Mariano “¡Su llanto no se seca! ¡No cede su pesar!”: (Mariano, Soledad)
Coro y aria de Curro “Tras de esos viejos muros.....Anda tú, Telesforo”: (Mozos, Curro)
Final del acto II: Procesión, saeta y concertante “Ya viene hacia acá la Virgen bendita de la Soledad”: (Mujer, Hombre, Los de los Balcones, Curro, Soledad, Angustias, Mariano, Niñas, Padre Antonio, Capitán)
Plegaria de Curro “Oh Virgen que fuiste amparo y guía de mi niñez”: (Curro)
Romanza de Curro “Que siempre me ha querido”: (Curro)
Baile andaluz “Son la muger y el diablo la mesma cosa” y copla de los arrieros “Caracoles vende Mariquilla”: (Arrieros, Mozos, Mozas)
Minué “¡Qué finura! ¡Qué elegantitos modales!”: (Rosina, Timoteo, Damiselas, Petimetres, Mozas, Mozos)
Escena de la rifa, baile y final “¡Quítate de ahí! ¡Déjame sentar!”: (Unas, Otras, Rosina, Timoteo, Damiselas, Petimetres, Alcalde, Mozos, Arriero, Capitán, Mozas, Curro, Mariano, Soledad, Padre Antonio, Angustias) 
Preludio – Baile: (Curro, Soledad, Mariano, Padre Antonio)


___________



Coro, escena del olivar “Los ojos negros, madre”: (Mujeres, Hombres, Mariano, Padre Antonio, Angustias, Alcalde)
.
MUJERES
(Vareando los olivos.)
Los ojos negros, madre,
no me cautivan,
ni los ojos azules
cuando me miran.
Tiene el que adoro,
como las aceitunas,
verdes los ojos.

HOMBRES
Vuelve pa acá la cara,
varilarguera,
y enséñame esos ojos
que me apalean.
Cariño mío,
aunque sé que me matas,
mira un poquito.

MUJERES
Si como los olivos
fuera mi amante,
con qué gusto estaría
dale que dale.
Que le doliese,
que el mejor de los hombres.
más se merece.

HOMBRES
La mujer es lo mismo
que la aceituna.
¡Dale bien
con la vara,
verás si es tuya!
¡Dale que dale,
que las más agarradas
más pronto caen!

(Dejan de varear un momento. Los Mozos hacen ademán de tirar aceitunas a las Mozas; éstas se cubren el rostro con las manos y ríen a carcajadas, mientras van huyendo de un lado para otro.)

MUJERES
¡No seas tonto, que miran los amos!

HOMBRES
¡No seas tonta, no miran pa acá!

(Tiran aceitunas a las Mujeres)

MUJERES
¡Animal, si me saltas un ojo!

HOMBRES
¡Pues me caso contigo y en paz!

(Los Trabajadores y Trabajadoras cogen aceitunas de los cestos y empiezan a tirárselas unos a otros.)

UNAS
¡Que no juegues!

OTRAS
¡Que no tires!

HOMBRES
(Tirando.)
¡Ahí va una!

MUJERES
¡Bruto! ¡Ah!

(Tirando.)

¡No me has dado!

(Tapándose la cara.)

HOMBRES
¡Qué embusteras!

MUJERES
(Tirando a los Hombres)
¡Toma, torpe!

HOMBRES
¡Ja, ja, ja!

(Don Mariano, el Padre Antonio y Doña Angustias bajan al proscenio. Soledad se sienta al pie de la cruz.)

MARIANO
Vamos, seguid de prisa,
seguid por la derecha.

PADRE ANTONIO
A ver si en el trabajo
tenéis formalidad.

ANGUSTIAS
Chicas, tirad de firme
y no tengáis mal tino.

ALCALDE
Las bromas para el baile.

CORO
Chitón y a trabajar.

(Los Trabajadores y Trabajadoras comienzan de nuevo la faena Doña Angustias, Don Mariano y el Padre Antonio vuelven a la puerta del molino.)

MUJERES
Padre Antonio, mi novio está malo.
¡Pobrecito! ¡Jesús! ¿Qué tendrá?
¿Qué será lo que tiene mi novio,
que a la iglesia me quiere llevar?

(Los Hombres hacen ademán de tirar aceitunas a las mujeres. Las Mujeres huyen. El mismo juego anterior.)

UNAS
¡Que no juegues!

OTRAS
¡Que no tires!

HOMBRES
¡Ahí va una!

MUJERES
¡Bruto! ¡Ah!
¡No me has dado!

HOMBRES
¡Qué embustera!

MUJERES
¡Toma, torpe!

HOMBRES
¡Ja, ja, ja!

MARIANO
(Viniendo al proscenio.)
Seguid hacia adelante,
seguid por la ladera,
que ya tras de los cerros
se está ocultando el Sol.
Yo bajo con vosotros,
seguid por la ladera,
seguid y daos prisa,
que tras vosotros voy.

(Vuelven a la puerta del molino. Los Hombre y las Mujeres cogen los capazos, varas, cántaros, alforja, etc., y se dirigen hacia la derecha lentamente.)

HOMBRES
Voy a cruzar los mares,
cariño mío;
vendré a buscarte pronto
feliz y rico.
Que Dios no quiera
que te encuentre con otro
pa cuando vuelva.

(Soledad, al oír las primeras frases de la canción, levanta la cabeza y la escucha con angustia.)

MUJERES
Pobre de la que tiene
su amante fuera,
y vive confiada
con que no vuelva,
Que un día vuelve,
y es menester pagarle
lo que le deben.

(Hombres y Mujeres se alejan cantando.)

HOMBRES
Voy a cruzar los mares,
cariño mío, etc.

MUJERES
Pobre de la que tiene
su amante fuera, etc.


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Lamento de Soledad “Esperanza que finges, traidora”: (Soledad)


SOLEDAD
Esperanza, que finges, traidora,
dulcísimos sueños de un bien que pasó;
al llegar a mi puerta, detente
y déjame a solas llorar mi dolor.
Yo pensé que la muerte y la ausencia
serían lo mismo. Mas, ¡ay, madre!, no.
Que es la ausencia peor que la muerte,
si es larga la vida y es firme el amor,
¡Ay, madre mía!
¡Ay, madre mía!
Tarde supe lo mucho
que le quería.
Con el brazo en la cruz apoyado,
altiva la frente y triste el mirar,
me dijo, con voz que besaba y gemía:
“Adiós, hasta pronto. Adiós, Soledad.”
Yo no pude decirle siquiera
¡adiós, alma mía! Que no pude hablar.
Subió el alma llorando a mis ojos
y por ellos se quiere escapar.
¡Ay, Curro, Curro!
¡Ay, Curro, Curro!
¡Reina y Madre del cielo y la tierra!
¡Virgen santa, si llega a volver,
sé su norte, su guía, su amparo!
Que viva dichoso, que olvide mi fe.
¡Ay, madre mía!
¡Ay, madre mía!
Tarde supe lo mucho
que le quería.


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(Después del último acorde va a sentarse en el peñasco de la izquierda. Aparecen por el fondo derecha Rosina, Timoteo y el Capitán Velasco)

Cuarteto cómico “Cerca estamos del molino”: (Timoteo, Rosina, Capitán, Soledad)

TIMOTEO
Cerca estamos del molino.

ROSINA
(Bajando la cuesta.)
Que llegaba no creí.

TIMOTEO
Con cuidado.

ROSINA
Muchas gracias.

CAPITAN
Despacito, por aquí.

(Bajan a la escena y de pronto Rosina grita muy asustada.)

ROSINA
¡Ay!

CAPITAN
¿Qué es ello?

ROSINA
(Asustada.)
¡Timoteo!
¡Ay, qué bicho, mátelo!
¡Qué me pica, qué me pica!

(Timoteo figura que corre detrás de un insecto con el sombrero en la mano.)

TIMOTEO
¡Asesina! Ya cayó.

(Dando con el sombrero en el suelo. Soledad, que se ha levantado, se dirige a donde está Rosina)

SOLEDAD
Vos, Rosina, ¿qué os sucede?.

ROSINA
¡Ay, qué miedo! Por favor.

TIMOTEO
Culpa de este insecto aleve.

CAPITAN
(Por SOLEDAD.)
¡Qué divina aparición!

TIMOTEO
Por querer ofenderos
perdió la vida.

SOLEDAD
(Aparte.)
De qué poco se asusta
la señorita.

CAPITAN
(Por SOLEDAD.)
Es hechicera.

SOLEDAD
Vamos, calma, sentaos...

CAPITAN
¿Quién será ella?

(Rosina se dirige hacía los peñascos donde está Soledad. De pronto da un respingo como asustada.)

ROSINA
¡Ay, ay, ay, ay, ay!, no sé qué me pasa
pensando que un bicho me puede picar,
y al sentirlo subir por la media,
¡ay, ay, ay, ay, ay!, no sé qué me da.

TIMOTEO
De su pecho, palacio de nieve,
quisiera ser dueño, rendido galán,
y al saber la fortuna del bicho,
¡ay, ay, ay, ay, ay!, no sé qué me da

ROSINA
Al quedarme en mi cuarto solita,
me ocurre lo mismo. ¡Jesús! ¿Qué será?
Me despierto de pronto soñando
y, ¡ay, ay, ay, ay, ay!, no sé qué me da.

TIMOTEO
¡Quién pudiera llegar a su lado
cuando el miedo la obliga a soñar
y coger esa mano de rosa!...

CAPITAN
¡Ay, ay, ay, ay, ay! ¡Qué animal!

ROSINA
¡Ay, ay, ay, ay, ay!

TIMOTEO
¡Ay, ay, ay, ay, ay!

CAPITAN
¡Ay, qué animal!
¡Ay, ay, ay, ay, ay! No sé qué me pasa,
pensando que un bicho me puede picar,
y al sentirlo subir por la media,
¡ay, ay, ay, ay, ay!, no sé qué me da.

TIMOTEO
¡Ay, ay, ay, ay, ay!, no sé qué me pasa
pensando en que puedo su mano alcanzar,
y al soñar con las dichas del tálamo,
¡ay, ay, ay, ay, ay! no que sé qué me da.

SOLEDAD
No es poco sensible esta petimetra;
nerviosa me pone con tanto ¡ay, ay. ay, ay!

CAPITAN
¡Qué tonto y qué tonta!, como se casasen,
¡ay, ay, ay, Dios mío, lo que iba a pasar!

TODOS
¡Ay, ay, ay, ay, ay!
¡Ay, ay, ay, ay, ay!


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Escena cómica de los arrieros “Por poquito se estrella”: (Tía Emplastos, Arrieros)

TIA EMPLASTOS
¡Ay!

ARRIEROS 1° Y 2º
(Mirando hacia el lugar donde se supone que ha caído la Tía Emplastos)
¡Jesús! ¡Ja, ja, ja, ja!

ARRIERO 2º
Por poquito no se estrella.

ARRIERO 1º
No se hubiera perdío ná.

ARRIERO 2º
Güen porrazo habrá llevao.

ARRIERO 1º
Güeno ha sido, camará.

(Entrando la Tía Emplastos y Arriero 3º)

TIA EMPLASTOS
¡Ay, ay, ay!

ARRIERO 3º
¡Animo, agüela!

TIA EMPLASTOS
(Señalando a la burra.)
¡Me ha matao ese animal!

La Tía Emplastos se sienta impaciente, y los Arrieros forman corro a otro lado de la escena.)

ARRIERO 1º
Bien mirabais a aquel mozo.

ARRIERO 2º
Ya sabrá quién era el tal.

TIA EMPLASTOS
¿A qué mozo?

ARRIERO 3º
Al de la Venta.

LOS TRES
Pues bien majo era el galán.

(La Tía Emplastos avanza al proscenio.)

TIA EMPLASTOS
Si les digo a estos brutos
que Curro era
el que nos encontramos
junto a la Venta,
se me adelantan,
lo cuentan, y me quedo
yo con las ganas...
y... ¡oh, qué emoción,
cuando por mí se enteren
del notición!

(Va a sentarse al pie de la cruz.)

Si se entera esta gente
que Curro era
quien se ocultó en la sombra
junto a la Venta,
¡Virgen María,
no sé lo que a estas horas
sucedería!
Y, ¡oh, qué emoción!,
yo solita he de darles
el notición.

ARRIERO 1º
“Una caja, que es mu maja

(Leyendo.)

y esta caja no es pa mí.”

ARRIERO 3º
(Examinándola.)
Pa el Alcalde va la caja.

ARRIEROS 1º Y 2º
¿Y qué tiene dentro?

LOS TRES
(Estornudando.)
¡Achist!

ARRIERO 1º

(Sacando una lavativa envuelta en un papel, en cuya forma se la mostrará al público.)

Aquí viene el encargo
de Timoteo.

ARRIEROS 1º Y 2º
¡Virgen de las Angustias!,
¿qué será esto?

ARRIERO 3º
¡Huy!, ¿qué será?

ARRIERO 1º
Pues con mucho cudiao
ponla pa atrás.

TODOS
Señá Emplastos, ¿vais pa el pueblo?

TIA EMPLASTOS
Id vosotros para allá.

TODOS
Nus llevamos a la burra.

TIA EMPLASTOS
Si queréis...

TODOS
Pus descansad.

ARRIERO 1º
¡Arre, Flora!

ARRIERO 2º
¡Arre, borrico!

ARRIERO 3º
¡De aquí a luego!
¡Arre, galán!

(Salen cantando y bailando con los burros por la derecha. El Arriero 3º, que saldrá el último, habrá colocado la pamela sobre la cabeza de su borrica.)  

TODOS
¡Plácida!
¡Mística!
Florimpompónica nube de amor.
¡Plácida!
¡Mística!
Ya está cilíndrico mi corazón.


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Dúo de Angustias y Curro “Cruz santa, cruz bendita, donde al partir lo vi”: (Curro, Angustias)

CURRO
¡Cruz santa, cruz bendita
donde al partir le vi,
con qué placer se acerca
mi corazón a ti!
¡Por fin vuelvo a mirarte!
¡Por fin a verla voy!
¡Qué importa lo pasado,
si cerca de ella estoy!
¡Cruz santa, cruz bendita,
al fin te vuelvo a ver!
Gracias le doy al Cielo
de hinojos a tus pies.

(Curro se arrodilla al pie de la cruz y oculta el rostro entre las manos. Doña Angustias sale de detrás de los olivos.)

ANGUSTIAS
Dios mío, tu que le oyes,
infúndele piedad.

(Se acera lentamente donde está Curro. Este, al ruido de los pasos levanta la cabeza.)

CURRO
¿Quién?

ANGUSTIAS
(Con temor.)
¡Curro!

CURRO
(Reconociéndola.)
¡Madre mía!
¡Por fin!

(Abrazándola.)

¿Y Soledad?
Habladme de ella,
que es mi ventura.
¿Verdad que siempre
pensó ella en mí?
¿Que estuvo siempre
de mí segura;
que yo su solo
cariño fui?
¿Verdad que me ama,
que en mí confía?...
Necias preguntas
os vengo a hacer.
Me ama, me espera,
me adora, es mía.
¡Pues si no es mía,
de quién va a ser!

ANGUSTIAS
(Con temor.)
¡Curro!

CURRO
(Con alegría.)
A su encuentro
venid.

ANGUSTIAS
Detente.
¡Escucha, espera,
por compasión!

CURRO
Quien de su dicha
se encuentra ausente,
¡madre de mi alma,
no espera, no!
Porque ella fuese mía
crucé el revuelto mar,
desafié el destino,
burlé la adversidad,
y hoy que triunfante vuelvo,
hoy que la puedo hablar,
queréis que espere. ¡Nunca!
Llevadme donde está.
Que es la vida de mi vida
el amor de Soledad.

ANGUSTIAS
(Suplicando.)
Oye.

CURRO
¡Que no! Seguidme.

ANGUSTIAS
Oye, por caridad.
Mientras que tú cruzabas
el agitado mar,
traía aquí la suerte
cruel adversidad.
Y hoy que triunfante vuelves,
no la podrás hablar;
tu anhelo es imposible;
inútil es tu afán.
No dará vida a tu vida
el amor de Soledad.

CURRO
(Con asombro.)
¡Que no!

ANGUSTIAS
(Suplicando.)
¡Curro!

CURRO
(Con decisión.)
¡Seguidme!

ANGUSTIAS
(Suplicante.)
¡Oye, por caridad!

CURRO
Porque ella fuese mía
crucé el revuelto mar,
desafié el destino,
burlé la adversidad,
y hoy que triunfante vuelvo,
hoy que la puedo hablar,
queréis que espere. ¡Nunca!
Llevadme donde está.
Que es la vida de mi vida
el amor de Soledad.

ANGUSTIAS
Mientras que tú cruzabas
el agitado mar,
traía aquí la suerte
cruel adversidad.
Y hoy que triunfante vuelves,
no la podrás hablar;
tu anhelo es imposible;
inútil es tu afán.
No dará vida a tu vida
el amor de Soledad.

CURRO
¡He de verla!

ANGUSTIAS
¡No has de verla!

CURRO
¿Quién me puede detener?

ANGUSTIAS
Quien esta sobre nosotros,
quien desprecia tu poder.

CURRO
¿Quién? ¿Será su padre acaso?
No temáis, no se opondrá.
Vengo rico, y mi riqueza
a ceder le obligará.

ANGUSTIAS
Mi esposo ha muerto.

CURRO
¿Que ha muerto?
Pues entonces, ¿quién podrá
contra mi?...

(Con angustia y como respondiendo a un pensamiento horrible.)

¡Cielos! Sería...

(Acercándose a Doña Angustias y como espantado de lo que dice.)

¡Madre! ¿Ha muerto Soledad?

(Con angustia creciente.)

¡Respondedme!

ANGUSTIAS
La hija mía...

CURRO
¡Pronto! ¿Vive?

ANGUSTIAS
¡Vive!

CURRO
(Con alegría inmensa.)
¡Ah!
Gracias, gracias, madre mía;
que había muerto creí,
y creí que el mundo entero
se aplastaba sobre mí.
Pues si vive y yo la adoro,
sólo hace falta que Dios
al pie del altar bendiga
la ventura de los dos.

ANGUSTIAS
Esa dicha ambicionada
no la puedes obtener.
¡Soledad está casada!

CURRO
¡Oh!

(Con espanto, asombro y terror creciente.)

¿Qué dice esta mujer?
Sin duda que delira.
¡Ser de otro Soledad!...
¡Mi Soledad! ¡Mentira!
¡No es cierto! ¡No es verdad!

(Doña Angustias se dirige en ademán suplicante.)

ANGUSTIAS
¡Perdón para ella, Curro!

CURRO
¿Es cierto lo que oí?
¿Su labio no ha mentido?

(Con furor.)

¿Está casada?

ANGUSTIAS
(Bajo y con espanto.)
¡Sí!

CURRO
(Con ira.)
¿Conque, la infame,
dando al olvido
lo prometido,
mi fe burló?
¿Conque a otro ha dado
su amor, su nombre;
conque es de otro hombre
que no soy yo?
Y ¿quién es ese?
¿Dónde se esconde?
Decidme dónde
le puedo ver.
¡Quiero su sangre,
quiero su vida,
quiero la vida
de esa mujer!

ANGUSTIAS
¡Perdón!

CURRO
No ruegue.

(Pasando a la izquierda.)

Todo es en vano

ANGUSTIAS
¡Piedad por ella,
por mí, por ti!

CURRO
¡Piedad me pide!...
¡Piedad para ella!
¿Tuvo ella acaso
piedad de mí?

ANGUSTIAS
Por el recuerdo de mi cariño,
por las memorias de tu, niñez,
por esta pobre mujer que sufre
y sollozando cae a tus pies.
Depón tus odios, perdona a mi hija,
olvida el nombre de Soledad,
huye del pueblo, sé generoso,
ten de mí, de ella, de ti piedad.

CURRO
Por el recuerdo de su cariño,
por las memorias de mi niñez,
por aquel padre que me dio vida,
por todo cuanto pude querer,
ante esta santa cruz de mi aldea
juro vengarme de Soledad,
matar al hombre que la posee,
no tener de ella ni de él piedad.

ANGUSTIAS
¡Perdón imploro!

CURRO
¡Venganza pido!

ANGUSTIAS
¡Perdón para ella!

CURRO
¡Jurado está!

ANGUSTIAS
Por el recuerdo de su cariño,
por las memorias de mi niñez,
por aquel padre que me dio vida,
por todo cuanto pude querer,
ante esta santa cruz de mi aldea
juro vengarme de Soledad,
matar al hombre que la posee,
no tener de ella ni de él piedad.

CURRO
Por el recuerdo de su cariño,
por las memorias de mi niñez,
por aquel padre que me dio vida,
por todo cuanto pude querer,
ante esta santa cruz de mi aldea
juro vengarme de Soledad,
matar al hombre que la posee,
no tener de ella ni de él piedad.

(Curro se aparta de Doña Angustias. Esta se deja caer con desesperación sobre uno de los peñascos.


__________



Aparecen al fondo, por el camino del pueblo, los Trabajadores y Trabajadoras. Luego, Rosina, la Tía Emplastos, el Padre Antonio, Timoteo y el Capitán)

Final del acto I “¡Es él! ¡Qué majo viene!: (Coro, Mujeres, Hombres, Padre Antonio, Rosina, Tía Emplastos, Curro, Angustias, Capitán, Timoteo)

CORO
(Desde el fondo, con misterio.)
¡Es el! ¡Qué majo viene!
Miradle bien.

MUJERES
(Con asombro.)
¡Ah!

HOMBRES
(Con asombro.)
¡Oh!

TODOS
Está hecho un ascua de oro.
Parece un gran señor.

(Se vuelven hacia él fondo como dirigiéndose a los que llegan.)

De prisa, señor Cura,
corred, señor, corred.
Aquí está Curro Vargas,
venid y le veréis.

(Todo este diálogo con música, será desde el fondo y a media voz. Curro estará vuelto de espaldas con la cabeza entre las manos. Doña Angustias medio desplomada sobre uno de los peñascos. Sale por el fondo el Padre Antonio seguido del Capitán, de Rosina, de la Tía Emplastos y de Timoteo)

PADRE ANTONIO
(Con ansiedad.)
¿En dónde está?

CORO
(Señalando a Curro)
¡Miradle!

PADRE ANTONIO
Dejádmele abrazar:

ROSINA
¡Qué imagen tan gallarda!

EMPLASTOS
¡Menúa se va a armar!

(El Padre Antonio se dirige apresuradamente donde está Curro)

PADRE ANTONIO
¡Hijo!

CURRO
(Como sorprendido.)
¿Quién?

PADRE ANTONIO
Soy yo, ¿qué esperas?
A mis brazos pronto ya.

TIA EMPLASTOS
Cuando sepa lo que pasa;
buen jollín se va a mover.

CORO
¡Pobre Curro, cuando sepa
la traición de Soledad!
¡Pobre de ella cuando Curro
su traición llegue a mirar!

TIMOTEO
(Por el Capitán)
Le contará este otro.
lo que a éste le conté.

ANGUSTIAS
¡Ay de mi!

ROSINA, CAPITAN y TIA EMPLASTOS
Es doña Angustias.
¿Qué habrá habido entre ella y él?

(Todos se acercan a Curro y al Padre Antonio, que permanecen abrazados.)

CORO
¡Jesús, qué majo viene!
Mirad, mirad.

HOMBRES
¡Ah!

MUJERES
¡Oh!

TODOS
Está hecho un ascua de oro.
Parece un gran señor.

MUJERES
(Bajando y dirigiéndose a Curro)
¡Hola, Curro, Dios te guarde!;
con bien vengas al lugar.

TODOS
¡Pobre Curro, cuando sepa
la traición de Soledad!

PADRE ANTONIO
(A Curro)
Por fin has vuelto.

CURRO
Nunca
volviera aquí, señor,
para mirar unidos
su engaño y mi dolor.

PADRE ANTONIO
¿Tú sabes?...

CURRO
¡Todo, todo!

(Por Doña Angustias)
Que diga esta mujer
si sabe más infamias
de la que tanto amé.
Sé que es de otro
que me ha burlado,
sé que ha mentido
su amor, su fe;
sé sus traiciones,
sé su falsía,
sé que es mentira
cuanto soñé.
Todo lo sabe,
ya nada ignora;

CURRO
¿quién sus furores

TIMOTEO
podrá vencer?

TIA EMPLASTOS
Que Dios le inspire,

ROSINA
que Dios le ampare.

CAPITAN
¿Qué va a ser de ella?
¿Qué va a ser de él?

TIMOTEO
Todo lo sabe;
pero aún ignora
lo que antes a éste
dije yo de él.
Si éste le cuenta
lo que a éste dije,
lo que es a éste
le mata aquél.

PADRE ANTONIO
Escúchame, hijo mío.

CURRO
Dejadme, por favor.

ANGUSTIAS
No cede en su locura.
No aplaca su furor.

CURRO
Sabéis que me ha vendido,
que a otro hombre se entregó;
que es de otro, de otro, ¡infame!
No la perdono, no,
Yo juro y prometo,
al pie de esta cruz,
vengarme del hombre
que amó a Soledad;
vengarme de él y de ella;
matar su alegría,
dar odio por odio,
volver mal por mal.

PADRE ANTONIO
Al pie de esta santa
enseña de Cristo,
frases de venganza
no pueden sonar,
el que las pronuncie,
maldito es del Cielo;
del Cielo no espere
perdón ni piedad.

TODOS
Al pie de esta santa
enseña de Cristo,
frases de venganza
no pueden sonar,
el que las pronuncie,
maldito es del Cielo;
del Cielo no espere
perdón ni piedad.

ANGUSTIAS
Escúchame.

CURO
¡Dejadme!
¡Dejadme sólo! ¡Atrás!
¡Maldito amor, maldita
la causa de mi mal!

PADRE ANTONIO
¡No os acerquéis! ¡Dejadle!
¡Dejadle solo! ¡Atrás!
¡Que el Cielo le ilumine,
que tenga de él piedad!

TODOS
¡No os acerquéis! ¡Dejadle!
¡Dejadle solo! ¡Atrás!
¡Que el Cielo le ilumine,
que tenga de él piedad!

(Cuadro, y baja el telón lentamente.)

FIN DEL ACTO PRIMERO


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ACTO II:

Coro y pasodoble “Trae la juncia hacia delante; tira fuerte hacia el balcón”: (Coro, Las de la Calle, Las de los Balcones, Las que Bajan, Tres Mozas)

CORO
Trae la juncia hacia adelante,
tira fuerte hacia el balcón,
anda a escape, que ya pronto
va a venir la procesión.

(Las de la Calle hacen ademán de dar las juncias a las que están en los balcones, y éstas se inclinan a cogerlas.)

LAS DE LA CALLE
(Haciendo ademán de arrojar a los balcones las
juncias que tienen en la mano.)
¡Ahí va, niña!

LAS DE LOS BALCONES
(Queriendo coger las juncias.)
¡Trae pa acá!

UNAS
(Desde la calle.)
¡Que se escapa!

OTRAS
(Dejando las juncias.)
¡Que se va!

UNAS
¡Si no las cojes bien!

OTRAS
¡Si tú las tiras mal!

UNAS
¡Cuidado que eres torpe!

OTRAS
¡Cuidado, que allá va!

UNAS
No la coges.

OTRAS
¡Qué se escapa!

UNAS
¡Que se escurre! ¿No lo ves?

OTRAS
Porque no estiráis la mano.

UNAS
Porque no empináis los pies.

TODAS
Un jardín en primavera
de la calle hemos de hacer,
para que venga la Virgen
a pasearse por él
¡Viva la patrona
de nuestro lugar!
¡Bendita la Virgen
de la Soledad!
Trae la juncia hacia adelante,
tira fuerte hacia el balcón,
date prisa, que ya pronto
va a salir la procesión.

UNAS
¡Ahí va, niña!

OTRAS
¡Trae pa acá!

UNAS
¡Olé se escapa!

OTRAS
¡Que se va!

UNAS
¡Tira fuerte!

OTRAS
¡Que se escapa!

UNAS
Que se ecurre, ¿no lo ves?

OTRAS
Porque no estiráis los brazos.

UNAS
Porque no empináis los pies.

OTRAS
¡Si no la coges bien!

UNAS
¡Si tú las tiras mal!
Venga.

OTRAS
¡Toma!

TODAS
¡No te pares!
Que no vamos a acabar
Tened tino y no ser torpes.
Tened tino, que allá va.
¡A una, a dos, a tres!
Ya está.

(Las Mozas que están en los balcones se retiran al poner las juncias, y bajan a la calle a reunirse con sus compañeras.)

LAS DE LA CALLE
¡Qué hermosa está la calle!
¡Cómo cimbrean
las juncias que en el aire
se balancean,
acariciadas
por los besos del cielo
de la Alpujarra!

LAS QUE BAJAN
¡Qué hermosa está la calle!
¡Cómo cimbrean
las juncias que en el aire
se balancean,
acariciadas
por los besos del cielo
de la Alpujarra!

TODAS
Un jardín de primavera
nuestra calle hecha se ve
Ya puede venir la Virgen
a pasearse por él.
Que venga la patrona,
que aquí la esperan
las juncias que en el aire
se balancean,
acariciadas
por los besos del cielo
de la Alpujarra.
¡Viva la patrona
de nuestro lugar!
¡Bendita la Virgen
de la Soledad!

LAS DE LA CALLE
Ya está todo arreglado.
Gracias a Dios.

TRE S MOZAS
(En el balcón sin adornar.)
Os habéis olvidado
de este balcón.

CORO
¿ Pa cuándo esperas?

LAS DEL BALCON
Que suba una a ayudarnos
por la escalera.

(Una de las mozas coloca la escalera junto al balcón; las Mozas que hay en él desaparecen y vuelven a los pocos momentos con colgaduras y flores y comienzan a engalanar el balcón. Las Mozas de la calle, al ver la escalera, cantan con sorna.)

Por la escalera, yo no me atrevo,
que si algún mozo llega a pasar
y alza la vista, ¡Virgen del Carmen,
lo que en la plaza luego dirán!
¡Qué atrocidad!
¡Qué atrocidad!
(Tapándose la cara y riendo.)
De vergüenza que me ha dado
no lo quiero ni pensar.

OTRAS
Nada te importe, sube sin miedo;
si alguno mira, peor para él;
que ha de ocurrirle lo que al que mira
fruta que nunca se ha de comer.

TODAS
(Empujándose las unas a las otras.
Sube tú, Margarita.
Anda, Teresa.
Sube tú, Rosarito.
Sube tú, Amelia.
¡Yo, no!, ¡Yo, no!

(Todas aparentan vergüenza y cortedad. Una de las mozas sube con decisión, y al verla subir gritan:)

Bien por la buena moza
que se atrevió.
Anda, tonta, no tengas
ningún cuidado.

(Las Mozas rodean la escalera. Las del balcón ayudan a la que sube a colocar los adornos.)

No tengas miedo, sube;
sube despacio.
No te caerás.
Tenemos la escalera
nosotras. ¡Ah!

(Gritando sorprendidas al ver llegar los Mozos y agrupándose todas al pie de la escalera. Cuando las Mozas rodean la escalera, los Mozos aparecen por las bocacalles de la derecha, segundo y tercer término. La Moza que está subida en la escalera queda sorprendida y sin saber qué hacer, y cubre el arranque de la pierna con la falda. Los Mozos quieren acercarse a la escalera, pero las Mozas los rechazan.)

MOZOS
¡Ja, ja, ja, ja!
Sube, sube, no te asustes;
súbete un poquito más;
no nos dejes con las ganas.
¡Ja, ja, ja, ja!

(Los Mozos pretenden acercarse y las Mozas los rechazan a empujones. Con sorna.)

¡Huy, quién viera más arriba del tobillo!

MOZAS
No me gustan esas chanzas, no seas pillo.

MOZOS
¡Huy, qué media tan calada se la ve!

MOZAS
El volante nada más del guardapié.

MOZOS
Déjame un poco.
Voy a mirar
a la moza más linda
de este lugar.

MOZAS
Ya te puedes ir.

MOZOS
Déjame llegar.
Yo te ayudaré
mejor a bajar.

MOZAS
Ya te puedes ir.

MOZOS
Déjame llegar.

MOZAS
Conmigo esta noche
ya no bailarás.

(Durante cantan esto, la moza se baja precipitadamente de la escalera. Los Mozos y Mozas han ido aproximándose unos a otras, y vienen a colocarse por parejas en dos o tres filas al proscenio para cantar lo que sigue;)

MOZOS
Deja
que mire los bordados
que hay en tu media.

MOZAS
¡Quieto!
Que los maridos golosos
yo no los quiero.

MOZOS
¡Tonta!
Mírame, que me gustas
cuando te enojas.
Mírame.

MOZAS
¡No!
Que entre nosotros todo
ya terminó.

MOZOS
(Con dulzura.)
Dende el punto que mis ojos te miraron,
de los tuyos no los puedo de apartar;
y tú sabes que los ojos de mi cara
ya no tienen otra cosa que mirar.

MOZAS
(Con zalamería.)
No seas tonto ni te pongas zalamero.
Te conozco y sé tu modo de mentir.
Ni requiebros ni piropos me hacen falta.
Ya lo sabes, conque ya te puedes ir.

MOZOS
Escucha.

MOZAS
No quiero.

MOZOS
Escúchame.

MOZAS
No.
Entre nosotros todo
ya terminó.

(Suenan a lo lejos las cornetas de las tropas que se dirigen a la iglesia. Las Mozas dan muestra de gran alegría. La banda preludia una marcha que se oirá a lo lejos. El Coro canta con dulzura al compás de la marcha.)

MOZAS
(Con alegría.)
Yo no sé qué tienen, madre,
los soldados al marchar,
que tras ellos se va el alma,
sin poderlo remediar.
Siento así como tristeza
cuando pasa un batallón,
y al mirar cómo se alejan
se me ensancha el corazón.

(Unas a otras.)

¡Anda,
que vienen los soldados.
¡Alza la cara!

MOZOS
(Al oído de las Mozas, con tristeza.)
No pongas tus amores
en los soldados,
que son como las nubes
que van de paso.
Van tan ligeros,
que dicen: si te he visto
ya no me acuerdo.
¡Anda,
que vienen los soldados,
baja la cara!

MOZAS
¡Tonto!,
sabes que en mi persona
mandas tú solo.

(Riéndose.)

Yo no sé qué tienen, madre,
los soldados al marchar,
que tras ellos se va el alma
sin poderlo remediar.
Siento así como tristeza
cuando pasa un batallón,
y al mirar cómo se alejan
se me ensancha el corazón.
¡Anda,
que vienen los soldados,
alza la cara!

MOZOS
¡Si un soldado te mira,
baja la cara,
que suelen ser los ojos
puertas del alma!
No los entornes,
que por ojos dormidos
pasan los hombres.
¡Anda,
que vienen los soldados,
baja la cara!

MOZAS
¡Tonto!,
sabes que en mi persona.
mandas tú solo.

(Las tropas salen por la primera bocacalle de la izquierda y desfilan por el último término de la izquierda. Las Mozas, al verlos que se acerca, saludan con los pañuelos, y los Mozos con los sombreros, dando gritos de alegría.)

MOZAS
Yo no sé qué tienen, madre,
los soldados al marchar,
que tras ellos se va el alma
sin poderlo remediar.
Siento así como tristeza
cuando pasa un batallón;
pues al verlo que se aleja
se me ensancha el corazón.

MOZOS
¡Qué gallardos son los mozos,
qué garridos al marchar,
yo quisiera ser soldado
de la envidia que me dan!
Si no fuera porque tengo
aquí preso el corazón,
con qué gusto marcharía
donde fuera el batallón.

(Los Mozos y las Mozas dan vivas a los Soldados y se alejan tras ellos. Luego Doña  Angustias y el Padre Antonio. Doña Angustias sale de casa con el manto puesto y se dirige hacia la izquierda. Antes de llegar al centro de la escena se detiene.)

(Viendo alejarse al Alcalde)

Que te consuele un Alcalde
si consuelo necesitas.


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Arieta cómica “Ahora que mi ventura colmada veo y ahora que su hermosura rendida creo”: (Timoteo)

TIMOTEO
Ahora que mí ventura
colmada veo,
y ahora que su hermosura
rendida creo,
¡terrible suerte!,
ahora que soy dichoso,
viene la muerte.
Yo no pensaba
que volvería.
¡Cómo lo había
yo de pensar!
Si cuando vino
se lo han contado:
me la he ganado
por animal.

(Dominado por el terror y yéndose de un lado para otro.)

Ya lo miro que se acerca con los ojos encendidos,
y a mí llega como un loco con los puños contraídos;
ya lo miro que me agarra de un puñado del faldón
y me quita la nariz de un bofetón.
Kirieleisón.
Cristeleisón.
Yo le grito llorando:
¡perdón, perdón!
No me escucha y se me acerca con los pelos erizados,
y los labios, temblorosos por la rabia, amoratados.
Ya lo miro que se mofa de mi horrible estupidez
y me da cuatro patadas en la nuez.
Santa Isabel,
Santa Isabel,
líbrame de las iras
de ese soez.
Yo no soñaba
con su venida;
si no, ¡en seguida
me escurro yo!
Y ahora ha venido
con más coraje,
y aun mas salvaje
que se marchó.
Ya lo miro como fiera del desierto disparada,
y él me mira, con espanto, la pupila ensangrentada
Ya lo veo que se acerca con la furia del chacal
y me quiebra la columna vertebral.
¡Que atrocidad!
¡Qué atrocidad!
Esta tarde no me salva
ni la paz ni caridad.
Y ahora, señor,
ahora, ¡qué horror!
Ahora que mi ventura
colmada veo,
y ahora que su hermosura
rendida creo,
¡terrible suerte!,
ahora que soy dichoso,
viene la muerte.
¡Ahora, señor!
ahora, que horror!

(Con decisión.)

Pues no, que me escapo,
me oculto, me tapo
después de que venga
de la procesión.
Si Curro se atreve,
si Curro se mueve,
yo pido socorro
y tiro el pendón.


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Dúo de Soledad y Mariano “¡Su llanto no se seca! ¡No cede su pesar!”: (Mariano, Soledad)

MARIANO
Su llanto no se seca,
no cede en su pesar.
¿Por qué su rostro esconde,
por qué temblando está?
¿Por qué de ese hombre teme?
¿No fía en mi valor?

(Con recelo.)

¿Acaso por él llora?
¿Será su llanto amor?

(Con espanto.)

¡Amor! ¡Amar a ese hombre!

(Con enojo.)

¡Sospecha criminal!

(Con celos.)

¡Por qué! ¿No le ha amado antes
de amarme?

(Se dirige donde está Soledad y le aparta las manos de la cara.)

¡Soledad!

SOLEDAD
(Levantando la cabeza.)
¡Señor!

MARIANO
(Con enojo.)
¡Señor, me llamas!
¿No tienes para mí
un nombre más amante
que el que me diste? Di.

SOLEDAD
¡Mariano!

MARIANO
(Con dureza.)
Tu Mariano
me debes de llamar.

SOLEDAD
¿Por qué razón me tratas
con tal severidad?

MARIANO
¿Y por qué viertes amargo llanto,
desde que Vargas aquí llegó?
¿Por qué tu pena, por qué tu espanto,
son por otro hombre que no soy yo?

SOLEDAD
¿Qué es lo que dices?, ¿qué es lo que piensas?
¡Con tus sospechas me haces temblar!

MARIANO
Que ese hombre llena dentro de tu alma
sitio que nunca pude llenar.
Escúchame: yo te amo
con vida y alma entera;
tú fuiste mi primera
y mi única ilusión.
Tan sólo en el instante
de haberte conocido,
dio su primer latido
de amor mi corazón.
Tras mi corteza ruda
ocúltase un venero
de amor, que todo entero,
entero, es para ti.
Dime si tal tesoro
por mí tu pecho esconde;
d.C., Soledad, responde,
si tú me amas así.

SOLEDAD
Mariano, tú preguntas...

MARIANO
Y la respuesta exijo.

SOLEDAD
El padre eres de mi hijo
y mi único señor.
Respeto tengo a mi honra;
tu lealtad venero.

MARIANO
¡Respeto! ¡No lo quiero!
Yo necesito amor.

SOLEDAD
Pues bien: amor, Mariano.

MARIANO
Pero que sea tal
como el amor que siento
en mi alma palpitar.
Llevar dentro del pecho
la esencia de otro ser;
vivir con su existencia;
querer con su querer;
estar donde él se encuentre;
como él viva, vivir;
gozar cuando él disfrute;
cuando él sufra, sufrir;
ser uno en la ventura,
ser uno en el dolor.
Así el amor se expresa;
así lo siento yo.
¿Lo sientes de ese modo?
¿Te inspira así el amor?

SOLEDAD
Así es como lo siento,
así lo siento yo.

LOS DOS
Llevar dentro del alma
la imagen de otro ser, etc.

MARIANO
(Con recelo.)
¿A si es como siente tu alma,
Soledad? Responde.

SOLEDAD
(Con pasión.)
Sí.

MARIANO
Y el amor que tu alma siente.
¿es por Curro, o es por mí?

SOLEDAD
¿Qué dices?

MARIANO
Que tu pecho
por ese hombre latió
antes que al pie del ara
tu dueño fuera yo.
Que el hombre a quien amaste
ha vuelto, que ésta aquí,
y que desde ese instante
no hay dicha para mí.

SOLEDAD
Que yo a Curro...

MARIANO
Eso te digo.

SOLEDAD
¡Oh, calla, calla, por Dios!
¿Me supones tan infame
que pueda afrentarte?...

MARIANO
No.
Pero si un día de lo pasado
viene el recuerdo tu mente a herir...
si tu decoro dando al olvido
la fe violaras que puse en ti,
si por cariño que a otro tuviste
a mi cariño fueras infiel,
por Dios te juro, que no tendría
piedad alguna de ti ni de él.
Dudar no quiero de tu firmeza,
en ti mi vida cifrada está;
pero lo mismo que sé adorarte,
si tú me engañas, sabré matar.
¡No esperes ese día
de mí piedad!

SOLEDAD
Tu nombre y fama guardar sin mancha
en la presencia de Dios juré,
y en Dios confío y en Dios espero
que para hacerlo fuerzas me dé.
Pero si un día de lo pasado
viene el recuerdo mi mente a herir,
si por cariño que a otro jurara
a tu cariño fuese yo infiel,
por Dios reclamo que tú no tengas
piedad alguna de mí ni de él.
Violar no quiero tu confianza,
en ti mi vida cifrada está;
pero si vieses que vacilaba,
dame la muerte sin vacilar.
¡No tengas ese día
de mí piedad!

LOS DOS
Si por cariño que a otro tuviste, etc.
Si por cariño que a otro jurara, etc.

MARIANO
¡No esperes ese día
de mí piedad!

SOLEDAD
¡No tengas ese día
de mí piedad.

MARIANO
Pues no dudes ni receles,
lo que exiges cumpliré:
si me aman, daré mi vida;
si me engañan, mataré.


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Coro y aria de Curro “Tras de esos viejos muros.....Anda tú, Telesforo.”: (Mozos, Curro)

UNOS
(Dirigiéndose a un Mozo)
Anda tú, Telesforo,
ponte en la esquina
y avisa cuando venga.

MOZO 1º
Voy en seguida.
(Inicia mutis foro derecha.)

UNOS
Estate ocurto
y nos das un silbío
si viene Curro.

(Vase Mozo 1º)

OTROS
(A otro más.)
Anda, tú, Pajalarga,
ponte en la acera
y te vienes a escape
cuando le veas.
Cuidado, ¿eh?

MOZO 2º
En cuanto le divise
sus silbaré.

(Vase por el otro lado, opuesto al que se fue el primero. Los dos grupos cantan en voz baja y con misterio.)

UNOS
Mos ha dicho Frasquito, que lo ha visto
anoche cuando estuvo en la posá,
que talmente es un diablo del Infierno
y no quiere comer ni quié ná.
¡Ya!
Desde anoche yo sabía
que algo gordo pasaría
esta tarde en el lugar.

OTROS
Mos ha dicho la tía Emplastos, que lo ha visto,
que está muy afligío, el infeliz,
y talmente lo mismo que los locos
no para de llorar y de reír.
¡Ya!
Desde anoche yo sabía
que algo gordo pasaría
esta tarde en el lugar.

TODOS
¡Qué perdición,
qué perdición!
¡Esta mujer no tiene
de Dios perdón!

(Los grupos se separan y miran con recelo los Mozos hacia los lugares por donde se supone que puede venir Curro. Después vuelven a formar los mismos dos grupos.)

(Recitado)

(Suena un silbido, y salen precipitadamente, aparentando miedo, Mozo1º, por la derecha, y Mozo 2º, por la izquierda.)

MOZO
Ahora es cuando he silbao.
Yo he sido, sí,
Ahora mesmo lo he visto
venir pa aquí.

(Cantando)

UNOS
Veremos cómo explica
su situación.

OTROS
No icirle una palabra.

UNOS
¡Chitón!

OTROS
¡Chitón!

(Los dos grupos se repliegan hacia el fondo. Curro sale por el fondo derecha, pensativo y con la cabeza baja, sin reparar en los Mozos. Al llegar al centro de la calle se detiene y mira con angustia a la casa de Soledad)

CURRO
Tras de esos viejos muros
por la primera vez
sentí llena mi alma
de amor, piedad y fe
Y esto que yo creía
nido de nuestro amor,
es una madriguera
de infamia y de traición.
Tras de esos viejos muros
la luz primera vi.
¡Maldita de Dios sea
la casa en que nací!

CORO
(Bajo, en el fondo agrupado.)
Cuántos visajes hace,
y qué amarillo está.
Lo que es, el pobre Curro,
está loco de atar.

CURRO
Una noche, a la luz de la Luna,
en su alma un sueño de amor desperté,
y en la mía nació la mañana,
la noche primera que amores soñé.
Vi nacer en sus ojos de niña
los primeros fulgores de amor de mujer.
Vi su alma hecha sangre, subiendo a su cara,
decirme: “Mi amor tuyo es.”
¡Maldita noche aquella
la noche en que la vi!
¡Maldita de Dios sea!
la casa en que nací!

CORO
¡Mirar, ahora paece
que ha comenzao a llorar!
¡Ay, probesillo Curro,
qué lástima me da!
¡Callar!
¡Callar!

CURRO
¡Ay, vida de mi vida!
¿Por qué, por qué, te vas,
si cuanto más te alejas
más cerca de mí estás?
Yo pensé que al volver la hallaría,
y al verme, llorando, llegar hasta mí,
y decirme: “Cumplí mi promesa,
mi alma y mi cuerpo guardé para ti.”
Ha de ver su traición esa infame
al certero lucir de un puñal:
para lenguas que mienten amores,
hay lenguas que saben matar.
En este mismo sitio,
nido de nuestro amor,
en esa madriguera
de infamias y traición.

CURRO
¡Maldita noche aquella
la noche en que la vi!
¡Maldita de Dios sea
la casa en que nací!

CORO
Cuántos visajes hace
y qué amarillo está.
Lo que, es el pobre Curro
está loco de atar.

(Curro, después de una pausa, se fija en los mozos, que se han replegado en el fondo, y se dirige a ellos en tono alegre, disimulando su dolor.)

CURRO
Acercaos, muchachos.
¿Qué hacéis ahí?

CORO
Veníamos a verte.

CURRO
Ya me tenéis aquí.

(Los Mozos rodean a Curro, y todos tratan de abrazarle y darle la mano.)

UNOS
Que sea mu bien venío.
Venga esa mano.

OTROS
Que Dios te guarde, Curro.
Venga un abrazo.

TODOS
¡Qué bien vestío,
qué majo estás!
Esta tarde te requiebran
toas las mozas del lugar.

CURRO
Estáis sin duda alguna
de buen humor;
muchas gracias
por el favor.
Esta tarde es la tarde
de la alegría.
Justo es que celebremos
mi bienvenida.
Id a la plaza,
que quiero convidaros
a cuanto os plazca
Bebed cuanto queráis
a mi salud.

CORO
Pues vente con nosotros
y bebe también tú.

CURRO
Ya está dicho, señores,
¿quién dijo miedo?

CORO
Tú siempre el mismo. ¡Vivan
los mozos buenos!

(Curro se dirige a la plaza rodeado de los Mozos.)

Que seas mu bien venío.
Venga esa mano.
Que Dios te guarde, Curro.
Venga un abrazo,
etc., etc.


____________



Final del acto II: Procesión, saeta y concertante “Ya viene hacia acá la Virgen bendita de la Soledad”: (Mujer, Hombre, Los de los Balcones, Curro, Soledad, Angustias, Mariano, Niñas, Padre Antonio, Capitán)

CORO
Ya están en la plaza,
ya viene hacia acá
la Virgen bendita
de la Soledad.

MUJER
Estate quieto, no pellizques.

HOMBRE
Ten tú cuidado de arrempujar.

MUJER
Vamos, aparta, que pase alante.

HOMBRE
Déjame sitio para mirar.

LOS DE LOS BALCONES
Ya se distingue por las entradas
de la plazuela la procesión.
Rompiendo marcha va Timoteo:
¡qué guapo viene con el pendón!

TODOS
Ya por la plaza viene la gente,
ya se aproxima la procesión.
Virgen bendita de mis amores,
dale a tu pueblo la bendición.
Virgen bendita,
madre de amor,
danos a todos
tu bendición.

(Por el fondo izquierda aparecen, batiendo marcha, cinco Batidores con las armas terciadas. Detrás, la Banda de Cornetas batiendo marcha; delante un grupo de Chiquillos saltando y gritando. Después, cuatro Majos con faroles de lanza encendidos. Luego, hileras de Hombres y Mujeres con velas en las manos. La procesión avanzará lentamente por todo lo largo de la escena, saliendo por la primera rompiente del lateral izquierdo. En la parte de canto y piano impresa esta perfectamente indicada la salida de cada grupo.)

CORO
Virgen bendita,
madre de amor,
danos a todos
tu bendición.
Tus santos labios
rueguen a Dios
por este pueblo,
madre de amor.

MUJER
Ya está ahí la Cofradía
de Timoteo.
¡Anda, qué majo viene
con el borrego!

HOMBRE
Y Timoteo el pelo
rizado lleva
y guantes en las manos.
¡Cuánta majencia!

(Salen: Timoteo, llevando un estandarte, en el que se ve bordado un cordero; a su lado, dos Niños vestidos de San Juan con un borreguito al lado; rodeando el estandarte, un grupo de Niños. Timoteo pasa en silencio mirando a un lado y otro como asustado. Al pasar delante de Rosina saluda con el estandarte. Después otra hilera de Hombres y Mujeres, en medio de las cuales, y convenientemente distribuidos, irán dos estandartes más.)

¡Qué guapos van los niños,
qué monos están,
da gozo en el alma
mirarlos pasar!

(Sale Timoteo por la derecha y continúa el desfile mientras el Coro canta.)

CORO
Virgen bendita,
madre de amor,
dales a todos
tu bendición.

(En este momento aparece por el foro la manga parroquial llevada por un Monaguillo, y un Sacristán con cruz alzada. Curro sale por la segunda rompiente izquierda. Al salir Curro dejará de oírse el toque de cornetas y campanas.)

CURRO
(Apartando al grupo que obstruye la bocacalle.)
Dejadme libre el paso.

GRUPO
¡Tú!

CORO
(Viéndole.)
¡Curro Vargas!

CURRO
(Adelantándose hasta ponerse frente a Soledad)
¡Yo!, que llego donde siempre
a ver la procesión.
Mirarla pasar quiero
donde siempre la vi,
donde siempre me vieron
mirarla a mí.

(Se detiene en el primer término izquierda, y contempla, en ademán de desafío, al grupo que forman Soledad y Don Mariano)

SOLEDAD
¡El! Dios mío, me falta el aliento
al ver sus miradas clavadas en mí.
¿Qué desea? ¿Qué intenta? ¿Que quiere?
¿Por qué no se aleja? ¿Por qué viene aquí?
¡Dios mío de mi alma,
qué va a ser de mí!

ANGUSTIAS
¡El! Dios mío, me falta el aliento,
afán de venganza le trae hacia aquí.
¡Señor, no permitas que afrente a los míos,
piedad para ella, piedad para mí!
¡Pobre hija de mí alma,
qué va a ser de ti!

MARIANO
¡El! Quien busca la muerte de mi honra
es el hombre que veo yo allí;
y me reta con ojos audaces
y la mira delante de mí.
¡Pobre de ese infame
si se acerca aquí!

CURRO
Ella, es ella, el amor de mi vida,
el alma de mi alma, quien miro yo allí,
la que a vista de todas ofrece
a otro hombre el cariño ganado por mí.
¡Soledad, Dios tenga
compasión de ti!

CORO, ROSARIO y MARIANO
Es Curro, sus ojos se fijan en ella,
ni un punto su vista se aparta de allí,
la promesa que hizo al partir del pueblo
decidido viene, sin duda, a cumplir.
¡Dios mío de mi alma,
qué ocurrirá aquí!

TODOS
¡El! Dios mío, me falta el aliento,
afán de venganza le trae hacia aquí.
¡Señor, no permitas que afrente a los míos,
piedad para ella, piedad para mí!
¡Pobre hija de mí alma,
qué va a ser de ti!

CURRO
Ella, es ella, el amor de mi vida,
el alma de mi alma, quien miro yo allí,
la que a vista de todas ofrece
a otro hombre el cariño ganado por mí.
¡Soledad, Dios tenga
compasión de ti!

(En este momento aparece por el foro la imagen de la Virgen, llevada a hombros, precedida de los Monaguillos con incensarios y rodeada de Niñas vestidas de blanco, como de Primera Comunión.)

CORO DE NIÑAS
Paz del mundo, consuelo del alma,
a la luz de tus ojos nació la piedad.
Reina y madre del cielo y la tierra,
de todo el que sufre tened caridad.
Echa sobre los hombros
tu bendición de paz.

(Al ver la imagen de la Virgen y escuchar el canto de las Niñas, todos caen de rodillas, excepción hecha de Curro y Don Mariano, que se contemplan como desafiándose.)

NIÑAS y CORO GENERAL
Paz del mundo, consuelo del alma,
a la luz de tus ojos nació la piedad.
Reina y madre del cielo y la tierra,
de todo el que sufre tened caridad.
Echa sobre los hombros
tu bendición de paz.

(Mientras el Coro canta esto sigue avanzando la Virgen. Detrás de ella irá el palio, custodiado por cuatro Soldados; debajo, el Padre Antonio. A su derecha, el Capitán Velasco. Detrás, el Alcalde y Concejales . Luego, una Banda de Tambores , y cerrando la procesión, los Soldados con las armas terciadas y la banda. Al llegar frente a casa de Soledad, los que acompañan a la Virgen se detienen y descansan. Don Mariano se adelanta hacia Soledad, que permanece de rodillas con la cabeza baja.)

MARIANO
Canta, que espera la Virgen.

SOLEDAD
(Suplicante.)
¡Mariano!

ANGUSTIAS
¡Por caridad!

MARIANO
¿No es la costumbre? Pues sigue
la costumbre, Soledad.

(Soledad se alza con trabajo y se adelanta hacia la Virgen.)

SOLEDAD
De cielos y tierra encanto,
reina y señora del día,
madre de Dios, ve mi llanto;
y al hijo del alma mía
ampárale con tu manto.

CORO
Ampáralo, madre
de la Soledad,
y ten de nosotros,
señora, piedad.

CURRO
Voz que en otro tiempo oí
para mí solo cantar,
voz de un amor que perdí,
no sonando para mí,
para nadie has de sonar.

SOLEDAD
Unica ventura cierta,
dulce amor de los amores,
mi alma al verte se despierta,
tengo lágrimas y flores,
llega, madre, hasta mi puerta.

CURRO
Voz que en otro tiempo oí
para mí solo cantar,
voz de un amor que perdí,
no sonando para mí,
para nadie has de sonar.

(Adelantándose.)

¡No reces a la Virgen
por cuya fe juraste
fidelidad un día:
con la traición pagaste!
No reces. Voz alguna
aquí se ha de escuchar.
La voz de mi venganza
tan sólo ha de sonar.
Vengarme de tu engaño
por la Virgen juré;
delante de la Virgen
mi oferta cumpliré.

(Curro desnuda el puñal y se dirige hacia Soledad. Esta retrocede espantada. El Padre Antonio se dirige a Curro y lo detiene por el brazo. El Capitán Velasco sujeta a Don Mariano, que trata de avanzar hacia Curro)

SOLEDAD
¡Madre!

ANGUSTIAS
(Interponiéndose entre su hija y Curro)
¡Hija!

MARIANO
(Avanzando.)
¡Miserable!

PADRE ANTONIO
¡Atrás, detente, atrás!

(Sujeta a Curro por la muñeca.)

CORO
¡Dios santo, Dios clemente,
qué es lo que va a pasar!

PADRE ANTONIO
Delante de esa Virgen,
emblema de la paz,
¡te atreves, miserable,
su culto a profanar!
Arroja tu arma al suelo,
a Dios pide perdón,
o caiga sobre tu alma
de Dios la maldición.

CAPITAN
(A Don Mariano)
Templad vuestros enojos,
domad vuestro furor.
No es digna de un cristiano
tan ruin profanación.

MARIANO
Dejadle que se acerque,
dejad que llegue hasta él,
dejad, que yo me basto
su furia a contener.

CURRO
Dejadme, padre mío,
dejadme hasta él llegar,
que en él y en ella quiero
su desamor vengar.

SOLEDAD
Es justa su venganza,
con él traidora fui,
mi vida ya no es vida
sin Curro para mí.

ANGUSTIAS
¡Oh, Virgen soberana,
madre santa de Dios,
detén con tu mandato
su brazo vengador!

PADRE ANTONIO
Arroja tu arma al suelo
y pide a Dios perdón,
o caiga sobre tu alma
la maldición de Dios.
Detente, etc., etc.
Por la santa memoria de tu padre,
por esa Virgen que tu infamia ve,
suelta el arma, lo mando, de rodillas.

CURRO
¡Oh, Padre!

PADRE ANTONIO
¡De rodillas, a sus pies!

(Coge a Curro, y tirándole con fuerza de la muñeca, le hace caer de rodillas. Soledad cae desmayada en brazos de su madre. Don Mariano en pie.)

CORO DE NIÑAS
Paz del mundo, consuelo del alma,
a la luz de tus ojos nació la piedad.
Reina y madre del cielo y la tierra,
de todo el que sufre tened caridad.
Echa sobre los hombres
tu bendición de paz.


____________



ACTO III:

Plegaria de Curro “Oh Virgen que fuiste amparo y guía de mi niñez”: (Curro)

CURRO
¡Oh, Virgen, que fuiste amparo
y guía de mi niñez!,
a mis rencores renuncio
de tu imagen a los pies.
Amor, ventura, venganza,
todo cuanto apetecí,
cuanto formaba mi vida,
lo sacrifico por ti.
De este sacrificio en pago
ten de mi dolor piedad,
y arroja del alma mía
el amor de Soledad.
¡Adiós, adiós por siempre,
encantos mi vida!
¡Adiós, sombra querida
de la que tanto amé!
¡Adiós, y el Cielo te haga
dichosa con mi ausencia,
mientras que goza otro hombre
lo que gozar soñé!
Y vos, Virgen bendita,
por cuyo noble influjo
renuncio a la venganza
que de ella iba a tomar,
recibid de mis manos
la prenda miserable
que mi pasión quería
al odio consagrar.

(Sacando el puñal que lleva en la faja.)

Este acero que en sangre
teñir mi diestra quiso,
inofensiva prenda
de redención va a ser.
¡Tomadlo, Madre mía!
Tomadlo, yo os lo entrego
postrado de rodillas
a vuestros santos pies.
Guardadlo vos, Señora.
Que vuestro santo amparo
consiga tener siempre
a Soledad feliz,
mientras que lejos de ella
mi vida me consume
ahogando entre sollozos
la dicha que perdí.

(Curro deposita el puñal a los pies de la Imagen. Cuando acaba de hacerlo aparece la Tía Emplastos)


____________



Romanza de Curro “Que siempre me ha querido”: (Curro)

(Hablado sobre la música)

CURRO
¡Suya!

(Volviendo la carta entre sus manos.)

Pero ¿esto es verdad?
¡Dios mío, tiemblo al abrir
el sello! ¿Qué va a decir
en carta Soledad?

(Rompe el sobre con mano temblorosa y lee.)

(Recitado)

“Curro: Si acaso pensaste
que por amor de otro fue
por lo que te abandoné
y me casé, te engañaste.
Causas que, a poderte hablar,
te dieran satisfacción
cumplida, el motivo son
de todo. Pero jurar
te puedo que sólo en ti
pensé, y ni llegué a olvidarte,
ni dejé nunca de amarte
desde que te conocí
Esta es, Curro, la verdad.
Sábela para juzgarme;
y si quieres perdonarme,
perdóname. –Soledad.”

(Curro permanece un instante mirando la carta.)

(Cantado)

¡Que siempre me ha querido!
¡Que nunca me olvidó!
Entonces, ¡por qué a otro hombre
su voluntad rindió?
¿Por qué, si me ama, es suya?
¿Por qué mía no fué?
Por nadie yo rompiera
la prometida fe.
Y, sin embargo, de estos renglones
todas las frases claras están.
¡Me ama! Y si me ama, ¿qué importa todo
cuanto en mi ausencia pueda pasar?
Si lo exigieron, si la obligaron,
si por la fuerza su fe mintió,
no consiguieron que me olvidara,
entero es mío su corazón.
Mío, lo dice, lo estoy leyendo.
Su alma, su vida, son para mí
¡Y de su lado yo iba a alejarme,
y de este sitio yo iba a partir!
¿Partir? ¡No, nunca! Si lo he jurado
de aquella imagen santa a los pies,
es que ignoraba que me quería,
es que no supe lo que juré.
¡Nunca! Que piensen que yo me alejo
los que mi dicha pueden turbar,
y cuando todos mi ausencia crean,
mi dicha en ella yo iré a buscar,
Soledad mía, prenda adorada,
de ti yo nunca me apartaré;
me perteneces, iré a buscarte
y mía sólo, mía has de ser.
Amor, ventura, dicha, esperanza
que para siempre perdida vi,
con la promesa de sus amores
juntos y alegres volvéis a mi.
Soledad mía, prenda adorada,
para mi solo te quise yo,
viva en mis brazos para adorarte
o entre mis brazos muerta de horror.

(Coge el puñal que hay a los pies de la imagen y sale por la derecha.)


___________



Baile andaluz “Son la muger y el diablo la mesma cosa” y copla de los arrieros “Caracoles vende Mariquilla”: (Arrieros, Mozos, Mozas)

ARRIERO 1º
Son la mujer y el diablo
la mesma cosa,
que jasen perrerías
con las personas!
Anda, chiquilla,
y jasme cuanto antes
la perrería.

(Gritos de ¡olé! en los Mozos y Mozas que no bailan.)

MOZOS
Son la mujer y el diablo
la mesma cosa,
que jasen perrerías
con las personas.
Anda, chiquilla,
y jasme cuanto antes
la perrería.
Pulidito bailaor,
báilala bien, que es serrana,
que si no la bailas bien
saldré ahora mismo a bailarla.
Báilala con garbo
y jazle primores,
hasta que a la cara
le salgan colores.
¡Va bien!
¡Vaya un cuerpo hermoso!
¡Olé!

MOZAS
Cuando bailes con tu amante
no le mires a la cara,
que pierde el compás y aluego
se equivoca en las mudanzas.
Báilalo con garbo
y jazle primores,
que le den mareos,
que le den sudores.
¡Bah!
Bien te mueves.
Bueno va.


____________



Minué “¡Qué finura! ¡Qué elegantitos modales!”: (Rosina, Timoteo, Damiselas, Petimetres, Mozas, Mozos)

ROSINA, TIMOTEO, DAMISELAS y PETIMETRES
¡Qué figura! ¡Qué elegánticos modales!
Su jerárquica belleza, bien se ve.
¡Qué manera de coger el abanico!
Y qué modo de llevar el guardapiés!
¡Oh, qué elegancia!
¡Qué distinción!
Quien no vive en la corte no tiene
de Dios perdón.

MOZAS
¡Ay, cuántas monerías
hace antes de bailar,
y cómo está, la tonta,
haciéndose rogar!

TIMOTEO, DAMISELAS y PETIMETRES
¡Oh, qué fuego el de sus ojos, , cómo mira,
qué pequeño y qué monísimo el chapín,
qué bien lleva las pestañas rasgueadas
y, ¡oh!, qué olor tan distinguido a pacholí!
Para elegancia
sólo Madrid.
¡Ay, qué envidia me dan los que pueden
vivir allí!

ROSINA
¿Estamos ya dispuestos?
¿Podemos empezar?
La mano, Timoteo,
y vamos a bailar.

(Rosina, Timoteo, Damiselas y Petimetres comienzan a bailar un minué. Durante el baile se supone que las parejas hablan bajo, y dicen alto solamente los dos últimos versos de la estrofa.)

DAMISELAS
(Con dulzura.)
No seas tonto ni me digas esas cosas,
pues mi amor tan solamente es para ti.

ROSINA
(Por Timoteo, y aparte.)
Este chico no es del todo despreciable,
y al mirarme, ¡cómo sufre, el infeliz!

(Los Petimetres besan las manos a las Damiselas, y éstas suspiran con dulzura.)

DAMISELAS
¡Ay! ¡Ay!

(Los suspiros se oirán al mismo tiempo que los besos.)

MOZAS
(Bajo, las unas a las otras.)
¡Ay, Jesús, qué dengosas, qué embusteras!
Ya se ve que no lo pueden remediar.
Santurronas que no salen de la iglesia
y en bailando ya se dejan de besar.

MOZOS
Ahora mesmo, yo quisiera ser, serrana,
señorico pa bailar talmente así,
pa comerme con los labios tus dos manos,
cacho e gloria, y pa decirte...

(Queriendo cogerles las manos.)

MOZAS
¡ Ta day!

(Comienzan la segunda parte del minué.)

DAMISELAS
Ya lo sabes: mi cariño es todo tuyo.
¿Cuántas veces te lo tengo que decir?

ROSINA
(A Timoteo)
Ya sabéis que he sido siempre compasiva.

TIMOTEO
¿Permitís un solo beso?

ROSINA
(Riendo.)
Bueno, Si.

DAMISELAS
¡Ay, ay!


____________



Escena de la rifa, baile y final “¡Quítate de ahí! ¡Déjame sentar!”: (Unas, Otras, Rosina, Timoteo, Damiselas, Petimetres, Alcalde, Mozos, Arriero, Capitán, Mozas, Curro, Mariano, Soledad, Padre Antonio, Angustias)

UNAS
Quítate de ahí,
déjame Sentar.
No empujes tan fuerte,
no seas animal.
No seas así.

OTRAS
Pues quiero tirar,
porque en esta silla
no te has de sentar.

UNAS
Ya veremos.

OTRAS
Ya veremos.

UNAS
Ahora sí que lo verás.

(Rosina, Timoteo, Damiselas y Petimetres levantándose de sus asientos.)

Qué animada está la fiesta.
¡Ja, ja, ja!

ALCALDE
Haiga orden, o ahora mesmo
comenzáis a despejar.

CORO
Conocemos al Alcalde,
y es de hacerlo muy capaz.

UNAS
¡Callar!

OTRAS
¡Callar!

(Se sientan y algunas están de pie.)

ALCALDE
Se emprincipia rifando el orjeto
que nos ha regalao Soledad:
una cinta de seda mu maja,
por sus manos bordá.

CORO
(Con asombro.)
¡Ah!

(El Alcalde la enseña.)

Sí que es maja.

MOZO 1º
Sí que es maja de verdá.
Un ducado doy por ella.

MOZO 2º
Tres ducados.

ALCALDE
¿Quién da más?
¿Quién da más para la Virgen?

PETIMETRE 1º
(Desde la tribuna, levantándose.)
Yo doy tres y medio.

ARRIERO
¡Gua!

CORO
¡Ja, ja, ja!
¡Ja, ja, ja!

MOZO 1º
Seis ducados.

MOZO 2º
Siete.

MOZO 1º
Ocho.

ALCALDE
¡Ya dan ocho! ¿Quién da más?

CAPITAN
Yo doy veinte.

(Otra pausa.)

ALCALDE
Ya dan veinte.
Pues ya es vuestra, Capitán.

(El Encargado sube a la tribuna y entrega la cinta.)

CORO
Ha estao muy oportuno
y está mu bien pagá:
¡Que viva los rumbosos
y viva el Capitán!

ARRIERO
(Avanzando al centro del escenario.)
Nosotros ofrecemos
too este dinero
porque baile la Emplastos
con Timoteo.

CORO
Sí, sí, que baile.
Y si no, que la prendan,
señor Alcalde.

ARRIERO
Que salga ese esperpento,
que salga muy ufana,
y jaga en un momento
el salto de la rana.

CORO
Que salga ese esperpento,
que salga muy ufana,
y jaga en un momento
el salto de la rana.

ALCALDE
(A los arrieros.)
Callarsus, o sus echo
a palos de la plaza;
siempre que abrís la boca
siempre metéis la pata.
Callarsus, o sus mondo
de una paliza.
¡Silencio en too el mundo!
Siga la rifa.

(Después de una pausa.)

MOZO 1º
Dos ducados por bailar con esa moza.

MOZO 2º
Tres ducados, señor Cura, por que no.

MOZO 1º
Diez.

MOZO 2º
Catorce.

MOZO 1º
Veinticinco.

MOZO 2º
(Con rabia.)
Me has vencío.

MOZAS
¡Ay, qué suerte, la primera que salió!
Que afortunada
que fue Pilar,
es la primera moza
que va a bailar.

MOZOS
No será ella sola,
porque yo también
por bailar contigo

(Por otras.)

mi hacienda daré.

(Salen cinco o seis Mozas con otros tantos Mozos)

CORO
Pues andando y adelante,
que se formen las parejas
y que toquen las guitarras
y que emprincipie la ruea.

(Curro y dos Mozos, con talegos, por el primer término derecha. Los Mozos quedan delante del mostrador del tenderete.)

CURRO
Un momento, bailaores.

(Avanzando al centro de la escena.)

Aguardarse, no empezar;
que también en vuestra fiesta
parte yo quiero tomar.

(Movimiento y asombro general.)

MARIANO
(Con enojo.)
¡Ese hombre!

SOLEDAD
(Con espanto. Aparte.)
¡Curro!

PADRE ANTONIO
(Con asombro.)
¡Mi Curro!

ALCALDE
¿A qué vendrá?

SOLEDAD
¡Oh, qué hice!

(Hace ademán de levantarse.)

MARIANO
(Obligándola a sentarse.)
¡Qué te importa
ese hombre, Soledad!

CORO
Es él, que vuelve
con mala idea.
Hacia este sitio
debe venir.
¿A que por Curro
se agua la fiesta?
¿Qué es lo que quie re?
¿Qué va a ocurrir?
Esperemos,
aguardemos
para ver
lo que ocurre,
lo que pasa,
lo que puede suceder.
De pensarlo
me estremezco.
No me atrevo
a respirar
la se acerca;
ya la mira.
¡Silencio!
¡Callad!

(El Alcalde, levantándose del sillón y encarándose, con Curro)

ALCALDE
¿A que vienes?

CURRO
¿A qué vengo?
A lo que todos aquí.
A tomar parte en la rifa.
¿Pues a qué voy a venir?
¿No es un derecho de todos
el comprar hoy los favores
del baile con su dinero?
Pues a eso vengo, señores.
A bailar con quien me plazca.
A comprarme ese placer.

(Dirigiéndose a donde están Don Mariano y Soledad, y señalando a ésta; en ademán de desafío al otro.) Tres mil onzas mejicanas por bailar a esa mujer.

MARIANO
¿Bailar tú con ella? Nunca.

CURRO
¿Por qué causa?

MARIANO
Porque no.

CURRO
¿Vais a ofrecer más dinero
que el que he prometido yo?
Tan sólo de esa manera
lo podríais evitar.
Aquí, el que da más dinero
es el que manda.

(Dirigiéndose al Coro, que le escucha en silencio.)

¿Verdad?

CORO
Es cierto lo que dice;
en su derecho está.
Si nadie más ofrece,
con ella ha de bailar.
Vamos, señor Alcalde,
la rifa continuad.
A ver si hay quien la puje.
A ver si hay quien dé más.
Vamos, de prisa,
que aguardan ya
los otros mozos
para empezar.

PADRE ANTONIO
¡No, por Dios! ¡Es imposible!
Señor Alcalde, ¿qué hacemos?

ALCALDE
¡Ahora cumplir la costumbre!
Después... después, ya veremos.

(Levantándose.)

Curro Vargas tres mil onzas
por bailar a Soledad.

(Pausa.)

Tres mil onzas... (Pausa.) ¡A la una!

(Pausa.)

¡A las dos! ¿Hay quien dé más?

MARIANO
Yo ofrezco mi hacienda entera
por que no baje de aquí.

CURRO
¿Vale vuestra hacienda tanto
como lo que yo ofrecí?

MARIANO
Mí hacienda no vale tanto,
pero vale mi derecho,
y para bailar contigo
permiso no la concedo.

(Abalanzándose hacia Curro)

CORO
(Deteniéndole.)
Aquí no hay derecho
que pueda valer.
En días de fiesta
el oro hace ley.
O don Mariano
puja el precio más,
o baila con Curro Vargas
esta tarde Soledad.

ALCALDE
(A Mariano)
Cumplid de nuestra rifa
la santa obligación.
Ninguna ofensa en ello
existe para vos.

CORO
Cumplid de nuestra rifa
la santa obligación.
Ninguna ofensa en ello
existe para vos.

MARIANO
(Con ira.)
¡He de dejarla!

CORO y ALCALDE
¡Qué vais a hacer!
si es la costumbre.

(El Padre Antonio va al lado de Don Mariano)

MARIANO
(Con firmeza.)
Soledad, ve.

(Soledad baja la escalera de la tribuna pálida y temblorosa.)

CORO
Así. Igual para todos
las leyes han de ser.
¡Quien más paga en la rifa
se lleva a la mujer!

SOLEDAD
(Aparte.)
¡Oh, Curro de mi alma,
por fin voy a ti!
Si tú me perdonas,
¿qué importa morir?

CURRO
(Aparte.)
¡Al fin en mis brazos
tenerla podré!
¡Qué importa que venga
la muerte después!

PADRE ANTONIO Y ANGUSTIAS
Dios mío, perdona
su ciega pasión.
Concede a su culpa
excusa y perdón.

MARIANO
Que goce en la afrenta
que me hace pasar,
que yo sabré luego
mi afrenta vengar.

CORO
Así. Igual para todos
las leyes han de ser.
¡Quien más paga en la rifa
se lleva a la mujer!

SOLEDAD
¡Oh, Curro de mi alma,
por fin voy a ti!
Si tú me perdonas,
¿qué importa morir?

CURRO
¡Al fin en mis brazos
tenerla podré!
¡Qué importa que venga
la muerte después!

PADRE ANTONIO y ANGUSTIAS
Dios mío, perdona
su ciega pasión.
Concede a su culpa
excusa y perdón.

MARIANO
Que goce en la afrenta
que me hace pasar,
que yo sabré luego
mi afrenta vengar.

(Soledad queda al pie de la tribuna. Los Bailaores siguen en su sitio. Don Mariano, cerca de Soledad, El Padre Antonio junto a Angustias.)

CURRO
Mi oferta está cumplida,
allí el dinero está.

CORO
Pues que toque la música
y empiecen a bailar.

(Las parejas se forman. Curro se dirige donde esta Soledad. La coge por la mano y la conduce a primer término de la derecha.)

CURRO
¡Tu mano entre las mías!
¡Pero ¿es cierto, ¡ay de mí!
que yo pueda mirarte,
que te halles junto a mí?
¿Por qué, bien mío,
por qué manchó
otro hombre con sus besos
la imagen de mi amor?

SOLEDAD
¡Oh, Curro! Al cabo puedo
mirarme junto a ti,
y siento junto al mío
tu corazón latir.
Si el labio mío
tu fe vendió,
fue siempre tuyo
mi corazón.

(Durante este diálogo las parejas se han puesto en orden y empieza la primera rueda.)

Preludio – Baile: (Curro, Soledad, Mariano, Padre Antonio)

CURRO
Ya comienzan el baile
los dos primeros.
¡Olé por las mozas
y los mozos güenos!

CORO
Pulidito bailaor,
báilala bien, que es serrana,
y si no la baila tú,
saldré yo mismo a bailarla.

(Mientras sigue el baile, Curro habla aparte con Soledad en el extremo de la derecha del proscenio.)

CURRO
Soledad del alma mía,
Mi bien mi sueño adorado,
¿por qué me diste al olvido,
por qué mi amor has burlado?
¿No comprendes que, ya siempre
ha de alzarse entre los dos
la odiosa imagen del hombre
que tu amor me arrebató?

SOLEDAD
Del modo que tú lo exijas
la afrenta pagaré.

CURRO
¿De veras?

SOLEDAD
Curro de mi alma,
manda y obedeceré.

CORO
Se la come con los ojos,
y ella le habla por lo bajo.
¿Quién detiene, cuando acaben,
el furor con don Mariano?

(Las parejas qué han estado bailando se detienen en medio del escenario.)

UNO
Ya se ha acabao
La primera ruea.

OTROS
El abrazo ahora.

(Se abrazan cuando la música lo indica.)

OTROS
¡Qué firme aprietan!

TODOS
(A Curro)
A ti te toca
Vamos allá

UNOS
¡Olé por Curro!

OTROS
¡Bien, Soledad!

(Sale la “segunda rueda” bailando. Baile. Soledad y Curro en primer término)

 CURRO
¿Por que no alzas esos ojos?
Dime Soledad: ¿qué tienes?

SOLEDAD
Creo que estamos bailando
a las puertas de la muerte.

CORO
Pulidito bailaor,
báilala bien, que es serrana,
que si no la bailas bien
saldré ahora mismo a bailarla.
Báilala con garbo
y jazle primores,
hasta que a la cara
le salgan colores.
¡Va bien!
¡Vaya un cuerpo hermoso!
¡Olé!
Qué despacio bailan,
qué tristes, qué serios,
da miedo mirarles,
parecen dos muertos.

(En una de las paradas, Curro dice a Soledad)

CURRO
¿Tu amor se atreve a todo?

SOLEDAD
A todo, Curro; sí.

MARIANO
¡Que el Cielo tener quiera
piedad de ella y de mi!

(Terminan el baile y quedan las parejas como antes, frente a frente.)

CORO
Ya se acabó. El abrazo
la tiene ahora que dar.
¡Miradle; ya se acerca!
¿Qué es lo que va a pasar?

CURRO
Soledad alma mía,
encanto de mi ser
imagen de mis sueños,
hacia mis brazos ven.

(Se acerca con los brazos abiertos a Soledad, que cae en ellos, al mismo tiempo que las otras parejas se abrazan también.)

SOLEDAD
¡Curro!

CURRO
Ya estás en ellos;
Nadie podrá impedir;
que en ellos te sujete.
¿Verdad que me amas?

SOLEDAD
¡Sí!

CURRO
Pues nadie de mis brazos
vendrá a arrancarte ya.
Antes que ser de otro hambre
en ellos morirás.

(Estrechándola más.)

SOLEDAD
(Con voz ahogada.)
¡Oh, Curro de mi vida,
mi fe, mi solo amor!

CURRO
¡Oh, Soledad de mi alma!
¡Adiós, por siempre, adiós!

(Suelta a Soledad, que cae en el suelo. Don Mariano, que ha vuelto la cabeza para no ver abrazarse a Curro y Soledad; mira entonces.)

CORO
¡Socorro! ¡Socorro!

MARIANO
¡Muerta!

(A Curro)

¡Tu vida!

(Saca un puñal del bolsillo.)

CURRO
¡Tenla, sí!
Sin Soledad, la vida
¿qué vale para mí?
¡Ven por ella al instante!
¡No temas, pronto, ven!
¡Es tuya; ni siquiera
la pienso defender!

(Saca el cuchillo que lleva en la faja y lo arroja a tierra. El Padre Antonio, el Alcalde y todos, que han permanecido apartados y como sujetos por el terror, avanzan.)

CURRO
¡Adiós, bien mío!
¡Soledad, adiós!

MARIANO
¡Muere, cobarde!

(Avanza hacia Curro. El grupo avanza también en forma que oculta a Curro y a Don Mariano de la vista del público.)

PADRE ANTONIO
(Con angustia.)
Detenedlo.

TODOS
(Con espanto.)
¡Oh!





FIN


Información obtenida en la Página Web http://lazarzuela.webcindario.com/

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