Las hilanderas (Cantables)



LAS HILANDERAS



Zarzuela en un acto, dividido en tres cuadros.

Libreto: Federico Oliver.

Música: José Serrano.

Estrenada el 3 de Diciembre de 1927 en el Teatro Eldorado, de Barcelona.

La acción tiene lugar en la Toscana de final del setecientos.


ARGUMENTO


En el mesón “La Cigüeña Azul”, en el que están comiendo los soldados al servicio del Gran Duque, llega Floro, criado de don Leandro de Valor, también la servicio del Gran Duque, pidiendo alojamiento. Aparece Farello, viejo judío vendiendo sus mercancías. Cuando ve a Catalina, que está de fregona en el mesón y la llama señora Susana, a lo que ella le pide que no diga a nadie que ella es criada de la Condesa Angélica di Napoli.
Cuando llega don Leandro al mesón, Catalina se acerca a él y le dice quien es. Don Leandro no puede disimular su alegría, pues esta casado con Angélica por poderes y en secreto, ya que su Majestad Católica ha negado su permiso al capitán para esta boda.
Farello que ha oído todo y es medio brujo, le ofrece al capitán su taller, por si quiere tener en esmalte el perfil de su amada. Catalina le dice a don Leandro que está allí de incógnito, para describirle el santo y seña y la manera de cómo reunirse con ella.
Fabricio le ofrece a don Leandro sitio en su mesa, pues Bertoldo ha acabado con todas las provisiones del mesonero. Estando comiendo, Fabricio alaba la hermosura de Angélica y dice que es capaz de rendirla de amor en tan solo una noche, por lo que Leandro se levanta ofendido desenvainando la espada. Esto lo ve el Gran Duque, que se dispone a ser el juez.
Fabricio se apuesta 500 onzas a que le rinde de amor en una noche y don Leandro se apuesta la vida y la hacienda a que será suya.
Dicho esto, el Gran Duque manda partir a Fabricio hacia el castillo de Angélica. Don Leandro va a la casa del judío Farello para que le haga el esmalte de su amada. Farello le obliga a cantar la canción que solo saben él y Angélica, pues dice que si no la canta no la verá. Este obedece mientras el judío la copia. Llaman a la puerta y cuando Farello va ha abrirla, manda marchar a Leandro, pues dice que es alguien que conoce y puede sorprenderlo. Este se marcha pagándole con generosidad. El que había llamado resulta ser Fabricio, que viene a pedir el secreto de su rival y le entrega una bolsa llena de dinero. Este le dice que si canta la canción solo conocida por ellos, a media noche suplantará a su rival.
Angélica en su castillo oye al pie de su balcón la canción y ordena a sus damas que dispongan una mesa repleta de manjares al pie de la chimenea. Entra Fabricio en el salón, pero Angélica a pesar de no conocer a don Leandro, duda de que Fabricio sea su marido.
En ese momento aparece Catalina quien les descubre. Angélica les castiga a estar vestidos de mujeres e hilando en el calabozo para ganarse el pan.
Llega el capitán y se funden los dos esposos en un abrazo cuando les interrumpe Catalina anunciando la llegada del Gran Duque que viene a decir a don Leandro que su Majestad acepta el matrimonio y les ruega vuelvan a España. A preguntas del Duque, Catalina les conduce a la estancia en la que están el capitán Fabricio y Bertoldo hilando y vestidos de mujeres. Se ríen todos y el Gran Duque dice que les dejen salir que su ejército necesita capitanes, no hilanderas.


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Personajes:

Condesa Angélica: Casada por poderes con Leandro.

Silvia: Asistenta de la condesa.

Susana/Catalina: Azafata de la condesa que actúa como sirvienta del Mesón.

Don Leandro: Duque y descendiente de los Omeya de Granada.

Fabricio: Capitán tramposo y donjuanesco.

Farello: Viejo judío con fama y artes de brujo.

Bertoldo: Criado glotón.


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Números musicales:

Canción de Leandro “Amores me traen a Italia”: (Don Leandro)
Dúo de Farello y Leandro “Pasad, señor”: (Farello, Don Leandro)
Dúo de Farello y Fabricio “Satán, Satán…Sigue lucerito”: (Farello, Fabricio, Don Leandro)
Canción de Angélica “Una linda gondolera del gran duque se prendó”, dúo con Silvia “Y los días pasaba soñando” y engaño de Fabricio “Sigue lucerito”: (Angélica, Silvia, Fabricio)
Duetto de Catalina y Bertoldo “Para probar esta cena”: (Catalina, Bertoldo)
Romanza de Leandro “Rosa mañanera”: (Don Leandro)
Dúo de Angélica y Leandro “Decid pronto, caballero”: (Angélica, Don Leandro)


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Canción de Leandro “Amores me traen a Italia”: (Don Leandro)

DON LEANDRO
Amores.
Amores me traen a Italia,
Tierra de luz y colores.
Amores.
Amores que allá en España
nacieron entre las flores.
Tan sólo a tí
van mis amores.
En alas de la fortuna
a nada tengo temor,
que alienta en mí
su casto amor.
En jornadas de guerra
son mis guardas mejores
la fe en mi Dios
y en mis amores.
El alma espera anhelante
que acabe mi padecer
y el loco afán
por tí,
mujer...


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Dúo de Farello y Leandro “Pasad, señor”: (Farello, Don Leandro)

FARELLO
Pasad, señor;
señor, pasad:
Honrad la cueva
que es mi mansión;
esos esqueletos
de hombres y fieras
que os miran airados
son inofensivos;
os lo juro yo.
(Parece imbécil
el buen señor)

DON LEANDRO
Aunque un aborto del infierno
me mirara,
a sombra tal
no temo yo,
que mi defensa es
la dulce amada mía,
mi talismán es el amor.

FARELLO
(Pues sí es imbécil
el buen señor)
Mirad en blanco el medallón.

DON LEANDRO
Pero el retrato,
¿cómo lo haréis?

FARELLO
Al soplo de mi poder
su imagen aquí vendrá,
si vos cantáis la canción
aquella de la Alhambra.

DON LEANDRO
Aquélla no puede ser.

FARELLO
Con sólo mi magia blanca
creo un imposible
lo que vos queréis.

DON LEANDRO
Si canto ¿veré a mi esposa?

FARELLO
Os juro que la veréis.

DON LEANDRO
Pero...

FARELLO
Cantad.

DON LEANDRO
Tu amor es una rosa,
tu amor es una rosa
que está en mi huerto;
y con la luz del día
mi boca la da un beso.
son besos que en el alma
yo los sentí.
Besos, besos
para tí.
Rosa mañanera,
rosa mañanera
la del huerto mío;
en tu cáliz tiemblan,
en tu cáliz tiemblan
perlas de rocío.
No quiero la noche,
quiero la mañana
por besar
el divino broche
de mi rosa grana
al despertar.
Tu amor es una estrella,
tu amor es una estrella,
es un lucero,
que en la noche encantada
navega por el cielo.
¡Amor de mis amores!
voy hacia tí;
brilla, brilla
para mí.
Sigue, lucerito,
sigue, lucerito,
estrellita mía;
brilla tú en la noche,
brilla tú en la noche,
que tu luz me guía.
Faro de mi cielo,
mi camino alumbre
tu fulgor;
dame tu consuelo
con los resplandores
del amor.
Amor... Amor...
Angélica no aparece.

(Aparece en la bombonera el rostro de Angélica, tocado con peluca blanca a la de María Antonieta)

FARELLO
(Copiando afanosamente)
Esperad. Esperad.

(Se va desvaneciendo la imagen)

DON LEANDRO
No te alejes, vida mía;
no te alejes de mí por compasión;
no te vayas, que contigo
se va mi pobre corazón.
No me dejes, amor mío;
no me dejes sin tí, por caridad;
que tu imagen adorada
es la flor de mi felicidad.

FARELLO
(Mostrando el medallón a don Leandro)
Ya está el prodigio.
Esta es la viva imagen
de la condesa;
de todos mis trabajos,
la obra suprema.

DON LEANDRO
(Besando el medallón)
Mi vida; por siempre yo veré,
tu imagen, que es fuente de ilusión;
besar tus ojos así
con ardiente pasión,
y tu rostro adorado
llevar dentro del corazón.

FARELLO
De mi arte soberano
la prueba es ésa:
el rostro soberano
de la condesa.
Fortuna radiante.
Llegaste al fin, al fin.
El mozo tiene oro,
mucho oro, y es seguro
que también lo tendré,
lo tendré.

DON LEANDRO
Por arte sobrehumano
vi a mi condesa.
Esencia divina de la mujer,
gentil rosal de mi jardín,
tu amor será la gloria de mi vida,
la luz que alumbrará
mi ser.


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Dúo de Farello y Fabricio “Satán, Satán…Sigue lucerito”: (Farello, Fabricio, Don Leandro)

FARELLO
(Haciendo reverencias)
Pasad, señor
señor pasad;
hondar la cueva
que es mi mansión.
¡Satán! ¡Satán!
rey del Averno,
sal de tu lóbrega mansión,
y entre clamores del infierno
cante tu boca la canción.

FABRICIO
¡Satán! ¡Satán!
rey del Averno,
sal de tu lóbrega mansión,
y entre clamores del infierno
cante tu boca la canción.

FARELLLO
Yo te conjuro
con mi palabra;
yo soy acero
y tú el imán.
Escucha el eco
de Abracadabra.
Mis preces todas
hacia ti van.
¡Satán! ¡Satán!
Mis preces todas
hacia tí van.

FARELLO y FABRICIO
¡Satán! ¡Satán!
Rey del Averno,
sal de tu lóbrega mansión,
y entre clamores del infierno
cante tu boca la canción.

DON LEANDRO
(Dentro)
Sigue lucerito,
sigue lucerito,
estrellita mía;
brilla tú en la noche,
brilla tú en la noche,
que tu luz me guía.
Faro de mi cielo,
mi camino alumbre
tu fulgor.
Dame tu consuelo
con los resplandores
del amor.
Amor..., amor...


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Canción de Angélica “Una linda gondolera del gran duque se prendó”, dúo con Silvia “Y los días pasaba soñando” y engaño de Fabricio “Sigue lucerito”: (Angélica, Silvia, Fabricio)

ANGELICA
Una linda gondolera
del Gran Duque se prendó,
con la inocencia
de su corazón.
Y soñaba en su locura
con la corona ducal.
¡Ay pobre de la gondolera,
que en alas de su fantasía
al cielo
ensoñó llegar!
Y contaba sus amores
al compás de una canción.
¡Ay la pobre gondolera,
herida por la flecha del amor!

ANGELICA y SILVIA
Y los días pasaba soñando
con su quimera,
en su góndola alegre cantando
la gondolera.
Mariposa que busca la llama,
la encontrará,
y en la lengua de fuego, las alas
se quemará.

ANGELICA
Una noche que bogaba
por las aguas del canal,
vió iluminarse
la mansión ducal.
Su desgracia presintiendo,
preguntaba por doquier.
¡Ay, pobre de la gondolera,
que lleva la muerte en el alma
sabiendo la verdad cruel!
Era la cena de bodas
del Gran Duque, su señor.
¡Ay, la pobre gondolera,
que al fondo del canal se arrojó!

ANGELICA y SILVIA
Y la góndola va navegando
sin su remera.
Y no cruza las aguas cantando
la gondolera.
En la tierra no cabe el cariño
con que soñó.
Y en las aguas tranquilas del lago
lo sepultó.

FABRICIO
Sigue lucerito.
Sigue lucerito
estrellita mía
brilla tú en la noche
brilla tú en la noche
que tu luz me guía.
Faro de mi cielo
mi camino alumbre
tu fulgor.
Dame tu consuelo
con los resplandores
de tu amor.


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Duetto de Catalina y Bertoldo “Para probar esta cena”: (Catalina, Bertoldo)

CATALINA
¡Atrás!
Para probar esta cena,
conforme a la tradición,
hilar a la rueca
es la condición.

BERTOLDO
Dadme un poquito, un poquito,
porque me voy a morir.

CATALINA
Pero estaréis quietecito,
y hasta podréis elegir.
Estos bartolillos
van rellenos de jamón,
y estos pastelillos,
con pechugas tiernas de pichón.

BERTOLDO
¡Qué tormento tan atroz!

CATALINA
Y este arroz con leche.

(Le muestra un plato colmado)

BERTOLDO
¡Catalina dame arroz!

CATALINA
¡Arre allá!

BERTOLDO
Me han salido granos
y me los voy a curar.

CATALINA
Vuestro señor os aguarda,
y hay que seguir su destino;
tomad vuestro traje,
la rueca y el lino.

(Le da las prendas y objetos que dice)

BERTOLDO
¡Pero, por Dios, Catalina;
no me dejéis sin comer!

CATALINA
Podéis estar sin cuidado,
que ya sé y yo me he de hacer.

(Le muestra una loncha de jamón, que le acerca y retira picarescamente)

BERTOLDO
(Siguiéndola hambriento y como hipnotizado)
¡Catalina, sois cruel!


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Romanza de Leandro “Rosa mañanera”: (Don Leandro)


DON LEANDRO
Rosa mañanera,
rosa mañanera,
la del huerto mío;
en tu cáliz tiemblan,
en tu cáliz tiemblan,
perlas de rocío.
No quiero la noche;
quiero la mañana,
por besar
el divino broche
de mi rosa grana
al despertar.
Amor... Amor...


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Dúo de Angélica y Leandro “Decid pronto, caballero”: (Angélica, Don Leandro)

ANGELICA
Decid pronto, caballero,
por qué entráis en mi morada.

DON LEANDRO
(Turbado)
Señora... No sé...

ANGELICA
Vuestro torpe desafuero.
no es tan digno de esa espada.

DON LEANDRO
Mi atrevimiento perdonad.

ANGELICA
¿Qué os sucede? Decid.

DON LEANDRO
Quiero hablaros.

ANGELICA
Hablad.

DON LEANDRO
¿No advertís, señora mía,
que yo soy vuestro marido?

ANGELICA
(Riendo)
¿Vos mi Leandro?
Señor, deliráis.
Mi esposo está allí.

(Señala las habitaciones interiores)

DON LEANDRO
¿Vuestro esposo? ¡Imposible!

ANGELICA
¿Imposible?... ¿por qué?

DON LEANDRO
(Consultando aparte el medallón)
El esmalte empalidece.

ANGELICA
El señor de esta morada
el amado esposo mío,
no sois vos seguramente.

DON LEANDRO
Con el alma entera
juramento os doy;
por mi fe de capitán
que, por dicha mía,
vuestro esposo soy.
Soy vuestro Leandro,
que os arrancaría
de las mismas garras de Satán.

ANGELICA
Sois muy galán.

DON LEANDRO
Ese miserable,
sátiro impostor,
viene sólo a mancillar
mi honor.

ANGELICA
Tranquila, dichosa,
pensando en mis amores,
soñaba mimosa
el cielo para mí,
tejiendo mis sueños
cadenas de flores... ¡Ay!
Y esta dicha pretendéis
romper así.

DON LEANDRO
Os ruego, condesa.

ANGELICA
No insista el capitán.

DON LEANDRO
Pero, condesa...

ANGELICA
¿Quién sino mi esposo
cantar podría la canción?

DON LEANDRO
He de explicaros...

ANGELICA
A su juramento
no pudo hacer traición.

DON LEANDRO
¡Condesa!
si un momento fiáis en mi honor,
oiréis de mis labios
la verdad entera.
¡Lo pido por favor!

ANGELICA
¿Por favor?... Ya os escucho.

(Se sienta)

DON LEANDRO
Señora mía,
si adoraros es delito,
por las torres de la Alhambra
juro que culpable fuí...
Pero un villano
puso en duda vuestra honra,
y por vengaros vine aquí.
Creedme:
la canción de nuestra infancia
salió sólo de mis labios
al conjuro de un hechizo
que, por arte vil de un mago,
vive en este medallón.
Si yo culpable he sido
imploro así vuestro perdón.

(Se arrodilla)

ANGELICA
Ir con el demonio
tan cerca de sí
no es cristiano, capitán.
A su Dios ofende
con amarme así;
yo no quiero hechizos,
quiero un corazón.

DON LEANDRO
(Arrojando el medallón al fuego de la chimenea)
Ved cómo en las llamas
se funde el medallón.

ANGELICA
(Con una graciosa reverencia)
Vos siempre tan galante.

DON LEANDRO
La dicha soñada
al fin es realidad.
¡Angélica del alma mía!

(Se abrazan)

ANGELICA
Os brindo con nupciales flores,
y brille con sus resplandores al fin
el sol de la felicidad.

ANGELICA y DON LEANDRO
Nos alumbran los rayos del sol,
rayos del sol.
Rosa mañanera,
rosa mañanera,
la del huerto mío,
en tu cáliz tiemblan,
en tu cáliz tiemblan,
perlas de rocío.
No quiero la noche;
quiero la mañana,
por besar
el divino broche
de mi rosa grana
al despertar.





FIN


Información obtenida en la Página Web http://lazarzuela.webcindario.com/

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