Música Clásica (Libreto)



MUSICA CLASICA



Disparate cómico-lírico en un acto y en prosa.

Original de José Estremera.

Música de Ruperto Chapí.


REPARTO (Estreno)

Paca – Antonia García.

Cucufate – Ramón Rosell.

Tadeo – Salvador Videgáin.

Representado por primera vez en el Teatro de la Comedia el 20 de Septiembre de 1880.


ACTO UNICO.

Sala medio decente. Puertas laterales y al foro.


ESCENA PRIMERA

Paca y Tadeo, dando lección de música.

(Música)

TADEO
Eso no es así. —Vamos a empezar.
Ay, pobre de mí! —Cuándo aprenderás!
Esto es una síncopa, —y el de más allá
no es dó sostenido, —que es ré natural.
Vamos allá.

PACA
Do, re, mi, fá, etc.

(Hablado)

TADEO
¡Muy mal! Estoy convencido de que no voy a sacar partido de tí! Eso no es una lección de solfeo, sino una carga de caballería!

PACA
Pero es que usted se ha empeñado en que yo aprenda la solfa, cuando he nacido para cantar como los pájaros, como Dios me dé a entender; pero usted, nada, empeñado en que he de sujetarme al compás y a las semifusas.

TADEO
No hay más remedio! Yo sé que la inspiración es la parte principal del arte; pero si tú fueras mujer de principios musicales, llegarías a donde han llegado otras. Qué gusto sería para mí verte armar un escándalo cantando aquello de La Traviata que dice: «Dios mió, morir sin jóvenes!»

PACA
Sí, pero...

TADEO
O el credo del Pollito.

PACA
¿Qué?

TADEO
O el romance de Il Trovatore. Tú estás en muy buenas condiciones, porque tienes una voz de la que puedes hacer todo lo que quieras.

PACA
Pues si puedo hacer todo lo que quiera, quiero no aprender más solfa.

TADEO
¿Por qué no has de querer secundar mis planes? Es preciso que seas una artista para que merezcas el partido que te he buscado.

PACA
¡Valiente partido!

TADEO
¿Cómo que no? Perico Machuca, un hombre que ha hecho en Madrid tanto ruido!...

PACA
Qué ha de haber hecho, si nadie le conoce!...

TADEO
Me sostendrás que no ha hecho ruido un hombre que toca el bombo!

PACA
¡Notable partido!

TADEO
Tú quisieras ser princesa consorte.

PACA
No señor, pero tampoco quiero ser bombo consorte.

TADEO
En fin, he determinado que te cases, y te casarás con Perico y tres más!

PACA
¡Con Perico y tres más! ¿Quiere usted que me case con cuatro?

TADEO
Con Perico, coma, y tres más, punto.

PACA
¡Ah!

TADEO
Ahí tienes los inconvenientes de no oír con ortografía.

PACA
¿Usted cree que no puedo aspirar más que a un músico adocenado?

TADEO
Yo no sé qué aspiraciones son las tuyas. Mi afición a la música no me permite ser suegro de un cualquiera. Así es que te he buscado en vano proporciones entre los del arte. Te quise casar con un fagot, y nada: con un figle, idem. Después te propuse a aquel Sisebuto, que era un hombre tan importante en la Sociedad de Conciertos.

PACA
¡Sí, el que llevaba los violones al teatro!

TADEO
Ya ves si era importante, que llevaba todo el peso de la orquesta.

PACA
Es verdad.

TADEO
Vaya, me voy, que tengo que cantar en esa misa... Eso debías hacer tú, seguir las huellas de tu padre, que es primer bajo de capilla. —Hasta luego, y que te aprendas bien la lección. (Váse por el fondo)


ESCENA II

Paca.
¡Mire usted que es mucho cuento tener que estudiar esto ahora... y una lección tan difícil! tiene tres bemoles. Do, si, la. (Desentonando) Voy al piano, a ver si allí...Do, sí, la... (Váse primera puerta derecha)


ESCENA III

Cucufate, por el fondo.

(Música)

CUCUFATE
Soy un pobre cesante
de loterías,
que no come caliente
hace seis días.
De los escaparates
de los colmados,
soy platónico amante
sin resultados.
Por eso solamente
bostezo tanto.

(Bostezando y haciéndose cruces en la boca)

En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo.
Como a mí me ha cabido
tan triste suerte,
ya por solo remedio
pienso en la muerte.
Y voy teniendo un hambre
tan inaudita,
que me como los codos
de la levita.

(Enseñando los codos muy rotos)

Por eso solamente
bostezo tanto.
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo.

(Hablado)

Qué hambre tengo! Y lo peor es que mi antigua novia, que vive aquí, según las señas, no debe estar en casa. Ella era toda mi esperanza; si me viera me reconocería, y en memoria de los buenos tiempos, me daría algún tente en pié. —¿Cuánto tiempo hace que no como? La última vez fue de una manera bastante ingeniosa: tenía mucho frió y mucha hambre: entré en una fonda, comí, y le dije al camarero que no tenía un cuarto: él, por cobrarse de alguna manera, me pegó una paliza, con lo cual me hizo un doble favor: con un bistec y unos cuantos palos, almorcé y entré en calor.—Ah! aquí viene.


ESCENA IV

Cucufate, Paca.

PACA
¿Quién?... ¡Cucufate!

CUCUFATE
¡Qué buena memoria tienes; me has reconocido!
PACA
¿Cómo estás?

CUCUFATE
Sin novedad.

PACA
¡Pero, hombre, te estás así!

CUCUFATE
¿Cómo?

PACA
Sin darme un abrazo.

CUCUFATE
Mujer, si no tengo fuerza.

PACA
Pues ¿qué tienes?

CUCUFATE
Yo te diría que tengo hambre; pero me da mucha vergüenza.

PACA
¿No me has dicho que estabas sin novedad?

CUCUFATE
Y lo repito: porque tener hambre en mí no es ninguna novedad.
.
PACA
¡Pues haberlo dicho antes!

CUCUFATE
¡Ojalá hubiera podido!

PACA
¿Qué quieres, queso ó salchichón?

CUCUFATE
Salchichón, salchichón antes que todo... El queso después, para postre.

PACA
Toma. (Le da algo de comer) Esto es bueno para abrir el apetito.

CUCUFATE
¿Para abrirlo? ¡Si lo tengo de par en par!

PACA
Lo que siento es que el salchichón está algo duro, porque tiene mucho tiempo.

CUCUFATE
Bien, acabaré con él para que no se eche a perder. —Pero, oye, oye: ¿qué significa este lujo? ¿Habéis ido a más?

PACA
No estamos mal. En cambio tú parece que vas a menos.

CUCUFATE
¿Que voy a menos? Quiá! hace un siglo que he llegado.

PACA
Sí, vas muy de capa caída.

CUCUFATE
No, de capa empeñada. Y dime, ¿durante esta ausencia me has sido fiel?

PACA
Como un perro. ¿Y tú a mí?

CUCUFATE
Como... otro perro.

PACA
Pero vienes a mal tiempo.

CUCUFATE
¿Por qué?

PACA
Porque mi padre quiere casarme con otro.

CUCUFATE
¿Te has casado ya con uno?

PACA
No.

CUCUFATE
¡Como dices con otro! Pero puesto que estoy yo aquí, desistirá.

PACA
No; él me ha buscado lo que se llama un partido.

CUCUFATE
¡Pues más partido que yo!

PACA
¡Si nos hubiéramos casado antes!

CUCUFATE
Hija, no lo quiso el destino.

PACA
¡Qué destino!

CUCUFATE
El de cuatro mil reales que tenía.

PACA
Y el caso es que ahora le ha entrado a mi padre tal afición a la música, que no consiente que me case a no ser con un músico.

CUCUFATE
Algo tengo yo de eso.

PACA
Qué?

CUCUFATE
Ahora me dedico a copiar música. Mira, (Saca papeles de música) esta es una canción que tengo que acabar para mañana.

PACA
El bello ideal de mi padre para yerno, sería un compositor.

CUCUFATE
¿Sí? ¡Pues ese seré yo! ¿Dónde está tu padre?

PACA
Ha ido a cantar misa.

CUCUFATE
¡Cómo! ¿Tú eres hija de un señor que canta misa?

PACA
Es que canta de bajo.

CUCUFATE
¿Debajo de quién?

PACA
De bajo de capilla.

CUCUFATE
¡Pues confía en mí; vuelvo en seguida y te aseguro que ha de encontrar en mí un yerno a pedir de boca!

PACA
¿Qué vas a hacer?

CUCUFATE
Tú lo verás. —Dame un abrazo y hasta luego, (Váse por el fondo dejando los papeles)


ESCENA V

Paca.

PACA
Adiós. —¡Ah! se ha dejado estos papeles. ¡Eh! ¡Cucufate!... Sí; échale un galgo. —¡Cucufate! Ya está en la calle. —A ver qué papel es este! «La Pitillera, canción madrileña.» Esta, esta es la música que a mí me gusta. Debe ser muy bonita... Si yo supiera cantarla!... A ver... Do, si, la, do. (Solfeando) ¡Ah!... sí: si es la canción que canta la Pepa... si la sé de memoria.


ESCENA VI

Paca, luego TADEO

(Música)

PACA
Yo soy la pitillera
de más primores,
que pasa por la calle
de Embajadores.
Y al ver este palmito
y al ver mi gracia,
me van diciendo todos:
«¡Quién te pillara!»

TADEO
(Saliendo) Vamos a ver, chiquilla,
qué estás cantando.
Alguna paparrucha
será este canto.
A ver, a ver,

(Mirando el papel que tiene ella)

¡Siempre por lo flamenco!
¡Cómo ha de ser!
Yo deseo que tú aprendas
a Beethoven y Mozart,
ya que al género sagrado
no te puedes dedicar.
Yo soy bajo de capilla,
y con toda seriedad
canto vísperas, completas,
gozos, salmos y demás.
A la música de iglesia
me dedico con afán.
De profundis, alleluia,
no se puede pedir más.

PACA
Usted tiene razón,
no lo podré negar,
pero todo eso es
música celestial.
Con una danza yo
no necesito más,
para bailarla así,
llevando este compás.
La, la, la, la,
la, la, la, la. (Marcando el baile)

A DUO
Papá del alma, (1)
dígame usted,
a quién no ha de gastar
el cantar y el bailar
con este vaivén.

(Indicando la postura de baile gachón)

Cogiditos de aquí,
mire usted
con cuanta facilidad
los dos que se quieren bien
siempre a este compás
van diciéndose así:
Yo te quiero mucho
y es de verdad.

(1) Este cantable y el siguiente están escritos después de la música y han tenido que acomodarse al ritmo.

TADEO
¡Oh, calla, por favor,
porque me sienta mal
el eco tentador
del canto mundanal.
¡Oh, qué profanación!
¡no se puede aguantar!
Calla ó a mí también
me vas a hacer bailar.

PAVA
¡Ay qué bien!
¡ay qué bien!
Que me muero por el vaivén
de la habanera.
De esta manera,
moviéndome con gracia
solamente me encuentro bien.

TADEO
(Bailando a pesar suyo y conteniéndose luego y santiguándose)
Kyrie eleison.
Chiste eleison.


ESCENA VII

Dichos, Cucufate.

CUCUFATE
¡Brava! ¡brava!

PACA
(Ay. ¡Cucufate!)

TADEO
Caballero ¿qué dice usted?

CUCUFATE
¡Brava!

TADEO
¿Brava qué?

CUCUFATE
¡Brava, nada más! Estoy maravillado: tiene usted una voz, y da usted unas voces!... A ver. ¡Bis! ¡bis!

PACA
Caballero, yo no soy gata.

CUCUFATE
¡Ya lo creo que no es usted gata!

TADEO
¿Por qué dice usted bis, bis?

CUCUFATE
Eso quiere decir que tenga usted la bondad de repetir eso que cantaba usted.

TADEO
¿Qué es eso? ¿Piensa usted divertirse con nosotros?

CUCUFATE
Sí, señor.

PACA y TADEO
¿Cómo?

CUCUFATE
Eso me divierte muchísimo. Yo no gozo más que con la música. Y ¡í usted la ha dotado Dios...

TADEO
Ojalá la hubiera dotado; así podría casarse bien.

CUCUFATE
¿Qué? ¿Ustedes no tienen dinero? ¿Ustedes necesitan dinero? ¿Ustedes quieren dinero?

TADEO
Sí, señor.

CUCUFATE
A mí me pasa lo mismo. De modo que usted es una perla en el fango. Porque usted es una perla. Pero no importa, yo le proporcionaré a usted dinero.

TADEO
¿Cómo?

CUCUFATE
No sé, pero lo buscaremos juntos. Usted está llamada a hacer mucha carrera en la música.

TADEO
Está llamada, pero no responde.

CUCUFATE
Si tuviera la misma extensión de voz que yo...

TADEO
¿Usted tiene mucha?

CUCUFATE
¡Ya lo creo! ¡pongo el grito en el cielo!

TADEO
Pero vamos a ver; ¿quién es usted? ¿qué se le ofrece a usted?

CUCUFATE
Yo soy Ut.

TADEO
¡Qué nombre más raro! Llamarse dó...

CUCUFATE
En efecto: antiguamente el dó era ut, y como mis padres nacieron antiguamente... Mi padre se llamaba Sol, y mi madre que se llamaba la Llave, era por consiguiente la Llave de Sol. Yo soy el hijo mayor y por eso me llamo Ut ó Dó, como usted quiera.

TADEO
Me es igual. ¿Y sus padres de usted, tuvieron más hijos?

CUCUFATE
Sí, señor, la escala completa.

TADEO
¿Son ustedes siete hermanos?

CUCUFATE
No, doce: tengo hermanos bemoles y sostenidos.

TADEO
Entonces usted es un joven de muy buena familia y que haría mis delicias.

CUCUFATE
¿Por qué?

TADEO
Porque soy muy aficionado a la música.

CUCUFATE
¿Usted es muy aficionado a la música? Permítame usted que le abrace (Abraza a Paca)

TADEO
Sí, señor, y también canto algo.

CUCUFATE
¿También? ¡Oh gozo! Entonces en esta casa voy a hacer yo negocio.

TADEO
¿Pero quién es usted?

(Música) (1)
(1) De la Canzonetta de Mendhelson.

CUCUFATE
Yo soy un joven músico
que adoro con furor, sí señor,
los genios de lo clásico,
Beethoven, Mozart, Gluk, Haydn,
Rossini, Mendelssohn y Berlioz.
Me muero por lo sinfónico,
y me pirro por lo dramático,
y he de ser un autor
que sabrá componer
con amor, con placer y calor.
Sabré armar un escándalo
con mi preciosa música,
y Wagner y sus colegas
serán un cero donde esté yo.

LOS TRES
Yo soy / El es
un joven músico, etc.

CUCUFATE
Mas chito, que no llegue
aquí a saberse mi afición,
que puede dar a alguno
una buena desazón.
¡Chitón! ¡Chitón!
que pueden sin duda alguna valer mis planes
más de un millón.
¡Chitón!

LOS TRES
Mas chito, que no llegue, etc.

(Hablado)

TADEO
Muy bien, muy bien; me gustan mucho sus aficiones. —¿Conque usted es compositor?

CUCUFATE
Sí señor, de música clásica.

TADEO
Yo me dedico a la música religiosa, pero tengo muchos deseos de dedicarme al género de usted: por lo cual estoy poniendo ahora en música los clásicos latinos. Me parece que esa es la mejor manera de hacer música clásica.

CUCUFATE
Tiene usted mil razones.

TADEO
Ahora estoy poniendo música alas Tristes de Ovidio.

CUCUFATE
Mal hecho: sería mejor que se la pusiera usted a las alegres.

TADEO
¿Pero podré saber a qué ha venido usted aquí?

CUCUFATE
A proponerle a usted un negocio.

TADEO
Entonces, retírate, niña, que para hablar de negocios no hacen falta mujeres, (Váse Paca)


ESCENA VIII

Cucufate, Tadeo.

TADEO
Ya estamos solos. Hable usted.

CUCUFATE
Pues señor...

TADEO
(Sentándose) ¿Va usted a contarme un cuento?

CUCUFATE
No. Ha de saber usted que he compuesto un poema sinfónico-descriptivo de todos los tiempos desde la Creación a nuestros días.

TADEO
¡Tendrá que oír!

CUCUFATE
Sí señor, tiene mucho que oír. Este poema ha de ejecutarse en un teatro construido al efecto entre Pinto y Valdemoro. Será un espectáculo magnífico y un acontecimiento europeo.

TADEO
¿Usted tiene dinero para la construcción de ese Teatro?

CUCUFATE
No, pero cuento con la protección de los príncipes y magnates de las cinco partes del mundo. El Gran Turco me da las otomanas para el foyer; el Sha de Persia las persianas... Lo único que me falta es la orquesta y las voces. Por eso cuando he oído las que ustedes daban, he venido a ver si me servían ustedes. Usted, que tiene voz de bajo, podía encargarse de la parte de Noé, Barbarota y Calomarde, y su niña de usted...

TADEO
No le es a usted útil; no canta bien más que el género flamenco.

CUCUFATE
¡Magnífico! me servirá para la marcha de los Tercios de Flandes. Más flamenco que eso... Además, la he oído algo y sus facultades son extra. Y aquí entra la segunda parte de mi negocio.

TADEO
Sepamos.

CUCUFATE
Si ella tiene buenas facultades, yo tengo ingenio é inventiva.
TADEO
Favor que usted se dispensa.

CUCUFATE
Muchas gracias. Soy el que ha de convencer a la generación presente y a las futuras de que la música es el único lenguaje universal y que ha de sustituir a los idiomas y al periódico. Ahora precisamente he publicado una sonata de oposición en la que pongo al Gobierno como chupa de dómine.

TADEO
La he leído y me temo que se la denuncien a usted.

CUCUFATE
No lo crea usted; no tiene nada que me comprometa.

TADEO
Mire usted que allí hay un la sostenido...

CUCUFATE
Eso no tiene importancia.

TADEO
Sin embargo, la música de usted le va a proporcionar muchos disgustos personales.

CUCUFATE
¿Por qué?

TADEO
Porque abusa usted de los mordentes.

CUCUFATE
Decía, que teniendo su hija tan notable organización musical y yo tanto talento, debíamos casarnos.

TADEO
No veo la consecuencia.

CUCUFATE
Casándonos podíamos tener descendientes.

TADEO
¿Y qué?

CUCUFATE
Y nuestros descendientes reunirían las admirables condiciones de sus padres.

TADEO
No dice usted mal: pero hay un inconveniente.

CUCUFATE
¿Cuál?

TADEO
Que mi hija no le quiere a usted.

CUCUFATE
Mejor. ¿Quiere a otro?

TADEO
Sí señor.

CUCUFATE
Mejor. ¿Hace mucho tiempo que se quieren?

TADEO
Diez años.

CUCUFATE
Mejor.

TADEO
¿Cómo?

CUCUFATE
Dentro de poco dejarán de quererse.

TADEO
No veo lo razón.

CUCUFATE
Se lo explicaré a usted musicalmente. El amor es una sinfonía en cinco tiempos. Primero: se ve a una mujer y se va poco a poco haciendo comprender que nos gusta. Este es el adagio. Segundo: se la sigue a todas partes: andante con variaciones. Tercero: se alcanza el si y se empieza aquello de: «¿Me quieres?» —Te quiero. — «¿Me quieres?» —Te quiero. —Andante sin variaciones, porque este es siempre lo |mismo. Cuarto: se habla de boda: ritardando. Se insiste: largo y finale.

TADEO
Con esas teorías ¿cómo se atreve usted a proponerme ese matrimonio?

CUCUFATE
Porque yo empezaría la sinfonía casándome y se evitaban contratiempos. Su hija de usted es tan dulce como una melodía de Schubert, y tan picante como una canción de Iradier... Y, en fin, me gusta mucho.

TADEO
¿De veras?

CUCUFATE
¡Que le parta a usted un rayo si miento!

TADEO
Muchas gracias. —Pero me temo que tal vez mi hija no sirva para cantar. ¿Quiere usted oiría antes?

CUCUFATE
No lo necesito; pero, en fin, si usted se empeña...

TADEO
Sí, sí, será lo mejor. —Paquita! Hija mía, ven! (Llamándola)


ESCENA ULTIMA

Dichos, Paca, por la derecha.

PACA
¿Qué quiere usted?

TADEO
Vas a hacer el favor de cantar algo para que este señor te oiga.

PACA
¿Qué quiere usted que cante?

CUCUFATE
Cualquier cosa. Venga de ahí.

TADEO
Venga de ahí.

(Música)

PACA
Yo no quiero que me lleven
a los toros de Sevilla,
porque dicen que mi Curro
va a poner las banderillas.
Y me ha dicho una jitana
al echarme la ventura,
que le va a coger un día
un berrendo de Miura.
Alza y toma, toma y dale,
no me seas tan cobarde.
¡Ay! que va, y al cuarteo
le pone dos pares.
Yo tengo tu alma,
tú tienes la mía,
pero no te vengas
con más fantesía.
Como no me lleves
a la Vicaría,
te dejo plantado
y no habrá tu tía.

CUCUFATE
Yo tengo tu alma, etc.

TADEO
Kirye elison.
Chiste eleison.

PACA
Tu amor con el mío,
morena del alma,
viajaban un día
en tren da vapor.
Y tu amor y el mío
de prisa y corriendo
se fueron juntando
en cada estación.
El tren iba andado
deprisa y corriendo
pero aun más de prisa
volaba mi amor,
y cuando llegamos,
morena del alma,
no quiero decirte
lo que nos pasó.

(Hablado)

CUCUFATE
Decididamente me la llevo.

TADEO
Poco a poco. ¿Que garantía tengo yo de que es usted en efecto un gran músico?

CUCUFATE
Nada más sencillo; puesto que usted entiende de música, le haré oír la primera época de mi poema, que comprende desde la Creación hasta el Diluvio.

TADEO
No, es muy largo, son muchos años: hágame usted conocer un trimestre y me contento.

CUCUFATE
Oiga usted. (Sinfonía en la orquesta dirigida por Cucufate con su bastón) Este es el Caos.

TADEO
Es verdad, es un verdadero caos. (Cucufate sigue marcando compases con el bastón, como queriendo dar a la orquesta una expresión exagerada. Silencio prolongado en la orquesta)
¡Qué expresión da usted a los silencios!

CUCUFATE
Esta es la descripción de la nada.

TADEO
Está muy propio.

CUCUFATE
Prepárese usted que va a salir el sol.

TADEO
Venga. (Figura abrir un quitasol y se abanica con el pañuelo y se enjuga el sudor. La  orquesta toca un trémolo que empieza muy piano y crece poco a poco acabando fortísimo) (1).
(1) De el Desierto de Feliciano David.

CUCUFATE
Conoce usted qué es eso? (Un tema vivo y staccato en los violines. (1)

TADEO
Sí, que llueve.

CUCUFATE
No; es que crece la hierba. Ahora viene el Padre Eterno (Marcha solemne) (2) y va diciendo a los animales que salgan de la nada. Verá usted. Salga el cuco. (La orquesta imita el canto del cuco) (3) ¡Salga el asno! (Id. el asno) (4) ¡Salga el toro! La orquesta imita el toque de la salida del toro en la plaza. Trémolo hasta al “á tres”)

TADEO
(Entusiasmado) Admirable! No quiero oír más. Usted es el hombre que yo he soñado para mi hija.

CUCUFATE
¿Luego nos casaremos?

TADEO
No luego, ahora mismo.

(Música) (5)
LOS TRES
Ya somos felices,
ya no hay más que pedir
si ustedes ahora
se dignan aplaudir.
Ya somos felices,
ya no hay más que pedir
si salen todos
haciendo así,
así, así. (Aplaudiendo)

(1) De El sueño de una noche de verano de Mendhelson.
(2) Del coro de Obispos de L Africana concluyendo con el final de la Marcha Real.
(3) De la sinfonía Pastoral de Beethoven.
(4) De El sueño de una noche de verano.
(5) Del echerzo del Septimino de Beethoven.




FIN DEL JUGUETE


Información obtenida en:
http://archive.org/stream/msicaclsicadispa16715chap#page/n1/mode/2up

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