La Castañuela (Libreto)

LA CASTAÑUELA



Zarzuela en tres actos, en prosa y verso.

Libreto Emilio González del Castillo y José Muñoz Román.

Música de Francisco Alonso y Emilio Acevedo

Estrenada en el Teatro Calderón de Madrid, la noche del 20 de Enero de 1931.


REPARTO (Estreno)

Castañuela - Felisa Herrero.

Colasilla - Flora Pereira.

Agustina - Ramona Galindo.

Doña Mariquita - Soledad Escrich.

Comedianta 1ª - Mercedes Salgado.

Comedianta 2ª - Luisa Montero.

Godoy - Pablo Gorgé.

Don Diego - Rogelio Baldrich.

Alifonso - Eduardo Marcén.

El Rondeño - Vicente Carrasco.

Teófilo - Manuel Hernández.

Don Lolo - Victoriano R. del Castillo.

Hinojosa - Enrique Gandía.

Pedro / Don Agustín - Miguel Pros.

Golilla 1º - José Palomo.

El Mellao - Jesús Fernández.

Golilla 2º - Manuel Larrica.

El Caireles - Eloy Parra.

Un Majo - Manuel Larrica.

Comediantas, Majas, Aguadoras, Petimetres, Golillas, Estudiantes, Chisperos, Toreros, Gitanos, Pueblo, Coro General, Rondalla y banda.

La acción en una noche, en Madrid, durante el reinado de Carlos IV.

Todas las indicaciones, lado del actor.



ACTO PRIMERO

Patio cubierto de un mesón. Al fondo, portalón que comunica con la calle. Salidas en los laterales. La decoración se apoya en unas fuertes columnas o machos cuadrados. En la escena, mesas y taburetes. Es de noche, pero el patio está profusamente iluminado con grandes faroles, uno de ellos central.

Al levantarse el talón, están en escena: El Rondeño. torero viejo, de unos cincuenta años, pelo canoso y patillas, que viste de torero de la época. Con él, toreros, majos, manolas, algún petimetre, algún gitano, bailadoras y tocadores con guitarras y bandurrias. Colasilla es quien lleva la vos cantante. Vestido de majo, Diego. Mucha animación.

(Música)

CORO
(Mientras bailan, acompañando con palmas)
Pica que pica y repica,
vuelve otra vez a picar,
porque con las castañuelas
sales mejor a bailar.
Baile manola a su son.
Baila, deprisa, mi bien.
Baila, picando muy alto,
que picaré yo también.

COLASILLA
Se dice que María Luisa
va siempre con don Manuel

TODOS
Paca, no des la matraca
que toma que dacá
con el chachipé.

COLASILLA
Pues no le da la real gana
de que se enamoren de él.

TODOS
Toma paloma que es broma
que toma paloma
que toma rapé.

COLASILLA
Carlitos lo sabe todo
y exclama con majestad:
me vais a hacer la Santísima
la Santísima Trinidad.

TODOS
Pica que pica y repica
etc., etc., etc.

(Termina el baile)

(A don Diego)

Majo, canta una coplilla,
o bolero, o seguidilla.

DIEGO
No he de hacerme de rogar.
La capa es para el chispero,
compañera en el amor;
templa el brío de su acero
y es escudo de su valor,
El majo, cuando sufre
desdenes de una maja,
se emboza con sus vuelos
y aprieta la navaja.
El majo la capa tira
al paso de su manola;
si ella pisa, es reliquia
la capa española.
Mi capa es de color ¿rana,
como la boca encendida,
de la manola barbiana
que ha puesto en mí su querer.
Mi capa sabe el secreto
de aquella reja de flores,
donde prendió mis amores
un beso que robé.

TODOS
La capa es para el chispero
etc., etc.

DIEGO
Dé brío al que es cobarde
y al triste, compañía;
igual oculta un llanto,
que alienta una alegría.
¡La capa al reñir, defiende...
y al bravo, da gallardía!

TODOS
¡La capa es para el chispero,
compañera en el amor!

(Hablado)

(Aparece Alifonso, por la izquierda. Trae cara de susto)

ALIFONSO
¡Alto la fiesta!

COLASILLA
¿Qué ocurre?

ALIFONSO
¡Que unos golillas intentan
registrar todo el mesón
del desván, a la bodega!

DIEGO
¿Y qué buscan?

ALIFONSO
No lo sé;
pero si de mí sospechan
en cuanto a honradez, ¡os juro
que me muero de vergüenza!

RONDEÑO
Alifonso... ¿Tienes miedo?

ALIFONSO
Cerval. Y no es la conciencia,
que bien sabe Dios...

RONDEÑO
Tú hermana
te trajo aquí, por que dieras
respeto al mesón; que nunca
se bastó una mesonera,
y aquí bacía falta un hombre
de pelo en pecho.

COLASILLA
Pues cuenta,
que en cuanto se arma una riña
se mete bajo una mesa
y no le vemos el pelo.

ALIFONSO
(Que es calvo)
Ni es posible que lo vean.
¡Estoy más arrepentido
de haber dejado la Iglesia
de Aranjuez!... Era organista
y era un sueño mi existencia...
¡Allí no había que andar
con los golillas a vueltas!

COLASILLA
¡Pero los dejastes solos?

ALIFONSO
No; con tu tía.

RONDEÑO
¡Y toleras
que esté sola, con golillas,
una mujer indefensa?

(Rumor de voces dentro)

DIEGO
Se oyen gritos.

ALIFONSO
No se asusten;
es mi hermanita que llega.

(Sale por primera izquierda, Agustina, la hermana de Alifonso, mesonera de armas tomar. Viena zarandeando casi a dos golillas. Estos, un tanto asustados)

AGUSTINA
¡Ya visteis que aquí no hay nada!

GOLILLA 1º
(Señalando a la derecha)
Sí; pero tras de esa puerta...

AGUSTINA
¡Tras de esa puerta, tampoco!
¡Venid!

(Casi arrastrándoles)

GOLILLA 2°
¡Eh! Teneos quieta.

GOLILLA 1°
¡Nos basta vuestra palabra!
Decid: ¿qué gentes son éstas?

ALIFONSO
¿Cómo? ¿Acaso no sabéis
lo que esta noche celebran
el Rondeño y sus amigos?

GOLILLA 1º
De fijo alguna proeza
de torería...

RONDEÑO
Ya no;
porque al cumplir los cincuenta,
si bien me sobra el coraje,
me van faltando las piernas.
A veces duda la vista,
sin querer, el pulso tiembla...
¡y he decidido venir
a cortarme la coleta!

DIEGO
¡Por eso es el celebrarlo
con sus amigos de veras!

RONDEÑO
¡Bebed por mí cuenta todos!

GOLILLA 1°
No; que la ronda lo veda.

RONDEÑO
(A Colasilla)
Dales de ese vino añejo.

GOLILLA 1º
(Encandilándosele los ojos)
¿Añejo?

COLASILLA
(Sirviéndoles)
¡Nadie se entera!

DIEGO
¡Hay (que brindar por los triunfos
del Rondeño, y sus proezas
en los toros y en amor;
que yo sé que por las hembras
se jugó a veces la vida!...

RONDEÑO
Eso son... historias viejas,

COLASILLA
¿Historias? ¡Ay, cuente alguna!

RONDEÑO
Tó palidece y se afea
con el tiempo, y pué que ahora
lo que fue drama, os divierta;
pero una mujer lo pide...
y es deber obedecerla.
Verás...

(Forman cuadro. y escuchan con creciente interés)

Fue un día del Corpus,
la más grande de las fiestas...
Yo atoreaba por la tarde,
y, como es costumbre añeja,
fui a pedirle a la Paloma
serenidá en la pelea.
Entré en el templo, y al lao
del altar de la derecha,
vi una maja que lucía
por ojos, un par de estrellas.
La miré; perdí el color...
Me miró; ¡bendita sea!...
y la misa, la partí
mitá pa Dios, mita pa ella.
La eché un requiebro al salir,
tendí mi capa en la acera,
y un manojo de claveles
blancos, igual que azucenas,
que una muchacha vendía,
la ofrecí, rodilla en tierra,
diciendo: «Claveles blancos...
¿Los quié usté aceptar, princesa?»
Ella replicó: «Esas flores
son pa los santos!... Si fueran
coloraos, créame usté
que aceptaba la fineza.»
— «Pues vaya usté a la corrida;
¡pué que coloraos los vuelva,
mojándolos en la sanare
de un toro de los que pegan!»

— «¡Eso es hablar!»—«¡Pa cumplirlo!»
—«Iré»—me dijo risueña,
y echó, por la calle abajo,
más hermosa que una reina.
Llegó la tarde... Una tarde
de las que parecen hechas
pa que los toros sean bravos
y las mujeres morenas.
Sale el toro... Un salmantino
de libras y cornamenta;
embiste, porque es de empuje...
¡potro que sacan, lo vuelca!...
Y cuando suena el clarín,
con toque agudo de guerra,
yo, con el ramo e claveles
entre la faja bermeja,
cojo los trastos tranquilo,
saludo a la Presidencia,
y voy al bicho, tirando
por los aires la montera.
Le trasteo, me perfilo,
le hundo el acero en las péndolas...;
empuñando los claveles
me encuno., y aquí, a la izquierda,
siento un golpe, una punza,
oigo un clamor, y la fiera,
después de herirme, vacila,
dé un derrote, y al fin... ¡rueda!
Yo, rabiando de coraje,
por verme herido en la brega,
me tapo con los claveles,
del costao, la herida abierta;
pero la sangre, al salir,
de rojo los colorea...
y al verlos yo... ¡Qué alegría!
¡Como los pidió antes ella!
Le grité: ¿Y ahora, te gustan?
¡Ya están coloraos, morena!
Se los eché, los cogió,
me dio la plaza una güelta,
y caí... ¡lleno de orgullo!
¡Daba mi sangre por ella!

(Transición)

Pero aquello ya pasó
como tóo... Gloria y majeza,
pa el torero son el oro,
y el tiempo en plata los trueca.
(Por las canas)
Ese era yo y éste soy,
y aquella maja, ahora es... ¡ésta!
(Por Agustina. Algaraza general)

COLASILLA
¿Mi tía?

(Todos ríen)

¿Y qué sucedió
después?

RONDEÑO
Ya... ni lo recuerda.

AGUSTINA
Sí... que tiré los claveles.

COLASILLA
¡Qué lástima!

AGUSTINA
(Orgullosa)
¡Pa que vean!

RONDEÑO
(Se acarea a ella, cuando los otros se separan y le dice con tono de reproche)
¿Los tiraste?

AGUSTINA
(Saca el escapulario, y de él unos claveles secos)
¡Míralos!
Aquí estén… ¡Bien poco queda
de aquello!...

RONDEÑO
(Hondo)
Queda ¡una cosa...!

AGUSTINA
(Aparte)
Cuidado, que nos observan.

RONDEÑO
Otro pellejo de vino,
pero en la bodega mesma,
que el vino, con el trasiego,
pierde aroma, y pierde fuerza.

(Voces. Gritos de: ¡Viva el Rondeño! y hacen mutis Rondeño, Don Diego, y todo el Coro, por la derecha. Bis de orquesta)

GOLILLA 1°
Ahora una cosa he de pediros.

ALIFONSO
Decid.

GOLILLA 1°
Ignoro si sabéis que en el palacio de vuestros vecinos los Condes de Ledesma, se está celebrando a estas horas un sarao.

AGUSTINA
¡Claro que lo sabemos! Está en él mí hija.

GOLILLA 1°
¿La Castañuela?

COLASILLA
Los Condes la mandaron llamar pa que fuera a alegrarles la velada con algunas canciones.

GOLILLA 1º
Tanto mejor; así os presumo enterados de que a esas fiestas acuden personas de muchas campanillas, y, dada la proximidad del palacio, es preciso que esta noche exijáis a esas gentes, comedimiento en sus expansiones.

ALIFONSO
Descuidad.

GOLILLA 1º
Alguacil... ¡A la ronda!

(Mutis de golillas por el fondo)

ALIFONSO
(Muy asustado) ¿Sabes lo que te digo? Que esta visita me da muy mala espina.

AGUSTINA
¡Ya salieron tus temores! Te figurarás que han venido solamente aquí.

COLASILLA
Ayer estuvieron registrando el mesón de Quirico, el de la calle del Pez.

ALIFONSO
¡Del Pez? Pues me sigue dando mala espina.

AGUSTINA
Bien pronto vamos a salir de dudas. (Llamando)
¡Teófilo! ¿Dónde estaré este chico?

COLASILLA
Estudiando la Historia; que le ha dao ahora la manía de hacerse enciclopedista.

AGUSTINA
¡¡Teófilo!!

TEOFILO
(Apareciendo por primera derecha. Lleva su mandil, etc. También lleva puestas unas grandes gafas y trae bajo el brazo, un voluminoso libro) ¿Me llamabais?

AGUSTINA
Sí. Deja un momento a doña Juana la Loca.

TEOFILO
¡Estaba con don Wifredo, el Velloso!

AGUSTINA
¿El Velloso? Pues que le pelen; y mientras tanto, vas a hacer lo que yo te diga.

ALIFONSO
Sí, hijo; a ver si me tranquilizo.

TEOFILO
Si estudiaseis la Historia, como os tengo dicho, no pasaríais tantos sobresaltos; porque el que estudia esto, sabe que en la vida, lo único que tiene importancia es la posteridad.

ALIFONSO
¿Cómo la posteridad?

TEOFILO
¡Si, señor! La posteridad, que es el futuro de los seres. Los hombres que no tienen futuro, no viven en la Historia, y too lo que no pasa a la Historia, es como si no hubiera sucedido. ¡Son anécdotas!

COLASILLA
Oye, ¿y a las mujeres que no tienen futuro, qué les ocurre?

ALIFONSO
Lo que a tí. ¡Que no se casan!

TEOFILO
Y pa que lo comprendéis mejor, voy a poneros un ejemplo: Tóos sabemos que Felipe II padeció de gota. Lo mismo que su padre, don Carlos, y que el Conde Duque de Olivares, y que Colón. ¿Acaso no ha padecido nadie más esa enfermedad? ¡Muchos! |Un chaparrón! Pero a la Historia no han pasao más que esas cuatro gotas.

AGUSTINA
Bueno, déjanos de historias, y acércate a la botillería del pasadizo, a ver si te enteras de lo que venían a descubrir aquí los golillas.

TEOFILO
Pero señora, ¿qué iban a descubrir si en este mesón, desgraciadamente, no ocurre nada une pueda pasar a la Historia?... De vez en cuando... ¡pché! unos majos que disputan y se acuchillan... Nada... Anécdotas. Se matan, los entierran, y la posteridad, sin enterarse.

AGUSTINA
Bueno, o vas ahora mismo a hacer el mandao, o te ¿anas dos patadas en la posteridad.

(Le zarandea)

ALIFONSO
¡Calma, Agustina!

COLASILLA
¡Pero, tía!...

TEOFILO
Si, señora; ya voy... ¡Maltratao como Don Rodrigo! ¡Historia, no tomes nota de esto!

(Mutis foro)

AGUSTINA
A este historiador, le pongo hoy mismo en la calle, y busco otro cocinero.

COLASILLA
La verdá es que tiene unas ideas tan raras que... ¡vamos! Se le pegan las patatas y se encoge de hombros diciendo que eso es una «anécdota»

AGUSTINA
(A Alifonso) Y tú, no estés con esa cara de susto.

ALIFONSO
No puedo poner otra. Al traerme a tu casa, me dijiste que era más tranquila que una balsa de aceite.

AGUSTINA
¡Y lo es!

ALIFONSO
Será una balsa de aceite, pero yo ya estoy frito. ¡Mañana mismo nos volvemos a Aranjuez, Colasilla y yo!

COLASILLA
Eso, ni lo penséis. Al pueblo os iréis vos. A mi, me tira más ser cortesana.

AGUSTINA
Bien dicho.

COLASILLA
Como que estoy segura de que en Madrid voy a hacer mi suerte. Porque yo Le nació pa señorona.

ALIFONSO
¿Pa señorona?

COLASILLA
¡Si supierais lo qué he soñao esta noche pasá!

ALIFONSO
Alguna tontería.

COLASILLA
Que venía a pedir mi mano un señor mu principal, ¡Un usía! Y que nos casábamos, y me regalaba dos carrozas.

AGUSTINA
¡Jesús!

COLASILLA
Y además, un calesín, con cuatro tiros de caballos, y tres pajes pa que me llevasen la cola.

AGUSTINA
Pues vuelve a la realidad, que a tí eso no te pega.

COLASILLA
¿Cómo? ¿Pero es que creéis que no me merezco yo todo eso?

ALIFONSO
Tanto como las dos carrozas no lo sé, pero desde luego, te mereces los cuatro tiros.

AGUSTINA
Mientras llega el usía de sus sueños, vamos nosotros a ver qué hacen en la bodega.

ALIFONSO
Vamos; pero oye, avísanos cuando venga Teófilo, que eso de los golillas me tiene inquieto.

AGUSTINA
No sé por qué es el miedo, teniendo en la familia una señorona tan influyenta. ¡Ah! La vajilla está sin fregar, de modo que póngase usía al habla con ella, o disponga que la frieguen sus tres pajes. ¡Lo que guste su señoría!

(Mutis derecha, riéndose de ella, con Alifonso)

COLASILLA
¡Ah! (¿Pero se burla de mí? ¡Pues eso si que no! Daría cualquier cosa por que esta misma noche se me presentase el de mi sueño, solo pa que rabiase mi tía. ¡Ay, Virgen del Puerto, (Arrodillándose ante la hornacina de escena) tú que tóo lo puedes... Haz que venga aquí algún usía a pedir mi mano. (Se levanta) El caso es que... puesta a pedir... (Se arrodilla de nuevo) Mira, Virgencita, en confianza; me gustan los morenos. Y los rubios. Bueno, y los castaños... Ahora, que no me lo mandes de otro color, que me llevaría un berrinche...

(Llegan por el foro, Comediantas 1ª y 2ª y seis Comediantas más, vestidas todas ellas de damiselas de la época)

COMEDIANTA 2ª
Felices, Colasilla.

COLASILLA
¡Sois vosotras! ¿Es que no tenéis función en los Caños del Peral?

COMEDIANTA 1ª
Venimos del ensayo.

COMEDIANTA 2ª
Oye, ahí hemos visto a don Lolo. ¡Nos ha dicho que viene al mesón para hablarte a ti!

COLASILLA
¿Hablarme a mí?

COMEDIANTA 1ª
¡Y dice qué es de amor!

COLASILLA
(Nerviosa) ¡Ay! ¡Ay, que esto es que me ha oído la Virgen! ¡Ay, que esto es un milagro muy grande!

COMEDIANTA 1.°
Ahí le tienes.

(Música)

(Aparte don Lolo en el foro, y se detiene en la puerta. Es un viejo currutaco, vestido de verde)

D. LOLO
Muy buenas noches, y perdonad,
hermosas damas, mi cortedad.
Es mi candor
impropio de mí edad,
pues me dejó el amor
sin voluntad.

COMEDIANTAS
No vi un usía mejor que vos
si se prescinde de vuestra tos,
si bien toser, roncar o estornudar
no empecen nunca para enamorar.

D. LOLO
Por una linda joven la paz perdí,
y loco estoy de amores y frenesí.
Yo rezo a todas horas,
por verme así a sus píes,
en las Comendadoras,
San Luis o San Ginés.

COLASILLA
Tenéis con las hermosas tal distinción,
que les robáis a todas el corazón.
Lanzáis con la mirada
un fuego que hace arder,
y queda chamuscada
cuando os mira, una mujer.

COMEDIANTE
¡Ay, no me miréis,
por favor, don Lolo!...
¡Ya me lo diréis
cuando estéis más solo!
¡Por Dios, don Lolo!...
¡Por caridad!...

COLASILLA
Su mercé, su mercé, su mercé...
la encontró, la miró, la rindió...
¡Qué elegante!
¡Qué arrogante!
¡Ay, don Lolo, me enamora
ser señora
de hombre tan galante!

COMEDIANTE
Su mercé, su mercé, su mercé...
yo no sé, yo no sé qué tendrá,
que suspira
la que os mira...

COLASILLA
¿Qué les dá, qué les dá
su mercé?...

(Evolución llena de coqueterías)

D. LOLO
¡Ay!, ¿qué les daré?
¡Ya las chamusqué!

COMEDIANTE
Y suspira
la que os mira...

COLASILLA
¿Qué les dá, qué les dá
su mercé?

(Mutis las comediantas por la izquierda soltando la carcajada)

(Hablado)

D. LOLO
Me alegro que nos dejen solitos, porque he venido expresamente a hablarte a ti.

COLASILLA
(Aparte) Y que hasta ahora no sabía que con el pelo blanco también resultan agraciaos.

D. LOLO
Verás: Bueno, esto es una cosa que se me ha ocurrido de repente.

COLASILLA
¿De repente? (Con misterio) Don Lolo: ¡vos habéis venido aquí... por la Virgen del Puerto!

D. LOLO
No lo creas. ¡He venido por San Vicente!

COLASILLA
(Extrañada) ¿Por San Vicente? (Aparte) Lo que son las cosas: ¡favorecerme de este modo un santo al que no he rezado nunca!...

D. LOLO
Y he pensado: Como la Colasilla parece tan modosita y tan simpaticona... le voy a hablar seriamente.

COLASILLA
¡Ay! ¿Sí? (Acercándose con la silla, cómicamente coqueta)

D. LOLO
Aunque en estas cosas de amores nunca sé cómo empezar.

COLASILLA
(Aparte) ¡Que lástima, es tímido!

D. LOLO
Por eso te ruego que me ayudes lo que puedas.

COLASILLA
Claro que le ayudaré. (Aparte) Nada, que voy a tener que ser yo la que se declare...

D. LOLO
¿Tú adivinas lo que quiero pedirte?

COLASILLA
(Ruborosa) ¡Ay, don Lolo! No me hagáis esas preguntas, que se me sube el pavo.

D. LOLO
Te pasa lo que a mí. En cuanto me veo delante de la mujer que quiero, me entra cortedad. Por eso quisiera no tener que hablarle yo... y sin embarco, que supiera que aquí hay un galán rendido...

COLASILLA
(Aparte) ¡Rendido!

D. LOLO
...Que sueña con su amor...

COLASILLA
(Aparte) ¡Que sueña!... ¡Lo mismo que yo!

D. LOLO
Y que para mí no hay en el mundo más que una mujer: Ella.

COLASILLA
(Suspirando cómicamente) ¡Ay!

D. LOLO
Ella, sí: la Castañuela.

COLASILLA
(Dando un respingo) ¿Eh?

D. LOLO
Conque, anda, corre, ve y dile...

COLASILLA
Ah, ¿si? ¿De modo que no veníais a hablarme a mí?

D. LOLO
¿Pues con quién he estado hablando, hija mía?

COLASILLA
¡Yo me entiendo! ¿Conque la Castañuela, eh? (Furiosa) ¡Viejo verde!

D. LOLO
¿Viejo?

COLASILLA
(Empujándole) ¡A la calle ahora mismo!

D. LOLO
¡Ay!...

(Salen por la derecha, Rondeño, Alifonso y Agustina)

LOS TRES
Pero ¿qué pasa?

ALIFONSO
¡Don Lolo! (Corre a auxiliarle)

COLASILLA
¡Que acabo de darle calabazas!

ALIFONSO
Pero chica...

AGUSTINA
Ahí vuelve Teófilo.

ALIFONSO
A ver sí nos saca de dudas. (A Teófilo, que entra) ¡Teófilo! ¿Te has enterado ya?

TEOFILO
De todo.

TODOS
¿Y qué?

TEOFILO
Tranquilizaos. Carece de importancia.

ALIFONSO
¡Respiro!

AGUSTINA
Pues entonces ¿a qué ha obedecido el registro?

TEOFILO
Nada; alguien que ha delatado a la justicia... ¡ya veis qué bobada!, que todas las noches se oculta en este mesón, don Diego de Mora.

TODOS
¿Eh?

D. LOLO
¿Don Diego de Mora? ¿Y dices que no tiene importancia?

TEOFILO
¡Claro que no!

RONDEÑO
¿Pero es que no sabes quién es ese don Diego?

D. LOLO
El enemigo misterioso de Godoy.

AGUSTINA
El que tiene puesto precio a su cabeza.

TEOFILO
Bueno. ¿Y qué?

RONDEÑO
¡Majadero! ¿No comprendes que, de ser cierto que ese hombre se oculta aquí, estáis perdidos?

AGUSTINA
¡Y que mañana mismo nos juzgarían por encubridores!

ALIFONSO
¿Por encubridores?

COLASILLA
¡Ay, tío!

TEOFILO
¡Calma! ¡Calma! No hay que ponerse así. Demos por seguro que os juzgan. ¿Qué puede pasar? Lo corriente en estos casos: que cerrarán el mesón, que a las mujeres les saldrán ¡pchs!.. quince o veinte años de cárcel y a Alifonso... ¡ras! un tajo en el cuello y se ha acabao.

ALIFONSO
¿Un tajo en el cuello?

TEOFILO
Total... anécdotas.

ALIFONSO
¿Eh?

TEOFILO
¡O es que pretendéis pasar a la Historia por un vulgar delito de encubrimiento?

COLASILLA
¡Ay, tío! Vámonos al pueblo ahora mismo, ¡aunque yo no llegue a ser señorona!

ALIFONSO
¡Si! Vamos, antes de que se arme un belén.

TEOFILO
¡Es inútil! Aunque os vayáis a Aranjuez, no os veréis libre del tajo.

(Voces dentro)

D. LOLO
¡Es Castañuela, que vuelve del sarao! ¡Ella aquí!... ¡Miradla!


(Música)

COROS
(Saliendo a escena)
Ya está aquí la Castañuela;
del sarao viene aquí.
Se conoce desde lejos
su manera de reír.

HOMBRES
Ya está aquí nuestra tirana,
nuestra maja ya llegó.
Con sus risas y donaires
nos alegra el corazón,

CASTAÑUELA
 (Sale con otras Majas)
¡Qué bonito fue el sarao!
¡Y cómo me divertí!

MAJAS
¡Qué de damas elegantes
y qué trajes los que vi!

CASTAÑUELA
Todos venían
a saludarme;
todos soñaban
con mi amistad;
los pisaverdes,
los currucatos,
las petimetras,
Su Majestad.

CORO
Habrás cantado tu tonadilla
mientras quedamos pensando en tí.

CASTAÑUELA
Sólo por eso viene al instante
por repetirla después aquí.

CORO
¡Callad y oíd!

CASTAÑUELA
Porque nadie consigue que llore,
ni que me enamore,
me dicen que no soy formal.

MUJERES
¡No hay otra igual!

HOMBRES
¡Olé tu sal!

CASTAÑUELA
Pero sigo cantando y riendo
porque es que comprendo
que todo en la vida da igual.

MUJERES
¡Pues haces bien!

HOMBRES
¡Pues haces mal!

CASTAÑUELA
Por alegre me busca la gente,
porque a todas horas estoy sonriente.
Van aprisa
tras de mi sonrisa,
y me dicen: ¡Castañuela,
tu canción nos ayuda a soñar!..
¡Castañuela! ¡Castañuela!
es tu voz pajarillo que vuela;
busca el nido del oído
y allí deja su alegre canción.
¡Castañuela! ¡Castañuela!
Tu alegría, pesar y dolores
alivia y consuela
en el corazón.

TODOS
¡Castañuela! ¡Castañuela!
etc. etc…

CASTAÑUELA
¡Castañuela, canta tu canción!

(Hablado)

DIEGO
(Saliendo)
¡Bien por la maja que dá
con su canto el alma entera!

CASTAÑUELA
Del pueblo son mis canciones;
cantarlas, es devolvéroslas.

DIEGO
Bien te supo poner nombre
quien te llamó Castañuela;
que el cascabel de tus risas
alegre repiquetea.

RONDEÑO
Tu alegría, es tuya; nadie
a robártela se atreva,
porque sería a vengarte
toda la gente chispera.

(Voces de aprobación)

Y en los nuestros no hay traidores.
Sí a veces alguno intenta
disfrazar con nuestro traje
sus intenciones aviesas,
pronto se le ve en la cara
que es fingida su majeza.

CASTAÑUELA
Y sin embargo, un romance
que de boca en boca rueda,
dice que un hombre se viste
de majo, y su estratagema
le salvó de los golillas
a veces.

DIEGO
¡Bah! No lo creas.
¡Quién se fía de romances
de ciego!

CASTAÑUELA
Pues la leyenda
va ganando a mucha gente
y se da por cosa cierta.

RONDEÑO
¿Tú conoces el romance?

COLASILLA
¡De memoria lo recuerda!

CASTAÑUELA
No es mi oficio recitar,
pero escúchelo el que quiera.

(Todos prestan aran atención, formando un cuadro)

Todos en la Villa y Corte,
saben su vida y su historia;
pero no conoce nadie
al galán Diego de Mora.
Quien afirma que es apuesto,
por lo que muchas hermosas
le abren puerta de refugio
en las noches de zozobra...
Quien asegura que es noble
aunque de tal no use ropa...
Quien dice que es enemigo
de Godoy, Diego de Mora,
tal vez por causas políticas
o tal vez por una historia
de unos amores... Lo cierto
es que su audacia es famosa.
Y mientras se le persigue.
Don Diego, miente, enamora,
se disfraza, huye cobarde,
busca refugio en las sombras
y...

DIEGO
(Que se contenta a duras penas, adelanta y grita fuera de sí:)
¡Miente quien eso diga!

TODOS
¿Qué?

DIEGO
(Reportándose)
Perdón.

RONDEÑO
(Que ha seguido con interés la escena)
¿Por qué te enojas?
¿Es que conoces acaso
al galán Diego de Mora?

DIEGO
Tal vez.

CASTAÑUELA
¿Sí? ¿Y es como dicen?

DIEGO
Es... ¡como es! ¡Qué nos importa!
Conque señores... ¿Jugamos?

RONDEÑO
Los naipes a mí me sobran.
Yo me he jugado... la vida;
no sé jugarme otra cosa.

DIEGO
(A los otros)
Pues a empezar la partida
de juego. Va media onza.

D. LOLO
(Aparte)
No es ocasión de cortejos;
volveré a encontrarla sola.

(Mutis por la izquierda, Diego, don Lolo, Colasilla, Teófilo y Coros)

RONDEÑO
(Llevándose aparte a Alifonso y Agustina)
¿Habéis comprendido?...

ALIFONSO
¿El qué?

RONDEÑO
Que yo hice de propio intento
lo del romance, por ver
de descubrir su secreto.
¡Ese hombre es Diego de Moral

ALIFONSO
¿Que es Diego de Mora? ¡Cuerno!

AGUSTINA
¡Ah! ¡Pues échale ahora mismo!

ALIFONSO
¿Cómo? ¿Yo?

AGUSTINA
¡Sin perder tiempo!

CASTAÑUELA
(Que se acerca al oírles)
¿Echar a quien?

(Aparece Don Diego y queda escuchando)

AGUSTINA
¡A ese hombre!

CASTAÑUELA
¡Es que yo a ese hombre, le quiero!

RONDEÑO
¿Qué le quieres?

CASTAÑUELA
¡Con toa mi alma!

AGUSTINA
¿Sabes lo que estás diciendo?
¡Ese hombre es Diego de Mora!

CASTAÑUELA
¡Eso es imposible!

DIEGO
(Avanzando)
¡Es cierto!

(Ligera pausa)

CASTAÑUELA
¿Conque eres tú el del romance?

DIEGO
¡No! ¡Yo soy, el de mis hechos!

ALIFONSO
¡Ya me llegó lo del tajo!

RONDEÑO
Dejadme a solas con ellos.

(A Alifonso y Agustina)

ALIFONSO
¡Pues si que lo hemos echado,
pero a perder por completo!

(Mutis con Agustina, por la derecha)

RONDEÑO
(A Diego, decidido, terminante)
Pocas palabras, que el caso
no es pa andarse con rodeos.
Yo quiero a esta maja, por...
¡Sin razón!... ¡Porque la quiero!
¡Porque tengo el alma abierta,
y se me ha entrao alma adentro!
Nunca me vió atorear;
mas tuvo capricho de ello,
va pa tres semanas, hoy;
fue a la Plaza... Y... ¡sí, Don Diego!
¡La vi llorar!... Y ya no
volví a pisar mi terreno.
Me silbaban y yo... ¡firme!
Me insultaban y yo... ¡quieto!
¡No volví a acercarme al toro
pa que no tuviese miedo!...
Y el cortarme la coleta
no es porque me encuentre viejo,
es porque ella va a sufrir
si sabe que yo atoreo...

DIEGO
Pero es que yo...

RONDEÑO
Un poco más...
muy poco... Nos sobra tiempo.
Tal vez vos hayáis venido
sin ninguna idea, y luego,
por buscar aquí un refugio.
la enamorasteis mintiendo...

DIEGO
¿Mentir?

RONDEÑO
He dicho «Tal vez»;
ni lo afirmo, ni lo niego.
Si es así... ¡marchaos pronto,
en seguida, al punto mesmo,
que yo he matao toros, y
como fieras, son mu fieros,
y no le asustan los hombres
a quien ha luchao con ellos.

DIEGO
Yo juro que...

RONDEÑO
Sí a eso voy...
¡Calma, que también la tengo!
Pero si esto es un cariño
¡de hombre!, leal y sincero,
si es que vais a ser pa ella
tóo corazón...

DIEGO
(Con entusiasmo)
¡Sí, Rondeño!

RONDEÑO
Entonces, contad conmigo
pa siempre, hasta verme muerto;
contra iodo, y contra todos,
¡contra Godoy... si con eso
no asoma nunca una lágrima
en esos ojos tan negros,
y veo que hacéis dichosa
a esta maja, caballero!

(Mutis)

(Música)

DIEGO
Castañuela, no llores
por culpa mía.
Haz que vuelvan las flores
de tu alegría.

CASTAÑUELA
El saber que mentiste
me apena tanto,
que mi pena no sale
si no es con llanto.

DIEGO
Tus ojos negros me esquivan.
¿Por qué no me han de mirar?

CASTAÑUELA
Es que temen si te miran
que los vuelvas a engañar.

DIEGO
¡Ah!...

(Canta piano, al oído de ella)
Escondida entre rosales
en un soto junto al río,
una quinta nos espera
para la luna de miel...
y un cuartito blanco y rosa
que es el tuyo y es el mío
y al abrirse las ventanas
huele a nardo y a clavel.
¡Mis brazos, cadenas de amor serán!
¡Mis besos amantes, te guardarán!
Y allí en nuestro nido, la reina has de ser,
¡porque eso y mi vida te ofrezco, mujer!

CASTAÑUELA
El cariño que tú sientes
va muy lejos, como el río;
pasa el agua entre las flores
y ya no vuelve jamás.
y mi amor es como el llanto
de las gotas de rocío.
Sólo con el beso ardiente
del amor se secará.

DIEGO
Enjuga tu llanto;
no debes sufrir...
¡Tú eres Castañuela,
siempre has de reír!

CASTAÑUELA
¡Las penas y los dolores
en mi corazón golpean
y todos creen que son,
repique de castañuelas!

DIEGO
¡Yo te lo juro!
Mi reina has de ser.

CASTAÑUELA
No me vuelvas a engañar.

DIEGO
No te engaña mi querer

LOS DOS
¡Aah!
Mis brazos, cadenas de amor serán,
mis besos amantes, te guardarán;
y allí en nuestro nido, la reina has de ser / he de ser
porque eso y mi vida te ofrezco, mujer / me ofrece su firme querer.

(Hablado)

CASTAÑUELA
Tengo miedo.

DIEGO
¿Tú?

CASTAÑUELA
Por tí.
De perderte... Ocúltate,
te buscan.

DIEGO
Ya lucharé.
¡Vengan todos contra mí! (Entra en primera derecha)

D. LOLO
(Entrando en escena)
No te ocultes, son vanas tus, precauciones.
Ya sé que no es discreto, pero he escuchado.

CASTAÑUELA
¿Cómo? ¿Vos?

D. LOLO
Ni te alteres; aunque te pones
mucho más atrayente con el enfado

CASTAÑUELA
¡Dejaos de lisonjas!

D. LOLO
Mira que es triste
que sea ese que ocultas, quien te enamora;
pues aunque juramentos de amor le oíste,
no sueñes que te quiera Diego de Mora.

CASTAÑUELA
¡Al diablo vuestros cuentos!

D. LOLO
Bueno... Me voy...
ya que al fin nada nuevo vas a saber,
si te digo que se odian Mora y Godoy
y que el odio es por causa... de una mujer.

CASTAÑUELA
¿De una mujer?

D, LOLO
(Aparte)
¡Ya pica! Toqué en la llaga.

(Alto)

De una mujer. La historia te contaría,
pero como me has dicho qué no te halaba
que te venga con cuentos...

CASTAÑUELA
¡Cuéntela usía!

D. LOLO
(Pequeña pausa)
Ausente de la Corte Diego de Mora.
Godoy, rindió de amores a una mujer;
y al enterarse el hombre que hoy te enamora,
a vengar el ultraje, juró volver.
Y en la Corte se sabe que el tal don Diego
—a quien se le conoce sólo de nombre—
acecha al Favorito con odio ciego...
Por eso los golillas, buscan a ese hombre.
Retén, pues, estos hechos en tu memoria.

CASTAÑUELA
Pero ella... ¿Quién es ella? ¡Su nombre quiero!

D. LOLO
Yo me brindé a contarte sólo la historia;
pero ella es una dama... Yo, un caballero.

CASTAÑUELA
¿Y pretendéis?...

D. LOLO
Que olvides esos afanes,
puestos en quien por otra busca venganzas;
y... siendo yo el más firme de tus galanes...
alientes con tus risas mis esperanzas.
Dime... Aquí, entre nosotros: ¿qué te parezco?

CASTAÑUELA
Un gran correveidile. ¡Bonito oficio!
Y, como a quien me sirve se lo agradezco...
muchas gracias, don Lolo, por el servicio.

(Mutis primera derecha)

(Colasilla y Teófilo, que habían presenciado desde la puerta el final de la escena anterior, avanzan riendo con mucha burla)

LOS DOS
¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja!

D. LOLO
(Muy indignado)
Pero ¿cómo? ¿Se burlan? ¡Pues ya veremos
quien es, en fin de cuentas, él que más pierde!
Y en cuanto a Castañuela... ¡Pronto hablaremos!
Lo cierto es que entre todos me han puesto verde.

(Mutis foro)

TEOFILO
(Viendo a Hinojosa que asoma por el foro, como para indagar Quien hay dentro) ¡Un embozado!

COLASILLA
¡Dios mío! ¿Será Don Diego de Mora?

TEOFILO
Mira a ver.

COLASILLA
Lo único que no lleva tapao son los ojos.

TEOFILO
¡Entonces debe ser Mora!

HINOJOSA
(A Godoy, que entra en escena) Pasad, señor; aunque es una gran locura que descendáis a entrar en un mesón.

GODOY
Deja tus temores, y haz lo que he dicho.

HINOJOSA
(Resignado) Sea. (A Teófilo) Botillero...

TEOFILO
¿Eh?

HINOJOSA
Haz que esas gentes pasen aquí con su holgorio. Queremos distraernos.

(Se separa para cerrar la puerta del fondo).

COLASILLA
(A Teófilo) ¿Con quién ha dicho que salgan?

TEOFILO
Creo que con Gregorio.

COLASILLA
¿Qué buscarán?

TEOFILO
Déjame a mí, que como se me hinchen las narices, le digo lo de que tiene puesto precio a su cabeza. ¡Verás! (Va al lado da Hinojosa, y 1e dice muy melodramático). Ahora saldrán con Gregorio. Pero en una casa honrada, no debía entrar un hombre que tiene la cabeza... ¡bueno! como vos la tenéis.

HINOJOSA
¿Eh? ¡Insolente! (Le da una bofetada)

TEOFILO
(Indignado) ¿Una bofetada a mí?

COLASILLA
(Sujetándole) ¡Ay! ¡Quieto!

TEOFILO
¡Pero no! ¡Calma! (Transición) ¿Quién se ha enterao? ¿Ellos? Sí. ¿Yo?... También...

COLASILLA
Y yo.

TEOFILO
Pero como la posteridad no va a enterarse, esto es puerilidad, minucia, efemérides, anécdota... ¡nada! ¿Ves? ¡Ese soy yo!

COLASILLA
¡Y eso que aun no se te han hinchao las narices, que cuando se te hinchen...!

(Mutis los dos por la izquierda)

HINOJOSA
¿Lo veis, señor? Esta gente villana es un peligro.

GODOY
¿Y qué importa, si está aquí esa mujer?
Cuando cantó hace poco en el sarao, ¿no
viste la tentación de sus miradas?

(Empiezan a cantar los coros dentro, el motivo de «Pica, que pica y repica.»)

HINOJOSA
Ahí llegan todos. (Aparta) ¡Dios nos coja confesados! (Entran en escena cantando)

CORO
Pica, qué pica y repica
vuelve otra vez a picar...

(También vuelven a escena —por donde hicieron mutis— Castañuela, Agustina, Colasilla. Alifonso y Teófilo)

ALIFONSO
(Al ver a Godoy) ¡Un usía!

(Dejan de cantar y bailar)

(Música)

GODOY
¡No!
No dejéis vuestra alegría,
que eso es lo que busco yo.
Continuad esa fiesta
que interrumpí;
por verla y compartirla
vine hoy aquí.

(Se oye dentro sonar de guitarras y bandurria)

COLASILLA
(Recitado) ¡Los estudiantes!

GODOY
Abrid las puertas de par en par,
que si estudiantes son los que llegan...
¡Ah!, más alegría nos tan de dar.

(Entra por el foro la rondalla, seguida del coro de estudiantes. Cada estudiante trae cogida por la cintura a una maja. Gran animación y alegría. Los estudiantes de la rondalla y algunos majos (comparsas) se suben en las mesas del fondo. Fórmese un cuadro muy artístico)

CASTAÑUELA
Paso al alegre estudiante,
que sólo tiene una pena:
que no le miren bastante
los ojos de su morena.

ESTUDIANTES
Brilla la luna de plata,
y no podemos dormir;
que hemos de dar serenata
a las majas hermosas
que tiene Madrid.

GODOY
De las flores del camino,
las más bellas deshojad,
que aprendéis en sus amores
más que en la Universidad.

ESTUDIANTES
(Rodeando a Castañuela)
Ay, manola, cuando quieras
gano borla de doctor,
si cursamos los dos juntos
la carrera del amor.

(Hincan una rodilla en tierra)

CASTAÑUELA
¡No seas pícaro, pícaro, pícaro
o en mis jácaras te cantaré!..
¡Ay qué trápala, trápala, trápala
que vendrá el dómine,
pórtate bien!

ESTUDIANTES
No seas pícara, pícara, pícara
que romántico me he de sentir,
y soy tímido, tímido, tímido...

CASTAÑUELA
¡Si eres tan tímido, vete a dormir!
Estudiante de la tuna.
no te puede ninguna
creer...
pues mentiste tantas veces el amor,
que en engaños, estudiante, ya eres profesor.

GODOY
(A ella)
Esta noche... yo quisiera
estudiar en tus ojos, mujer...

CASTAÑUELA
(Burlona)
Va a quitaros esas ganas de estudiar,
sí se entera una real hembra que yo sé.

TODOS
Busca / Busco la sabiduría
en las aulas de Alcalá,
y en la Corte, la alegría,
porque aquí el amor está.
Allí son los profesores
los que le/me hacen aprender…
y aquí aprenden/aprendemos el amor
en unos ojos de mujer.
¡En unos ojos de mujer!
Estudiante de la tuna,
no te puede ninguna
creer
pues mentiste tantas veces el amor,
que en engaños, estudiante, ya eres profesor.

CASTAÑUELA y GODOY
(A la vez)
Pensad, pensad que es el querer
misterio hermoso y tentador;
y como la mujer
no hay profesor
que enseñe amor.

CASTAÑUELA
Estudiante de la tuna,
ya no engañas a ninguna;
si no dices en amores la verdad,
te suspenden como en la Universidad.

TODOS
¡Ya no engañas a ninguna,
estudiante de la tunal

(Hablado)

GODOY
¡Llenad de vino las jarras!

ALIFONSO
Se hará lo que mande usía.

GODOY
¡Quiero fiesta y alegría!
¡Al vino y a las guitarras!

(Los coros ocupan las mesas del fondo. Beben, hablan entre sí, etc. pero sin interrumpir el diálogo)

RONDEÑO
(Por la derecha, reconoce a Godoy y te emboza en su capa)
¡Don Manuel!

AGUSTINA
(Extrañada) ¿Eh?

RONDEÑO
¡Es bien audaz!
¡Se atreve a venir aquí!

ALIFONSO
¿Quién es?

RONDEÑO
¡Godoy!

(Alifonso y Teófilo caen sentados del gusto) (A Castañuela)
¡Y es por tí!...
¡y solo, y sin un disfraz!

CASTAÑUELA
¿Por mí?

RONDEÑO
Te ha visto en escena
y ha venido... (Inicia el mutis)

ALIFONSO
(Temblando) ¿Os vais?

RONDEÑO
Me voy,
pero volveré, porque hoy...
¡Hoy es mi última faena! (Mutis foro)

ALIFONSO
(Aterrado) ¡Godoy! (Mutis derecha)

TEOFILO
¡Ay, la santa gloria
de mi madre!

COLASILLA
¿Qué?

TEOFILO
Pues nada...
¡Es que aquella bofetada
repercutirá en la Historia!

(Vánse también por la derecha, Agustina, Colasilla y Teófilo. Cuando va a hacer mutis Castañuela, Godoy la detiene, ofreciéndole una copa)

GODOY
Maja, de tus labios
pon la fresca rosa.
en el vino de oro
que llena mi copa
¿Tú eres Castañuela,
la maja famosa,
la altiva tirana,
la brava manola…
de la que se dice
en versos y coplas
que es siempre la maja
más maja de todas...?

CASTAÑUELA
Yo soy Castañuela;
decir, sin lisonjas,
qué queréis.

GODOY
Es fama
que a quienes te rondan,
contestas haciendo
de su amor chacota;
que enciendes los celos
en la gente moza,
y más de una faca
por tí se vio roja.

CASTAÑUELA
¿Y a qué cuento viene
contarme esa historia?

GODOY
Me gustas... Te quiero...

(En voz baja)

(Ante un gesto de ella)

¡Mi vida responda
si yo no deshojo
la flor de tu boca!

CASTAÑUELA
Ja, ja, ja.

GODOY
¿Te ríes?
Pues oye... ¡manola!
Yo seré el tirano
que por ley te imponga
la de mis caprichos...
y si altiva y hosca
como el cardo fuiste,
yo haré, ¡brava moza!,
que él cardo en mis manos,
se convierta en rosa.

CASTAÑUELA
¡Siempre fue modestia
condición que adorna!

GODOY
Mejor es que dejes
la zumba y la mofa.

CASTAÑUELA
Ni mofa, ni zumba;
que las cosas claras
se las digo al mismo
lucero del alba.
¿Conque de majeza
queréis cobrar fama,
siendo el Favorito...
de las mozas guapas?
No olvidéis que dicen
qué por cierta dama
sois ahora privado...
de tales andanzas.

GODOY
¿Qué dices?

CASTAÑUELA
Repito
lo que muchos hablan:
que sois ingenioso,
que tenéis audacia;
que a las damiselas
les robáis el alma.

GODOY
¿Y a tí?...

(Insinuante)

CASTAÑUELA
Yo he nacido,
por mi suerte, maja;
prefiero las cosas,
más recias, más bravas.
Admiro yo al hombre
que nunca se arrastra,
y teniendo puesta
su ambición más alta
que la cumbre misma
de altiva montaña,
con gesto gallardo
de un salto la alcanza;
no al que los caminos
fáciles se allana,
y llega a la cumbre,
¡pero es... por las faldas!

GODOY
(Exasperado)
Basta, buena moza;
mi paciencia acaba.

(Por primera derecha, aparece Don Diego de Mora, que avanza agresivo)

(Música)

Recitado sobre la orquesta

DIEGO
¡Cobarde!

GODOY
(Asombrado) ¿Eh? ¿Yo?

(Los Coros les sujetan)

CASTAÑUELA
(A Diego) ¡Quieto,
por favor!

DIEGO
¡Tú, calla!

ALIFONSO
(Por la derecha, seguido de Agustina, Colasilla y Teófilo. Quedan los cuatro aterrados)
¡Juntos! ¡Cielo Santo,
lo que me faltaba!

GODOY
Me miras de arriba a abajo,
mas tu gesto no me asusta.
pues yo sé también ser majo
cuando una maja me gusta.

DIEGO
¡Probad, pues!

ALIFONSO
(A Godoy)
Señor, dejadla.

GODOY
¡Juro que mía será!

DIEGO
¿Vuestra? Venid a tomarla
si os atrevéis, ¡Aquí está!

GODOY
¡A mí!

HINOJOSA
(Tratando de llevarse e Godoy)
¿Veis? ¿No os lo decía?
Vamos, señor.

GODOY
¡Por quien soy,
que has de pagar tu osadía
muy cara!...

(Al desembozarse, como para echar mano a la espada queda visible su uniforme de general)

HINOJOSA
¡Señor!

TODOS
(Asombrados) ¡¡Godoy!!

(Rompe la pausa, la entrada por el foro de Don Lolo con los golillas)

GOLILLA 1°
¡Nadie se mueva!

D. LOLO
¡Prendedle!
¡Ese hombre es Diego de Mora!

TODOS
¿Eh?

DIEGO
¿Qué dice?

D. LOLO
¡Y no tenedle
duelo!

GODOY
(Aparte a Hinojosa) ¡Es él!

HINOJOSA
Callad ahora,

AGUSTINA
Ah, don Lolo... ¿Sabéis bien
el mal que hacéis?

D. LOLO
Sí, por cierto.

CASTAÑUELA
¡Cobarde!

D. LOLO
¡Prended también
a los que le han encubierto!

AGUSTINA
¡Por tal traición, merecía!...

D. LOLO
Tal traición, por tal desdén.

ALIFONSO
¿Por tal?...

D. LOLO
¡Por tal!...

ALIFONSO
¡Ya decía
que se iba a armar un belén!

GOLILLA 1º
(Empujando a don Diego, que se resiste)
¡Andando!

CASTAÑUELA
(Suplicante, a Godoy)
¡Piedad, señor!

DIEGO
(Al verla)
¡Soltadme!

GOLILLA 1º
¡Quieto!

CASTAÑUELA
(Como antes)
¡Favor!
Perdón para él. Escuchad:
Su vida y su libertad...
tienen un precio: mi amor.

(Cae de rodillas ante Godoy. Empieza a descender muy lentamente el telón. Cuadro)

GODOY
Levanta del suelo,
maja desdeñosa;
la altiva tirana,
la brava manola,
la maja más maja...
Ya lo ves ahora
de tus tiranías
se acaban las glorias.


FUERTE EN LA ORQUESTA Y TELON RAPIDO


FIN DEL ACTO PRIMERO


ACTO SEGUNDO

Una plazuela. En primer término de la izquierda, la puerta de entrada al mesón del acto anterior. Libre el segundo término. En el fondo, gran arco practicable que une los edificios. Perspectiva de callejas en el telón forillo. En la derecha, casa y arranque de calle. Detalles a gusto del pintor. Es de noche.

AI alzarse el telón, aparecen en escena el Rondeño y el Caireles, embozados en sus capas. Aquel observa desde la puerta, lo que ocurre en el interior del mesón, suponiéndose que en ese momento se desarrolla dentro la acción del final del primer acto.

(Música)

(Hablado sobre la orquesta)

RONDEÑO
¡Silencio!... ¡Eso don Lolo de los demonios lo ha delatao!

CAIRELES
¡A don Diego!...

RONDEÑO
¡Y le prenden!

CAIRELES
¿A ver? (Se asoma, Ligera pausa) La Castañuela pide clemencia a Godoy... ¡El se burla!...

RONDEÑO
¡Maldito!... (Hace ademán de entrar violentamente).

CAIRELES
(Sujetándole) ¿Qué vas a hacer, Rondeño?
¡Vamos de aquí!

RONDEÑO
Sí; es preciso salvarle.

(Vánse los dos por la izquierda. Empiezan a sonar las campanas de un reloj de torre. Por la lateral derecha, llegan doña Mariquita y don Agustín. Ella es una colegiala ñoñita. Don Agustín, es su tutor)

MARIQUITA
¡Ay, tutor, qué derroche de luces en esa plazuela donde nos ha dejado la diligencia!... ¡Y cuántas literas frente a aquella casona!...

AGUSTINA
Es el palacio de los Ledesma, donde dan uno de sus célebres saraos.

MARIQUITA
¿Lo ves, tutor? ¡Todo lo confundo! No sirvo para las cosas mundanas. ¿Por qué no me has dejado en el convento, junto a mis buenas madres, tan cariñosas?...

D. AGUSTINA
Anda, anda, hijita; vamos a casa y allí conocerás a Agustinín, que también es muy cariñoso. (Aparte) Bueno, a esta niña la caso con mi hijo, o a la hora de rendir cuentas, me llevan a la cárcel.

MARIQUITA
Vamos, tutor; pero no olvides que siempre he de echar dé menos la santa paz del convento.

D. AGUSTINA
¡No lo creas! No hay barrio más tranquilo que éste. Jamás se oye un grito más alto que otro. Aquí todo es recogimiento y paz.

MARIQUITA
Pero yo quiero volver al convento...

D. AGUSTINA
Vamos, vamos. En cuanto hables con Agustinín, te hará desistir...

MARIQUITA
¡Es que yo sueño con ser madre!

D. AGUSTINA
Bueno..., tú díselo a Agustinín, y... ya veremos (Suenan dentro unas campanillas, a la vez que una voz entona lúgubremente)

VOZ
(Dentro)
Almas que andáis a estas horas
en pos de la perdición,
guardaos en la oración.

MARIQUITA
(Sobrecogida) ¡Ay, tutor, que miedo!...

D. AGUSTINA
No te asustes, hijita. Son los hermanos del Pecado Mortal, que recorren las calles para salvar a las almas descarriadas.

(Cesa la orquesta)

(Hablado)

MARIQUITA
¡Y yo que había oído decir cine a estas horas sólo andaban por las calles enamorados y ladrones!...

D. AGUSTINA
¿Ladrones? ¿En este barrio ladrones? ¡Que te diga Agustinín! Aquí se pueden dejar las puertas abiertas, sin ningún temor. Te repito que aquí todo es recogimiento.

(En este instante, salen del mesón Colasilla y Teófilo)

COLASILLA
(Empujando a Teófilo) ¡De prisa, O nos llevan presos por encubridores!

TEOFILO
¡Es verdad! Huyamos.

COLASILLA
¡Si al menos tuviéramos unos disfraces!...

TEOFILO
¿Y dónde los encontramos ahora?

D. AGUSTINA
¿Eh? ¿Qué les ocurrirá?... (Se acerca a ellos) ¿Señores míos?...

COLASILLA
¡Este hombre!... ¡El Cielo lo envía!... ¡La capa! (Le quita la capa, y se la da a Teófilo)

TEOFILO
¡Venga!

COLASILLA
¡La casaca! (Se la quitan)

D. AGUSTINA
(Aterrado, al verse en mangas de camisa) ¿Qué es ésto?

TEOFILO
¡Ahora el sombrero! ¡Así! (inicia el mutis, embozado en la capa de Don Agustín)

D. AGUSTINA
(Indignado) ¡Oiga!

MARIQUITA
(Acercándose) Pero ¿qué os pasa?

COLASILLA
¡El chal! ¡El sombrero ! (Le quita a la colegiala las citadas prendas y se las pone ella)

MARIQUITA
¡Socorro!

COLASILLA
¡Corramos!

TEOFILO
¡Anda ya!

(Mutis los dos por la derecha del arco del fondo)

MARIQUITA
¡Son ladrones!... ¿Pero no decías que aquí todo era recogimiento?

D. AGUSTINA
Sí, bija mía; pero no creí que llegase a tanto.

(Del mesón sale Don Lolo, seguido de los Dos golillas que conducen a Don Diego)

D. LOLO
¡Cuidado con él, que es muy peligroso!... Llevadle bien amarrado, y que...

(Sale por la izquierda el Caireles y, después de hacerle unas señas a don Diego, figura darle una puñalada, a la vez que exclama:)

CAIRELES
¡Muere! (Huye por la derecha del fondo)

DIEGO
¡Ah! (Finge caer herido)

TODOS
¿Eh? ¡Lo ha herido!

MARIQUITA
¡Ay, tutor! (Cae desmayada en sus brazos)

D. LOLO
(A los golillas) ¡Pronto! ¡Seguidle! ¡Apresadle!

GOLILLA 1º
¡Por allí! (Vánse los golillas por el arco, en persecución del Caireles)

D. AGUSTINA
(Aterrado, sin soltar a Doña Mariquita, con el peso de la cual casi no puede) ¡Señor mío Jesucristo! ¡Pésame, Señor!

D. LOLO
¡Le ha herido!... (Inclinándose sobre él) ¡Levantaos!

(Por la izquierda entra el Rondeño y envuelve con su capa a don Lolo)

RONDEÑO
¡Don Diego! (Este se incorpora de un salto)

DIEGO
¡Salvado otra vez!... (Estrechándole la mano)
¡Gracias, Rondeño!

RONDEÑO
¡Vamos pronto!... (Huyen los dos por la izquierda del fondo)

D. LOLO
(Sin que apenas se le entiendan sus gritos) ¡A mi!... ¡Socorro!

(Salen del mesón Hinojosa, La Castañuela, Agustina, Alifonso, Estudiantes, Chisperos,
Majas, etc.)

TODOS
¿Qué pasa?

D. LOLO
¡Escapa!... ¡Escapa!...

TODOS
¡Don Lolo!

ALIFONSO
(Quitándole la capa) ¿Pero qué es ésto?

D. LOLO
¡Escapa, que escapa!...

ALIFONSO
Ya lo veo, hombre.

D. LOLO
¡Imbécil! ¡Que escapa por allí don Diego!

TODOS
¿Eh?

HINOJOSA
¿Don Diego?

D. LOLO
Por allí. ¡Vamos todos!

TODOS
¡Vamos! (Vánse los coros y Don Lolo por la derecha)

ALIFONSO
¿Por allí? (Inicia el mutis)

HINOJOSA
(Deteniéndoles) ¡Quietos! ¡Vosotros sois mis prisioneros!

CASTAÑUELA
¡Ha logrado burlarles!... ¡Gracias, Virgen mía!

MARIQUITA
¡Tutor, yo no puedo más! En menos de diez minutos nos roban, matan a uno, luego resucita... ¿Y esta es la tranquilidad del barrio? ¡Yo me vuelvo ahora mismo al convento! (Entra en la casa de la derecha)

D. AGUSTINA
Tiene razón, porque con dos noches así, me veo yo también de carmelita descalzo. (Mutis tras ella. Por el arco vuelven los dos golillas)

GOLILLA 1º
Señor. Imposible encontrar al embozado...

HINOJOSA
Avisad a vuestros compañeros, y que tomen todas las esquinas. Que todo el vecindario encienda sus luces, para que nadie escape a favor de las sombras.

GOLILLA 1 º
Señor...

HINOJOSA
¡Que no entre ni salga de este barrio persona alguna! Con la vida me respondéis.

(Vánse los golillas)

(Dirigiéndose al mesón)

Salid, señor... Ya se fueron.

GODOY
(Saliendo. A Castañuela)
Escapó con un engaño
tu don Diego, Castañuela...
¡Bien se vé que esté avezado
a la huida!

CASTAÑUELA
(Altiva)
Ningún hombre
pudo decir eso, cuando
fue a buscarle frente a frente
y... solo.

GODOY
Ya sé que es bravo.

HINOJOSA
(Aparte a Godoy. Temeroso)
Por eso, mejor sería
que volvieseis al sarao,
señor.

GODOY
¿Callarás al fin?

CASTAÑUELA
Debierais hacerle caso,
no esté impaciente de celos
quien allí os está esperando.

HINOJOSA
Recordad que ya es la hora
de que lleguen los soldados
que han de dar la serenata,
según la Reina ha ordenado,
para final de la fiesta;
y que hemos de ir a Palacio
con ellos...

GODOY
¡Bravo, Hinojosa!
¡Qué hermosa idea me has dado!
Corre al punto, ve a su encuentro,
y diles que yo les mando
venir a dar serenata
a esta mujer. (Por Castañuela)

HINOJOSA
¿Ahora?

GODOY
¡Claro!

HINOJOSA
(Estupefacto)
¿Antes que a Sus Majestades?

GODOY
¡Antes!

HINOJOSA
¡Eh!

GODOY
¡Sin comentarios!

(Hinojosa hace mutis por el fondo izquierda)

CASTAÑUELA
¡Galante está el carcelero!...

GODOY
Carcelero encarcelado...

(Se interrumpe al oír rumor de voces dentro)
Pero ¿qué ocurre?

(Por el foro los golillas 1º y 2º, traen al Rondeño)

GOLILLA 1°
(A Godoy) Este hombre,
señor. Le hemos apresado
cuando intentaba acercarse
a esta calle, el rostro hurtando.

ALIFONSO
(Aparte a los otros)
¡El Rondeño!

GODOY
Castañuela...
entrad, que luego he de hablaros.

(A Alifonso y Agustina)

Vosotros también.

(Al Rondeño, con severidad)

¡Y tú.
prepárate a ser juzgado!

(Apenas entran en el mesón Castañuela. Agustina y Alifonso, se acerca Godoy al Rondeño, desarruga el ceño y se echa a reír. Los golillas quedan en el fondo)

¿Desde cuando un matador
de toros, de tanta fama,
se esconde bajo el sombrero
y el embozo de la capa?

RONDEÑO
Señor, yo...

GODOY
(Desembozándole) Vamos, Rondeño,
cuéntame lo que te pasa.

RONDEÑO
(Quitándose el sombrero. Risueño)
Don Manuel... ¡que me han cogido!

GODOY
¿Y te extrañó?

RONDEÑO
No me extraña;
me han cogido tantas veces...
Pero ésta no fue en la Plaza,
ni son toros—que yo sepa—

(Los golillas hacen ademán de indignarse)

los que me echaron las garras.

GODOY
¿Qué te trajo aquí, de noche,
por calles tan solitarias?...

RONDEÑO
(Picaresco) Suponía usía...

GODOY
¿Mujeres?

(Muy divertido)

¿A tus años?... ¿Con tus canas?...

RONDEÑO
No hay que fiar de apariencias;
cuando sigo a una barbiana...,
la partida de bautismo,
la suelo dejar en casa...

GODOY
¿Conque vienes de aventura?
Bien, Rondeño... ¡Tiene gracia!...

RONDEÑO
(Con intención)
Tiene gracia, pero a veces
hasta suele costar lágrimas.

GODOY
Hace un año me brindaste
un toro de Salamanca...
¿Te acuerdas? ¡Buen volapié!

RONDEÑO
Sí, señor. ¡Buena estocada!

GODOY
¡Y la faena!...

RONDEÑO
La de hoy...
¡también quisiera brindársela!

GODOY
¿La de hoy? ¿Es también de toros?

RONDEÑO
No; pero es muy arriesgada.

GODOY
¿Una casada, Rondeño?
¡Pero, hombre!

RONDEÑO
¿Por qué le extraña
la cosa a vuecencia, sí
vendrá a lo mismo?

GODOY
(Riendo) ¡No marras!

RONDEÑO
Pues ojo... Por estos barrios,
no se tié seguro nada...
A lo mejor, un marido,
o un...

GODOY
Bah. El valor no me falta.

RONDEÑO
Ya lo sé... Aunque he de advertiros
que aquí son lindas las majas
pero los majos son fieras.

GODOY
¿No estás hecho tú a domarlas?...

RONDEÑO
Sí, don Manuel; pero voy
con un capote que engaña,
y les dejo la salida
siempre libre, siempre franca;
que lo peor con las fieras
es tratar de acorralarlas,
porque tiran por en medio
y no arreparan en nada.

GODOY
(Riendo)
Tú tienes buena muleta.

RONDEÑO
(Riendo también)
La de usía es... soberana.

GODOY
Quedamos en que has venido...

RONDEÑO
A lo que usía... pensaba

GODOY
golillas, dejad que libre
por esa calleja salga. (Saludan los golillas)

RONDEÑO
(Despidiéndose)
Don Manuel...

GODOY
Adiós, Rondeño.

RONDEÑO
Hasta pronto... y muchas gracias.

GODOY
¿De modo que esa faena?

RONDEÑO
¡Vá... por usía!... ¡Palabra! (Váse foro)

GODOY
(En la puerta del mesón)
Ven, Castañuela.

CASTAÑUELA
(Saliendo. Burlona)
¿Os dignáis
dejarme salir de casa?

GODOY
Deja la ironía, y oye
más en mujer... Yo pensaba
que era tu amor un capricho...;
pero la espina se clava
tan honda en mi corazón,
que no hay modo de arrancarla.

CASTAÑUELA
Ah, ¿si?...

GODOY
¡Lo juro!

(Insinuante)

Y yo quiero.

CASTAÑUELA
(Digna)
¿Qué queréis?

GODOY
Escucha, maja:
Hoy, esta noche, bajan al Prado
de San Fermín,
unos, en coche enjaezado,
otros, en lo alto dé un calesín
y otros, tendidos en su carroza
de raso y oro, lacas y espejos...
Tras de un recuerdo los que son viejos
y tras de un beso la gente moza...
Va la basquiña, junto el corpiño
de haldas de encaje;
y la casaca, con piel de armiño,
rozando el traje
del simple paje.
Junto a la blonda de la chorrera
de algún usía,
van el catite y el medio queso,
y a un uniforme le prende un beso,
la madroñera
de alguna maja cascabelera,
de Morería. .
Se oyen pregones y dicharachos...
Salta un donaire...
Ríen manolos, gritan muchachos...
Flota en el aire
de amor y risas un loco afán...
¿Qué hay en la clara noche serena
que a las mujeres les encadena
frente a la audacia de su galán?...
¡Es que hay verbena,
la de San Juan!
Ojos de fiebre tienen las majas;
bajo la luna, brillan aceros...
y es que, por ellas, con sus navajas
riñen los majos y los chisperos...
en tanto suena
lejos, como eco de la verbena,
la alegre risa dé los boleros.
Van las mujeres
a ser envidia de las estrellas...
Ven tú, porque eres
la más hermosa de todas ellas;
ven tú, si quieres
ver como un hombre deja fortuna
y olvida a todas, porque es ya de una,
bajo esta clara noche de luna
en la que sueña ser tu galán...
¡Rompe los hierros de tu cadena!
¡Sólo mis brazos te apoyarán!
Y si tú vienes, maja morena,
¡Oh qué verbena,
será esta noche la de San Juan!

(Música)

CASTAÑUELA
No sé si sabréis las cosas
que para ir a la verbena,
necesita toda maja,
cuando es maja madrileña.

GODOY
Puedes decirlas.

CASTAÑUELA
Vais a saberlas.
Un caballo enjaezado
que tire de la calesa,
y un calesero manolo
que sepa llevar las riendas.
Claveles en el corpiño,
claveles en la peineta,
para que rabien de envidia
manolas y petimetras.
Mucha alegría en el alma,
y, caso de no tenerla,
un hombre que me enamore,
y que me quite las penas.
¡Ah!
Mas no olvidéis que, ante todo,
necesita ir con vergüenza,
y con la cara más alta
que la lleve una Duquesa.
¡Conque ya sabéis las cosas
que para ir a la verbena
necesita toda maja,
cuando es maja madrileña!

GODOY
Pues no han de faltarte
caballo y calesa,
y el amor de un hombre
que a tí te defienda.

CASTAÑUELA
¡Os ha vuelto loco
la fiesta del Prado!

GODOY
¡Más loco me vuelve
la flor de tus labios!
Para tí soy majo,
y por la majeza,
quiero entre los tuyos,
brillar en la fiesta.
Si hay otro más bravo
que salga y se vea;
que en coplas o en riñas,
en burlas o en veras...
¡sabré yo ganarte,
mi maja morena!

CASTAÑUELA
Eso se dice...

GODOY
¡Eso se prueba!
Tendrás más de lo que pides,
serás más de lo que sueñas,
si bajas conmigo al Prado
esta noche de verbena.

(A dúo)

CASTAÑUELA
Un caballo enjaezado
que tire de la calesa,
y un calesero manolo,
que sepa llevar las riendas.
Claveles en el corpiño,
claveles en la peineta,
para que rabien de envidia
manolas y petimetras
Ah... Por mi amor,
quiere entre los míos,
brillar en la fiesta.
Si hay otro más bravo
que salga y se vea,
y en coplas o en riñas
en burlas o en veras...
que sepa ganarse
la maja morena

GODOY
Eres, mujer,
el ansia loca de mi querer...
y en la cárcel de mis brazos
tú has de ser la prisionera.
Para tí soy majo,
y por la majeza,
quiero entre los tuyos,
brillar en la fiesta.
Si hay otro más bravo
que salga y se vea;
que en coplas o en riñas,
en burlas o en veras...
¡sabré yo ganarte.
mi maja morena!

GODOY
¡Mi maja!

CASTAÑUELA
(Burlona) ¿Su maja?

GODOY
¡Mi maja morena!

(Hablado)

(Al terminar el dúo, aparece Hinojosa en el arco del fondo, y hace ¿estoa de indignación al ver que Godoy está allí todavía)

CASTAÑUELA
Ya conocéis mi respuesta:
¡Nunca!

GODOY
¿Nunca? Tú irás, maja.

CASTAÑUELA
¡No iré!

GODOY
¡Hinojosa!

HINOJOSA
Señor...

GODOY
¿Me obedeciste?

HINOJOSA
Están dadas
las órdenes. Los dragones
vendrán a dar serenata.

GODOY
Pues ahora, escúchame:
Apenas esté acabada,
llevarás a esta mujer
al Prado.

HINOJOSA
(Aterrado) ¿Yo?...

(Aparte) ¡Virgen Santa!
¿Pero... a la verbena?...

GODOY
Sí;
llegas con ella, y me aguardas
en el Parador de Pedro
el Naranjero.

HINOJOSA
(Asustadísimo) ¡Naranjas!
Si aquello es...

GODOY
Desde Palacio
yo iré allí.

(Ante un gesto de Hinojosa)

¡Obedece y calla!
Castañuela... Por tú culpa,
las cañas se vuelven lanzas.

(Váse por la derecha)

CASTAÑUELA
Oídme también a mí,
y explicad luego al que os manda,
que no han de vencerme ruegos,
ni súplicas, ni amenazas.

HINOJOSA
Ya comprendo. Es el amor
de Don Diego, lo que te ata...
Pues hija... Si tú supieras
que los rencores que guarda
para Godoy, son por otra...

CASTAÑUELA
¿También vos?

HINOJOSA
No; si te enfadas
nada digo.

CASTAÑUELA
¡Habladme claro!

HINOJOSA
Luego... después... Con más calma.
Pero en tu lugar yo iría…
sólo por darle en la cara (Mutis derecha)

CASTAÑUELA
¡También éste me lo dice!
¡Luego era verdad!... ¡Malhaya
el cariño que en él puse!
¡Ninguno vale una lágrima! (Mutis al mesón)

(Música)

(Por la derecha del arco, vienen Colasilla y Teófilo, disfrazados de criados de casa grande. Traen un cesto. Entran recelosos y mirando a los laterales)

TEOFILO
¡Ten cuidado, Colasilla!

COLASILLA
¡Por favor, no me hables alto!

TEOFILO
¡Cada piedra hoy es un golilla
que nos llena de sobresalto!

COLASILLA
Nos miraban...

TEOFILO
Nos miraban...

COLASILLA
Nos miraban de través...

LOS DOS
Y decían: ¡Vigila y atrápales
cógeles, átales
y enciérrales!

COLASILLA
Agáchate, que te han visto,
agáchate, que te dan;
agáchate que es lo práctico,
si no esos vándalos
te atraparán.

TEOFILO
Agáchate que nos miran;
agáchate sin temor.

LOS DOS
La sombra vendrá ya pisándonos,
pero agachándonos
vamos mejor.

COLASILLA
Nos metemos en el cesto

TEOFILO
Anda ya, si estás dispuesta.

COLASILLA
De ese modo tienes pretexto
de que el cesto lleve la cesta.

(Se meten en el cesto)

TEOFILO
Con la tapa

COLASILLA
¡Sin la tapa!

TEOFILO
Lo decía por tu bien.

LOS DOS
Anda ya, no seas tonta/tonto y decídete
tápate, tápate
y yo también.

(Cantan el estribillo metidos en el cesto, subiendo y bajando la tapa. Por detrás del arco, cruzan los golillas 1º y 2º, los cuales al creer que el cesto te abre y cierra solo, después de observar un momento cómicamente, salen huyendo)

COLASILLA
Agáchate, que te han visto;
agáchate, que te dan;
agáchate, que es lo práctico,
si no esos vándalos
te atraparán.

TEOFILO
Agáchate, que nos miran,
agáchate sin temor.

LOS DOS
La sombra vendrá ya pisándonos,
pero agachándonos
vamos mejor.

(Hablado)

AGUSTINA
(Saliendo del mesón) ¿Cómo? ¿Vosotros aquí? ¿Y con ésos trajes?

COLASILLA
¡Chits! Estamos rodeados de golillas. Pa llegar a esta plazuela, hemos tenido que pasar por criados de los de Ledesma.

AGUSTINA
¿Os habéis enterado?

TEOFILO
¡De todo! De que ha huido Don Diego, y de que no podéis escapar.

COLASILLA
Pero alegrad esa cara, que venimos a salvaros.

AGUSTINA
¿A salvarnos?

COLASILLA
¡Mirad lo que nos hemos encontrado en este cesto que hemos cogido a un ropavejero!

(Saca un traje de golilla)

AGUSTINA
¿Un traje de golilla? ¿Y esto para qué es?

TEOFILO
Para que se lo ponga Alifonso inmediatamente.

AGUSTINA
¿Inmediatamente?

COLASILLA
¡De eso depende vuestra salvación!

AGUSTINA
Ah ¿si? Pues trae acá. (Al paño) ¡Alifonso! ¡Ponte ahora mismo esa ropilla! (Se la ceba)

ALIFONSO
(Dentro) ¿Yo?

AGUSTINA
¡¡Sin replicar!! Y ahora, explicádmelo a mí.

TEOFILO
Pues muy sencillo: Vuestro hermano coge ese traje...

COLASILLA
Se viste con él.

TEOFILO
Va a reunirse con los golillas, y se pone con todos en acecho del mesón...

COLASILLA
¡Eso!

TEOFILO
De pronto, ¡zas!, dá un salto. (Accionando)

COLASILLA
¡Un salto! (Idem)

TEOFILO
Señala a esa calle...

COLASILLA
¡La señala!

TEOFILO
Y exclama: ¡Mirad!: Don Diego de Mora. Y sale corriendo Lacia allí. Los golillas, le siguen para atrapar a don Diego, y entonces dejan libre esa otra calle, y nosotros huimos
por ahí, tranquilamente.

COLASILLA
Ni más, ni menos.

TEOFILO
¡Eh? ¿Qué os parece?

AGUSTINA
(Entusiasmada) Teófilo, déjeme que te abrace...

(Le abraza muy fuerte)

COLASILLA
Ahora sólo falta que mi tío se haya puesto el traje.

AGUSTINA
¡Es que lo dudas? Voy a ver. O se ha puesto ya el traje, o...

LOS DOS
¿O qué?

AGUSTINA
¡¡O se lo pongo yo!! (Mutis al mesón)

COLASILLA
¡Se lo pone ella! ¡Vaya si se lo pone!

TEOFILO
¡Como que tié que pensar que en este momento somos históricos, y que Europa le está mirando!

COLASILLA
¡Pues le va a ver Europa en calzoncillos de bayeta!

TEOFILO
En estos trances tan solemnes, tenemos una responsabilidad muy grande. ¿Qué toses tú? Pué molestarse la posteridá.

COLASILLA
¡Anda! Con la de costipaos que yo cojo...

TEOFILO
Pero los curarás en seguida.

COLASILLA
Unas veces sí, y otras no.

TEOFILO
Pues ojo con eso. Porque si empiezas que si los curas que si no los curas, a lo mejor pué molestarse también el siglo futuro.

COLASILLA
¡Ya está ahí mi tío!

(Sale Agustina del mesón, trayendo casi a la fuerza a Alifonso, vestido con el traje de golilla. Bigotazos descomunales, perilla etc.)

AGUSTINA
¡Anda ya!

ALIFONSO
¡Agustina, por lo que más quieras!

AGUSTINA
¡A reunirte con los golillas!

COLASILLA
¡Pero tío, si estáis hasta guapo!...

TEOFILO
¡Menudo uniforme! Fijaos qué de galones.

COLASILLA
(Viendo a los golillas 1° y 2º que aparecen por el arco)
¡Callad! Unos golillas.

ALIFONSO
¡Llegó mí última hora!

GOLILLA 1°
(Fijándose en Alifonso) ¿Eh? ¡Mira! Debe ser el nuevo jefe.

LOS DOS
(Acercándose) ¡Señor!... (Saludan)

AGUSTINA
(Aparte a Alifonso) Salúdales.

ALIFONSO
Hola ¿qué tal? (Les tiende la mano)

GOLILLA 1°
Llamaré a los otros, no les sorprenda en la taberna del Manco. (Vánse golillas derecha)

COLASILLA
Ya vienen todos. Os dejamos

TEOFILO
Serenidad, y no olvidéis que estamos escribiendo una página de la Historia.

AGUSTINA
¡A ver si echas un borrón! (Vánse los tres)

ALIFONSO
¡María Santísima!

(Música)

(Entran por la derecha ocho golillas; evolucionan)

GOLILLA 1°
¡Señor, señor!

ALIFONSO
¡Me da temblor!

GOLILLAS
¡Un superior aquí!

ALIFONSO
Han de tomarme
por un golilla,
o hacen que baile
de coronilla...

GOLILLA
Si me descubren
me hacen papilla;
pero si puedo,
me escapo, y de peri
Duerme la Villa
con sueño grato;
la luna brilla
con rostro chato;
pero el golilla
va despacito,
como una sombra
de la ley, que toca el pito.

ALIFONSO
Soy al rondar
mastín feroz;
Sólo al mirar,
infundo un miedo atroz.

GOLILLA
Vigilo audaz,
doy en el quid
y duerme en paz
Madrid.

ALIFONSO
Hoy en fin de cuentas
¿qué es lo que ocurrió?
¿Quién lo puede decir?
Cuéntelo quien lo vio.

GOLILLA 1º
Yo

GOLILLA 2º
Yo

GOLILLA 3º
Yo

GOLILLA 4°
Yo

GOLILLA 5º
Yo

GOLILLA 6º
Yo

GOLILLA 7º
Yo

GOLILLA 8º
Yo

ALIFONSO
Lo diré yo.
Siete rotos con escalo,
un ataque a mano armada,
veinte raptos, diez incendios...
Hoy no ocurre casi nada.
Dos suicidios, cien reyertas,
de borrachos, una pila,
veintitrés personas muertas.
Hoy la noche fue tranquila.
Y aún hay gentes alarmista
que hablan luego por ahí
pero yo seguí las pistas
y el misterio descubrí.
¡Ah!
Villa aleare y confiada,
no te debes inquietar;
en Madrid no pasa nada,
nada de particular.

GOLILLA
Es un necio el que se inquieta

ALIFONSO
¡Lo hay! ¡Lo hay!

GOLILLA
Porque nada hay que temer.

ALIFONSO
¡Caray! ¡Caray!
Ya nos hace la Gaceta
el relato de lo que ha de ser.

Hay quien sólo da noticias
de las malas, que molestan,
y si dice: “¡hoy se levantan!”
sólo es cierto que se acuestan.
Otro en predecir se empeña
la catástrofe horrorosa;
y la gente madrileña
sigue como si tal cosa.
Cuatro locos al solfeo
le dedican su atención,
al decir cine viene la re
la re la re sol si do.
¡Ah!
Villa alegre y confiada
etc. etc.
Villa alegre y confiada.

TODOS
¡No hay que temer!

(Hablado)

ALIFONSO
(Ahuecando la voz) Ahora hay que continuar la batida sin descanso. (Aparte) Así me escabullo.

GOLOLLA 1°
¿Por donde vamos? ¿Hacia las escalerillas, o hacia el convento de las Claras?

ALIFONSO
¡A las Claras, a seguir la batida!

(Bis en la orquesta. Inician el mutis)

TEOFILO
(Saliendo con Colasilla y Agustina) ¡Ya se va con todos!

(En el momento en que van a hacer los golillas mutis por la derecha entra en escena por el mismo lado, Hinojosa)

HINOJOSA
Un momento. (Se detienen los golillas. Cesa la orquesta) He de realizar un servicio muy delicado, que no puedo hacer yo solo. A ver, uno de vosotros conmigo. Cualquiera... (Dirigiéndose a Alifonso) Tú mismo.

ALIFONSO
(Aterrado) ¿Yo? Pepe... pero, señor...

HINOJOSA
¿Eh? ¿Cómo se entiende esa resistencia? ¡Dos pasos al frente!

ALIFONSO
Sí, señor... (Avanza tembloroso)

COLASILLA
(Aparte a Teófilo, asustada) ¡Ay, Teófilo, en la que lo has metido!

TEOFILO
Que le veo aprendiendo la instrucción.

HINOJOSA
(A los golillas) Y vosotros, seguid vuestras pesquisas.

GOLILLA 1º
Al momento. Vamos.
(Mutis de golilla 1º y golillas)

ALIFONSO
(Aparte) ¡Me he lucido! Se me ha olvidao el cinto, y con lo ancho que me esté este pantalón, voy a dar el espectáculo.

HINOJOSA
(Reparando en Agustina, Colasilla y Teófilo) ¿Otra vez aquí vosotros? ¡Entrad en el mesón, si no queréis que!...

AGUSTINA
Es que esperamos...

ALIFONSO
¿Qué es eso de contestar? (Aparte) Ahora me las paga todas juntas. (Iracundo) ¡Vamos! ¡Adentro!

AGUSTINA
(Protestando) Pero es que...

ALIFONSO
¡Pronto! ¡Ejém! ¡Ejém! (Les hace entrar a puntapiés, en el mesón) ¡Hay que respetar mi principio de autoridad!

HINOJOSA
Veo que eres como yo. Un carácter enérgico.

ALIFONSO
¡Oh! ¡No lo sabéis bien!

HINOJOSA
No es preciso que me lo digas. Yo a tí... te conozco.

ALIFONSO
(Quedando de una pieza) ¿Eh?

HINOJOSA
Tú eres un valiente.

ALIFONSO
(Aparte) ¡Anda! Pues no me ha conocido.

HINOJOSA
Y eso me aleara, porque para el servicio que hemos de llevar a cabo, necesito un hombre que lleve bien puestos los pantalones.

ALIFONSO
¿Ah, si? (Aparte) Ya ha notao lo del cinto.

HINOJOSA
La verdad es que, entre unas cosas y otras, nos están dando una noche... Todo se vuelven órdenes, ir y venir... Reconozco que se está poniendo esto de un modo, que no se puede ser golilla.

ALIFONSO
Y si no, que me lo dirán a mí.

HINOJOSA
Os debe hacer falta tener una correa...

ALIFONSO
¡Oh, lo que es a mí, no os podéis figurar!...

(Sujetándose el pantalón, que se le cae)

HINOJOSA
Ya ves ahora. Se le ka ocurrido a Godoy ir esta noche a la verbena de San Juan, y allí es a donde tenemos que ir tú y yo. ¡Nada menos que al Parador de Pedro el Naranjero, nido de borrachos y de conspiradores! Y que ya sabes: allí no puede entrar un golilla, porque le mantean.

ALIFONSO
¿Mantearme a mí?

HINOJOSA
En cuanto llegues.

ALIFONSO
(Asustado) ¡Demontre!

(Llega Don Lolo por el arco, como para dirigirse al mesón)

D. LOLO
¿Señores míos?...

ALIFONSO
(Aparte) ¡Don Lolo aquí! Como pueda lo meto en la cárcel.

HINOJOSA
¿Hacia donde os encamináis?

D. LOLO
Me guía el amor de la adorable Castañuela.

HINOJOSA
¿Y perdéis ahora vuestro tiempo en amoríos? ¡Mejor fuera qué ayudaseis a la justicia!

D. LOLO
¿En qué puedo yo servirla?

HINOJOSA
Puesto que sois vos quien mejor conoce a don Diego de Mora, disponeos a ir por una ronda de alguaciles, para que procedáis a su busca y captura.

D. LOLO
¿Yo por una ronda? (Trémulo) ¿Pero, señor!...

HINOJOSA
¡Es preciso dar con el rastro de ese hombre, antes de que amanezca!

D. LOLO
(Apuradísimo) ¿Y cómo doy yo con el rastro?

ALIFONSO
No tenéis más que ir por la ronda.

HINOJOSA
¡Claro!

D. LOLO
¡Y pensar que la culpa de lo que nos pasa la tiene ese maldito mesonero!...

ALIFONSO
Ah, ¿si?

HINOJOSA
En eso lleváis razón; pero dejadlo, que ya las pagará todas juntas.

ALIFONSO
No; ya... ¡ya las está pagando!... (Aparte) Yo voy a ver si los aplaco... El caso es que yo he oído decir que el tal Alifonso, el mesonero... es... vamos, que en el fondo es una buena persona.

D. LOLO
(Indignado) ¿Buena persona ese bellaco?

HINOJOSA
(Iracundo) ¿Ese bergante?

ALIFONSO
(Aparte) ¡Pero qué de simpatías tiene uno!

HINOJOSA
¡No quisiera más que tenerle al alcance de mis puños! ¡Mira! Entra en el mesón, y, con cualquier pretexto, le haces que salga aquí contigo.

D. LOLO
¡Bien pensado!

ALIFONSO
(Perplejo) ¿Que salga aquí... con... conmigo?

HINOJOSA
Si, hombre, sí; contigo.

ALIFONSO
(Aparte) Pero, ¿cómo vamos a salir los dos juntos...? (Medio mutis al mesón y vuelve) Bueno... pero, es que... creo qué no acostumbra a salir de noche.

HINOJOSA
¡Lo sacas de la cama! Que no me voy satisfecho sin darle su merecido.

D. LOLO
¡Ni yo!

ALIFONSO
¡Ni yo tampoco!

HINOJOSA
Y eso que bastante tiene con que le juzguen nada menos que por encubridor.

ALIFONSO
(Aterrado) ¿Qué me van...?, digo, ¿que le van a juzgar por encubridor?

HINOJOSA
Mañana sin falta.

ALIFONSO
(Súbitamente) ¡Ah, pues vámonos de aquí ahora mismo! ¡Al Parador del Naranjero! ¡Adonde sea!

HINOJOSA
¡Oh! ¡Me entusiasma este hombre! ¡Dame un abrazo! (Le abraza, y se le empiezan a caer a Alifonso los pantalones)

ALIFONSO
(Aparte) ¡Ay, que se me caen!

HINOJOSA
Con esa diligencia que tienes para todo, se puede ir contigo a cualquier parte. ¡Vamos! (Mutis foro derecha)

ALIFONSO
Dice que tengo... ¡Si tuviera yo una diligencia, mañana estaba en el extranjero!...

(Váse tras Hinojosa)

D. LOLO
Ahora yo, a convencer a Castañuela (Inicia el mutis al mesón. Salen Colasilla y Teófilo)

COLASILLA
¿Pero es que no vais por los golillas, como os han ordenado?

TEOFILO
A vos, más que a nadie, os conviene que don Diego no esté libre.

D. LOLO
¿A mí?

COLASILLA
Le habéis delatado, y no es don Diego hombre que llegue a perdonar eso.

TEOFILO
Dé seguro que a éstas horas ya estará buscándonos para vengarse.

D. LOLO
(Aterrado) ¿Cómo? ¿A mi? ¿que me va a...? ¡Pues ahora mismo voy y...! (Inicia el mutis hacia el foro)

COLASILLA
¿Os atrevéis a ir solo?

D. LOLO
¡Y sin perder la serenidad! ¿Qué os habéis creído?

TEOFILO
¿Pero no vais por los golillas?

D. LOLO
(Gritando con todas las fuerzas) ¡¡Golillas a mí!!... ¡¡Golillas a mí!!... no me hacen falta. ¿Lo habéis oído? ¡¡¡A mí los golillas!!!, me sobran... ¡¡¡A mí los golillas!!!...

GOLILLA 1°
(Por el arco, con golilla 2°) ¿Llamabais, señor?

D. LOLO
(Indignado) ¿Cómo? ¿Llamar yo a nadie? Pero bueno; ya que estáis aquí, venid conmigo, y así seréis testigos de que voy completamente solo. (Váse con los golillas)

TEOFILO
Y ahora nosotros, a preparar la huida.

COLASILLA
Sí, pero espera... (Retozando) Oye... Ahora que estamos solos... ¿Es verdá que te has enamorao de mí?

TEOFILO
Como un bárbaro. Como un bárbaro de los del Norte, ¡claro! Mira lo que tengo ya hecho... Bueno, no te los puedo enseñar, porque los he dejao en el otro traje.

COLASILLA
¡Ay! ¿Qué es? ¿Qué es?

TEOFILO
Los planos de nuestro panteón. Donde nuestras momias se mirarán eternamente, como los amantes de Teruel.

COLASILLA
Pero, ¿qué estás diciendo?

TEOFILO
Que estoy decidido a que también nosotros seamos unos amantes célebres, para que las generaciones venideras repitan estos nombres: Nicolasa y Teófilo.

COLASILLA
¡Ay, qué bonito!

TEOFILO
Y para eso, nuestro amores tienen que ser: Heróicos, como los de Hero y Leandro; encendidos, como los de Abelardo y Eloísa, y puros como los de Romeo y Julieta.

COLASILLA
¡Ay, sí! ¡Puros y encendidos!

TEOFILO
¡Calla, Colasa! Para pasar a la posteridá nos hace falta buscar alguien que se oponga a nuestro cariño. ¿Se opondrán tus tíos?

COLASILLA
¡Cá hombre! ¡Si están deseando que les pidas mi mano!

TEOFILO
Entonces no me sirven. Porque si me conceden tu mano. ¿con qué pretexto te enveneno yo?

COLASILLA
¿Envenenarme a mí?

TEOFILO
¿O es que prefieres el puñal?...

COLASILLA
Lo que yo prefiero es que nos casemos en seguida.

TEOFILO
¡Alto! ¿Cómo casarnos? Que yo sepa, a esa desgracia, no ha llegao ningún amante célebre. (Rumores dentro) ¡Pero, calla! (Va al foro) Son los dragones que vienen a dar serenata. ¡Y entre ellos, don Diego, disfrazado!...

COLASILLA
¡Es un valiente!

TEOFILO
Vamos a avisar a Castañuela.

COLASILLA
Vamos. ¡Pero buena está con él, por lo que le han dicho! (Entran en el mesón)

(Música)

(Suenan dentro redobles de tambores. Entras en escena por las bocacalles, vecinas y vecinos que se disponen a escuchar la serenata y que al final Lacen mutis delante de los soldados. Por la izquierda del arco, llega la banda de cometas y tambores y después los soldados, que llevan farolillos de retreta. Entre ellos, Don Diego de Mora)

DRAGONES
Dragones del Rey,
serenata damos hoy,
porque es ley
un capricho de Godoy;
y yo soy
cumplidor de la ordenanza,
como buen dragón del Rey.
El mirar
de unos ojos de mujer,
ha de hacer
qué canten hoy la serenata
los dragones del Rey.

DIEGO
Sé que expongo mi vida por verte.
mi vida por verte,
a la luz de la luna.
¿Qué me importa buscar hoy la muerte,
buscar hoy la muerte,
si hallé mi fortuna...
Porque toda mi suerte es quererte
como sólo se quiere una vez...
Sé que expongo mi vida por verte,
mi vida por verte,
divina mujer,

DRAGONES
(Pianísimo)
Dragones del Rey,
serenata damos hoy,
porque es ley
un capricho de Godoy;
y yo soy
cumplidor de la ordenanza,
como buen dragón del Rey.
Dragones del Rey,
a unos ojos de mujer
me rendí,
y para siempre en sus miradas
prisionero me vi.

(Con brío)

Dragones del Rey;
del amor esclavo soy,
y es mi ley;
porque siendo Amor el rey,
hoy por hoy
manda el amor más que Godoy.

(Mutis desfilando por la derecha)

(Hablado)

(Vuelve a escena don Diego de Mora, como ocultándose, y se dirige al mesón. Cuando va a entrar en é1, aparece en la puerta Castañuela, cortándole el paso)

CASTAÑUELA
¿Qué es lo aquí buscáis?

DIEGO
(Extrañado) Vengo por tí.

CASTAÑUELA
Mucho me extraña que perdéis momentos de poder cortejar a vuestra dama.

DIEGO
¿Qué es lo que dices?

CASTAÑUELA
Que conozco el cuento de Godoy... y del odio y la venganza por robarte tan amor.

DIEGO
¡Calla!... Te ruego que no hables de esa historia que no sabes.

CASTAÑUELA
Sé que era una mujer. Sobra con eso.

DIEGO
¿Quién te pudo decir?...

CASTAÑUELA
Medias palabras; que para adivinar, bastan los celos. (Pausa)

DIEGO
(Muy íntimo)
En un convento de Madrid, famoso por su reloj de amor, que toca a muerto recordando de un rey enamorado los pesares y los remordimientos..., una novicia, blanca como él lirio de su hábito monjil, calla el secreto del amor de un malvado, y reza, y llora, y ha puesto en Dios su amor más verdadero.

CASTAÑUELA
¿Te atreves a decirme?

DIEGO
Sólo digo que quiero a esa mujer, y que aborrezco al hombre que, manchando su pureza, tras de robar amor, pagó en desprecio. ¡Tan hondo es mi rencor, que cada día se me entra por el alma más adentro!

CASTAÑUELA
¡Como la amabas!...

DIEGO
(Reconcentrado) ¡Es mi hermana!

CASTAÑUELA
(Estupefacta) ¡Hermana!...

DIEGO
¡Y no he de de perdonar!

CASTAÑUELA
(Haciendo la transición) Deja tu empeño. ¡Piensa que está muy alto tu enemigo!

DIEGO
¡De tan alto caerá!

CASTAÑUELA
¡No! ¡Ven! Huiremos mientras Godoy me aguarda en la verbena...

DIEGO
¡Explica, por favor, qué estás diciendo!... ¿Que él te aguarda?..,

CASTAÑUELA
Ha ordenado que me lleven al Parador de Pedro el Naranjero, donde hay fiesta de majos y manolas y ganarme por majo se ha propuesto.

DIEGO
¿Conque piensa ir allí? Pues preparadlo todo para escapar, que pronto vuelvo.

CASTAÑUELA
¿Qué vas a hacer?

DIEGO
¡Probarle que si es majo, va a ganarle en majeza un caballero!

CASTAÑUELA
¡No!

DIEGO
¡Suelta!

CASTAÑUELA
¿A donde vas?

DIEGO
¡Voy por su vida al Parador de Pedro el Naranjero!
(Mutis foro)

CASTAÑUELA
¡Se va…! ¡Favor!

AGUSTINA
(Saliendo del mesón, seguida de Colasilla y Teófilo) ¡Hija!

RONDEÑO
(Por el foro) ¡Déjale, que fuera de aquí está en salvo!

AGUSTINA
¿Por qué?

RONDEÑO
Porque ahí vienen todos: pueblo, toreros y majos.

CASTAÑUELA
¿Y qué pretenden?

RONDEÑO
¡Salvarte!

AGUSTINA
¿Eh? ¿Qué hiciste?

RONDEÑO
¡Amotinarlos contra Godoy!... (Murmullos dentro)

TEOFILO
¡Ya vivimos en plena Historia!

COLASILLA
¡Dios santo!

CASTAÑUELA
¡Una calesa! ¡En seguida!

RONDEÑO
(Yendo Lacia el foro)
¡Ya llegan!

(Dentro, silbidos, gritos, cristales rotos, etc.)

COLASILLA
¡Ay!

AGUSTINA
(Sujetando a su hija) ¡Quieta!

RONDEÑO
(Dirigíéndose a los que vienen) ¡Hermanos!...

CASTAÑUELA
¡Ahora es cuando Castañuela baja de verbena al Prado!

(Música)

(Cruzan por detrás del arco —de izquierda a derecha— como huyendo cómicamente, los golillas 1º y 2º y más tarde Alifonso, al que se le caen, casi por completo los pantalones. Figura que el pueblo les persigue, arrojándoles piedras. En seguida, por la derecha del arco, entran en escena majos, toreros, estudiantes, mujeres, todos «a actitud de revuelta)

CORO
¡Abajo los golillas
que sirven al tirano;
los quiero ver con tejas
colgados de un tejado!
¡Aquí no hay quien imponga
su voluntad al barrio!
¡Abajo el Choricero,
y todos sus lacayos!

(Recitado sobre la orquesta)

(Aparecen unos golillas, con las espadas desenvainadas)

GOLILLA
¡A ellos!

PUEBLO
¡Fuera!... ¡Fuera!

GODOY
(Por la derecho)
¡¡Quietos!! ¿A qué son los gritos?

(Dominando la situación)

Majos, ¿por qué es la revuelta?

RONDEÑO
No es revuelta, don Manuel;
es que venimos... ¡por ella!

GODOY
¿Y si os la entregara yo,
qué haríais?

RONDEÑO
Lo que ella quiera.

GODOY
Entonces tú eres quien manda;
contéstales. Castañuela.

CASTAÑUELA
Pues ya está dicho: ¡que bajo
esta noche a la verbena!

RONDEÑO
A la verbena irás hoy,
por tu gusto, no a la fuerza.
Rodeada de los tuyos,
como maja y como reina;
que el corazón de los majos,
y la sangre de sus venas,
irán a tu lao, pa darte
su compaña y su defensa.
¡Pena a la vida al usía,
si pa ofenderte se acerca!

(Murmullos de asentimiento, que corta Godoy)

GODOY
Llevadla a la fiesta, majos;
llevadla como a una reina.
Caleseros, preparadle
como un trono, su calesa;
que iluminen los balcones,
que resuenen las cometas;
llenad de flores la calle,
para que pise sobre ellas...
Pero dejadme decirle:
¡Hasta luego, Castañuela!
Que no hay majo que me impida,
como hombre, ir también por ella,
y bajar, para ganarla,
esta noche a la verbena.

(Fuerte en la orquesta. Godoy ofrece el brazo a Castañuela para conducirla hasta la calesa que le han preparado en el fondo. Castañuela le rechaza, cogiéndose del brazo del Rondeño)

DRAGONES
(Cantan dentro)
Dragones del Rey,
serenata damos hoy,
porque es ley
un capricho de Godoy;
y yo soy
cumplidor de la ordenanza,
como buen dragón del Rey.

(Salen a escena y forman)

CASTAÑUELA
(Desde la calesa)
Dragones del Rey,
al amor que va a triunfar, saludad;
y suenen hoy en la verbena
cantos de libertad. ¡Ah!

TODOS
Dragones del Rey;
del amor esclavo soy,
y es mi ley;
¡porque siendo Amor, el rey,
hoy por hoy
manda el amor más que Godoy!

(Todos despiden a Castañuela. Los hombres, agitando sus sombreros. Cuadro y telón)


FIN DEL ACTO SEGUNDO


ACTO TERCERO

Patio del Parador de Pedro el Naranjero, durante la noche en que te celebra en el Prado la verbena de San Juan. Al foro derecha, gran puerta el paseo, que se ve vivamente iluminado con farolillos y adornos de fiesta popular. En el foro izquierda, otro portón que comunica con la sala baja, donde se canta, se baila y se bebe. El forillo de ésta, vivamente iluminado. En los laterales cuerpos del edificio. En la derecha, en primer término, puerta de dos hojas que abre hacia el público, y otra a continuación. En primer término de la izquierda, puerta baja de una carbonera y en segundo, escalerilla y puerta, todas practicables. Emparrado, tiestos, mesas, taburetes, etc. Aunque es de noche, mucha luz de dos grandes farolas, adosadas a las paredes laterales. En el transcurso del acto, amanece.

(Música)

(Cantan a telón corrido, lo siguiente)
Si vas a la verbena
buscando novia,
ten cuidao, que hay mujeres
muy engañosas.
Si hace al fin que visites
la Vicaría,
¡si San Juan te la dio,
que San Pedro te la bendiga!

(Se levanta el telón, ofreciéndose un cuadro animadísimo de color. En escena Manolas, Majos, Chisperos, Estudiantes, etc.)

TODOS
Bebamos y cantemos,
que es noche de San Juan;
si el santo nos ve tristes, se molestará.

(Rumor de voces dentro, risas, pregones, etc.)

Ya están las aguadoras
de vuelta para acá.
¡A ver qué maña tienen para sonsacar!
¡Míralas aquí!
¡Valen un platal!

(Por el foro entran Colasilla y las Aguadoras)

COLASILLA
Da él agua tan fresca la fuente del Prado,
que todo sediento la quiere beber.
Y algunos me dicen que no se han calmado,
que sólo mis besos les quitan la sed.

AGUADORAS
Aguadora —nos dice la gentes—
logro en la Fuente
calmar este ardor,
bien podrás pregonar por el Prado
que el agua ha logrado
milagros de amor.

COLASILLA
Es mejor vuestra sed no apagar,
es mejor el miraros pasar...
pues no sé si después,
saldríais al mes
por pies.

AGUADORAS
Es mejor etc. etc.

COLASILLA
Oculta secretos la Fuente del Prado,
y tienen sus aguas extraña virtud
que alivia las penas y borra el picado
y da la alegría de la juventud.

AGUADORAS
Los secretos que dice la gente
que sabe la Fuente,
son todos de amor,
y los hombres acuden por eso,
en busca de un beso
que calme su ardor.

COLASILLA
Es mejor vuestra sed no apagar
etc. etc.

(Repiten y mutis de Colasilla y Aguadoras, por el foro)

(Hablado)

(Sale Pedro el Naranjero por la izquierda)

PEDRO
¡Bien por las coplas! Ahora,
salid un momento al Prado
pues nos conviene evitar
que adviertan lo que tramamos.
¡Que crean que el Parador
arde en fiestas!... Entre tanto...
preparad las armas, y
los corazones.

UN MAJO
(Con entusiasmo) ¡Lo estamos! (Asienten los majos)

PEDRO
¡Cuando venga el Favorito
será ocasión de probarlo!

(Mutis los Coros por el fondo. Pedro se dirige a la primera derecha)

Salid al patio.

DIEGO
(Saliendo) ¿No hay nadie?

PEDRO
Podéis hablar si cuidao.

DIEGO
¿Lo has dispuesto todo?

PEDRO
Pedro
el Naranjero me llamo
y tóos los que me conocen
saben bien que no soy manco.

DIEGO
Emborráchales de vino.

PEDRO
¡Si ya lo están de entusiasmo!
En cuanto entre aquí...

DIEGO
¡Tú odias
a Godoy?...

PEDRO
¿No os he contado
por qué aborrezco a los nobles?

DIEGO
Nunca...

PEDRO
Es historia de antaño.
Yo enamoré a la manola
mas codiciada del barrio
de Maravillas: Mariana,
la Salerosa... Y ya estábamos
a punto de ir a que un fraile
nos echase el santo lazo,
cuando se cruzó...

DIEGO
(Impaciente) Bien, pero...

PEDRO
Se me cruzó un currutaco
viejo y rico, y sus dineros
que no él, me la robaron.
Desde entonces... ¡Ay, Mariana,
cuanto llevo yo pasao!
Por eso es mi odio a los nobles:
por él.

DIEGO
¡Más vale olvidarlo!

PEDRO
¡Eso nunca! Usía es bueno,
y la historia me ha escuchao;
porque, eso sí: no la cuento
a nadie, pero empezando...
si hay uno que me interrumpa,
no tiene perdón... ¡Lo mato!

DIEGO
Ahora no se trata de eso.
De España es Godoy tirano,
y el deber de los patriotas...

PEDRO
¡Vaya usía descuidao,
que hoy habrá más que boleros
en la verbena del Prado!...

(Mutis don Diego por la escalera de la izquierda)

RONDEÑO
(Por foro derecha)
Buenas noches.

PEDRO
¡Rondeño!

RONDEÑO
No vengo solo.

(Hace señas al foro, y entran el Caireles y varios majos embozados en sus capas)

DIEGO
¿Son de los nuestros?

RONDEÑO
¡Claro!

PEDRO
¿Vienen...?

RONDEÑO
A todo
lo que haga falta, pero
quién estar solos.

PEDRO
Que entren en ese cuarto.

(Primero derecha. Entran los Malos a una señal de Caireles)

¡No serán pocos!
No extrañes raí pregunta;
siento tal odio
por los nobles...

RONDEÑO
No sigas,
que ya conozco
tu historia.

PEDRO
(Asombrado) ¡No es posible!
En lo más hondo
de mi pecho la guardo...
Soy rencoroso,
y a nadie se la cuento
porque no es propio
el hablar de ello, mientras
que viva... el otro.

RONDEÑO
(Con cierta guasa)
Pues sí; me la contaste
yendo con Zoilo,
y otra vez en la fiesta
de San Antonio.

CAIRELES
Y otro día a Frasquito,
y otro al Pecoso.

PEDRO
(Queriendo cambiar la conversación)
Bueno, ¿les llevo vino?

RONDEÑO
Beben muy poco.

(Inician el mutis. El Caireles lo hace)

PEDRO
De manera que estamos...

RONDEÑO
Estamos todos.

PEDRO
Y en cuanto Godoy llegue...

RONDEÑO
¡Le coge el toro!

(Váse Pedro el Naranjero por secunda derecha. Por foro izquierda, entra en escena Castañuela)

CASTAÑUELA
(Al verle)
¡Rondeño! ¿Al fin llegaste?

RONDEÑO
Sí, Castañuela...

CASTAÑUELA
¿Qué hacías?

RONDEÑO
Pasearme
por la verbena...
Pero, ¿y tú...? ¿Qué te pasa?

CASTAÑUELA
Que tengo miedo...
Aquí todos se miran,
fruncen el ceño,
hablan unos con otros,
esperan algo...
¡y me llenan el alma
de sobresalto!

RONDEÑO
¿Y qué temes que ocurra?
(Ligera pausa)
¿No me respondes?

CASTAÑUELA
Rondeño... yo...

RONDEÑO
¡Muchacha!
¡Vamos, no llores!,.
Arroyo de aguas puras
eran tus ojos,
y yo veía claro
tóo lo del fondo...;
pero ahora, si los miro,
salta una duda,
tal vez por ese llanto
que los enturbia.
Contéstame... Al oído,
como otras veces:
Castañuela... esta noche,
¿qué es lo que temes?
¿Es que ves un peligro
pa tu don Diego...

(Mas bajo, en tono muy confidencial)

o es que tiemblas por otro...?

CASTAÑUELA
(Como a quien le descubren su secreto)
¡Calla, Rondeño!

RONDEÑO
Dudas... y no lo sabes
y te atormentas...
¡Tú misma te preguntas
y te contestas!..:
¿Por qué quise esta noche
bajar al Prado;
por burlarme de un hombre,
o por salvarlo...?

CASTAÑUELA
¡Rondeño!...

RONDEÑO
No te apures,
ni te avergüences...
¡Muchas veces sueña uno
lo que no quiere!...
Pero dímelo todo...
¡lo más secreto!,
o si no..., no lo digas,
que ya lo entiendo.

(Inicia el mutis por primera derecha)

Por si me necesitas,
estaré alerta;
que, al final, ha de hacerse
lo que tú quieras.
Y al corazón pregunta,
que si él responde...
¡yo encontraré remedio
pa que no llores! (Váse)

(Música)

CASTAÑUELA
(Como luchando consigo misma)
Pregunto muy quedito a mi corazón,
si es que le quiero...
Sueño embustero,
¡huye, vaya, quítate!,
que quiero a mi chispero,
y jamás le olvidaré,
¡no, no, no, no, no, no,
no, no le olvidaré!..
¡Vete ya! ¡Déjame!
No fue su gallardía lo que me rindió.
ni su bravura...
Honda amargura,
¡huye, vaya, quítate!,
Ha sido una locura
que mañana olvidaré,
¡No, no, no, no, no, no,
no la recordaré!...
¡Vete ya! ¡Déjame!
Mañana su recuerdo se me borrará
con la alearía...
¡Ay, pena mía,
huye, vaya, quítate!...
Adiós sueño de un día,
nunca te recordaré...
¡no, no, no, no, no, no,
no te recordaré!...
¡Vete ya! ¡Déjame!
¡Ay, malhaya mis ojos
que le miraron!
¡ay, malhaya los suyos
que me engañaron!...
Olvidar quiero ahora
la pena mía...

(Casi llorando)

¡Venga alegría!
¡Venga alegría!
Olvidar quiero ahora
la pena mía!...
¡Venga alegría!
¡Venga alegría!
Sueño de un día,
que amor mentía...
¡ah, huye, vaya, quítate!
¡Reír, y no soñar!

(Váse foro izquierda)

(Hablado)

(Por foro derecha llegan Colasilla y Teófilo forcejeando)

COLASILLA
¡Suelta!

TEOFILO
¡Que no te tolero
que vayas a vender agua!

COLASILLA
¿Es que te molesta el traje?

TEOFILO
No, señor; que estás muy guapa,

COLASILLA
¿Sí?

TEOFILO
¡Demasiao! Lo molesto
es verte con la comparsa
de aguadoras, prodigando
en la verbena tus gracias.

COLASILLA
Teófilo, eres celoso
y esa es condición muy mala,
pues los celos tién la culpa
de muchísimas desgracias.
Repasa la Historia...

TEOFILO
(Indignado)
¡No!
¡No consiento ni mentarla!

COLASILLA
¿Pues no decías...?

TEOFILO
¡Cambié
mi opinión equivocada!
La Historia está hecha de cuentos,
líos, embustes, patrañas...
Todos los historiadores
son criticones sin gracia,
son comadres de plazuela,
son chismosos sin entrañas.
¡Al diablo César Cantú!
¡Abajo el Padre Mariana!
¡Desdé que los he leído
tóo se me vuelven desgracias!

COLASILLA
¿Ah, si? Pues pa que lo sepas:
de tí, es lo que me gustaba.
Cuando andabas por la Historia
como Pedro por su casa,
y me hablabas de los reyes
con tantísima confianza.
¡Yo que soñé ser señora...
y me quedé con las ganas!

TEOFILO
Tú lo que eres, es... ¡coqueta!

COLASILLA
¿Yo?

TEOFILO
Como lo eran: Cleopatra,
Margarita de Borgoña,
Doña Florinda la Cava,
Inés Sorell, Catalina
de Rusia y Doña Beltrana.
Y como no quiero verme
burlado, como se narra
que lo fueron: Putifar,
Luis catorce, Atila, Wamba,
Enrique cuarto el doliente,
y otras testas coronadas
que no sigo mencionando
porque la lista es muy larga...
¡¡hemos terminao!!

COLASILLA
¿Ah, sí?

TEOFILO
¡No me caso!

COLASILLA
¿No te casas?
¡Toma! (Le da una bofetada)

TEOFILO
¡En nombrando la Historia,
me gano una bofetada!
Pero ahora, el que me hable a mí
de la Historia... ¡¡se la gana!!

AGUSTINA
(Que entra agitada por foro derecha)
Colasilla, dime: ¿has visto
a tu tío?

COLASILLA
Cuando entraba
con el señor Hinojosa,
un momento.

AGUSTINA
¿Y después?

COLASILLA
Nada.

AGUSTINA
¡Pues nadie le ha visto!

TEOFILO
Nadie;
y más vale así, que es fama
del Parador, que golilla
que entra en él, acaba en mantas.

AGUSTINA
¿Mantearle al pobrecito?
(Zarandeándole)
Si ocurre eso... ¡me las pagas!

COLASILLA
¿Mirasteis en la verbena?

AGUSTINA
Llevo aquí dos horas larcas;
dos veces recorrí el Prado,
otras dos he vuelto a casa,
y pregunto, y nadie sabe
de Alifonso una palabra.

COLASILLA
Vamos dentro; Castañuela
pué que esté más enterada.

AGUSTINA
¡Ay! El corazón me dice
que ha ocurrido una desgracia.

(Mutis foro izquierda)

COLASILLA
(Haciéndole burla a Teófilo)

TEOFILO
¡Me iré con las aguadoras!
(Váse tras de Agustina)

ALIFONSO
¡Loca, como doña Juana!

(En este momento, se abre la puerta del primero izquierda, que en la puerta laja de la carbonera, y asoma casi a gatas, con el traje de golilla del acto anterior, muy tiznada la cara de carbón, Alifonso, que exclama en voz baja)

ALIFONSO
¡Te... Te...! ¡Teófilo!

TEOFILO
(Asombrado) ¿Eh? ¡Alifonso! ¿Vos en la carbonera?

ALIFONSO
Hace hora y cuarto. ¡Estoy ya negro! Ahora que a mí, no me mantea esa gente.

TEOFILO
Habéis hecho bien. ¿De modo que habéis oído todo?

ALIFONSO
Por la gatera

TEOFILO
¡Cuidao! Ocultaos, que viene el Naranjero.

ALIFONSO
¡Cáscaras! (Se oculta de nuevo en la carbonera)

PEDRO
(Entrando por donde hizo mutis) Empiezo a estar inquieto. ¡Ese hombre se está haciendo esperar demasiao!...

MELLAO
(Un sujeto con cara de matón, por foro izquierda)
¡Pedro! ¡Pedro!

PEDRO
¿Qué pasa?

MELLAO
A ver lo que hacemos con el perro, que está más furioso que nunca. Acaba de morder a tres parroquianos...

PEDRO
Que no está acostumbrao el animal a estos barullos. Con estos perros de presa, hay que andarse con cuidao. Tráelo y le meteremos ahí, en la carbonera. (Mutis el Mellao)

TEOFILO
(Aterrado) ¡En la Carbonera!

ALIFONSO
(Sale demudado) Esto sí que no lo aguanto. ¡Ea! ¡Se acabó el carbón!

PEDRO
¿Cómo? ¡Un golilla en mi casa! ¡Ahora verás! (Va Lacia el foro izquierda, como para llamar) ¡Muchachos!

TEOFILO
(Deteniéndole) ¡No! No llaméis, que este hombre no es un golilla.

PEDRO
¿Qué dices?

ALIFONSO
No, señor; soy un paño de lágrimas.

TEOFILO
Se ha tenido que disfrazar así y esconderse,
porque le persiguen por encubridor.

PEDRO
¿Cómo? ¿Es uno de nuestra causa? ¡Entonces, a mis brazos, hermano! (Le abraza fuerte)

ALIFONSO
(Aparte) ¡Ay! ¡Qué bárbaro! ¡Cómo aprieta!

PEDRO
¿Conque eres uno de los oprimidos?

ALIFONSO
(Medio asfixiado) Sí, Señor.

PEDRO
Yo también odio a los tiranos... ¿Y sabes por qué?.. Te voy a contar la historia...

ALIFONSO
Teófilo, acércate, que a tí te interesará esto que va a decimos de la historia...

TEOFILO
¡No quiero saber nada de la Historia!

PEDRO
¿Cómo? ¿Es que te niegas a escuchar?..

TEOFILO
¡Si, señor!

PEDRO
¿A mí? ¡No ha habido quien! ¿Lo oyes? ¡No ha habido quien! (Saca un puñal, amenazador)

TEOFILO
¿Eh?

ALIFONSO
¡Por Dios, don Pedro!

PEDRO
¡Siéntate ahí! ¡Y tú también!

ALIFONSO
Si, señor. ¡No faltaba más!

PEDRO
¡Ahora me vas a oír la historia cé por bé!

TEOFILO
¿Qué Historia?

PEDRO
¡La de Mariana!

TEOFILO
(Levantándose perplejo) ¿La Historia de Mariana?

PEDRO
¡Cé por bé!

ALIFONSO
(Aparte a Teófilo) Pero hombre, déjale que nos la cuente.

TEOFILO
¡Es que son veintiocho tomos!

PEDRO
Yo enamoré a la manola más codiciada del barrio de Maravillas, y ya estábamos...

MELLAO
(Por foro izquierda) Pedro, Pedro.

PEDRO
¿Qué pasa?

MELLAO
¡Una riña!

PEDRO
Sujétales, que ahora voy a pegarles a los dos.

(En este momento entran por foro izquierda Castañuela e Hinojosa. Les siguen algunas mujeres)

HINOJOSA
Te empeñas en estar entre esta gentuza, y nos pesará.

(Van a cruzar a la mesa de la derecha, cuando se le acerca Pedro, y le dice:)

PEDRO
¡Garrida moza!

MELLAO
(Burlón) ¡Y muy gallardo el galán!

HINOJOSA
(Quemado) Ya empezaron las chanzas.

PEDRO
No enfadarse, que es peor; cuando veo una maja como ésta... (Aparece Godoy en e1 fondo)

CASTAÑUELA
(Con aire de desafío) ¿Qué?...

PEDRO
Que yo... (Intentando abrazarla)

GODOY
(Avanza y le empuja) ¡Atrás!
A una maja,
se le rinde pleitesía
cuando son hombres los que hablan.
A una maja,
se debe ir sombrero en mano,
porque es mujer, y hay que honrarla.

PEDRO
¿Y ha de pedir permiso
quien piense requebrarla?

HINOJOSA
Ha de pedir...

GODOY
¡Silencio!
Y escucha dos palabras:
¿No sabes lo que debe
decírsele a una maja?
¿Y tú eres majo, y llevas
al brazo una guitarra?

(Arrebatándosela)

¡Trae! ¿Para qué te sirve?
¡Oye como se le habla!

(Música)

Yo quisiera decirte
que son tus ojos
fuego que abrasa;
que tu boca es un nido,
donde los besos
buscan tu alma.
¡Yo quisiera decirte lo que te quiero
con mi guitarra!
Oyela como suspira;
mi corazón puse en ella,
y por eso cuando canta,
de amor y deseo, tiembla.
Oyela como bravía,
ruge de celos y llora,
si piensa que otro hombre puede
dar un beso en esa boca...
Mi maja morena,
la de ojos color de pena;
manola bravía,
la reina que yo querría,
y en la verbena
la enlazaría
con la cadena
de mí querer.
Mi maja morena,
la de ojos color de pena...
Si logro tus besos tener,
con un gesto fiero,
hoy al mundo entero
le diré que muero
por tu amor, mujer
¡No seas ingrata —que mata
con sus desdenes una mujer!

(Hablado)

TEOFILO
(Entusiasmado)
¡Olé y viva tu...!

HINOJOSA
¿Cómo?

TEOFILO
No, no; no he dicho nada.

PEDRO
(A Godoy)
¡Muy bien cantao!... Ahora,
contéstale tú, maja.

(Le da la guitarra)

CASTAÑUELA
Pero ha de ser... a él solo.

PEDRO
Es que...

CASTAÑUELA
¡No valen chanzas!

GODOY
¿Lo habéis oído?... ¡Solo!

HINOJOSA
(Asustado)
¡Solo!

(Empiezan a hacer mutis todos)

PEDRO
(Aparte) ¡Quedó flechada!

ALIFONSO
(A Hinojosa)
Vámonos, que sobramos.

HINOJOSA
Ya lo sé. ¡En cuanto hay faldas!

(Mutis de todos. Cuando quedan solos, Castañuela le dice con gran agitación)

CASTAÑUELA
(En tono reconcentrado)
¡Marchaos! ¡Escapad! ¡Huid aprisa.
antes de que sea tarde!
¡Corréis un gran peligro!

GODOY
¿Y cómo quieres
que viéndote me marche?

CASTAÑUELA
¡Os costará la vida!

GODOY
¡Si es la muerte
el precio de mirarte...
aún me parece poco!

CASTAÑUELA
(Llorosa) ¡Aquí os acechan
gentes por todas partes!

GODOY
(Transición)
Yo venía dispuesto a todo. ¡A todo, menos a ver que lloras por salvarme! Traía un mal amor dentro del pecho, y ahora logran tus lágrimas cambiarle... Dueña eres de mi vida y mis destinos. ¿Cómo puedo ganarte?... ¿Quieres que suba a donde suba otro hombre, o, por ser tú del pueblo, al pueblo baje?

CASTAÑUELA
¡Por favor, escapad!

GODOY
¡No! No me pidas
que me vuelva cobarde.
Lejos de tí, tal vez, pero a tu lado...
¡no me da miedo nadie!

CASTAÑUELA
(En voz muy baja, con temor. En este momento asoma Don Diego por la izquierda)
Varios hombres ocultos nos escuchan; juraron daros muerte hace un instante, y aguardan la señal, tras de esa puerta. (Señalando la del lateral derecha)

GODOY
¿La muerte está ahí detrás? ¡Pues no es galante esperar a que venga! Un caballero debe salir a recibirla, (Va a la puerta, la abre y dice) ¡Pasen los valientes que aguardan escondidos! Yo les espero aquí. ¡Pueden matarme!

(Sale el Caireles con los Majos. Tras ellos, el Rondeño)

DIEGO
(Avanzando)
¡Ellos no, que estoy yo aquí!

RONDEÑO
(Rápidamente, a los suyos)
¡Tirad al suelo las capas!

(Obedecen los majos, dejando ver sus uniformes de dragones)

DIEGO
(Estupefacto)
¡Eran dragones del Rey!
¡Traición!

(Espada en mano, se adelanta hacia Godoy)
¡Defiéndete!

CASTAÑUELA
(Deteniéndole) ¡Aguarda!
¿No has visto que a la verbena,
bajó Godoy sin espada?

GODOY
(Recriminándole)
Tú, Rondeño...

RONDEÑO
Don Manuel...

GODOY
De salvar mi vida tratas,
pero me basto yo solo
para eso. (A los otros)
¡Y esta farsa,
caballeros oficiales,
mi dignidad la rechaza!
¡Marchad al cuartel, señores;
y no olvidéis que fui guardia
de Corps, y que es una ofensa
que me guarden las espaldas!

RONDEÑO
Si es que son…

GODOY
¡Obedecedme,
o cumpliré la ordenanza!

(Vanse el Caireles y los majos)

RONDEÑO
(Aparte a Godoy)
No pidáis mucha instrucción,
que no es gente veterana.

GODOY
¿Qué dices?

RONDEÑO
Que son toreros
de mi cuadrilla.

GODOY
¡Es pesada
la broma!

RONDEÑO
¿No dije a usía
que la faena le brindaba?
Pues ved: ¡con cuadrilla y todo!

GODOY
¿Y ella sabe…?

RONDEÑO
¡Ni palabra!

DIEGO
(Desprendiéndose de Castañuela)
¡Pues yo he de vengar!..

CASTAÑUELA
Elige:
o mí amor, o tu venganza.

DIEGO
¡Siempre vence tu cariño! (Se abrazan)

RONDEÑO
Créame, usía; las majas
pa los majos.

GODOY
¿Y el que quiere
de veras?

RONDEÑO
Ese... ¡se aguanta!
¡Cuánto más firme y más hondo
es el querer que se calla!...

(Reconcentrado)

Castañuela... es hija mía,
y, ya veis..: ¡no sabe nada!

ALIFONSO
(Agitado y tembloroso, por foro izquierda)
Señor...

GODOY
¿Qué hay?

ALIFONSO
¡Que la gente
del parador se subleva,
al saber que estáis aquí,
y a su merced.

GODOY
¿Y qué intentan?

ALIFONSO
¡Quieren su vida! (Rumores dentro)

DIEGO
(Deteniéndose al foro)
¿Su vida?

CASTAÑUELA
¿Dónde vas?

DIEGO
¡A defenderla!

(Aparece un gran número de Majos y Chisperos, en actitud hostil. Con ellos, todos los personajes y Coro general. Cuadro)

¿Desde cuando son los majos
cobardes? ¿Es de nobleza
atacar a un hombre solo,
y sin armas ni defensa?
¡Vino aquí, por una maja...
y es un valiente de veras!

(Los majos, sugestionados, retroceden maquinalmente)

RONDEÑO
¡Paso franco, que ahí va, un hombre!
¡Descubríos las cabezas!

GODOY
Muchas gracias, pero ahora
quiero despedirme de ella.

(A Castañuela)

Adiós, maja... ¡me venciste!
Te quiero... aunque no me quieras,
y de esta aventura guardo,
como recuerdo, tristezas...
Sé que nunca he de olvidarte,
pero ellos, los que comentan,
sólo dirán de esta historia,
creyéndola picaresca.
que «Godoy, tras de una maja,
fue una noche a la verbena»...

(Hace mutis dominando su emoción. Todos le abren paso y están pendientes de él)

CASTAÑUELA
(A todos)
Y ahora, suenen las guitarras;
y digan lo que comentan...
¡No hay quien venza a una mujer,
si es maja, y quiere de veras!

(Fuerte en la orquesta)



TELON


FIN DE «LA CASTAÑUELA»


Información obtenida en:
http://archive.org/stream/lacastauelazarzu2372alon#page/n3/mode/2up

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