La Dolores (Libreto)



LA DOLORES



Drama lírico en tres actos.

Libreto de José Felíu y Codina.

Música de Tomás Bretón.

Estrenado en el Teatro de la Zarzuela, la noche del 16 de Marzo de 1895.


REPARTO (Estreno)

Dolores – Avelina Corona.

Gaspara - Sra. Castellanos.

Melchor - Sr. Mestres.

Lázaro – Lorenzo Simonetti.

Sargento Rojas – Pepe Sigler.

Celemín - Sr. Alcántara.

Patricio - Sr. Visconti.

Cantador de Coplas – Sr. Vera.

Coro general, Coro de niños, Banda de guitarras y bandurrias, Mozas, Mozos, Vendedoras, Vendedores, Beatas, Soldados, Arrieros, Alpargateros, Hilanderas y Gente del pueblo.


ACTO PRIMERO

Plaza del mercado. A la derecha, en primer término, puerta grande con rótulo, que dice: «Mesón de Gaspara» A la derecha de la puerta, una piedra larga y estrecha que sirve de asiento; una mesa estrecha, próxima a la piedra, y un par de banquetas ordinarias. Sobre la mesa, una jarra y dos vasos: de la puerta, sale una -vara, y al extremo de ésta, pende un trapo blanco. A la altura del primer piso, una galería que puede ser pintada, pues no es preciso sea practicable. En tercer término, arco regularmente grande: es una de las entradas de la plaza. A la izquierda, en primer término, puerta regular; en lo alto de ella, colgadas, algunas alpargatas. En segundo ó tercer término, calle que da a la plaza. Los ángulos del fondo no deben ser cerrados, sino practicables. Al final del acto, deben iluminarse algunos balcones y ventanas. Derecha é izquierda, las del espectador.


ESCENA PRIMERA

Aparecen Patricio, sentado en la piedra, y Celemín en una de las banquetas. En el centro, desde el segundo término, dos filas paralelas con puestos de sandías, melones, uvas, melocotones, al lado de los cuales hay Vendedoras y Vendedores. Al lado de la alpargatería, cuatro obreros sentados trabajando en dicho artículo; en el umbral de la puerta, otro, y se supone que en el portal continúan los obreros. En segundo término izquierda, cuatro ó seis mujeres hilando cáñamo en sendas ruecas. A poco de alzarse el telón, salen algunas Beatas por la derecha y luego se retiran por la izquierda, de cuyo lado se oye tocar una campana. Más tarde, Gaspara, que sale del mesón. Arriero que atraviesa la escena montado en un pollino; sale por el ángulo de la izquierda y desaparece por el de la derecha. Luego Rojas, Soldados, Chicos, Vecinos y Vecinas. Por los últimos términos, atraviesan la escena en diverso sentido, gentes de todas clases.

ALPARGATERO
¡Trabaja, trabaja, que es fiesta mañana!
Tendremos hoy música, vino y jarana.

VENDEDORES y VENDEDORAS
¡Cuan poco he vendido, y el sol ya se aleja!
Los tiempos son malos: ¡que Dios nos proteja!

HILANDERAS
Me rinde ya el huso y la rueca maldita.

BEATAS
Al rezo la santa campana me invita.
El cielo se apiade con mis oraciones,
que el diablo no duerme, y hay mil tentaciones.

ALPARGATERO
¡Trabaja, trabaja!

VENDEDORAS
¡Paciencia!

BEATAS
¡Marchemos
a nuestra novena!

HILANDERAS
¡Hilemos, hilemos!

VENDEDORES
(Gritando a los que atraviesan la escena)
¡Ved, señorías!
¡Ved qué melones!
¡Venid, probad!
¡Uvas! ¡Sandías!
¡Melocotones!
¡Venid, comprad!

PATRICIO
La quiero.

CELEMIN
Yo también; ¡pero es muy fiera!

PATRICIO
¿Sí, eh?

CELEMIN
No le hará caso.

PATRICIO
¡Ya verás!

CELEMIN
Es inútil.

PATRICIO
Llena el vaso.

CELEMIN
(Mirando la jarra)
No hay más.

PATRICIO
(Llamando) ¡A ver, vino!

CELEMIN
(En ademán de marcharse) Yo voy.

PATRICIO
(Deteniéndole) ¡Espera!
¡Dolores, pronto, vino!

CELEMIN
La vieja lo traerá.

GASPARA
¡Dios uno y trino, (Saliendo con otra jarra)
qué voces! ¡Aquí está!

PATRICIO
Bien: de lo añejo,
prepare un buen pellejo.

GASPARA
¿Qué hay?

PATRICIO
Música.

GASPARA
(Con intención) ¡Ya!

CELEMIN
¡Como es verbena!...

GASPARA
(¡Un nuevo pez que pica!)
¿Por Dolores?... (A Patricio)

PATRICIO
¡Quizá!

GASPARA
(Con retintín) Muy enhorabuena.

PATRICIO
A usted no le va mal con esa chica.

GASPARA
Pues si no fuera así... (Marchándose)

CELEMIN
(A Patricio) La echaba hoy mismo.

PATRICIO
¿De envidia?...

CELEMIN
¡Pues! Mas vence el egoísmo.
(Llenan los vasos y beben. Un Arriero, comienza dentro la siguiente copla, y cantándola atraviesa la escena de izquierda a derecha, montado en un borrico)

ARRIERO
Sólo a dos teclas responden
en mi tierra las muchachas;
al querer, suena la una,
la otra suena a la venganza.

CELEMIN
¡Oyó usted!...

PATRICIO
Sí.

CELEMIN
Parece de Dolores,
esa copla un retrato.

PATRICIO
¡Pues cómo, si hace un rato
contabas sus rigores!...

CELEMIN
Con todos menos uno.

PATRICIO
¿Quién?

CELEMIN
Melchor.

PATRICIO
¿El barbero?

CELEMIN
Sí tal.

PATRICIO
¿Y ella?

CELEMIN
Parece,
que le ama ó aborrece.

PATRICIO
¿Y es hombre de valor?... (Con receloso miedo)

CELEMIN
No le hay igual.

PATRICIO
(Con mayor temor) (¡Qué siento!)

CELEMIN
Más él con otra casa.

PATRICIO
(Respirando con gran satisfacción)
Entonces acabaras con tu cuento.

(Llena otra vez los vasos y da uno a Celemín)

¡Por Dolores!

CELEMIN
Bebamos.
(Suena un fuerte redoble de tambor)

PATRICIO
¡Eh! ¿Qué pasa?

(Todos los de la plaza se levantan y miran hacia el sitio por donde se oyó el tambor, en la derecha. Las Hilanderas y los Alpargateros dejan su labor y se acercan a los Soldados. A su tiempo, salen Chicos medianamente vestidos, precediendo a los Soldados, y marcando el compás exageradamente. Luego, cuatro Soldados, uno con un gran tambor, y por último, el sargento Rojas, con gran énfasis. Patricio y Celemín, también se levantan y comparten la general curiosidad)

VENDEDORAS
¡Soldados!

CELEMIN
(A Patricio) Ya veremos.

ALPARGATERO
¿A qué vendrán?

HILANDERAS
La rueca dejaremos.

CHICOS
¡Plan, rataplán!

PATRICIO
¿Quién arma tal estrépito?

CELEMIN
Es tropa liberal.

CHICOS
¡Que viva nuestro ejército!
Que viva el general.
Plan, rataplán, plan, plan.

(Salen los Soldados. El tambor sigue tocando hasta que el sargento le manda parar con un alto prolongado y ridículo)

ROJAS
¡Al... to, tambor!

(Vuélvese a todos los circunstantes y dice con gran prosopopeya)

Salud, salud,
al noble pueblo de Calatayud!

CORO
¡Salud, salud!
(¡Qué facha! ¡Qué acento!
¡Já, já, qué actitud!
¡Qué quiere el sargento!)

ROJAS
¡Salud, salud!

CORO
¡Salud, salud! (imitándole)

ROJAS
¡Al noble pueblo de Calatayud!
Yo soy un soldado valiente y audaz;
si alguno me ofende, lo mato, y en paz.
Gané cien batallas, espanto infundí,
y de acciones tantas, ileso salí.
La guerra es mi anhelo, mi afán é ilusión;
yo mato sin tregua, sin duelo y perdón.
Al mismo Cabrera, yo le hice correr,
un día que el tonto me quiso coger.
Soy otro Cid —no hay más que ver.

CORO
Que es otro Cid —hay que creer.

ROJAS
Yo soy así —muy liberal,
tierno al amor — noble y leal.

CORO
(Qué fanfarrón —qué original;
nunca yo vi — otro que tal)

PATRICIO
(Con guasa) ¡Según esas bravatas,
usted la guerra al Norte irá a mandar!

ROJAS
No tal, vengo a comprar
a este pueblo alpargatas.

CORO
¡Já, já! ¡Qué gracia! Es tonto.

PATRICIO
(A Celemín) ¡Yaya un ente!

ROJAS
(Dando unas cédulas a los Soldados)
Tomad vuestras boletas;
yo me quedo.

UN SOLDADO
(A los del Coro) Guiadnos, buena gente.

MUJERES
¡Venid!

SOLDADOS
¡Hermosas! (Familiarizándose)

MUJERES
¡Eh, las manos quietas!

(Aléjanse, pero vuelven al oír a Rojas)

ROJAS
¡Salud, salud!

CORO
¡Salud, salud,
al noble pueblo de Calatayud!

(Imitan todos su cadencia y se marchan rápidamente y riéndose)

¡Já, já, já, já, já!

(Los Vendedores, recogen sus trebejos y se marchan; las Hilanderas y Alpargateros hacen lo propio. Va anocheciendo)


ESCENA II

Rojas, Patricio y Celemín; luego Dolores

PATRICIO
¿Por qué a sus inferiores
mi general, no sigue usted la pista?

ROJAS
Porque pienso aquí hacer una conquista.

CELEMIN
¡Otro más! (Riéndose)

PATRICIO
(Algo fosco) ¿Y se llama?

ROJAS
La Dolores;
hermosa como el sol, según me han dicho.

PATRICIO
(Con prosopopeya como el sargento)
Esa plaza la tengo yo sitiada;
con que deje el capricho.

ROJAS
En cuanto a mí me vea... ¡ahí es nada!

PATRICIO
(Mirando a Rojas con piedad)
Celemín, trae más vino.

CELEMIN
(Marchándose con la jarra) ¡Vuelvo!

ROJAS
¡Pronto!

CELEMIN
(¿Quién vencerá en la lid, el rico ó el tonto?)

PATRICIO
Yo soy hombre muy rico,
y soy aragonés.

ROJAS
Pues llevará usté un mico,
como una y dos son tres.
¡Quién hay que se resista,
si la camelo yo!...

DOLORES
(Sale Dolores con una jarra y vasos, que coloca sobre la mesa)
¡El vino!

ROJAS
¡Dios me asista!

(Queda estupefacto é inmóvil hasta que vuelve a hablar)

DOLORES
¿Qué es eso, qué le dio?

PATRICIO
(Saludando) ¡Dolores!

DOLORES
¡Estimando!
¿Le ha dado a usté algún mal?

ROJAS
¡Es que estoy contemplando,
la Corte Celestial!

DOLORES
¿Lo dice usté de veras? (Burlándose)

PATRICIO
(A Dolores) Es tonto de nación.

ROJAS
Yo vengo a que me quieras.

DOLORES
Así... de sopetón.
¡Já, já, já!

ROJAS
Mira, te advierto,
que por verte, no he copado,
un regimiento montado,
de carlistas.

PATRICIO
¡Dios, qué oí!

DOLORES
¡Quién dijera!

ROJAS
¡Pues es cierto!

DOLORES
¡Qué valiente!

PATRICIO
(¡Lo que miente!)

ROJAS
¡Dolorcillas, ven aquí!

(Llévala hacia la izquierda)

Capaz un trono, por tí me siento
de conquistar.
Si tú te apiadas, de mi tormento,
si te conmueve, mi tierno acento,
si mis amores quieres premiar.

DOLORES
¡Usted es otro Marte!...

ROJAS
¡Lo soy, a fe!

PATRICIO
(Cogiéndola del brazo izquierdo y llevándola hacia su lado )
¡Escúchame aquí, aparte!

DOLORES
(A Rojas, riéndose) ¡Perdone usté!

PATRICIO
Yo soy más rico y antes te adoro
que el militar;
serás la dueña de mi tesoro;
por tí, se corre mañana un toro,
y hoy la rondalla vendrá a tocar.

ROJAS
¡Atiende!

PATRICIO
¡Ven!

ROJAS
¡Escucha!

PATRICIO
¡Reina mía!

DOLORES
¡Basta! ¡Qué marear!
(Quizá esté cerca el día
que busque quien mi honor quiera vengar)

(Transición. Acércase Dolores a la mesa y les invita a beber)

¿No beben?...

PATRICIO
Los vasos llena.
¡Por tu gracia!

ROJAS
¡Por tu aquel!

PATRICIO
¡Por la miel de tu colmena!

ROJAS
¡Por la cera de tu miel!

DOLORES
¡Já, já, já!
¡Bueno va!
Tanta lisonja, me desvanece.
Mi amor, de entrambos, ¿quién ganará?

LOS DOS
Bien merece,
me parece,
mi afán, el premio que aguardo ya.


ESCENA III

Dichos; Lázaro, que sale por el último término izquierda y se acerca lentamente al grupo, cuya alegría contempla con tristeza; luego Celemín y más tarde Melchor.

LAZARO
(Tímida y seriamente)
¡Dolores!

DOLORES
Bien vengas, LAZARO

ROJAS
(¿Quién es éste buena cara?)

PATRICIO
El sobrino de GASPARA

LAZARO
Harás falta en el mesón.

DOLORES
No te inquietes.

LAZARO
Me da lástima
que así el tiempo lo diviertas.

PATRICIO
¿Mas tú qué...? (Sale Celemín)

DOLORES
(Algo seria) Nada me adviertas.

ROJAS
¡A que nos echa un sermón!

DOLORES
Pronto iré.

LAZARO
Muy bien; dispénsame.
¡Adiós quedad! (Entra en el mesón)

DOLORES
¡Pobrecillo!

ROJAS
¿Pero qué es este chiquillo?

CELEMIN
Pues es un cura en agraz,
que en los últimos exámenes
salió mal.

ROJAS
¡Que estudie!...

DOLORES
¡Pero
de la clase era el primero
hace un año.
Patricio ¡Yaya en paz!

CELEMIN
Pues de chico, era diabólico.
Y los toros que guardaba,
como nadie manejaba.

ROJAS
¿Guardaba toros?

CELEMIN
Sí tal.

ROJAS
¡Márchese, pues, el acólito!

CELEMIN
Mañana irá a Tarazona.

ROJAS
Y le afeiten la corona.

CELEMIN
(A Patricio)
¿Qué tal de amores?

PATRICIO
Tal cual.

(Sale Melchor por la derecha con cierto desenfado y saluda a todos: a Dolores, más seriamente)

MELCHOR
¡Proteja Dios al ejército!
y a usted le aumente la hacienda.

(Toca en el hombro a Celemín)

PATRICIO
¡Adiós Melchor, buena prenda!

MELCHOR
¡Dolores, adiós!

DOLORES
¡Adiós!

ROJAS
¿Y éste, quién es? (A Celemín)

CELEMIN
Yo figuróme,
que fue novio de Dolores.

ROJAS
(Muy afectuoso, le ofrece un vaso con el que se queda un buen rato)
¡Toma una copa!

MELCHOR
(Seco y rechazándolo) Señores,
tenemos que hablar los dos;
con que... dejadnos.

PATRICIO
(La música
voy a buscar..) (Se marcha por la derecha)

DOLORES
(¡Viene airado!)

ROJAS
¡Y así me dejas chafado!...

MELCHOR
Ahora no quiero beber.

(Vacila Rojas un poco, hasta que deja la copa sobre la mesa, y se vuelve muy decidido a Celemín)

ROJAS
Ven a alojarme.

CELEMIN
¡Qué intrépido!

ROJAS
¡Tú crees que huyo!...

CELEMIN
Ni pensarlo.

ROJAS
¿Qué adelanto con matarlo?

CELEMIN
Justo.

ROJAS
Vamos a comer. (Entran en la posada)


ESCENA IV

Dolores y Melchor.

DOLORES
(Concentrada)
Me han dicho que casabas.

MELCHOR
Bien te han dicho.

DOLORES
(Exaltándose)
Eso no puede ser.

MELCHOR
¿Por qué?

DOLORES
¡No quiero!

MELCHOR
¡Dolores!... (Amenazador)

DOLORES
¡Qué! (Idem)

MELCHOR
Ten calma.

DOLORES
No.

MELCHOR
Y olvida...

DOLORES
Que olvide mi baldón...

(Una gran transición, hasta tornarse casi suplicante)

Antes, escucha:
¡Saldar debes antes la deuda que tienes
con esta infelice;
renuncia a esa boda, que el cielo maldice,
no así me condenes;
restaura mi honor!

MELCHOR
(Su fiero quebranto calmar bien quisiera,
más yo fuera un loco,
perdiendo el tesoro que casi ya toco,
por esa quimera
de mi antiguo amor)

DOLORES
¡Responde... di!...

MELCHOR
¡Yo... siento!...

DOLORES
Que es tiempo aún.

MELCHOR
Te engañas.

DOLORES
(Fiera y desesperada) ¡Qué escuché!

MELCHOR
Así Dios me formó, cruel, violento,
sin temor y sin fe.
Me duele tu martirio,
que no puedo evitar;
el juego es mi delirio,
el vino mi embeleso,
holgar mi encanto;
ingrato me confieso;
mas ya tú ves por cuanto,
me he de casar.

DOLORES
Maldita sea la aciaga hora
en que inocente tu fe creí;
mas por la ira que me devora,
venganza juro tomar de tí.
Diré quién eres a tu futura,
que no estoy sola te probaré,
y a aquel que vengue mi desventura,
la vida entera le entregaré.

MELCHOR
¡No temo a tí ni a nadie en la ancha tierra!

DOLORES
¡Pues guárdate, Melchor! (Terrible)

MELCHOR
Yo voy conmigo.

(Oyese un pasacalle en el interior)

¡Vienen!

DOLORES
Sí, vienen... ¡Cederás!...

MELCHOR
¡No, digo!

DOLORES
¡Pues guerra a muerte!

MELCHOR
¡Sí, guerra!

DOLORES
¡Sí, guerra!

(Vase Melchor por la izquierda y Dolores entra en el mesón)


ESCENA V

Dolores, Melchor, Patricio, Rojas, Celemín, Gaspara, Hombres, Mujeres, Cantador y Coro.

Aparece la rondalla por la derecha precedida de Patricio, que viene muy contento con su larga vara, haciendo como que marca el compás del pasacalle.

CORO DE LOS DE LA RONDALLA
En noches de verbena,
correrla es dado;
Patricio a rica cena,
nos ha invitado.
¡Viva Patricio,
que está con sus amores
por la gentil Dolores,
que pierde el juicio!

(Vienen de varios lados gentes del pueblo de ambos sexos, que se colocan detrás de los músicos. Del mesón sacan algunos mozos taburetes, en los que se sientan los tañedores, colocados en ancho semicírculo, dejando espacio suficiente para que bailen algunas parejas. Celemín y los mozos, sacan grandes jarros de vino que circulan de tiempo en tiempo entre los músicos y bailarines, retirándose después hacia la puerta del mesón. Melchor, que ha vuelto por la izquierda, se coloca al primer extremo. Luego sale Rojas, y por último Dolores y Gaspara, las cuales se sientan en el extremo derecha)

PATRICIO
Gracias muchachos, tomad asiento;
a todos hoy convido,
reine el contento.
Salga Gaspara con la Dolores,
y a vosotros os pido
que la echéis flores.

HOMBRES
Sigo los ecos de la rondalla,
que al oiría, de gusto
mi pecho estalla.

MUJERES
La tal Dolores ya me indigesta;
un día nos da un susto
con tanta fiesta. (Sale Rojas)

ROJAS
Compadre, diga, ¿qué es este estruendo?

PATRICIO
Que va paso por paso (Salen Dolores y Gaspara)
mi amor venciendo.
La reina sale que me alborota;
muchachos, llegó el caso;
venga la jota.

(Rompe la jota con el baile. Los balcones se iluminan. Durante las variaciones, dícense los cuatro versos siguientes)

DOLORES
¿Cómo Lázaro no viene?

GASPARA
¡A dormir le vi marchar!

MELCHOR
(Por lo visto, me previene
el rico y el militar)

(Celemín ha sacado también una guitarra, y se sienta a la derecha con los bandurristas)

CANTADOR
Es de España y sus regiones,
Aragón, la más famosa,
porque aquí se halló la Virgen,
y aquí se canta la jota.

(El pueblo aplaude, y siguen las variaciones)

CELEMIN
Por una moza del barrio,
Patricio está que se muere;
no diré cuál es su nombre,
que ella lo diga si quiere.

(Todos ríen, y Patricio llena un vaso de vino y lo lleva con mucha alegría al que ha cantado la copla anterior; luego vuelve a su sitio)

CANTADOR
Grande como el mismo sol,
es la jota de esta tierra;
si en amor luce sus iris,
lanza rayos en la guerra.
Por eso cantamos
los de Aragón,
cuando enamoramos
tan dulce son.
Y en la lid sabemos
quiere decir,
que vencer debemos
o bien morir.

(A su tiempo ataca todo el Coro la copla anterior y su estribillo. Terminada la jota, circulan los vasos; repliéganse los bailarines. Rojas viene al centro. Algazara)

ROJAS
Muy bien, bravo, señores,
la jota es buena;
pero es mejor el punto
de mi sirena.

CORO
¡Cante pues sus primores!
¡Comience ya!

ROJAS
¡Hacedme un contrapunto,
por Soleá!
Desde que al pueblo he llegado,
y una linda cara he visto....
¡ay! me encuentro desmayado.
¡Bravo! ¡Bien!
¡Alto!
(¡Qué intenta!)
Yo también quiero cantar.
Este es quien mejor inventa.
Atención.

(Ha cogido una guitarra y se pondrá a cantar, apoyando el pie izquierdo en una silla, mirando a Dolores)

(¡Me hace temblar!)
Si vas a Calatayud,
pregunta por la Dolores,
que es una chica muy guapa
y amiga de hacer favores.

(Dolores, viene indignada al centro de la escena. Descompónese el cuadro; los que estaban sentados, se alzan; todo el mundo gesticula. Se destacarán las figuras de Dolores, por la derecha, y Melchor, por la izquierda, que se desafiarán con la vista. Patricio y Rojas, cada uno por su lado, tratan de apaciguar los ánimos, hasta que lo logran a última hora, cuando Dolores se marcha al mesón y Melchor lentamente por el centro)

DOLORES
Villana tu lengua, cobarde y maldita.

PATRICIO
¿Qué es ésto?

ROJAS
¿Qué pasa?

CELEMIN
¡Audacia inaudita!

PATRICIO
¡Calmarse, no es nada!

HOMBRES
¡Cruel la insultó!

MUJERES
¡Yo bien lo decía!
¡Bien decía yo!

GASPARA
¡Me marcho! (Entra en el mesón)

ROJAS
¡Sentarse!

MELCHOR
¡Yo cedo, si cedes!...

DOLORES
Después de vengarme. (Con ira)

MELCHOR
¡Pues hazlo si puedes!

DOLORES
¡Podré!

MELCHOR
¡Lo veremos!

ROJAS
¡Que toque la orquesta!

CORO
¡La jota! ¡la jota! ¡Que siga la fiesta!

(Siéntanse otra vez los músicos. Patricio y Rojas, tranquilizando a todos; y al romper la jota de nuevo, cae rápidamente el telón)


FIN DEL ACTO PRIMERO


ACTO SEGUNDO

Patio del mesón. Tapia al fondo con ancho portal en el centro. A la izquierda, la fachada posterior del mesón, con una galería voladiza que corre a lo largo del primer piso, y termina en un terradillo ó mirador que avanza sobre la tapia del fondo; de frente al público, ó sea formando ángulo con la galería, figura el terradillo caer sobre la plaza, y su pretil está adornado con tiestos y lebrillos de flores. Del terradillo, que comunica con la galería, se baja al patio por una escalera de frente, a la izquierda del portal. Debajo de la galería, una puerta que conduce al interior del mesón, y delante de ella una mesa larga  de pino y unas banquetas al lado. A la derecha, el abrevadero y la puerta de la cuadra. Algunos costales y serones adosados a las paredes de la derecha, y fondo derecha. Al abrirse la puerta del centro, se verá, lo que lógicamente se pueda, de la plaza del acto primero.


ESCENA PRIMERA

Gaspara y LAZARO

Al levantarse el telón, la escena aparece sola. Oyese algún rumor al exterior. A poco, vienen Gaspara y Lázaro; éste lentamente y pensativo detrás de aquélla.

GASPARA
¡Ay qué misa mayor! ¡Qué pico de oro
Lázaro el' tuyo al ayudarla!... Lloro
cuando te oigo...

LAZARO
¡Madrina!

GASPARA
¡De contento!
¡Ya nos dejas!

LAZARO
¡Qué hacer!

GASPARA
¡Cuanto lo siento!
Pero confío que estudiarás,
y que este año te ordenarás.
¡Hazlo por mí,
y por tus padres que están allí!

LAZARO
¡Descuide!

GASPARA
Ve y avisa al ordinario.

LAZARO
¡Lo haré!...

GASPARA
Y al Seminario
mañana.

LAZARO
¡Sí, mañana!

GASPARA
Ve.

LAZARO
Muy luego.

GASPARA
¡Adiós! (Alejándose por la izquierda)

LAZARO
¡Adiós!

GASPARA
¡Del día de hoy reniego!


ESCENA II

Lázaro, aunque triste, respira con satisfacción al quedarse sólo.

LAZARO
¡Qué hacer, señor, en situación tan ruda!
¡Mentira es mi humildad, mi fe mentira!
Pasión más violenta
que la que inspiras tú, me inunda el alma;
domina mi razón... de tí me aleja...
¡Qué hacer, señor, en situación tan ruda!
Henchido de amor santo,
el corazón en su inocencia estaba
cubriendo mares de candente lava;
la pérfida serpiente,
el velo cruel rasgó que los cubría;
¡aciaga suerte mía!
huyeron dicha y calma juntamente.
Señor, quererte anhelo;
apaga el fuego que me abrasa el alma;
devuélveme la calma;
torne tu amor a iluminarme el cielo.

(Se aleja lentamente, y se encuentra con Patricio que viene muy alegre cargado con algunos paquetes)


ESCENA III

Patricio

PATRICIO
¡Adiós curita! (Lázaro hace un mohín violento y se marcha)
¡Eh... y se va tan fresco!
¡Psh! ¡Aquí traigo las redes; hoy la pesco!
(Va desenvolviendo y enseñando lo que dice)
Este pañuelo encarnado,
a Dolores he comprado.
Muy bordado,
muy vistoso.

(Lo coloca en la mesa)

Y este collar de corales
como guindas garrafales,
tan iguales,
tan hermoso. (Idem, ídem)
Estos bonitos pendientes,
de rubíes transparentes,
refulgentes,
de luz pura. (Idem, ídem)
Y este vestido elegante,
que oprimirá deslumbrante
y arrogante
su cintura.
Con tanto portento
y toro rondalla,
en esta batalla
triunfar lograré.
¡No quiere al sargento
y el otro la ofende;
cualquiera comprende
que yo venceré!


ESCENA IV

Patricio, Rojas, Celemín y Coro.

Envuelve cuidadosamente los objetos antedichos, y en esta posición le sorprende Rojas que se asoma por la galería. Luego vienen de la calle, Celemín y algunos mozos medianamente vestidos.

ROJAS
¿Don Patricio, qué está haciendo?

PATRICIO
Raje usted y lo verá.

ROJAS
(Son regalos) Voy corriendo. (Baja como dice)

PATRICIO
(¡Competir él no podrá!)

ROJAS
¡Qué riqueza! (Exagerando)

PATRICIO
(Le asusté)

ROJAS
¡Bravo, bien!...

PATRICIO
(Con fingida modestia) Yo soy así.

ROJAS
¡Pero yo le venceré!

PATRICIO
¡Usted!

ROJAS
¡Si tal!

CELEMIN
¡Por aquí!... (Entrando con los del Coro)

UNO
¡Dios les guarde!

ROJAS
¿Los toreros?

CELEMIN
El bicho ya está encerrado.

PATRICIO
¿Quién lo mata? (A los del Coro)

ROJAS
(Saliendo al medio) Caballeros,
ese honor me está guardado.

CELEMIN
¿Matarlo usted? (Con sorpresa y piedad)

ROJAS
Yo mismito.

PATRICIO
¡Pero hombre!...

CELEMIN
¡Que es bravucón!

ROJAS
(De seguro es un cabrito)

PATRICIO
(¡Si le diera un revolcón!)

ROJAS
¿Me ayudaréis?

CORO
¡Como pida,
nada tema!
¡No se altere!

CELEMIN
¡Que ya aguarda la comida!

(Invitándoles con el gesto a penetrar en el interior)

UNO
¡Vamos pues!

ROJAS
¡Alto!

PATRICIO
(Incomodado) ¿Qué quiere?

ROJAS
Que escuchen antes al diestro,
una lección de maestro.

(Patricio hace señales de impaciencia, y torna a arreglar los paquetes que durante la relación de Rojas lleva al interior. Ha de estar presente a la segunda mitad. Los demás, celebran la ocurrencia de Rojas, y se disponen a oírle y burlarse de él)

ROJAS
En cuanto de la música
el paso doble escúchese,
nuestra cuadrilla intrépida
el circo ha de cruzar.
Resuena aplauso unánime
del numeroso público
que premia nuestros méritos
desde antes de empezar.
Tras del saludo clásico,
la gente va con júbilo
por otros, los magníficos
capotes a cambiar.
Después espera impávida
que el toro salga rápido...
y oíd en breves términos
como se ha de lidiar.

CORO
(Sería más simpático
marcharnos a almorzar)

ROJAS
Así que en el circo, la res se presente,
sereno y valiente
me acerco a la res.
Le pongo dos parches, la moña le quito,
los lances repito,
le paro los pies.
Después los peones, la llevan ligeros,
a que los piqueros
le zurzan la piel.
A cambio de un vuelco, le pican con brío,
yo al quite me avío,
sacando al burel.
El público extasiado,
aplaude a su placer.

CORO
(No está mal explicado.
Mas luego se ha de ver)

ROJAS
El toro, ya en palos, humilla el hocico,
mas córrele un chico,
le alegro después,
Y cuelgo, si logro medir los terrenos,
tres pares muy buenos,
de frente los tres.
Y cojo en seguida, la espada y el trapo,
lo brindo, y muy guapo,
me voy a matar.
Le empapo y domino, con arte y salero,
le cito, le espero,
y le echo a rodar.
El pueblo, entusiasmado,
de mi valor sin par,
en brazos y aclamado
de allí me va a sacar.

CELEMIN
(¡Que no salga lisiado,
habrá que desear!)

PATRICIO
(¡De fijo, estropeado
el hombre va a quedar!)

CORO
Está muy bien contado,
veremos al lidiar.

(Descompónese el cuadro, y todos se dirigen al interior. Celemín el primero, luego los coristas. Patricio y Rojas, quedan de los últimos; Melchor entra por la puerta del fondo y se dirige a Patricio, al que toca en el hombro; luego se acerca Rojas, los otros se detienen un momento, hasta que Patricio les manda marchar)


ESCENA V

Patricio, Rojas y Melchor.

PATRICIO
¡Marchemos!

ROJAS
¡A comer!

MELCHOR
¡Señor Patricio!

PATRICIO
¿Quién es? (Volviéndose mal humorado)

MELCHOR
A usted y al militar buscaba.

ROJAS
¿Qué quieres?

MELCHOR
Que me escuchen. (Con fuero)

PATRICIO
(¡Qué suplicio!)
Id, que os seguimos. (A Celemín y al Coro)

ROJAS
Habla pues.

PATRICIO
¡Acaba!

MELCHOR
Amante he sido de la Dolores,
y cuando quise la abandoné;
si hay quien suspire por sus favores,
pídame cuentas y las daré.

(Quedan un poco suspensos, hasta que Patricio se dirige a Rojas medrosamente)

PATRICIO
A usted le dice...

ROJAS
Pues buena es esta.
Por usted habla.

MELCHOR
(¡Pobre mujer!
Ya lo esperaba) ¡Nadie contesta!

PATRICIO
Yo, poco tengo que responder.
La quiero y regalo, la mimo, y espero
el premio alcanzar.
En más no me meto.

MELCHOR
¿Y usted?

ROJAS
(Como protegiéndole) Compañero,
te puedes casar.

MELCHOR
(¿Qué dice?)

ROJAS
Dolores, por mí se deshace,
no piensa ya en tí.

MELCHOR
(¡Es tonto!)

ROJAS
De suerte, que ayudo tu enlace.

PATRICIO
(Incomodado por lo que dice Rojas)
¡Me marcho de aquí!

MELCHOR
¡Esperad! (Con imperio)

ROJAS
¡Nueva pendencia!...

PATRICIO
¿Qué más quieres?

MELCHOR
(Apurarles)
Otra copla he de cantarles,
que acabo de componer.

ROJAS
¡Otra copla!

PATRICIO
¡Ten prudencia!

MELCHOR
¿Hay alguno que lo impida?
¡La guitarra!

(Hace ademán de ir al interior; en este momento sale Dolores airada, con una guitarra en la mano)


ESCENA VI

Dichos y DOLORES

DOLORES
¡Prevenida,
te la vengo yo a traer!

MELCHOR
¡Dolores! (Retrocediendo y algo perplejo)

DOLORES
¡Canta, coplero!
¡Insúltame, que estoy sola!

PATRICIO
(¡Esto es grave!) (A Rojas)

ROJAS
(¡Tal infiero!) (A Patricio)

DOLORES
Al aire mi honor tremola,
nadie te lo ha de impedir...

(Hasta aquí ha dominado su indignación, que explota con la mayor energía. Arroja la guitarra sobre la mesa)

Mas tal es el odio y la ira
que el pecho alimenta,
que late tan solo y respira
por ruda y cruenta
venganza sangrienta
de tí conseguir.

(Después de esta frase, febril, desesperada y demente, se sienta al lado de la mesa, inclinando la cabeza en sus brazos)

PATRICIO
¡Le paró! (A Rojas)

MELCHOR
(¡Me enamora y me exaspera!)

ROJAS
¿Y el valiente? (Con guasa)

MELCHOR
¡Son celos!

PATRICIO
(Como Rojas) ¡Y el cantar!...

MELCHOR
¿Qué apuestan a que venzo hoy esa fiera,
y en su cuarto esta noche logro entrar?

PATRICIO
¡Jesús!

ROJAS
El peleón que en la rondalla
se beba luego.

MELCHOR
¡Va; salid!

PATRICIO
(Dirigiéndose al interior) ¡Marchemos!

MELCHOR
¡No, no! (Oponiéndose y señalando la puerta del fondo)

ROJAS
¿Por qué?

MELCHOR
¡Allí, de mi batalla,
sabrán el resultado!

PATRICIO
(Vanse atribulados) ¡Hoy no comemos!


ESCENA VII

Melchor y DOLORES

Se acerca Melchor a Dolores, que continúa extraña a todo. Melchor la habla con zalamería.

MELCHOR
¡DOLORES.. si pequé!...
¡Tu soledad lamento,
y el triste grito de tu airado acento,
a tí vuelve mi fe!

DOLORES
(¡Qué escucho!) (incorporándose un poco)

MELCHOR
¡A. qué reñir!...
¡Yo siempre te he querido!...
Pues bien; la paz te ofrezco y el olvido.

(Pausa. Acércase más y la dice bajo y al oído)

¡Tu puerta me has de abrir!

DOLORES
(Levantándose rápida y airadamente)
¡Abrirte mi puerta!...

MELCHOR
¡Es justo el reproche!...
Más oye, esta noche,
las diez al sonar,
allí estaré alerta,
si cede y me escuchas,
verás nuestras luchas
sin duelo acabar.

DOLORES
Creerte quisiera... mas ¡ay! que no puedo...

MELCHOR
Dolores, no dudes; si cedes, yo cedo.

DOLORES
¡La lucha me rinde... me engañas, Melchor!

MELCHOR
Ninguno lamenta cual yo tu dolor.

DOLORES
Pues bien: esta noche, te espero a las diez.

MELCHOR
Adiós, hechicera. (¡Verás tu altivez!)

(Dolores ve marchar absorta a Melchor. A poco, entran Patricio y Rojas asombrados y haciéndose cruces)


ESCENA VIII

Dolores, Rojas y PATRICIO

DOLORES
¡Será posible, oh cielo,
que mi alma dolorida,
pueda gozar aún en esta vida,
horas de paz, de dicha y de consuelo!

ROJAS
¡O rematada, está Dolores,
ó no lo entiendo!

PATRICIO
(A Dolores) ¡De mis favores
así te burlas!...

DOLORES
(Festiva) ¿Qué ha sucedido?

PATRICIO
Melchor nos dice que le has citado...

DOLORES
¡Eh! ¡Mísera!...

(Sin poderse contener, lanza este grito, indignadísima, y en él hace una total transición, rompiendo a reír para disimular su pena y situación)

¡Já, já, já, já, y le han creído!...

PATRICIO
¡Luego, es mentira!

ROJAS
¡Nos ha engañado!

(Dolores sigue riendo, y los otros dos lo mismo, comentando entre ellos el caso, hasta que Patricio viene a Dolores y la aparta a un lado)

PATRICIO
Di, ¿cuándo premias mi esplendidez?

DOLORES
Pues esta noche, venga a las diez.
(Entre risueña y dramática)

PATRICIO
¡Diablo! (La hora misma…)

DOLORES
¿Le espero?

PATRICIO
¡Veré! (Da media vuelta y se marcha al interior)

DOLORES
¡Se marcha!... ¡De rabia muero!

(Rojas, después de la ironía anterior, ha quedado muy pensativo. Dolores, con nueva transición, se acerca a él risueña. Al salir de su letargo, Rojas lanza un suspiro)

¿Qué está ahí pensando, seor militar?

ROJAS
¡Que por tí, un toro he de matar!

DOLORES
Aquí es de todos, usté el más ducho.

(Con mucha intención y zalamería)

ROJAS
¡Te burlas!

DOLORES
No; lo agradezco mucho.

ROJAS
¿De veras? (Animándose extremadamente)

DOLORES
¡Cierto!

ROJAS
¿Tu amor...?

DOLORES
¡Tal vez...
venga esta noche!...

ROJAS
¿Cuándo?

DOLORES
¡A las diez!

ROJAS
(¡Me ha divido!) (Chasqueado totalmente)

DOLORES
(Tristemente burlona)
¡Se aguó el contento!

ROJAS
No eches la llave a todo evento.

(Vase por donde antes PATRICIO De la calle, entra Lázaro lentamente; mucho más desde que apercibe a Dolores)


ESCENA IX

Dolores y Lázaro; luego Celemín.

DOLORES
¡Vencida estoy por mi cruel destino!

LAZARO
¡Sola!... ¿qué haré?... ¡Dolores!... (Tímidamente)

DOLORES
¿Quién?

LAZARO
¡Perdona!

DOLORES
¿De qué?...

LAZARO
Mañana, parto.

DOLORES
Ya sé.

LAZARO
Y antes quisiera...
¡Pero, vas a burlarte!...

DOLORES
(¿Qué le pasa?)
¡Habla!

LAZARO
Dolores... duéleme que tantos
soliciten tu amor y les escuches...

DOLORES
Ya vas a predicar... (Un poco zumbona)

LAZARO
(Apasionadísimo y aun violento)
¡Es que te adoro
como a nada en la tierra ni en el cielo!

DOLORES
¡Que tú me quieres!... (Con profunda sorpresa)

LAZARO
¡Sí!

DOLORES
¡Quién tal creyera!

LAZARO
¡No te ofendas, por Dios! (Suplicante)

DOLORES
(Con ternura) No. (¡Pobre niño!)

LAZARO
Un año, dentro del alma,
llevo tu imagen divina,
que ilumina
mis pesares; mas la calma
me roba del corazón.
Olvidarte yo he querido;
pero en vano a Dios clamaba:
¡yo te amaba
como el ave ama su nido,
como el fuego la expansión!

DOLORES
(¡Me enternece!)

LAZARO
¿No te ofendo?

DOLORES
No; más Lázaro, ¡es locura!...

LAZARO
¡Oh, ventura!
Ya me basta: no pretendo
que tú premies mi pasión.

DOLORES
(¡Cuál contrasta con mi pena
su amor candido!)

LAZARO
(¡Con su acento me enajena,
dulce, plácido!)

DOLORES
(Cambiando de expresión: entre risueña y burlona)
¡Y el oírte es gran pecado!
Tu madrina,
que a la iglesia...

LAZARO
(¡Desdichado!)

DOLORES
Te destina,
si lo llegase a entender...

LAZARO
¿Te burlas?

DOLORES
No; mas olvida
tus amores.

LAZARO
¿No me venderás?

DOLORES
Descuida;
por Dolores,
nada sabrán...

LAZARO
¡Qué placer!

(Celemín ha salido, y queda observando la escena muy sorprendido)

¡Gracias! Que Dios te proteja.

(Cogiéndola una mano)

CELEMIN
(¡Ah tunante!)

LAZARO
Sellar tu mano me deja (Se la besa)

CELEMIN
(¡Qué estudiante!) (Gritando)
¡Vengan todos, que es de ver!


ESCENA X

Dichos, Patricio, Rojas y Coro.

Salen todos los que se supone estaban comiendo. Por la galería, salen mozas y la adornan con colchas, etc. Dolores está suspensa, Lázaro consternado)

LAZARO
(¡Jesucristo!)

CELEMIN
¡Vengan pronto!

LAZARO
(¡Nos ha visto!)

DOLORES
¡Calla, tonto! (A Celemín)

CORO
¿Qué pasó?

DOLORES
¡Gente acude!...

PATRICIO
¿Por qué grita?

LAZARO
(¡Dios me ayude!)

CELEMIN
¡Que el curita,
sus amores
a Dolores
declaró! (Todos ríen)

ROJAS
¡Ya está buscando el ama!...

CORO
¡Já, já!

PATRICIO
¡Le corre prisa!

LAZARO
(¡La sangre se me inflama!)

CELEMIN
¡Y vas tú a cantar misa!...

DOLORES
Dejadle... ¡pobrecillo!

LAZARO
¡Te ríes tú también!...

(Imponiéndose a todos con varonil actitud)

¡A fe, que este chiquillo,
á conocer vais bien!

(Se arroja sobre Celemín, al que agarra por el cuello, y lo tira sobre un costal)

¡Villano, insolente!...

CELEMIN
¡Tenedle: me ahoga!

DOLORES
(¡El chico es valiente!)

LAZARO
¡Te puedo matar!

CORO
¡Quitad! (Queriendo separar a Lázaro)

ROJAS
¡Qué jaleo!

PATRICIO
¿Por él, quién aboga?

(Lázaro deja por su voluntad a Celemín, y se encara con los dos pretendientes)

LAZARO
¡Y a ustedes, deseo
también provocar!

ROJAS
(Queriéndole proteger y dar la mano, que Lázaro rechaza)
¡A. mí, pues fuera buena!...

LAZARO
¡Me gusta la cachaza!...

PATRICIO
¡Ya está la plaza llena!

CORO
¡A. la plaza!
¡A la plaza!

(El Coro de hombres sale por la puerta del centro en dirección a la plaza. Rojas y Patricio con el grupo del Coro, despidiéndoles. Lázaro vase hacia el interior. Dolores, pensativa, sigue lentamente detrás de Lázaro, pero Celemín la detiene. Oyese gran clamoreo, y se ve en el fondo, por las puertas abiertas, la animación de la gente que circula por la plaza. Salen convidados del interior; alguno entra por la puerta del centro y sube la escalera de la galería, como amigo de la casa. A su tiempo, Gaspara y Lázaro salen del interior al terradillo)


ESCENA XI

Dichos; Gaspara, Melchor y Coro de Mujeres.

CELEMIN
(¡Vengarme te prometo!) (Mirando marchar a Lázaro)

DOLORES
(Muy pensativa) (¡Quién pensara
tal coraje!)

CELEMIN
Dolores, otra fiesta
Melchor hoy te prepara.

DOLORES
¡Otra fiesta!

CELEMIN
Saldremos con la orquesta
a cantar vuestras paces.

DOLORES
(¡Esto más!)

PATRICIO
(A Dolores) Vamos ya; ¿pero qué haces?
¡Que el toro va a salir.

ROJAS
Vóime a la arena.

DOLORES
¡Voy! (Dirígese maquinalmente a la escalera, y sube)

PATRICIO
¡Ea, valor! (A Rojas, y sube tras de Dolores)

ROJAS
¡A tu salud, morena!

(Vase por la puerta del fondo)

(Celemín cierra la puerta del centro, y él y algún otro se encaraman en la tapia del fondo. Todos los personajes que están a la vista, deben revelar la escena que en la plaza se finge. Oyese una murga en el interior)

COROS
(Dentro) No hay otra fiesta
mejor dispuesta.
¡Ande el bullicio!
¡Viva Patricio!
Pues nos convida
a la corrida,
¡viva Patricio!
¡Ande el bullicio!
¡Ya está la presidencia! (Aplausos)
Con su presencia,
la fiesta, en el instante
va a comenzar.

PATRICIO
Ya sale la cuadrilla.

CELEMIN
De la pandilla,
airoso va delante
el militar.

(Suena el toque de salir el toro)

CORO
¡Bravo!
¡Qué pies!
¡Magnífico!
¡Valiente!
¡Pararle!
¡Capas!

CELEMIN
¡Solo se quedó!

CORO
¡A él!
¡Qué miedo!
¡Vamos!

CELEMIN
¡Y la gente!

CORO
¡Bravo!
¡Muy bien!

PATRICIO
¡El militar salió!

CORO
¡Viva!
¡Viva!

TODOS
¡Jesús!

CELEMIN
¡Le despedaza!

LAZARO
¡Yo voy! (Se arroja al exterior)

CORO MUJERES
¡Salvadle!

GASPARA
¡Niño!

DOLORES
¡Se lanzó!

GASPAR
¡Gran Dios!

PATRICIO
¡Qué hazaña!

CELEMIN
¡Se arrojó a la plaza!

DOLORES
¡Bravo, Lázaro!

TODOS
¡Hurra!

PATRICIO
¡Le salvó!

DOLORES
Su audacia cautiva.

CELEMIN
Derriba el novillo.

CORO
¡Que Lázaro viva!
¡Que viva el chiquillo!

(Entre dos sacan en brazos a Rojas, desabrochado y descompuesto. Atraviesan la escena, y entran en el interior)

CORO
¡Víctor al valiente gentil colegial!
¡No hay otro en el pueblo tan bravo y leal!

(Entran todos los de la plaza; Lázaro intenta sustraerse a la general ovación. Los del terradillo han bajado y le rodean. Gran desorden en la escena. Celemín, después de decir sus dos palabras, entra en la casa y saca vasos y vino en jarras)

CELEMIN
¡Vienen ya!

GASPARA
¡Lázaro! (Abrazándole)

TODOS
¡Viva!

LAZARO
¡Basta!

PATRICIO
¡Ca!

LAZARO
¡Dejadme!

CORO
¡No!

MELCHOR
A las diez. (Bajo a Dolores)

DOLORES
Te espero arriba.

MELCHOR
¡Venga vino, pago yo!

(Melchor se entretiene con el vino. Dolores logra hablar a solas a Lázaro)

DOLORES
A las diez, luego te espero
en mi cuarto.

LAZARO
¡He oído bien!

DOLORES
¿Irás?...

LAZARO
Sí. (Loco de placer)

MELCHOR
(Brindando) ¡Por el torero!

DOLORES
¡Dame! (Pidiéndole una copa, loca de alegría)

MELCHOR
(Dándosela) ¿También tú?...

DOLORES
¡También!

CORO
¡Víctor al valiente gentil colegial!
¡No hay otro en el pueblo tan bravo y leal! (Telón)


FIN DEL ACTO SEGUNDO


ACTO TERCERO

Sala del mesón. A la derecha, en segundo término, una puerta. A la izquierda, en primer término, ventana practicable; en segundo, puerta. Al fondo, en el centro, la puerta del cuarto de Dolores, de una sola hoja con cerradura de juego, abriéndose hacia dentro. Al abrirse esta puerta, deja ver el interior del cuarto, en el fondo del cual, una gran ventana  con cristales y postigos practicables, y su pretil cubierto de tiestos con clavellinas, rosales y lirios, y una enredadera que sube hasta el dintel. En la pared del fondo, a la derecha, (en la escena), una hornacina en cuyo fondo está pegada una estampa de la Virgen, alumbrada por una lamparilla, y un jarro blanco con claveles y rosas. Al otro lado, izquierda, aparece colgada una guitarra. En el centro, un poco a la izquierda, una mesa ordinaria de comedor con taburetes a los lados. Un banco de encina á cada lado del cuarto de Dolores. Un pequeño baúl sobre una silla. Al final, se ha de proyectar la luz de la luna por la ventana del fondo.


ESCENA PRIMERA

Dolores, Gaspara, Lázaro y Celemín; seis mozas y ocho mozos. Lázaro, sentado al lado de la mesa dando la cara al público, con un rosario en la mano. Gaspara también, y algunos del acompañamiento. Dolores, al lado izquierdo, y a la derecha suya Celemín. Los demás, con algún desorden en los dos bancos del fondo. Sobre la mesa, restos de cena; en el centro, arde un velón de cuatro mecheros.

LAZARO
Stela Matutina.
Salus Infirmorum.
Refugium Peccatorum.
Consolatrix Aflictorum.
Auxilium Chistianorum.
Regina Angelorum.
Regina Patriarcharum.
Regina Prophetarum.
Regina Apostolorum.
Regina Martyrum.
Regina Confessorum.
Regina Virginum.
Regina Sanctorum Animum
Regina Sacratissimi Rosarii.
Agnus dei quitollis peccata mundi.

(El Coro contesta a todas las frases: Ora… pro… nobis)

CORO
Parce nobis, Domine.

LAZARO
Agnus dei quitollis peccata mundi.

CORO
Exaudí nos Domine.

LAZARO
Agnus dei quitollis peccata mundi.

CORO
Miserere nobis.
Kyrie eleyson.
Christe eleyson.
Kyrie eleyson.
Pater noster.

LAZARO
Et ne nos inducas in tentationem.

CORO
Sed libera nos a malo.

LAZARO
Ora pro nobis, Sancta Dei Genitrix.

CORO
Ut digni efficiamur promissionibus Christi.

LAZARO
Oremus.

(Todos rezan la siguiente oración. El último versículo comiénzanlo todos muy piano, y van creciendo hasta el Amén, dicho el cual se persignan, y los más se levantan. Algunos muéstranse aburridos del rezo)

TODOS
Gratiam tuam qucesumus Domine mentibus nostris infunde, ut qui Angelo nuntiante Christi Filii tui incarnationem cognovimus per Passionem ejus, et Crucem ad Resurrectionem gloriam perducamur. Supplicationem servorum tuorum, Deus misereatur exaudí, ut qui in societate Sanctissimi Rosarii Dei Genitricis, et Virginis Marise congregamur, ejus intercessionibus a te deinstantibus periculis eruamur. Per eundem Christum Dominum nostrum. Amén.

(Durante la letanía, Dolores y Celemín han cambiado las siguientes frases)

DOLORES
¿Hablaste a Melchor?

CELEMIN
Le hablé.

DOLORES
¿Qué contestó?

CELEMIN
Que vendrá.

DOLORES
(¡Válgame el cielo, qué haré!)

CELEMIN
¡Que ante nada cederá!

(Cuando todos se alzan, Celemín se Aja en la guitarra, la descuelga, y se sienta próximo a la mesa, y pone al instrumento la prima)

GASPARA
A las cinco salir debes mañana.

LAZARO
Lo sé.

GASPARA
Dormir conviene. (Va a arreglar el cofre de Lázaro)

CELEMIN
De música yo voy.

GASPARA
¡Otra jarana!...

CELEMIN
No tal.

LAZARO
Marchitas tiene
la Virgen hoy sus flores.

GASPARA
Con tanto ruido, es claro.

LAZARO
Si Dolores
permite, yo las mudo.

DOLORES
Allí está mi jardín, te lo permito.

LAZARO
Aquí, a las diez, acudo. (A Dolores)

DOLORES
¡No vengas! (Suplicante y rápido)

LAZARO
¡Sí!

(Entra en el cuarto y coge flores, que cambia por las que hay ante la imagen)

DOLORES
¡Por Dios!

GASPARA
Arregladito
ya el equipaje está.

CELEMIN
(Consigo mismo) ¡Hablarle quiero!

DOLORES
(¡Qué hice, Dios bendito!)

GASPARA
A dar órdenes voy. (Vase por la derecha)

LAZARO
(Al lado de la imagen) Ya está.

DOLORES
(Entrando en su cuarto) (¡Hoy muero!)

(Los demás circunstantes han ido alejándose por la izquierda. Una o dos mozas hanse marchado por la derecha, como pertenecientes a la casa)


ESCENA II

Lázaro y Celemín.

Celemín deja la guitarra sobre la mesa, y dirígese a Lázaro, que debe encontrarse cerca del cuarto de Dolores, a la que ha seguido con la vista.

CELEMIN
Pues solos un momento
quedamos por azar,
mi honrado pensamiento
te quiero declarar.
Venganza por mi nombre
juré tomar de tí;
mas eres todo un hombre...
no hay más que hablar por mí.

(Ofrece a Lázaro la mano con ruda franqueza; éste la estrecha del mismo modo)

LAZARO
¡Toma!

CELEMIN
¡No he acabado!...
¡Dolores!...

LAZARO
(Exaltándose) ¡No te oiré!

CELEMIN
¿Qué dices?

LAZARO
¡Que me enfado!

CELEMIN
¡No alcanzo...!

LAZARO
¡Ni hay por qué!

CELEMIN
Escucha, y la calma mantén, por tu vida:
también yo la quiero, mas no es para mí:
mañana tú sales: pues Lázaro, olvida,
no pienses en ella, que no es para tí.

LAZARO
¿A qué tal discurso?

CELEMIN
En vano te alteras.

LAZARO
¡Yo...!

CELEMIN
Sí; que la quieres y sufres y esperas.

LAZARO
¡Ya basta: me irrito!

CELEMIN
Y yo te repito,
así te acalores:
pues sales mañana, olvida a Dolores,
no pienses en ella, que no es para tí.
Algún otro, te advierto...
que su favor logró.

LAZARO
¡Mentira! ¡calla! (Exaltándose de nuevo)

CELEMIN(Exaltándose también) ¡Cierto!

LAZARO
¡Que no!

CELEMIN
¡Que sí!

LAZARO
¡Que no!
Y sabe que, el que ofenda
de hoy más a esa mujer,
en singular contienda
conmigo se ha de ver.

(Dolores ha escuchado esta frase y entra en escena; poco después viene Patricio por la izquierda con algunos que le acompañan. Luego Rojas del interior, y Gaspara con Celemín, después de haber ido éste a buscarla como indica el diálogo)


ESCENA III

Dichos; Dolores, Rojas y GASPARA

DOLORES
¡Gracias! (A Lázaro)

CELEMIN
Pues hará buen cura.

LAZARO
¡Dolores! (Risueño)

CELEMIN
(A Dolores) Yo le decía...
.
DOLORES
¡Cállale!

CELEMIN
¡Por vida mía!

PATRICIO
¡Santas noches nos dé Dios!

DOLORES
¡Buenas! (Afable)

CELEMIN
(Por si propio) (¡Vaya una figura!)

PATRICIO
¡Hola, colegial valiente!
entusiasmada la gente
te espera: ven de mí en pos.

LAZARO
No salgo.

CELEMIN
(¡Voy a Gaspara!) (Vase por la puerta derecha)

PATRICIO
¿Cómo no?

LAZARO
Estoy cansado.

ROJAS
¡Felices!

PATRICIO
Señor soldado,
¿aún vivís?

ROJAS
¡Pues qué he de hacer!

UNO
¡No creí que así escapara!...

DOLORES
¡Si por Lázaro no fuera!

ROJAS
Pues para que él se luciera...

TODOS
¡Já, já!

ROJAS
Me dejé coger.

PATRICIO
¿Y de amores?

ROJAS
¡Dios me guarde!

PATRICIO
Hace bien.

ROJAS
¡Es una ingrata!

PATRICIO
¿Viene usté a la serenata?

ROJAS
¡Sí! (Sale Gaspara muy azorada con Celemín)

GASPARA
(¡Hay que disimular!)
¿Qué hacen aquí? Ya es muy tarde...

PATRICIO
Esperamos a su ahijado.

LAZARO
No saldré.

GASPARA
¡Mejor pensado
es que vaya a descansar!

LAZARO
Es verdad. ¡Adiós, señores!

PATRICIO
¡El te valga!

DOLORES
(¡Que no salga!)

ROJAS
¡Vamos, pues!

LAZARO
(Vase por la derecha)
¡Adiós, Dolores!
(Celemín coge la guitarra y marcha con los otros)

CELEMIN
(¡Del mesón, hoy la va a echar!)

(Todos marchan menos Dolores y Gaspara. Dolores ha estado pensativa hasta que parece haber concebido una idea salvadora, y va á encontrarse con Gaspara, que también se dirige a ella airada, después de haber esperado con disimulada calma a que todos hayan despejado la escena)


ESCENA IV

Gaspara, Dolores y Lázaro.

GASPARA
¡Infame sirvienta!
¡También a mi ahijado
me le has conquistado!...

DOLORES.
¡Gaspara!... (Casi sin hacerla caso)

GASPARA
¡Chitón!
¡Aquí está la cuenta! (La da dinero)
¡Mañana, a la aurora,
te marchas!...

DOLORES
¡Señora!...

GASPARA
¡Sin más dilación!

DOLORES
¡Escuche!

GASPARA
¡No quiero!

DOLORES
¡Que el caso es más grave…!

GASPARA
¿Qué dices? ¡Hoy muero!

DOLORES
¡Dejadme que acabe!
Lázaro, es cierto que me adora.

GASPARA
¡Esto he de oír!...

DOLORES
Por eso debe, sin demora,
de aquí partir.

GASPARA
¡Mañana!

DOLORES
¡Es tarde!

GASPARA
¡El ordinario...!

DOLORES
¡Qué pesadez!...
¡Que aquí no se halle, es necesario,
hoy a las diez!

GASPARA
¿A las diez?

DOLORES
Un sacrilego,
entrar luego verán.

GASPARA
¡Jesús!

DOLORES
Si aún está Lázaro,
los dos se encontrarán.

GASPARA
¡Me aterra!

DOLORES
Un traginante
hay, que parte en seguida.

GASPARA
Pues habíale al instante.

DOLORES
Mas, él querrá... (Por Lázaro)

GASPARA
Descuida,
que siempre me obedece.

DOLORES
(¡El cielo me escuchó!)

(Marcha presurosa por la puerta izquierda)

GASPARA
¡Mentira me parece!...
¡Lázaro... ven... soy yo!

(Queda pensativa, inventando cómo engañará a Lázaro: en la manera de hablarle, debe observarse su embarazo. Lázaro sale)

LAZARO
¿Qué ocurre?

GASPARA
Pues... me avisa el ordinario
que no puede llevarte.

LAZARO
Entonces, no saldré. (Esperanzado)

GASPARA
¡Todo al contrario!
Un arriero hay, que ahora parte
a Tarazona...

LAZARO
¡Ah!...

GASPARA
¡Y ya te espera!
Con él irás, ¿verdad?

LAZARO
(Pensativo) ¡Como usted quiera!

GASPARA
Mañana ya estarás tan ricamente.

(Entra Dolores muy presurosa, seguida de un mozo. Al ver a Lázaro, se contiene e intenta parecer tranquila)

DOLORES
Te aguardan. (A Lázaro)

LAZARO
Tú cuidaste... (Sorprendido)

DOLORES
¡Sí! (Al mozo) Ligero
lleva el cofre. (El mozo carga con el cofre y parte)

GASPARA
Pues todo está corriente,
¡adiós! (Abrazándole)

LAZARO
¡Adiós!

DOLORES
¡La Virgen te proteja!

LAZARO
¡Adiós! Así lo espero...
Si se lo ruegas tú. (Marchándose)

DOLORES
¡Con alma y vida!

GASPARA
¡Adiós, pues!

DOLORES
(¡Ya se aleja!)

GASPARA
¡Hijo mío!

(Mirándole marchar y yendo después a la ventana. Dolores se dirige a la imagen de la Virgen y se arrodilla ante ella)

DOLORES
¡Gracias, Virgen querida!

GASPARA
Ya sale. ¡Adiós, adiós! ¡El pobrecito
mi mentira creyó!... ¡Si es un bendito!

(Se dirige a Dolores, ya muy afable. Dolores se levanta y persigna)

¿Pasó el peligro ya?...

DOLORES
Id descuidada.

GASPARA
¡Cómo a cantarte van!...

DOLORES
Ellos se cansarán...

(Va a la puerta de la izquierda y la cierra con cerrojo)

Esta puerta, cerrada,
a nadie se ha de abrir.

GASPARA
Me voy tranquila.
Si quieres, pues el diablo ya no enreda,
quedarte aquí... te queda.

DOLORES
Lo pensaré. (Indiferente a Gaspara)

GASPARA
Tú a solas lo ventilas.

(Marcha Gaspara por la puerta de la derecha)


ESCENA V

Dolores

DOLORES
Tarde sentí, cuitada,
lo que sentir quería...
¡Pobre alma mía!
¡Huérfana, sola, deshonrada,
ni aun puedo amar!
¡Hoy que mi amor despierta
en la región más pura,
¡qué desventura!
árida y triste, fría, yerta...
la logro hallar!
¡Mas quién, Dolores,
pudo esperar mejor destino
con tus amores!...
Si el vuelo alzaste,
la de la copla sé, tal es tu sino.
¡Triste!... ¡Soñaste!

(Siéntase al lado de la mesa, triste y abatida. Suenan las diez en un reloj lejano. Al oírlo se incorpora y escucha la hora)

¡Las diez! ¡Ya no te temo,
hora fatídica! Melchor que venga;
la puerta bien cerrada.

(Vuelve a examinarla; luego se dirige a la ventana para cerrarla también)

No la verán abrir. Después, que injurie.
Le desprecio... le... (Salta Lázaro por la ventana)
¡Cielos! ¡Quién!

LAZARO
¡Dolores!


ESCENA VI

Dolores y Lázaro

DOLORES
(¡Maldición!)

LAZARO
¡Dolores mía!

DOLORES
¡Aquí tú!

LAZARO
¡Sí; con mi amor!

(Toma con su mano derecha la de Dolores, y medio abrazada, mas tímida y castamente, la conduce a una de las banquetas próximas a la mesa. El queda contemplándola, con la rodilla derecha en tierra)
Mas ¿qué tienes?

DOLORES
(¡Suerte impía!)

LAZARO
Todos duermen; no hay temor.

(Con la mayor pasión)

¡Di que es verdad que me llamas!
¡di que es verdad que no sueño!
¡di que es verdad que me amas!
¡dilo, Dolores, por Dios!
¡Di que mi suerte lo quiso!
¡que de tu amor soy el dueño!...
¡Dilo, y será un paraíso,
la tierra para los dos!

DOLORES
(¡Qué tormento!)

LAZARO
Responde, di...

DOLORES
¡Perdona!

LAZARO
¿De qué?

DOLORES
De que... imprudente...
sin saber lo que hacía...

LAZARO
¡Sigue!

DOLORES
Pude decirte...

LAZARO
Que viniera a las diez. (Alzándose)

DOLORES
Sí; más repara...

LAZARO
¡Mi amor escarneciste!...
.
DOLORES
(Súbita y enamorada) ¡No! (¡Qué lucha!...

LAZARO
¡Entonces, di!

DOLORES
(No puedo más) ¡Escucha!

(Al proscenio y enamoradísima)

¡Todo mi ser, embriagado,
de tu pasión noble, ardiente,
corre hacia tí enamorado,
cual si tú fueras mi Dios!
¡Cómo al imán, va el acero,
como al abismo, el torrente,
puro, radiante y sincero,
mi amor del tuyo va en pos!

LAZARO
¡Bendita seas! (Los dos extasiados)

DOLORES
¡Lázaro te aleja!

LAZARO
¡Después de oírte!

DOLORES
¡Sí!

LAZARO
¡Qué temes!

DOLORES
¡Todo!
Tu amor... mi suerte...

LAZARO
¡Cálmate, bien mío!

DOLORES
(¡Vacilo!) ¡Parte!

LAZARO
¡No! ¡Tú eres mi cielo!

DOLORES
¡Tu voz fascina!

LAZARO
¡Música es la tuya!

LOS DOS
¡Tu noble y dulce amor el alma llena,
de gloria y de placer, y la enajena!

(Estando arrobados, óyese lejanamente la rondalla. Dolores se aparta horrorizada. Lázaro trata de calmarla, pero en vano)

DOLORES
¡Jesús!

LAZARO
¡Qué!

DOLORES
¡Soñabas, mujer infelice!

LAZARO
¡Dolores!

DOLORES
¡Ya vienen! (Con la vista extraviada)

LAZARO
¡No entiendo!

DOLORES
¡Ay de mí!
¡Mortal la rondalla resuena!...

LAZARO
¡Qué dice!...
¡Qué importa que sepan que estoy junto a tí!

DOLORES
(¡Qué hacer!)

LAZARO
¡Ya no parto, y tú serás mía!

DOLORES
¡Ay, Lázaro, calla!

LAZARO
¡Un año callé!
¡Más ya que lo sabes, verás mi alegría,
qué ufano en el pueblo mañana diré!

DOLORES
(¡Traspásame el alma su amor e inocencia!)

LAZARO
Ya vuelven. (Escuchando y sin dar importancia)

DOLORES
¡Sí, vuelven!

LAZARO
¿Les mando marchar?

DOLORES
¡Oh, no, que me pierdes, si aquí tu presencia...!

LAZARO
Oigamos.

DOLORES
¡Es tarde! (Invitándole dulcemente a que marche)

LAZARO
Les voy a escuchar.

(Oyese fuera la copla: «Si vas a Calatayud,» etc. Lázaro dice jovialmente el primer verso, hasta que, oída toda la copla, se enfurece)

DOLORES
(¡La copla maldita!) (Desesperada)

LAZARO
¡A tí es la canción!
¡Por Dios, que me irrita
tan vil agresión!

DOLORES
¡No te inquietes! (Tratando de calmarle)

LAZARO
¿Quién ha osado?

DOLORES
¡No es por mí!... ¡quién va a saber!...

LAZARO
¡Yo lo sabré!...

DOLORES
Ya han cesado...

LAZARO
Se alejan...

DOLORES
(¡Para volver!)
¡Lázaro! (Suplicante, indicándole que la deje)

LAZARO
Voy... y mañana... (Alegre)

DOLORES
Duerme bien.

LAZARO
¡Pensando en tí!
¿Madrugarás?

DOLORES
Muy ufana.

LAZARO
¡Adiós!

DOLORES
¡Adiós!

LAZARO
¡Piensa en mí!...

(Al retirarse, suenan medrosos golpes en la puerta de la izquierda)

DOLORES
(¡Gran Dios!)

LAZARO
¡Llamaron!

DOLORES
¡No!

LAZARO
¡Si tal, llamaron!
¡Oyes! (Han vuelto a llamar)

DOLORES
¡Es cierto!...

LAZARO
¿Quién es?

DOLORES
No concibo...

LAZARO
¡Me engañas!

DOLORES
¡No; lo juro!

LAZARO
Déjame abrir. (Dirígese a la puerta)

DOLORES
(Oponiéndose) ¡Por Dios te pido, huye!

LAZARO
¡Huir ante un rival!...

DOLORES
(Con dolor) ¡Cuánto me ofendes!

LAZARO
¿Pues quién es?

DOLORES
No lo sé... ¡ah! Tu madrina
al marcharte bajó, y sube ahora...

LAZARO
Mi madrina...

DOLORES
¡Cabal... si aquí te viera!...

LAZARO
¡Tiemblas!...

DOLORES
¡El susto!...

LAZARO
Voy; (¡llevo un infierno!)
¡Adiós!

(Aunque recelosamente, se marcha. Dolores cierra con cerrojo también la puerta por donde se marchó Lázaro)

DOLORES
¡Adiós! ¡Salvado está, Dios mío!


ESCENA VII

Dolores y Melchor

DOLORES.
(Abre la puerta de la Izquierda, y entra Melchor)
¡Entra!

MELCHOR
¡Tardaste!

DOLORES
¡Sí! Oyeme y vete.
Ya estás aquí, venciste, ya no lucho;
te perdono, y tú perdonarme debes;
mas vete, vete luego.

MELCHOR
¡Me sorprendes, mujer! ¡También las paces
quiero!

DOLORES
¡Pues bien!...

MELCHOR
Mas no de esta manera.

DOLORES
¡No entiendo!...

MELCHOR
Paz amiga.

DOLORES
(¡Miserable!)
¡Melchor!...

MELCHOR
¡No airada, sino dulce, amable!
Mi intento fue sólo la cita al pedirte,
rendir tu fiereza, tu rudo tesón;
mas luego en el alma, bien puedo decirte,
que se ha despertado mi antigua pasión.

DOLORES
(¡Qué oigo!) (Injuriada en su más puro sentimiento)

MELCHOR
¡Dolores, las paces sellemos!
Te espero en mis brazos.

DOLORES
(¡Ya no puedo más!)

MELCHOR
¡No vienes!...

DOLORES
(Airada y terrible) ¡O locos los dos estaremos...
o tú el más inicuo y odioso serás!

MELCHOR
¡Dolores! (Airado así mismo)

DOLORES
¡Ya, verdugo
cruel de esta mujer!

MELCHOR
¡Soportarás mi yugo!

DOLORES
¡Qué más quieres hacer!...
Traidor mi honor robaste;
después me abandonaste.
¡Mi padre, pobre anciano,
por tí, villano,
á la tumba bajó!...
¡Te perseguí anhelante,
esperando constante...
y mi honor en jirones
con tus canciones
por la calle rodó!...
¡Miserable!

MELCHOR
Todo eso es ya pasado...

DOLORES
¡Vete de aquí! (Con ademán grandioso de desprecio)

MELCHOR
Después de someterte.

DOLORES
¡Melchor!

MELCHOR
He prometido
a los que afuera aguardan,
que así como tú abriste,
la puerta cerrarás.

DOLORES
¡Mal apostaste!

MELCHOR
¿Te niegas?

DOLORES
¡Sí!

MELCHOR
¡Veremos! (Yendo hacia ella)

DOLORES
¡Tente!

(Abrese violentamente la puerta del cuarto de Dolores, y aparece Lázaro, pálido, demudado, temblando de dolor y de cólera. Deja la puerta totalmente abierta, y se ve la ventana interior de par en par; las flores tronchadas, y la enredadera caída del marco y dintel. Lázaro corre a cerrar la puerta de la izquierda, y torna a desafiar a Melchor. La luna ilumina el cuarto de Dolores)


ESCENA VIII

Dichos y Lázaro

LAZARO
¡Espera!

MELCHOR
¡Tú!

DOLORES
¡Cielos!

MELCHOR
¡Qué buscas!

LAZARO
¡Tu vida!

MELCHOR
¡Comprendo!
¡Oculto en tu cuarto! (A Dolores)

LAZARO
¡Defiéndete ya!

DOLORES
¡Por Dios!

MELCHOR
¿Es ya tuya?

LAZARO
¡Aún no!

MELCHOR
¡Pues no entiendo!

LAZARO
¡Después que tú mueras!...

MELCHOR
¡Yo!...

LAZARO
¡Mía será!

DOLORES
¿Qué has hecho?...

LAZARO
¡Enterarme de su felonía!

MELCHOR
¡Villana emboscada!

LAZARO
¡Cobarde!

MELCHOR
(Sacando con rabia un puñal) ¿Qué oí?
¡No más!

DOLORES
¡Por la Virgen!

LAZARO
(Con alegre ferocidad) ¡Así te quería!
¡Allí, hay luz y espacio! (Por el cuarto de Dolores)

DOLORES
¡Teneos!

LOS DOS
(Corriendo, ciegos de furor) ¡Allí!

(Entran en el cuarto y cierran por dentro. Dolores va de un lado a otro, loca de dolor. Abre las puertas de izquierda y derecha, y forcejea en la de su cuarto)


ESCENA IX

Dichos; Gaspara, Celemín, Patricio, Rojas y Coro

DOLORES
¡Socorro!... ¡Aquí!... ¡venid! ¡Ay, triste!
¡Abrid!... ¡Corred!... ¡No cede, no!...

(Abrese la puerta del fondo y aparece Lázaro descompuesto, respirando fatigosamente y extraviada la mirada. Pasa, cierra la puerta, y permanece un momento inmóvil)

¡Ah!... ¡Lázaro!

LAZARO
¡Yo soy!

DOLORES
¿Qué hiciste?...

LAZARO
¡Ahí se quedó!

(Arrójase en el banco de la derecha, hundiendo el rostro en las manos)

DOLORES
¡Horror!...

(Cuando ve que viene gente, pónese de espaldas a la puerta, como queriendo impedir que nadie atraviese el dintel. Aparecen los de la rondalla con guitarras, etc., Celemín, Patricio y Rojas. Del interior, vienen Gaspara y algunas mozas)

CELEMIN
¿Quién grita así?

GASPARA
Dolores era.

ROJAS
¿Qué ocurre?

DOLORES
¡Atrás!

CELEMIN
¡Aparta!

DOLORES
¡No!

PATRICIO
¿Qué ocultas?

DOLORES
¡Nada!

CELEMIN
(Forcejeando con ella) ¡Fuera!

DOLORES
¡No!

CELEMIN
¡Cederás! (La separa y entran algunos)

CORO
¡Entremos!
¡Cielos!

CELEMIN
¡Muerto,
se encuentra aquí Melchor!

DOLORES
¡Yo le maté! (En noble arranque)

LAZARO
(Alzándose) No es cierto;
yo soy su matador.

GASPARA
¡Gran Dios! (Cae desmayada al lado de la Virgen)

CELEMIN
¿Por qué?

LAZARO
Liviano,
mancilló esta mujer.
¡Yo la amo!...

DOLORES
¡Huye!

LAZARO
¡No; él fue un villano!
¡Yo quedo de su muerte a responder!



FIN DE LA OPERA


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