LA TEMPESTAD
Melodrama
en tres actos, en prosa y verso.
Libreto:
Miguel Ramos Carrión.
Música:
Ruperto Chapí.
Estrenado
en el Teatro de la Zarzuela, de Madrid, el 11 de Marzo de 1882.
La
acción en un puertecito de Bretaña, en los primeros años del siglo XIX.
ARGUMENTO
ACTO I
Sucede
en la sala baja de la hostería de Simón, frente al mar, y se inicia en plena tempestad,
mientras los marineros luchan por salvar sus barcos y las mujeres rezan a una
imagen de la Virgen. Pasada la tormenta, los marineros entran en la hostería y beben
con alegría, a la par que comentan las incidencias del salvamento de un
bergantín, en cuyas labores ha destacado Roberto, hijo de marineros, y al que
todos elogian por su conducta en el naufragio. Roberto está enamorado de
Angela, hija de un comerciante que fue asesinado hace años, y robado, durante
una tempestad, cuando esperaba a que reinara la calma, tras la galerna, para
embarcar. Entonces no pudo encontrarse al asesino, y Angela, pequeñita y
huérfana, fue prohijada por el señor Simón con quien vive. Tras el coloquio en
el que Roberto cuenta el origen de su vida, sale a escena Simón donde, en su
romanza, refleja sus, temores. Prosigue el encuentro entre Roberto y Angela,
donde se declaran su amor mutuo. Posteriormente, Roberto entona su célebre romanza,
en la que reconoce y valora sus raíces. Queda definitivamente convenido el matrimonio
de los jóvenes, a pesar de la falta de convencimiento de Simón.
ACTO II
Se
inicia con dos escenas de conjunto donde se canta la boda de los jóvenes, a la
que sigue una serenata de carácter cómico y en la que se hace una exaltación de
la fortuna que se le supone a Beltrán. Cuando todo es alegría y júbilo, aparece
la justicia que quiere detener a Beltrán. Simón, rencoroso de la felicidad ajena,
ha acusado a éste de ser el asesino del padre de Angela. El juez afirma que
deberá expiar su crimen, ante el asombro de todos.
ACTO III
Comienza
con una escena de conjunto donde se señala la tristeza del desdichado. Sigue un
número de voces cómicas. A pesar de que el tribunal ha condenado a Beltrán,
Angela apuesta por si inocencia. De hecho, nadie en el pueblo cree en si,
culpabilidad. Beltrán permanece preso en
la casa de Simón y Roberto y Mateo barajan su fuga. Mateo, sin embargo, que
vigila desconfiado a Simón, sorprende su sueño y en la agitación del mismo oye
cómo, entre pesadillas, aquél reconoce su crimen y ve cómo esa confesión la tiene
escrita en un papel que guarda en el pecho. Mateo, entonces, le quita el papel
y lo lleva al juez, quien se presenta a detener a Simón, que ha intentado,
mientras, asesinar también a Beltrán, a quien supone autor del hurto de su
confesión escrita. Beltrán es liberado definitivamente de la cárcel y los
enamorados celebran el final de sus múltiples padecimientos.
______________
Personajes:
Angela: Huérfana, adoptada
por Simón.
Roberto: Pretendiente de Angela.
Simón: Dueño de la hostería, y asesino del padre de Angela.
Beltrán: Rico indiano salvado por Roberto de un naufragio.
Mateo: Criado de Simón.
_______________
Números musicales:
Coro “Estrella de los mares”: (Mujeres, Marineros, Mateo)
Coro y romanza “Aquí está el mancebo
valiente y audaz”: (Marineros,
Roberto, Mateo, Mujeres)
Monólogo de Simón “La lluvia ha
cesado….¿Por qué? ¿Por qué temblar?”: (Simón)
Dúo de Roberto y Angela “¡Angela mía!
¡Mi dulce encanto! con barcarola “Cuando en las noches del estío”: (Roberto, Angela)
Romanza de Beltrán “Salve, salve costa
de Bretaña donde nací….Escuchando el rumor de ese mar”: (Beltrán)
Cuarteto y final del Acto I “¡Virgen
santa!”: (Roberto, Angela, Simón,
Beltrán)
Coro “Llegad, llegad, venid, venid”: (Mujeres, Pescadores, Hombres)
Coplas por Mateo “Tengan muy buenos
días”: (Mateo, Coro)
Coro de los consejos “En busca de la
novia que ya le espera”: (Hombres,
Mujeres, Roberto, Angela, Beltrán)
Terceto del collar “Diamantes brasileños
tan claros como el sol…Como gotas de fresco rocío”: (Beltrán, Angela, Roberto)
Balada fantástica “Din don, din dan.
Alegres campanas repica el sacristán”: (Simón)
Concertante y final del Acto II “En
tanto que los novios vienen aquí”: (Coro,
Roberto, Angela, Beltrán, Juez, Simón, Mateo, Margarita)
Coro “Esa es la puerta del tribunal”: (Hombres, Mujeres)
Romanza de Angela “Con él, mi esperanza
va”: (Angela)
Terceto “¡Valor, Angela mía! ¡El ánimo
perdí!: (Roberto, Angela, Beltrán)
____________
Coro “Estrella de los mares”: (Mujeres, Marineros, Mateo)
MUJERES
Estrella
de los mares,
que
brillas en la altura,
potente
y limpio faro
de
luz celeste, y pura,
del
triste navegante
el
rumbo incierto guía
y
amparo presta al náufrago.
¡Virgen
Maria!
MARINEROS
(Dentro
imitando el grito especial con que acompañan sus maniobras de fuerza, y
especialmente la de sirgar)
¡Ohí-eohí!
Amarra
ese cable
y
aboga hacía aquí.
¡Ohí-eohí!
(Truenos
y relámpagos)
MUJERES
Del
mísero que llora,
consuelo
y esperanza,
que
brillas entre nubes
cual
iris de bonanza,
aplaca
de los mares
la
cólera bravía
y
enjuga nuestras lágrimas.
¡Virgen
María!
MARINEROS
¡Ohí-eohí!
Si
bogas con fuerza
te
salvas aquí.
¡Ohí-eohí!
(La
tempestad se aleja poco a poco. Las Mujeres se levantan y van hacia la puerta y
la ventana, desde donde miran con ansiedad la maniobra de los Marineros, cuyo canto
se repite varias veces)
MUJERES
¡A
la anhelada orilla
todos
llegando van!
¡Gracias,
oh Virgen Santa,
ya
en tierra están!
(Prepáranse
alegres para recibir a los marineros)
MATEO
La
carga y el pasaje
salváronse,
por fin
y
libre ya en la orilla
se
mece el bergantín.
Ahí
llegan los valientes,
que
a fuerza de luchar
no
sé cómo han logrado
que
no los trague el mar.
(Entran
los marineros con los trajes mojados
escurriendo el agua de algunas prendas. Abrazan a las mujeres y a los niños)
MARINEROS
Tras
la penosa
ruda
faena,
justo
es que un trago
nos
fortalezca.
Tráenos,
Mateo,
ron
o ginebra,
que
a nuestra sangre
calor
devuelva.
MUJERES
Tráeles,
Mateo,
ron
o ginebra.
que
al frío cuerpo
calor
devuelva.
(Mateo
les sirve de beber)
MARINEROS
Bebamos,
sí, bebamos.
MATEO
Bebed,
bebed,
que
bien, valientes,
lo
merecéis;
¡Bebamos
todos!
MARINEROS
¡Bebamos,
pues!
MUJERES
¡Bebed,
bebed!
(Beben
todos después de chocar los vasos)
MATEO
(A
las mujeres que le rodean)
Para
ser marinerito
no
he nacido yo;
hombre
soy de tierra firme,
pero
de agua no.
Me
embarqué por broma un día
en
que fui a pescar,
y
pesqué sólo un mareo
más
que regular.
De
pensarlo sólo
no
sé qué me da.
CORO
(Riendo
y haciendo burla)
¡Ja,
ja, ja!
MATEO
(Como
sintiéndose mareado)
Tengo
todo el cuerpo.
alterado
ya.
CORO
¡Ja,
ja. ja!
Solo
al recordarlo
alterado
está;
por
temor al agua
no
se lavará.
¡Ja,
ja. ja!
MATEO
Del
horror que tengo
al
agua puedo asegurar
que
si no hay otro diluvio
yo
no me he de ahogar.
Y
de fijo aun cuando lo haya
yo
me salvaré.
si
para los animales
hay
otro Noé.
¡Con
el balanceo
qué
sudor me da!
CORO
¡Ja,
ja, ja!
MATEO
De
pensado sólo
estoy
malo ya.
CORO
¡Ja,
ja, ja!
Puede
asegurarse
que
no se ahogará.
¡Ja,
ja, ja!
Sólo
de pensarlo
mareado
está.
¡Ja,
ja, ja!
_______________
Coro y romanza “Aquí está el mancebo valiente y audaz”:
(Marineros, Roberto, Mateo, Mujeres)
MARINEROS
(Que
abren el paso al verle)
Aquí
está el mancebo
valiente
y audaz
que
sabe a los mares
la
presa arrancar.
Hoy
todos anhelan
tu
mano estrechar
y
de camarada
el
nombre te dan.
ROBERTO
Mil
gracias, amigos.
(Estrecha
la mano de todos)
MATEO
(Ofreciéndole
su vaso)
Un
trago por mi.
(Roberto
lo apura de un sorbo)
MUJERES
¡Es
ya todo un hombre!
ROBERTO
¡Pues
claro que sí!
TODOS
Honor
al mancebo
valiente
y audaz,
que
sabe a los mares
la
presa arrancar.
ROBERTO
Hijo
soy del mar salobre
y
una barca fue mi cuna.
¿Qué
me importa a mí ser pobre
si
él me brinda una fortuna?
Las
riquezas de su fondo
yo,
atrevido, he de buscar,
que
en su seno, turbio y hondo,
mil
tesoros guarda el mar.
¡Que
airado el viento ruja,
y
silbe en derredor;
que,
roto el mástil, cruja
al
golpe destructor;
que
estalle la tormenta,
que
brame el huracán,
ni
el rayo me amedrenta,
ni
temo a la mar.
CORO
¡Que
estalle la tormenta,
que
brame el huracán,
ni
el rayo le amedrenta,
ni
teme a la mar!
ROBERTO
De
la mar al golpe blando,
que
la borda con su espuma,
mi
barquilla va bogando
más
ligera que una pluma.
Mientras
yo dejando el remo
perezoso
descansar,
voy
tranquilo y nunca temo
las
traiciones de la mar.
Que
airado el viento ruja, etc.
CORO
¡Que
estalle la tormenta,
que
brame el huracán,
ni
el rayo le amedrenta,
ni
teme a la mar!
_______________
Monólogo de Simón “La lluvia ha
cesado….¿Por qué? ¿Por qué temblar?”: (Simón)
(Simón,
que abre la puerta izquierda de la galería, sale a ésta, observa el cielo a
través
de
los cristales y baja luego lentamente a la escena)
SIMON
La
lluvia ha cesado,
aléjase
el trueno;
el
cielo nublado
se
torna sereno.
Pasó
la tormenta,
la
mar está en calma;
¿por
qué tan violenta
se
agita mi alma?
¿Por
qué, por qué,
¡ay
de mí,
eternamente
ruge
la
tempestad aquí?
(Poniéndose
la mano sobre el corazón)
La
luz de los relámpagos,
que
rápida fulgura
con
resplandor fatídico
me
llena de pavura,
y
escucho de la víctima
los
ayes exhalar,
del
aire entre las ráfagas
que
gimen al pasar.
Hirviente
se alza indómito
el
mar embravecido,
suspenso
deja el ánimo
su
aterrador mugido.
¡Y
el trueno derrumbándose,
me
dice desde allí
que
Dios su justa cólera
desata
contra mí!
(Tembloroso
y aterrado se deja caer sobre uno de los bancos)
Ya
el trueno apagado
más
lejos resuena:
el
viento ha callado,
la
mar se serena.
Volvió
la alegría;
renace
la calma,
lo
mismo que el día
serénase
el alma.
¿Por
qué, por qué temblar?
El
cielo está sin nubes,
azul
está la mar.
¿Por
qué temblar?
(Vase.
Apenas ha salido por el foro aparece en la puerta Roberto, que se detiene allí
,viéndole marchar. Cesa la música)
_______________
Dúo de Roberto y Angela “¡Angela mía!
¡Mi dulce encanto! con barcarola “Cuando en las noches del estío”: (Roberto, Angela)
ROBERTO
¡Angela
mía!
mi
dulce encanto!
ANGELA
¿Por
qué, Roberto
te
quiero tanto?
ROBERTO
Tú
eres mi vida.
ANGELA
Tú
mi tesoro.
ROBERTO
¡Cuánto
te quiero!
ANGELA
¡Cuánto
te adoro!
ROBERTO
¡Tú
no me quieres
como
yo a tí!
ANGELA
¡Ay!
¡Demasiado
sabes
que sí!
(Roberto
va a abrazarla)
Por
Dios, no venga el viejo.
ROBERTO
No
Viene, no.
(En
un arranque de energía)
Y
si viene le digo que te adoro
y
se acabó.
¿Cuándo,
dulce paloma
lucirá
el día
en
que pueda llamarte
esposa
mía?
ANGELA
¿Cuándo
será el momento
tan
venturoso
en
que llamarte pueda
querido
esposo?
ROBERTO
¡Porque
ello al cabo
hemos
de ser,
yo
tu marido,
tú
mi mujer!
ANGELA
Pues
si ello tiene
que
suceder,
que
sea lo antes
que
pueda ser.
(Con
ingenuidad)
ANGELA
y ROBERTO
Cuando
eso llegue
a
suceder,
¡oh,
qué dichosos
podremos
ser!
ANGELA
Cuando
en las noches del estío
azul
y blanca esté la mar,
juntos
iremos, dueño mío,
a
navegar.
Allá
en alegres barcarolas,
cantar
podremos nuestro amor,
entre
el arrullo, de las olas
halagador.
ROBERTO
Con
cuánto afán que llegue ansío.
el
dulce instante en que cruzar
preso
en tus brazos, ángel mío,
la
verde mar.
Yo
escucharé tus barcarolas,
alegre
cántico de amor,
entre
el arrullo de las olas
murmurador.
ANGELA
¡Solos,
en, medio
del
ancho mar,
qué
dulces noches
se
pasarán.
ROBERTO
Cuando
te lleve
sobre
la mar,
¡oh!
¡qué orgullosa
mi
barca irá!
Tú
con un remo,
con
otro yo,
así
abrazados
bogar
los dos.
(Cogiéndola
con el brazo derecho, por la cintura, mientras con la mano izquierda figura
remar. Angela hace lo mismo)
ANGELA
Tú
con un remo,
con
otro yo,
así
abrazados
bogar
los dos.
(A
la última nota del dúo, Roberto estrecha a Angela entre ambos brazos, a tiempo
que parece en la puerta del foro, Simón)
_______________
Romanza de Beltrán “Salve, salve costa
de Bretaña donde nací….Escuchando el rumor de ese mar”: (Beltrán)
BELTRAN
Salve,
costa de Bretaña,
donde
nací;
hoy,
dejando tierra extraña,
llego
hasta tí.
Salve,
asilo venturoso
de
mi niñez,
anhelando
tu reposo
vuelvo
otra vez.
De
ti muy lejos
hallé
la suerte,
mas
siempre ansiaba,
volver
a verte.
Y
aun cuando ingrata
fuiste
conmigo,
costa
querida,
yo
te bendigo;
que
hoy al posar de nuevo
mi
pie sobre ti,
la
juventud parece
volver
a mí.
Escuchando
el rumor de ese mar
que
amoroso mi cuna meció,
siento
dulces del alma brotar
los
recuerdos que avara guardó.
De
aquel tiempo que rápido fue
y
llevó la ilusión tras de sí,
el
encanto de nuevo hallaré
recordando
las horas aquí.
Tranquilo
el pecho
ya
no suspira,
que
el aire patrio
con
gozo aspira,
y
aunque tú ingrata
fuiste
conmigo,
costa
risueña,
yo
te bendigo;
que
hoy al poner de nuevo
mi
pie sobre ti,
la
juventud parece
volver
a mí.
_______________
Cuarteto y final del Acto I “¡Virgen
santa!”: (Roberto, Angela, Simón,
Beltrán)
ROBERTO
¡El!
ANGELA
¡Virgen
Santa!
SIMON
(Yendo
iracundo al ellos)
¡Ah,
vive Dios!
BELTRAN
(Interponiéndose)
¡Yo
les amparo!
SIMON
¿Y
quién sois vos?
BELTRAN
Un
hombre soy que debe,
la
vida a este rapaz,
que
despreció la suya,
por
socorrerme audaz.
Fortuna
y existencia
por
él del mar salvé,
haciéndole
dichoso
mi
deuda pagaré:
Y
como en esta niña
cifró
su dicha toda,
dispuesto
a darle gusto
protegeré
su boda.
En
vano es oponerse,
pues
lo he resuelto ya.
y
pese a quien pesare
con
ella casará.
SIMON
Ja,
ja, ja, ja,
risa
me da.
BELTRAN
Reíd,
reíd,
cuanto
queráis.
SIMON
Vos
ignoráis, sin duda,
que
si él quiere a la chica:
por
cálculo es tan solo,
pues
la supone rica.
ROBERTO
A
ultraje tan villano
ni
aun quiero contestar.
SIMON
¡Ya
veis, el miserable
se
tiene que callar!
ROBERTO
(A
Angela)
(Por
ti tan vil ofensa
me
atrevo a devorar)
ANGELA
(Tu
inmenso sacrificio
mi
amor sabrá apreciar)
BELTRAN
Yo
de las Indias
traigo
un tesoro;
puedo
a este chico
pesar
en oro.
Para
él respeto
de
vos exijo:
padre
no tiene,
yo
le prohíjo.
Y
si os parece poco,
no
dudo ya,
¡todo
cuanto poseo
suyo
será!
ROBERTO
¡Cómo
pagar, Dios mío
tanta
bondad!
ANGELA
¡Mi
alma de afecto llena
gracias
os da!
SIMON
Siendo
tan generoso,
fuerza
será ceder.
BELTRAN
¿Luego
asentís gustoso?
SIMON
¿Pues
qué he de hacer?
(Beltrán
hace unirse a Roberto y Angela que se abrazan)
ROBERTO
y ANGELA
¡Ah!
El
alma mía enamorada
despierta
en mágica explosión
y
con su fuerza arrebatada
gozoso
late el corazón.
BELTRAN
(Contemplándolos
con placer)
¡Linda
pareja enamorada!
¡Oh,
cuánto goza el corazón
viendo
su dicha asegurada
al
solo anuncio de su unión!
SIMON
(Mirando
a Beltrán)
¿Por
qué me turba su mirada?
¿Por
qué se agita el corazón
y
a mi memoria conturbada
acude
fúnebre visión?
ROBERTO
(Separándose
de Angela)
A
ver voy a mi madre;
que
ya mi ausencia llora.
Dejad,
señor, que bese
(A
Beltrán)
su
mano bienhechora,
(La
besa. Beltrán le coge, y atrayéndole hacia sí le abraza a él y a Angela,
formando grupo)
BELTRAN
¡Fortuna
y alegría.
el
cielo os quiera dar
y
así será la mía
vuestra
felicidad!
¡Ah!
ROBERTO
y ANGELA
El
alma mía enamorada
despierta
en mágica explosión
y
con su fuerza arrebatada
gozoso
late el corazón.
BELTRAN
¡Linda
pareja enamorada!
¡Oh,
cuánto goza el corazón
viendo
su dicha asegurada
al
solo anuncio de su unión!
SIMON
(Contemplando
el grupo)
¿Por
qué me turba su mirada?
¿Por
qué se agita el corazón
y
a mi memoria conturbada
acude
fúnebre visión?
ROBERTO
¡No
cabe en mi alma la alegría!
Adiós,
mi noble protector.
¡Hasta
mañana, vida mía!
Con
Dios quedad, señor Simón.
ANGELA
Adiós!
SIMON
¡Adiós!
BELTRAN
¡Adiós!
(Beltrán
se acerca a Simón, en tanto que Roberto y Angela, ya cerca de foro)
¡Gocemos
en la dicha de los dos!
ROBERTO
¡Adiós!
ANGELA
¡Adiós!
(Roberto
le da un beso, a cuyo sonido vuelve Simón, fosco, y Beltrán risueño. Angela se
queda ruborizada. Roberto se despide desde la puerta)
SIMON
¿Eh?
ROBERTO
¡Adiós!
ROBERT,
ANGELA, SIMON y BELTRAN
¡Adiós!
_______________
Coro “Llegad, llegad, venid, venid”: (Mujeres, Pescadores, Hombres)
MUJERES
Llegad,
llegad,
venid,
venid;
una
alegre alborada cantemos
y
así despertaremos
a
la novia que duerme feliz.
PESCADORES
Venid,
venid,
llegad,
llegad;
la
doncella que hoy va a ser esposa
despierta
gozosa
a
la voz de la dulce amistad.
TODOS
Venid,
venid,
llegad,
llegad.
CORO
Despierta,
niña, despierta,
que
el día avanzando va,
y
la amistad a tu puerta
alegre
llamando está.
Abre
ya tu ventana,
mira
el cielo azul,
que
pintó la mañana
con
hermosa luz;
que
la niña que duerma
cuando
nace el sol,
de
seguro está enferma
o
no tiene amor.
Ligera
salta del lecho
y
de él despídete ya,
que
para dos harto estrecho
desde
esta noche será.
Abre
ya tu ventana,
mira
el cielo azul,
que
pintó la mañana
con
hermosa luz;
que
la niña que duerma
cuando
nace el sol,
de
seguro está enferma
o
no tiene amor.
Ligera
salta del lecho
y
de él despídete ya,
que
para dos harto estrecho
desde
esta noche será.
_______________
Coplas por Mateo “Tengan muy buenos
días”: (Mateo, Coro)
MATEO
Tengan
muy buenos días.
CORO
¡Hola,
Mateo!
MATEO
La
novia os agradece
vuestro
deseo.
Mas
hoy que la despierten
no
necesita, que no pegó los ojos
la
pobrecita.
Y
es natural,
que
en vísperas de boda
se
duerma mal.
CORO
Es
natural,
que
en vísperas de boda
se
duerma mal.
(Acercándose
y rodeando a Mateo. En voz baja)
¿Y
es cierto lo que dicen
de
que el padrino
con
gran fortuna
de
la India vino?
MATEO
No
lo dudéis;
oíd
un solo instante
y
juzgareis.
Ha
comprado veinte casas,
las
mejores del lugar,
donde
quiere, según cuentan,
un
palacio edificar.
Y
para ir a pasearse
por
el mar a su placer,
un
navío de tres puentes...
dicen
que ha mandado hacer.
CORO
¡Eso
no puede ser!
MATEO
¡Pues
sí que puede ser!
¡Y
en fin, después de todo,
ya
lo hemos de ver!
CORO
¡Eso
no puede ser!
MATEO
Guarda
en onzas mejicanas
un
inmenso capital,
y
pepitas de oro puro
da
más peso que un quintal.
Piedras
finas, no digamos,
pues
las tiene en un montón,
y
hay entre ellas un diamante...
del
tamaño de un melón.
CORO
¿No
habrá exageración?
MATEO
¡No
hay exageración!
Os
digo que el indiano
trae
un fortunón.
CORO
Sin
duda que el indiano
trae
un fortunón.
_______________
Coro de los consejos “En busca de la
novia que ya le espera”: (Hombres,
Mujeres, Roberto, Angela, Beltrán)
HOMBRES
En
busca de su novia,
que
ya le espera,
el
novio, engalanado,
contento
llega.
MUJERES
En
busca de su novio,
que
ya le aguarda,
aquí
sale la novia engalanada.
ROBERTO
¡Angela
mía!
ANGELA
¡Roberto
amado!
Mi
buen padrino.
BELTRAN
¡Que
os guarde Dios!
ROBERTO
y ANGELA
Ya
llegó el día
tan
esperado.
BELTRAN
¡Que
eterno sea para los dos!
CORO
(Rodeando
a los novios. Solemnemente)
Según
vieja costumbre
del
pueblo bretón,
antes
que os eche el cura
la
bendición,
de
todos los amigos
debéis
escuchar
consejos
saludables
que
os quieren dar.
ROBERTO
y ANGELA
Podéis
empezar,
que
ya estamos dispuestos
para
escuchar.
(Beltrán
se retira al foro. Las Mujeres, formando semicírculo, rodean a Roberto, y los Hombres,
en la misma forma, a Angela)
MUJERES
Con
su mujer muy complaciente
todo
marido debe ser.
HOMBRES
Debe
la esposa, humildemente,
a
su marido obedecer.
MUJERES
Si
hay disensión, porque no siga,
él
es quien tiene que callar.
HOMBRES
Diga
el marido lo que diga,
ella
no debe de replicar.
MUJERES
Debe
el marido cariñoso
ser
a su esposa siempre fiel.
HOMBRES
Y
ella vivir para su esposo y
estar
pensando siempre en él.
MUJERES
Junto
a su esposa todo el día,
un
buen marido debe estar.
HOMBRES
Y
si el marido se extravía...
mucha
paciencia y aguantar.
TODOS
(Ocupando
la posición anterior)
¡Novios
felices,
ya
lo sabéis,
el
cielo os premie
si
así lo hacéis!
ANGELA
Vuestros
consejos
no
olvidaré
y
a mi marido
feliz
le haré.
ROBERTO
Vuestros
consejos
no
olvidaré
y
haré la dicha
de
mi mujer.
(Roberto
y Angela, pasando de uno a otro lado, quedan al contrario que antes, es decir, él
entre los Hombres y ella entre las Mujeres, que vuelven a formar rápidamente
los dos semicírculos. Ambos grupos se estrechan para decir los siguientes
versos)
MUJERES
(A
Angela)
mete
en un puño
a
tu marido.
HOMBRES
(A
Roberto)
Ten
bien sujeta
a
tu mujer.
Tú
no te fíes.
MUJERES
¡Tú
ten cuidado!
HOMBRES
¡Ojo
con ella!
MUJERES
¡Ojo
con él!
TODOS
¡Novios
felices,
ya
lo sabéis,
el
cielo os premie
si
así lo hacéis!
_______________
Terceto del collar “Diamantes brasileños
tan claros como el sol…Como gotas de fresco rocío”: (Beltrán, Angela, Roberto)
BELTRAN
Diamantes
brasileños
tan
claros como el sol,
te
ofrezco, hermosa niña,
en
cariñoso don.
Del
fondo de la tierra
mi
mano los sacó;
que
adorne tu hermosura
su
mágico fulgor.
(Le
da el collar, que Angela contempla un instante)
ANGELA
¡Oh,
qué lindas joyas!
¡Causa
admiración!
ROBERTO
¡Dignas
de una reina
tales
piedras son!
BELTRAN
(Dándole
un lindo espejito de mano)
Póntelas,
y en este
diáfano
cristal,
todos
tus encantos
puedes
admirar.
ROBERTO
¡Sois
muy generoso!
ANGELA
Gracias
mil os doy.
ROBERTO
(A
Angela)
Deja,
que yo mismo
a
adornarte voy.
(Le
pone el collar)
ANGELA
(Contemplándose
en el espejo)
Como
gotas de fresco rocío
que
adornan temblando
la
cándida flor,
estas
piedras sobre el pecho mío
se
agitan brillando
con
limpio fulgor.
¡En
su seno la luz juguetea
con
lindos cambiantes
que
trueca el azar,
y
parece que el sol se recrea
mil
chispas radiantes
haciendo
brotar!
ROBERTO
(A
Beltrán)
Aunque
de su rostro,
fiel
ese cristal
todos
los encantos
sepa
reflejar,
en
su hermosa imagen
faltará
calor;
viéndose
en mis ojos
se
verá mejor.
(Se
acerca a ella)
BELTRAN
Tiene
el jovencillo
celos
del cristal
que
de su adorada
copia
así la faz.
Y
a la vez risueño
piensa
con amor
que
en sus negros ojos
se
verá mejor.
ROBERTO
(A
Angela)
Aunque
de tu rostro, etc.
Mírate
en mis ojos,
te
verás mejor.
ANGELA
Yo
por tí desprecio
este
fiel cristal,
y
cuando mi rostro
quiera
contemplar,
como
tu mirada
llena
está de amor,
siempre
en esos ojos
me
veré mejor.
_______________
Balada fantástica “Din don, din dan.
Alegres campanas repica el sacristán”: (Simón)
SIMON
¡Din,
don!
¡Din,
dan!
Alegres
las campanas
repica
el sacristán.
¡Din,
don!
¡Din,
dan!
La
novia es una perla
y
el novio es muy galán.
El
cura los bendice,
colmando
así su afán.
¡Din,
don!
¡Din,
dan!
Ya
salen de la iglesia,
¡qué
alegres todos van!
¡Din,
don!
¡Din,
dan!
Los
dos recién casados,
huyendo
de la gente,
dirígense
a la mar,
la
pálida neblina
envuelve,
pudorosa,
la
nave donde van.
De
pronto el mar sereno
desátase
iracundo,
y
el viento se hace oír;
y
a un golpe de las olas,
la
novia, arrebatada,
desaparece
allí.
Tras
ella, audaz el novio,
se
lanza al mar bravío,
y
al fondo juntos van;
y
allí los dos se estrechan ...
¡qué
triste es el abrazo
primero
que se dan!
¡Din,
don!
¡Din,
dan!
Mañana
las campanas
por
ellos doblarán.
¡Din,
don!
¡Din,
dan!
Sus
cuerpos a la arena
las
olas echarán.
¡Din,
don!
¡Din,
dan!
_______________
Concertante y final del Acto II “En
tanto que los novios vienen aquí”: (Coro,
Roberto, Angela, Beltrán, Juez, Simón, Mateo, Margarita)
CORO
En
tanto que los novios
salen
acá.
La
alegre cornamusa
vuelve
a sonar,
y
al redoblar ligero
del
tamboril,
los
mozos y las mozas
balien
aquí.
(Suspenden
el baile, comenzando cuando salen los personajes indicados arriba)
De
la casa ya sale
el
cortejo nupcial;
ved
la novia dichosa
qué
hermosísima va.
Dios
les dé luengos años
de
fortuna y de paz,
y
que juntos consigan,
su
ventura gozar.
ROBERTO
y ANGELA
¡Mentira
me parece,
tanta
felicidad!
BELTRAN
A iglesia marchemos.
CORO
Vamos
todos detrás.
Dios
les dé luengos años, etc.
(El
Juez y el Señor Simón. Tras ellos, cuatro Gendarmes, que se detienen a la
izquierda en segundo término)
JUEZ
Alto,
señores, todos
en
nombre de la ley.
CORO
¿Qué
es esto? ¿Qué Sucede?
¿Qué
busca el señor juez?
SIMON
(Señor.
Qué horrible angustia.
Piedad
de mí tened)
JUEZ
De
aquí nadie sé mueva.
(Acercándose
a Beltrán)
¡Daos
preso!
BELTRAN
Yo.
¿Por qué?
ROBERTO
y ANGELA
Oh,
Dios. ¿De qué os acusan?
BELTRAN
No
acierto a comprender...
¡Más
el error en claro
bien
pronto yo pondré!
JUEZ
En
vano es que tranquilo
finjáis
aparecer;
hoy
vuestro horrendo crimen.
al
fin expiaréis.
TODOS
y BELTRAN
¡Un
crimen!
BELTRAN
Es
un sueño.
SIMON
(¡Qué
horrible padecer!)
BELTRAN
¿De
qué me acusan; pronto.
decid
lo ya, de qué?
JUEZ
Veinte
años ha que la justicia
a
muerte vil os condenó.
(A
Angela)
Este
es el hombre, desgraciada,
que
a vuestro padre asesinó.
BELTRAN
¡Yo!
TOSOS
¡Oh!
BELTRAN
¡Ah!
Qué impostura tan infame.
Yo
mi inocencia probaré.
ANGELA
(Acercándose)
Por
Dios. Decidnos vuestro nombre.
BELTRAN
Claudio
Beltrán.
ANGELA
(Separándose
de Beltrán)
¡Jesús!
CORO
(Retirándose
algo)
¡Es
él! Es él. Es él.
BELTRAN
¿Por
qué mi nombre, siempre honrado
rechazan
todos hoy así?
(A
Angela y Roberto)
Soy
inocente, yo os lo juro.
ANGELA
(No
os acerquéis, no os acerquéis a mí)
BELTRAN
Ellos
también, oh, santo cielo.
¿Es
sueño todo lo que oí?
CORO
(Creyó
su crimen ignorado,
tal
vez por eso ha vuelto aquí)
BELTRAN
Tú,
Señor, que la inocencia
ves
brillar desde la altura,
sabes
bien que en tu presencia
puedo
alzar mi frente pura.
De
mi nombre envilecido
salva
el honor,
y
haz que vea confundido
al
infame acusador.
¡Víctima
fui
de
un impostor,
yo
espero en ti
piedad,
Señor!
SIMON
(Tiemblo
y dudo en su presencia,
y
al mirar su desventura,
agitada
la conciencia
implacable
me tortura.
De
mi pecho estremecido
huye
el valor,
y
aterrado y confundido
soy mi propio acusador.
Nunca
sufrí
tanto
dolor.
¡Piedad
de mí.
Piedad,
Señor!)
ROBERTO
y ANGELA
El
temor de la evidencia
llena
el pecho de amargura.
Quiera
Dios que su inocencia
vuelva
a todos la ventura.
Ah,
por qué, por qué has nacido,
sueño
de amor,
para
verte sumergido
en
los mares del dolor.
¡Triste
de mí!
¡Cuánto
rigor!
Yo
espero en ti
piedad,
Señor.
JUES,
MATEO, MARGARITA y CORO
Es
extraña su imprudencia
de
venir a la ventura
donde
existe una sentencia
que
la muerte le asegura.
Si
del crimen cometido
es
el autor,
no
se explica. que atrevido
se
presente sin temor.
Yo
nunca vi
tanto
valor,
él
es aquí
su
delator.
BELTRAN
(Al
juez)
Vos
sois de la justicia
representante
aquí;
¡vos
mismo mi inocencia
proclamareis
al fin!
Si
la justicia humana
hoy
ciega torpe error,
tranquilo
y resignado,
confío
en la de Dios.
SIMON
(¡Qué
horrible es el tormento
porque
pasando estoy!
¡Un
medio de salvarme
inspírame,
Señor!)
ANGELA
y ROBERTO
(Al
verle tan sereno
se
ensancha el corazón.
Si
acaso es inocente,
¡ampárale,
señor!)
JUEZ
(Al
criminal impune
que
así la ley burló,
severa
la justicia
aplique
su rigor)
CORO,
MATEO y ANGELA
(Jamás
el que villano
un
crimen cometió,
rechaza
tan altivo
la
horrible acusación)
(Beltrán
se dirige hacia los gendarmes como entregándose a ellos. Roberto y Angela le contemplan
formando grupo. Simón aterrado, se separa al ver pasar a Beltrán)
_______________
Coro “Esa es la puerta del tribunal”: (Hombres, Mujeres)
CORO
(Señalando
a la izquierda)
Esa
es la puerta
del
Tribunal;
por
aquí el reo
debe
pasar.
Hasta
que llegue
no
dejaran
que
lo curiosos
entren
allá.
¡Pero,
silencio,
que
ahí vienen ya!
(Beltrán,
que, seguido de dos Gendarmes, aparece en la puerta del foro y entra lentamente
en el Tribunal)
CORO
¡Qué
triste el desdichado
y
qué abatido está!
Dios
haga que inocente
le
juzgue el Tribunal.
¡Qué
triste va!
¡Qué
triste va!
HOMBRES
Entremos
a la Audiencia,
que
el juicio va a empezar,
y
el fallo inapelable muy pronto dictarán.
¡Vamos
allá,
vamos
allá!
(Entran
los hombres)
MUJERES
¿Nosotras,
qué hacemos?
OTRAS
Yo
dudo si entrar,
porque
a mí estas cosas
me
impresionan mal.
Y
en entrando, tengo
la
seguridad
de
que por la noche
lo
he de recordar.
En
cuanto me acuesto
sueño
con fantasma,
unos
que me roban,
otros
que me matan.
Mi
alcoba se llena
de
negras lechuzas,
y
vienen los duendes
y
salen las brujas.
Y
aquí me pellizcan,
y
allá me atenazan,
y-¡plun!
de repente
se
vuelca la cama.
Y
siento unas cosas,
-¡ay,
Jesús, qué horror!
que
me pongo, primero muy mala,
y
luego peor.
Por
ver yo, curiosa,
al
guillotinado,
así
viva un siglo
no
podré olvidarlo.
Recuerdo
su cara,
sus
ojos recuerdo,
sus
barbas, sus dientes,
su
voz y sus gestos.
Y
de haberle visto
tuve
varias noches
una
pesadilla
de
las más atroces;
pues
soñé que el reo,
-¡ay,
qué atrocidad!-
¡me
venía a tirar de las piernas
en
la oscuridad!
Mas
si el fin y al cabo
nos
lo han de contar,
casi,
casi creo
preferible
entrar.
(Decidiéndose)
¿Vamos
allá?
¡Vamos
allá!
¡Ay,
qué maldita
curiosidad!
¡Vamos
allá!
(Entran)
_______________
Romanza de Angela “Con él, mi esperanza
va”: (Angela)
ANGELA
Con
él mi esperanza va;
temblando
lo espero aquí,
sabe
Dios si volverá,
¡triste
de mí!
Inquieta
el alma mía
y
llena de amargura,
las
horas de ventura
recuerda
en su aflicción:
ayer
todo alegría,
hoy
luto, llanto y duelo;
¡qué
horrible desconsuelo
anubla
el corazón!
Mis
esperanzas seductoras
ayer
risueña concebí;
horas
de paz, benditas horas,
¡cuán
breves fueron para mí!
Llorando
el bien perdido
y
en sombras inundada
el
alma perturbada
por
loca agitación,
anhela
del olvido
la
fuente hallar tranquila,
mas
ya su fe vacila
y
pierde la razón.
Dardo
cruel, punzante duda
el
pecho hiere sin piedad;
¡celeste
luz, ven a mi ayuda!
¡Brilla,
por fin, santa verdad!
________________
Terceto “¡Valor, Angela mía! ¡El ánimo
perdí!: (Roberto, Angela, Beltrán)
ROBERTO
¡Valor,
Angela mía!
ANGELA
El
ánimo perdí.
ROBERTO
¡Ya
sale!
(Al
ver a Beltrán, Angela y Roberto se disponen a salir)
BELTRAN
(Al
verlos)
¡Deteneos!
No
huyáis, no huyáis de mí.
(Los
dos se detienen)
por
caridad, la menos;
tenedme
compasión,
y
oíd de un desdichado
la
triste confesión.
ANGELA
(¿Por
qué al oír su acento,
mi
débil corazón
aún
siente por este hombre
afecto
y compasión?)
ROBERTO
(Al
escuchar su acento
leal
mi corazón
de
su inocencia adquiere
profunda
convicción)
BELTRAN
Al
borde del sepulcro
ni
el más villano miente.
yo
moriré mañana,
mas
moriré inocente.
¡Que
por, perjuro sufra
las
penas del infierno,
que
mi alma se condene
al
padecer eterno,
y
que al tocar mi vida
su
término fatal,
de
Dios maldito sea,
si
he sido criminal!
ANGELA
y ROBERTO
¡Callad,
callad!
¡Su
voz tiene el acento.
de
la verdad!
(Acercándose
a él)
BELTRAN
El
juicio de los hombres,
me
declaró culpado;
yo
acato su sentencia
sumiso
y resignado;
que
al ser, por suerte mía
creyente
verdadero,
de
un juez que siempre es justo
la
absolución espero...
y
si el tremendo fallo
mi
nombre deshonró...
júzguenme
infame todos,
pero
vosotros, no!
(Llorando)
ANGELA
y ROBERTO
¡Nosotros,
no!
(Acercándose
a él decididos).
¡La
negra duda impía
del
alma huyó!
BELTRAN
¿Vosotros
no?
¡Al
cabo el alma mía
consuelo
halló!
¡Morir
puedo ya! Mi adiós postrimero
tranquilo
os daré partiendo de aquí
¡Morir
puedo ya!
¡Que
al fin cuando muero
vosotros,
quedáis llorando por mí!
ANGELA
y ROBERTO
¡No
quiero dudar! Su labio sincero
al
pecho volvió la fe que perdí.
¿Por
qué, Santo Dios, hoy, Tú, justiciero,
el
fallo cruel permites así?
BELTRAN
¡Fuerza
es separamos!
¡con
cuánto dolor
os
doy, hijos míos,
el
último adiós!
ANGELA
¡Cruel
despedida!
¡Qué
horrible dolor!
¡Oh!
¡Cuánto acongoja
el
último adiós!
ROBERTO
(¡Mi
vida en peligro
pondré
sin temor,
porque
éste no sea
el
último adiós!)
ANGELA
¡Adiós!
¡Adiós!
BELTRAN
¡Estrechen
mis brazos
de
nuevo a los dos!
(Con
acento profundamente dramático)
¡Adiós,
hijos míos!
¡Para
siempre adiós!
ANGELA
y ROBERTO
¡Adiós!
¡Adiós!
FIN
Información
obtenida en la Página Web http://lazarzuela.webcindario.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario