EL HUSAR
DE LA GUARDIA
Zarzuela
en un acto, dividido en tres cuadros.
Libreto
de Guillermo Perrín y Miguel de Palacios.
Música
de Gerónimo Giménez y Amadeo Vives.
Estrenada
en el Teatro de la Zarzuela la noche del 1º de Octubre de 1904.
REPARTO (Estreno)
Matilde
– Lucrecia Arana.
Lissette
– Rosa Montesinos.
La
Señora Goriot – Srta. González.
El
Capitán Jorge – Lucio Aristi.
Leandro
– José Moncayo.
Sulpicio
– Hilario Vera.
Leonardo
– Sr. Martín.
Alberto
- José Galerón.
Goriot
– Sr. Bellver.
Un
postillón – Sr. Santos.
Antonio
– Sr. Moral.
Coro
general y Banda
La
acción de la obra en Francia, año 1315. La del primer cuadro en la Villa de
Auzerre. La del segundo y tercero en París.
ACTO UNICO
CUADRO PRIMERO
Decoración
a todo foro. Una explanada en las afueras de un pueblo cercano a París. Al
fondo, entre montañas, la vista del pueblo. Gran perspectiva del valle,
montañas, etc., a gusto del pintor. En el centro de esta explanada se bifurcan
dos carreteras, una que va hacia la derecha y otra hacia la izquierda que
continúan en la decoración de fondo hasta perderse. En el punto donde se
bifurcan las dos carreteras un poste con dos rótulos. El de la derecha dice: «A
París», en el de la izquierda «A Lyon». Desde la primera caja izquierda
(entiéndase actor) arranca en dirección saliente y oblicua al plano del
escenario, tapia de ladrillo frente al público, esquina y verja de entrada en
primera caja y continúa la tapia hasta el fondo dando vuelta y formando esquina
perdiéndose en la tercera caja. Arboles grandes con ramas que avanzan hacia el escenario
detrás de la citada tapia y verja. La puerta de esta verja será practicable. Se
supone es el parque de un castillo. Un poyo de piedra al lado de la verja. En
la primera y segunda derecha fachada con puerta practicable de una Hostería de
la época y Casa de Postas. Gran emparrado y debajo larga mesa con bancos adosados
a ella. Libres la caja tercera derecha é izquierda. Luz de la tarde. Detalles a
juicio del pintor.
ESCENA PRIMERA
Al
levantarse el telón aparece Matilde con traje de señorita de la época en el
dintel de la verja que se hallará entreabierta. Sentados a la mesa debajo del
emparrado de la Hostería, Campesinos, trajes de campesinos franceses (Coro de
hombres), bebiendo; les escancia Goriot. En la explanada centro de la escena,
grupo de Campesinas (Coro de señoras), trajes característicos, unas sentadas en
el suelo, otras de pie y formando círculo alrededor de la Señora Goriot que
sentada en el centro les habla. Lissette algo separada del grupo, y en primer
término, en actitud de escuchar. Este personaje viste también traje de
campesina francesa.
(Música)
GORIOT
(A
los Campesinos)
Bebed,
muchachos,
que
el vino es bueno.
CAMPESINOS
Llenad
los vasos
y
beberemos.
GORIOT
(A
las Campesinas)
Siempre
lo mismo
me
estáis pidiendo,
ya
muchas cosas
ni
las recuerdo.
Desde
mi boda
que
fui a París,
¡ya
quién se acuerda
qué
pasa allí!
CAMPESINAS
Antes
que el coche
traiga
el correo
haced
memoria
que
yo os lo ruego.
Haced
memoria,
madre
Goriot,
que
escucharemos
Con
atención. (Hablan bajo)
MATILDE
(Desde
la puerta de la verja)
¡Oh!
cuánto tarda,
tengo
ansiedad
por
ver si en salvo
Mauricio
está.
LISSETTE
Por
si otra vez cuenta
algo
de París
me
acerco a escucharla.
(Acercándose
al grupo)
SEÑORA
GORIOT
(A
todos)
¡Bueno!...
Pues oíd.
Ya
os he dicho muchas veces
que
es París la gran ciudad,
que
hay mujeres muy hermosas
y
hay un lujo sin igual.
¡Allí
todo es grande!...
¡Aquello
es vivir!...
CAMPESINAS
¿Y
allí son los hombres
lo
mismo que aquí?
SEÑORA
GORIOT
Allí
son apuestos,
gallardos
y finos
y
con las mujeres
gastan
su caudal.
Y
hay linda griseta
que
en menos de un año
se
pasea en coche
por
la capital.
CAMPESINAS
Eso
sí que es suerte,
qué
placer tan grande
si
yo tanta dicha
lograse
alcanzar.
LISSETTE
¡Qué
mágico sueño!
¡Qué
grata esperanza!
Si
yo mis deseos
llegase
a lograr...
MATILDE
(Desde
la verja)
Mi
inquietud es grande
sufrirla
no puedo.
(Cierra
la verja y se oculta)
GORIOT
(A
la Señora Goriot)
Vamos,
tú, Cecilia,
basta
ya de cuentos.
Si
las chicas quieren
saber
qué es París,
que
más no pregunten
y
vayan allí.
(La
señora Goriot se levanta, coge la silla y se dirige hacia la Hostería y vase)
(Las
Campesinas rodean a Lissette)
CAMPESINAS
Lissette,
¿qué te parece,
qué
dices tú, Lissette?
LISSETTE
Que
allá en París la vida
hermosa
debe ser.
Un
pobre nido
sólo
es la aldea
en
donde el alma
no
se recrea
más
que en las flores
de
mil colores
que
el campo da.
Y
allá en la corte
tras
mil placeres
el
alma loca
volando
va.
CAMPESINAS
Un
pobre nido
sólo
en la aldea
en
donde el alma
no
se recrea
más
que en las flores, etc., etc.
LISSETTE
¡Qué
gusto debe dar
lucir
y figurar,
ponerse
galas mil
y
el oro derrochar!
CAMPESINAS
Cuidadito...
despacito,
que
ya sabes tú, Lissette,
que
en París muy fácilmente
se
resbala la mujer.
LISSETTE
No
hay cuidado,
no
por mí,
que
si yo en París me veo,
pisar
firme pienso allí.
(Se
oyen dentro campanillas y cascabeles y golpes de tralla como de un coche que se
aproxima)
(Hablado)
SEÑORA
GORIOT
¡El
coche correo!
CAMPESINAS
¿El
correo?
OTRA
Vamos
allá. (Vanse todos segunda derecha)
LISSETTE
¿Tendré
contestación a mi carta? (Vase por la Hostería)
ESCENA II
Matilde,
abriendo la verja, y al ver la escena sola, sale y se dirige hacia el fondo
izquierda. A poco Antonio, criado viejo
MATILDE
¡Dios
mío!... ¡Pero cuánto tarda! ¡Ah! ¡Sí!... ¡El!... ¡Antonio!... ¿y Mauricio, mi
hermano?
ANTONIO
(Entrando
en escena por fondo izquierda) ¡En salvo, señorita Matilde! ... Camino de Lyon.
MATILDE
¡Ah!
¡Respiro!
ANTONIO
¿Pero
queréis explicarme el motivo de esta fuga tan repentina?
MATILDE
¡Sí,
mi buen Antonio!... Mi hermano conspira.
ANTONIO
¿Cómo?
MATILDE
Sí...
Es uno de los muchos oficiales del ejército que desean la vuelta del Emperador.
ANTONIO
De
un oficial de Húsares de la Guardia, no se podía esperar menos.
MATILDE
Llegó
de París hace días y hoy mismo, esta mañana, supimos, por sus amigos Leonardo y
Alberto, que sospechan de él, y esta noche, un nuevo capitán que ha ingresado en
el escuadrón, vendrá a arrestarle.
ANTONIO
Pues
se luce, porque el pájaro ha volado ya.
MATILDE
Tienes
razón, pero hasta que Mauricio no salga de territorio francés, hasta que no se embarque
para la isla de Elba, donde está desterrado Napoleón, no le juzgo seguro y tiemblo
por mi hermano.
ANTONIO
¿Y
qué tiempo puede tardar en todo eso?
MATILDE
No
sé... Ocho, diez, quince días... ¡Quién lo sabe!
ANTONIO
Pues
entonces, si vienen a arrestarle, ¿qué vais a hacer?
MATILDE
¿Qué?...
Ganar tiempo hasta que sepa que no pueden alcanzarle.
ANTONIO
¿Y
cómo?... No os comprendo, señorita... A quien venga tendréis que decirle: «Mi hermano,
el oficial a quien buscáis, no está en el castillo», y le buscarán, y...
MATILDE
No,
Antonio. Mi hermano Mauricio Mornand, el oficial de Húsares de la Guardia, estará
esta noche en su castillo.
ANTONIO
¿Cómo?...
¿Qué decís?
MATILDE
¡Calla!...
Alguien llega... Ven, Antonio... Ven... (Vanse por la verja y cierran)
ESCENA III
Lissette
por la Hostería.
LISSETTE
¡Otro
día más!... Y no me contesta... ¿Pero en qué piensa mi tío?... ¿No habrá
recibido mis cartas?... Sí... Lo que no quiere es que vaya a París... Pues sí.
. sí... sí voy... ¿Pero cómo?. . (Se sienta en el poyo de piedra) Si no tengo
dinero... ¡Qué desgraciada soy! (Llora)
ESCENA IV
Dicha
y Sulpicio, por el fondo izquierda. Tipo de vendedor de tortas y bollos con una
cesta plana grande, etc.
SULPICIO
¡Tortas!...
¡A las buenas tortas de manteca!... ¡Tortas!... A ver si sale Lissette.
(Mirando hacia la Hostería. Volviendo) ¡Pero, Calla!... SÍ está allí...
¡Lissette!
LISSETTE
¡Buenas
tardes, Sulpicio!
SULPICIO
¿Qué
es eso, lloras?
LISSETTE
No...
no lloro.
SULPICIO
Bueno,
mujer... Pero eso ya sé lo que es... Algún disgusto que te ha dado el novio.
LISSETTE
¡Yo
no tengo eso! Yo te juro que ningún hombre me ha hablado de amor todavía...
SULPICIO
¡Todavía!...
(¡Qué guapa es, y cómo me gusta!)
LISSETTE
¿Por
qué te callas?
SULPICIO
Porque
tengo un disgusto muy grande hasta no saber por qué llorabas.
LISSETTE
Pues
mira... porque soy muy desgraciada.
SULPICIO
¿Tú?
LISSETTE
Sí,
señor, yo. Porque no tengo ningún cariño, porque estoy sola en el mundo.
SULPICIO
¿Sola?
LISSETTE
Como
si lo estuviera, porque el único pariente que tengo vive en París. Ya ves que lejos.
SULPICIO
¡Ah,
sí, ya recuerdo! El señor Leandro, que estuvo aquí el año pasado. Es muy amigo de
mi amo el pastelero.
LISSETTE
Sí.
Un tío solterón, un egoísta a quien he escrito varias veces rogándole que me
llevase a su lado y ni me contesta siquiera. ¿Ves qué mal corazón? Tenerme aquí
al servicio de la Hostería cuando yo en París...
SULPICIO
¡Ah!
¿Con que tú tienes deseos de ir a la gran ciudad?
LISSETTE
Sí;
unos deseos muy grandes.
SULPICIO
¿Pero
tú sabes lo que es aquello, Lissette?
LISSETTE
Yo
no, aunque me lo figuro. Las mujeres nos lo figuramos todo. Porque verás. Yo
allí, cosiendo, bordando ó entrando al servicio de una gran señora, podría
ganar un buen salario y comprarme trajes y ponerme muy bonita.
SULPICIO
¡Mira
la presumida! ¡Ay, Lissette, que!...
LISSETTE
¿Pero
qué dices?
SULPICIO
Nada...
pero sí... me atrevo... Oye... toma... toma Una torta... (Mostrándole la cesta)
Toma todas las tortas que quieras.
LISSETTE
(Coge
una) Gracias.
SULPICIO
¿La
ves qué tierna, qué blanca, qué azucarada?... Pues así tiene Sulpicio su
corazón. Anda, muerde.
GORIOT
(A
la puerta de la Hostería) ¡Lissette! ¡Pero, Lissette!
LISSETTE
¡Ay,
voy! El señor Goriot que me llama. Qué fastidio, ¿verdad?
SULPICIO
Espera...
dame un cacho.
LISSETTE
Toma.
(Dándole torta) ¡Qué cosas me dice!... Adiós. ¡Y qué bien me suenan sus
palabras!
GORIOT
¡Pero,
Lissette!
LISSETTE
¡Ay,
voy! (Vase Hostería)
ESCENA V
Sulpicio.
SULPICIO
¡Me
ha dado un cacho! ¿Me lo como?... No me lo como, porque entonces lo pierdo. Lo guardaré
como un recuerdo suyo... Aquí, junto al horno de mi corazón. ¡Pero qué guapa
es!
Y hoy por poco se lo digo. No ha faltado ni el canto de Un bollo. (Vase
Hostería)
ESCENA VI
El
capitán Jorge, por detrás de la Hostería. Vestirá el traje de capitán de húsares
de la Guardia del imperio, con capa blanca, etc., etc. y un Postillón, traje de
la época, etc., etc.
POSTILLON
Mi
capitán, aquí en esta Hostería podéis pedir lo que gustéis.
JORGE
Que
me place, porque traigo la garganta seca con el maldito polvo del camino, (Se sienta
a la mesa que se halla debajo del emparrado. Llamando) ¡A ver, hostelero, aquí!
ESCENA VII
Dichos
y Goriot.
GORIOT
¿Quién
llama?
JORGE
Una
botella de cerveza para mí, y dadle de beber lo que pida al Postillón.
GORIOT
(Aparte)
¡Un húsar de la Guardia! Señor oficial, ¿no queréis pasar?
JORGE
Aquí
estoy bien.
GORIOT
Como
gustéis. Van a serviros, (Al Postillón) Ven conmigo.
POSTILLON
A vuestras
órdenes, mi capitán, (Vanse Postillón y Goriot por la Hostería)
ESCENA VIII
Jorge,
y a poco Lissette, con botella, vaso, etc., etc.
JORGE
Maldito
viaje. Estoy molido de la dichosa silla de postas. Cuanto mejor hubiera venido
a caballo.
LISSETTE
Aquí
tenéis la cerveza.
JORGE
¡Linda
muchacha!
LISSETTE
¡Un
húsar de la Guaráis!... ¡Qué bonito uniforme!... ¡Cómo me gustan a mí los
uniformes!...
JORGE
¿Qué
miras? ¿Qué te choca? ¿No has visto nunca húsares por esta tierra?
LISSETTE
Sí,
señor. Algunas veces. Anoche mismo vi entrar también en este castillo a su
dueño. Al señor Mornand, que también es oficial.
JORGE
¿Anoche?
LISSETTE
Sí,
señor.
JORGE
¡Ah,
llego a tiempo! ¿De modo que tú conoces al señor Mornand y a su hermana?
LISSETTE
Conocerlos,
no, señor. Vienen poco por la aldea. Viven en París, y cuando vienen, hacen vida
muy retirada. Apenas se les ve. ¿Los conocéis vos?
JORGE
Ni
de vista. Ahora voy a tener ese honor, y mira, mientras yo apuro esta botella,
me vas a hacer un favor.
LISSETTE
Lo
que queráis.
JORGE
Llama
a esa verja y dile al servidor que salga, que el capitán Jorge Lebrun desea ver
á su amo.
LISSETTE
En
Seguida. (Lissette llama a la verja)
JORGE
Esta
misión del servicio me violenta... pero quien manda, manda. (Lissette llama a
la verja, habla en voz baja con Antonio, que ha salido, desaparece luego, y
Lissette avanza hacia el capitán)
LISSETTE
Ya
estáis complacido.
JORGE
Bien.
Toma. Lo que sobra para tí.
LISSETTE
¡Mil
gracias!... ¡Qué espléndido! ¿Venís de París, y dispensad?
JORGE
Justamente,
preciosa... de allí vengo.
LISSETTE
¡Quién
estuviera allí!
JORGE
¿Conocéis
aquello?
LISSETTE
Cá...
no señor, y tengo unas ganas...
JORGE
Pues
mira, tú allí harías suerte.
LISSETTE
¿De
veras?
JORGE
Ya
lo creo... Indudablemente... (Aparte) ¡Pobre criatura!
LISSETTE
(Aparte),
Ya lo creo que hacía yo suerte... Cuando este oficial lo dice... ¿A que me
decido? ¿A que me voy hoy mismo en el coche Correo? (Vase por la hostería)
ANTONIO
Valor,
señorita.
MATILDE
(Detrás
de la verja a Antonio) Vete... Nada temas. (Vase Antonio. Matilde abre la
verja; aparece vestida de teniente de Húsares de la Guardia, con sable y
porta-pliegos, con las tres flores de lis y la corona, pero sin capa, saluda
militarmente al capitán Jorge)
MATILDE
Mi
capitán, a la orden.
ESCENA IX
Jorge
y Matilde.
(Música)
JORGE
(Levantándose)
Bajad
la mano,
y
ésta es la mía. (Dándosela)
MATILDE
Mucho
agradezco
la
cortesía. (Estrechándosela)
JORGE
Entre
oficiales
y
compañeros
las
ordenanzas
son
lo de menos.
Venga
un abrazo,
bravo
Mornand.
MATILDE
(Retrocediendo.
Aparte)
¿Cómo?
¿Un abrazo?
(Saludando
militarmente)
¡Mi
capitán!...
JORGE
Dos
compañeros
somos
no más.
MATILDE
No
hay más remedio,
hay
que abrazar, (se abrazan)
JORGE
(Aparte)
Es
apuesto y gallardo
por
vida mía,
se
ganó en un momento
mi
simpatía.
MATILDE
(Aparte)
A mil
trances me expongo
como
el presente,
mas
valor y adelante
y
a ser valiente.
JORGE
En
estos días,
y
en vuestra ausencia,
me
incorporaron al escuadrón,
y
os aseguro
que
conoceros
era,
Mauricio,
mi
aspiración.
Todos
vuestros compañeros
de
la vida militar,
me
han contado que sois hombre
a
quien nada hace temblar.
MATILDE
Agradezco
sus ausencias,
que
son prueba de amistad.
No
está bien que yo lo diga,
pero
dicen la verdad.
JORGE
Que
sois atrevido,
que
sois conquistador.
MATILDE
En
eso muchas veces
hay
exageración.
JORGE
Que
a mil mujeres
tenéis
rendidas,
que
en vuestra casa
tenéis
harem.
MATILDE
(Aparte)
¡Jesús!...
¡Qué cosas
estoy
oyendo!...
JORGE
¿Me
han engañado?
MATILDE
Dicen
muy bien.
Tengo
el alma que el cielo me ha dado
consagrada
a las dichas de amor,
porque
son las hermosas mujeres
en
el mundo la gloria mejor.
Tengo
espada para defenderlas,
una
vida por ellas que dar,
corazón
que por ellas palpita,
(Aparte)
y
yo pienso que no tengo más.
JORGE
Así
me gustan a mí los hombres;
venga
otro abrazo, yo soy así.
MATILDE
(Aparte)
Vaya
un cariño que por mi hermano
le
ha entrado a éste... ¡Pobre de mí!
JORGE
Cual
vos, Mauricio,
pienso
también.
Buenos
amigos
vamos
a ser.
DUO
LOS
DOS
Compañeros
y amigos leales,
y
pensando lo mismo los dos,
obtendremos
victoria segura
en
las lides de guerra y amor.
Que
es la vida constante batalla
en
que el hombre consigue vencer;
en
la guerra a su fiero enemigo,
en
amor a la hermosa mujer.
JORGE
Así
pienso yo.
MATILDE
Así
yo también.
LOS
DOS
¡Buenos
amigos y compañeros...
vamos
a ser!
(Anochece)
(Hablado)
JORGE
No
podéis figuraros, amigo Mauricio, el placer inmenso que siento al estrechar
vuestra mano entre las mías.
MATILDE
Yo
también tengo mucho gusto...
JORGE
No
imagináis la alegría que experimento al conoceros y llamaros mi amigo. No
sabéis hasta qué punto llega mi entusiasmo al ofreceros mis brazos.
MATILDE
(Aparte)
Este me abraza otra vez.
JORGE
Y
no os extrañe esta vehemencia. Yo soy gascón. Y los hijos del Mediodía somos
así... efusivos, ardientes, entusiastas...
MATILDE
(Aparte)
¡Qué capitán más simpático! Si todo esto se lo dice a mi hermano... ¡qué no
me
diría a mí!...
JORGE
Pero
¡ah! querido Mornand. La vida militar nos exige mil sacrificios.
MATILDE
¿Cómo?
JORGE
¡Sí,
querido mío! Yo, Jorge Lebrún, capitán del escuadrón de Húsares de la Guardia,
con harto sentimiento de mi corazón, arresto, en nombre del coronel, al
teniente Mauricio Mornand. Sois, por lo tanto, desde este momento, mi
prisionero.
MATILDE
¿Vuestro
prisionero?
JORGE
Ya
os lo he dicho,
MATILDE
Estoy
a vuestras órdenes, mi capitán.
JORGE
Hay
algo más... Tengo también la orden de conduciros a París.
MATILDE
¿A
París? Pero, ¿por qué?... (Aparte) ¡Dios mío!
JORGE
¿A
qué negar? Vos no sois lo que parecéis.
MATILDE
¿Qué
decís?
JORGE
Vos
conspiráis a favor de Napoleón.
MATILDE
Pero...
JORGE
Nada,
nada, querido mío... Tenemos que partir sin pérdida de momento.
MATILDE
¿Hoy?
JORGE
Esta
misma noche.
MATILDE
(Aparte)
¡Qué apuro, Dios mío!
JORGE
Pero
no partiremos sin que yo tenga el honor de presentar mis homenajes más
respetuosos a vuestra encantadora hermana, porque se afirma que es
encantadora...
MATILDE
Muchas
gracias... En su nombre ¿eh? Pasad, pasad si gustáis... pero mi hermana se
halla ausente.
JORGE
¡Qué
fatalidad! Con que disponeos a partir... Si queréis haremos el viaje a caballo;
la noche está muy hermosa, y nosotros los militares...
MATILDE
(Aparte)
¿A caballo?... Treinta leguas a caballo... Y como un hombre... ¡qué barbaridad!
¿Y qué voy yo a hacer en París? ¿Y así? ¡Valor, Matilde, valor!
JORGE
No
os preocupéis, amigo Mauricio; si os parece más cómodo y mejor, iremos los dos juntos
en la silla de postas que me ha traído...
MATILDE
(Aparte)
No sé cual de las dos cosas es peor.
JORGE
Así
comenzaremos a ser inseparables.
MATILDE
Bueno...
Como gustéis... Estoy dispuesto. Voy a dar mis órdenes y... ¡Pasad!
JORGE
Permitidme
un momento. (Yendo a la Hostería) Postillón.
POSTILLON
(Desde
la puerta) ¡Mi Capitán!
JORGE
Prepara
la silla de postas, (Vase el Postillón. Dirigiéndose a Matilde) Estoy a
vuestras órdenes.
(Vanse
por la verja de entrada)
ESCENA X
Lissette
y Sulpicio (por la Hostería. Se hace de noche)
(Música)
SULPICIO
¿Pero
estás loca?
¿Qué
vas a hacer?
LISSETTE
Marcharme
al punto.
SULPICIO
Escucha,
ven.
¡Lissette!
LISSETTE
¡Aparta!
Dejo
la aldea;
deja
que alcance lo que desea
mi
corazón;
deja
que corra
tras
la esperanza
que
es de mi vida
dulce
ilusión.
SULPICIO
Si
es que no quiero
perderte
yo.
LISSETTE
¿Qué
estás diciendo?
¡Calla,
por Dios!
Deja
que parta.
SULPICIO
¿Pero...
te vas?
LISSETTE
Mas
no me olvides.
SULPICIO
Eso
jamás.
Pues
bien, Lissette,
corre
a París
que
yo sabré
buscarte
allí.
LISSETTE
Pues
yo te aseguro
que
Lissette tampoco
te
olvidará. (Hablan bajo)
ESCENA XI
Dichos,
Jorge y Matilde. Esta última con su capa blanca, etc. y Antonio (Por la verja)
JORGE
La
silla de postas
dispuesta
estará.
MATILDE
Y
yo decidido
con
vos a marchar.
(Aparte
a Antonio)
Me
marcho, Antonio,
y
a nada temo,
salvo
a Mauricio
por
este medio.
(En
alta voz)
Dile
a mi hermana
que
volveré;
cuídala,
Antonio,
cuídala
bien.
ESCENA XII
Dichos
y Goriot con un farol encendido, que coloca en la fachada de la Hostería. (Luz
en la escena)
GORIOT
El
coche correo
pronto
va a salir.
LISSETTE
Goriot...
¡Escuchadme!
Yo
quiero partir.
GORIOT
¿Qué
dices, chiquilla,
qué
dices, Lissette?
LISSETTE
Dejad
que en el coche
yo
vaya también.
GORIOT
Pagando
el billete
ya
te puedes ir.
LISSETTE
No
tengo dinero.
GORIOT
No
vas a París, (Vase Hostería)
JORGE
(A
Matilde)
¡Pobre
muchacha!
MATILDE
Sí..,
¡Pobrecilla!
(Aparte
y rápido)
Si
yo pudiera...
Esta
es la mía.
SULPICIO
Si
quieres cuartos...
Los
de las tortas te ofrezco yo.
LISSETTE
No,
muchas gracias. Deja, Sulpicio.
SULPICIO
Es
que lo ofrezco de corazón.
(Suena
ruido dentro del coche, que se aleja, e imitan en la orquesta, etc)
LISSETTE
Ya
parte el coche...
¡Yo
que pensé
que
en él iría!
TODOS
¡Pobre
Lissette!
SULPICIO
Ya
parte el coche,
hizo
muy bien,
ya
no se llevan
a
mi Lissette.
MATILDE
(A
Sulpicio)
Con
vuestra venia...
Niña
gentil,
dos
húsares formales
van
a París.
Una
silla de postas
nos
aguarda a los dos,
y
tenéis un asiento
que
os ofrezco yo.
LISSETTE
¡Oh!
muchas gracias.
No
sé si debo...
MATILDE
Somos,
linda muchacha,
dos
caballeros.
(Después
de un momento de duda)
LISSETTE
Pues
sí que acepto
la
invitación,
porque
sois caballeros,
y
además dos.
JORGE
(Aparte
a Matilde)
Sois
un tunante,
ya
os entendí...
MATILDE
Un
calavera,
yo
soy así.
LISSETTE
Juntos
marchemos.
JORGE
Vamos
allá.
LISSETTE
(A
Sulpicio)
Sulpicio
me marcho.
SULPICIO
¿Con
ellos te vas?
¡Ingrata!
¡Me dejas!
Te
portas muy mal.
LISSETTE
¡Adiós,
y no llores!
SULPICIO
Cual
todas igual.
(Vase
fondo llorando y dejando caer la cesta de los bollos, etc., etc)
ESCENA XIII
Dichos
menos Sulpicio.
TERCETO
(A dúo)
MATILDE
De
toda esta aventura
no
sé cómo saldré,
preciso
es ganar tiempo,
y
yo lo ganaré.
JORGE
Mauricio
es un tronera,
y
bien claro se ve,
bonita
compañera
llevamos
hoy por él.
LISSETTE
Por
fin, de mi esperanza
la
dicha lograré,
París
de mis ensueños
al
fin te voy a ver.
(Aparece
el postillón)
JORGE
(Viéndole)
La
silla de postas
dispuesta
está ya.
MATILDA
(Ofreciendo
la mano a Lissette)
Venid,
hermosa niña,
que
os aguarda un oficial.
(Vase
hacia el fondo. Telón de cuadro)
CUADRO SEGUNDO
La
escena estará dividida en dos planos desiguales. El plano de la derecha (Entiéndase
actor) mayor que el de la izquierda, representa el interior de una Hostería en
París, que ocupa tres cajas. Al fondo, gran plaza que se ve por el arco de
entrada a la Hostería. A la derecha, mostrador con servicios, y detrás de éste,
puerta practicable que se supone da al interior. Escalera que conduce a los
pisos altos y que arranca desde el arco del fondo de entrada a perderse en la
tercera caja de arriba. Un letrero en el fondo que dice: «Paso a las
habitaciones». Debajo de este letrero y al lado de la escalera, cuadro tablero
con llaves. Mesas largas con bancos adosados a ellas en diferentes puntos de la
escena. El plano de la izquierda, representa una sala de Hostería modestamente
amueblada, pero con gusto y a estilo de la época. Esta sala ocupará sólo dos
cajas. Puerta al fondo con cortinones. En el fondo derecha, un retrato de un
militar de la época, y en el fondo izquierda, otro retrato en busto y al óleo
que representa una joven de la época. En la lateral izquierda, espejos, consola
con candelabros, sillas, sillones, sofá frente al público, etc. Todos los
accesorios a gusto del pintor. En el muro divisorio que separa la Hostería de
la sala y en primer término del citado muro, una puerta practicable por la que
se comunican las dos habitaciones. — Es de día.
ESCENA PRIMERA
Al
levantarse el telón, aparece Leandro detrás del mostrador. Las mesas del fondo
de la Hostería estarán ocupadas por Oficiales de Dragones, Zuavos, etc. (Coro
de Caballeros) divididos en grupos y según el uniforme. En la mesa, delante de
las del fondo, Oficiales de Húsares de la Guardia con sus capas blancas. (Coro
de Señoras) Leonardo y Alberto, sentados con ellos; llevan el mismo uniforme. Unos
juegan, otros beben, etc., etc. Dos Camareras, traje de la época, sirven a la
mesa. — Gran animación al empezar el cuadro
(Música)
UNOS
¡Vino!
OTROS
¡Cerveza!
OTROS
¡Venga
otra jarra!
OTROS
Aquí
unos dados.
OTROS
¡Patrón!
¡Barajas!
LEONARDO
(Tirando
los dados)
Yo
juego. ¡Cinco!
ALBERTO
Pues
ahora, yo.
¡Siete!
LEONARDO
Ganaste.
HUSARES
¡Buen
jugador!
LEANDRO
(A
los Chicas)
Andad,
muchachas,
deprisa
vamos,
servid,
que aguardan
los
parroquianos.
UNOS
¡Venga
vino!
OTROS
¡Aquí,
cerveza!
OTROS
¡Aquí,
barajas!
OTROS
¡Vengan
botellas! (Gran animación)
ESCENA II
Dichos
y Matilde, Jorge y Lissette por el arco de entrada.
JORGE
Por
fin llegamos.
Vamos,
pasad.
LISSETTE
¡Ay,
cuánta gente!
MATILDE
¡Vaya
un lugar!
JORGE
Ahí
está vuestro tío.
LISSETTE
¡Hablarle
no me atrevo!
MATILDE
(Aparte)
¿Qué
miro? En esa mesa
Leonardo
con Alberto.
JORGE
(A
Lissette)
Qué
tontería,
y
estás temblando.
Venid
conmigo.
(Hacia
el mostrador)
¡Señor
Leandro!
Vuestra
sobrina
que
os quiere ver.
LISSETTE
¡Querido
tío!
LEANDRO
¿Tú
aquí, Lissette? (Hablan bajo)
MATILDE
De
mi hermano son amigos
y
los dos han de ayudarme.
¡Alberto!...
¡Leonardo!...
Palabra,
señores. (Los dos se levantan)
LEONARDO
y ALBERTO
¡Matilde!
MATILDE
¡Silencio!
LEONARDO
¿Cómo
vos en ese traje?
MATILDE
Por
salvarle.
LEONARDO
y ALBERTO
Lo
Comprendo. (Hablan bajo)
JORGE
No
riñáis a la muchacha.
LEANDRO
¿Venir
sola y a París?
(A
Lissette)
Anda
dentro, buena pieza.
¿Cómo
vas a estar aquí?
(La
empuja y Lissette entra por la puerta que hay detrás del mostrador)
JORGE
¡Perdonadla!
LEANDRO
Ya
veremos.
JORGE
Mi
misión no más cumplí,
con
Mauricio os la he traído.
LEANDRO
¿Pero
está Mauricio aquí?
JORGE
Ahí
le tenéis.
LEANDRO
JORGE
¿A
ver? ¿Dónde está?
(Durante
todo el diálogo sostenido por Leandro y Jorge, Leonardo se ha dirigido a la
mesa donde están los Húsares, ha hablado con ellos en voz baja y todos se
levantan y se dirigen a Matilde en este preciso momento)
HUSARES
¡Amigo
querido!
¡Mauricio
Mornand!
¡Por
fin entre nosotros
te
vemos otra vez!
MATILDE
Mil
gracias, compañeros.
LEANDRO
(Aparte)
Mauricio no es aquel.
JORGE
(A
los Húsares)
A
nuestro lado
por
fin está
y
su vuelta tenemos
que
celebrar.
MATILDE
Vengan
botellas,
pronto
a beber...
convido
a todos.
LEANDRO
Yo
serviré.
JORGE
Recuerdas,
Mauricio,
aquella
canción
que
canta la Bruny
a
Le Chateau d' Eau.
MATILDE
Sí
que la recuerdo.
LEONARDO
(Aparte
a Matilde)
Matilde
por Dios...
MATILDE
La
sé porque mi hermano
me
la enseñó.
Y
dice así,
venid
aquí...
bien
lo recuerdo.
¿La
canto?
TODOS
Sí.
CANCION
MATILDE
Al
coronel de un regimiento
orden
le dieron de marchar,
y
aquí en París quedó su esposa
llena
de angustia y de pesar.
Y
un ayudante que tenía
que
le ayudaba noble y fiel,
tanto
ayudó a la coronela,
que
fe olvidó del coronel.
Y
mientras él allá en la guerra
inmensa
gloria conquistó,
aquí
en París el ayudante...
de
su conquista se alegró...
Y
al regresar
el
coronel,
le
coronaron
de
laurel.
Y
cuando entraba
en
el cuartel,
toda
la banda repetía...
(Imitando
los clarines)
¡El
coronado coronel!...
TODOS
Y
al regresar
el
coronel, etc., etc.
(Toques
de clarín)
(Hablado)
MATILDE
Y
ahora a beber, compañeros.
LEONARDO
¡Viva
el teniente Mauricio!
TODOS
¡Viva!..
(Beben y van desapareciendo paulatinamente por el fondo, Dragones, Zuavos,
etc., etc., por grupos y van quedando en escena los Húsares)
JORGE
(A
los Húsares) Os digo, compañeros, que hemos hecho un viaje delicioso. Teníais
razón al decirme que Mauricio era el oficial más corriente de todo el
escuadrón.
ALBERTO
Y
el más atrevido.
JORGE
Habladme
a mí de sus atrevimientos. Hasta se ha traído el muy tunante a una muchacha preciosa
de Auxerre.
MATILDE
¡Capitán!...
JORGE
¡Calavera!...
Por cierto que la chica es sobrina de Leandro el patrón... (Todos ríen)
MATILDE
¿Queréis
callar?
JORGE
Bueno,
me callo. Pero para algo la habéis traído, tunante... Vaya... Apurad a mi salud
este vaso de vino. (Le da un vaso grande)
MATILDE
¡Venga!...
(Aparte) Esto me va a hacer un daño horrible.
LEONARDO
(Aparte)
¡Pobre Matilde!...
LEANDRO
(Que
habrá estado recogiendo los servicios y no deja de mirar a Matilde. Aparte) Yo
no me explico por qué todos le llaman Mauricio... Ese no es Mauricio... Si le
conoceré yo... Nada, estoy Seguro... (Vase por la puerta derecha detrás del mostrador)
ALBERTO
Conque,
Mauricio, bien venido, y te dejamos hasta la noche, porque el servicio nos
reclama.
MATILDE
Señores,
bien hallados, y hasta luego. Yo también voy a quitarme el polvo del canino y a
descansar un rato. (Salen todos los Húsares menos Leonardo y Jorge)
JORGE
Es
natural.
ALBERTO
(A
los Húsares que se van) Compañeros, os recomiendo... (Recomendándoles el
silencio)
UNO
Ni
una palabra. (Vanse)
ESCENA III
Matilde,
Jorge y Leonardo.
JORGE
Amigo
Mauricio, ahora que estamos solos, yo os exijo vuestra palabra de honor de que no
saldréis de la Hostería hasta que yo regrese con las órdenes del coronel
respecto a vos.
MATILDE
¡Podéis
estar seguro, capitán. Os doy mi palabra! ¡Soy todo un hombre!
JORGE
Ya
lo sé.
LEONARDO
(Aparte)
Pues estás enterado.
JORGE
¿Iréis
a vuestra habitación?
MATILDE
Sí...
(Aparte a Leonardo) ¿Dónde está mi habitación, es decir, la de mi hermano?
LEONARDO
Esta.
(Señalando la puerta que hay en el muro divisorio)
MATILDE
Aquí
en mi cuarto os espero.
JORGE
Hasta
después.
ESCENA IV
Dichos
y Leandro.
JORGE
(A
Leandro) Como salga de la Hostería Mauricio Mornand, perdéis la cabeza.
LEANDRO
Pero...
mi capitán...
JORGE
La
cabeza... Vigiladle... (Vase fondo)
LEANDRO
Pero...
ESCENA V
Dichos,
menos Jorge.
LEONARDO
Leandro...
La llave del teniente Mauricio.
LEANDRO
Voy...
(Va al cuadro y la recoge) ¡Tomad! Pero no... Este húsar no es el señor
Mornand. ¡Protesto! ¡Que no vaya!
LEONARDO
¡Silencio!
O pierdes la cabeza.
LEANDRO
¿Otra?
¿Otra vez?
LEONARDO
Abre
ese cuarto.
LEANDRO
Lo
abro. (Abriéndolo) Pasad.
MATILDE
Leandro,
pasa tú también.
LEANDRO
¿Yo?
(Pasando)
LEONARDO
Cierra.
LEANDRO
¡Que
abra! ¡Que cierre! Ya está... (Cerrando la puerta)
LEONARDO
¡Leandro!
(Con misterio)
LEANDRO
¿Qué?
LEONARDO
¡Viva
el emperador!
LEANDRO
¡Viva!
¡Sí señor! ¡Que viva! Y que vuelva a Francia y que sea pronto. ¿Qué hay que hacer?
LEONARDO
Oír,
ver y callar.
LEANDRO
¡Bueno!
LEONARDO
(A
Matilde) Este es un imperialista decidido.
LEANDRO
De
los más decididos.
LEONARDO
Pues
bien... Esta señorita...
LEANDRO
¿Cuá
? ¿Dónde está?
MATILDE
Soy
yo.
LEANDRO
¡Caramba!
MATILDE
La
hermana de Mauricio Mornand.
LEANDRO
¿La
señorita Matilde? Anda, pues poco que hemos hablado de vos vuestro hermano y yo.
Y poco que quiero yo a vuestro hermano; por él daría hasta la vida... El me ha hecho
hombre... Sí. Ya lo creo... ¿Pero cómo venís así?
MATILDE
Ven
y lo sabrás todo.
LEONARDO
Sí,
que aquí podrían oírnos desde la Hostería.
ESCENA VI
Dichos
y Lissette por la lateral derecha Hostería.
LISSETTE
¡No
hay nadie! ¿Y mi tío?
LEANDRO
Tenéis
razón. Pues vamos.
LISSETTE
Yo
salgo. (Saliendo)
MATILDE
Vamos.
LEANDRO
¡Pero
demonio! Y qué bien está de húsar... Si parece un hombre de veras. (Vanse por
el
fondo)
ESCENA VII
LISSETTE
(Después
de haber mirado por todos lados) ¡Me voy a estar ahí encerrada toda la tarde!
¡Vaya un recibimiento que me ha hecho mi tío! Pero ya se le pasará. Yo le
mimaré, le daré gusto en todo... Así que no soy yo zalamera cuando quiero.
¡Pero qué sólo está esto y antes cuánta gente! ¡Ya estoy en París! ¡Qué alegría!
¡Qué diferencia de la aldea! ¡Y qué triste se quedó el pobre Sulpicio! Y no se me
olvida... ¡Pobre muchacho! (Yendo hacia el fondo) ¡Vaya una plaza! ¡Qué grande!
Si casi no se ven las casas de enfrente.
ESCENA VIII
Dicha
y Sulpicio apareciendo por el fondo.
LISSETTE
(Retrocediendo)
¡Sulpicio!
SULPICIO
Lissette...
LISSETTE
¿Tú
aquí? ¿A dónde vas?
SULPICIO
¡Aquí!
LISSETTE
¿Cómo?
SULPICIO
Aquí,
a París... ¿No has venido tú? Pues yo también. Vengo a ver a tu tío con una
carta de recomendación de mi amo para que me coloque, para que me proporcione
una posición social, una plaza de pastelero ó de pinche de cocina.
LISSETTE
¿Pero
cómo has venido tan pronto?
SULPICIO
Ahí
verás... Ya no tenía que hacer nada en la aldea.
LISSETTE
Hiciste
bien... Auxerre es muy triste... ¿No es verdad?
SULPICIO
Sí...
muy triste... ¡Bueno! (Transición)
LISSETTE
¿Pero
te vas?
SULPICIO
Sí;
¿qué queréis?
LISSETTE
Decirte
una cosa antes de que te marches.
SULPICIO
Habla.
LISSETTE
Ya
vi que te disgustó que yo viniese con aquellos oficiales. Pero te aseguro
que... Se han portado muy bien conmigo... ¡Sobre todo el más joven, el
teniente.
SULPICIO
¿Con
que el teniente? Bueno. ¿Y por qué me dices todo eso?
LISSETTE
¡Ah!
¿Pero es que no te importa? ¡Ay! Pues haces cuenta que nada te he dicho.
SULPICIO
¡Lissette!
Sí me importa, dilo, habla, sigue.
LISSETTE
¿Que
siga? ¡Vaya, pues no eres poco tonto! Ya seguiré después que hables tú.
SULPICIO
¿Que
hable yo?... (Transición) Pues que te quiero. (Abrazándola)
LISSETTE
Y
yo también a tí, ¿lo ves? Y no querías tú que yo viniese a París. Ahí tienes.
Pues ya tengo novio.
SULPICIO
¿Cómo
novio? ¿Pues y yo?
LISSETTE
Sí.
Eres tú... Si lo digo por tí.
SULPICIO
¡Ah!
Eso es otra cosa.
ESCENA IX
Dichos,
y por la izquierda (fondo), Leandro, Leonardo y Matilde.
LEANDRO
Nada
temáis... Adelante con la farsa... Os ayudaremos.
LEONARDO
Por
Mauricio y por vos, todo.
LEANDRO
Y
por el emperador.
MATILDE
Gracias.
LEONARDO
Adiós,
descansad. Vamos, Leonardo, (Vase Matilde fondo. Leonardo y Leandro se dirigen
a la puerta lateral)
LISSETTE
¡Anda!
Ya sabía yo que me querías. ¡Ay, mi tío!... (Viendo salir a Leandro. Vase
corriendo lateral derecha)
LEANDRO
¡Adiós,
señor oficial!
LEONARDO
¡Adiós,
Leandro! (Vase fondo)
ESCENA X
Sulpicio
y Leandro.
SULPICIO
¡Este es el tío!
LEANDRO
¿Qué
se ofrece?
SULPICIO
Pues
os traigo una carta.
LEANDRO
Venga.
SULPICIO
(Buscando)
¿Pero dónde está la carta? ¿Pero en dónde la he metido? ¡Ah, sí! Si la tengo aquí
en el pie derecho. (Sacándosela de la bota)
LEANDRO
¿De
quién es esto?
SULPICIO
De
mi amo, el pastelero de Auxerre.
LEANDRO
(Leyendo
en voz alta y en francés a gusto del actor)
¡Ah!...
sí… bueno... está bien... Pues lo siento mucho, pero no tengo dónde colocarte.
SULPICIO
Yo
me coloco en cualquier lado.
LEANDRO
Ya,
ya, pero no me es posible.
SULPICIO
Señor
Leandro. Coloradme. Hacedlo por la memoria de vuestra esposa.
LEANDRO
Soy
soltero.
SULPICIO
Bueno.
Pues por la de vuestros hijos.
LEANDRO
No
los tengo.
SULPICIO
¿Y
qué voy a hacer yo en París solo? Acabado de llegar. Sin conocer a nadie.
Expuesto a... Yo me quedo aquí por la comida, sólo por la comida, mejor dicho,
por las sobras. Y no quiero salario. Y eso que os advierto que hago unos
petisús que se chupa uno los dedos y unas natillas que se chupa uno los mismos
y unos ramilletes que... Hice yo en Auxerre el año pasado uno de tres pisos y
le puse en la punta un Napoleón de azúcar que estaba hablando.
LEANDRO
¿A
Napoleón? ¿Al emperador?
(Música)
LEANDRO
Napoleón
en el final
de
un ramillete colosal.
|Qué
inspiración
tan
sin igual!
SULPICIO
Tenéis
razón,
fue
inspiración
poner
allí en la misma punta
de
azúcar un Napoleón.
LEANDRO
¿Le
pusiste atravesando
por
el puente de Austerlitz,
ó
con una mano atrás
y
con ésta puesta así?
¿O
en Egipto pronunciando
su
famosa alocución,
con
tricornio ó sin tricornio?
Dime
ya la posición.
SULPICIO
Pues
como el azúcar
con
el almidón
es
masa ligera,
yo
a Napoleón,
pues
le puse en jarras. (Poniéndose)
LEANDRO
¡Qué
profanación!
Eso
era un bolero
de
baile español.
SULPICIO
Pues
estaba hablando.
LEANDRO
Calla,
tonto y ven:
quiero
que hagas uno
como
te diré.
El
tricornio puesto así,
el
aspecto muy marcial,
una
mano con la espada,
la
otra mano aquí detrás,
la
otra mano sobre el pecho.
SULPICIO
Ya
son tres.
LEANDRO
Pues
es verdad.
Pues
te comes la que quieras
y
le dejas dos no más.
Los
dos Napoleón en el final
de
un ramillete colosal
hará
muy bien
en
posición,
pues
aunque sea
de
almidón,
siempre
será
Napoleón.
(Hablado)
LEANDRO
Anda
para arriba. Por aquella escalera. Allí está la cocina, que te den un mandil y
un gorro. Hágote pinche.
SULPICIO
¡Ya
soy algo! ¡Ay, qué gusto! Muchas gracias. Muchas gracias. (Vase por la escalera)
LEANDRO
Es
preciso fomentar las ideas políticas en la juventud. (Vase derecha)
ESCENA XI
MATILDE
¡Imposible!
No puedo descansar. ¡Cómo me quito este traje!... ¡Cómo me acuesto si el capitán
va a volver de un momento a otro!... ¡Ah! [Si yo hubiese reflexionado mejor!...
(Sentada) ¡Caramba! El ser hombre... ahora veo que tiene sus inconvenientes.
ESCENA XII
Matilde
y Jorge por el fondo Hostería.
JORGE
Lo
que me ha dicho el coronel no puede ser. En qué cabeza cabe... (Llamando a la
puerta divisoria) ¡Mauricio! ¡Mauricio!
MATILDE
¿No
lo dije? Ahí está... Pasad, pasad, amigo mío.
JORGE
(Entrando
y cerrando la puerta) ¿No os habéis acostado?
MATILDE
¿Para
qué? Yo no siento la fatiga. . Ya me conocéis. ¿Visteis a nuestro coronel? ¿Qué
dice? ¿Qué órdenes os ha dado respecto a mi persona?
JORGE
Que
os siga vigilando... Que no me separe de vos, y además me ha dicho una solemne tontería:
que ayer os vieron en Lyon.
MATILDE
(Aparte)
(¡Dios mío!..) ¿A mí?... ¿En Lyon? ¡Já, já! (Riéndose) ¡Tiene gracia!
JORGE
¡Muchísima!
MATILDE
¿Y
vos qué le habéis contestado?
JORGE
Que
estáis conmigo desde ayer, y que esta misma noche iréis conmigo a poneros a sus
órdenes?
MATILDE
¿Esta
noche?
JORGE
¡Sí.
. Esta noche. (Paseándose por la habitación)
MATILDE
(Aparte)
¡Qué apuro!... Bueno, pues iremos. (Aparte) Aquí sí que no hay arreglo posible.
En cuanto me vea el coronel todo se ha perdido.
JORGE
(Viendo
el retrato del fondo) ¿Qué miro? ¿Quién es esa mujer? ¡Qué parecido tan
asombroso! ¡Mauricio!
MAURICIO
¿Qué?
JORGE
¿Es
esa joven vuestra hermana?
MATILDE
(Aparte)
(¡Demonio!... ¡Mi retrato!) Sí… la misma.
JORGE
Pues
es vuestra misma imagen. Los mismos ojos, la misma expresión...
MATILDE
Sí...
somos... muy parecidos. Extraordinariamente parecidos... (Aparte) ¡Maldito
retrato!
JORGE
(Aparte)
¡Qué sospecha!... Es una semejanza que no vi otra igual.
MATILDE
Todo
el mundo dice lo mismo. (Aparte) ¡Dios mío!... Este hombre empieza a
sospechar... (Se siente abatida)
JORGE
¿Qué
os pasa, Mauricio? ¿Os ponéis malo?
MATILDE
No...
cá... no es nada... (Levantándose) ¡Leandro! ¡Aquí pronto! Ron... cognac...
(Había nerviosamente) ¿Tenéis tabaco, capitán?... Dadme.
JORGE
Tomad.
(Le da una bolsa)
MATILDE
(Sacando
la pipa y llenándola de tabaco) Pero, Capitán, ¿qué os pasa? ¿Qué efecto os ha
producido el retrato de mi hermana? Verdad que es encantadora... Verdad que es
divina... (Aparte) (Anda, yo misma me echo flores) Ya la conoceréis... Ya os
presentaré... Vale mucho... Algo tímida... En eso sí que no se parece a mí...
Ya la veréis... Pero ese Leandro... ese ron... ese cognac.
ESCENA XIII
Dichos
y Leandro.
LEANDRO
(Que
habrá salido momentos antes con el servicio) Ya voy, señor Mauricio. Aquí está.
MATILDE
Venga.
Beber!, capitán.
JORGE
Gracias,
¿y vos?
MATILDE
¿Yo?...
Yo en la botella. (Bebiendo)
LEANDRO
¡Jesús!...
¡Pobrecita! Se queda sin gaznate.
ESCENA XIV
Dichos,
Los Húsares, y Leonardo y Alberto por la Hostería.
LEONARDO
Entremos.
ALBERTO
Os
doy la revancha.
JORGE
Bebe
como un sargento de la guardia.
LEONARDO
Los
dados.
ALBERTO
Cerveza.
JORGE
(Asomándose
a la puerta) ¡Los húsares!
MATILDE
Otra
copa... capitán...
JORGE
No,
gracias. . (Aparte) Voy a convencerme de si mi sospecha... (Sale)
MATILDE
(A
Leandro) Leandro, ese hombre me ha descubierto.
(Hablan
bajo)
JORGE
Leonardo,
Alberto, palabra...
LEONARDO
¿Qué
queréis?
JORGE
Venid.
(Salen de la Hostería, y en el fondo de la plaza se les ve accionar como si
hablaran. Los otros Húsares siguen bebiendo la cerveza que una de las camareras
les ha servido)
LEANDRO
¿Es
decir que ese hombre cree que sois mujer y está en lo cierto, eh? Pero aquí hay
que probarle lo contrario.
MATILDE
Eso
es. ¿Pero cómo? ¿De qué modo?
LEANDRO
Es
verdad. ¿De qué modo os convierto en hombre? Aquí hay que hacer algo. Una cosa muy
importante... ¡Ya se me ha ocurrido! (Se queda pensativo)
ESCENA XV
Dichos
y Lissette derecha.
LISSETTE
¿Otra
vez los oficiales?
LEANDRO
Vos
necesitáis una mujer. Una amante inmediatamente. Ya la tengo... Ya la tengo... Esperad...
Nada temáis.
MATILDE
¿Qué
decís?
LEANDRO
(Saliendo)
Mi sobrina... Eso es... No hay cuidado... ¡Ah! ¡Lissette! ¡Ven conmigo!... (La arrastra.
Todo rapidísimo. Cierra la puerta)
LISSETTE
Buenas
noches, señor Mauricio.
LEANDRO
Déjate
de cumplimientos.
MATILDE
(A
Leandro) ¿Qué vas a hacer?
LEANDRO
Dejadme...
Lissette... ¡Hija mía! Has hecho tu suerte... ¡Estás de enhorabuena! Has
llegado a París, y pun... digo… Ya tienes un pretendiente.
LISSETTE
(Aparte)
¿Cómo lo ha sabido?
LEANDRO
Un
pretendiente rico, apuesto, gallardo... de mi gusto.
MATILDE
¡Ah!
Sí... ¡Ya entiendo!... Sí, Lissette, un hombre que os ama, que siente por vos
una pasión abrasadora...
LEANDRO
(Corriendo
a la puerta) Eso es.
MATILDE
Que
dará por vos la vida.
LEANDRO
Eso
es.
MATILDE
La
existencia, (A Leandro) ¿Qué más hay que dar?...
LEANDRO
Y
que te dará trajes, galas y palacios, y carrozas, etc., etc. Ya ves si has
tenido suerte.
LISSETTE
Pero
vos... Virgen santa... ¿Enamorado de mí?...
LEANDRO
¿Pues
no lo estás oyendo, tonta?
MATILDE
Sí,
Lissette, yo te amo.
LEONARDO
(Entrando
en la Hostería con Jorge y Alberto) ¡Estáis loco!... Es Mauricio.
ALBERTO
Mauricio
Mornand, no lo dudéis.
MATILDE
Yo
te adoro...
LEANDRO
Eso
es. Te adora.
LEONARDO
(A
los Húsares) Compañeros, el capitán Jorge dice que Mauricio no es Mauricio.
(Todos se levantan)
UNO
¡No
ha de serlo!
LEANDRO
Los
otros... Duro. (A Matilde. Sale y cierra la puerta y se colocan al lado de ella)
JORGE
Os
digo que no... Venid.
LEANDRO
¡Entremos!
LEONARDO
No
se puede pasar.
JORGE
¿Por
qué?
LEANDRO
Porque
hay una mujer en ese cuarto.
ESCENA XVI
Dichos
y Sulpicio, bajando por la escalera del fondo con un plato de repostería.
JORGE
¿Lo
veis?
LEONARDO
¿Cómo
una mujer?
LEANDRO
¡Una
mujer con el teniente Mauricio!
JORGE
¡Abrid!
LEANDRO
¡Abriendo,
la puerta) Pasad si gustáis. (Al abrir la puerta Lissette se halla sentada y a
sus pies Mauricio. Todos retroceden)
JORGE
¡Mauricio!...
A los pies de Lissette.
SULPICIO
¿Cómo?...
Lissette. (Baja al proscenio) ¿Quién habla aquí de Lissette?
JORGE
¿Vuestra
sobrina?
LEANDRO
Sí...
Mi sobrina. . ¡Cosas de la vida!
MATILDE
Yo
te amo... Te adoro, encantadora Lissette. (Besándola repetidas veces)
LISSETTE
¿Pero
qué decís? ¿Qué hacéis?
JORGE
¡Demonio!
Cerrad. ... Cerrad. Soy un imbécil... Ahora sí que no dudo de que es un hombre.
(Todos ríen)
SULPICIO
¡Dios
mío!... ¡Lissette!... ¡Qué golpe!... (Dejando caer el plato al suelo, que se
rompe) ¡Qué golpe para mi corazón! (cuadro a juicio de los actores y telón de
cuadro)
CUADRO TERCERO
Salón
estilo Luis XV, a una caja. Dos puertas laterales. Muebles y accesorios del
mismo estilo de la decoración. Un biombo de la época ocupa la parte derecha (Actor).
Espejos, etc. Este salón da acceso por el fondo a otro salón que ocupa dos
cajas y está separado del primero por rompimiento de columnas. Todo el fondo de
este segundo salón lo ocupa un gran ventanal de cristales de colores,
practicable, que abrirá a su tiempo, dejando ver decoración de plaza de París,
cuya -plaza estará adornada con banderas, colgaduras, etc., y algunos balcones
iluminados con faroles, antorchas, etc. Este ventanal estará a la altura
conveniente de una grada de dos ó tres escalones, que ocupa toda la extensión
del fondo del segundo salón. En este segundo salón, y en el centro, mesa larga
dispuesta para un banquete. Flores, servicio lujoso, etcétera, etc. Candelabros
con luces encendidas. Es de noche.
ESCENA PRIMERA
Leandro
y las dos Camareras del segundo cuadro.
(Hablado)
LEANDRO
Perfectamente.
Ya está lista la mesa. Podéis retiraros. El golpe de vista es admirable; (Vanse
Camareras segunda izquierda)
ESCENA II
Dicho
y Matilde. Leonardo y Alberto, primera izquierda.
MATILDE
¡Bravo,
Leandro! Te has portado.
LEONARDO
Magnífica
mesa.
ALBERTO
Sea
enhorabuena. Eres el mejor hostelero de París.
LEANDRO
Mil
gracias, señores, (A Matilde) Había que deslumbrar al capitán y se le deslumbrará.
Había que salvaros y hemos echado el resto.
MATILDE
Gracias,
Leandro. No había más remedio. Después de la escena de la Hostería había que
seguir la farsa a toda costa. Allí quedé como un hombre a los ojos del capitán;
pero esta noche quiere llevarme a presencia del coronel y esto, como
comprenderéis, es imponible, porque al coronel no puedo engañarle.
LEONARDO
¡Claro!
LEANDRO
Y
para evitar todo eso, yo le dije a la señorita Matilde... ¿No tenéis vos y
vuestro hermano una casa en París cerrada hace largo tiempo, y de la que yo
tengo las llaves? ¿No podéis dar allí una comida a todos los oficiales y en
ella presentar a mi sobrina en clase de... vamos, de vuestra prometida?... ¿No
podéis en ese banquete emborrachar al capitán Jorge y evitar de esta manera que
os llevo a presencia del coronel? Pues dejadme a mí y aquí estamos en vuestra
casa con la mesa puesta, mi sobrina a vuestra disposición y ya no falta más que
la borrachera.
LEONARDO
Bien
pensado.
ALBERTO
¡Soberbio!
MATILDE
¡Mucho
te debo, Leandro!
LEANDRO
Nada,
señorita... nada. (Aparte) Luego verás la cuenta.
MATILDE
Lo
que os aseguro, señores, es que ya no puedo más. Que este fingir eterno me
cansa, y que si esto dura mucho yo no sé lo que va a ser de mí.
LEONARDO
¡No
desmayéis! ¡Tened esperanza! Las noticias son buenas. Quizás mañana sepamos...
ALBERTO
Sí...
Se asegura que el emperador ha salido ya de la isla de Elba.
MATILDE
¡Que
sea cierto, Dios mío!
LEANDRO
Lo
será... Me lo está diciendo el corazón. ¡Viva el emperador!
MATILDE
¡Basta
de entusiasmos!
LEANDRO
¡Es
verdad!
MATILDE
Vosotros
avisad a los amigos para esta noche.
LEANDRO
Que
vengan todos y que se traigan cada uno lo que pueda, para dar más amenidad al acto.
MATILDE
¿Qué
dices?
LEANDRO
Quiero
decir... Que aquí hacen falta mujeres. Las mujeres lo animan todo... Algunas grisettas...
Algunas...
ALBERTO
Pero...
LEONARDO
¡Hombre!...
(Señalando a Matilde)
MATILDE
No...
Por mí, no reparéis... ¡Vengan mujeres!... ¡Venga todo lo que os parezca!... Si
yo ya no soy la señorita Matilde... Yo soy ya un sargento de caballería. No me
asusta nada.
LEONARDO
Pues
hasta luego.
ALBERTO
Adiós.
(Vanse segunda derecha)
MATILDE
Hasta
luego. (Vase primera izquierda)
ESCENA III
LEANDRO
La
verdad es que si no es por mí... Por supuesto, que yo también soy un tío de
caballería, porque... ¡Y qué a punto llegó mi sobrina!... ¡Porque sin ella!...
Claro es que a los ojos de todos paso por un sinvergüenza, porque entregar un
tío a su sobrina a un oficial de Húsares, no está bien... pero me río yo del
peligro que corre la chica... Ninguno... ¡Tiene gracia!
ESCENA IV
Dicho
y Lissette, primera derecha. Traje lujoso de la época.
LISSETTE
¿Tío?
¿Estoy bien vestida?
LEANDRO
Admirablemente.
Estás encantadora... Cualquiera dice que eres la aldeana de ayer.
LISSETTE
¡Ay,
tío; este es mi centro! Esto es lo que yo había soñado. Ricos trajes... Un
palacio como éste... Un oficial de Húsares tan apuesto, tan gallardo, enamorado
de mí... ¡Ay! ¡si me parece que todo esto es un sueño!
LEANDRO
¿Un
sueño?... ¡Cá! (Aparte) Ya verás cuando yo te llame, te despiertes y te veas en
la cocina de casa.
LISSETTE
Pero
tío, ¿queréis explicarme?
LEANDRO
¿El
qué?
LISSETTE
¿Cómo
ha sucedido todo esto? Mauricio, durante el viaje, nada me dijo... ¡Yo no
adivino!...
LEANDRO
Bueno.
No te importe. Las cosas, en el mundo, vienen así, de sopetón... y el amor, más
de sopetón todavía… ¿Que no te dijo nada?... Pues luego te lo dijo ¿Que no
adivinaste nada?... Pues ya lo sabes todo. Que te quiere, que tú eres gustosa,
que yo soy gustoso y que todos estamos tan a gusto.
LISSETTE
Sí;
es verdad... Y parece que me quiere... y yo... también... parece que le quiero…
pero... (Aparte) ¿Y Sulpicio? ¡Pobrecillo!...
LEANDRO
¿Pero
en qué piensas?
LISSETTE
En
nada. ¡Ay! ¡Qué mesa tan lujosa! ¿Es aquí donde vamos a comer?
LEANDRO
Aquí.
Y ten cuidado, Lissette, no vayas a meter el zapatito. ¡Tú pocas veces habrás comido
con tenedor! Y apenas si sabrás saludar como se saluda en la Corte, y bailarás solamente
los bailes de la aldea... Pues aquí, hija mía, hay que ser muy fina...
finísima... ¡Como tu tío!
(Música)
LEANDRO
Hay
que comer
con
pulcritud
delante
de
la
multitud.
Y
hay que saber
con
precisión,
lo
que se come con cuchara
y
lo que pincha el tenedor.
Mascar
con elegancia,
beber
con distinción,
y
usar la servilleta
a
cada libación.
LISSETTE
Perded
cuidado
que
así lo haré.
No
disgustaros
procuraré.
LEANDRO
Recogiéndote
la falda,
sin
subirla a mucha altura,
inclinando
la cabeza
salúdase
con soltura.
(Saludo
de la época)
Si
después tu mano piden
invitándote
a bailar,
tú
presentas con mil dengues
dos
deditos nada más.
Y
así cogidos ya
en
esta posición,
se
dan dos ó tres vueltas
por
el salón.
Tari,
tará, tará,
tará,
tará, taré.
Así,
muy finamente,
empieza
el minué.
LISSETEE
Recogiéndome
la falda
sin
subirla a mucha altura,
inclinando
la cabeza
se
saluda con soltura.
Si
después mi mano piden
invitándome
a bailar,
les
presento con mil dengues
dos
deditos nada más.
Y
así cogidos ya
en
esta posición,
se
dan dos ó tres vueltas
por
el salón.
Los
dos Tari, tará, tará,
tará,
tará, taré.
Así
muy finamente
se
baila el minué.
(La
orquesta ataca sola el minué y Leandro con Lissette tarareándolo a gusto del maestro,
marcan las figuras como si lo bailaran)
(Hablado)
LEANDRO
¡Superior!
Corno si lo hubieras estado bailando toda la vida.
LISSETTE
¿Verdad,
tío, que soy lista?
LEANDRO
Muy
lista, como de la familia. ¡Y adiós, hija mía! Voy a preparar... Nada te
digo... Muéstrate cortés, afable, cariñosa con todo el mundo y sobre todo con
Mauricio.
LISSETTE
Pero
tío... ¿Me dejáis sola? ¿Voy a estar sola con él y en su casa?
LEANDRO
No
hay cuidado... No tengas cuidado...
LISSETTE
Pero...
LEANDRO
Cuando
yo te digo que no hay cuidado...
(Vase
segunda derecha)
ESCENA V
LISSETTE
¡Bueno!
Cuando mi tío lo dice... (Mirándose a un espejo) ¡Pero qué bien! ¡Qué bien me
sienta este traje!... Si me vieran mis compañeras de la aldea se morían de envidia.
ESCENA VI
Sulpicio
y Lissette.
SULPICIO
He
venido con el cocinero y los otros pinches. ¡Ella!
LISSETTE
¿Quién?
¡Sulpicio!
SULPICIO
(Lloriqueando)
Bajas los ojos...
LISSETTE
¡Escúchame!
SULPICIO
Esta
casa, este lujo que te rodea, ese traje, esas joyas me dicen claramente que la
Lissette que yo amaba no eres tú.
LISSETTE
Pero
si yo...
SULPICIO
Ya
estás en París... Ya te has salido con la tuya. Brillar... lucir ricas galas...
¿Pero a qué costa, Lissette?
LISSETTE
¿Qué
dices? ¿Qué supones?
SULPICIO
Lo
que supone todo el mundo... que eres la... (Con ironía) la... del teniente
Mornand.
LISSETTE
¿Qué
estás diciendo?
SULPICIO
¿Pues
qué quieres que digan. Una mujer que acepta todo lo que tú has aceptado de ese hombre,
que vive en su propia casa, que va a comer a su propia mesa con sus amigos, es...
lo que tú has adivinado y lo que yo no me he atrevido a decirte...
LISSETTE
¡Oh,
qué vergüenza! Mi tío me aconsejó que le quisiera por su nombre, por su figura,
por lo que era... Mi tío me trajo aquí.
SULPICIO
¿Tu
tío?... Pero tu tío es un sinvergüenza.
LISSETTE
No...
Yo no quiero a Mauricio. Por un momento pudo deslumbrarme, pero ahora comprendo
que él tampoco puede quererme.
SULPICIO
¿Entonces?
LISSETTE
Espera.
Aguarda. ¿Has dudado de mí? Pero ahora vas a convencerte de que no es Lissette lo
que tú imaginas. Ahí. (Señalándole el biombo donde se oculta Sulpicio)
SULPICIO
Pero...
pero... ¡Mauricio! ¡Mauricio!
ESCENA VII
Sulpicio,
oculto. Lissette y Matilde, primera izquierda.
MATILDE
¿Me
llamas, Lissette? ¿Qué quieres?
LISSETTE
Os
llamo, sí... ¡Estamos solos! Estoy en vuestra casa. ¡Habladme con claridad!
Quiero que me digáis quién soy yo para vos, Mauricio.
MATILDE
¿Qué
dices? ¿Por qué estás tan agitada?
LISSETTE
Hablad,
por favor... Contestadme.
MATILDE
¡No
comprendo! ¿Por qué me interrogas de ese modo?
LISSETTE
Porque
hay quien me juzga una mujer... cualquiera, y yo no lo soy... bien lo sabéis...
Hablad... hablad... por favor.
MATILDE
(Aparte)
¡Pobrecilla!. . Mira… Lissette... Todo esto es un secreto.
LISSETTE
¿Cómo?
MATILDE
Un
misterio que tú no puedes comprender. Tú amas a otro hombre, lo sé. A aquel
muchacho de la aldea. ¡Amale!... ¡Si yo no puedo amarte!
SULPICIO
¿Qué
es esto? ¿Qué dice? Ese muchacho soy yo.
LISSETTE
¿Qué
me decís?
MATILDE
¿Que
yo?... Ven... Escucha... Yo soy… viendo a Jorge)
ESCENA VIII
Dichos
y el Capitán Jorge, segunda derecha.
MATILDE
(Aparte)
¡Caramba!... el Capitán.... Sí... ¡Yo soy un nombre que te ama!... ¡Que te
adora!
JORGE
(Retrocediendo)
¡Demonio! Siempre llego a tiempo.
SULPICIO
¿Qué?
(Dando vuelta alrededor del biombo)
LISSETTE
Pero,
¿qué es esto?
MATILDE
¡Que
te quiero! ¡Que me muero! ¡Que me muero! (Aparte) ¿Qué más dicen los hombres en
estos casos?
SULPICIO
(Saliendo
y llorando fuertemente) ¡Ay, Dios mío de mi alma, Dios mío de mi alma!
MATILDE
¿Vos
aquí?
JORGE
¡Pobre
muchacho!
LISSETTE
¡Dios
mío!
SULPICIO
Pero,
no... no lloro... Sí, sois un miserable... Habéis engañado a esta mujer
robándome su cariño, porque yo la quería muchísimo.
MATILDE
¿Y
qué? Yo soy así... ¿Venís a desafiarme?... Acepto. Armas, sitio hora... digo,
ahora mismo... ¡Capitán, dadle vuestro sable!
SULPICIO
No...
Si yo no...
JORGE
Mauricio.
¡Pero hombre! Es una fiera.
MATILDE
Nada;
si esto se arregla en un momento. ¡Yo miserable!... rís, rás... tris, trás . Lo
mato y a cenar en seguida.
LISSETTE
¡Sulpicio!
SULPICIO
Déjame...
Si no me achico... Vaya, ahora va a ver un oficial quién es un pastelero.
(Música)
JORGE
¡Alto,
Mauricio!
¡Por
Dios, callad!
Los
Oficiales
se
acercan ya.
(A
Sulpicio)
Tú,
vete pronto.
SULPICIO
Marcharme,
cá.
MATILDE
(Aparte)
Este
me pega
no
falta más.
ESCENA IX
Dichos
y Húsares Azueles entrando en pelotón segunda derecha.
CORO
Por
las calles y las plazas
de
París, volando va,
la
noticia de que en Francia
ha
desembarcado ya,
el
bravo y valiente
gran
Napoleón.
¡Viva,
compañeros,
nuestro
emperador!
(Saludando
todos con los sombreros)
¡Hurra!
JORGE
¿Qué
decís?
MATILDE
¡Dios
mío!
¡Basta
de ficción!
En
salvo mi hermano
ya
puedo hablar yo.
(A
Jorge)
Mi
capitán,
vuestro
perdón
a
una mujer
que
os engaño.
(A
Sulpicio y a Lissette)
Venid
acá,
vuestra
es Lissette.
Perdón
a todos
si
os engañé.
JORGE
Ya
dije yo
que
era mujer.
Soy
un imbécil.
TODOS
Bien
puede ser.
(Suenan
dentro voces y vivas y a lo lejos una música que toca la Marsellesa)
SULPICIO
y LISSETE
Era
Mauricio
una
mujer.
HUSARES
Su
gozo el pueblo
demuestra
bien.
(Abren
el ventanal del fondo desde donde se ve la plaza, etc. Grupo artístico de
Húsares en el balcón, etcétera. La música que toca la Marsellesa dentro va
aproximándose y en combinación con la orquesta)
ESCENA FINAL
Dichos
y Leandro segunda derecha.
LEANDRO
¡Señorita,
señorita!
¡Ya
triunfó el emperador!
Yo
estoy loco de alegría,
¡viva
el gran Napoleón!
MATILDE
A
la mesa, y con las copas
rebosantes
de licor,
pues
gritemos: ¡Viva Francia
y
su invicto emperador!
(Grupo
de Húsares con Matilde, y Jorge, Leandro y Alberto forman alrededor de la mesa.
Otro grupo en el ventanal contesta a los hurras del pueblo. La Marsellesa se
oye más distintamente)
TODOS
A
la mesa, y con las copas
rebosantes
de licor,
pues
gritemos: ¡Viva Francia
y
su invicto emperador!
(Cuadro
animadísimo y)
TELON
Información
obtenida en:
https://archive.org/details/elhusardelaguard444gime
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