Las Hijas del Zebedeo (Libreto)



LAS HIJAS DEL ZEBEDEO



Zarzuela cómica refundida en un acto y dos cuadros.

Libreto de José Estremera.

Música de Ruperto Chapí.

Representada por primera vez en el Teatro de Maravillas la noche del 9 de Julio de 1889.


REPARTO (Estreno)


Luisa - Srta. Segovia,

Regina - Srta. Ruiz.

Tomasa - Srta. Sabater.

Arturo - Sr. Sigler.

Felipe - Sr. Castro.

Polissón - Sr. Cerbón.

Gregorio . Sr. Campos.

Modistas, sus novios, gente.


ACTO UNICO

Sala de la casa de un modisto. —Al foro un cuartito ropero. A la derecha, segundo término, puerta de entrada, con mampara que se abre hacia el público y en la que habrá por la parte de afuera este letrero: «Polissón, modisto.» Esta mampara tiene un timbre que suena al abrirse. Otra puerta en segundo término izquierda. A la derecha, primer término, un sofá pequeño, y a la izquierda un escritorio. En el centro un costurero. En los sitios convenientes figurines, maniquíes, etc.


ESCENA PRIMERA

Luisa, Regina. Ambas sentadas junto al costurero, la primera con un libro sobre la labor y la segunda cosiendo.

REGINA
¡Ay! Sigue, sigue; ahora que el tío no está. ¡Tengo una gana de saber lo que le pasa al bandido!

LUISA
(Leyendo) «Capítulo uy.»

REGINA
(Alarmada) ¿Qué es eso?

LUISA
Lo que dice el libro.

REGINA
¡Cómo ha de decir uy!

LUISA
Míralo, bien claro está. (Enseñándole el libro)
«Capítulo...» una u y una y.

REGINA
Sexto. La V y la I en números romanos, es sexto.

LUISA
No me acordaba. ¡Bien podían ponerlo en números españoles!

REGINA
Sigue.

LUISA
(Leyendo) «Entre tanto, la simple y tierna orfelina estaba somellando con la testa inclinada sobre la espalda gocha. Abriose la puerta todo a golpe y entró Gualterio, quien al ver endormida a la saboyarda, se gritó todo en cólera: ¡Vientre azul!» ¡Ay, qué interesante es todo esto!

REGINA
Sí; pero no se entiende. ¿Por qué diría Gualterio «Vientre azul»?

LUISA
Ahora lo dirá. Habrá visto algún papagayo.

REGINA
Sigue. Esa orfelina me interesa mucho. ¡Como que está en el mismo caso que yo! Se le ha muerto su madre y anda buscando á su padre, que no sabe quién es.

LUISA
A mí se me figura que el padre va a ser Gualterio.

REGINA
Yo creo que va a ser el príncipe. ¡Mira que si yo resultara también hija de un príncipe!
LUISA
¡Ay! Entonces te llamaría «mi prima la princesa.»

REGINA
Bueno; pero sigue la lectura.

LUISA
Ya no me acuerdo dónde estábamos.

REGINA
En el vientre azul.

LUISA
¡Ah, sí, aquí. (Lee) «Capítulo...» (Viendo que salen las modistas) ¡Uy! (Cerrando el libro y escondiéndolo bajo la costura)

REGINA
(Sin verlas) Sexto, mujer, sexto.

LUISA
¡Si es que vienen!

REGINA
¡Ah!


ESCENA II

Dichas, modistas.

(Música)

CORO
Luisa, Regina, ¿vino el maestro?

LUISA
No, todavía debe tardar.

CORO
Pues las labores abandonamos
porque tenemos para hoy un plan.

LUISA
¿Qué plan es ese?

CORO
De nuestros novios

(Enseñando cada una carta)

esto acabamos de recibir,
Y si hoy hacemos lo que nos dicen
mucho nos vamos a divertir.

LUISA
¿Qué es lo que dicen?

CORO
Lo vas a oír.

UNAS
«Luz de mis ojos.» (Leyendo)

OTRAS
«Prenda mía.» (Id)

UNAS
«Mi cariñito.»

OTRAS
«Mi ilusión.»

UNAS
«Alma de mi alma.»

OTRAS
«Mi alegría.»

TODAS
«¡Cuánto te adora mi corazón!»

UNAS
«Yo por ti vivo.»

OTRAS
«Por ti muero.»

UNAS
«Tú eres mi encanto.»

OTRAS
«Bella hurí.»

UNAS
«Yo te idolatro.»

OTRAS
«Mi lucero.»

TODAS
«Todo mi amor es para ti.»

LUISA
Pues ahí no veo
la diversión.

TODAS
Es que nos falta
leer lo mejor.
«Esta tarde que es domingo (Leyendo)
y no vais al obrador,
comeremos en las Ventas
festejando nuestro amor.»

LUISA
Tarde divertida
vemos a tener.
¡Un día de campo!
No hay mejor placer.
El campo con luz y alegría
convida al placer y al amor;
las aves nos dan sus gorjeos
sus dulces aromas la flor.
¡Qué gusto! ¡qué gozo! ¡qué encanto!
beber y reír y cantar,
y allá por la verde pradera
correr y bullir y bailar.

CORO
El campo, etc.

LUISA
Si acaso entre bailes y risas
amor intranquilo se ve.
tal vez por la espesa enramada
se puede una niña perder.
Entonces el más timorato
se suele atrevido volver,
y allá por la verde pradera
siempre hay que pararle los pies.

CORO y LUISA
Si acaso entre bailes, etc.

(Hablado)

MODISTA 1ª
¿Y vosotras, vendréis?

REGINA
Yo, no.

MODISTA 1ª
¿Por qué?

REGINA
Porque tengo que ir a casa de la tía Pepa.

MODISTA 1ª
¡Vaya un gusto!

REGINA
Pues, ¡ya lo creo! Como que va allí mi Ricardito.

TODAS
¡Ah!

MODISTA 1ª
¿Y tú, Luisa?

LUISA
Yo, sí; pero con la condición de que no habéis de decírselo a mi Amadeo. A él no le gusta esta clase de fiestas.

TODAS
¡Qué tonto!

MODISTA 1ª
Que suben la escalera.

TODAS
¡Ah, el maestro! (Vanse corriendo. Luisa y Regina se sientan a coser y canturrean)


ESCENA III

Luisa, Regina y Polissón, que viene de la calle y trae un libro muy voluminoso.

POLISSON
A ver, tú, Regina.

REGINA
Mande usted.

POLISSON
A ver si me extiendes en un momento la cuenta de la señora de Plomo. Aquí tienes el borrador. ¡Que escriba tan mal un hombre de mi tijera! ¡Luisa!

LUISA
¿Qué quiere usted, papaíto?

POLISSON
(Enojado) ¡Qué papaíto ni qué paparrucha!

LUISA
¿Está usted enfadado?

POLISSON
¿Te parece poco lo de anoche?

LUISA
¿Qué es lo de anoche?

POLISSON
Lo de aquel caballerito con quien te sorprendí hablando por la reja.

LUISA
Es verdad; ya no me acordaba.

POLISSON
Será el original de este retratito, ¿eh? (Enseñándole uno que saca del bolsillo)

LUISA
¡Ay! ¿Cómo le tiene usted?

POLISSON
Porque te lo dejaste, sin duda, olvidado en mi escritorio.

LUISA
¡Ay, es verdad! ¡Qué cabeza!

POLISSON
¿Has puesto el lazo a la capota de la generala?

LUISA
Se me ha olvidado.

POLISSON
A ti todo se te olvida. Anda y ponlo al momento. Y en cuanto a ese caballerito, si os veo otra vez juntos, ó tiene que casarse contigo ó lo deslomo. Andando, (Amenazándola)

LUISA
¡Ay! Voy corriendo, (Vase izquierda)


ESCENA IV

Polissón y Regina

REGINA
Pero, tío, ¿qué ha puesto usted aquí?

POLISSON
¿Qué?

REGINA
(Leyendo) «Dos varas de cinta, para el sombrero de pitador nado...»

POLISSON
(Corrigiendo) Para el sombrero de pita adornado de flores...

REGINA
(Leyendo) « Y tres para el de requesón, cinco.»

POLISSON
(Corrigiendo) Y tres para el de red, que son cinco...

REGINA
¡Ah! ¡Como divide usted tan mal las palabras!...

POLISSON
Bueno, pues arréglalo tú. (Aparte) ¡Pobrecita huérfana! Es digna de encontrar un buen padre. Ya sé que el seductor de mi hermana Melchora, su madre, se llamaba Felipe Fernández Palomo. En este libro que acabo de comprar dicen que están las señas de todo el mundo. Veremos si encuentro las de ese Palomo. Debe vivir en la calle de la Paloma, según su afición al bello sexo. (Hojeando el libro) Palo... meque... Palo... mino... Palomo; aquí está. «Fernández Palomo Felipe.» Este es. «Ventas del Espíritu Santo, Merendero del Zebedeo.» ¡Cómo! Su padre es el Zebedeo. ¡Oh, magnífico, magnífico!

REGINA
(Acabando de escribir) Ya está.

POLISSON
Pues anda, llévala en seguida y vuelve a escape, porque es fácil que hoy tengas una sorpresa.

REGINA
¿Qué sorpresa?

POLISSON
Ya la sabrás. Anda, anda. Pero, oye. ¿Quién soy yo?

REGINA
Mi tío.

POLISSON
Pero, ¿qué he sido para ti?

REGINA
Mi segundo padre.

POLISSON
Bien. ¿Y qué harías si vieras a tu primer padre?

REGINA
¿A Adán?

POLISSON
No; al que te dio el ser.

REGINA
Le diría: —Hola, papá, ¿cómo está usted? ¡Tanto gusto en conocerle!

POLISSON
Bueno, bueno; vete.

REGINA
Hasta luego, (Saca la mantilla del ropero y vase)


ESCENA V

Polissón, Gregorio (Por la derecha)

GREGORIO
¿Se puede? (Viste de mozo de fonda y saca un lio de ropa)

POLISSON
Adelante.

GREGORIO
¿Es aquí la señora mudista?

POLISSON
Servidor de usted.

GREGORIO
Preguntu por la mudista.

POLISSON
Pues yo soy.

GREGORIO
¡Já, já, já! Usted me disimule; peru me hace gracia.

POLISSON
Bueno; y ¿qué trae usted aquí?

GREGORIO
Un vestidu que me manda traer el ama.

POLISSON
¿Y cómo se llama el ama de usted?

GREGORIO
Tumasa.

POLISSON
Está bien; venga.

GREGORIO
Ea, pues cun Dios, (Al oír el timbre de la mampara) ¿Quién? ¡Ahí soy yo. Cun permisu.

POLISSON
(Entrando por la izquierda con el lío) A ver, esto...

GREGORIO
(Que se ha quedado mirando al timbre con la mampara abierta) ¡Mira, mira, qué cusas tienen estos mudistus!


ESCENA VI

Gregorio y Arturo.

ARTURO
No cierres, animal.

GREGORIO
¡Mi señuritu!

ARTURO
No digas nada a papá.

GREGORIO
Corriente. (Este viene de aventuras. Si vienes por la mudista, chasca te llevas, (Vase cerrando la mampara)


ESCENA VII

Arturo.

ARTURO
Soy un atrevido. Ayer reñí con Luisa, se negó a verme hoy y es preciso que hagamos las paces. Si sale el padre, le mando hacer un vestido y no vuelvo. Y si el marqués de Casa-Chica, mi principal, me asciende, me caso con ella.


ESCENA VIII

Arturo y Luisa por la puerta izquierda.

LUISA
(Sale buscando) Pero ¿dónde habré puesto ese dichoso lazo?

ARTURO
¡Luisa!

LUISA
¡Amadeo! ¡Qué atrevimiento! ¡Si te ve papá!

ARTURO
He venido arrostrando todos los peligros, porque no podía continuar en esta situación. ¿Se te ha pasado ya?

LUISA
¿Qué?

ARTURO
El enfado.

LUISA
¡Ah! sí, es verdad. ¡Ya no me acordaba! (Riendo) ¡Qué cabeza tengo! (Muy seña) No, señor; no se me ha pasado. ¡Qué ha de habérseme pasado! (Transición) Oye, ¿por qué fue?... ¡Ah, sí!... Por lo del beso.

ARTURO
¿Qué beso?

LUISA
Es verdad, que el del beso no fuiste tú.

ARTURO
¡Cómo que no fui yo!

LUISA
No; si me acuerdo perfectamente. Fue papá, que se enfadó conmigo y luego no quiso darme un beso.

ARTURO
¡Ah! Respiro. ¿Quién te quiere a ti?

LUISA
Mi Amadeo. ¡Ah! Se me olvidaba una cosa muy importante.

ARTURO
¿Qué?

LUISA
Que anoche nos vio...

ARTURO
¿Quién?

LUISA
Este... (Queriendo recordar) ¿Cómo se llama? ¡Ah! papá. Que anoche nos vio papá.

ARTURO
(¡Cuerno!) ¿Y qué dijo?

LUISA
Que quién eras.

ARTURO
¿Y qué respondiste?

LUISA
Que eras el hijo del marqués de Casa-chica. Y, ¿A qué no sabes que dijo?

ARTURO
¡Qué!

LUISA
Que no tenías tipo de marqués.

ARTURO
(Claro; ni tipo, ni título)

LUISA
Y añadió: «Que me hable ese joven, ó si no, le hablaré yo a él. Y si no me satisface su contestación, hablaré a su padre, armaré un escándalo y tendréis que casaros.

ARTURO
(Bueno estaría que fuera con el cuento al marqués) ¡Tú no renunciarías a ser marquesa!

LUISA
¡Quiá! ¡De ninguna manera!

ARTURO
¿Y si fuera preciso para casarnos?

LUISA
¡Ah, entonces, ya lo creo!

ARTURO
¡Oh! ¡Hermosa!

LUISA
¡Pichón!

ARTURO
¡Rica!

LUISA
¡Rico!

ARTURO
¿Quién te quiere a ti?

LUISA
¡Mi Amadeo!

POLISSON
¡Luisa! (Dentro)

LUISA
¡Mi padre! Vete.

ARTURO
Ya lo creo. Adiós. Va a sonar el timbre. (Entreabre la mampara y vuelve a cerrarla)

LUISA
Entra aquí. (En el ropero) Yo te sacaré cuando se vaya. (Arturo entra en el ropero)


ESCENA IX

Luisa, Polissón (Por la izquierda)

POLISSON
Luisa.

LUISA
¿Mande usted?

POLISSON
¿No te da vergüenza tener ahí eso?

LUISA
¡Eso! (Alarmada) (¿Le habrá visto?) ¿Qué?

POLISSON
El sombrero de la generala.

LUISA
(Tranquilizándose) ¡Ah! Sí, me da Vergüenza... es decir, no encuentro el lazo por ninguna parte.

POLISSON
Lista, a buscarlo. Si no...

LUISA
Voy, voy corriendo (¡Ay, qué mal humor tiene!) (Vase izquierda)


ESCENA X

Polissón.

POLISSON
Sí, esto es lo mejor. Le mando la carta por mano de su propia hija... Tendré que  escribirla yo... Aunque vaya mal, ya la entenderá. (Va al escritorio y escribe) «Muy señor mío. Azjunta... Az... ¿es con h? sí, y con z. «Adjunta remito a usted...» re, con dos rr... a la dadora, que es su hija...» hija creo que es con g...

ARTURO
(Asomándose) Se habrá ido ya.


ESCENA XI

Dichos, Felipe y Tomasa (por la derecha)

TOMASA
(Abriendo la mampara y leyendo el rótulo) «Polissón, modisto.» Aquí es. Pasa, Felipe.

ARTURO
¡Uf! ¡Mis papas! (Se esconde)

POLISSON
(Al oír el timbre, sin interrumpir su escritura) Adelante. Soy con usted en seguida.

FELIPE
(Cómo me palpita el corazón. Siempre que entro en un taller de modistas, ya se sabe, palpitación segura. El recuerdo de Melchora)

TOMASA
¡Es mucho hombre este modisto! ¡Bien me decía la señora del general Tembleque, que aquí siempre había que esperar.

FELIPE
Nada, pues esperaremos, (se sienta a la derecha)

TOMASA
¡Qué amable estás hoy!

FELIPE
Ahí verás tú.

POLISSON
(Que acaba de escribir, se dirige a ellos) ¡Ah, Señora!... ¡Caballero! (Felipe se levanta)

TOMASA
¿Ha venido un mozo con una chaquetilla?

POLISSON
Si, señora, ahí dentro la tengo.

TOMASA
Pues vengo para que me la pruebe usted y me haga usted la falda.

POLISSON
Está muy bien.

TOMASA
(A Felipe) Me vas a ver el cuerpo. (Se levanta)

FELIPE
Sí, ya sé que lo tienes muy lindo.

TOMASA
No, si es el de la chaqueta.

POLISSON
Tengan ustedes la bondad de pasar al salón de pruebas. Por aquí (izquierda. —Hablando hacia dentro) A ver el cuerpo que han traído ahora. (Entra Tomasa) Pase usted. (A Felipe)


ESCENA XII

Dichos menos Tomasa.

FELIPE
Perdone usted un momento. Quisiera hablar con usted a solas.

POLISSON
¿En qué puedo servir a usted?

ARTURO
(Asomándose) (Parece que lo toman despacio) (Al ver que Polissón y Felipe se sientan junto al costurero)

FELIPE
Yo, como usted a visto, soy casado.

POLISSON
Que sea por muchos años.

FELIPE
Sí, señor, me lo temo. Yo tengo una fonda campestre muy acreditada en Madrid, por consiguiente tengo que comer. ¡Ya ve usted si allí habrá comida!

POLISSON
De sobra.

FELIPE
Sí, de lo que sobra en otras fondas. Y como para atenderla no somos más que mi mujer, yo y mi hijo, y a ninguno nos gusta ser esclavo del mostrador, mi mujer me dijo: —¿Por qué no traes una señorita que cuide de eso, y así, además, puede acompañarme?

POLISSON
Muy bien pensado.

FELIPE
Hablando de eso con la generala Tembleque...

POLISSON
Esa señora es parroquiana mía.

FELIPE
Lo sé. Ella me dijo: —Pues, hombre, mi modisto tiene una sobrina a quien quisiera dar colocación. Ninguna más decente que ésta. Usted es un hombre honrado, pacífico...

POLISSON
Muchas gracias, es favor.

FELIPE
No, si esto me lo decía a mí la generala.

POLISSON
¡Ah, ya!

FELIPE
Y añadió: —Vaya usted a proponérselo en mi nombre y puede que acepte.

POLISSON
Pues, sí, señor; puede que acepte, aunque no sé todavía...

FELIPE
¿Cómo es eso?

POLISSON
De todos modos, debo explicar a usted lo que ocurre. Mi sobrina es natural.

FELIPE
¿De dónde?

POLISSON
Digo que es hija natural.

FELIPE
¡Ya!

POLISSON
Esa sobrina es ilegítima por la falta de memoria de su madre.

FELIPE
¡Hombre! Más bien será por su falta de aprensión.

POLISSON
Su seductor la dejó abandonada y la pobre murió.

FELIPE
¿De resultas?

POLISSON
No, señor; de repente. Dios en la gloria la tenga... que no la tendrá. Y le legó su hija á mi difunta.

FELIPE
Pues entonces la tomo, (se levantan) Me intereso yo mucho por los huérfanos. Yo no he tenido en mi vida más que un desliz, porque soy hombre temeroso de Dios... y de mi mujer.

POLISSON
¿Y tuvo usted fruto?

FELIPE
Ella me escribió que sí; pero yo no he querido saber nada, por temor a que se enterara mi mujer. Quedamos en que me cede usted su sobrina.

POLISSON
Si no encuentro al padre, que está al caer, y he de saberlo hoy mismo, se la enviaré a  usted con mucho gusto.

FELIPE
De todos modos, no le diga usted nada a mi señora, porque es una sorpresa que le preparo.

POLISSON
Y en caso, ¿dónde se la mando a usted?

FELIPE
Tome usted mi tarjeta. (Felipe saca una tarjeta y la oculta al ver a Tomasa)


ESCENA XIII

Dichos y Tomasa.

TOMASA
¡Qué chaqueta tan bonita! Me está muy bien, mira. (Se vuelve de espalda para que le vea la chaquetilla que trae puesta, y Felipe aprovecha este movimiento para dar la tarjeta a Polissón. Este la guarda sin leerla)

FELIPE
Está bien; pero me parece que hace aquí unas arrugas...

POLISSON
¡Ahí se lleva así.

FELIPE
Y esta costura está reventando.

POLISSON
¡Oh! se lleva así.

FELIPE
¿Y cuánto vale?

POLISSON
Ya mandaremos la cuentecita.

TOMASA
No; no la mande usted, porque quiero que me haga usted una visita.

FELIPE
No, que no se moleste; ya vendremos.

TOMASA
Si es un abrigo que se llama así, ignorante. Vaya, vámonos.

FELIPE
¿No te desnudas?

TOMASA
No; lo llevo puesto. Usted lo pase bien.

FELIPE
Servidor de usted.

POLISSON
Igualmente. Ya sabe usted dónde me tiene Lucas Zarandillo...

FELIPE
(Alarmado) ¿Usted es Zarandillo?

POLISSON
Sí, señor.

FELIPE
¿Pues no es usted Polissón?

POLISSON
Mi verdadero apellido es Zarandillo. El Polissón me lo pongo desde que me hice modisto. Es más llamativo.

FELIPE
(¡Es el hermano de Melchora! ¡Horror!) Vámonos. Servidor. (¡Y quería darle una sorpresa! ¡No va a ser mala!) (Vanse)

ARTURO
(Asomándose al oír el timbre) (¡Gracias a Dios que se van!) (viendo a Polissón) (Pero aún queda ese)


ESCENA XIV

Polissón.

POLISSON
Cuando le recomienda la generala Tembleque, debe de ser buena persona. Pero lo primero es encontrar al padre. Esta carta debe llevarla la misma niña. (Saca la carta que escribió antes ) Y si lo del padre no da resultado, se la enviaremos a ese señor, que es don... (Deja la carta en el velador para registrarse los bolsillos) ¿Dónde he puesto yo su tarjeta?  ¡Ah! aquí está. Se llama don... (Leyendo la tarjeta) «Felipe Fernández Palomo. Merendero del Zebedeo. Ventas del Espíritu Santo. ¡Ah, conque era ese!... ¡Magnífico! Así, en vez de enviarle la niña sólo como señorita de mostrador, se la mando como hija... Hay que escribir otra carta, (Vase al escritorio)


ESCENA XV

Polissón, Regina y Luisa.

POLISSON
(Al oír el timbre que suena al abrirse la puerta para que entre Regina) Adelante. Soy con usted en seguida.

REGINA
Si soy yo, tío.

POLISSON
¡Ahí pues espera un momento.

LUISA
(Sale con un lazo en la mano y buscando) Nada, que no lo encuentro por ninguna parte. ¿A ver si está aquí? (Va hacia el ropero)

REGINA
¿Qué buscas?

LUISA
El lazo de la generala.

REGINA
Si lo tienes en la mano.

LUISA
Calle, pues es verdad. Creí que lo había guardado en el ropero. No, pues yo algo he guardado ahí y no me acuerdo qué es. En fin, ya parecerá. Anda, monina, vente esta. tarde con nosotros a las Ventas.

REGINA
(Señalando a Polissón) Chists.

LUISA
(¡Uf!) A las cuarenta horas.

REGINA
(Bajo) No puedo, voy al teatro con Ricardito.

LUISA
¿A ti te gusta el teatro?

REGINA
Muchísimo.

LUISA
(Alzando la voz poco a poco) |Ah! pues a mí no; nunca entiendo el argumento, porque en el tercer acto ya se me ha olvidado lo que pase en el primero. Por eso me divierto más merendando en...

REGINA
(Chist) (señalando a Polissón)

LUISA
(Alto) Merendando en las cuarenta horas.

POLISSON
(A Regina. Mientras habla se ocupa en poner el sobrescrito, cerrar la carta, etc.) Vas a llevar ahora mismo esta carta a las Ventas del Espíritu Santo a donde dice el sobre.

REGINA
Pero tío, si tengo que volver a casa de la señora de Plomo. No me ha pagado la cuenta y me ha dicho que volviera esta tarde.

POLISSON
Bueno, la llevará Luisa.

LUISA
¡Yo! (¡Adiós Ventas!)

POLISSON
Parece que os contraría.

LUISA
Sí... digo no.

REGINA
A mí no, señor.

POLISSON
Tú has de hacer lo que manden allí ¿te enteras?

REGINA
Sí, señor. (Vase izquierda)


ESCENA XVI

Luisa y Polissón.

POLISSON
(Mojando la goma del sobre) (¡Pobrecita, no sabe ella lo que la espera!) Tú, dentro de un rato, llevas esta cuenta. Y cuidadito como te pares a hablar con nadie.

LUISA
Bueno. (No voy, y digo que se me ha olvidado)

REGINA
¡Luisa! (Dentro)

LUISA
¿Qué?

REGINA
Haz el favor de traerme el vestido que está en el ropero.

LUISA
Voy en seguida. (Abre el ropero y sale Arturo)


ESCENA XVII

Dichos y Arturo.

(Música)

LUISA
Había olvidado
que estabas aquí.

ARTURO
Caramba, qué gusto!
Ya puedo salir.

POLISSON
¿Qué es esto?

LUISA ¡Dios mío!

ARTURO
Pescóme en la red.

POLISSON
En ese escondite,
¿qué buscaba usted?
¿qué hacía usted? Responda,

ARTURO
Pasar las de Caín.

POLISSON
El del retrato es este.

LUISA
¡Ay, infeliz de mí!

ARTURO
¡Perdón, señor!
Yo soy su tierno amante.
Si usté es capaz
de darme un puntapié.
démelo usted;
verá que yo
me quito de delante
y nunca volveré.

LUISA
Perdón, papá,
que él es mi tierno amante,
y yo jamás
sin él feliz seré.
Sépalo usted:
ó su perdón
me otorga en el instante,
ó yo me moriré.

POLISSON
No sé qué hacer.
Si él es su tierno amante
y viene aquí
a amar de buena fe,
¿qué le diré?
Le voy a hablar,
y si es algún tunante
le doy un puntapié.

LUISA, ARTURO y POLISSON
Perdón, etc.
No sé qué, etc.

ARTURO
Yo para siempre enamorado
mi amor la di
cuando en un baile de la Alhambra.
la conocí.

Mil luces alumbraban el salón;
la orquesta comenzaba a preludiar;,
a Luisa me acerqué con emoción;
la invito, y ella apréstase a bailar.
Me tiende su manita de jazmín,
la cojo por el talle seductor

(Haciendo lo que dice)

y arrastro a mi adorado serafín.

(Da unos pasos de baile con Luisa)

Mecido por el baile y el amor,
y al ver junto a la mía
su linda faz,
de amor y de alegría
perdí el compás.
Pensando ya en la boda,
feliz me vi.
Pasé la noche toda
bailando así.

LUISA
Déjeme por la alfombra deslizar;
al cabo su pasión llegué a creer,
y el eco de su voz al escuchar
temblaba de emoción y de placer.
Oyendo de la orquesta el dulce son,
extraño no sé qué pasó por mí;
y al ver que me pintaba su pasión
le dije temblorosa el dulce sí.
Y al ver junto a la mía
su linda, etc.

LOS TRES
Oyendo de la orquesta, etc.

(Hablado)

POLISSON
¿Usted viene a casarse?

ARTURO
No, señor.

POLISSON
¿Cómo se entiende?

ARTURO
Yo amo a Luisa, y me casaría con ella hoy mismo; pero no puede ser.

POLISSON
¿Por qué?

ARTURO
Porque soy alieni juris.» (1)

(l) Pronúnciese «yuris

POLISSON
(Interrumpiéndole. A Luisa) Lleva el vestido a tu prima.

LUISA
Voy. (Coge el vestido y se va a ir)

POLISSON
¡Ah! espera, trae. (Mete la carta en el bolsillo que acaba de coger) Dile que la carta va en el bolsillo, para que no se le olvide.

LUISA
Bueno. (Vase izquierda)

POLISSON
Mi hija es soltera y no puede oír ciertas frases... mal sonantes.

ARTURO
¿Pues yo qué he dicho?

POLISSON
Eso de alieni... qué se yo qué.

ARTURO
¿Alieni juris? Si es un término de derecho.

POLISSON
¡Ah, es un término de derecho!... Y ¿qué quiere usted decir con eso?

ARTURO
Que soy menor.

POLISSON
¿Menor que ella?

ARTURO
No; menor de edad.

POLISSON
Yo quitaré ese inconveniente.

ARTURO
¿Va usted a hacerme crecer?...

POLISSON
Yo hablaré a su padre de usted. Ya sé quién es.

ARTURO
¡Lo sabe usted!

POLISSON
El marqués de Casa-Chica.

ARTURO
El mismo.

POLISSON
Entre tanto, haga usted el favor de tomar la puerta. (Llevándole hacia la puerta con exagerada finura)

ARTURO
Pero, escuche usted, señor mío.

POLISSON
Servidor de usted. (Abre la mampara haciendo cortesías a Arturo)

ARTURO
Tenga usted la bondad de...

POLISSON
Beso a usted la mano. (Le empuja hacia fuera y cierra)


ESCENA XVIII

Polissón.

POLISSON
Sí, lo mejor es no andarse por las ramas. Ahora mismo voy a ver a su padre y ponemos en claro el asunto. (Toma su sombrero. Hablando hacia adentro) Regina, no dejes de llevar esa carta. Hija mía, ¡Cuan ajena vas de lo que dice! Hoy encuentras tú un padre y yo un yerno. Vamos a ver al marqués de Casa-Chica. (Vase derecha)


ESCENA XIX

Luisa y Regina por la izquierda.

LUISA
Ya se fue. En cuanto vuelva la esquina, andando, a las Ventas.

REGINA
(Por la izquierda; lleva puesto el traje que sacó Luisa del ropero) Oye, Luisa.

LUISA
¿Qué?

REGINA
¿Quieres hacerme un favor?

LUISA
¡Ya lo creo!

REGINA
Pues mira. (¿Dónde está la carta?) (ve la primera que escribió Polissón y que está sobre el costurero) ¡Ah, aquí! (Leyendo el sobre) «Palomo.» Esta es. Puesto que tú vas a las Ventas, ningún trabajo te costaba llevar esta carta en mi lugar, y así podía yo ir al teatro.

LUISA
Tienes razón. Pues no había caído en eso. Con mucho gusto.

REGINA
¡Ay, primita, qué buena eres! (La abraza) Adiós, monina. ¡Qué gusto, voy al teatro! (Vase derecha)


ESCENA XX

Luisa.

LUISA
Ya lo creo que la llevaré. ¡Pobre primita! (Meditando) Tengo que preguntar por el señor Palomo y esperar contestación... Mejor será hacer un nudo en el pañuelo para que no se me olvido, (saca el pañuelo con dos nudos) ¡Toma, si ya tiene otros dos! ¿Este? ... Sí, este es para acordarme de este. ¿Y este?... ¡Ah! sí, para no olvidar a mi Amadeo. (Hace otro nudo, y mostrándoselo al público, dice:) Este es el que espera contestación.


ESCENA XXI

Luisa, Modistas y Novios.

(Música)

NOVIOS
(Saliendo por la derecha)
Muchachas, muchachas,
que ya se marchó.
Aquí nos podemos
entrar de rondón.

MODISTA
Ya están los galanes, (por la izquierda)

OTRAS
Dispuestos están.

LUISA y MODISTAS
Pues ya hacia las Ventas
podemos marchar.

LUISA
Pues el campo al placer nos convida
y a gozar nos invita el amor,
a marchar entre bulla y jarana
de cantares alegres al son.
Que nos guíen amor y alegría;
nuestra fiesta dichosa será.
a las Ventas venid sin tardanza
a cantar, a reír y a bailar.
Todos Pues el campo, etc.
Vámonos ya, vámonos ya,
a cantar, a reír y a bailar.


TELON DE CUADRO


CUADRO SEGUNDO

Un merendero descubierto de las Ventas del Espíritu Santo. — A 1a izquierda, la fachada do un hotelito con dos puertas: la primera, que tendrá el número 1, es de un comedor particular; la segunda es la de la casa, cocina, etc. A la derecha, primer término, la fachada de otro comedor particular, con puerta también numerada. Al foro una empalizada, con puerta en el centro, sobre la que se lee con letras grandes: «Merendero del Zebedeo.» Mesas por el escenario. Al levantarse el telón se oye un piano de manubrio. Dos ó tres mesas están ocupadas por gente que merienda. Gregorio y otro mozo sirven.


ESCENA PRIMERA

Consumidores, Gregorio y Arturo que salen poco después de levantarse el telón. El diálogo empieza un poco después de haberse levantado el telón.

CONSUMIDORES
Mozo, mozo.

GREGORIO
Va en seguida. (Paga el consumidor y se van marchando los que ocupan las mesas)

ARTURO
Estoy intranquilo y lleno de temores. Hoy, es cosa segura, se descubre todo. Polissón vendrá a ver a mi padre; mi padre lo sabrá todo... Digo, si es que no lo sabe ya, porque su visita a casa de Polissón...


ESCENA II

Dichos y Felipe en traje de casa.

ARTURO
Mi padre. Sigue preocupado.

FELIPE
(Hablando para sí) Esta es la mejor manera de resolver el conflicto...

ARTURO
(Idem) Voy a indagar si sabe...

FELIPE
(Idem) De todas maneras admito a mi hija para que esté en el mostrador.

ARTURO
Papá.

FELIPE
¡Eh!¿Qué?

ARTURO
Papaíto.

FELIPE
¿Papaíto? (Dándole dinero) Toma y déjame en paz.

ARTURO
¿Qué me das aquí?

FELIPE
Un duro. ¿Te parece poco?

ARTURO
¡Si no te pido nada!

FELIPE
Como siempre que empiezas haciéndome mimos es para pedirme dinero...

ARTURO
Vaya, pues, muchas gracias. (No sabe nada)

(Felipe queda preocupado. Arturo va a entrar en el hotel, del cual sale Tomasa)


ESCENA III

Dichos y Tomasa.

TOMASA
¿A dónde vas?

ARTURO
A vestirme para salir.

TOMASA
Eso es; tu padre y tú os desentendéis del negocio y todo pesa sobre mí, que he de estar siempre esclava del mostrador.

FELIPE
Ya está armada la cuestión, como siempre.

TOMASA
Tú tienes la culpa.

FELIPE
¿Yo?

TOMASA
Sí; porque no quieres acceder a mis deseos.

FELIPE
¿A tus deseos de traer una muchacha para, el mostrador?

TOMASA
Justamente.

FELIPE
Bueno, pues calma. Hoy vas a tener una sorpresa.

TOMASA
¿La muchacha del mostrador?

FELIPE
Precisamente. Tal vez venga hoy.

TOMASA
¡Con que al fin has consentido! ¡Una muchacha!...

ARTURO
¿Sí? ¿y es guapa?

FELIPE
¡Vaya usted a paseo! (¡Diablo! Este, que es tan aficionado a las faldas...)

TOMASA
¿Y va a venir pronto?

FELIPE
Tal vez esté para llegar.

ARTURO
(Estaba por quedarme; pero el maldito Polissón...) Vaya, ya no me necesitáis. (Luego volveré)


ESCENA IV

Dichos, menos Arturo.

TOMASA
¡Con que me has complacido! ¿Y quién te la ha proporcionado?

FELIPE
Me la ha proporcionado... pues yo sólito. Es decir, por conducto de Polissón, tu modisto.

TOMASA
Y me lo has tenido tan callado.

FELIPE
Sí; ya te he dicho que quería sorprenderte.

TOMASA
Puesto que va a venir, voy a prepararlo todo. ¡Pobre hija mía! (Vase segunda izquierda)

FELIPE
¡Ay, ojalá fuera hija tuya, sin dejar de ser mía!


ESCENA V

Felipe y Consumidores.

FELIPE
Vamos a cuentas, Felipe. ¿Tendrás valor para sostener tu falsa posición? Yo creo que sí. Pero, ¿y si es verdad lo que dicen de la voz de la sangre? No, lo de la voz de la sangre, no debe ser cierto, porque hace tiempo me hubiera dicho: «Felipe, tienes una hija que vive Berengena treinta...» Gente viene. No desatendamos por esto la hacienda, (Vase. Oyese un pasa-calle acompañado de bandurrias y guitarras, y a poco salen por la derecha segundo término Luisa, las modistas y los novios formados)


ESCENA VI

Luisa, Modistas y Novios.

(Música)

CORO
Vivan las buenas mozas
y los galanes,
que al son alegre marchan
del pasa-calle.
Vivan las muchachitas
de veinte abriles,
que son la flor y nata
de los Madriles.
Salten los corazones
de la guitarra al son,
tripi trón, tripi trón,
que aquí con mucho garbo
viene lo bueno que Dios crió.
Seguidillas son guindas,
guindas son flores,
camino de las Ventas
va mis amores.
Por el cielo, la luna
va serenita;
así va por la calle
mi morenita.
Vivan las buenas, etc.

(Hablado)

UNO
(Después de haber hablado con un mozo) Ya está encargada la comida.

TODOS
Bueno; bravo.

UNO
En marcha.

TODOS
En marcha, (Vanse al son del pasa-calle por donde entraron)


ESCENA VII

Luisa y Gregorio.

LUISA
Precisamente es aquí. (Mirando primero el sobre de la carta que trae en la mano y luego la muestra) Merendero del Zebedeo. ¿Mozo? (A Gregorio que sale)

GREGORIO
Mande usted, señorita.

LUISA
¿Vive aquí don Felipe Fernández Palomo?

GREGORIO
Como que es el amo.

LUISA
Pues haga usted el favor de entregarle esta carta, y decirle que espero, contestación.

GREGORIO
Está muy bien.

LUISA
(Va hacia el fondo; Gregorio queda contemplándola un momento) Voy a Ver dónde están esos.


ESCENA VIII

Dichos y Arturo.

ARTURO
(Que sale de la casa) Corramos a aplacar los furores de ese ogro.

GREGORIO
¡Señorito Arturo! ¿Está el papá ahí?

ARTURO
Sí, por ahí anda. ¿Qué es eso?

GREGORIO
Una carta para él, que me ha dado una señorita.

ARTURO
¿Una señorita?

GREGORIO
Y que debe de ser del pueblo de las que le gustan a usted.

ARTURO
¿De dónde?

GREGORIO
De buten.

ARTURO
(Será la del mostrador) ¿Dónde está?

GREGORIO
Vela usted allí, (Vase)


ESCENA IX

Luisa y Arturo.

ARTURO
(Dirigiéndose a Luisa, que está en el foro vuelta de espaldas) Señorita, pase usted adelante. (Luisa se vuelve) ¡Luisa!

LUISA
¡Amadeo!

ARTURO
(Lo que temí. Polissón ha visto al marqués y lo ha descubierto todo) Tú vienes a armarme un escándalo.

LUISA
¿Yo?

ARTURO
Vamos a ver. ¿A qué vienes aquí?

LUISA
¿Yo? (Mirando el nudo del pañuelo) A esperar contestación.

ARTURO
Tú has traído una carta.

LUISA
Si.

ARTURO
Esa es la carta de Urías.

LUISA
No, de mi padre.

ARTURO
Puesto que esa carta ha de descubrirlo todo, te lo diré yo antes. ¿Tú crees que yo soy Amadeo?

LUISA
Es claro.

ARTURO
Pues estás equivocada.

LUISA
¡Ay, pues se le parece usted muchísimo!

ARTURO
Si soy Amadeo, mujer.

LUISA
¿Pues no dices que no lo es usted?

ARTURO
Soy tu novio; pero te he engañado, no me llamo Amadeo.

LUISA
¿No?

ARTURO
Es decir, me llamo Amadeo.

LUISA
¿En qué quedamos?

ARTURO
Pero es mi segundo nombre. Me llamo Arturo, Amadeo, Felipe, María, Robustiano Fernández Palomo.

LUISA
¡Ah, conque todo eso y Palomo!

ARTURO
Te he ocultado mi nombre para que mi padre no se enterara. Pero el tuyo me ha descubierto y te manda con esa carta en que dice al mío que nos casemos.

LUISA
Pues nos casaremos.

ARTURO
Pero mi padre no querrá, y al verte aquí nos armará a los dos un escándalo.

LUISA
¡Ay! entonces me voy.

ARTURO
No. Más vale que nos arrojemos a sus plantas, diciéndole: «Padre mío», es decir, «padre nuestro»...

LUISA
«Que estás en los cielos.» ¿Vamos a rezarle?

ARTURO
No, mujer; padre tuyo y mío.

LUISA
¡Ah!

ARTURO
«Queremos casarnos. Y si mi mujer es pobre no importa; yo trabajaré para conquistarme una posición y un nombre.»

LUISA
¿Otro? ¿No te bastan los que tienes?

ARTURO
Para ti todo me parece poco. ¿Me perdonas?

LUISA
¿Qué?

ARTURO
¡Mi engaño!

LUISA
¡Ah! (Mirándose extasiados) ¡Sí! Te perdono.

ARTURO
¡Rica!

LUISA
¡Rico!

ARTURO
¡Monina!

LUISA
¡Pichón!

ARTURO
¿Quién te quiere a ti?

LUISA
¡Mi Amadeo!... Digo, mi Arturo... Roque... María... ya no me acuerdo.

ARTURO
¡Uy, bendita seas! (La abraza)


ESCENA X

Dichos, Felipe y Gregorio.

GREGORIO
(Saliendo con Felipe por la segunda izquierda) Esa es la señorita de la carta.

FELIPE
(Viéndolos abrazados) ¡Grandísimo pillo!

LUISA
(Aparte a Arturo) (¿Digo el padre nuestro?) (Asustada)

ARTURO
(¡Mejor será el credo!)

FELIPE
¡Señorita!

LUISA
(Asustada) ¡Ave María!

FELIPE
No se asuste usted. Con usted no va nada.

LUISA
¡Ah! (Con alegría)

FELIPE
Pero mi hijo y yo tenemos que tratar asuntos de familia.

LUISA
¡Ah! entonces me voy.

FELIPE
No; usted no es ajena a ellos. Háganos usted el favor de esperar en esa habitación.

LUISA
¡Ay, Dios mío! (Aparte a Arturo) ¿Qué hago?

ARTURO
(A ella) Entra y confía en mí. (Entra Luisa en el gabinete de la izquierda)


ESCENA XI

Felipe y Arturo.

FELIPE
(Iracundo) ¡Arturo!... (Pero es injusto enfadarme con él siendo mía la culpa) (Afligido y con ternura) Arturo.

ARTURO
No te canses, papá, lo sé todo.

FELIPE
¡Eh! (Alarmado)

ARTURO
Esa muchacha te ha traído una carta, por la cual sabes quién es ella y a lo que viene.

FELIPE
¡María Santísima!

ARTURO
Pues bien, sí .. esa mujer es mi...

FELIPE
¡Calla!

ARTURO
No; lo diré muy alto.

FELIPE
No, por Dios; si lo dices, dilo muy bajo.

ARTURO
(Bajo) Esa muchacha es mi novia.

FELIPE
¡Tu novia! ¡Desgraciado! Pero, ¿no sabes?...

ARTURO
¿Qué?

FELIPE
¿De quién es hija?

ARTURO
El que ama como yo, salta por todo.

FELIPE
No saltes, hijo. ¿Ignoras quién es esa mujer?

ARTURO
¿Quién es?

FELIPE
Esa mujer es...

TOMASA
(Dentro) ¡Felipe!

FELIPE
¡Tu madre! ¡Silencio!

ARTURO
(¡Eh! ¡Mi madre!)

FELIPE
(Aparte a él) Tenemos que hablar. Ve y espérame en la fonda de Liberto.

ARTURO
Bueno. (Pues señor, que no lo entiendo)


ESCENA XII

Tomasa y Felipe.

FELIPE
(¡Cómo se lo diré, para que no conozca mí turbación!)

TOMASA
Pero, hombre, ¿qué haces ahí?

FELIPE
Estaba pensando en el alegrón que voy a darte.

TOMASA
¿Qué es?

FELIPE
Ya está aquí la del mostrador.

TOMASA
¡Ay! ¿Sí? ¡Qué gusto! ¿Dónde está? Tengo muchas ganas de verla.

FELIPE
Salga usted, señorita; salga usted, querida.


ESCENA XIII

Dichos y Luisa.

LUISA
(¿En qué habrá quedado esto? Estoy muerta de miedo) Señora.

TOMASA
Señorita... Vaya, ¡pues si es muy linda!

FELIPE
¡Jé, jé! (Siento satisfecho mi orgullo de padre) Es una perlita. (Acariciándola)

LUISA
Qué cariñoso está. Esto es que ha consentido.

FELIPE
Mi mujer ya sabe quién es usted y a lo que viene. Tanto ella como yo, estamos muy contentos, y desde este momento se queda usted con nosotros.

LUISA
Gracias, padre mío.

FELIPE
(Lo sabe. ¡Horror!) (Aterrado)

TOMASA
¿Y por qué llama usted padre a mi marido?

FELIPE
(Aparte a Luisa) No lo digas.

TOMASA
¿No me contesta usted?

LUISA
Si me ha dicho que no lo diga.

FELIPE
¡Yo! Yo no he dicho semejante cosa. Me ha dicho «padre mío» porque... porque...

LUISA
Porque me parecía feo llamarle suegro mío.

FELIPE
(¡Eh!) Sí... eso es.

TOMASA
¿Y por qué le llama usted suegro?

LUISA
Porque consiente en que me case con su hijo.

FELIPE
Eso es, consiento. (Magnífico... Pero, ¡qué he de consentir si son hermanos!)

TOMASA
¿Has consentido, sin contar conmigo?

FELIPE
Iba a contar contigo en este momento. Tanto es así, que si tú te opones... (Ojalá)

TOMASA
Hasta estar en antecedentes.

FELIPE
Sí, tienes razón. Pues... los antecedentes son malos. (Anda, ahora digo que tengo una hija de malos antecedentes) Es decir, los antecedentes no son malos; pero la... la diferencia de clases...

TOMASA
¿No has dicho que es hija de una persona muy decente?

LUISA
Sí, señora; muy decente; ¡ya lo creo!

FELIPE
(¡Gracias, hija mía!)

LUISA
Eso todo Madrid lo sabe.

FELIPE
¡Todo Madrid! (Pues estoy lucido)

LUISA
Pregunte usted por mi padre a las señoras elegantes de Madrid. A todas las ha hecho algo.

TOMASA
Déjame con esta señorita.

FELIPE
(Aparte a Luisa) No le digas que soy tu padre.

LUISA
¡Yo! ¿Por qué he de decir semejante cosa?

FELIPE
(Entonces me voy tranquilo) Bueno, te dejo; pregunta, pregunta todo lo que quieras.
(Ahora voy a ver si convenzo al chico) (Va hacia el foro)

TOMASA
Usted y yo, señorita, tenemos que hablar de cosas muy interesantes.

LUISA
Bueno, como usted quiera, (Al salir de escena Felipe se encuentra con Polissón, que le detiene)


ESCENA XIV

Dichos y Polissón.

POLISSON
Un instante, señor mío. (Habla bajo como incomodado)

LUISA
(Mi padre) Señora, si le fuera a usted lo mismo que hablásemos ahí dentro... Porque por aquí corre un vientecillo...

TOMASA
Sí; mejor estaremos donde no nos oigan.

(Vanse primera izquierda)


ESCENA XV

Polissón, Felipe.

FELIPE
Tome usted asiento.

POLISSON
No, señor.

FELIPE
Es inútil que venga usted en son de guerra. La señorita que usted me ha mandado es mi hija; corriente. La recojo como a tal y quedará para siempre con nosotros.

POLISSON
Estamos conformes.

FELIPE
Entonces...

POLISSON Es que aún hay más.

FELIPE
¿Más hijas?

POLISSON
¿Reconoce usted por hijo suyo a este caballerito? (Enseñando un retrato)

FELIPE
Como que lo es.

POLISSON
Su hijo de usted es un seductor infame que engaña a las hijas de familia.

FELIPE
(Indignado) Caballero.

POLISSON
Entróse en el corazón de la niña fingiéndose hijo del marqués de Casa-Chica. Voy a ver al marqués, me quejo de la conducta de su hijo y se me echa a reír. Le enseño este retrato y reconoce a este sujeto como empleado de sus oficinas. En fin, caballero, este mozo me ha puesto en ridículo, y ó se casa ó hago una barbaridad.

FELIPE
¡Ay, ojalá se casara!

POLISSON
(Aplacándose) En dando usted su consentimiento.

FELIPE
El no querría.

POLISSON
Sí, señor; me consta. Me ha dicho que para esa unión no había más obstáculo que usted.

FELIPE
¿Eso ha dicho? (Alegre, como esperanzado)

POLISSON
Sí, señor.

FELIPE
Y qué, ¿se aman? (Contento)

POLISSON
Sí, señor. (Idem)

FELIPE
Y qué, ¿quieren casarse?

POLISSON
Sí, señor.

FELIPE
¿Y usted consiente?

POLISSON
Ya lo creo.

LOS DOS
(Gozosísimos) Permítame usted que le abrace..

(Música)

POLISSON
Apriete usted.

FELIPE
Apriete usted.

POLISSON
¡Ay, qué emoción!

FELIPE
¡Ay, qué placer!

LOS DOS
¡Esta es la dicha que yo soñé!

POLISSON
¡De este modo ya colmados
mis afanes quedarán.
colocando a las muchachas
yo podré vivir en paz!

FELIPE
El conflicto ya resuelto,
de este modo quedarán
los hermanos separados,
la familia en santa paz.

LOS DOS
Apriete usted, etc.

FELIPE
Vuelvo a mi alegría.

POLISSON
Dulce placer me espera.

FELIPE
Mi hijo será su yerno.

POLISSON
Mi hija será su nuera.

FELIPE
Y si un chiquillo nace...

POLISSON
Así lo quiera Dios...

FELIPE
Tendré yo un nietecito.

POLISSON
Será para los dos.

FELIPE
Seremos muy dichosos.

POLISSON
Seremos muy felices.

FELIPE
Que tenga mis ojillos.

POLISSON
Que tenga mis narices.

FELIPE
Ven, nene de mi vida.
(Como dirigiéndose a un niño)

POLISSON
Ven, ven, chiquirritito.

FELIPE
¿Quién quiere a esta persona?

POLISSON
¿Quién quiere al abuelito?

FELIPE
¡Qué nene tan hermoso!

POLISSON
¡Qué nene tan monín!

FELIPE
Ajo, nenito mío! (Como acariciando a un niño)

POLISSON
Ajo, chiquirritín. (Idem)

LOS DOS
(Poniéndose casi en cuclillas, como si llamaran a un niño que comienza a andar)
Ven, nene mío.
ven, mi lucero.
que aquí te espero
comiendo un huevo.

POLISSON
¡Qué nene tan hermoso!

FELIPE
¡Qué nene tan, etc.

POLISSON
Apriete, usted, etc.

FELIPE
Apriete usted, etc.

(Hablado)

POLISSON
Conque ¿es cosa convenida?

FELIPE
Sí, señor. Ahora mismo voy a hablar con m£ hijo, y si él quiere...

POLISSON
Que quiere, me consta.

FELIPE
(Se dan las manos y quedan mirándose un rato sonrientes)

FELIPE
¿Con que vamos a ser consuegros?

POLISSON
Así parece.

FELIPE
Ya me es usted simpático.

POLISSON
Pues usted a raí... (Pausa. —E1 mismo juego)

FELIPE
¡Jé, jé! ¡Abuelo! (Dándole un cachete cariñoso, pero que suene)

POLISSON
Ya se ve. (E1 mismo juego. —Vase cada uno por su lado)

GREGORIO
(Creyendo que han llamado) Va en seguida. (Dentro)


ESCENA XVI

Gregorio, luego Regina.

GREGORIO
(Saliendo segundo término derecha) ¿Qué se ofrece? No hay nadie. Pues juraría que habían, llamado.

REGINA
Aquí debe de ser. Sí. (Leyendo la muestra) «Merendero del Zebedeo.» ¡Mozo!

GREGORIO
Mándeme usted, señurita.

REGINA
¿Está el Zebedeo?

GREGORIO
Don Felipe, querrá usted decir.

REGINA
Bueno, don Felipe.

GREGORIO
Su señora sí que está; si a usted le da lo mismo...

REGINA
Sí; yo tengo que llevar contestación.

GREGORIO
Voy a llamarla. (Entra por la segunda izquierda)

REGINA
Vaya, que se me van pegando las distracciones de mi prima. Yo creí haberle dado la carta para que la trajera, y al ir al teatro me la he encontrado en el bolsillo.


ESCENA XVII

Dichos y Tomasa.

TOMASA
¿Qué ocurre?

REGINA
Traigo una carta.

TOMASA
¡Una carta! Sí, para él es. (La abre) De Polissón.

TOMASA
(Leyendo) «Mu y se...» ¡Qué! [Ah, muy señor mío! «Az» ¡Le tutea! No; «Adjunta.» ¡Qué manera de partir las palabras y la ortografía! «Adjunta remito a usted a la dadora» que es su hija...» ¡Su hija! O no he leído bien, ó... Pero esto está tan mal escrito. No, no, su hija, bien claro está... ¡Infame!... ¡Será posible! A ver. «Su hija de usted es coja.» Me alegro. ¡Ah, no! «Escoja entre quedarse con ella, ó que vaya yo a sentarle las costuras.» ¡Las costuras! Yo sí que voy a sentárselas a ese bribón (A Regina) ¿Conque es usted?

REGINA
¿Qué soy yo? ¿Quién?

TOMASA
¿Usted no sabe lo que dice aquí?

REGINA
¡No, señora!

TOMASA
Bueno. Ahora sabremos... Hágame usted el favor de esperar ahí. (En el gabinete de la derecha)

REGINA
Como usted guste.


ESCENA XVIII

Tomasa, luego Luisa.

TOMASA
¡Cuando yo decía que me ocultaba algo!... ¡Infame! Permitirse tener una hija sin darme parte.

LUISA
(Sale) Señora, ¿tengo que esperar mucho?

TOMASA
Déjeme usted en paz ahora. Pronto vuelvo. Sí, señor; ¡pillo! Yo le diré, (Vase)


ESCENA XIX

Luisa, y luego Felipe.

LUISA
¡Ay, Dios mío! Aquí debe de pasar algo que yo debo saber; pero esta maldita falta de memoria me pone en mil apuros. Esa señora insistía en que debo saberlo todo y yo no me acuerdo de nada. A que todo esto para en que no me caso con mi Amadeo. ¡Ay! ¡Amadeo de mi alma!

(Música)

Al pensar en el dueño
de mis amores,
siento yo unos mareos
encantadores.
Bendito sea
aquel picaronazo
que me marea.

A mi novio yo le quiero
porque roba corazones
con su gracia y su salero.
El me tiene muy ufana
porque hay muchas que le quieren
y se quedan con la gana.
Caprichosa yo nací,
y le quiero solamente,
solamente para mí.
Que quitarme a mí su amor
es lo mismo que quitarle
las hojitas a una flor.

Yo me muero de gozo
cuando me mira,
y me vuelvo jalea
cuando suspira.
Si me echa flores
siento el corazoncito
morir de amores.

Porque tiene unos ojillos
que me miran entornados,
muy gachones y muy pillos.
Y me dicen ¡ay! lucero,
que por esa personita
me derrito yo y me muero.

(Hablado)

FELIPE
(Saliendo) Vamos, el chico al fin accede a casarse con la hija de Polissón. A ver si logro que la chica desista. ¡Aquí está! Estoy a solas con ella^.. Es mi hija... Empiezo a sentir la voz de la sangre. (Va hacia ella con los brazos abiertos para abrazarla y de pronto se detiene) Hij... Señorita.

LUISA
¿Qué manda usted?

FELIPE
Ante todo, ¿qué le ha dicho a usted mi mujer?

LUISA
Me ha hecho muchas preguntas.

FELIPE
¿Y no le ha preguntado a usted nada de Arturo?

LUISA
¡Ah, sil que si le quería mucho.

FELIPE
¿Y qué contestó usted?

LUISA
Que sí. Y que a ustedes también les quería yo.

FELIPE
¿Nos quería usted?

LUISA
Sí. Y si no se lo dijera a su señora, le diría que a usted le voy a querer más que a ella.

FELIPE
(¡Me quiere! ¡Ah! Yo me enternezco) (El mismo juego que antes) ¡Hij...!

LUISA
¿Qué le pasa a usted?

FELIPE
Nada; que tengo un nudo en la garganta, y para quitármelo hago así: ig, ig. Vamos a ver. Si yo le dijera a usted que no puede usted casarse con Arturo, ¿Usted qué diría?

LUISA
Que por qué.

FELIPE
El por qué no puedo decirlo.

LUISA
¿Tiene usted todavía eso en la garganta?

FELIPE
No. (Valga la mentira) Arturo es casado.

LUISA
¡Ay, Dios mío de mi alma! (Llorando) ¡Y yo que le quería tanto!

FELIPE
¡Pobrecilla! Ya ve usted que es preciso olvidarle.

LUISA
Está bien, sí, señor, le olvidaré, (Saca el pañuelo y deshace los nudos) ¡Yo que había hecho estos nudos con tanto entusiasmo! De modo que mi pichón es un pillo.

FELIPE
Mire usted que está hablando de mi hijo.

LUISA
Pues usted, ¿de quién habla?

FELIPE
Es verdad. (¡Y culpo a mi hijo! ¡No, no; caiga todo sobre mí!) Señorita, mi hijo es inocente. Lo de su matrimonio es mentira. Lo único cierto es que no pueden ustedes casarse.

LUISA
Si es soltero, ¿por qué no?

FELIPE
No puedo decirlo; pero lo siento más que usted.

LUISA
¡Quiá!...

FELIPE
Y, en fin, Arturo va a casarse con otra.

LUISA
No puede ser.

FELIPE
Aquí viene; él mismo lo dirá.


ESCENA XX

Dichos y Arturo.

FELIPE
Ven acá, hijo. Por doloroso que me sea, tengo que descubrirte delante de esta señorita. ¿Di si es cierto que amas a la hija de Polissón?

LUISA
(¡Qué!)

FELIPE
¿Y qué vas a casarte con ella?

ARTURO
Es claro. Si no deseo otra cosa.

FELIPE
¿Y usted, qué dice?

LUISA
Que yo tampoco deseo otra cosa.

FELIPE
Y si se casa, ¿le querrá usted?

LUISA
Más todavía.

FELIPE
¡Qué desvergüenza!


ESCENA XXI

Dichos y Tomasa.

TOMASA
¡Infame! ¡Mal marido! ¡Mal padre! ¡Bígamo! ¡Yo no puedo permanecer en esta casa!

FELIPE
¿Por qué?

TOMASA
¡No volveremos a vernos jamás!

FELIPE
¿Jamás? ¡Ay! (No tendré yo esa suerte)

TOMASA
Tú te quedas con tu hija.

FELIPE
¡Yo... mi hija! (¡Lo sabe!)

TOMASA
¡Sí, ahí la tienes! (Señalando al gabinete de la izquierda)

FELIPE
¡Ahí!

TOMASA
(Sacando a Regina del gabinete) ¡Mira y niégalo, infame! ¡Aquí está!

FELIPE
Esa no es mi hija.

TOMASA
¿Qué no? Mira. (Enseñándole la carta)

FELIPE
(Después de leer rápidamente) (¡Otra hija! ¡Eran dos!) Pero no puede ser.


ESCENA XXII

Dichos y Polissón.

POLISSON
(Dando en el hombro a Felipe) ¡Hola! ¿Se arregló ya?

FELIPE
¡Sí; ya se va arreglando!

LUISA
(Yendo a Polissón) ¡Papaíto!

FELIPE, TOMASA y ARTURO
¡Eh!

POLISSON
¿A qué has venido tú aquí?

LUISA
He venido... a... He venido a esperar contestación.

POLISSON
¿A qué?

LUISA
A la carta que me dio Regina para el señor Palomo.

POLISSON
¿Tú... tú has traído la carta?... ¡Já, já, já! (Soltando la carcajada)

FELIPE
(¡Y se ríe!)

POLISSON
¡Y habrá usted creído que ésta era su hija!

FELIPE
(Comprendiendo y riéndose) ¡Cá, hombre, que he de habérmelo creído!

POLISSON
¡Si esta es mi hija! Ha traído la carta por un error.

TOMASA
Bien, pero ¿y ésta? (Por Regina) ¿No es su hija?

FELIPE
(Aparte a Polissón) (¡Sálveme usted, y me quedo con las dos!)

POLISSON
(Bien) Esta es la señorita del mostrador.

TOMASA
Pero, ¿y esta carta? (Dándosela)

POLISSON
Esta, ¡já, já, já! Otro error. (Haciendo a Felipe señas de inteligencia) Era para un parroquiano, a cuya hija le he hecho un traje.

TOMASA
No, señor. Aquí dice: (Leyendo) «Adjunto remito a usted a la dadora, que es su hija de usted. Escoja entre...»

POLISSON
(Que ha leído la carta por encima del hombro de Tomasa) No, señora; ahí no dice eso: es que yo escribo muy mal.

REGINA
Sí, muy mal.

POLISSON
Aquí dice: (Leyendo la carta) « Adjunto remito a usted a la dadora.» Punto. «Que su hija de usted escoja entre quedarse con ella...» como costurera, «ó que vaya yo a sentarle las costuras...» Las costuras del traje que le hice.

TOMASA
¿Conque no es tu hija?

FELIPE
¡Cá! (¡Pobrecita!)

TOMASA
Pues la tomo y la querré como si fuera mía.

POLISSON
¿Y lo de la boda?

FELIPE
Hecho.

LUISA
¡Ay, nos casamos!

ARTURO
¡Qué gusto! ¡Rica!

LUISA
¡Rico!

ARTURO
¿Quién te quiere a ti?

LUISA
Mi... ¡Ya no me acuerdo!

CORO
(Saliendo) ¡A comer, a comer!

POLISSON
¡Mis oficialas!

FELIPE
¿Sí? Pues convido a comer a todo el mundo. (Muestras de aprobación)

POLISSON
Justo; aquí mismo.

FELIPE
(Asustado ante la idea de comer lo que se sirve en su casa) ¡No, aquí no! ¡La salud es lo primero? Vamos a otra fonda.

TODOS
En marcha.

(Música)

LUISA
Mi anhelo al fin
se calmará
si me aplaudís
para final.
Si fuera así
¡oh, qué placer!
que esa es la dicha
que yo soñé.

TODOS
Mi anhelo al fin, etc.



FIN


Información obtenida en:
https://archive.org/details/lashijasdelzebed16712chap

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