Doloretes (Libreto)



DOLORETES



Boceto Lírico-Dramático de costumbres alicantinas en un acto y tres cuadros.

Original y en prosa de Carlos Arniches.

Música de Amadeo Vives y Manuel Quislant.

Estrenado en el Teatro de Apolo la noche del 28 de junio de 1901.


REPARTO (Estreno)

Doloretes - Srta. Pino.

Carmeleta - Srta. Brú.

Chimeta - Srta. Moreu.

Tía Tona - Sra. Vidal.

Isabeleta - Srta. Hidalgo.

Mujer 1ª - Sra. A. Rodríguez.

Mujer 2ª - Sra. Viñals.

Visentico - Sr. Emilio Mesejo.

Tío Pere - Sr. José Mesejo.

Chaume - Sr. Fernández.

Nelo - Sr. Soler.

Señor Cristófol - Sr. Ramiro.

Don Jorgito - Sr. Ontiveros.

Mayordomo - Sr. Ruesga.

Un Labrador - Sr. Máiquez.

Mozo 1º - Sr. Portillo.

Mozo 2º - Sr. De Francisco.

Labradoras, labradores y gente del pueblo.

La acción en un pueblo de la provincia de Alicante. —Epoca actual (La del estreno).

Derecha e izquierda, las del actor.


ACTO UNICO


CUADRO PRIMERO

Alquería en los alrededores de un pueblo de la huerta de Alicante. A la izquierda, casa humilde de labradores, con puerta practicable, entoldada por una parra. A la derecha se ve una noria que ocultan, en parte, los troncos de las palmeras y las ramas tupidas de los naranjos en flor. La casa termina hacia el fondo en un huerto cercado, cuyos tapiales arrancan desde detrás de la casa hasta mitad del escenario. A la derecha se ve un trozo de bancal sembrado, cuyo ángulo está bordeado por una espesa chumbera. Las tapias del huerto y la chumbera son linderos de un camino que arranca desde el foro, y que se pierde a lo lejos. Al fondo, lejanías de la huerta. A la puerta de la casa y junto a la parra, una mesa tosca de pino y dos o tres sillas con el asiento de cordelillo de esparto. En los estacones del parral y colgadas a una altura conveniente, dos o tres jaulas con pájaros. Son las últimas horas de la tarde.


ESCENA PRIMERA

Al levantarse el telón, aparecen Chimeta y la Tía Tona, acabando de desplumar una gallina que han matado: las dos, sentadas cerca de la casa, y entre las dos, un capazo de palma, al que van echando las plumas. A sus pies, en el suelo, un plato con sangre y un cuchillo. Carmeleta aparece trabajando en el bancal. El Tío Pere en el huerto, subido a una higuera, cuyas ramas asoman por encima de la tapia, cogiendo higos, de los que va llenando una cesta. Pasa un Labrador por el foro, luego gente del campo, dentro.

(Música)

LABRADOR
(Viene cantando desde lejos)
La megua Isabel, señores,
Si la miren a la llum
pareix una poma sirga
collida en el mes de Juny.

(Aparece en escena al acabar el último verso)

CARMELETA
(Al verlo)
¡Adiós, Chuano!

LABRADOR
Buenas tardes,
Carmeleta y compañía.

TONA
¡Adiós, hombre!

LABRADOR
¡Adiós, tía Tona!

(Vase el labrador por el foro izquierda)

TONA
(Desplumando con trabajo la gallina)
¡Jesús y cuanta fatiga
y qué dura tié la pluma
esta condena gallina!

CHIMETA
¡Vamos, tía Tona,
sí la tendrá,
pero arrepare
qué gorda está!

(Sigue desplumando)

Si me dejas me verás
como a los malacatones:
que asina que caen del árbol,
los pican los gurriones.

PERE
(Asomándose desde la higuera por encima de la tapia)
Con dejo picaresco. A Chimeta) ¡Oye, pa cuando caigas, cuenta con un garrión!

CHIMETA
(Riéndose) ¡Ja, jay! ¡Pero qué tío Pere!

TONA
¡A ver si te caes, agüelo!

CHIMETA
Pero vosté, ¿qué pájaro es?

TONA
¡Calandria! (En tono regañón)

PERE
(Burlándose de ella) ¡Mochuelo!

CARMELETA
(Desde el balcón) ¡Tío Pere! (Llamándole)

PERE
¿Qué vols, Carmeleta?

CARMELETA
Que las floricoles de esta punta se mos están helando.

PERE
Pos ponles una manteta de estiércol. (Sigue cada uno en su trabajo. Coro de labradoras y labradores, muy lejano)

CORO
Ya acaba el trabajo,
que el día concluye...
Ya es hora que escansen
los hombres de bien;
que busquen un rato
de amor y compaña,
y luego que cenen,
si tienen de qué.

CHIMETA
¡Jesús, qué gallina!
¡Cuidao que era dura!

TONA
¡Me duelen los deos,
¡por fin acabé!

(La tía Tona arrima el capazo a la casa y deja el plato y el cuchillo sobre la mesa. Chimeta queda arrancando todavía algunos plumones a la gallina)

CORO
(Muy lejano)
Ya acaba el trabajo,
que el día concluye...
¡Ya es hora que escansen
los hombres de bien!


ESCENA II

Chimeta, Tía Tona, Tío Pere y luego Carmeleta.

(Hablado)

PERE
(Saliendo por detrás de la casa con una cesta llena de higos y cubierta con hojas de higuera) ¡Vaya una sestita de higos invernescos!, ¿eh...? ¡La flor del huerto he cogió! Dile al señoret que tiene unos arrendaores que no se los merese.

TONA
Pos miá la gallina que l'hamos matao pa que se la coman mañana...

CHIMETA
(Enseñándole la gallina) Arrepare en la pechuga, tío Pere...

PERE
¡Ya, ya...! Tienes pa una, pipitoria... (Se oye a lo lejos alegre repique de campanas) ¡Che!; pero, ¿qué campaneo es ese?

TONA
¡Qué campaneo va a ser! ¿Estás en Babia?

CHIMETA
¡Pos que mañana es la fiesta e la Virgen!

PERE
¡Es verdad...! ¡Pos miá, ni me acordaba!

CHIMETA
¡Miá que no acordarse de las fiestas el dulsainero del pueblo!

PERE
(Con tristeza) ¡Pos ahí verás...!

TONA
¿Y qué fiestas hasen este año?

CHIMETA
Lo e siempre: cucañas, toros de cuerda, dansas, prosesión, traca y repartisión de premios a la virtut.

PERE
Tú no te presentarás, ¿eh?

CHIMETA
¡No me deja el amo...! ¿Y osté se presenta?

PERE
No me deja el ama... (Por la tía Tona) Pero voy a presentar a la agüela (Refiriéndose a la
misma), a ver si la dan un asesit.

CHIMETA
¿Pos qué virtut tiene?

PERE
La de los higos chumbos, que ansima de que te pinchan, te hinchan.

TONA ¡Calla, calla, carcamal!

CHIMETA
¿Y no abajarán vostés al pueblo a nenguna, divirsión?

PERE
¡Cá, hija; pa diversiones estamos! Yo ni me acordaba e la fiesta, ni quio acordarme. Dende que mi Visentico cayó soldao y se fue a servir al rey y mos lo mandaron a la guerra e Filipinas, que ya va pa dos años, que en esta casa no hay más que penas. De asín de chiquirritico (Señalando con la mano hacia el suelo la altura de un niño) le arrecogimos cuando faltaron sus padres; él era el recreo e la casa, la sombra e sus agüelos... él se llevó la alegría... ¡pesares mos han quedao na más...! ¡ahora que el día que vuelva...! (Con alegría)

TONA
(Como expresando una duda amarga) ¡Sí, el día que vuelva...!

PERE
(Furioso) ¡Qué, qué quiés disir...! ¿Que no volverá?

TONA
Sí, sí... (Con tono de duda)

PERE
¡Pos ha e volver: ha e volver; y ha e volver...! ¡pa que rabies, bruja condena! ¡ha e volver...! ¡porque bien claro me lo dijo a mí, a su agüelo, el día que se fue! Yo, estaba aquí, aquí mesmico aónde estoy ahora, viéndolo marchar con los otros quintos carretera alante, y cuando fue a doblar la cuesta, dende aquel altico que se ve de aquí, volvió la cara y restregándose los ojos con el revés de la mano, no sé si pa quitarse el sol u las lágrimas, me gritó: —¡No plore, agüelet, que yo tornaré! ¡Y golverá, golverá, porque a mí no me ha engañao nunca! (Llora)

CHIMETA
¿Pero cartas no les manda?

PERE
La última la resebimos el año pasao cuando cayó prisionero.

CHIMETA
¿Y ostés les siguen ascribiendo?

PERE
¡Anda, ya lo creo, todos los meses sin faltar uno! Y mira, hoy mos toca escribir.

CHIMETA
¿Y qué señas le ponen?

PERE
¡Ah, señas no sabemos! Ponemos na más que señor don Visentico Llopis, en Felepinas.

CHIMETA
Pos así no llegarán las cartas a sus manos.

PERE
¡Mujer, sabiendo que son de sus agüelos, yo creo que se las darán...!

CHIMETA
Eso sí. ¡Vaya, pos quédense con Dios y ánimo, que el día que menos se lo piensen se lo ven allegar...!

PERE
Angeles tengas en la boca.

TONA
¡Adiós, Chimeta!

CHIMETA
¡Con Dios...! (Vase por la derecha con la gallina y la cesta de higos)

CARMELETA
(Cantando desde el bancal)
Ya no se ascucha en la huerta
el rasgar de tu guitarra;
la huerta está entristesía
de ver lo mucho que tardas.

PERE
¡Mucho tarda, mucho, mucho...! (Se sienta junto a la mesa, limpiándose los ojos y guardándose el pañuelo en la faja. La tía Tona se seca las lágrimas con la punta del delantal, y entra en. la casa llevándose el capazo de las plumas, el cuchillo y el plato de la sangre)


ESCENA III

Carmeleta, Tío Pepe. Luego la Tía Tona.

PERE
¡Carmeleta...! (Llamándola)

CARMELETA
(Llegando del bancal hasta donde está el tío Pere) ¿Qué manda usté, tío Pere?

PERE
Que dejes ya el trabajo y vamos a aprovechar la lus que queda del día pa escrebirle a Visentico, que ya sabes que hoy toca carta. Además, no perdamos la ocasión ahora que está ocupa la agüela. Ya sabes que no quiero que dite ella.

CARMELETA
Pos ande, saque usté los avíos. (Deja en un rincón un azadón y un capazo que trae del bancal; se restriega las manos para limpiarlas de tierra; se las frota luego con el delantal, y pone la mesa hacia la mitad de la escena, entre las dos sillas donde estaban desplumando la gallina) Aquí veré mejor. ¡Y éstas escreturas!, ¿pa qué.. ? ¡Dios mío...! ¿Las leerá él...? ¡Quién sabe! ¡Pobres agüelos! (Todo esto lo dice mientras va haciendo cuanto se indica en la acotación anterior)

PERE
(Que ha entrado en la casa cuando se lo indica Carmeleta, sale trayendo un pliego de papel y sobre, tintero y pluma) Too lo traigo: tintero, pluma, papel y sobre. (Lo deja sobre la mesa)

CARMELETA
(Sentándose) Pos venga.

PERE
Y el papel lo he coraprao rayaíco pa que na te se tuersa la escretura, porque tú, te dito, apresiáble nieto, y pones el apresiable en esta punta (Señalando una de las del pliego), y a lo mejor me encuentro el nieto en la pata e la mesa.

CARMELETA
La falta e pulso... (El tío Pere se sienta junto a la mesa y empieza a liar un cigarro) ¡Venga! (Chupa la pluma con la boca y luego moja la pluma y la sacude mucho)

PERE
(Que se aparta huyendo de la rociada) ¡Oye, tú, ten cudiao con las sacudías, que si no te voy a tener que ditar con paraguas!

CARMELETA
Ande, que ya está.

PERE
(Dictando) «Apresiable y querido nieto Visentico... (Carmeleta escribe repitiendo las palabras) Sin denguna tuya. .—denguna con ene— a que...»

TONA
(Sale de la casa) Hola, ¿estáis ascribiendo ya la caita?... ¡m'alegro!...

PERE
¡Adiós, ya salió ésta! ¡nos la emborrona, verás! (A Tona) Bueno, pero tú te vas a estar
calla, ¿eh? pero muy calla...

TONA
¡Ca, si la carta de hoy la voy a ditar yo!...

PERE
(Enfadado) ¿Tú, de qué?

TONA
(Con energía) ¡De... de que no me da la gana que estés engañando a Visentico, y no lo consiento más, vaya!... ¡No, no y no!

PERE
(Furioso) ¡Que yo estoy engañando...

TONA
¡Tú! Y eso que bases con tu nieto es una infamia.

PERE
(Fuera de sí) ¡Yo infamia con!... ¿aónde está la tranca?... ¿aónde he dejao la tranca, hombre?... (Mirando a todos lados) ¿aónde está la tranca?

TONA
¡La tranca no sé! ¡La verdad está aquí, en mi boca... y va a salir toa entera!... Pa que él la sepa, pa que no viva engañao. ¡Y dito yo! Y tú, vete a buscar la tranca si quieres... (A Carmeleta) «Visentico de mi corasón»...

PERE
¡Ay, ay, ay! ¡Que la araño, que la araño, que la araño!

CARMELETA
¡Pero, por Dios, no se pongan ustés como siempre!... que así me caen borrones... Caramba...

PERE
(A Tona) ¡Pero ven acá, creatura!... ¿qué quiés desirle al chico, recondena?...

TONA
Lo de Doloretes... lo de su novia... La verdat pura... la verdat de lo que está pasando...

PERE
¿Y pa qué? ¿Pa matarlo de un desgusto?

TONA
La verdat no mata a naide; el engaño es la que mata. La creatura lleva en el pecho el cariño que le tomó a esa arrastra, y lo guarda como paloma blanca. ¡Pos no! ¡La verdat! Que sepa que es un bicho malo lo que lleva drento, que algún día ha de en venenarle la vida. ¡Eso es lo que quié di tarle su agüela! (A Carmeleta) «Querido Visentico...»

PERE
(Furioso) Carmeleta, no hagas caso de esa bruja y pon lo que yo te dite y na más... (Rápido ) «Apresiable nieto, me alegraré que al resibo de la presente te halles con la salú que yo pa mí deseo, pa mí sólo; tu agüela que se fastidie... ¡porque tienes una agüela que ya, ya! ¡Y no hagas caso de lo que te diga tu agüela, que es una embustera! ¡Mecachis en tu agüela!... ¡Hala!...» Ahora pon lo que quieras... (Paseándose furioso)  ¡Ah! Agüela ponlo con una mayúscula de muchas patas pa que vea que es peor que una araña.

TONA
Bueno, pos ahora yo... (Rápido) «Visentico, has caso de lo que yo te diga que soy la que te quiere y no te acuerdes más de Doloretes, que es una perra falsa y traidora que no te ha querío, que te ha faltao a los juramentos, que dende que te fuiste con unos y con otros se la ha visto por el pueblo, y últimamente con Nelo, con el hijo del señor Cristófol, y se murmura si por las noches ella lo espera y él salta por una ventana... Así te paga esa traidora el cariño de toa tu vida que t'ha costao lágrimas de sangre. ¡Olvídala, déjala, y no llores! (Enterneciéndose poco a poco) Y cuando allegues, no confíes en que vas a encontrar tus ilusiones, no. Ancontrarás un cariño, un cariño sólo, el de tus agüelos, que no viven sin ti...»

PERE
(Muy conmovido a Carmeleta) Eso ponlo.

TONA
«El único verdaero... el único grande.»

PERE
Ponlo también.

TONA
«Que no ha cambiao... que como era es, que como es morirá... El de tus pobres agüelos que no s'han muerto ya de pena porque no quieren morirse hasta que vean serca esa mano tuya, que ha e serrar sus ojos pa siempre.» (Llora)

PERE
(Muy conmovido la abraza en un arranque de ternura) ¡Eso sí, Tona, eso sí! ¡Eso sí, eso sí! (Llora)

TONA
(Llorando) ¡Pos eso es lo que quié ditarle su agüela! Ni más ni menos que eso. (Se abrazan)

PERE
(Afectadísimo a Carmeleta, que también llora ocultando su cara entre las manos) Borra lo de ¡mecachis en tu agüela!

CARMELETA
(Levantándose ) ¡Vaya!, ¡vaya! ¡Hala! Anden a tranquilizarse y dejemos la escretura pa aluego... (Vanse los dos viejos llorando. Entran en la casa) ¡Pobres agüelitos! ¡Na, que la parten a una el alma! ¡Cuánto cariño y cuánta pena!... ¡En cambio, Doloretes... esa traidora! ¡Si Visentico lo supiera!... ¡Lástima e querer!... (Va a acercar la mesa a la tapia y se detiene sorprendida) ¡Calla!... ¿Quién viene por allá corriendo?... ¡Paese Chaume!... (Reparando) ¡Sí, Chaume es!... ¿Qué le pasará pa traer ese aire?...


ESCENA IV

Carmeleta y Chaume. Llega Chaume por el foro derecha, como dando término a una carrera desenfrenada; viene azoradísimo, cayéndosele la faja; descompuesto, limpiándose el sudor

CHAUME
¡Ay!... (Al ver a Carmeleta) ¡Tú!... ¡Me alegro!... ¡Ven, ven!. . (Cogiéndola de la mano)

CARMELETA
¡Ay, Chaume! ¿Pero qué te sucede?

CHAUME
Espera que resuelle... ¿Solos?

CARMELETA
Solos. Explica... ¿qué te pasa?

CHAUME
¡Ay, Carmeleta, no te asustes, pero si... pero si!...

CARMELETA
Pero, ¿qué es?

CHAUME
¿Que qué es?... Pos... ¡no te asustes! pos... (Casi al oído) ¡Que he visto a Visentico!

CARMELETA
¡Ay! ¿Qué dises?

CHAUME
¡Chists! (imponiéndola silencio) ¡No chilles!

CARMELETA
(Asombrada) ¡Mare de Deu! ¿Pero qué dises?

CHAUME
Y lo peor no es que le he visto, si no que no le he visto.

CARMELETA
¡Ay! Pero, ¿en qué queamos?

CHAUME
Pus en que no sé si le he visto u si no le he visto.

CARMELETA
Tú estás loco.

CHAUME
¡Tonto! M'a quedao tonto. Yo te explicaré lo que m'ha pasao... ¡Verás... cómo ha sío!

CARMELETA
(Con ansiedad) ¡Cuenta, cuenta!

CHAUME
Pos estaba yo, que había preparao un bancal de sebollas para regarlo, y me bajo a la asequia, abro la esclusa y ¡patapom!... allá va el agua. Also el cuerpo, que lo tenía agachao, vuelvo asina la cabesa pa quitarme del sol, que me segaba y... ¡allá, allá lejos, en lo alto de la carretera lo he visto!

CARMELETA
¿Pero a quién?

CHAUME
Pos a un soldao, con una sinta encarna crusá pol pecho, con toos los mesmos aires de Visentico y mirando pa esta casa... Me dio una rabotá el corasón y dije: ¡él es! y sin saber de sierto si era u no era, me pongo la mano asina y grito... ¡Visentico!

CARMELETA
(Con ansiedad) ¿Y qué?

CHAUME
Pos que too fue oírme, cuando vuelve la cabesa, mira pa mí, y aprisa, aprisa se sale de la carretera como huyendo, se mete en el Carrascal y se pierde en la sierra.

CARMELETA
¡Dios mío!

CHAUME
Y a too esto, como yo no me cuidaba del agua, el bancal se me anegó; total, que yo me he quedao sin saber si era Visentico, el bancal se ha quedao sin sebollas y el pueblo sin estofao hasta la cosecha próxima.

CARMELETA
¡No, no, no pué ser él!... Porque si fuera él, ¿cómo no ha venío aquí deseguida?...

CHAUME
¡Qué sé yo! Quisas que quiera darnos una sorpresa: u también me s'ha ocurrió que si alguno del pueblo le ha charrao en una carta lo de que Doloretes le ha sío traidora, pué que venga escondío a saberlo de su propia vista... ¡Ya sabes su carácter! ¡Bueno es el pan, pero mal año pa quien le engañe!

CARMELETA
¡Ay, sí! Es menester que vayas, que le busques.

CHAUME
No pases cuidao... ¡Como ande por esta contorna, no vuelvo sin él!

CARMELETA
¡Anda, corre! (Incitándole a irse)

CHAUME
Voy. (Medio mutis) ¡Ah! (A Carmeleta muy bajito y con amarga sonrisa) ¡Si es él, ya estarás contenta!

CARMELETA
Con rubor) ¿Yo?

CHAUME
Tú. Ya le tendrás aquí.

CARMELETA
¿Por qué me dises eso con esa cara?

CHAUME
Por una cósica que no sabe él, ni denguna del mundo lo sabe; y por eso cuando Visentico se fue, viniste a servir a los agüelos sin salario... ¡pa estar serca de aónde supiás d'él!

CARMELETA
¿Qué quiés desir con eso? Tú eres tonto.

CHAUME
Sí, soy tonto; pero una tardesica al escureser sus vi juntos en la fuente; él, fija la vista en ti, hablaba y se reía; tú, triste, con los ojos bajos, mirabas el agua corriente; yo, escondío en el cañaveral, sus asechaba, a too esto, tu cantarico, puesto al chorro, se salía a borbotones... se salía y tú lo dejabas, y payó uno allá lejos y cantó... miá lo que cantó, no me s'ha olvidao: «Mosa que deja en la juente que el cantarico se vierta, u está hablando con su amor u está llorando sus penas.» Y yo me dije: ¡pos verdá es! y me fui y allí sus dejé.

CARMELETA
Vamos, no seas tonto. ¿Y tú, por qué estabas tan serquita e la juente?

CHAUME
Porque... ¡ay! (Muy bajito) ¡Porque yo también tenía sed!

CARMELETA
¡Chaume!

CHAUME
¡Chist! ¡Calla! ¡Ahora por Visentico! (Vase foro derecha)

CARMELETA
¡Dios mío! ¿Será él? (Vase segundo término derecha)


ESCENA V

Señor Cristófol y Don Jorgito, por el foro izquierda. Luego el Tío Pere, de la casa.

CRISTOFOL
¡Buenas tardes! (Mirando) ¿No hay nadie?

JORGITO
(Que mira por todas partes) ¡Ni un ánima víli surca el Océano Pacífico de esta soledad, señor Alcalde.

CRISTOFOL
Pos llame usted.

JORGITO
¡Tío Pere! ¡Tío Pere! ¡Salutem pluriman!

PERE
(Desde dentro) ¿Quién es?

JORGITO
¡Alcaldivus et Secretarium municipalitatis!

CRISTOFOL
¡No ascomience ustet con esas cosas, que na van a salir, hombre!

JORGITO
¡Pero, por Dios, señor Alcalde, parece mentira! ¡Qué pocos partidarios tienen las lenguas muertas, caramba!

CRISTOFOL
¡Pues claro, hombre!

PERE
(Saliendo) ¡Che, Cristófol! ¿Pero eres tú?

CRISTOFOL
Pa servirle, tío Pere. (Se dan la mano)

PERE
Y ustet, don Jorgito, ¿qué tal?

JORGITO
Quid, vel quid, o si lo quiere usted traducido ad pedem lítere, tal cual...

PERE
(Ofreciéndoles sillas) ¡Vaya, pos asiéntense, señores (Se sientan) ¿Pero no traían ustés un perro? (Mirando por todos lados)

CRISTOFOL
No, era éste que hablaba en latín.

PERE
¡Ah, ya desía yo... porque yo había oído ladrar! ¿Y qué, que trae a la jostisia por este rinconsito e la huerta?

CRISTOFOL
Pos una súplica.

PERE
Venga la que sea, que mandato será pa mí.

CRISTOFOL
Pos ná, la cosa es que este al medio día, me s'ha arrimao la gente joven y bullanguera del pueblo.

JORGITO
Bullanga juvencio.

CRISTOFOL
Pa esirme que mañana, después de la misa, quisián bailar las dansas, y como ustet es el dulsainero del pueblo...

JORGITO
Desde in illo tempore...

CRISTOFOL
Y las dansas no pueden bailarse más que con dulsaina...

JORGITO
Sine qua non...

CRISTOFOL
(A Jorgito) ¿Quié ustet haserme el favor de meterse la lengua muerta en el bolsillo?

JORGITO
Ipso facto.

CRISTOFOL
Y como ustet, dende que se marchó Visentico que no ha querío volver a tocar, pos m'han dicho los mosos: «Ande ustet, señor Cristófol, vaya ustet a ver si convense al tío Pere y baja mañana a tocar la dulsaina...» Y a eso venia...

PERE
Pos ya sabes, Cristófol, que dende que mi nieto era asín de chirriquitico, m'hasía de tamborilero, y sin él no m'apaño... Pa la dolsaina hasen falta tamboril y alegría; tamboril no hay quien lo toque, alegría yo no la  tengo... y menos l'había é tener si mañana bajase al pueblo y viese elante e mí a toas las mosas compuestas y a toos los mosos de su edat bailando con elgoso é la juventut... ¿Y mi Visentico, aónde está? —pensaría yo. —Pos con esta pena enterra en mis años, ¡quién arranca a la dolsaina del agüelo el son alegre que requiere la juventut pa sus dansas... ¡No pué ser!

JORGITO
(Afectado) Cálamo currente...

CRISTOFOL
(Conmovido y levantándose) ¡Che, tío Pere tié rasón!

PERE
¡Cuando él vuelva, sí! Entonses toos los días... ¡toos los días tocaremos!... ¡Ojalá fuá mañana!

JORGITO
Idem, eadem.

CRISTOFOL
Pos ná; ya veo que no está ostet pa músicas... Hase bien!... Conque dispensar... y asperansa en Dios, tío Pere...(A Jorgito) Y a los mosos. ¿qué les desimos?...

JORGITO
Pues que volvemos rabum inter pernorum.

CRISTOFOL
Pus ande ustet con el rabum... ¡Adiós, tío Pere!...

PERE
¡Vayan con Dios!

JORGITO
(Saludando con la mano) ¡Velis nolis! (Vanse por el foro derecha)


ESCENA VI

Tío Pere. Luego Carmeleta.

PERE
¡Tocar sin él!... ¡Sin que él redoble a mi lao su tamboril!... ¡Me aborrecería si lo supiera!

CARMELETA
(Sale segunda derecha) ¡Tío Pere, tío Pere!... (Viene iracunda y agitada y mirando hacia atrás)

PERE
¿Qué te pasa?

CARMELETA
Pos que traigo una rabia que m'aboga... ¡Traidores! ¡Retunantes!

PERE
Pero, ¿qué es?

CARMELETA
Pos ná, que ha salió la comitiva que va por las alquerías acompaña de músicas y banderas, arrecogiendo limosnas pa la Virgen, y Nelo y Doloretes vienen de pareja amontaos en su caballo... y han dicho en la alquería del tío Chimo que van a venir aquí...

PERE
¡Qué dises!... ¡Filos aquí juntos!... ¡A pedir a nuestra puerta! ¡A reírse de nosotros!...

CARMELETA
¿No oye'?... (Se oye música lejana y rumor de gente que se aproxima) ¡Mírelos! ¡Aquí vienen!

PERE
¡Pos que vengan si tienen valor! ¡Yo sabré lo que haser!... ¡A casa!...

CARMELETA
Bueno, pero...

PERE
¡Entra!... ¡Infames! (Entran en la casa y cierran la puerta)


ESCENA VII

Doloretes, Nelo, Mayordomo, Labradores y Labradoras, Chicos y Chicas del pueblo. Músicos

(Música)

TODOS
(Cantan dentro)
Para que tenga
luces y flores
arregladitas
por nuestras manos,
como tributo
de los amores
de sus huertanas
y sus huertanos.

ELLAS
¡Anda tú!

ELLOS
¡Corre ya!

TODOS
¡Que aún hay mucho
que andar!
¡Hala ya!

(Entra la comitiva en escena por la segunda derecha. Con el primer grupo, que va precedido de un estandarte con la efigie de la Virgen llevado por el Mayordomo, aparece Nelo a caballo, llevando en la grupa de éste a Doloretes. Les siguen gentes del pueblo, llevando ramas, Acres, bandejas con tortas, etc., etc. Detrás otro labrador a caballo, llevando a la grupa a una moza. Al lado del Mayordomo va un labrador con una bolsa donde recogen las limosnas. Al final los músicos, rodeados de chiquillos y gente del pueblo. Se colocan todos alrededor de la casa.

La Virgen va con nosotros
por los campos de la huerta
Para la Virgen pedimos
llamando de puerta en puerta.

NELO y DOLORETES
Para que tenga
luces y flores
arregladicas
por nuestras manos,
como tributo
de los amores.

ELLOS
De sus huertanas...

TODOS
Y sus huertanos.
La Virgen va con nosotros
por los campos de la huerta.
Para la Virgen pedimos
llamando de puerta en puerta.

DOLORETES
(A Nelo)
No salen.

NELO
Ten calma.
Sujétate bien.

DOLORETES
Al verme contigo
no sé qué dirán.

NELO
Digan lo que quieran
tú mía has de ser.

DOLORETES
Me asusta el tío Pere.

NELO
(Riendo)
¡Te quieres callar!

(Voces en el coro)

¡No sale! ¡No sale!

(Llamando)

¡Tío Pere!...

PERE
(Saliendo) ¿Quién va?

DOLORETES
La Virgen va con nosotros.

NELO
La Virgen es nuestra guía...

PERE
(Medio aparte)
¡La Virgen, como es tan buena
no sabe de quién se fía!

CORO
Para la Virgen pedimos
de alquería en alquería.

PERE
(Adelantando)
¡Pues oye, Doloretes,
y ascucharme, huertanos,
porque mi vos al menos
es la vos de los años!
Para la Virgen
de mis amores,
siempre he mostrado
grande el cariño,
la bolsa abierta...

(Deposita su limosna en la bolsa que lleva el personaje que va al lado del Mayordomo)

CORO
Para la Virgen
de sus amores,
siempre ha mostrado
grande el cariño,
la bolsa abierta...

PERE
(Retirándose, de modo que pueda decirlas últimas palabras en el umbral de su casa)
Para la estima
de los huertanos,
ha sido siempre
mi afecto noble
fortuna sierta...
¡Pero a la audasia
de los traidores,
sierro mis ojos,
sierro mi puerta!

(Entra, cerrando bruscamente)

CORO
¡Sierra los ojo?
sierra la puerta! (A media voz)

DOLORETES
(Momento de silencio)
¡Nelo!

NELO
¡Doloretes!

(Reponiéndose)

Señores...

DOLORETES
(Lanzando una carcajada escandalosa)
¡Ja, ja!

NELO
¡Vamos adelante!
¡No ha pasado ná!
¡La Virgen ya tiene
unos cuartos más!...

DOLORETES
(Irónicamente)
¡Y alabado sea
quien al fin los da!

(Van desfilando lentamente, desapareciendo y alejándose luego las voces Vase segunda derecha)

CORO
¡Arsa, pues!
¡Corre ya!


ESCENA VIII

Chaume sale cautelosamente por el foro derecha.

(Hablado)

CHAUME
¡Carmeleta!... (Llama en voz muy baja) ¡Carmeleta!... (Avanza más) ¡No está!... (Mira a todos lados) ¡No se ve a denguno!... ¡Y serrá la puerta!... (La empuja y cede) ¡No!... ¡calle!... ¡está entorná!... (Oyendo antes de entrar ) ¡No se oye a naide!... ¡Adrento! (Entra en la casa y sale al instante llevando escondido en la manta el tamboril, que tampoco debe ver el público) No m'ha visto denguno... ¡Mejor será! pi supieran!... (Vase rápidamente foro derecha)


ESCENA IX

Tío Pere y Carmeleta, saliendo de la casa.

PERE
(Asomándose) ¡Ya s'han ío esos gandules!... (Saliendo y a Carmeleta) Sal, hija, sal, y arrecoge los pájaros, que va hasiéndose de noche... Y tráeme la dolsaina, anda.

CARMELETA
(Que ha salido tras él, descolgando las jaulas de los pájaros) Pero, ¿pa qué quié usté la dolsaina?... ¡Miá que es manía ponerse a tocar toas las tardes a estas horas!

PERE
Miá, hija, no me quites ese gusto; hoy que esos endinos m'han puesto rabioso, quió quitarme la rabia con un poquito e música...

CARMELETA
Sí, pero es que ustet ascomienza a tocar... y anseguía llora y se mortifica más.

PERE
¿Qué me mortifico?... ¡Quiá!... ¡Si tú supiás por qué toco!... Mira, toos los anochesíos, cuando s'acaban los quehaseres y cojo la dolsaina y me asiento a la puerta e casa y ascomienso a tocar .. creo que mi Visentico, pa oir mi música, se asoma por allá lejos... muy lejos... por donde sale la primera estrellica de la noche... y paese que el son de la dolsaina me lo va trayendo, trayendo, cá ves más juntico é mí. Y lo veo que viene redoblando con alegría su tamboril, y cuando ya lo tengo serquita mirándome parao entre los naranjos de la huerta, corro con ansia hasia él, y entonses se borra de mis ojos, huye de mis brasos... miro... ¡y ná! ¡Ilusiones! ¡Cosas de viejos! ¡Que uno ya chochea! ¡Anda, no le digas ná a la tía Tona, y tráeme la dolsaina, que hoy quiero verlo! ¡Anda!

CARMELETA
¡Pobre agüelo! (Entra en la casa)

PERE
(Sentándose bajo la parra) ¡Traidores! ¡Traidores!

CARMELETA
(Saliendo con la dulzaina) ¡ Aquí la tiene! ¡Tome! ¡Buenas ganas de sufrir!

PERE
(Tomándola) ¡Trae! ¡Trae! ¡Tú qué sabes!...

(Vase Carmeleta a la casa)


ESCENA X

Tío Pere. Al fin Visentico.

(Músíca)

PERE
Ven a mí, dulsaina mía,
y alégrame con tus sones
tú que me das alegría,
porque me das ilusiones.
¡Ay, pobre dulsaina mía!

(Preludia)

Que suene tu cansión
tan dulse y con tal sentido,
que se ajuste cada son
de tu música, a un latido
que sienta en mi corazón.

(Todo con profundo recogimiento y como poniendo en ello el alma entera)

¡Así! ¡Por el aire quieto
se difunden los sonidos,
y como yo los escucho
a la ves que los inspiro
se me figura que estoy
hablando conmigo mismo!
¡Triste dulsaina la mía!
¡Pobre corasón el mío!

(Toca nuevamente con mayor expresión aún y cerrando los ojos)

Serrando los ojos
lo escucho y lo veo.
¡Lo mira y escucha
mi propio deseo!
¡Triste dulsaina la mía!
¡Pobre corasón el mío!

(Vuelve a tocar, y empieza a oírse a lo lejos, muy lejos, redobles de un tamboril, y el tío Pere se levanta, abre los ojos asombrado y cesa de tocar súbitamente)

¿Qué es esto?
¿No sueño?

(Se oye el tamboril más cerca)

¡El tamboril alegre
se adelanta a mi encuentro!

(Suena más cerca)

¡¡Y es suyo!! ¡¡Lo hubiera
conosido entre siento!!

(Oyendo el tamboril)

¡Y así, con esa grasia,
con ese loco estruendo,
nadie, nadie, nadie lo toca!
¡Nadie más que mi nieto!

(Con extraordinaria alegría)

¡Suena, dulsaina, suena,
dulsaina del abuelo!

(A medida que se oye más cerca el tamboril, el tío Pere hace vibrar la dulzaina con más fuerza. Combinanse en «crescendo» los sonidos de ambos instrumentos. Aparece de pronto en el foro derecha Visentico. Vanse, y ambos paran a la vez)

¡Visentico! ¡Visentico!

(Llamando loco de alegría y asombro)

¡Hijo de mi alma...!

VISENTICO
¡Abuelo!

(Abrazándolo con inmensa efusión)


ESCENA XI

Dichos, Tona y Carmeleta, de la casa.

(Hablado)

PERE
(Gritando) ¡Tona, Tona! ¡Carmeleta! ¡El! ¡El es! ¡Aquí está...! ¡Aquí...!

TONA
(Saliendo) Pero, ¿qué es? Pero, ¿quién? (Viéndolo) ¡Ay...! ¡Ay...! ¡¡Visentico!!

VISENTICO
¡Abuela. .! (Corre a abrazarla)

TONA
¡¡El!! ¡Fill del meu cor! (Se abrazan)

CARMELETA
(Silencio) ¡Visentico!

VISENTICO
¡Carmeleta! (Se abrazan)

TONA
¡Pero no es un sueño! ¡Pero eres tú!

VISENTICO
¡Yo soy, abuela, yo...!


ESCENA XII

Dichos y Chaume, que venía con Visentico y queda al foro hasta que termina la música y como viendo el efecto que causa la aparición del ausente.

PERE
¡El! El! ¡Déjamelo que lo vea!

TONA
¡Tráelo que lo mire...! (Lo llevan de unos brazos a otros)

PERE
¿Y cuándo has llegao?

TONA
¿Y cuándo has venío?

PERE
¡Y sin avisar!

TONA
¿Vendrás cansao?

PERE
¿Y por qué no escribías?

TONA
¿Has sufrío mucho?

PERE
¿Quieres sentarte?

TONA
Dale una silla.

PERE
¡Y está más moreno!

TONA
¡Míalo qué guapo! (Cogiéndolo y mirándole con embeleso)

PERE
¡Déjamelo! (Intentando cogerle)

TONA
¡No quiero, que es mío!

PERE
¡Que lo sueltes!

TONA
¡No me da la gana!

PERE
¡Bruja!

TONA
¡Carcamal!

PERE
¡Ansiosa...! ¡Déjamelo o te araño!

TONA
¡Prueba...! ¡Anda...!

PERE y TONA
(Abrazándole a un tiempo) ¡Fill del meu cor! ¡Visentico mío!

VISENTICO
¡Agüelos de mi alma! (Se abrazan los tres)

CHAUME
(A Carmela) ¡Cuando lo suelten ni pa tacos!

(E1 diálogo anterior debe decirse con la mayor rapidez posible)

VISENTICO
¡Pos sí, agüelos: ya estoy aquí, en mi casa, en mi huerto, en mi cariño! (Lo dice abrazado a ellos)

PERE
Che, Visentico, hijo mío, habrás sufrió mucho, ¿verdad?

VISENTICO
¡Pchs... algo...! ¡Pero es pa contarlo despasio!

TONA
¿Oye? Y ¿qué es esta arruga blanca que tienes en la frente?

VISENTICO
Una sicatris.

PERE
¿De qué?

TONA
¿De una herida?

PERE
¡De una herida! (Amenazador) ¿Quién te la ha hecho?

VISENTICO
Pues un tagalo.

PERE
¡A ti...! ¡Trae la escopeta, Chaume...! ¿Aónde vive el tagalo ese?

VISENTICO
(Abrazando a su abuelo y sonriendo) ¡Muy lejos, agüelo, muy lejos...! ¡Pero Carmeleta...! (Reparando en ella) Ven aquí. ¡Chica, qué guapa estás!

CHAUME
¡Pos ya la verás de día claro, que es cuando tiene mejor vista!

PERE
¡Como uña hija s'ha portao con nosotros!

TONA
¡Más limpio que los chorros del oro tiene tu cuartico!

CHAUME
¡Como que en él s'ha pasao la meta e la vida!

CARMELETA
¡Porque es aónde mejor se ve d'en toa la casa pa coser!

CHAUME
¡Aónde mejor se ve, dise ..! ¡Y el otro día me se cayó el sombrero y tuve que ansender un misto pa búscalo... y no será por lo demenuto...!

(Mostrando el sombrero que lleva, que debe ser exageradamente grande)

PERE
¡Ya puedes abrasarla, ya!

VISENTICO
Gracias, Carmeleta...

CARMELETA
¡Vaya una cosa!

VISENTICO
Y qué, ¿en el pueblo s'acuerdan mucho de mí?

PERE
Todos.

VISENTICO
¿Todos?

TONA
¡Todos!

VISENTICO
Y... ¿Y Doloretes? (Pausa. Quedan todos silenciosos y tristes) ¿Y Doloretes también...?

PERE
Tam... tam .. tam... (Sin saber qué decir. Todos repiten)

CHAUME
(Aparte) ¡Sí, me paese que por mucho que hagamos el tambor la tié tragá!

VISENTICO
Pero, ¿no me contestan...? ¿Y Doloretes?

PERE
Tam... también.

TONA
(Enérgicamente) ¡No!

PERE
¡Sí!

TONA
¡No!

VISENTICO
(Con amarga sonrisa) ¡Ya me lo figuraba! ¿Tendrá otro novio?

PERE
¡No!

TONA
¡Sí...! ¡Que sea ella sola la que le engañe!

PERE
Bueno, sí...
¡Pero tú despresiala...! ¡Al fin y al remate, mujer!

TONA
¡Oye, tú, poco a poco... mujer mala...!

PERE
¡Mala, y perra, y arrastra...! ¡Pero ya tendrá el pago!

TONA
¡Vaya con Dios!

VISENTICO
¡Sí, abuela, sí! ¡Dejemos eso! (Cambiando de gesto y fingiendo alegría) ¡Y ahora que arreparo...! (Al tío Pere) ¡La agüeleta está hecha un pimpollo!

PERE
(Aparte) ¡Sí, pero araña!

VISENTICO
Pos ná; mañana hay que selebrar mi regreso y la fiesta e la Virgen, todo junto. ¡No quiero ver más que alegría en la casa! (A la tía Tona) ¡Pa medio día nos hase ustet una paella... luego a los toros; después, si hay dansas, ustet y yo a tocar, la agüela a mi lao; Carmeleta a bailar con Chaume... ¡En buen día llegó...! ¡Día de fiesta en el pueblo! ¡De fiesta para todos...! ¡Qué sorpresa cuando me vean! ¡Van a ser unas fiestas sonás! ¡Dejarán memoria! Y ahora a casa; que voy a ponerme mi ropa.

PERE
Doblaíca está como la dejaste.

VISENTICO
¡Pos, hala... que quiero dar una vuelta por el pueblo esta noche!

TONA
¿Esta noche?

VISENTICO
Pa ver a mis amigos.

PERE
Déjalo pa mañana... ¡Esta noche, no...!

VISENTICO
¡Qué más da...! ¡Vamos! (Entran en la casa)

CHAUME
(Yo no lo dejo solo) (Entra tras ellos)


ESCENA XIII

Carmeleta, que queda sola.

(Música)

CARMELETA
Chaume descubrió mis penas,
mi amor, mi secreto afán;
pero sabe que lo niego,
que lo tengo que negar,
¡y entre tanto que yo niegue
lo que él dise no es verdad!
¡Al amor del alma raía,
que negarse no podría,
como a Chaume se negó,
ni a la fuente del Granado,
ni al arroyo de la Mora,
ni a los árboles del huerto
que conosen mi dolor!
En la fuente me he mirado
muchas veses a su lado,
temblorosa de emosión:
el arroyo me párese
que repite, mientras corre,
gratos ecos de su vos;
y los árboles del huerto
media vida me recuerdan...
¿Cómo puedo yo negarles
ni mi angustia ni mi amor...?
¡Visentico de mi vida!
¡Que te venden!
¡Ven a mí!
¡Qué en el fondo de mi pecho,
como guardan los avaros
sus tesoros,
guardo yo mi cariñico
para ti!

(Hablado)

¡Dios mío!... ¿Por qué querrá salir esta noche?... ¿Qué intentará Visentico?... ¡Calle; ellos salen!... Yo necesito oír lo que hablan. Me esconderé. (Se oculta junto al huerto)


ESCENA XIV

Carmeleta, escondida; Visentico y Chaume, de la casa.

VISENTICO
Bueno, ya estamos solos. Venga toa la verdá.

CHAUME
Pos mira, Visentico, yo en consensia no pueo desirte si Doloretes t'ha olvidao ú si es que ella creía...

VISENTICO
(Sonriendo amargamente) Miá, Chaume, na e lástimas; arremata de una este querer, porque condenao a muerte está.

CHAUME
Pos sí; tiene otro novio.

VISENTICO
¿Quién es?

CHAUME
Nelo.

VISENTICO
¿El hijo del tío Cristófol?

CHAUME
Sí.

VISENTICO
¡Un amigo!

CHAUME
El y ella disimulan los amoríos y disen que si andan juntos es por la amistat... Pero se ven a solas... de noche...

VISENTICO
¿Aónde?

CHAUME
En casa de ella.

VISENTICO
¿Y tú de qué lo sabes?

CHAUME
Verás: junto en ca Doloretes vive mi tía Remedios; fui hase un mes a verla, serían las onse e la noche bien tocas, pa que me dejase entrar al huerto a coger unos juncos pa salir a embiscar pájaros a la madrugá, y me dise:—Pos sal y corta los que quieras. —Y salgo al huerto y oigo ruido por los juncales de la asequia y veo un bulto. En ves de irme a él m'arrimo a la tapia y m'ascondo. El bulto avansa, llega al huerto e Doloretes y da un silbío; se abre la ventana, sale ella y dise: —¡Nelo, sube!... —Volví a la noche siguiente a la mesma hora, y lo mesmo sucedió Y otras noches he vuelto, y lo mesmo he visto. Una e las noches llevé el retaco pa soltarle una perdigoná, y cuando le apunto, porque le veía subir, ella lo esperaba, y al ir a apretar yo el gatillo, sentí que se daban un beso y contuve el deo... los perdigones me paesieron poro pa aquella traisión; tiré el retaco al suelo y dije: cuando venga Visentico, que él lo vea y lo cargue con lo que quiera...

VISENTICO
¡Bien hecho!

CHAUME
¡Ya lo sabes too!

VISENTICO
(Grasias, Chaume. ¡Vámonos!

CHAUME
¿Aónde?

VISENTICO
A casa e Doloretes... a que yo los vea juntos; a que hablemos los tres esta noche...

(Intenta irse)

CHAUME
(Deteniéndole) ¡Aguarda, Visentico!... ¡Mira bien lo que hases!...

VISENTICO
¡Bien mirao está! Tú sabe?, Chaume, que la he querío con un querer que con palabras no se explica. Cuando ella me juró su cariño firme, ya te acordarás de mi afanar en el trabajo, pa juntar los seis mil riales y librarme de servir al rey... ¡por ella! ¡por no dejarla! Con fatigas y sudores los ajunté, y cuando llegó el día que me reclamaron me dise ella: — Y si das ese dinero, ¿con qué mos casamos luego?...—¡Y era verdá! Pobres los dos, sin un peaso e tierra, ni un rincón de casa, ¿qué hasíamos? —Pos pensé lo que pensé y fui una noche y la dije: —No me libro, Doloretes; al servisio me voy. Dos años son largos, pero pasan. Aquí dejo el dinero que m'asegura toa la vida a tu lao que aunque sea larga será pa mi querer más corta que un soplo. — ¿Y la guerra?— desía ella llorando. —No m'asusta— ¿Y si te quitan la vida?— No tengas miedo— la dije. —¡Cómo me van á quitar la vida si mi vida eres tú, y tú aquí te quedas?' ¿Me asperarás? —¡Hasta la muerte! —me dijo. —Y tranquilo me fui a la guerra. ¡Por su cariño vivía, por su cariño me fui, por su cariño he perdió sangre y descanso! ,Por su cariño vuelvo! ¡Lo quiero! ¡Voy a buscarlo!

CHAUME
¿Pero dónde, desgrasiao?

VISENTICO
Donde lo encuentre ¿Dónde está? ¿En otro corasón? ¡los de allí lo arrancaré! ¡Por él me voy!...

CHAUME
(Sujetándole) ¡Aguarda!

VISENTICO
(Desasiéndose) ¡No más!

CARMELETA
(Que sale y detiene a Visentieo) ¡No, Visentico, no!

VISENTICO
¿Tú?... (Sorprendido y tratando de apartar a Carmeleta) Déjame, 'calla, no digas ná. (Queriendo irse)

CARMELETA
(Sin soltarle) ¡No, por Dios, no! (Llamando a voces) ¡Tío Pere! ¡Tía Tona!

VISENTICO
¡Calla! ¡Calla, Carmeleta!

CARMELETA
¡No! (Llamando ) ¡Tío Pere... pronto, pronto!...


ESCENA XV

Dichos, Tío Pere y Tía Tona, saliendo de la casa.

PERE
(Saliendo) ¿Qué es, qué pasa?

TONA
(Idem) ¿Por qué gritas?

CARMELETA
¡Que se va! ¡Que se va!

PERE
¿Que se va?... ¿Aónde?

CARMELETA
¡A matar a Nelo!

PERE
(Aterrado) ¡Visentico!

TONA
(Deteniéndolo) ¡Hijo mío!

VISENTICO
¿Pero estás loca? ¿Qué dises tú? ¡Mentira!

CARMELETA
¡Sí, lo he escuchao too: que no se vaya!

PERE
¡Visentico, por Dios! Entra en casa. ¡Obedéseme!

VISENTICO
No puedo, (Con fría resolución)

PERE
Pus óyeme... ¡De aquí no sales más que a la fuersa! (Poniéndose ante él)

VISENTICO
¡Déjeme ustet, por Dios; déjeme ustet irme!

PERE
Pero, ¿aónde vas? ¿Pa qué te quiés ir, desgrasiao?

VISENTICO
Pa arrecoger lo mío; pa rescatar lo que me roban; pa no pasar por el pueblo y que la gente me mire y se ría y diga: «¡A ese cobarde l'han quitao el alma y sin ella va!» A eso me voy.

PERE
¡Visentico, por Dios!

TONA
¡No lo dejes!

PERE
¡No, no te vayas!

VISENTICO
Agüelo, venga ustet aquí y contésteme pa que sepa yo si bendesir u renegar de mi casta. Si tuviera ustet mi sangre y mis años y le quitaran a ustet su querer, que es su vida, qué camino seguiría ustet hoy?... ¿Ese?... (Señalando la casa) ¿O ese? (Señalando el del pueblo)

PERE
(Pausa. Momento horrible de silencio y de duda. Por fin, en un arranque vigoroso, señala a Visentico el camino del pueblo) ¡¡Ese!!

VISENTICO
¡Pos... adiós!

PERE
(Deteniéndolas,) ¡Sí! ¡Ese! ¡¡Ese!! (Quedan las mujeres llorando, el tío Pere señalando a Visentico el camino del pueblo. Vanse Chaume y Visentico foro derecha)

(MUTACION)


CUADRO SEGUNDO

Decoración. Casa de Doloretes. Cuarto destinado a despensa y granero de una casa de labradores pobres La habitación es de toscas y sucias paredes, de techo bajo, destartalado, con vigas mal dispuestas y carcomidas. Por los rincones se ven tinajas y sacos amontonados. Aperos de labranza inservibles; ristras de ajos y mazorcas pendientes del techo puestas a secar. Una artesa de amasar pan, y cedazos; montones de trigo y maíz: trastos viejos, etcétera, etc. En el lateral izquierda una puertecilla de tablas viejas y roídas, practicable; se supone que esta puerta comunica con las demás habitaciones de la casa. En el lateral derecha una ventana de dos hojas practicable, que figura dar a la huerta. Es de noche. En el cuarto una oscuridad absoluta.


ESCENA PRIMERA

Doloretes, sale sigilosamente por la puerta derecha, mira y atiende hacia el sitio por donde ha venido como con miedo de ser observada; cierra luego. Deja en un rincón el velón encendido, de dos torcidas, que trae en la mano y lo apaga; se acerca a escuchar junto a la ventana Se oye a lo lejos una ronda de mozos que pasan tocando las guitarras y cantando una jota valenciana. Todo esto se escucha muy lejano.

(Música)

MOZOS
He puesto yo mi querer
en otro querer que es mío,
primero se apaga el sol
que se tuerce mi cariño,

DOLORETES
No sé lo que me pasa,
no sé lo que deseo;
¡y me amarga la angustia
como un remordimiento!
¡Y en mis oídos suenan
las palabras del viejo
llamándome traidora
con irritado acento!
¡Todo en la noche triste
se me presenta negro!
;Que vuelva pronto el dial
¡que venga pronto Nelo!

MOZOS
(A lo lejos. Doloretes queda atendiendo)
Dicen que te olvide pronto
si no quiero que me maten.
¡Como lo digan de veras
van a tener que matarme!

DOLORETES
(Animándose rápidamente)
¡tiene razón la copla!
¿Por qué me asusto y tiemblo?
¿No quise lo que quise?
¡Pues quiero lo que quiero!
¡Que tuve desde niña
la voluntad de hierro,
y como no me maten
a donde marcho liego!

(Suena fuera un silbido)

También él llega... ¡Avisa!

(Abre la ventana. La luz de la luna, iluminando la figura de Doloretes, inunda el cuarto de claridad)

¿Qué dudo ya? ¿Qué temo?
¡Basta de angustias! ¡Alma,
Doloretes!

(Asomándose a la ventana, con mucha pasión y voz muy reconcentrada)

¡¡Sube, Nelo!!


ESCENA II

Doloretes y Visentico por la ventana. Entra embozado en su manta morellana.

(Hablado)

DOLORETES
(Creyendo que es Nelo le coge cariñosamente las manos) ¡Ay, Nelo, cuánto has tardao esta noche! ¡Qué miedo he pasao sin ti!... ¡Pero estás helao! ¿Tiemblas? ¡Ay, pero por Dios, no... no aprietes tanto, que me rompes las manos!... (Con expresión de dolor) ¡Ay, pero estás loco!...

VISENTICO
(Desembozándose y soltándola) ¡Tu cariño es el loco, que no sabe a quien llama! ¡Mírame bien!

DOLORETES
(Reconociendo a Visentico, que pe coloca de modo que le dé en la cara la luz de la luna) ¡Ay! (Retrocede aterrada) ¡¡Visentico!! (Con espanto) ¿Tú?... ¡Reina soberana! ¡¡Visentico!!

VISENTICO
No, mujer... ¡Te trastorna el miedo! ¡Yo no soy Visentico! ¿No ves cómo he entrao? Seguro de que estabas sola y esperando la noche... ¡Yo soy un traidor! ¡Yo soy Nelo! ¡Tu Nelo! ¡El que tú esperabas! ¡El que tú quieres!... ¡Visentico... aquel desgrasiao, no volverá!... Porque si vuelve, si salta por esa ventana, si llega preguntando por su cariño, le contestará mi faca; y esta faca se paese a tu querer, cuando llega al corazón, mata...

DOLORETES
¡Ay, no, no! ¡Perdón, Visentico, perdóname! ¡Yo pensaba que no volverías! ¡Yo pensaba!

VISENTICO
¿Quién no vuelve donde deja su alegría, si no tiene otra?

DOLORETES
¡Yo pensaba que me habías olvidao! ¡Soy una infame, sí! ¡Pero, vete... vete!... Hablaremos mañana... ¡Pero esta noche, vete!... ¡Por Dios! ¡Soy una traidora: sí, lo sé!

VISENTICO
¿Estás loca?... ¡Una traidora la que escribió aquella carta! ¡Tu última carta... aquí la llevo!... (Señalándose el corazón) ¡Como una reliquia la guardaba! ¡Oye!... (Recita la carta como recordándola, pero sin pausa) En ti pienso, sin ti no vivo; ven pronto a mis brazos, que siempre será para ti, para ti solo, tu Doloretes. ¿Te acuerdas? Para ti, para ti solo. Bien claro lo desías.


ESCENA III

Dichos y Nelo, que salta por la ventana.

NELO
(Asomándose) ¡Doloretes! (Con voz muy queda)

DOLORETES
(Aterrada) ¡Nelo! (Corre hacia la ventana, quedando entre los dos hombres)

VISENTICO
Pero ya lo ves; ese viene a poner la postdata. ¡Todo mentira! ¡Entra! (A Nelo)

NELO
(Al ver a Visentico y oírle, salta por la ventana presurosamente) ¡Un hombre! ¿Quién es?

DOLORETES
(A Nelo) ¡Ay, Nelo! ¡Es él; él! ¡¡Visentico!!

NELO
(Poseído del mayor espanto ) ¡Visentico! (Saca su navaja como aprestándose a la defensa por una acometida que espera)

VISENTICO
(Con fría tranquilidad) ¡Sí, yo; yo soy! ¡No te asustes! ¡Yo soy, que he venío! ¡Algún día tenía que venir! Y no pues quejarte. Tú allegabas buscando el cariño, ¡y te encuentras con el cariño y la, amistad! ¡Las dos cosas venía yo a buscar y me encuentro con tu faca! ¡Yo soy el que ha llegao en mala hora! Guarda la faca, no es pa ella mi visita...

NELO
¡Pos si has venío, y estás aquí porque lo sabes too... ya lo ves; too es verdal ¡A punto estamos!... ¿A qué esperar? Ahora mesmo... ¡Baja si quieres! (Como dejándolo paso y señalándole la ventana)

DOLORETES
(Deteniendo a Nelo) ¡No, Nelo, no!...

VISENTICO
¡Cá! ¡No quió sangre! La sangre lo acaba too. El que cayese, a la tierra; el que quedase, a presidio... y ésta, sola... unas lágrimas primero y luego el tiempo, que pasa y borra las penas... Es poco... No me conviene. Quiero más. Tú me has quitao su cariño, pos yo vengo a quitártelo a ti. (A Doloretes) Tú m'has quitao la alegría, pos sin alegría t'has de quedar: ni guitarra que te festeje, ni moso que te ronde, ni corasón que te quiera mientras yo viva. Tú, (A Nelo) sin su cariño, como yo; tú, (A Doloretes) como yo, sin alegría. Los tres iguales. ¡Justicia seca! Despídete de ella pa siempre y vámonos... (Señalándole la ventana)

NELO
(Riendo irónicamente) ¿Y eso qué es? ¿Envidia u miedo?

VISENTICO
Las dos cosas. Miedo de matarte y envidia de la tierra que t'ha e deshacer... ¡traidor!

NELO
Pos ascucha. Alegría ha e tener mientras yo viva. Pa mí será su cariño, que era tuyo... Ya lo sabes ¡Ven por él! (Abrazándola)

VISENTICO
¡Pos basta! Si pa ti la quieres no me la robe? como un ladrón, buscando la noche y saltando la ventana; quítamela como un hombre; a la lus del día y delante e la gente. Mañana es ocasión... son las fiestas... hay dansas... su pareja quiero ser yo, como siempre lo he sido... ¡Ven allí a quitármela!

NELO
¡Pos allí iré a quitártela!

VISENTICO
Pos no más. ¿Está dicho? (Tendiéndole la mano)

NELO
(Dándole la mano ) Está dicho.

VISENTICO
Pos hasta mañana.

DOLORETES
¡No, Nelo, no!...

VISENTICO
(A Doloretes) Tú elegirás, (A Nelo) ¿Vamos?

NELO
Vamos. (Salen por la ventana)

DOLORETES
¡Dios mío! ¡Virgen Santa! (Angustiada se asoma a la ventana y vuelve a oírse a lo lejos la jota valenciana que cantan los Mozos. Doloretes se va sollozando)

(Música)

MOZOS
Puse al cielo una querella,
y respondieron los aires:
«Nunca pongas tu querer
donde firmeza no halles.»

(MUTACION)


CUADRO TERCERO

Plaza de un pueblo a todo foro. En los últimos términos, calles que desembocan en la escena. En tercer término derecha, casa con balcón y puerta, practicables, En segundo término izquierda, otra casa de modesta apariencia, con puerta practicable también; en la puerta un aldabón que juega, y ante ella, por estar más alta que el nivel de la escena, una gradilla con dos escalones. Los balconee de las casas ostentan colgaduras de colores chillones; de balcón a balcón se ven colgadas cadenas de papel de colores, banderolas y faroles a la veneciana. Las calles y la plaza enramadas con juncias y retamas. Es de día.


ESCENA PRIMERA

Gente del pueblo discurriendo alegremente por la plaza. Varios mozos enramándola. Dos mujeres en el balcón de la casa del tercer término derecha, colocando una colgadura. Se oyen los alegres repiques de las campanas y los estampidos lejanos de una traca. Muy lejos también escucharse los sones de la dulzaina y el tamboril. Coro General.

(Música)

MUJERES
¡Bueno, bueno viene el día!

HOMBRES
¡Bueno, bueno, porque sí!

TODOS
¡Vaya un lujo de enramaes
las que ponen por aquí!

MUJERES
¡Y qué gloria de campanas
las que suenan por allí!

HOMBRES
¿Gloria? ¡Gloria, cuando suenan
la dulzaina bullanguera
y el alegre tamboril!

MUJERES
¡Eso sí!
Porque suenan siempre a fiesta
la dulzaina bullanguera...

TODOS
¡Y el alegre tamboril!

HOMBRES
¡Ya el tío Pere no se niega
en las dansas a tocar!

MUJERES
¡En teniendo a Visentico
no se apura ya por ná!
Y habrá dansas, de esas dansas
que no dejan respirar.

HOMBRES
¿Dansas? ¡Dansas más famosas
pué que nunca se hayan visto
ni se vuelvan a bailar!

MUJERES
¡Es verdad!

(A los hombres, misteriosamente)

Pero disen que Visente,
que Dolores y que Nelo...

TODOS
Algo grave pué pasar.

HOMBRES
¡No te asustes!

MUJERES
¡No me asusto!
¡No me asusto yo por ná!

TODOS
¡Como suenan las campanas,
lo que fuere sonará!
Bueno, bueno viene el día, etc., etc.

(Al terminar el número de música vanse por distintos lados)


ESCENA II

Don Jorgito, por la primera derecha. Luego el Señor Cristófol, por la primera izquierda.

(Hablado)

JORGITO
¡Dios mío! ¡Y yo buscando al alcalde y sin dar con él'... ¡Ah!... ¡Calle, por allí viene!... ¡Señor alcalde! ¡Señor alcalde!...

CRISTOFOL
(Saliendo) Pero, hombre, ¿qué hase usté aquí todavía?

JORGITO
¡Ah, señor alcalde! Me alegro verle a usted para contarle lo que me acaba de ocurrir en la taberna. ¡Ha sido horrible!

CRISTOFOL
Y usté, ¿por qué va a la taberna?

JORGITO
 Señor alcalde, ya conoce usté el refrán: Vini vidi vici, el vino a veces es un vicio. Verá usté lo que ha sido. Esta mañana salgo ya de mi casa y me introduzco similia similibus en el susodicho establecimiento vinícola, y después de beberme dos copas, me siento en una mesa, a ver jugar a unos amigos al tuti contenti arrastrao. En esto entra Nelo, su hijo de usted, impetuoso y procaz como siempre, y jura y perjura coram pópulo que bailará con Doloretes, y que si Visentico trata de oponerse... ¡zas!... Morituri te salutam. Yo, al oír aquello, me levanto y le digo: ¿Quo vadis, Nelo? y me mira y me da un puñetazo ad líbitum, que si no me lo quito sede vacante... Y salí escapado a buscarle a usted, para que prohiba las danzas, evitando así un drama, que de ocurrir, no será seguramente petaca minuta.

CRISTOFOL
Bueno, bueno; déjese usté de petacas y latines y arree, que yo me encargo de arreglarlo too.

JORGITO
Señor alcalde, no olvide usté que el totum revolutom...

CRISTOFOL
¡Ande usté he dicho, hombre!

JORGITO
Sic et Ceteris. (Vase por el foro izquierda)

CRISTOFOL
¡Ese hijo se ha empeñao en darme el desgusto! El tío Pere viene con Chaume... ¿Qué  traerán?... (Vase por el foro izquierda y queda oculto allí, desde donde de vez en cuando asoma la cabeza, figurando que escucha lo que pasa en escena)


ESCENA III

Chaume y el Tío Pere, por la primera derecha.

CHAUME
Pero miste, tío Pere, que...

PERE
Tú bases lo que yo te digo y punto en boca.

CHAUME
¿Y qué quié usté que haga?

PERE
Pos que vuelvas a la taberna aónde acabamos de ver a Nelo con sus amigotes, y le digas que salga, que lo áspero aquí en la plasa...

CHAUME
Pero, ¿qué quié usté haser?

PERE
Lo que no te importa. ¡Hala!

CHAUME
¡Voy, voy! (Vase corriendo primera derecha)

PERE
Sí, me va a oír. Too antes que mi Visentico se pierda pa siempre. Aquí vienen.


ESCENA IV

El Tío Pere, Chaume y Nelo por primera derecha.

NELO
Y dises que el tío Pere...

CHAUME
Sí, ahí lo tienes...

PERE
Yo le he llamao.

NELO
Pos aquí estoy, ¿qué se ofrese?

PERE
Que vengo a desirte cuatro palabras.

NELO
Si son pocas, vengan, que tengo prisa.

PERE
Nelo, por Chaume sé lo de anoche; sé que Visentico y tú estáis desafiaos pa bailar con Doloretes; sé que sus encontraréis frente a su puerta y que sus habéis de agarrar...

NELO
¿Y viene usté a pedirme que no le haga daño?

PERE
No; Visentico lleva mi garrote; ochenta años lo he usao yo; y ochenta años en mi mano dan mucha práctica... ¡pega sin que le manden!... ¡Conque no es eso!

NELO
Pos ¿qué es?

PERE
Pos que, a pesar de tus hasañas, te tengo lástima, y pa que no hagas un mal papel y no se rían de ti en el pueblo, vengo a desirte que dejes a Doloretes.

NELO
¿Es pa burlarse pa lo que me ha llamao usté?

PERE
No, Nelo; es pa desirte que si eres honrao, que si tiés vergüensa de hombre, Doloretes no pué ser tuya .. (Todo esto reconcentrado y casi al oído)

NELO
¿Por qué? ¡Dígalo usté pronto!

PERE
¿Lo quiés saber?

NELO
¡Sí! ¡Pronto!

PERE
Pos porque por su ventana, no eres tú el primero que salta.

NELO
¡Mentira!

PERE
¡Verdá!

NELO
¡Eso lo dise Visentico! ¡De rabia lo dise y la lengua le he de arrancar!

CHAUME
Y lo digo yo, que de noche le acompañaba.

NELO
¡Mentira! ¡ladrón! (Acometiendo a Chaume)

PERE
(Deteniendo a Nelo) ¡Y lo díse quien en eso no pué mentir! ¡Lo dise ella!

NELO
¿Qué? ¡Ella! (Con asombro)

PERE
¡Ella! ¡Ella mesma lo dise!

NELO
¡Agüelo, usté está loco!

PERE
Pué ser; pero mira, entre la ropica e mi nieto, este paquetico de cartas venían atas en una sintica asul... (Saca el paquete de cartas) ¡Cartas de Doloretes! ¡Toas las he leído! Si conoses la letra de ella, lee esa... ahí... aónde dise: «esa ventana, Visentico, por la que tú saltabas, serrá la tié mi querer, pa otro hombre que no seas tú...

NELO
¡Mentira! ¡Mentira!

PERE
Pa ti... ahí se queda... léela despasio... (La tira al suelo) ¡Quédate con Doloretes si tiés valor!... ¡ahí la tienes!... ¡Hay mujeres que son peores que una puñalá! ¡Vámonos, Chaume!

CHAUME
¡Vamos, agüelo! (Se van abrazados por la primera izquierda)


ESCENA V

Nelo, el Señor Cristófol. Luego Mozos.

NELO
¡Santo Dios! ¡Pero no pué ser! ¡Ella no! Ella... (Va a coger la carta)

CRISTOFOL
¡Nelo!

NELO
¡Padre!

CRISTOFOL
;Lo he oído too! ¡No la cojas, no hase falta! (Dando con el pie a la carta como con desprecio) ¡Calla!... ¡Las dansas empiesan! ¡Vienen los amigos! ¡A ser hombres!... ¡A cumplir con tu deber!... (Empieza a oírse dulzaina, tamboril y castañuelas, muy lejos. La orquesta empieza en este momento)

NELO
¡Padre!

CRISTOFOL
¡Silencio!... (Salen los Mozos por la primera derecha)

MOZO 1º
¡A las dansas, a las dansas!

TODOS
¡Vamos, vamos!

MOZO 1º
(A Nelo) ¡Hala, tú!

CRISTOFOL
Vamos todos. (Vanse todos primera izquierda)


ESCENA VI

Va llenándose la plaza de gente. Algunos vecinos se asoman a las ventanas, otros sacan sillas, las animan a las paredes, y de pie sobre ellas, se disponen a presenciar el baile. La gente discurre de un lado para otro con extraordinaria animación.

MUJER 1ª
(A la Mujer 2ª) ¡Aquí, aquí; frente en ca Doloretes! ¡Qué va a estar bueno lo que pase!

MUJER 2ª
¿Y si hay puñalás?

MUJER 1ª
¡Con tal de enterarme bien, sea lo que Dios quiera!

VECINO 1º
¡Las dansas, las dansas!

VECINO 2º
¡Ya llegan, ya llegan!


ESCENA VII

Las danzas: Vecinos y vecinas, niños y niñas en la calle. Se oyen distintas voces que gritan: «¡Ya vienen! ¡ya vienen las danzas!» Se oyen a lo lejos el tamboril y la dulzaina, el alegre repique de las campanas y el acompasado sonar de castañuelas, notas todas que van acercándose y crecen, mezcladas al vocerío bullicioso de la multitud que espera. Salen las danzas. Vienen delante gigantones y enanos llevando ante sí una turba de chiquillos que dan voces y cabriolas. Detrás los bailadores por parejas; ellas y ellos ostentan los trajes típicos del país. Bailan a compás y marchando lentamente. En medio de las filas el Mayordomo, que cuida del orden del baile, llevando una bandera en la mano. Detrás de las parejas y cerrando marcha, el Tío Pere tocando la dulzaina y Visentico el tamboril. Detrás Carmeleta, la Tía Tona y algunas mujeres; luego Chaume; Nelo entre sus amigos, el Señor Cristófol y Don Jorgito. Sale la comitiva por el último término foro izquierda. Al llegar a la casa del tercer término derecha se detiene la comitiva, avisada por el Mayordomo. Se detiene el baile cuando lo indica la música.

MAYORDOMO
(A los bailadores) ¡Pareu! (Cesa el baile. Llama con el aldabón a la puerta de la casa, y dice llamando) ¡Isabeleta Carratalá!

ISABELETA
(Apareciendo en la puerta de su casa) Aquí estoy.

MAYORDOMO
¿Quién es la pareja de esta bailadora?

UN MOZO
(Adelantando) ¡Yo!

MAYORDOMO
Pues sigamos... (Isabeleta da un ramo de flores al Mozo y bailan todos; sigue el baile, y cuando está indicado cesa el mismo y el Mayordomo llama en la casa del segundo término izquierda. Adelantando y llamando de nuevo) ¡Doloretes Gadea! (Expectación, silencio absoluto. Doloretes aparece en el umbral de su puerta con un ramo de flores en la mano y ricamente ataviada) ¿Quién es la pareja de esta bailadora? (Nelo y Visentico adelantan a un tiempo y se miran frente a frente. El tío Pere y Chaume detienen a Visentico. El señor Cristófol y don Jorgito a Nelo) ¡Que elija ella! (Mirando a los dos rivales)

DOLORETES
(Trémula se acerca a Nelo alargándole el ramo de flores)

NELO
Para ese que tiene más derecho (Coge el ramo con airado ademán y lo arroja a los pies de Visentico)

DOLORETES
(Dando un grito de sorpresa y angustia) ¡Nelo!

VISENTICO
(Adelantando) El, como yo, sin tu cariño; tú, como yo, sin alegría. Pa siempre. ¡Los tres iguales!

PERE
Tú, no, hijo mío; tú vive con la esperansa de otro cariño que pué que llegue.

CHAUME
(Empujando a Carmeleta hacia Visentico) Que no tiene que llegar... ¡porque está esperando! (Visetitico mira a Carmeleta)

CRISTOFOL
(Abrazando a Nelo) jSeñores, a tocar y a bailar! ¡Alegría pa la gente buena! ¡Adelante las dansas! (Sigue el baile. Doloretes queda sola, llorando, y viendo cómo se alejan las danzas entre la alegre multitud que las sigue. Doblan a fiesta las campañas, óyense lejanos los estampidos de la traca. Doloretes, de pronto y en un arranque de desesperación, se arranca las flores que al pecho lleva prendidas, las deshoja, las arroja al suelo y las pisotea con rabia; luego, como anonadada, cae en los escalones de la puerta de su casa, sollozando y tapándose la cara con las manos. Sigue oyéndose el alegre rumor de las danzas, que se han marchado por el fondo derecha, y cuando han desaparecido de escena las últimas figuras cae rápidamente el



TELON


Información obtenida en:
https://archive.org/details/doloretesbocetol00vive

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