Las Espigas (Libreto)



LAS ESPIGAS



Zarzuela en dos actos, divididos en cuatro cuadros, en prosa y verso.

Libreto de Enrique Paradas y Joaquín Jiménez.

Música de Pablo Luna y Enrique Brú.

Estrenada en el Teatro Pavón el día 18 de diciembre de 1925.


REPARTO (Estreno)

Consuelo - Srta. Leonís.

Amapola - Srta. Pozuelo.

Señá Gabriela - Sra. Romero.

Doña Dolores - Sra. Sanz.

Carmelita - Srta. Moreno.

Rosarito - Srta. Calcinari.

Sagrario - Srta. Segura.

Loliya - Srta. Terán.

Rocío - Srta. Guerrero.

Encarna - Srta. Aldana.

Señor Rafael - Sr. Peña.

"Castelar" - Sr. Miranda.

Juan Manuel - Sr. Menéndez.

Don Fernando - Sr. Guillot.

José - Sr. Guillén.

Luis - Sr. Pastor.

Verderón - Sr. Oltra.

Caniyas - Sr. Montaña.

Ronquiyo - Sr. Vera.

Paco - Sr. Navarro.

Antonio - Sr. Navarro.

Perico - Sr. Luna.


ACTO PRIMERO


CUADRO PRIMERO

La escena, representa un huerto de Andalucía. En. lateral derecha una escalinata que figura conducir a la casa de don Fernando En la lateral izquierda caserón con puerta practicable, donde se guarece el ganado y donde se guardan los aperos de labranza. Al fondo, verja de hierro, con puerta en el centro. Por la escena, varias mecedoras de mimbre blanco, una mesa y alguna silla.

Al levantarse el telón se encuentran en escena, el Señor Rafael, Castelar, Juan Manuel, José, Verderón, Ronquillo, Caniyas y Amapola. Todos son trabajadores de la casa, y están en traje de fiesta, rodeando al señor Rafael, el cual les habla muy enfadado.

RAFAEL
(Dando fuertes golpes en la mesa) ¿Pero, me querei desí quién soy yo? ¡Amo a ve! ¿Quién soy yo?

CASTELAR
(Aparte a Amapola) Dile a tu tío quién es, que por lo visto se le ha orvidao.

RAFAEL
¡Habla de una ve! ¿No contesta nadie?

AMAPOLA
Pues usté e Rafaé Salinas, naturá de Campo del Rio, de sesenta años de edá, sortero, y hermano de mi pobresita mare, Dios la tenga en la gloria.

RAFAEL
Lo que pregunto e que ¿quién soy yo en esta casa? ¿No contesta nadie?

CASTELAR
Pues usté e el aperaó. Como si dijeramo, casi el amo. Er que nos manda a toos y er que hase y deshase lo que le da la gana.

RAFAEL
Eso era antes. Yo pregunto que quién soy yo ahora. ¿No contesta nadie? Pues ahora no soy nadie, pa que lo sepáis ustedes Desde eme en esta casa han empesao a mandá los culotes y los cubrecorseses, los carsonsiyo están por er suelo; y estando los carsonsiyo por er suelo, excuso desiro las cosas que vais a ve. (Se ríen todos) No tomarlo a risa, que esto e una cosa mu seria. (Aparece Consuelo, por la escalinata)

CONSUELO
¿Qué gritos son esos? ¿Qué pasa aquí?

RAFAEL
Lo que no ha pasao nunca, señorita Consuelo. Que ye aquí no soy nadie.

CONSUELO
Siempre estás con la misma cansión. Tú sigues siendo lo que siempre has sío. El encargao de todo.

RAFAEL
Eso era antes. Pero desde que usté se ha encargao de arreglo de la casa, esto no tié arreglo. Vamo a vé ¿Por qué no se ha de trabajé hoy?

CONSUELO
Porque e domingo, y los domingos no quiero que trabaje nadie. Los domingos se han hecho pa descansá. Unicamente os exijo que vayáis a oír misa, y después, conforme os tengo dicho que volváis aquí a dar la lección de lectura y escritura. Creo que esto no sea quitarle a usté atribusiones de ninguna clase.

RAFAEL
Pero, señorita Consuelo, si estamo en pleno ver-no Ahora hay que aproveché hasta los domingo.

CONSUELO
Eso e lo que yo deseo. Que los aprovechéis. Que aprendáis a leer y a escribir, como Dios manda. ¡Me he propuesto en mi que casa no haya un criao que no sepa leer ni escribir! ¡E una vergüensa ver hombres como castiyos, que no saben ni poné su nombre! 

CASTELAR
¡Mu bien dicho! (Murmullos de aprobación)

RAFAEL
(Aparte) (Ya salió la curtura)

CONSUELO
Y lo mismo que hago con vosotros, quiero hasé con las tierras. E una vergüensa que haya tanto terreno sin cultivar. Eso es perjuisio para mí y para los demás. En lugá de  habé ocho jornaleros puede habé veinte. Si todos hisiesen lo mismo, no habría tantos hombres sin trabajo.

CASTELAR
¡Mu bien dicho! Eso es lo que hase farta. ¡Curtura y agricurtura!

RAFAEL
Oye tú, Castelá. Cuando hablemo las personas de respeto, usté se caya. Yo soy muy bastante pa desirle a la señorita que eso de la agricurtura, está mu bien. Lo de la curtura, ya e otra cosa.
   
CONSUELO
Bueno. ¿Habéis ido todos a misa?

MANUEL
Sí, señora, toos.

CONSUELO
¿Usté también, Rafaé?

RAFAEL
Yo he tenío que hasé y antes e la obligasión que la devosión.

CONSUELO
Los domingos es obligasión el ir a misa.

RAFAEL
Ya le he dicho a la señorita que dende que tomé la orí mera comunión no he vuerto a pisá la iglesia. Y será mu difisil como no me yeven a la rastra.

CONSUELO
¿Y si yo te lo mandase?

RAFAEL
E que yo creo que usté no será capaz de mandarme eso.

CONSUELO
Mandártelo, no. ¡Dios me libre de obligá a nadie hasé una cosa contra su voluntad!

RAFAEL
Así debe sé.

CONSUELO
¿Pero si yo te lo pidiese por favó?

RAFAEL
(Aparte) (¡Me ha matao!) Pues si me lo pidiese usté por favó, yo le pediría er favó de que no pidiera esos favore.

MANUEL
Amo, señó Rafaé. Basta que se lo pía  por favó una mujé, pa que el hombre, aunque sea un hereje, vaya a la iglesia de rodiya.
  
RAFAEL
Tú sí lo haría. Pero yo, no.

CONSUELO
¿De modo que no quieres ir?

RAFAEL
Sí quiero, señorita. E que no pueo.

AMAPOLA
¿Cómo que no? ¿Va usté a hasé ese despresio a la señorita? ¡Ya está usté yendo a la iglesia, ahora mismito!

CASTELAR
Tiene rasón. ¡A la iglesia!

TODOS
¡A la iglesia! ¡A la iglesia! (Entre Amapola y Castelar lo cogen cada uno de un brazo y los demás lo empujan hasta hacerle salir por la puerta del foro. Quedan solos en escena, Consuelo y Juan Manuel)

CONSUELO
(Riendo) ¡Pobresillo! Se lo llevan a la fuersa.

MANUEL
Er señó Rafaé acabará por í hasta ar rosario.

CONSUELO
Ya lo sé. Es un pobresito hombre. No es mas que estaba mal acostumbrao. Como mi padre no se ha ocupado nunca de estas cosas de la labó, él era quien disponía a su antojo Y ahora le molesta que yo disponga siertas cosas, que a mí me párese que no están mal. ¿Tú qué opinas, Juan Manuel?

MANUEL
Yo opino que too lo que hase la señorita es a mu bien hecho. Eso de ir a misa los domingos, e lo cristiano. Y eso de aprendé a leé y a escribí, e mejó todavía. ¡Me daba a mí una pena ve las letras y no poerlas emendé! Al igual que ahora. En cuanto tengo un rato e lugá, ya estoy comiéndome les libre. Ahora me paese que soy más hombre. ¡Que vargo má!

CONSUELO
Y así e. Y así me gusta oírte, Juan Manué.

MANUEL
Lo que me pesa e no habé aprendió antes. Pero dende chico me tiraba má er campo que las letras. ¿Se acuerda usté, señorita, cuando éramo chavales?

CONSUELO
No me he de acordar.

MANUEL
Paese que la estoy viendo a usté. ¡Cómo pasan los, años!

CONSUELO
Muy de prisa, Juan Manuel.

MANUEL
Dentro e na, como aquel que dise, casá con er señorito Luis.

CONSUELO
¡Digo! El día de mi santo quiere pedir mi mano. Ya ves si va de prisa la cosa. ¿Tú también te casarás pronto? ¿Porque supongo que tendrás novia?

MANUEL
No me quié ninguna.

CONSUELO
No lo creo. Serás tú quien no quieras a nadie. ¿No gusta ninguna de Campo del Río?

MANUEL
Ahora prestamente hay una, que me gusta mucho. Pero esa no pué sé.

CONSUELO
¿Te ha dao calabasas?

MANOLO
No, señora, pero me las daría si la dijese argo.

CONSUELO
¡Quién sabe!

MANUEL
Seguro.

CONSUELO
¿Y e guapa?

MANUEL
Asina como usté

CONSUELO
¿Cómo yo? ¿De dónde sacas tú que soy guapa?

MANUEL
¡Dise que no e guapa!

CONSUELO
¿Y quién es? ¿Se pué sabé?

MANUEL
E un secreto. E una mujé que la estoy queriendo mucho, pero que no se lo pueo desí.

CONSUELO
¿Y te vas a pasá así la vida? Pues sí que e un carvario.

MANUEL
Eso que ha dicho usté: un carvario. Bueno, señorita Consuelo. Si no me manda usté ná, me voy a dí, con su permiso.

CONSUELO
Anda con Dios, hombre,  anda con Dios (Consuelo de distrae mirando hacia el jardín y Juan Manuel inicia el mutis mirándola embelesado)

MANUEL
(Aparte) ¡Ca día la quiero má! (Aparece doña Dolores, la cual, momentos antes de terminar la escena, habrá comenzado a bajar la escalinata. Tose maliciosamente)

CONSUELO
¿Estaba usted ahí, doña Dolores?

DOLORES
Sí, hijita, sí. Aquí estaba (Mirando hacia el foro)

CONSUELO
¿Qué mira usté?

DOLORES
A ese que salió. Oye Consueliyo. Ese hombre está enamorado de ti.

CONSUELO
¿Enamorao Juan Manuel? ¡Pobresiyo! Lo que le pasa e que está agradesido de mí, porque le trato bien, y porque le he enseñao a leé y escribí.

DOLORES
¡Dios quiera que no sea más que eso! Lo digo porque estos hombres, así tan brutos, cuando se enamoran, son de temé.

CONSUELO
Le advierto a usté, que no es tan bruto como parese. Quitando a Castelar, que ese ya se pasa de listo, Juan Manué es el que más pronto ha aprendío a leé y escribí. Y para las faenas del campo, no digamo. Dise Rafaé, que con arao es el rey.
  
DOLORES
¿Sabes, chiquiya, que te encuentro desconsía?

CONSUELO
¿Por qué?

DOLORES
Mira, Consueliyo. Yo casi te he criao. A los tres años te queaste sin mare, y yo me encargué de ti y de tú educasión. Quiro desirte que te conosco bien; pero, que ahora no te conosco. Antes no sabías salí de Seviya, y ahora te pasas temporás enteras en este poblacho. Y lo más raro de too, e que solo te ocupas de que si trabajan los obreros, de las tierras, del ganao... Vamo, que no salgo de mi asombro.

CONSUELO
Pues e mu sensiyo. Primero cada vez me aburre más Seviya. ¡Siempre lo mismo! Visiteo, reuniones... y too nada más que para criticarse unos a otros. Y además, que mi pare cada vé se ocupa menos de la finca. Ya ve usté; hoy se ha marchao a las siete de la mañana a pescar, ¡y sabe Dios cuándo volverá? Y cuando no es de pesca, es de caza. Y eso no pué sé. Nuestra riqueza está aquí, en el campo. Y hay que cuidarla.

DOLORES
Eso sí e verdá. A tu pare le pasa lo contrario que a ti. Todo su afán e estar en Seviya. Claro ; se pasa la vida en el Casino... Y donde no e el Casino...

CONSUELO
¡Pues eso se va a terminá! Este invierno lo va a pasá aquí, con nosotras.

DOLORES
Oye, Consuelo. Esto en invierno debe sé mu aburrió...

CONSUELO
Ya lo veremo.

DOLORES
¿Tú cree que a tú pare le pareserá bien?

CONSUELO
Y si le párese mal, que se aguante. Esto e muy sano.

DOLORES
¿Y a tu novio?

CONSUELO
A mi novio yo creo que le da lo mismo.

DOLORES
¡Ay, Consueliyo! Me da el corasón que tú no quieres a Luisito Llerena.

CONSUELO
Le diré a usté. Como quererle, sí que le quiero. Pero no es como yo le quiero. A mí me gustaría un hombre muy enamorao de mí. Que no pensara más que en mí. Y Luis no piensa más que en divertirse. En no aburrirse, como dise él. No sabe más que gastar dinero. En eso no hay quien le gane. A mí me gustaría más que en vez de saber gastarlo, supiera ganarlo. El es abogao, ¿por qué no ejerse?

DOLORES
Porque no le hase farta. Sus padres son ricos. El es hijo único. ¿Pa qué va a trabajá?

CONSUELO
Sí, sí. Tiene usté rasón.

DOLORES
Pues tu padre debe está conforme con él.

CONSUELO
Mi pare está encantao con Luis. Llevan una temporada que no pueden estar el uno sin el otro. Y, a pesar de eso... Le quiero sí; pero no es como yo le quiero. (Aparece el señor Rafael, acompañado de Amapola y Castelar, que vienen riendo)

RAFAEL
¡Basta de burla! ¡Que ya me voy yo cansando! ¡Mardito sea er demonio!

CASTELAR
Aquí le tién ustés, hecho un católico-apostólico-romano.

AMAPOLA
Acaba de oí misa.

CONSUELO
¿Se pué creé, Rafaé?

RAFAEL
Como creemo en Nuestro Señó Jesucristo. (Descubriéndose y aparte) (Ya me he contagiao)

DOLORES
¡Jesús, María y José!

RAFAEL
Eso que ha hecho usté, doña Dolores, lo han hecho toas las brujas que había en la iglesia, cuando me han visto entrá.

DOLORES
(Aparte) (¡Qué bruto es este hombre!)

RAFAEL
¡Hasta los santo paresía que se reían de mí!

DOLORES
Claro. De alegría, de verle a usté en la iglesia.

CONSUELO
No sabe usté lo que se lo agradesco.

RAFAEL
Ya me lo pué agradesé. Que la misa de hoy me va a costá a mí una enfermedá. ¡Hay que vé lo nervioso que estoy! ¡Josú, María!... (Aparte) (Ya me he contagiao)

CASTELAR
Y no sabe usté lo mejó. Que por poco regaña con er cura y er monaguiyo.

CONSUELO
¿Cómo ha sío eso?

CASTELAR
Que se creía que le tomaban er pelo.

RAFAEL
¡Ya me lo han tomao, señorita Consuelo! Mire usté. Estaba yo de rodiya, y toos venga a mirarme a mí. ¡Si hasta er cura, durante la misa, se ha vuerto dó o tré vese a mirarme!

CONSUELO
Eso es una ceremonia de la misa.

RAFAEL
¿Y también e de la misa cuando er monaguiyo le tiraba ar cura de la sotana pa que se vorviera a mirarme? Y er cura se vorvía y hasía así con la mano, como disiendo: ¡No vuervas más por aquí!

CONSUELO
Sí, hombre, sí. También eso es de la misa.

CASTELAR
(Aparte) No sabe de la misa la media.

CONSUELO
Tantos años sin ir a la iglesia, no es extraño.

RAFAEL
Pues si no e por éstos, que me han sujetao, menúo lío se armá ayi. Bueno; con el permiso de ustés, me voy a tomar una tasa e tila, que estoy que sarto de los nervio... (Saca el pedernal y la yesca, y se dispone a encender el cigarro)

CONSUELO
El domingo que viene ya vendrá usté más tranquilo.

RAFAEL
Si llego ar domingo.

CONSUELO
Usté llegará a comerse los santos.

RAFAEL
De esos que hay en los ramiyete, no digo que no. Pero los otros... ¡Mardito sea er demonio! (Vase encendiendo la yesca)

CASTELAR
Se va echando chispas...

AMAPOLA
Lo que nos hemos reío en la iglesia, ¿verdá, tú?

CASTELAR
Y too er mundo. ¿No ve usté que no hasía ma que arrodiyarse, levantarse, mirá al techo... y aluego ponía una cara de asustao...

CONSUELO
Y todo por culpa mía...

DOLORES
Eres el demonio, Consuelo.

CONSUELO
Ese e el que tiene Rafaé en el cuerpo, v voy a ve si se lo espanto. Oye, Castelar, ya sabes la obligasión: a las dose, a llamar a los criados, para dar la lecsión, como toos los domingos.

CASTELAR
A las dose en punto está aquí too er mundo a estudiá de cabesa.

CONSUELO
(Inicia el mutis riendo) ¡Pobre Rafaé!

DOLORES
¡Qué cosas se te ocurren! (Vanse)

AMAPOLA
Oye, Castelá. Bueno. ¿Te yamo Castelá, o te yamo por tu nombre?

CASTELAR
Sí, sí. Yámame Castelá, que no me molesta. Ar contrario. Cuando me han puesto ese mote, e porque me lo meresco.

AMAPOLA
Ya sabe que te lo puso mi tío en guasa.

CASTELAR
De rabia, porque sé más que él.

AMAPOLA
La verdá e que casi me gusta má yamarte po er mote. Porque lo que e er nombresito que tiene, se las trae. ¡Miá tú que yamarse Meterío!...

CASTELAR
No me lo diga. ¡Mi mare, qué nombre! ¿A quién se le ocurriría?

AMAPOLA
A tu pare, seguramente. Ya sabe lo tonto que e. ¡Paese mentira que siendo tan tonto hayas tú salió tan listo!

CASTELAR
Eso pasa casi siempre. De los tontos suelen salí los listos.

AMAPOLA
Ahora, que porque tú lo seas, no te vaya a creé que los demá no chupamo er deo.

CASTELAR
¿Por qué lo dise tú, presiosa?

AMAPOLA
Yo sé por qué lo digo. Vamo a ve. ¿Tú ha comprao esta mañana en el comersio de los Rodrigue un par de media coló sarmón?

CASTELAR
Sí, señora.

AMAPOLA
¿Y pa quién eran?

CASTELAR
Pa mi tía.

AMAPOLA
¡Pa tu agüela! Que yo no soy tonta. Esas serán pa otra. Sí, sí. ¡Pa otra!

CASTELAR
Anda ya, selosiya. Si eran pa ti. Tómalas.

AMAPOLA
¡Huy, qué presiosas! Y que me deben sentá pero que mu bien.

CASTELAR
¿Se te ha pasao ya el enfado?

AMAPOLA
A medias. Tú no sabe lo que yo he sufrió. Yo me desía: ¿ pero ese piyo será capá de tené otra con lo que yo le quiero? ¡Canaya! ¡Ladrón! ¡Granuja! Bueno, te he yamao de too lo peó.

CASTELAR
Grasia, chiquiya. Te lo agradesco. Cuando una mujé yama esas cosas ar novio, es porque lo quiere.

AMAPOLA
Eso e. Porque te quiero. ¡Ay, Castelá!

CASTELAR
Bueno, niña ; me voy, que tengo que hasé.

AMAPOLA
Oye, ¿esta tarde saldremo de paseo?

CASTELAR
Lo siento mucho, pero voy de viaje.

AMAPOLA
¿Dónde te va?

CASTELAR
Ar Japón. Me ha dao er veterinario un libro que trata de los animales que hay en er Japón, y me lo vi a leé esta tarde. Y ya sabe tú que yo cuando estoy leyendo una cosa, e como si la estuviera viviendo.

AMPARO
En cambio yo, cuando leo argo, no me entero de na. No me quea nada en la moyera.

CASTELAR
Porque tú no tiés masa grí.


AMAPOLA
¿Y eso qué e?

CASTELAR
Una cosa que se cría dentro de la cabesa, que se yama talento. Por eso, los que tenemo masa grí, cuando leemo argo, nos hasemos la ilusión de que lo vemo y lo vivimo. Yo, por ejemplo, leo arguna vese la descrisión de un banquete, y parece como si estuviera en él comiendo y bebiendo. Leo un viaje a vapó, pues como si estuviera embarcao Esta tarde cuando lea ese libro de los animales der Japón, como si estuviera entre eyo.

AMAPOLA
Entonse, ¿cuándo nos vamo a ve?

CASTELAR
Esta noche, que ya estaré de vuerta.

AMAPOLA
Que yeve felí viaje.

CASTELAR
Adió, chiquiya. Te vi a da un abraso, por si me ocurre argo en er camino (La abraza)

AMAPOLA
Anda tonto. Cuidao no te vaya a mareá en er vapó.

CASTELAR
Tú sí que me marea.

AMAPOLA
Miá que sis nos viera mi tío abrasaos.

CASTELAR
Se iba a tené que bebé un barrí de tila (Aparece el señor Rafael)

RAFAEL
¡Lo que me vi a bebé va a ser la sangre de los dos!

CASTELAR
(Aparte) (¡Qué antroprófugo!)

AMAPOLA
Perdóneme usté, tío; yo no quería.

RAFAEL
Tú lo quería e que yo pescara.

CASTELAR
Usté perdone, señó Rafaé.

RAFAEL
¡No te asuste, home, no te asuste! Por sé la primera ve, no te hago na.

CASTELAR
Mucha grasia.

RAFAEL
¡Pero en cuanto te vea por segunda ve, te vi a dar así! (Dándole un puñetazo) Y así (Otro golpe) Y así (Otro más fuerte)

CASTELAR
¿No decía usté que esto golpe eran pa la segunda ve?

RAFAEL
A la segunda ve que te coja, te ví a dejá sin masa grí. ¡Anda ya, a echá de comé ar ganao! ¡Soo granuja!

CASTELAR
(Aparte. Haciendo mutis) (Cuando vuerva der Japón me las va a pagá es tío)

RAFAEL
Y a ti, ¡soo sinvergüensa! En cuanto te vea hablá con ese lamprija, te ví a da así... (Amenazándola, sin llegar a pegarla)

AMAPOLA
¡No me pegue usté! ¡No me pegue usté!

RAFAEL
Anda a ve si tiés que hacé hargo en el fogón.

AMAPOLA
(Aparte, haciendo mutis) (Meno má que no le ha dao mu fuerte)

RAFAEL
Se me han pasao unas ganas de pegarla... Pero no pueo. En cambio a él le pego sin ganas. (Aparece Juan Manuel)

MANUEL
¿Qué le pasa, señó Rafaé?

RAFAEL
¿Qué me ha de pasá? Los amoríos, que traen de cabesa a las mujeres y de coroniya a los hombre.

MANUEL
Eso no tié arreglo.

RAFAEL
Pues tú ere de los que no andan mu bien.

MANUEL
¿Yo? Ni novia tengo.

RAFAEL
Eso e lo peó. Que no ties novia, y en cambio estás queriendo a una mujé que no debías quererla.

MANUEL
¿Qué dise usté?

RAFAEL
Que yo no soy ningún chavá, y me he dao cuenta. Tú estás enamorao de una mujé que no e de aquí. Que e de Seviya. Nasía en er propio Triana. De la señorita Consuelo. ¿Lo quiés más claro?

MANUEL
¡Sí que e verdá ! ¿Pa qué negarlo? Estoy loco por eya.

RAFAEL
¿Y cómo se te ha ocurrió poné los ojo en esa mujé?

MANUEL
Que el amó es siego, señó Rafaé.

RAFAEL
Er tuyo e siego y sordomúo. Porque supongo que no serás capá de desirla que la quieres. Ya comprenderás que esa mujé no pué sé pa ti.

MANUEL
Ya lo sé. Y yo lo pienso muchas vese. ¡Pero ca ve la quiero más!

RAFAEL
Y cuanto má estés al lao de eya, peó. La señorita Consuelo con enseñarte a leé y a escribí, te ha despertao la inteligensia y er corasón.

MANUEL
No es de ahora. La quiero dende que éramo chávale. ¡Siempre juntos!...

RAFAEL
Bueno. ¿Y qué piensas hasé?

MANUEL
Na. Seguí queriéndola sin desírselo. Sin que eya lo sepa. Yo, con verla y hablarla, soy feliz.

RAFAEL
¡Qué loco estás, Juan Manué ! No sabe la señorita er jaleo que ha armao en esta casa. Meno má que se casará pronto con er señorito Luis, y sabe Dió cuándo vorverá por estas tierras.

MANUEL
Sólo en pensá que va a sé suya, le odio. ¡Con lo que yo la quiero!

RAFAEL
¡A cayá! Que viene el amo. (Aparece don Fernando con útiles de pescar) Buenos días tenga osté, don Fernando.

FERNANDO
Buenos días, Rafaé. ¿Qué hay de bueno?

RAFAEL
¿Qué quié osté que haiga? Dende que en esta casa mandan las enaguas, esto se está enreando ca ve má.  ¿Lo dises por mi hija?

RAFAEL
Sí, señó. Por la señorita Consuelo.

FERNANDO
¿Se le ha ocurrió arguna cosa nueva?

RAFAEL
Que vaya yo a misa los domingo.

FERNANDO
¡Ah! Pues tendrás que ir.

RAFAEL
Ya he estao esta mañana.

FERNANDO
¿Tú a misa? ¡Ave María Purísima!

RAFAEL
Sin pecado consebía. (Aparte) (Ya me he contagiao)

FERNANDO
Bueno; lo que consigue mi chiquiya, no lo consigue nadie.

RAFAEL
Asina hase de osté lo que quiere.

FERNANDO
¿Y qué le voy a hasé? No tengo a nadie más que a eya. La quiero tanto, que no me atrevo a contrariarla. En fin, ten un poco de pasiensia pa aguantá sus chifladuras. A ve si se casa pronto y no se ocupa má de estas cosas der campo.

RAFAEL
No pase usté cuidao, que se tendrá la pasiensia que sea menesté.

MANUEL
E mu buena la señorita Consuelo. Toos estamo mu contento con eya y la queremos mucho.

FERNANDO
Ya lo creo. Si eya e buena y caritativa. Y mira mucho por los criaos. No tié má que esa manía que la ha dao ahora por la agricurtura.

RAFAEL
Y por la curtura. A éstos los está quitando hasta de trabajá pa que se ilustren. Ya ve usté.

FERNANDO
Pues nada, pasiensia y ya veremo.

RAFAEL
¿Manda usté argo, don Fernando?

FERNANDO
Eso. Que tengáis pasiensia.

RAFAEL
Sí, señó. Se tendrá. (Aparee, haciendo mutis) (Siguen mandando las enaguas)

FERNANDO
La verdá que esta hija mía nos trae a toos de cabesa. ¡Pues mira si se le ocurre pasá aquí este invierno, con lo aburrió que e er pueblesito! ¿Qué pasará en Seviya? ¡Lo que yo daría por está ayí! (Se oye la bocina de un automóvil) ¡Eso e un auto! ¿Será mi futuro yerno? (Va hacia la puerta) Justo. El e. (Aparece Luis) ¡Grasias a Dios que te veo!

LUIS
¡Hola, don Fernando! (Se abrazan)

FERNANDO
¡Con que impasiensia te esperaba!

LUIS
Pues ya estoy aquí.

FERNANDO
¿Recibiste mi carta?

LUIS
Sí, señó. Aquí la tengo. Y que no sabe usté lo que me he divertido leyéndola. E que tié la guasa a montone. (Leyendo una carta) «Futuro hijo político: Estoy aburridísimo en este pueblo. Mi hija no me deja ir a Seviya. Dise que ayí no tengo na que hasé. Por lo que más quieras, ven y llévame con cualquier pretexto. Si no pues venir, me pones un telegrama que diga: Venga urgente. Hay negosio. Salga primer tren. Espero estasión. Espero cumplas lo que te dise en la presente tu futuro padre, Fernando.» Y aquí me tiene usté a su disposisión.

FERNANDO
No sabes lo que te he echao de menos.

LUIS
Usté lo que echa de menos e la vida de Seviya. ¡El Kursal..., la.» cupletistas..., e1 casino..., la juerga!...

FERNANDO
Tienes rasón.

LUIS
Lo peo e que Consuelo me va a echá a mí la culpa de estos bel ene. Va a creé que yo lo saco de sus casiya...

FERNANDO
Diga lo que quiera. Ya me he cansao de sé una ostra. Prefiero sé un viejo verde. Bueno. Y vémonos en seguía. Estoy rabiando por verme ayí. Dos meses sin pisá la caye e las Sierpe.

LUIS
Ahora píense usté lo que vamo a desí a Consuelo... ¿Qué clase de negosio vamo a inventá?

FERNANDO
Pue..., cualquier cosa. (Aparece Consuelo)

CONSUELO
Pero, ¿qué veo? ¿Tú por aquí?

LUIS
Acabo de yegá. Vengo a verte, Consueliyo, y, de paso, a llevarme a tu pare a Seviya.

CONSUELO
¿A Seviya? ¿Pa qué?

LUIS
Pa un negosio. ¡Un gran negosio! ¿Verdá, don Fernando?

FERNANDO
Sí, sí. ¡Un gran negosio! Si sale bien, nos vamo a poné las bota.

CONSUELO
¿Y qué clase de negosio e ese?

FERNANDO
¡Menudo negosio! Díselo, tú, Luí; díselo tú.

LUIS
Dígaselo usté. Que te lo diga tu pare. ¡Ya verás! ¡Ya verás.

FERNANDO
Si e iguá que se lo digas tú. Anda, díselo.

LUIS
¿Y qué más da que se lo diga usté?

CONSUELO
Bueno, ¿pero se pué sabé o no?

LUIS
Asómbrate, chiquiya. Entre tu pare y yo, nos vamo a quedá con una ganadería.

CONSUELO
Eso e una locura. ¿Ya quién se le ha ocurrió esa barbaridá?

LUIS
A tu pare.

FERNANDO
Di que no, que ha sío a él. Ahora que a mí no me párese mal negosio.

CONSUELO
¿De modo que no se ocupa usté de las fincas que tiene y se va usté a meté en más negosio? Eso no pué sé. ¡De ninguna manera!

FERNANDO
Bueno, hija, no te enfade. No lo haremo. Pero de toos modos, tendré que ir a Seviya a hablá con esos señore. ¿Verdá, Luis?

LUIS
Claro que tiene usté que vení a desí lo que sea.

FERNANDO
¿Y tendrá que sé hoy mismo?

LUIS
Claro que tié que sé hoy mismo. Como que están esperándonos.

FERNANDO
Pues voy a arreglarme un poco de ropa y nos vamos en seguía.

LUIS
Sí, sí. Dese usté prisita.

FERNANDO
(Mientras hace mutis) (Se la tragó. Ahora a Seviya. ¡A viví! ¡Viva Seviya!)

CONSUELO
Oye, ¿y tú cuándo va a vení más despasio?

LUIS
Dentro de unos días tengo pensao vení a pasá una temporaíya contigo.

CONSUELO
¡Vaya un novio que tengo ! Y esto en vísperas de pedí mi mano. ¿Qué hará tú cuando estemo casaos?

LUIS
¡Quererte mucho, chiquiya!

CONSUELO
Quita. Déjame de salamerías. Menos palabras y más cariño.

LUIS
¿Más cariño toavía?

CONSUELO
¿Seguirás como siempre, de juerga en juerga?

LUIS
¿Y qué voy a hasé? ¿Me voy a aburrí? (En este momento sale Rafael a escena, recoge alguna herramienta y vuelve a hacer mutis, después de oír unas cuantas frases de Luis)

CONSUELO
A ese paso no vas a tené bastante con la Casa e la Moneda.

LUIS
¿Y qué voy a hasé? ¿Me voy a aburrí?

CONSUELO
Tú lo que ere e un niño tonto, que ni sabes queré ni sabes lo que quieres. Too lo arreglas con divertirte.

LUIS
¿Y qué voy a hasé? ¿Me voy a aburrí? Cuando me case ya cambiaré de vida.

CONSUELO
Si no te aburres también.

LUIS
Bueno, déjate de pamplina. Siempre que nos vemos me dises lo mismo. Y eso me aburre.

CONSUELO
Yo te lo digo por tu bien. Porque te quiero. Que no e sólo el dinero el que malgastas. Es también la salú. Estás muy desmejorao, Luis. Y eso es de la mala vida que llevas.

LUIS
¿Y qué voy a hasé? ¿Me voy a aburrí?

CONSUELO
Ya estás con lo mismo. La tonta es una, que se molesta en darte buenos consejos.

LUIS
No te enfades tú, mi vida. Si yo te agradesco los consejos que me das. Ya te he dicho que tengo pensamiento de vení aquí una temporá, pa estarme a tu lao. Aunque me aburra en este pueblo. Ya verás tú cómo vengo.

CONSUELO
Bueno, ¿querrás tomá alguna cosa?

LUIS
Lo que tú mandes.
«Veneno que tú me dieras,
veneno tomara yo.»
¡Vamo ayá, presiosa! ¡Don Fernando, dése usté prisa, que se hase tarde! (Vase)

CONSUELO
Le quiero, sí. Pero no es como yo le quiero. (Vase detrás de Luis. Por el lado opuesto aparece Castelar, que trae de la mano a Amapola)

CASTELAR
¡Ven acá, mujé, ven acá!

AMAPOLA
¿Qué pasa? No me asustes.

CASTELAR
Oye. E que he pensao una cosa. Una cosa que he leío en una novela de amoríos.

AMAPOLA
¿A ve qué has pensao?

CASTELAR
Como tu tío no me pué ve ni pué ve que tú y yo nos queramo, y pa evitá una desgrasía, porque er día que tu tío me vuerva a tocá ar pelo e la ropa, le vi a levantá la tapa de donde ha tenío lo seso, vamo a poné en práztica lo que he leío yo en esa novela. Verás. Desde hoy tú va a dejá de comé.

AMAPOLA
¿Eso e que quieres que me muera?

CASTELAR
No. Si tú va a comé. Pero a escondías. Y siempre que yegue la hora de comé con tu tío, te pone mu triste y te echa a yorá, disiendo: «¡Ay, tío de mi arma! ¡Cuánto quiero a Meferio! ¡Ya sé que usté no quiere que hable con él ! Y no hablaré. Pero no pueo vivir sin él. No tengo chispita e gana. ¡Ay, qué ganas tengo de morirme!.» ¿Tú me has entendió?

AMAPOLA
Sí, home, sí. Ya te entiendo. ¿Y cuándo tengo que empezá a no comé?

CASTELAR
Hoy mismo.

AMAPOLA
Déjalo pa mañana, que hoy tenemo arró.

CASTELAR
Y pa darle mejó er pego, te va a pintá unas ojeras mu grandes, y va a empesá a bebé vinagre pa quearte descoloría, y a apretarte mucho er cosé pa que paresca que estás más delgá. ¿Te has enterao bien?

AMAPOLA
¿Que si me he enterao? Ya verás tú qué bien lo hago.

CASTELAR
A ve si es verdá que tu tío te quiere tanto como dise.

AMAPOLA
Eso, sí. Quererme me quiere como a una hija.

CASTELAR
Pues entonse, al ve lo que sufres por mí, seguramente me dará tu mano.

AMAPOLA
A ve si en lugá de darte mi mano, te da con la mano.

(Se oyen dar las doce en un reloj de torre)

CASTELAR
Oye, éstas que dan son las dose, ¿verdad?

AMAPOLA
Las dose.

CASTELAR
Pues voy a llamá a los párvulos. (Llamando) ¡Verderón! ¡José! ¡Caniya! ¡Juan Maniré! ¡Carmelita! ¡Rosariyo! ¡Aquí too er mundo, a dar la lesión! Ayúame tú a poné la mesa escritorio. (Colocan una mesa para Consuelo y comienzan a llegar iodos los criados; cada uno trae una silla baja y una carpeta y libros) ¡Señorita Consuelo! ¡Que están aquí los anarfabetos! (Por último, aparecen el señor Rafael y Juan Manuel)

MANUEL
Sabrá usté que ha venío er señorito Luí.

RAFAEL
Habrá venío a pasá una temporá. No fartaba mas que ése. ¡Estoy más harto de señorita y señorito!... No vien mas que a molestá. Aunque sean amos, molestan. ¡Lo mismo que esto de la lesión!

MANUEL
Eso me molesta a mí menos que er señorito Luí. (Aparece Consuelo con un libro en la mano)

CONSUELO
¿Estáis ya todos? Pues irse preparando, que vamo a empesá en seguida. (Aparece don Fernando, seguido de Luis)

LUIS
Hola, muchachos. (Todos saludan y se ponen de pie) Sentarse, sentarse.

MANUEL
(Aparte) (Cada día tengo más odio a este hombre)

LUIS
¿Se ha abierto ya la escuela?

RAFAEL
Sí, señó. Ya ve osté. ¡ A mis años tené que vení ar colegio !Lo que hase una mujé no lo hase nadie!

LUIS
Esta Consueliyo es er diablo.

CONSUELO
Seremo como tú, que no te ocupas de na.

RAFAEL
¿Y qué va a hasé? ¿Se va a aburrí?

FERNANDO
Bueno, Luisiyo, que se hase tarde.

CONSUELO
¿Qué prisa tiene usté?

FERNANDO
Hay que yegá a Sevilla temprano. Adiós, hija mía. (Le da un beso)

CONSUELO
Adió. Y tenga usté cuidao con éste, que es un loco guiando.

LUIS
Estate tranquila. Vamo na ma a cuarenta. Adiós, chiquiya. Hasta que nos veamo, que va a sé muy pronto.

CONSUELO
Adió, hombre. (Los criados vuelven a ponerse en pie)

LUIS
Adiós, muchachos. Y a ve si sois aplicaos pa que no se incomode la maestra. Adiós. (Vanse don Fernando y Luis)

CONSUELO
(Despidiéndoles desde la puerta) Y poné un telegrama en cuanto yeguéis, que no estoy tranquila. (Vuelve a escena) ¿Estamo ya? Pues a empesá. Hoy vamo a escribí. Os voy a dictá un troso de una poesía de Bécquer. ¿Sabéis quién es?

CASTELAR
Sí, señora. Un poeta mu grande. ¡Y además, seviyano!

CONSUELO
Pues, hala. A escribí. (Leyendo)
«Yo voy por un camino..»

TODOS
Caminooo.

CONSUELO
«Ella, por otro.»

MANUEL
(Aparte) (Eso e verdá. Así e. ¡Eya por otro!)

TODOS
Otrooo.

CONSUELO
«Pero al pensar en nuestro mutuo amor..»

TODOS
Amoor.

CONSUELO
«Yo digo aún : ¿Por qué callé aquel día?
«Y ella dirá : ¿Por qué no lloré yo?.»

(Sigue oyéndose lejos la bocina del auto)


TELON


CUADRO SEGUNDO

La era de don Fernando. Está anocheciendo. En lateral izquierda, un chozo construido de paja. Al fondo, haces de trigo amontonados y preparados para la trilla.

Al levantarse el telón los obreros se encuentran trabajando y dentro cantan una copla.

VOZ
(Dentro) No hay ojos como sus ojos,
ni cara como su cara,
ni cuerpo como su cuerpo,
ni gitana más gitana.

CASTELAR
Pero qué presumió e ese niño. A lo menos se cree que e un ruiseñor. Y es una canaria. Anda, Juan Manué, canta tú, pa que le quites a ese los moños.

MANUEL
Lo primero que ties que hasé es darme un trago de agua fresca, que estoy reseco.

CASTELAR
Se ha ido Ronquiyo por eya. (Llamando) ¡Ronquiyo!

RONQUILLO
(Dentro y con voz muy ronca) ¡Ayá voy!

MANUEL
¡Vaya un diita de caló.

RONQUILLO
(Que llega con el botijo) Aquí está l'agua.

CASTELAR
¡Ya era hora! (Bebe Juan Manuel y después los demás)

JOSE
¡Venga el botijo!

CANIYAS
Traélo p'acá.

VERDERON
Venga, Ronquiyo.

CASTELAR
¡Cayarse, hombre, cayarse!

CANIYAS
¿Hay arguno malo?

CASTELAR
Que va a cantá Juan Manué. Verei cantá con sentimiento y con finura. (Canta Juan Manuel) ¡Eso se yama sentí er cante!

JOSE
Cómo que se conose que está enamorao

MANUEL
¿Yo namorao?

JOSE
Sí, señó. Y mare también lo sabe, aunque tú lo tengas tan cayao. ¡Y Dios quiera que ese namoramiento tuyo nos no dé que sentir a toos!

MANUEL
No tengas cuidao, que no pasa na.

JOSE
Si e que me estás poniendo a mí en ridículo. Porque es lo que disen toos: «Tú hermano e un iluso. ¡Miá irse a enamorá de la señorita Consuelo!.» Y aluego no es eso lo peó e que cuarquié día se entera don Fernando, y nos puén echá de la casa.

MANUEL
No te ocupes de eso. Tú lo que ties que hasé es tratá a madre mejó de lo ¡que la trata y procura no darla disgusto; que por mi parte no los tendrá.

JOSE
Ya lo veremo. (Aparece el señor Rafael)

RAFAEL
¿Entavía no ha venío mi sobrina con er gaspacho?

CANIYAS
Toavía no ha paresío. Y yo ya tengo ganas de que venga.

RAFAEL
¿ Dónde se habrá metió esa arrastrá ?

MANUEL
A ve si la ha pasao argo.

VERDERON
A lo peó se le ha orvidao.

RAFAEL
Esta sobrina mía va a perdé la cabesa. ¡Y toa la curpa la tié un granuja que va a se mi perdisión! Eso va por ti.

CASTELAR
Paese que la tié usté tomá conmigo.

RAFAEL
¡Te tengo unas gana!...

CASTELAR
Pos ha de sabé osté que desde er día que me piyó abrasándola, no he vuerto a habla con eya.

RAFAEL
¿Pero qué las dará este mal ánge, que pierden hasta las ganas de comé?...

CASTELAR
Yo, na, señor Rafael. E que como leo mucho, las digo cosas bonitas de las que aprendo en los 'libro. Y como las mositas de hoy son unas románticas...

RAFAEL
Son unas sinvergüensas.

CASTELAR
Pos claro; de argo me ha de serví tené curtura.

RAFAEL
Agricurtura e lo que te hase farta. Lo mismo que a éstos. Que dende que sabéis más, trabajáis menos.

JOSE
Trabajamos lo que se debe trabajá.

RAFAEL
Pero de mala gana. Estáis perdiendo er cariño a la labó. ¡Más agricurtura y menos curtura! En ve de palote, surcos... En ve de plumas, araos... En ve de papelotes escrito, tierras de labó, que e de las que toos vivimo. ¡La tierra! Que es la que da er pan.
¡La tierra! Yo soy un hombre
que sé mu poco de letras,
pero sé lo suficiente
p'apresiá lo que es la tierra.
¡E una cosa mu grande
Mirar si es santa y es güeña,
que toos la pisan, y caya,
la escupen, y no protesta.
Cuidándola, te da fruto;
y si un año la cosecha
es mala, no es curpa suya.
Er sielo e quien la estropea.
Son los fríos o la escarcha,
el pedrisco o la tormenta.
—«Esta tierra e mala.»—disen
argunos, cuando se quejan
porque han sacao poco fruto.
Y yo les oigo con pena
y digo pa mí : —«Vosotro
sois los malos, a mi cuenta..»
Nosotros somos más malos
y más egoístas que eya.
Si da poco, tierra mala ;
si da mucho, tierra buena.
¡Pobresiya! Yo la tengo
compará con una hembra
de esas que quién con fatigas
aunque el hombre las despresia.
Y, si no, ascuchá un ejemplo:
Dejas un troso de tierra
abandonao, porque e malo.
No lo cuidas ni lo siembras,
y ocurre que cuarquier día,
si vas a verlo, te encuentras
que está yenito de flores,
que está yenito de yerba,
que es tanto como desirnos:
«Fíjate en mí, pa que aprendas.
Tú no rae quieres, y yo
me adorno, pa que me quieras.»
Y, por último, miá tú
si será noble la tierra,
que cuando ya no eres nadie,
cuando te mueres, es eya
quien te recoge en sus brasos
y en sus entrañas te ensierra.
¡Tierra santa, tierra noble!
¡Bendita! ¡Bendita seas!

CASTELAR
Sí. Too eso está mu bien. Pero pa viví hasen farta otras cosas.

JOSE
Tié rasón Castelá. Hasen farta méicos, ahogaos, maestros...

CASTELAR
E que usté la ha toma con er progreso. No transige con los auto, ni con los aeroplano, ni con las máquinas agrícolas.

RAFAEL
Sí, sí. Mucho progreso, y ca día se vive más atrasao. Y lo que se come, más atrasao toavía. Yo ¡Lo que sé e que dende que andan esos cacharros por los caminos y esos pajarracos po el aire, cá día hay más atropeyo y más desgrasias.

CASTELAR
¿Y eso de que ¡pueda usté ir en dié hora de aquí ar Perú?

RAFAEL
Yo no pienso salí .de aquí. Como eso de la máquina. ¿Pa qué sirve? Pa que se queen la mitá e los obreros sin trabajo. ¡Vaya una cosa que inventan los sabio ! ¿Tengo rasón o no tengo rasón?

CASTELAR
Sí, hombre, sí usté siempre tié rasón. (Aparte) (Cualquiera discute con este tío)

VERDERON
Aquí está ya su sobrina.

RAFAEL
Amo, hija mía, que ya e hora. (Aparece Amapola, muy despacio, fingiendo que no puede andar y con una cara muy pálida y desencajada)

AMAPOLA
¡Ay, tío de mi arma!

RAFAEL
¿Pero qué te pasa? ¿Vienes mala?

AMAPOLA
Vengo... ¡Ay, yo no sé cómo vengo!

CASTELAR
(Aparte) (Pero qué bien lo finge)

AMAPOLA
He tardao en vení, porque ar yegá a los Pedregale me ha dao un desmayo que me he caído too lo larga que era. Como que se me ha vertió casi too er gaspacho.

CASTELAR
(Aparte) (Eso e que se lo ha comió)

VERDERON
¡Mi mare ! Con las gana que yo tengo.

JOSE
¡Nos ha reventao la niña! Tarde y con daño.

RAFAEL
Claro que te habrás desmayao. ¡ Si no comes na !Y acabarás por morirte¡ Y pensá que toa la curpa la tiene un pajolero niño!...

CASTELAR
(Aparte) (Esto se pone malo)

RAFAEL
¡Míala! Paese un arma en pena. ¡Mardita sea mi vía!

AMAPOLA
¡Ay, tío! No se ponga usté así. ¿Qué curpa tengo yo de quererle tanto? Ya sé que osté no quiere que hable con é, pero yo no pueo viví sin é. ¡Ay, qué gana tengo de morirme! (Llora)

RAFAEL
Bueno, bueno. Anda pa casa, que me estoy poniendo mu nervioso, y a arguno lo vi a arrancá er peyejo.

CASTELAR
(Aparte) (Esto no se arregla)

AMAPOLA
¡No! ¡Eso sí que no! ¡Ni tocarle! A mí, sí. Máteme usté, tío. Yo soy la curpable, por quererle tanto.

VERDERON
(Aparte) (Gachó, pos no le ha dao poco fuerte)

RAFAEL
¡A mí sí que me vai a matá! ¡Hala pa casa, que ya arreglaremo este asunto!

CASTELAR
(Aparte) (Esto está arreglao)

AMAPOLA
Acompáñeme usté, tío. Aunque no sea ma que hasta subí la cuesta e los Pardale. ¡No tengo fuersa ni pa andá!

RAFAEL
Amos ayá. ( Cogiéndola por la cintura y aparte) (Lo que ha perdió esta chiquiya en cuatro días)

AMAPOL
Hasta mañana. Y perdoná lo der gaspacho. (Vanse Rafael y Amapola)

CASTELAR
(Aparte) (Está pa comérsela)

JOSE
Adiós, mujé. Y que te alivie.

VERDERON
Oye, Castelá. Esta se está muriendo a chorros por ti.

CASTELAR
¡Qué se ha de morí! Menua viva está la niña. Too eso es fingío. E una combinasión que tenemo entre los do, pa que el señó Rafael no se oponga a las relasiones.

JOSE
Cosas que se le ocurren a éste.

CANIYAS
Claro, como siempre está leyendo...

CASTELAR
Leyendo e como se aprende a viví. Me gusta mucho leé. A mí me da un libro bonito y una mujé guapa y no sé cuá escogé. ¡Porque hay que ve las cosas que enseña un libro!... Claro, que una mujé también pué enseñá lo suyo. Ahora, que er libro te enseña iguá, aunque esté en rústica y la mujé tié que sé con pasta.

VERDERON
¡Sabe mucho Castelá!

JOSE
Vamo ir preparando er gaspacho, que ya viene er señó Rafaé.

CASTELAR
¡Vaya una cara que trae! (Aparece el señor Rafael)

RAFAEL
Hala. Vamo a comé. (Entre todos preparan la mesa en el suelo, sacando de la cesta que trajo Amapola todo lo necesario. Se sientan todos)

VERDERON
Lo que e que si se descuida un poco su sobrina nos trae sólo er casuelo.

RAFAEL
Comé vosotro. Yo no tengo gana de abrí la boca.

JOSE
Tocaremo a una cucharaíya má.

CANIYAS
Miá que haberlo vertió, con lo rico que está. (En este momento aparece Consuelo, seguida de doña Dolores)

CONSUELO
Muy buenas. ¿Paese que hay apetito?

CASTELAR
¿Ustedes gustan? (Todos se ponen en pie)

DOLORES
Grasia. Que os aproveche.

CONSUELO
Sentarse, sentarse. Que somo de casa.

DOLORES
Tardesiyo coméis.

RAFAEL
Mi sobrina, que ha venío hoy mu retrasá.

DOLORES
¿Queréis darme un trago de agua fresca, que vengo muertesita e sé?

MANUEL
Ahí va, doña Dolores. (Dándola el botijo)

CONSUELO
Vaya un paseo que nos hemos dao.

DOLORES
Lo menos dos kilómetros.

CONSUELO
¿Sabes dónde hemos estao, Juan Manué? Cerca de las Peñas Rubias.

MANUEL
Sí que está un paseo.

CONSUELO
Eso le desía a doña Dolore. ¡Las veses que hemos venío aquí Juan Manué y yo, cuando éramo chiquiyo! ¿Te acuerda?

MANUEL
Hay cosa que no se orvíau nunca.

RAFAEL
No le dé usté a éste mucha conversasión, que e peligroso.

CONSUELO
¿Peligroso, por qué?

RAFAEL
Porque sí, señora. Porque éste -tiene muchas fantasías en la cabesa.

MANUEL
No le haga usté caso, señorita Consuelo.

RAFAEL
Diga usté que sí. Las cosas claras. Como usté es así, tan cariñosa y tan buena, y habla usté con nosotro como si fuá una iguá. Pos a lo mejó..., éste, como e así... En fin, señorita, que yo quieo explicarme, y no sé cómo explicarme.

DOLORES
Aquí, Rafaé, quié desí lo que yo te dije ya el otro día.

CONSUELO
Pues ni Rafael ni usté tien rasón. Juan Manué no está enamorao de mí. Lo que pasa e que está agradesío y nada más. ¿Verdá, Juan Manuel?

MANUEL
Sí, señora; eso e. Que está uno agraesío y na má.

CONSUELO
¿Lo están ustés oyendo? Vamo, que desir que tú estás enamorao de mí... Tiene grasia. (Ríe) ¿De dónde habrán sacao eso?

RAFAEL
Sí, sí. Tómelo usté a risa.

CONSUELO
¿Y cómo quiere usté que lo tome? (Ríe nuevamente) ¿E que voy a tomá eso en serio? (Vuelve a reír) ¡Juan Manuel enamorao de mí! (Sin dejar de reírse) Tiene grasia. ¡Mucha grasia!

DOLORES
Bueno, chiquiya, vámonos que es muy tarde.

CONSUELO
Sí, sí. Vámonos. Hasta mañana.

CASTELAR
Vayan ustés con Dios.

CONSUELO
Adió, Juan Manué. Y no hagas caso a esta gente, que son unos guasones. Mira que desir que tú... (Vuelve a reír) Vamo, que no se me va de la cabesa... (Vase riendo a carcajadas)

MANUEL
(Aparte) (Claro; se ríe de mí)

JOSE
Menos ma que lo ha tomao a risa.

RAFAEL
Vaya. Recogé too esto y a deseansá un rato, que en cuanto amanesca hay que empesá la faena. Que hay mucho que hasé. Tú, antes de tumbarte, echas un pienso ar ganao.

CASTELAR
Está bien. (Aparte y haciendo mutis) (A él sí que le echaba yo un pienso; pero de veneno) (Cada uno de los mozos van echándose por distintos lados. El señor Rafael vase al chozo. Juan Manuel se sienta en el suelo, junto a los haces de espigas que habrá en el foro. Se hace de noche)

MANUEL
(Hablando sobre la música) Sí. ¡Se ha reío de mí! Esa risa me ha hecho mucho daño. Se me ha metió en er corasón. ¿Pa qué la querré yo? ¿Pa qué se lo habrá dicho er señó Rafaé? Pa que yo sufra más ahora. ¡ Mardita risa! En fin..., vamo a dormí. (Se echa en el suelo y aparece Castelar)

CASTELAR
¡Ea! Ahora a dormí. A dormí y a soñá; ¡Quiera Dió que sueñe con mi Amapola! ¡Soñá e viví! ¡Caya! Este me ha tomao la delantera. Ya está soñando. Y soñando fuerte. ¿Qué dise? ¡Consuelo! Está soñando con eya. ¡Ahora e cuando vive! Yo también voy a viví. Pero me voy a viví más lejos. Ahí, detrás der choso. (Vase. En este momento aparece la figura de Consuelo entre los haces de trigo. Vestida como salió en la última escena)

MANUEL
(De rodillas) ¡Eya! ¡Señorita Consuelo! Sí. Míala: ¡Qué alta está. Paese una virgen. (Consuelo rompe a reír) ¡No! Eso, no. Reírse, no. Reírse de mi cariño, nunca. ¡La mato!
¡La mato! (Se acerca al chozo, coge una escopeta que habrá colgada en la puerta y dispara. En este momento desaparece la figura y comienzan a salir todos los trabajadores, asustados)

JOSE
¡Ha sonao un tiro!

CASTELAR
Sí, sí. Un tiro.

RAFAEL
¿Qué ha pasao?

MANUEL
¡Na! ¡He sío yo! Yo, que acabo de matá a la señorita.

RAFAEL
¿Pero qué estás disiendo?

MANUEL
¡Sí! ¡Ahí está! Entre las espigas.

RAFAEL
(Aparte) (¡Se ha vuerto loco!)

MANUEL
¡Era mu mala! ¡Mu mala! Y ahora, ¡a la sierra! ¡A vivir solo! ¡Solo!

JOSE
¡Ven aquí, Juan Manué!

CASTELAR
¡Quita, no te aserques!

RAFAEL
¡Déjalo, que está loco!

MANUEL
Sí, sí. ¡A la sierra! ¿Sabes? ¡No quiero ve a ninguna mujé! Toas son mu falsas. ¡No quieras a ninguna, José! ¡A ninguna! ¡Son mu malas!

(Cantando)
Desde niño quiero
a una trianera.

(Vase cantando. Todos quedan asustados, viéndole marchar, y cae el


TELON


ACTO SEGUNDO


CUADRO PRIMERO

La escena representa un pintoresco arrabal de Campo del Río. En ambos laterales, grupos de casas viejas. Las dos del primer término, izquierda y derecha, con puertas practicables. Al fondo se verá el río.
Al levantarse el telón, Carmelita y Rosario se encuentran fregando cacharros en el arroyuelo que figura por delante de las casas. El señor Rafael y Amapola están comiendo a la puerta de la suya, en una mesita pequeña.

CARMELITA
Por curpa de tu queré
he perdió la alegría
y las ganas de comé.

AMAPOLA
¡Eso! ¡Eso e lo que me pasa a mí

RAFAEL
¡Mardito sea el amó, y mardita sea la má!

AMAPOLA
¡Ay! ¿Qué será esto que yo tengo?

RAFAEL
Pero, ¿qué es lo que tienes tú, chiquiya?

ROSARIO
Amarilla y con ojeras;
no la preguntes qué tiene:
que está queriendo de veras.

AMAPOLA
¡Eso! ¡Eso e lo que me pasa a mí!

RAFAEL
Lo que a ti te pasa..., pasa por lo que pasa. (Levantándose encarándose con las dos mocitas) ¡Niñas! A ve si os dais prisa, que os estarán esperando con los cacharros.

CARMELITA
No tenemo prisa, señó Rafaé.

ROSARIO
Pero si a usté le molesta, nos vamo.

RAFAEL
Sí, sí. Iros yendo poquito a poco, pero deprisa. Y aprendé otras copliya que no sean de amó, que esas ya son mu viejas.

CARMELITA
Hasta luego agüelo.

ROSARIO
¡Qué se alivie la «Dama de las Camelias.»! (Vanse riendo)

AMAPOLA
¡Ay, qué desgrasiaíta soy!

RAFAEL
Tú no quies comé, pero yo me voy a comé a uno.

AMAPOLA
Pero, tío, ¡por Dios! Si e que no tengo gana ni de cogé la cuchara.

RAFAEL
Pos va a comé a la fuersa. ¡Abre la boca! (Le da una cucharada, y ella comienza a fingir que le dan nauseas) A ver quién puede má. Abre la boca otra ve. Y asina, hasta que se te
abran las ganas.

AMAPOLA
Pero, tío, si e que no me pasa de aquí. (Señala la garganta)

RAFAEL
De aquí (Al corazón e de donde no te pasa. ¡Paese mentira que te vea así por un granuja!

AMAPOLA
¡Si usté supiera lo que es el amó!... Usté no se ha enamorao nunca, ¿verdá?

RAFAEL
¡Nunca! ¡Ni Dió lo quiera!

AMAPOLA
Es extraño. Con tantas mujeres como hay...

RAFAEL
Ya lo sé. Las mujeres están a patás. Pero yo no me molesto ni en subí la pierna. No he tenío relasiones mas que con una, y fue lo bastante pa comprendé lo que da de sí el amó. A punto estuve de casarme con ella.

AMAPOLA
¿Y cómo no se casó usté?

RAFAEL
Porque eya quería casarse de prisa y corriendo Y yo no. Yo, de casarme, hubiá sío, si acaso, por la homeopatía ¡Me asusta er matrimonio!

AMAPOLA
Pos yo he oído desí que er matrimonio e conveniente hasta pa la salú. Y que los hombres casao viven má que los sortero.

RAFAEL Lo que pasa e que se les hase er tiempo má largo. Yo lo que sé e que hay más viuda que viudo. (Aparece la señá Gabriela, que sale de su casa con cesta al brazo. Es una vieja de aspecto simpático, madre de José y Juan Manuel)

GABRIELA
De seguía vengo, Juan Manué.

RAFAEL
¿Cómo está ese hombre?

GABRIELA
Está mejó. Y si se saliera de casa, que le diera el aire ya estaría hueno der too.

RAFAEL
¿Y por qué no sale?

GABRIELA
No quiere que lo vean. Dise que se van a reí de él. ¡Ya ve oste qué manía!

RAFAEL
¿Quién se va a reí? Ar contrario. Lo que a él le pasa le pasa a muchos y a muchas. A mi sobrina le está pasando! Solo que esta, en lugá de perdé la cabeza, como Juan Manué va a perdé el estómago. Y e que no tien medía pa las cosas der queré...

GABRIELA
Tié usté rasón. Este hijo mío, irse a enamorá de la señorita Consuelo...

RAFAEL
Y meno ma que cuando lo der tiro estaba como soñando, y le dio por tira a la espigas.

GABRIELA
¡Dichosas espigas!... No se le van der pensamiento. Durante la enfermedá no desía otra cosa: «¡Se ríe!, Se ríe! ¡Las espigas! ¡Las espigas!.» Mi Juan Manué acabará por vorverse loco.

RAFAEL
Eso creo yo.

GABRIELA
Er méico dise que no hay cuidao. Que no ha sío ma que una crisis nerviosa.

RAFAEL
Pamplinas, señá Gabriela. Lo de Juan una Manué no e crisi. ¡Sabré yo lo que e una crisi!... A su hijo de usté, aparte lo chalao que está por la señorita, lo que le ha acabao de trastorné ha sío la curtura. ¡Con lo bien que marchaba con la agricultura! Ya verá usté en cuanto sarga otra ve ar campo a trabajá, sin ocuparse de escrituras ni lertura, cómo se pone güeno. El aire y el só, son las medisinas que le han de curá.

GABRIELA
Y esas son las que yo le digo que tome; pero como si no. No hay quien le haga salí de casa. Hasta luego, señó Rafaé. (Vase)

RAFAEL
Adió, señá Gabriela. ¡Pobre mujé! No sabe lo que le ha caío ensima. (Acordándose, de pronto, de su sobrina, y mirándola) Por supuesto, que a mí también me ha caío lo mío. ¡Mardito  sea er queré, y el amó, y er cariño, y er...! (No sigue la frase, pues se oye cantar a Castelar, que llega)

CASTELAR
(Dentro) Cada ve que paso y miro...

AMAPOLA
¡Ay, Dio mío! ¡Esa vo! ¡Es él! ¡Castelá!

RAFAEL
No nos fartaba mas que éste ahora.

CASTELAR
(Entra en escena, cantando)
Cada ve que paso y miro...

Bueno día.

AMAPOLA
(Fingiendo que la da un ataque y cayendo en brazos del señor Rafael) ¡Ay, tío! ¡Ay, tío! ¡Yo me pongo mu mala!

RAFAEL
Pero, chiquiya. ¿A qué viene usté aquí? ¿No le tengo dicho que no ponga los pié en esta caye?

CASTELAR
La caye no es de usté. Ademá, yo no vengo a esta caye a verle a usté ni a su sobrina. Vengo a ve a mi amigo y compañero Juan Manué.

RAFAEL
Pues ya te estás quitando ahora mismo de mi vista.

CASTELAR
Como las balas. No se vaya usté a creé que yo...

RAFAEL
¡Que te vaya, home!

CASTELAR
Que ya voy. (Aparte) (¡Qué bien se desmaya! (En la puerta de casa de Juan Manuel) Vaya una niña con masa grí) (Mutis)

RAFAEL
(Dando aire a Amapola con el sombrero) ¡Amapola! ¡Chiquiya! Vuerve .en sí, que ya se ha dío. Na. Que se me ha privao. (La deja sentada en una silla, coge el botijo y comienza a echarla agua por la cabeza) ¡Y que no es fresco er niño!

AMAPOLA
¡Ay, qué frescura! ¡Ay! ¡Paese que ya se me va pasando!

RAFAEL
Pero güeno, ¿e que tú te has propuesto morirte y quitarme a mí la vía?

AMAPOLA
Tío, perdóneme usté. Pero no lo puo remediar. En cuanto lo veo, me pasa una cosa por too er cuerpo... ¿Ha visto usté qué guapo e?

RAFAEL
¡Eso qué va a sé guapo! Si eso e una rana con sombrero ancho.

AMAPOLA
¿Una rana? ¿Ha dicho usté una rana? No diga usté eso, que me va a da argo. Diga usté que e mu guapo.

RAFAEL
Sí, hija, sí. Presioso. Un serafín.

AMAPOLA
¡Y qué andaré! ¿Ha visto usté qué andaré?

RAFAEL
Sí, hija, sí. Anda mu bien. ¡Anda! Anda pa casa.

AMAPOLA
Bueno, tío. Esto no pué seguí así. O me deja usté que me suiside, o me mete usté en un convento.

RAFAEL
Mira, niña. Me estás poniendo de una manera, que me vi a buscá una perdisión. De forma que has lo que te dé la gana. Habla con é. Regaña con é... Y ayá tú con é... La cosa e que yo puea viví tranquilo. Y que yo te vea como antes. Comiendo y bebiendo, y con bueno colore. Porque si tú te mueres..., ¿qué vi a hasé yo en er mundo?

AMAPOLA
Grasias, tío. Usté e el único que me quiere de verdá. (Aparte) (Voy a apretá las clavijas) Porque ahora que se ha puesto usté a buenas le tengo que confesé una cosa. Que ese granuja... Porque me ha resultao un granuja... Sabrá usté que se ha echao otra novia y a mí me despresia. Por eso me he desmayado al verlo.

RAFAEL
¿Pero qué dise? ¿Qué te ha despresiao a ti? Ahora va a sabé ese niño quién soy yo. Ese se casa contigo la semana que viene.

AMAPOLA
¡Eso, eso! ¿La semana que viene?

RAFAEL
Estate tranquila. Y ya pues empezá a comé.

AMAPOLA
¿Qué va usté a liase, tío?

RAFAEL
Tú, déjame a mí. Coge estos chirimbolos y mételos dentro. Yo voy a darme una vuerta por ahí. A refrescarme un poco. Amos, hombre. ¿Despresiá a mi sobrina? No sabe ese niño lo que ha hecho. (Vase)

AMAPOLA
Ahora sí que está arreglao. Estaré al cuidao pa cuando sarga Castelá prevenirle de lo que pasa. ¡Pero qué lista soy! (Vase con la mesa y demás cacharros. De casa de Juan Manuel
salen Castelar y José)

CASTELAR
Adió, Juan Manué". Y' me alegro de que estés mejó.

JOSE
¿Has visto cómo se ha quedao mi hermano?

CASTELAR
Como que ha sío un ataque de locura...

JOSE
Y menos ma que no ha perdió la cabesa...

CASTELAR
Lo que hase er, cariño...

JOSE
Er cariño y las lesiones de escritura. Lo digo porque, chico, a mí eso de los estudio me vuerve loco. Amo, que ca ve lo entiendo menos. Yo creo que pa eso de los estudio hay que nasé.

CASTELAR
Sí, e verdá. Tú no has nasío pa eso. Tú has nasío pa er campo. Pa ir detrás der ganao.

JOSE
Pa eso, sí. En eso, trabajo como una ínula. En cambio, pa los esíudio soy un borrico. Ya ve ¿ú er tiempo que yevo escribiendo, pues ca ve me hago más lío con las letras. Hay una que no me entra ni a tiro. ¿Sabe cuá e? ¡La hache! Esa letra que se escribe y no se pronunsía. Que e lo que yo digo: Señó, ¿si no se pronunsía ¿pa qué se escribe?

CASTELAR
No se pronunsía. Pero se aspira.

JOSE
No me convenses. Esa e una letra vaga. Una letra que está metía entre las demás y toas trabajan y eya huerga.

CASTELAR
Huerga es con hache.

JOSE
¿De móo que en huerga se aspira?

CASTELAR
Se aspira a ganá má.

JOSE
Pué yo ca vé lo entiendo meno. Como que le voy a desí a la señorita que me deje por imposible, pero que me deje. (Amapola se asoma a la reja)

AMAPOLA
¡Castelá!

CASTELAR
Caya. Vete y déjame solo. Que e mi novia. ¿Qué hay, chiquiya?

AMAPOLA
¡Muchas cosas! ¡Muchas cosas! Espera, que sargo en seguía.

JOSE
Güeno, pues... Pues ahí sus quedáis. Oye. La palabra «ahí» es sin hache, ¿verdad?

CASTELAR
Hombre, según el ay que sea. ¡Ay! , que me duele, es sin hache. Y ahí le duele, es con hache.

JOSE
Güeno. ¿De modo que cuando te duele a ti es sin hache, y cuando le duele a otro es con ella?

CASTELAR
Sí, hombre, sí. (Sin hacerle caso)

JOSE
¿De moo que hay varios ays? Porque si yo digo ¡ay!, ese ay... ¡Ay, mí mare qué lío! Pero qué lío más grande. (Vase)

AMAPOLA
(En escena) Aquí me tienes.

CASTELAR
Oye, ¿y tu tío?

AMAPOLA
¿Mí tío? Bueno está mi tío.

CASTELAR
¿Qué le pasa?

AMAPOLA
Que me quié casá contigo la semana que viene.

CASTELAR
¿Pero tú tío está bien de la cabesa?

AMAPOLA
Y de los pie. Lo digo por si te da con arguno. Tú no sabe lo cambiao que está, grasia a mí. ¡Como que soy mu lista!

CASTELAR
Cuéntame, chiquiya, cuéntame.

AMAPOLA
Verá. Después del desmayo ese que tú has visto, le dije, que una de dó: o me metía monja o me suisidaba. Y er pobresiyo, ya desesperao, me dijo que consentía en que siguiera hablando contigo.

CASTELAR
¡Olé las mujeres queriendo!

AMAPOLA
Espera, que farta lo mejó. Yo, por si eso me lo había dicho por cumplí o por consolarme, le dije entonse que tú me habías despresiao por otra, y ¡chiquiyo, cómo se puso!—«¿Despresiá a mi sobrina? ¡Lo mato! Ahora se va contigo a la juersa; Y se va a casá la semana que viene.» —¿Qué te parese?

CASTELAR
La verdá. Que eso de casarno la semana que viene...

AMAPOLA
Lo dejaremos pa la otra.

CASTELAR
Si la cosa e que yo hasta dentro de seis o siete años no puo casarme.

AMAPOLA
¿Por qué?

CASTELAR
Porque nesesito asegurarme un porvení.

AMAPOLA
De toas maneras, le pies mi mano, y así ya la ties cogía.

CASTELAR
Si tu mano la cojo yo s n pedirla. (La coge la mano y la abraza)

AMAPOLA
Y lo que no e la mano. No sabe hablá sin cogé argo.

CASTELAR
E que pa hablá contigo hay que agarrarse. ¡Ay cómo me tienes, Amapola!...

AMAPOLA
¡Y cómo me tienes tú a mí!

CASTELAR
Si e que hay cosa que las está uno tocando y le paesen mentira.

AMAPOLA
Suerta, home, suerta.

CASTELAR
Oye. ¿Y qué le digo yo a tu tío si se empeña en casarnos tan pronto?

AMAPOLA
¡Tú te las entenderás con él!

CASTELAR
Me párese que no nos vamos a entendé.

AMAPOLA
¿De moo que ahora resulta que lo he estropeao?

CASTELAR
No, mujé. Estropearlo, no. Lo que pasa e que yo lo que quería era que nos dejase hablá.

AMAPOLA
Hablá y tocá. ¡Pero eso se va a acabá!

CASTELAR
(Aparte) (Ya se ha enfadao) Bueno, chiquiya, me voy que tengo mucho que leé.

AMAPOLA
¿Te va también de viaje?

CASTELAR
Sí. Esta tarde me voy a Roma.

AMAPOLA
Pues dale recuerdos &r Papa.

CASTELAR
¿Me da argo pa el camino?

AMAPOLA
Ya no te doy na hasta que estemos casaos. De moo, que hasta la semana que viene.

CASTELAR
¡Adiós, mujé!

AMAPOLA
(Volviéndole la espalda) ¡Felí viaje!

CASTELAR
(Aparte) (Esta niña lo ha estropeao too. Porque ahora el tío me obligará a casarme en seguía. ¡Valiente tío!) (Vase)

AMAPOLA
¿Qué les pasará a los hombres que se asustan na má oí hablá de casarse? Si fuá al revés... (Vase a su casa. Aparece la señá Gabriela, acompañada de Consuelo)

GABRIELA
Pase usté, señorita, pase usté.

CONSUELO
No. Muchas gracias, Gabriela. Ya sé que Juan Manué está mejó.

GABRIELA
Sí, señorita. Ya está mu bien. Pero se alegraría tanto mi hijo de verla... ¿Quiere que entre a desirle que está usté aquí?

CONSUELO
No, no. Déjelo. Me voy. Tengo prisa.

GABRIELA
Si en seguía sale. Aspérese usté. Na má un momentiyo. ¡Que la vea! ¡Se alegrará tanto Juan Manué! ¡Juan Manué! (Vase corriendo y llamándolo)

CONSUELO
¡Pobresiyo! ¡Y pensá que yo tengo la curpa de su desgrasia! (Aparece Juan Manuel)

MANUEL
Yo lo siento, señorita Consuelo. Pero no pueo olvidarla. Siempre estoy pensando en usté. Anoche mismo he vuerto a tené otra pesadilla. Ha sío un sueño tan raro... Ascuche usté...
Soñé que estaba en er campo,
un campo de oro y de fuego,
cuando empesó a levantarse
un huracán tan tremendo,
que eché a volar como un pájaro.
Y según miraba er suelo,
veía que los trigales
iban, como yo, subiendo.
quise hablá, y las palabras
no me salían del cuerpo.
De pronto se puso er so.
Se oscuresió por completo,
y al mismo tiempo queóse
toa la tierra en silensio.
Conque, en esto dio un relámpago
que a poco me deja siego
y a la luz que iba dejando
distinguí un hombre a lo lejos,
que talmente paresía
a Jesús de Nasareno.
Conque va y empesó a hablarme
como dándome consejos:
«¿Sabes escribí?.», me dijo,
y yo, temblando de miedo,
le contesté : «Sé muy poco;
yo no pude ir al colegio.
Pero ahora me está enseñando
una mujé, y prometo
sabé leé de corrió
y escribí en poco tiempo.»
«Pues mira, me dijo entonse,
no te pares un momento
sigue volando y verás
dos luses, ayá a lo lejos.
Al verlas, gritarás ¡Gloria!
Pones los brazos abiertos
y te guardas con cuidao
lo que veas, que es un premio
que yo quiero consederte
por ser aplicao y bueno.»
Desaparesió la imagen.
Eché a volá más ligero
y aseguía vi las luses
que me dijo el Nasareno.
Dije ¡Gloria ! Abrí los forasos
y empesé a sentí un peso,
y una angustia, y un caló
que me abrasaba to er cuerpo.
Conque eché a volá pa abajo
y, según bajaba, veo
que yevaba entre los forasos
dos estreyas, nada menos.
Me las guardé entre la blusa
y según iba disiendo
por lo bajo: «Pues, Señó
¿Pa qué me sirve a mí esto?.»,
noto que estoy ya en la tierra
y que había parao er viento.
Entonse, ya más tranquilo,
meto la mano en er pecho;
saco con mucho cuidao
lo que yevaba, y me encuentro
¡que eran sus ojos de usté
las dos estreyas der sielo!

CONSUELO
Está bien. Está bien. Meno mal que no has vuelto a soñá que me reía de ti.

MANUEL
¿Verdá, señorita Consuelo, que usté no se ha reío de mi cariño?

CONSUELO
Ya te lo he dicho. Yo seré más buena o más mala; pero coqueta no lo he sío nunca. Yo no juego con el corasón de ningún hombre; agradesco mucho que me quieran, pero nada
más.

MANUEL
Entonse, ¿usté me agradeserá que yo la quiera?

CONSUELO
¡Mucho! Lo que siento e no podé correspondé a tu cariño.

MANUEL
Ya lo sé. ¡Pobre de mí! Quise poné mi cariño demasiao arto.

CONSUELO
Pues a pensá en otra, Juan Manué. Por desgrasia, hay muchas mujeres en er mundo que estarán deseando que las quieran como tú sabes queré. Busca una que pueda corresponderte y ya verá cómo acabas queriéndola, y quisá más que me has querío a mí.

MANUEL
Más que a usté e imposible. Ya sé que pa mí no ha de sé. Pero yo la querré siempre.

CONSUELO
El tiempo lo borra tó.

MANUEL
¡Dio lo quiera!

CONSUELO
Adió, Juan Manué.

MANUEL
Adió, señorita Consuelo. (Se quila la gorra)

CONSUELO
(Aparte, haciendo mutis) (¿Porqué no me querrá así quien yo quiero que me quiera?) (Vase)

MANUEL
(En la puerta de su casa) (¡Que la orvíe! ¡Que ponga mi queré en otra!... ¡Imposible! ¡Imposible!) (Vase. Aparece el señor Rafael, que trae a Castelar cogido por las orejas)

RAFAEL
¡Venga usté acá, so presumió! ¡So orgulloso!

CASTELAR
Señó Rafaé, que me hase usté daño.

RAFAEL
Más daño me has hecho tú con despresiá a mi sobrina. ¿Pero quién te has creío que eres tú? ¡So apoliyao! ¡Que no vales tres cominos!

CASTELAR
Si no me deja usté hablá.

RAFAEL
¡Habla, home, habla!

CASTELAR
Lo primero que tengo que desirle, e que usté fue er que me despresió a mí. Acuérdese de lo que le dijo a Amapola: «No quieo verte más hablando con ese granuja.». ¿De dónde saca usté que yo soy un granuja? Yo soy mu desente y mu educao.

RAFAEL
Sí, home, sí. (Aparte) (Le daremo coba)

CASTELAR
Y ademá, soy bastante ilustrao, como usté sabe, y me espera un gran porvení.

RAFAEL
¿Va a estudiá pa canónigo?

CASTELAR
No, señó. Pero sepa usté que este invierno me voy a Seviya colocao.

RAFAEL
¿Tú colocao? ¿De qué?

CASTELAR
Pues voy de botones a una sastrería.

RAFAEL
¿Entonse va a casa de tu tío, er sastre?

CASTELAR
Sí, señó.

RAFAEL
Oye, disen que e mu rico.

CASTELAR
Como que anunsia la sastrería en biyetes der Banco y los reparte gratis por las caye.

RAFAEL
Pues cuando se muera ¿cogerás buena herensia?

CASTELAR
Si se le mueren los hijo...

RAFAEL
¿Cuántos tiene?

CASTELAR
Onse. Y toos varones. Y muy buenos mosos. Toos han servío al rey.

RAFAEL
¿Entonse por eso pone tu tío en la satrería «Provedó de la Real Casa.»?

CASTELAR
No, señó. Eso e porque vistió a los cocheros de Palasio una ve que estuvo er rey en Seviya.

RAFAEL
¡Ah! Vamos, ya comprendo.

CASTELAR
(Aparte) (¡Qué bruto e!)

RAFAEL
Güeno, ¿y de mi sobrina qué hay?

CASTELAR
Pues no hay na. Lo que ya le he dicho. Que como usté la prohibió que hablase conmigo, pues yo..., lo que pasa..., hablo ya con otra.

RAFAEL
¿Tú con otra? Tu no pues hablá ma que con mi sobrina. ¿Te enteras? Y hablá muy poquito. Porque la semana que viene estás tú ya casao.

CASTELAR
¡Pero eso e un atropeyo!

RAFAEL
Lo que tú quieras.

CASTELAR
Mire usté que yo no tengo ná... preparao pa casarme.

RAFAEL
Te casas con lo que tengas. ¿Tú no tienes na ahorrao?

CASTELAR
¡Yo que vi a tené! Y a su sobrina le pasará lo mismo.

RAFAEL
De eso hay mucho que hablá. No te vaya tú a creé que mi sobrina va ir desnuda. Eya irá ar matrimonio sin fartarla de na. Que pa eso tengo yo mis ahorros y pa eso la quiero como a una hija.

CASTELAR
¡Ah! Pero usté... (Acción de dinero)

RAFAEL
Naturalmente. Sortero..., sin visió ninguno..., siempre trabajando... Pues tiene uno que tené sus pesetiyas.

CASTELAR
Oiga, señó Rafaé. Puesto que vamo a sé de la familia, dígame usté, en confiansa: ¿cuánto dinero tiene?

RAFAEL
(Aparte) (Ahora se desmaya este desgrasiao) Pues tengo... tres mil duros y pico.

CASTELAR
(Sintiéndose desvanecido) ¡Mi mare!

RAFAEL
¿Qué te pasa?

CASTELAR
¡Aire, señó Rafaé, aire! ¡Aire a arreglá los papeles, que me quiero casá en seguía!

RAFAEL
¿Qué te párese la cantidá?

CASTELAR
Un porvení. ¡Tres mil duros! ¡Mi tío! Bueno, desde ahora usté no e er señó Rafaé. E don Rafaé.

RAFAEL
E iguá. Yo lo que quiero, pa que mi sobrina se quee tranquila, e que inmediatamente la des una prueba de tu cariño.

CASTELAR
Toas las pruebas que usté quiera.

RAFAEL
Pues mira. Pa que vea que te gastas er dinero con eya, la va a regalá un presente: Una sortija, un relojito de esos de pursera...

CASTELAR
Si eya no entiende la hora.

RAFAEL
Pero ve que te has gastao los cuartos.

CASTELAR
Misté, señó Rafaé. Yo la prometo darla una prueba que va a sé más soná que el reló.

RAFAEL
¿Pero será pronto?

CASTELAR
En seguía. Ahora mismo voy a prepararlo too. Dentro de un rato me tendrá usté aquí a darle a Amapola esa prueba de cariño, y después de la prueba, tendré el honó de pedirle la mano de su sobrina, y usté me dará la mano por su propia mano. Beso a usté la mano. (Hace una reverencia, y vase)

RAFAEL
Adió, hombre. Este será lo que quiera, pero tié educasión. Las cosas, en su lugá. Y, además, hay que ve lo infelí que e. ¡Miá que creerse que yo tengo tres mil duro!... Si yo uviá tres mil duro, pronto iba a casá a mi sobrina con un botones, que no tié un botón... (Vase a la casa. Aparecen Juan Manuel y la seña Gabriela)

GABRIELA
¿Qué, por fin vas a salí?

MANUEL
Sí, mare. Voy a da un paseo. Paese que me encuentro más animao.

GABRIELA
Desde que has visto a la señorita Consuelo. ¿verdá?

MANUEL
Si, señora. Me paese que soy otro.

GABRIELA
Te veo mu contento

MANUEL
Mucho mare. Más que na, porque el hablarla de mí queré no se ha reío. Al contrario. Paresía que se le sartaban las lágrima. E mu buena, mare, e mu buena. Er que no se me va der pensamiento es él.

GABRIELA
¿Quién es é, hijo mío?

MANUEL
Er señorito Luis. Tengo momentos, que lo buscaría pa matarlo.

GABRIELA
¡Hijo mío, por Dios!

MANUEL
Sí, mare; sí. ¡Le odio con toa mi alma! ¡Si no fuera por usté...! Pero esté tranquila. ¡La quiero a usté tanto, agüeliya!

GABRIELA
¡Hijo mío! (Se abrazan, y aparece José)

JOSE
Ya estás como siempre. Dando la coba a mare. Si tanto la quieres, ¿por qué le has dao er disgusto que le has dao? Sabrás que don Fernando se ha despedido de la casa. Y lo peó e que me van a despedí a mí también. ¡Y too por se tú un cabesota! ¡Miá que enamorarse  de una señorita un pobre como tú!

GABRIELA
¿Lo quies dejá en paz?

JOSE
No me da la gana. Que siempre le está usté defendiendo a é. ¡Claro! Como que le quiere más que a mí.

GABRIELA
¡Eso no es verdá! Os quiero a los do lo mismo. Lo que pasa es que Juan Manuel es más güeno que tú. Tú sí que me das disgustos con tu genio y con tus cosas...

JOSE
Güeno, mare. Hemos terminao. Yo nunca tengo rasón. Hasta que un día me canse, y entonse se va a armá aquí una...

MANUEL
¿Qué va a hasé?

JOSE
¿Qué voy a hasé? Irme mu lejos. Me voy a dí aunque sea a Rusia, con los somier. A vé si ayí hay... (Aparte) (Este sí que no sé si tiene hache)

MANUEL
El que va a dí de vera vi a sé yo. Yo no pueo está en este pueblo. Hasta luego mare. (Vase)

GABRIELA
¿Por qué eres así, José? ¿No te da lástima de tu hermano? ¿No ve lo que está sufriendo? ¿Qué curpa tiene er pobre de queré a una mosita que no pué ser pa é? Si te pasara a ti, estaría yo yorando, lo mismo que yoro por tu hermano.

JOSE
Eso sí e verdá. Si e que se me ha dio la lengua, mare.

GABRIELA
Siempre has de. sé er mismo. (Vase a la casa)

JOSE
Eso sí e verdá. Soy un bruto, no lo pueo remediá. Ahora me da lástima de haberle dicho lo que le he dicho. Como que no se lo debía haber dicho. ¡Mardita sea mi vía! Me daba asina de gofetás. (Dándose golpes y echándose mano a la cara y quejándose) ¡Ay! Este sí que es con hache, porque me duele a mí. (Vase a la casa y aparece el señor Rafael, muy contenío)

RAFAEL
Güeno. Está mi sobrina loquita de alegría. No hase má que comé y cantá. Y er caso e que a mí me pasa lo mismo. Estoy má contento... (Comienzan a oírse, lejos, las guitarras) Pero ¿qué es eso? Paese que se oyen guitarras. ¿Será Castelá? Sí. El e. Viene a rondá a mi sobrina. Se conoce que esta e la prueba que le va a da. ¡Música! Este no e capá de gastarse una perra chica. Pero, en fin. Es hombre de palabra. Voy pa dentro, pa dejarle libre er campo. (Vase. Castelar y varios mozos, con guitarras)

AMAPOLA
(En la reja) Muchas grasias, Castelá.

CASTELAR
¿Estás contenta?

AMAPOLA
¡Loca de alegría!

VERDERON
Ahí te queas.

CASTELAR
Esperá un poco, que ahora voy yo. (Se alejan los mozos tocando, y siguen oyendo las guitarras hasta que cae el telón. Salen a escena el señor Rafael y Amapola)

RAFAEL
Ven acá, futuro sobrino. (Le abraza) Dale la mano. Amapola, que ya se la he consedío.

AMAPOLA
Ahí la tienes.

CASTELAR
Grasia, señó Rafaé. Y que coste que esta mano se la había pedio a usté antes de sabe lo de lo tres mil duros.

RAFAEL
Y que coste también que yo te la he dao. (Aparte) (Pero que te la he dao con queso, ¡soo primo!) (Siguen oyéndose las guitarras, que se alejan, y cae el telón)


CUADRO SEGUNDO

La escena representa un patio, estilo andaluz, en casa de don Fernando.

Al levantarse el telón, se encuentran en escena Consuelo, Doña Dolores, Amapola, Carmelita, Rosariyo, Don Fernando, el Señor Rafael, Castelar, Caniyas, Ronquillo y varios amigos y amigas de la casa. Están celebrando el santo de Consuelo, y hay gran alegría. Dos de las muchachas acaban de bailar y todos aplauden.

DOLORES
Anda, Castelá. Y tú, Caniyas, serví a los invitaos (Canijas y Castelar sirven vino y dulces)

CASTELAR
(Sirviendo a Amapola) La primera caña pa ti.

AMAPOLA
(Enfadada) Te la bebes tú.

CASTELAR
¿Qué te pasa, mujé?

AMAPOLA
Que no quieo hablá contigo.

CASTELAR
(Aparte) (Esta niña me estropea el porvení) Ahí va, tío Rafaé. (Le daremos coba)

RAFAEL
Venga. Que voy a brindá.

CASTELAR
¡Silensio! Que va a brindá mi tío.

RAFAEL
¡Señores invitaos! Esta e la última caña que voy a bebé y va a sé a la salú de la señorita Consuelo, a la que deseo que deseo que cumpla muchos con salú. A la salú de toos ¡Curtura y Agricurtura! (Bebe)

AMAPOLA
(Aparte) (¡Josú, cómo está mi tío!)

SAGRARIO
Oye, Consuelo Y a tu novio, ¿qué le ha pasao?

CONSUELO
Hija, no lo sé. Me dio palabra de vení a felisitarme; pero, por lo visto, no se acuerda del santo e mi nombre. Ni siquiera una mala postal.

SAGRARIO
Debe de estar mu ocupao.

CONSUELO
Se conose que sí.

RAFAEL
(Aparte) (Si supiera esta gente lo que yo sé... Pero no quieo hablá...)

FERNANDO
A vé si le ha ocurrío arguna cosa.

CONSUELO
¡Qué le va a ocurrí! Estará por Seviya, de juerga y ni siquiera se acuerda que estoy yo en el mundo. En fin allá él La cosa no e para morirse de pena. Ademá, hoy e mi santo y quiero está muy alegre ¡Rafaé! Coja usté la guitarra, que voy a cantá.

RAFAEL
¡Olé ahí las señoritas flamencas! Vamo a vé (Canta Consuelo)

RAFAEL
Es usté una señorita que lo mismo sirve para un fregao que pa un barrio. Y me voy a bebé la última caña a su salú. (Bebe) (Si supieran lo que yo sé... Pero no pueo hablá) Es desí; sí que vi a hablá. ¡Señore! Voy a hablá.
'
FERNANDO
¿Va a brindá otra ve?

RAFAEL
No, señó. Vi a desirle una cosa, que pué que les interese. Ustés que saben tanto de letras, seguramente no han leío una cosa que he leío yo. A vé si es verdá eso de la curtura (Saca un periódico del bolsillo y se dispone a leer. «Yendo de... yendo de...» Oye, Castelá, sigue tú, que lees más seguío.

CASTELAR
«Yendo de juerga, en compañía de dos amigas, a la Venta Real de Antequera, el conocido y simpático sevillano Luisito Llerena... »

CONSUELO
(Arrebatándole el periódico) A ver. A ver qué es eso.
(Leyendo) «Yendo de juerga, en compañía de dos amigas, a la Venta Real de Antequera, el conocido y simpático sevillano Luisito Llerena, ha sido víctima de una desgracia. El automóvil que ocupaban, y que era de su propiedad, chocó contra un árbol, resultando nuestro amigo con varias erosiones, por fortuna leves, y con heridas de bastante gravedad una de las citadas amigas...»

DOLORES
¡Pobre Luis!

FERNANDO
Ese loco se va a matá un día.

CONSUELO
¿Qué dise usté a esto, pare?

FERNANDO
¿Qué quieres que te diga?

CONSUELO
¿Y este es el hombre que se va a casá conmigo? ¡Esto se ha acabao! ¿Lo oye usté? Concluido pa siempre. ¡Hay que ve! Tirando mi cariño entre esas mujeres.

FERNANDO
Sí, hija, sí. Tienes rasón.

CONSUELO
Así está él.

RAFAEL
Dise mu bien la señorita. De casarse, con un hombre que sepa quererla y que tenga salú. Er señorito Luí, y que me perdone su ausensia, es una birria. Siempre está que si el carbonato, que si el seyo de ayer, que si la pirina. ¡Una birria! La mitá de años tié que yo, y ya gastas gafas, tié los dientes postisos, se le está cayendo er pelo... No se pué corré tanto. Yo siempre he dio mu despasio. Así estoy yo. Con sesenta años y con too er pelo. ¿Por qué? Porque yo no hecho canas al aire.

AMAPOLA
(Aparte al señor Rafael) (Tío, que está usté hablando mucho)

RAFAEL
(Idem a Amapola) (No soy yo. Es er vino)

FERNANDO
Mañana mismo voy yo a Seviya y verás tú lo que le voy a desí a ese niño.

CONSUELO
Ni usté va a Seviya, ni usté vuerve a hablá con Luis. Mis relasiones con él se han terminao. ¡No me caso! ¡No me caso y no me caso! Y no hablemo más de este asunto, que no merese ese hombre que yo me ocupe de él.

RAFAEL
¡Mu bien dicho! Señores, ¡aquí no ha pasao na!

CONSUELO
Eso, lo que dise Rafaé. ¡Aquí no ha pasao na!

SAGRARIO
Bueno, pues nosotras nos retiramo.

CONSUELO
¿Qué prisa yeváis?

ROCIO
Adió, mujé. Y que se arregle lo de tu novio.

LOLIYA
Adió, Consueliyo.

ENCARNA
Adió, chiquiya. Y felisidades.

CONSUELO
Vayan ustedes con Dios. (Vanse los personajes que se despidieron y los criados, quedando en escena solamente Consuelo, doña Dolores, don Fernando, el señor Rafael, Amapola y Castelar)

RAFAEL
Güeno, don Femado. Cuando usté disponga nos retiramo. Prisa, no tenemo.

AMAPOLA
Sí, tío, vámonos. Le veo a usté ma.

RAFAEL
Estoy como los ángeles.

CONSUELO
¿Qué se van ustés a ir tan pronto? ¡Ahí va una caña, Rafaé!

RAFAEL
¡La úrtima!

AMAPOLA
Señorita, no le dé usté más de bebé que le vamo a tené yevá en braso.

RAFAEL
Niña, que no estoy má que alegre. (Aparecen en la puerta José con bártulos de viaje. Después Juan Manuel)

JOSE
¿Dan ustés su permiso? Soy yo, José.

FERNANDO
Pasa, hombre, pasa.

RAFAEL
¿Qué es eso? ¿Te vas de viaje?

JOSE
No, señó. E mi hermano er que se va.

CONSUELO
¿Qué se va Juan Manué? ¿Y dónde?

JOSE
Mu lejo. Ayá pa las Américas.

FERNANDO
¿Pero dónde está tu hermano?

JOSE
Mi hermano... Pos se ha quedao ahí en la puerta.

CONSUELO
¿Y qué hase ahí?

JOSE
Verá osté: Al pasá por aquí pa cogé er camino que va a la estación de Parma del Río, se queó parao y me dijo: «Oye, José : me da no se qué irme sin despedí de los amo. Y yo le dije: «Pues vamo a entrá..» Y él me dijo: «Entra tú primero y les dises si pueo pasá a despedirme de eyos.»

CONSUELO
¡Qué cosas tiene! E1 pué pasá aquí siempre que quiera. (Va hacia la puerta. ¡Juan Manué! Pasa, hombre, pasa. ¿Pa qué eres así?

MANUEL
Con su permiso.

RAFAEL
¿Por fin te va?

MANUEL
Sí, señó. Lo he pensao mejó y me marcho.

CONSUELO
¿Con que nos dejas?

MANUEL
Sí, señorita. Me voy.

FERNANDO
¿Ya qué punto vas?

MANUEL
Voy pa el Brasí.

FERNANDO
A vé si hases suerte, hombre.

MANUEL
Ayá veremo. ¿manda usté argo don Fernando?


FERNANDO
Na, hombre, na. ¡Buen viaje! (Dándole la mano)

DOLORES
Que te sarga too como tú quieres.

MANUEL
Adió, Amapola (La da la mano)

AMAPOLA
Anda con Dió.

MANUEL
Un abraso, Castelá.

CASTELAR
Buen viaje. Ya verá como te gusta er Brasí. Er domingo pasao estuve yo ayí. Y si no fuera porque tengo aseguraro er porvení, me iba contigo.

RAFAEL
(Aparte) (¡Qué infelí! Sigue pensando en los tres mil duro...)

MANUEL
¡Señó Rafaé! (Abrazándole)

RAFAEL
¡Cuánto te voy a echá de meno!...

MANUEL
¡Adió, señorita Consuelo!

CONSUELO
¡Adió, Juan Manué!

MANUEL
¿No tomará usté a má que la escriba arguna carta? En er buen sentío... Contándole los asares de mi vía...

CONSUELO
Al contrario. Me alegraré mucho. Así veré lo que adelantas.

MANUEL
¡Si viera usté las ganas que yevo de trabajá y de aprendé!... A ve si me hago pronto un gran señó y gano muchas pesetas... Está visto que con er dinero se consigue too.

CONSUELO
Según. A veses se consigue má con er cariño.

MANUEL
A mí er cariño no me ha servío pa na. Güeno, señorita. ¡Que Dio la dé mucha salú y que sea usté mu dichosa con el señorito Luí!

CONSUELO
Er señorito Luí ya é dichoso. Y lo seguirá siendo. Pero él solo. Conmigo, va a sé muy difísil. Sí, Juan Manuel. Mosita me dejas y puede que mosita me encuentres si andando los años vuerves por estas tierras.

MANUEL
Sí que vorveré. Aunque no eran esos mis pensamientos. Adió, señorita Consuelo. (La da la mano)

CONSUELO
¡Que tengas mucha suerte! ¡Quién sabe si tu suerte será la mía!

MANUEL
¡Eso e una esperanza!

CONSUELO
Pudiera serlo, Juan Manué.

MANUEL
Grasias, muchas grasias.

JOSE
Anda, Juan Manué, vámono.

MANUEL
Sí, vamo. (Aparte y abrazando a José) (¿Has oído, José? Me ha dao esperansas. ¡Eso e que me quiere! ¡ Me quiere !)

JOSE
(Aparte) (¡Pobresiyo! E mi hermano, pero e un iluso) (Vanse)

CONSUELO
(En la puerta viéndole marchar) ¡Este sí que e como yo le quiero!

CASTELAR
(A Amapola aparte) (Esa e una mujé queriendo)

AMAPOLA
(Idem a Castelar) (Y ese e un hombre viajando. Y no como tú)

FERNANDO
¿Qué has hecho, hija mía? ¿Has tenío való de consentí a ese hombre después de lo que pasó?

CONSUELO
No le he consentío. Lo que le he dicho es lo que pienso. ¡Lo que deseo! ¡Sí, pare, sí! Le esperaré y me casaré con él, porque le quiero. Ya sé que no e un hombre de mi clase. Pero me quiere como no me querrá ninguno.

FERNANDO
¡Estás loca, chiquiya! ¡Puede que te pese algún día!

CONSUELO
(Abrazando a su padre) ¡No, pare, no! ¡Ya verá usté como no pesa !

RAFAEL
¡Qué la va a pesá! ¡Hombres como Juan Manué quedan pocos po er mundo !Y por si acaso, voy a la estación de Parma de Río, no sea que se vaya. (Inicia el mutis. Consuelo sigue abrazado a su padre y cae el



TELON


Información obtenida en:
https://archive.org/details/lasespigaszarzue4122luna

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