Enseñanza Libre (Libreto)

ENSEÑANZA LIBRE



Apropósito Cómico-Lírico en un acto y cinco cuadros.

Libreto de Guillermo Perrín y Miguel de Palacios.

Música de Gerónimo Giménez.

Estrenado con extraordinario éxito en el Teatro Eslava la noche del 11 de Diciembre de 1901.


ACTO UNICO


CUADRO PRIMERO


EL SEÑOR DIRECTOR

Telón corto. Despacho del Director, en un establecimiento libre de enseñanza para la educación de la mujer. En el centro del telón un cuadro grande con las siguientes máximas en letra roja:

¡NIÑAS!

Amad al prójimo.—Creced y multiplicaos

No deseéis el marido de vuestra prójima, habiendo solteros en el mundo

Este mundo es un fandango; la que no baila es tonta.

A la derecha del telón (entiéndase actor), un mapa colgado, y en él en gruesos caracteres, se leen las playas de moda: «San Sebastián, Biarritz, Dieppe, San Juan de Luz, Las Arenas, etc.» Encima del mapa se lee: «Playas de moda.» A la izquierda del telón, retratos de artistas célebres, españoles y extranjeros, en el canto, en el baile, etc. Puertas laterales, primera derecha y primera izquierda. Mesa de despacho a un lado de la escena, y sobre ella tintero, plumas, libros y un grupo grande de yeso de las Tres Gracias. Sillas volantes, etc., etc. Es de día. Un timbre encima de la mesa.


ESCENA PRIMERA

Aparece la escena sola al levantarse el telón, y terminado el preludio, •parecen por la lateral derecha El Señor Director, Don Saturnino y Federico


DIRECTOR
Por aquí, señores, por aquí. Aquí en este salón de espera podremos hablar con más libertad. Tomen ustedes asiento... ¿Qué? No, no hay de qué. (Se sientan) Ustedes dirán en qué puedo serles útil. Estoy completamente a su disposición, aunque les suplico la brevedad, porque mis ocupaciones y mis Pero nada, pueden ustedes hablar cuanto gusten, advirtiéndoles, que mi deseo es sólo servirles y complacerles y escucharles... Vamos a ver... ¿Y de qué se trata? ¿A qué debo el honor de esta visita, tan agradable para mí?... Hablen, señores, hablen. Estoy a sus órdenes. ¿Cara qué estoy yo aquí? Para eso... Para recibir al público, que viene a honrar mi establecimiento... Conque, decían ustedes que una niña, una adolescente, un capullo de rosa, como si dijéramos, porque una mujer de quince a diez y seis años, que es lo que vendrá a tener la joven de que se trata, es un capullo, un capullo, nada más que un capullo... No digan ustedes que no... En fin, soy todo oídos.

SATURNINO
(Aparte) Y todo lengua... (Levantándose) ¿Se puede?

DIRECTOR
¿Visitar el establecimiento? (Levantándose también) Sí, señores, ahora mismo y en dos palabras les explico.

SATURNINO
¿En dos palabras? (Aparte) (En dos millones será)

DIRECTOR
Por aquí, señores, por aquí... (Señalando a la izquierda) ¡Vengan! ¡Vamos! ¡Andando!

SATURNINO
No... hombre, no. Si lo que yo pregunto es si se puede hablar.

DIRECTOR
¿Por qué no, señores?... Hablen... hablen... A mí me gusta mucho escuchar a todo el mundo. (Vuelven a sentarse)

SATURNINO
Pues con licencia de usted... Caballero... yo soy su padre.

DIRECTOR
¡Ah! ¡Padre! Feliz el mortal que puede ostentar ese título hermoso a la faz de todo el mundo... Siga usted.

SATURNINO
Bueno ¿Si usted me lo permite?

DIRECTOR
¡Gustosísimo, amigo mío, gustosísimo!

SATURNINO
¡Pues soy padre de una niña angelical!

DIRECTOR
Sea enhorabuena.

SATURNINO
Muchas gracias. Quedé viudo...

DIRECTOR
¿Viudo?... ¡Caramba! ¡Qué golpe! ¡Salud para encomendarla... acompaño a usted en el sentimiento!

SATURNINO
No. Es tarde. Hace ya dos años que... (Indicando con los dedos que la señora se fue al otro mundo)

DIRECTOR
Entonces no he dicho nada... Más vale así...

SATURNINO
Pues mi niña, educada en un colegio de monjas francesas...

DIRECTOR
¡Uff! No hable usted más. Lo sé todo. Ha salido del susodicho colegio sabiendo bordar unas zapatillas en sedas de colores, tocando al piano el Ave María Purísima de Gounod. Cantando al ídem el Stabat Mater. Conociendo el francés, nada más que para hablar con la Providencia... Notre pere qui est aux cieux, ó para hablar con los camareros: Donnez moi du pain... Donnez moi du vin. Cosiendo en blanco, y sabiendo hacer suspiros de fraile, y sabrosa compota de membrillo, de melocotón y de pera. ¿No es así? (A Federico) ¿No es así, caballero? (Federico asiente con la cabeza)

SATURNINO
Así es. Usted se lo habla todo... Y en vista de que todo lo que ha aprendido la niña, no sirve para nada... venía...

DIRECTOR
¡Silencio! ¡Lo sé! Viene usted a matricularla en este establecimiento libre de enseñanza, de que soy, aunque indigno, director, para que esa niña, esa joven, esa adolescente, ese capullo, ese ángel, reciba la educación que necesita toda mujer en el año 1991, siglo XX, de la Era Cristiana.

SATURNINO
(Aparte) ¡Con este hombre es imposible! Estoy mareado... (A Federico) Federico. Hable usted... Diga usted algo.

FEDERICO
Sí diré. (Al Director) Con permiso de usted, caballero, y dispense usted que tome la palabra.

DIRECTOR
Usté la tiene. ¡Caramba! Digo, no faltaba más.

FEDERICO
Pues sólo tengo que añadir, a lo expuesto por este caballero, que si él es el padre de la niña, yo soy el futuro, el novio, el prometido esposo de la misma.

DIRECTOR
¡Ah!... El prometido... El...

FEDERICO
(Interrumpiéndole) Perdón, porque estoy en el uso de la palabra. La vi por vez primera, y no al pie de la enramada sino en casa de unas vecinas, donde nos reuníamos por las noches a jugar a la lotería, a dos céntimos el cartón!

DIRECTOR
¡La lotería!... ¡Ah! Sí, la lotería.

FEDERICO
¡Silencio! Aquella noche, caballero, sacaba yo las bolas, sin querer la di el ambo, poco después un temo, después la cuaterna, y al verla ya con la fiebre de la ganancia, la di la quina. ¡No sabe usted con qué gracia cogió los cuarenta céntimos del plato, y con qué gracia me dio las gracias aquella criatura!

DIRECTOR
¡Ah! Sí... comprendo.

FEDERICO
Desde entonces la amo. Empezó por un juego, siguió por un devaneo, y por fin, una noche me dio el sí, cantando, es decir, cantando los números, entre el 22...

DIRECTOR
Los patitos.

FEDERICO
Y el 69...

DIRECTOR
Arriba y abajo.

FEDERICO
Me otorgó, como recuerdo, un alfiler, de esos de cabeza negra, que llevaba prendido en el pecho. A los veinte días, el día de la Encarnación, precisamente, se la pedí a su padre, me la concedió; comencé a frecuentar la casa paterna de este caballero. (Señalando a don Saturnino) y al poco tiempo me convencí de que nuestra boda era imposible, sin una pequeña preparación.

SATURNINO
¡Ciertísimo!

DIRECTOR
¡Ah! Conque... Pues, nada, nada...

FEDERICO
Haga usted el favor de callarse, porque ahora no habla nadie más que yo. Pues, como íbamos diciendo, la educación de mi prometida ha influido tanto en su carácter angelical, que la niña resulta un ángel caído, pero no de un nido. No sabe una palabra de nada de la vida; por todo se corta, por todo se pone colorada, y con una mujer así, como usted comprende, no se puede ir al himeneo. La mujer, para ser buena esposa, debe saber de todo, aunque lo disimule... esta es mi máxima. A mí deme usted mujeres con baño de ilustración, con baño de cultura, en una palabra, bañada como las rosquillas, pero no me dé usted tontas.

DIRECTOR
(Aparte) Pues señor, este me gana... ¡Habla más que yo! Pues...

FEDERICO
Por todo lo dicho comprenderá usted el objeto que nos guía al venir aquí, y necesitamos que en este colegio de su digna dirección aprenda la niña gimnasia para su desarrollo físico, lenguas vivas, canto, baile, equitación, trato social, ideas nuevas y, en fin, todo lo necesario para la vida moderna... ¿No es así, papá suegro? Y cuando usted comprenda que la niña se halla en condiciones de que la lleve al ara, avisa usted primero a su señor padre, aquí presente, don Saturnino Lacalle, calle de Válgame Dios, cuatro, cuarto, cuarto, y después a un servidor de usted, don Federico Espinilla de la Espina, Oso, siete, cuarto bajo, y ahora, puede usted seguir hablando todo lo que quiera, porque yo he concluido por ahora.

DIRECTOR
 (Aparte) (Si no hablo reviento..) ¿Dónde está la niña? ¡La niña!... ¡Venga esa niña, y aquí sufrirá la transformación que ustedes anhelan ¡Ah! Sí, no lo duden ustedes. Entrará tonta y saldrá lista. En este gran establecimiento de enseñanza se enseña de todo. Hay alumnas internas, y clases de alumnas externas, que aprenden a vivir, ¡Ah! La niña que nos ocupa sabrá de todo, de todo. Lo aseguro, lo afirmo, y para afirmarlo tengo pruebas claras, palpables. Hace un mes, solo un mes, que cursa en estas aulas una joven en idénticas condiciones que la joven de que se trata. ¿Quieren ustedes ver los progresos de esa joven, a quien los primeros días todas sus compañeras llamaban la monjita? ¿La quieren ver? (Toca un timbre y aparece un criado con librea, por la izquierda, y desaparece en seguida) Que venga la Monjita. Me la trajo su madre, y la niña venía oliendo a cera, iba a profesar, porque era rica, y la metieron en eso, pero un cambio de fortuna inesperado hizo a la madre pensar de otra manera, y buscar en la niña su apoyo.—¿A qué la dedico, cabayero?— me dijo con acento andaluz, porque es de Jaén. —¿A que la dedico pa que me sirva de algo? ¡Ya no quiero que sea madre!— ¡A lo que usted quiera, señora! —le contesté... Pues dedíquela usted a bella Otero, a bella Guerrero ó a bella Chiquita... Pues en seguidita, y caballeros... (Mirando hacia la izquierda) Aquí está la Monjita y ustedes juzguen.


ESCENA II

Dichos, y por la lateral izquierda la Monjita. (Traje de capricho de coupletista francesa de café concierto) y Mr. Henry, de frac y corbata blanca. Tipo parisién.

(Música)

MONJITA
Señor Director.
Señores, ¿qué tal?
De mí lo que quieren
ustedes dirán.

SATURNINO
¡Bonita mujer!

FEDERICO
¡Vale un dineral!

DIRECTOR
¡Queremos que luzcas
tu habilidad!

HENRY
Yo, señores míos,
soy su profesor,
y aquí, en su presencia,
daré mi lección.
Para ser coupletista de primera,
diga, señorita,
qué se necesita.

MONJITA
Para ser una estrella verdadera
hay que haber nacido
muy retebonita.

HENRY
Para ser aplaudida por la gente,
¿qué se necesita
haga usté el favor?

MONJITA
Presentarle en la escena muy valiente,
pero demostrando
algo de rubor.

HENRY
Estamos conformes;
pero, luego, ¿qué?

MONJITA
Escuchen ustedes,
se lo explicaré.

Hay que vestirse
con elegancia,
al gusto y moda
siempre de Francia;
lucir el traje
con distinción,
que es de las hembras
la presunción.
Para que cuando
vamos bajando
al decir algo con intención,
algo se vea,
aunque no sea
el argumento de la canción.
Si en las frases del couplet
es preciso hacer así,

(Levantándose la falda)

hay que hacerlo despacito
y bajar la vista así.
Despacito,
cuidadito,
muy poquito,
muy poquito,
muy cortita
la ración.
Y una vuelta de este modo
que en las vueltas se ve todo,
y se acaba la función.

LOS TRES
Esta chica es de primera,
esta chica está de non.
¡Qué enseñanza más hermosa!
¡Qué soberbia educación!

HENRY
Llegarás a ser estrella,
la lección la sabes bien,
pero canta a estos señores
el couplet que te enseñé.

MONJITA
Oigan, caballeros,
pongan atención,
couplet divertido,
couplet del ratón.

Era un ratoncito
muy chiquirritito,
con sus orejitas
y con su rabito,
que se entró en la alcoba
de una señorita
que era medio boba,
¡ay! la pobrecita.
Y una noche
que la niña sola estaba,
y la pobre
con rubor se desnudaba,
en la habitación,
saltó el ratón,
saltó el ratón,
¡ay, ay, ay, ay, ay!
toda se asustó
y sobre una silla se subió. (Lo hace)

TODOS
Y una noche
que la niña sola estaba,
etc., etc. (Se suben todos en sillas)

MONJITA
Y aquel ratoncito
tan chiquirritito,
con sus orejitas
y con su rabito
un salto pegó.

ELLOS
Un salto pegó.

MONJITA
¿Y qué sucedió?

TODOS
¿Y qué sucedió?

MONJITA
Que el animalito
por un agujerito
se coló.

ELLOS
Se coló.

MONJITA
Y la niña,
que en la silla se encogía
y de miedo
la carita se cubría,
llena de pavor
dijo con horror:
¡pícaro ratón,
dónde se metió!

TODOS
Y la niña
que en la silla se encogía,
etc., etc.
¡Ay, ay, ay, ay, ay!
pícaro ratón;
¡ay, ay, ay, ay, ay!
dónde se metió,
pícaro ratón,
dónde se metió.

(Saltando de las sillas al suelo)

(Hablado)

FEDERICO
¡Va a ser una coupletista de primera!

SATURNINO
¡Ya lo creo!

DIRECTOR
¡Va a ganar un dineral! Se lo tengo dicho... ¡Hará fortuna! ¿Quién duda eso?

FEDERICO
Iremos a verla la noche de su debut.

MONJITA
¡Muchas gracias! ¡Son ustedes muy amables!

HENRY
Merci, por la parte que me toca.

DIRECTOR
Profesor, llévese usted la niña.

HENRY
¿Vamos?

MONJITA
Vamos. Señores... au revoir. (Vanse izquierda)


ESCENA III

Dichos menos la Monjita y Mr. Henry.

SATURNINO
Yo voy por Pura... Sí.

FEDERICO
Sí, vaya usted por Pura.

DIRECTOR
Sí... Que venga Pura.

SATURNINO
La tengo abajo en un simón. En seguida subimos. (Vase derecha)


ESCENA IV

El Director y Federico.

FEDERICO
¡Oiga usted!

DIRECTOR
¡Oiga usted!

FEDERICO
¡Escuche usted!

DIRECTOR
¡Hable usted!

FEDERICO
Hombre, no me interrumpa usted.

DIRECTOR
Siga usted.

FEDERICO
Yo supongo que... vamos... Me parece que a mi futura no la enseñarán ustedes el couplet del ratón, ¿eh?

DIRECTOR
¡Ca! ¡Hombre! De ninguna manera: ¡no faltaba más! A esa señorita porque se dedica a eso, como otras se dedican a lo otro, a bailarinas, etc., pero a Pura, a Pura la enseñaremos a ser madre de familia.

FEDERICO
Eso digo yo, porque me parece que... Va a casarse conmigo.

DIRECTOR
Descuide usted, hombre, descuide usted. Será una esposa modelo. Aprenderá lo que deba aprender, y nada más. Porque claro... Justamente. ¡Ah! Pero sin perjuicio de que aprenda algunos adornos, que siempre sientan bien a la mujer; y que son solaz y esparcimiento del marido en aquellas horas en que éste vuelve del trabajo, buscando en el hogar el... la... Vamos, la distracción, la felicidad.

FEDERICO
Sí; entendido... Ya le he entendido a usted.

DIRECTOR
Juegos de manos, por ejemplo. Jugar al tresillo.

FEDERICO
Sí, etcétera.

DIRECTOR
Eso es, etcétera.


ESCENA V

Dichos, Saturnino y Pura por la derecha.

SATURNINO
Pasa, Purita, pasa.

DIRECTOR
(Saludándola) ¡Ah! Señorita... (Aparte) (Es un encanto) Estoy a los pies de usted, señorita.

FEDERICO
Es el señor Director de este colegio.

PURA
Servidora de usted.

DIRECTOR
¡Ah! ¡Qué preciosidad! ¡Qué monada! ¡Nada! ¡Nada! Su educación . de usted, señorita, corre desde este momento a mi cargo. Usted pondrá algo, indudablemente, de su parte, y este servidor de usted pondrá lo demás.

SATURNINO
Bueno, Purita Pues aquí te quedas.

PURA
Bueno.

FEDERICO
Pues aquí te quedas, Pura, y hasta muy pronto.

PURA
Bien.

DIRECTOR
Aquí se queda usted, señorita, con nosotros, con los profesores, con las profesoras, con sus condiscípulas...

PURA
Con mucho gusto.

SATURNINO
¡Adiós, hija mía! ¡Que seas aplicada! Tu padre vendrá a verte muy a menudo.

FEDERICO
Lo mismo digo, Purita, que te apliques. Que te perfecciones, y en seguida nos casamos.

PURA
¡Adiós!

SATURNINO
(Abrazándola) ¡Adiós, hija mía! (saludando) Señor Director...

FEDERICO
¡Adiós, Pura, Adiós! (saludando) Señor Director...

DIRECTOR
Señores, con Dios. A sus órdenes: manden ustedes.

SATURNINO
Y usted también. Mande lo que guste.

DIRECTOR
Sí... sí... Ya mandaré el recibo. (Vanse Saturnino y Federico)


ESCENA VI

Pura y El Director.

DIRECTOR
Señorita... No se asuste usted. Está usted en su casa. Váyase usted quitando... el sombrero... el abrigo... lo que usted quiera. Ya es usted de la familia... ¡De esta gran familia escolar!

PURA
Muy bien.

DIRECTOR
Y ahora, si usted gusta, pasaremos al Aula número 1 para que le dirija algunas preguntas relacionadas con su anterior educación a fin de que yo vea y tantee, y comprenda cómo está usted de nociones en general, con objeto de saber dónde debo apretar.

PURA
Como usted guste.

DIRECTOR
Por aquí... Pase usted, Purita... Pase usted... Por aquí... (Vanse izquierda)

(Música y mutación)


CUADRO SEGUNDO


CANTE Y BAILE

Decoración a todo foro. Aula del establecimiento de enseñanza libre. Toda la decoración en forma de rotonda, y de estilo árabe, y a la andaluza con azulejos, tiestos de flores, etc. En el telón de fondo una vista de Andalucía que se ve desde la terraza que cierra el Aula. Mucha luz. En los rompimientos ó bastidores, a gusto del pintor, trofeos con guitarras y bandurrias, adornadas con moñas y cintas de colores nacionales. Castañuelas, panderetas, palillos, guirnaldas de flores. En sitio conveniente, marco cuadrado que dice: "Aula 6ª", cante y baile.» En las paredes del Aula ó rotonda, los siguientes cantares populares, distribuidos convenientemente, con letras grandes, para que el público los lea: «¡Malhaya la ropa negra— y el sastre que la cortó,— que está mi amante de luto— sin haberme muerto yo!» —!La pena y la que no es pena—todo es pena para mí;—ayer penaba por verte,—hoy peno porque te vi!» —:"La vi por la serranía"— ¡pintores, no la pintaran— bonita, como venía! —«Arrímate a mi querer—como las salamanquesas—se arriman a la pared.,»— 'Mira si tiene salero,—que los limoncitos agrios—por dulces los va vendiendo.»—«Gitanas, vamos despacio,—que este camino es muy corto,—y yo quiero hacerlo largo.»—En las bambalinas de los rompimientos ó en el telón de fondo, etc., combinados convenientemente, los siguientes dichos: «¡Viva tu madre!» «¡Olé tu cuerpo! » «¡Alza pa allá!» «¡Bendita sea tu gracia!» «¡Olé lo bueno!» Todo el fondo ocupado por tarima grande, elevada un poco del suelo para la colocación del coro. A la izquierda (Actor) una tarima más pequeña y en forma y altura de tablado de café cantante, que sirve como de estrado al aula. Escalerilla de bajada en el estrado. Libres las cajas 1ª y 2ª derecha é izquierda. Es de día.


ESCENA PRIMERA

Al levantarse el telón de cuadro aparece el siguiente: En la gran tarima del fondo, Coro de señoras, con trajes cortos de percal, de diferentes colores y con volantes, pañuelos de Manila rodeando el busto, y éste con los brazos al desnudo, sombreros sevillanos a la cabeza y puestos con gracia. Aparecen todas colocadas en postura de tocar la guitarra, apoyando un pie encima de una silla. Las guitarras todas con moñas y cintas de colores nacionales. En la escena Lola, Petra, Rosario, María, Carmen y Soledad, con trajes iguales a los del Coro y con guitarras en la misma posición indicada para el Coro. Sobre el tablado de la izquierda el Maestro Vihuela, con un bastón, y sentado en una silla, marcando el compás al estilo andaluz. Pura y el Director, sentados al lado del estrado y frente al público. El Maestro Vihuela, tipo viejo, vestirá de corto.

(Música)

TIPLES
Como los pajarillos
van en parejas,
en el mundo los hombres
van con las hembras.
Y es cosa clara,
que al que se queda solo
no lo acompañan.

CORO
Y es cosa clara
que al que se queda solo
etc., etc.

PURA
Si me da permiso,
señor Director,
cantar yo quisiera.

DIRECTOR
¿Usté?

PURA
Si me da permiso,
señor Director,
cantar yo quisiera.

DIRECTOR
¿Usted?

PURA
Sí, señor.

DIRECTOR
Pues anda, hija mía,
arriba, pimpoyo,
dos pasos ar frente
y a ver canto jondo.

PURA
¡Ay, ay, ay, ay!
Ahora se entornan los ojos,
se tose un poco con gracia,
¡ejem!
se lanza un suspiro al aire,
¡ay!
y así la copla se canta.

Cómo quieres que yo cante
si hasta mi pobre guitarra
llora lágrimas de sangre.
¡Ay, ay!
Hasta la crú de un puñá
te he de clava en las entrañas,
porque estás queriendo a dos,
y a mí sólito me engañas.

Olé mi sombrero
y mi pañolón,
y vengan las palmas
que ahí va otra canción.

(Avanzan todas las figuras con sus sillas correspondientes y quedan todas sentadas junto al proscenio y comienza el tango)

Arza y dale,
yo tengo un morrongo
que cuando en la falda
así me lo pongo,
¡arza y toma!
yo tengo un minino
de cola muy larga,
de pelo muy fino;
si le paso la mano al indino
se estira y se encoge
de gusto el minino;
y le gusta pasar aquí el rato;
¡ay! arza que toma,
qué pícaro gato.
¡Ay, qué fino!
¡Ay, qué fino,
el pelito que tiene el minino!
¡Ay, morrongo!
¡Ay, morrongo,
qué contento si aquí me lo pongo!
¡Ay, qué fino, qué fino, qué fino,
el pelito que tiene el minino;
qué contento si aquí me lo pongo!
¡Ay, morrongo, morrongo, morrongo!

TODOS
Arza y dale,
yo tengo un morrongo,
etc., etc.

PURA
También bailo sevillanas.

VIHUELA
Ahora empieza la lección;
vamos, niñas, venga pronto
la primera aparición.
En baile.
A la una, a las dos, a las tres.

CORO
A mí me gusta tu salero
y quiero verte bailar.
¡Ay! arza, morena,
ponte ar só, que te quiero
ve bailá
sevillanas con primó
y decirte, ¡ole ya!
¡ole ya!

¡Ay! arza, chiquilla,
baila bien pa decirte
yo al bailá
una cosa que yo sé
y que ya te lo diré.
¡Ole ya!
¡Ay! dale morena,
ven pa cá, que yo quiero
pronto ve los terrenos de tu sá
y decirte ¡ole ya!
¡ole ya!

¡Olé y olá! ¡olé y olá!
¡Vivan las mosas
de caliá!
¡Olé y olá! ¡olé y olá!
zas, zas, zas, zas.

(Hablado)

VIHUELA
¡Ole con ole, salero! (A Purita) ¡Si tú eres ya el número uno de la clase!

DIRECTOR
No salgo de mi sorpresa. ¡Caramba! ¡Demonio! ¿Pero cuándo? ¿Pero cómo? ¿Pero dónde ha aprendido usted todo eso? En el convento, y con las madres, no habrá sido.

PURA
No, señor. Allí no nos dejan. Pero... mire usted. Nosotros vivimos en el piso cuarto, centro: en el de la derecha viven unas sevillanas, que se pasan la vida bailando y cantando las ídem, y tocando las castañuelas hasta en la cama. Y en el de la izquierda habitan cuatro artistas de género flamenco, que parece que tienen dolor de muelas a diario, porque se pasan el día dando jipíos y suspiros hondos. ¡Ay, ay, ay!... Y yo, claro, en ausencias de mi padre, me pasaba a casa de las vecinas, y ahí tienen ustedes todo.

DIRECTOR
¡Pues ha salido usted aprovechada, hija mía!

VIHUELA
Digo... ¡Si es un primor!

DIRECTOR
Maestro, ¿le hacen a usted falta las niñas?

VIHUELA
Las primeras, sí. Las otras, no.

DIRECTOR
Bueno. Pues alza pa allá.

VIHUELA
Niñas... Las segundas de naja. A la sala de recreo a jugar a la brisca, (Vase el coro izquierda)


ESCENA II

Dichos menos el Coro.

VIHUELA
(A Pura) Aquí se les enseña también este juego, porque es muy socorrido, y distrae mucho en las noches de invierno, alrededor de una camilla. Niñas, sentarse.

DIRECTOR
(A Pura) Pero venga usté acá... Su papá de usted y su novio no sabrán nada de esto que usted sabe.

PURA
No, señor. Yo creí que siendo inocente, modosa y corta de genio me casaría antes; pero quieren lo otro, es decir, me traen aquí para que aprenda a vivir en el mundo; pues bueno, voy a aprender de todo, y que luego escojan. Hagan ustedes el favor de enseñármelo todo.

DIRECTOR
Perfectamente, hija mía; ¿a qué estamos?

VIHUELA
Pues a seguir la lección, porque usted, en práctica flamenca, está muy bien; pero vamos a ver en teoría. Siéntese usted. (Se sientan todas) A ver, Lolita, dos pasos al frente. Saque usted la silla. (Lolita lo hace) Posición para aparecer en un tablao de café cantante. (Lolita se coloca en una posición conveniente al estilo de las cantadoras)

LOLA
¡Ya estoy! ¿Es así?

VIHUELA
Esa cabeza más levanta y con la cara más sinvergüenza.

LOLA
¿Así?

VIHUELA
Así, eso es. A ver, esa falda un poquito más pa arriba, que se vean los zapatos y dos dedos de algo. (Lolita lo hace) Bueno, ya está usted en posición. Ahora supóngase usted que el Director es un gachó que está sentao junto a un velador, tomando unas cañas... y que le dice a usted ofreciéndole una...

DIRECTOR
Comprendido. Lo he comprendido ya. La digo en seguida .. ¿Mare de mis ojos, quié usted beberse esta caña a la salú de un hombre que está perdió por usté?

VIHUELA
A ver, niña, contestación al canto.

LOLA
Me levanto, (Haciendo lo que indica) la tomo, la alegro y le digo guiñando los ojos: Va por usté... Me la bebo, y contesto: Si está usté perdió que le anuncien a usté en la prensa de la mañana.

VIHUELA
Pero que mu bien.

DIRECTOR
¡Superior! Esto es enseñar, maestro.

VIHUELA
Lolita, a la fila. Estas leciones son de buten, de mucha utiliá.

PURA
Ya lo estoy viendo.

VIHUELA
Rosarito, Carmen y Soleá... A ver, palmas y frases escogías pa jalear a un bailaor (Se adelantan las tres con sus sillas y baten palmas. Después de una pausa) Repiqueteo ahora. (Lo hacen) Está bien. A lo otro.

ROSARIO
(Jaleando) ¡Anda mi niña, que está el café lleno de viudas!

CARMEN
(Idem) ¡Arza, moreno, que tengo cuatro cuartos y son pa ti!

SOLEDAD
¡Ole con ole! ¡Viva tu mare!

VIHUELA
Asaura... ¡Qué viva tu mare ni qué niño muerto! Eso de la mare está muy gastao. Se dice una cosa nueva. Pa eso está la gracia. Se dice, verbo en gracia: ¡Ole, moreno, que te
voy a dar un caramelo para que chupes! ¡Mueve ese cuerpo, que te voy a comprar una doncella de lance!... Y así sucesivamente. A la fila, (A Petra y María) A ver, vosotras dos... Estas están más atrasás. Son neórfitas. Petra. ¿Ropa exterior pa el cante?

PETRA
Bata de percal de colores, abierta por arriba; flores en la cabeza, y pañuelo de talle.

VIHUELA
Mariquita: Ropa interior pa lo mismo.

MARIQUITA
Enaguas bordas, zapato bajo, medias negras x y ligas de...

VIHUELA
No le pregunto a usted tanto. Ya llegaremos a eso. A la fila. Y se acabó la lección. De naja.

DIRECTOR
Yo me voy, yo me voy también. (Vase)

PURA
Maestro: me parece que se le ha olvidao a usted algo.

VIHUELA
¿A mí? Puede. Tú dirás.

PURA
(Levantándose)
Cuando se acaba una copla
de esas de cante flamenco,
donde llora la guitarra,
donde se quejan los versos,
y en la que la cantaora,
húmedos sus ojos negros,
ha puesto toda su alma
y todo su sentimiento,
cuando el café está hecho un horno,
y todo es bulla y jaleo,
y se oyen palmas y oles,
y se cruzan los requiebros,
y a los pies de aquella jembra,
que tiene un junco por cuerpo,
se llena todo el tablao
de flores y de sombreros,
coge uno la cantaora
permítame usted, maestro,

(Cogiendo el sombrero ancho)

y después de dar las gracias
se lo pone con salero,
y repite la canción,
y la llaman cuerpo bueno,
mata de albahaca, graciosa,
y ¡olé por tus ojos negros!
Y, al acabar, el disloque,
Leganés en movimiento;
y la gachí que pregunta:
—Señores, ¿de quién es esto?...
—Tuyo y mío, resalá—
responde un gachó flamenco.
Y brindando así la jembra,
como brindan los toreros,
con la cara toda risa,
con el cuerpo muy derecho
y el percal con esta mano,
levantado y recogiendo,

(Recogiéndose la falda)

da una vuelta; y dice: «¡Ahí va!»
Lo besa y tira el sombrero. (Lo tira)
Y ahí tiene usté en la lección
lo que faltaba, maestro.

VIHUELA
Usté, hija mía, no es hija de su padre. A usté la ha parió Silverio ó el señor Juan Breva. ¡Vaya, vaya! Que se ha hecho tarde y yo tengo que recibir a los que vengan a matricularse.

PURA
Pus alza pa allá.

VIHUELA
Va a ser la gloria del colegio. (Vanse todos)


ESCENA III

El Maestro Vihuela y a poco Curro. Un bedel vestido de flamenco

VIHUELA
Pues señor... Vamos a llamar al bedel, a ver si hay alguien esperando. (Repiquetea las castañuelas)

CURRO
(Apareciendo) ¿Qué se le o rece a usté? (Tocando los pitos con los dedos)

VIHUELA
¿Espera alguien?

CURRO
Sí, señor. En el salón hay unas cuantas personas que esperan a usted.

VIHUELA
Bueno. Pues que pasen. Pero tráeme antes la levita de recibir a la gente. (Curro vase y vuelve con una levita, que Vihuela se coloca encima del traje a la andaluza) Serán nuevos alumnos.

CURRO
¿Desea usted algo más?

VIHUELA
Na más. (Vase Curro) Me paece que ya pueo recibir.


ESCENA IV

El Maestro Vihuela y el Jilguero, tipo de cantador de café retirado

JILGUERO
¿Se pué pasar?

VIHUELA
Alante quien sea.

JILGUERO
Vihuela, soy yo. ¡El Jilguero! El mesmi. ¿No se acuerda usté de mi? Estoy algo usao, pero soy el mesmi.

VIHUELA
¡Compare! Venga usté acá. ¿Qué es de su vida de usté? ¿Canta usté toavía?

JILGUERO
En público, no señor, pero si me llaman pa una juerga en particular, toavía me arranco.

VIHUELA
¡Vaya con el Jilguero! Ya hace años que no nos vemos. ¿Y qué quiere usté de mí, que me viene usté a buscar? ¡Eche usté por esa boca!

JILGUERO
Pues va usté a saberlo. Pero antes, permítame usté que le diga que está usté imponente con esa levosa. Si me dan ganas de darle a usté tratamiento de sía ilustrísima como a los obispos.

VIHUELA
Hijo, hay que darle honor al cargo que represento en este colegio.

JILGUERO
Bueno. Pues-á lo que íbamos, es decir, a lo que venía. Tengo tres niñas como tres soles.

VIHUELA
¡Compare! .. ¿Pero se ha casao usté?

JILGUERO
Yo, no señor. Pero las tengo. He concebido un proyecto, porque aquí todo está muy malo, y no se bebe, ni se come, y pongo la bebía primero porque es lo principal, y vengo a consultarle a usté...

VIHUELA
Venga de ahí...

JILGUERO
Pues he pensó o irme a París de Francia con las niñas, porque aquí, ¿qué van a hacer, compare? Aquí no tienen salía las mujeres, y como las tres están educás por mí, y son tres calandrias en eso del cante y tres profesoras en eso del toque me las llevo a París, llego, me siento con ellas en cualquier mesa de cualquier café de cualquier boulevard, y hago su suerte y la mía, porque por allí, ya se sabe, no pasan y repasan na más que príncipes rusos transeúntes. Figúrese usté que las ven tres príncipe?, se arrancan y las ponen tres principales, y aluego me piden a mí las tres manos de los tres pimpollos, y yo se las doy, y las casa un cura de esos de allí, de esos que paece que siempre están tomando algo... de esos del babero, y estamos al cabo de la calle, porque mis niñas, que son tan francas, figúrese usté cómo se van a poner de francos.

VIHUELA
Bien pensao. Pero, compare, ¿usté ha enseñao a las niñas el francés?

JILGUERO
Sí, señor. Saben too lo que necesita una mujer pa dir a aquel terreno. Saben hacer así... (Señal de dinero)

VIHUELA
Es usté un vivo, tío Jilguero.

JILGUERO
Por supuesto, que si no tropiezo a los cuatro días de llegar con ningún príncipe, no ha de faltarme un Edén-Concerté, ni unas Folias Bergeres donde canten mis niñas y yo las acompañe.

VIHUELA
Sí, señor. Eso es verdá.

JILGUERO
Pues no sabe usté lo mejor. Que yo allí, en París, voy a cantar también. Pero va a ser por el método de Ahn. ¡A. mí no me fastidian los franceses! ¡A mí me entienden!

VIHUELA
¿Y cómo va a ser eso?

JILGUERO
Fíjese usté, maestro, en las traducciones. Yo no canto allí eso de...
«A las rejas de la cárcel
no me vengas a llorar...»
¡Cá! Yo lo canto así.

(Cantando)

A les grilles de la prisión
no me venes tú a pleurer,
ya que no me quites peines
ne venes me les donner.
Ni aquello de...
«En el carro de los muertos
la pasaron por aquí...»
¡No, señor!

(Canta)

Dans la voiture de les morts
la pasaron par ici.
Elle portes la mais dehors
voilá pourquoi la connú.

VIHUELA
¡De primera, hombre, de primera!

JILGUERO
Y en cuántico mi Fe, mi Esperanza y mi Caridad se marquen después un polo ó unas sevillanas y se arranquen por peteneras, van a tener más ovaciones que el Zar ese de toas las Rusias, que ha dío a eso de la dulce alianza.

VIHUELA
¡Está too eso, pero que muy bien pensao!

JILGUERO
¿Sí? Pues ya no le falta a usté más que conocer a mis tres palomas, oirías un poquito, y si tienen algún defectillo, corregírselo, porque usté es un maestro de buten, y si usté les da el régimen ese cuatro, mañana mismo, en un coche de tercera, salimos pa la frontera, atravesamos el Birdasoa, y empezamos los cuatro la carrera.

VIHUELA
¿Pero están ahí las niñas?

JILGUERO
Sí, señor, en la antesala.

VIHUELA
Pues que pasen.

JILGUERO
Voy a llamarlas: ¡Virtudes! ¡Virtudes! Las llamo así en abreviatura, porque así no pronuncio más que un nombre en vez de tres.

VIHUELA
Es verdá. Fe, Esperanza y Caridad.

JILGUERO
Las tres virtudes teologales del cante jondo.


ESCENA V

Dichos y Fe, Esperanza y Caridad. Tres tipos madrileños con mantón de pelo, y pañuelo a la cabeza, que se bajarán al entrar, luciendo el peinado con peinetas, etc., al estilo madrileño.

JILGUERO
¡Este es el maestro Vihuela!

FE
¿Cómo está usté?

ESPERANZA
¿Está usté bueno?

CARIDAD
¿Qué tal?

VIHUELA
Muy bien, hijas mías, (Al Jilguero) ¡Compare! Tiene usté tres hijas que valen tres mil reales ca una tiraos a la calle.

JILGUERO
¡Ya lo creo! Y ahora que las conoce usté ¿qué le parece mi plan?

VIHUELA
Que en París va usté a robar la guita, y que me paece que muy pronto se va usté a quedar sólo en el mundo.

JILGUERO
No diré que no. Pero vamos, examínelas usté. Venga una guitarra. (La coge)

(Música)

Fíjese usté, Vihuela,
cómo se saben poner las tres.
Fíjese usté en las caras
y en las jechuras, fíjese usté.

LAS TRES
Tengo un novio zapatero,
que me ha jecho unos zapatos,
y aquí mismo en la puntita
de moaré me ha puesto un lazo.
Y los ha claveteao
y los ha pespunteao
y como él es muy rumboso,
pues... pues me los ha regalao;
hay que verles la puntita,
hay que verles el tacón,
y hay que ver que más arriba
hay una continuación.
¡Qué par de zapatos
que me ha regalao
pa bailar con gracia
un zapateao! (Bailan)

VIHUELA y JILGUERO
¡Ay, Jesús, qué zapatos tan monos,
qué zapatos que tienen las tres!
¡ay, qué pieses tan rechiquititos,
son tan chicos que no se les ven!
Arza más pa arriba
y enséñame más,
que Dios, morenita,
te lo pagará.

LAS TRES
Tengo un novio que es hortera
que me ha regalao unas ligas,
y que no puedo enseñarlas
por llevarlas muy arriba:
pero tienen un bordao,
y un la cito colorao,
y se ponen con un broche,
con un broche que es dorao.
Hay que ver cómo me sientan,
que me sientan de pistón,
y hay que ver la mar de cosas
y no es esta la ocasión.
¡Qué par de liguitas
que me ha regalao
pa bailar con gracia
un zapateao! (Bailan)

VIHUELA y JILGUERO
¡Ay, Jesús, y qué ligas tan monas,
son las ligas que llevan las tres!
¡Ay, por qué no estarán a la vista
esas ligas que no se les ven!
Arza más pa arriba
y enséñalas ya,
que Dios, morenita,
te lo pagará.
¡Olé! ¡Olé!

(Hablado)

VIHUELA
Na... Que van ustés toos los cuatro a dar golpe. Y en cuántico el Presidente de la República francesa, ese señor Lové, las vea, a usté le hace caballero de la Legión de Honor, y a las niñas señoritas de ídem.

JILGUERO
Fue éstas ya han sío señoritas del coín; muchas gracias por su deseo de usté, maestro Vihuela. Niñas, ¿qué se dice?

FE
Estimando.

ESPERANZA
Se agradece.

CARIDAD
Usté que lo vea.

JILGUERO
Bueno. Pues, adiós y hasta que nos veamos. ¡Vaya usté con Dios, Jilguero, y la compaña!

FE
Con Dios.

ESPERANZA
Hasta más ver.

CARIDAD
Salud. (Vanse)

VIHUELA
Diquiá luego.

JILGUERO
«Ye un gran de boté,
el uno junto a la buche
y el otro ous vous a vez.» (Vase cantando)


ESCENA VI

El Maestro, Vihuela, Doña Consuelo y Agapito. Este tipo viste de luto riguroso, camisa negra, etc.

CONSUELO
Buenas tardes. ¿Es usted el maestro Vihuela?

VIHUELA
Tóo entero, señora. Siéntense ustedes.

CONSUELO
¡Muchas gracias!

AGAPITO
¡Gracias! (suspirando) ¡Ay!

VIHUELA
Ustedes dirán.

CONSUELO
Pues, caballero, yo he tenido seis hijos en tres veces.

VIHUELA
Pue eso es venir al mundo corno los del Orden público; en parejas.

CONSUELO
¡Ay, qué gracia! ¿No te ríes, Agapito?

AGAPITO
(Suspirando) ¡Ay! ¡Ay!

CONSUELO
¿Lo ve usted? Nada. ¡Pobrecito mío! No se ríe.

VIHUELA
No le habrá hecho gracia, señora.

CONSUELO
(Con voz baja) Bueno. De los seis se me han muerto cinco... Bajo la voz porque no quiero que oiga tristezas.

VIHUELA
Bueno.

CONSUELO
Este es hoy mi único hijo. En él tenía puestas todas mis ilusiones; pero se enamoró.

AGAPITO
Sí, señor, y de una joven muy guapa.

CONSUELO
Pero la, novia le salió...

AGAPITO
Me salió ingrata.

CONSUELO
Y después de once años de relaciones, de la noche a la mañana se casó con otro, y dejó a mi Agapito como usted ve.

AGAPITO
(Suspirando) ¡Ay!

VIHUELA
Y por eso se le ha encogió a usted el corazón, que lo debe usted tener, por lo que veo, como una ciruela pasa.

CONSUELO
Sí, señor. Y se vistió de luto riguroso.

AGAPITO
Porque para mí, como si se hubiera muerto.

VIHUELA
¡Claro!... pa usté sí, pero lo que es pa el otro...

AGAPITO
¡Ya me lo figuro!

CONSUELO
Pues ahí le tiene usted con una pasión de ánimo más grande que la pasión y muerte, sin nada que le consuele, sin nada que le distraiga y sin nada que le haga reír.

VIHUELA
¿Ha probado usté hacerle cosquillas?

CONSUELO
Sí señor, hasta eso, y nada. Lo he llevado a todos los médicos de Madrid y provincias; han celebrado consultas, y nada. Un mes he tenido a mesa y mantel en mi casa al maestro Domínguez para que le contara cuentos y chascarrillos, y nada. Le he comprado el museo epigramático y los cuentos baturros de Gascón, y como si no. Ha visto a Weyler de paisano, y nada, ni una sonrisa. No hay quien le haga reír a este niño.

VIHUELA
¿Le ha llevao usté al teatro a ver La carcajada?

CONSUELO
También... Si le he llevado por las calles, y en cuanto se ha caído alguien le he colocado de frente para que lo viera, y no se ha reído tampoco. ¿Qué más quiere usted que haga una madre por un hijo?

VIHUELA
Tiene usté razón. Pero, ¿por qué no le compra usté un mono y le da usté el mico, a ver si así?...

CONSUELO
No, señor. Ya mi única esperanza es usted, caballero.

VIHUELA
¿Yo?

CONSUELO
¡Ay! Sí, señor. ¿No es usted profesor de baile y cante español?

VIHUELA
Sí, señora.

CONSUELO
¿No dicen que el canto y el baile alegra las almas afligidas?

VIHUELA
Sí, señora. No hay nada más alegre que el cante, y lo de aquí, y lo de acá. (Marca pasos de baile)

CONSUELO
¡Ay, qué gracia!... Ríete, Agapito. Ríete de este caballero...

VIHUELA
¡Anda y que se ría de su padre, señora!

AGAPITO
¡No puedo, mamá, no puedo!

CONSUELO
Usted perdone, caballero. Pero le suplico que me cure al niño por medio de su enseñanza.

VIHUELA
Lo siento mucho, pero no me va a ser posible Con esa tristeza que tiene, ¿cómo quiere usté que yo le enseñe el cante jondo? ¡Imposible! Tengo que empezar por darle la lección de jipíos ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!... Y luego enseñarle copias, que casi todas son tristes. «Ya se me murió mi madre» «En el cementerio entré y dije al sepulturero» «Después de diez años muerto y de gusanos comido» Y, en fin todas esas cosas funerarias, se le muere a usté sin remedio esta criatura.

CONSUELO
Tiene usted razón. ¡Hijo mío! Ya no tienes más consuelo en el mundo que tu madre. Consuelo López, servidora de usted.

VIHUELA
¡Muchas gracias!

CONSUELO
¿De manera que?...

VIHUELA
Espere usté un poco, señora... Se me ocurre una idea. Voy é regalarle a usté una cosa pa el niño. Tome usté. (Le da unas castañuelas)

CONSUELO
¡Unas castañuelas!

VIHUELA
¡Más alegre que unas castañuelas no hay na en el mundo, señora! Yo no le puedo regalar otra cosa. Y si con esto no se alegra, le compra usté un entierro de tercera y al Este con éste. (Señalando a Agapito)

CONSUELO
¡Ay! ¡Es verdad! Muchas gracias. Toma, Agapito. ¡Toca, hijo mío, toca! (Agapito vase bailando y tocando las castañuelas) ¡Ay! ¡Se sonríe, caballero!... ¡Se sonríe! ¡Buenas tardes! (Vase)

VIHUELA
¿No se lo dije yo a asté? ¡Andar con Dios, desaboríos! (Mirando al reloj) ¡Y yo ya he terminao mi faena por hoy. (Sale cantando)
«La pena y la que no es pena,
todo es pena para mí.» (vase)

(Telón blanco de entreacto. Letras grandes que dicen: «Aula 5ª Conjugación de los verbos»)


PEQUEÑO PRELUDIO


CUADRO TERCERO


CONJUGACION DE LOS VERBOS

Decoración a todo foro. Aula salón. (Efecto de noche) Lámparas encendidas con luz eléctrica, piano, divanes, sillas volantes. Toda la decoración puesta con lujo, y a gusto del pintor.


ESCENA PRIMERA

Al levantarse el telón de cuadro, aparece el siguiente: Coro de señoras, mitad vestido de hombre, traje de Luis XV, y mitad de mujer en la misma época y en actitud de bailar un minué, convenientemente colocadas. Al fondo Pura y Alumnas 1ª, 2ª, 3ª, 4ª y 5ª en trajes elegantes de baile, del día, y Profesor 1°, 2°, 3° 4° y 5° de frac, traje de toda etiqueta, y en disposición las parejas de bailar un vals. Comienza el baile después de levantarse el telón de cuadro.

(Música)

LOS PROFESORES
El verbo bailar
ha salido bien;
su conjugación
toda la sabéis.

PURA
Sigamos conjugando,
prosiga la lección,
porque es el complemento
de nuestra educación.

TIPLES
Andar con elegancia,
vestir con distinción,
mirar con insistencia,
son verbos de rigor.
Porque al andar, se luce la figura,
mostrándose gallarda, del cuerpo la esbeltez, ;
porque al vestir, demuéstrase el buen gusto,
que debe ser el sello que ostente la mujer;
porque al mirar, con ojos entornados,
pensando casi siempre en agradar,
a nuestros pies se rinde el hombre así
y el verbo amar se empieza a conjugar.
El verbo enseñar,
el verbo lucir,
el verbo incitar,
el verbo sufrir.

CORO
El verbo enseñar,
el verbo lucir,
etc., etc.

TIPLES
Y cuando se conjuga
el verbo mirar,
entonces se aplica
el verbo tapar.

TODOS
Porque al andar, se luce la figura, etc.

(Hablado)

(Suena dentro una campanilla)

ALUMNA
¡La hora! ¡Al salón de estudio!

TODOS
Vamos, Vamos. (Vase el Coro. Al ir a salir las Alumnas y los Profesores, entra el Director con un Repórter y un Fotógrafo)


ESCENA II

Dichos, el Director, Repórter y Fotógrafo.

DIRECTOR
¡Alto, señoritas!. . Aquí os presento a un individuo de la prensa. Un Repórter del periódico ilustrado semanal El Nuevo Mundo, acompañado por un Fotógrafo distinguidísimo, que enterados ambos de la fama universal de este Colegio, vienen a tomar datos para un artículo ilustrado, con fotografías d'aprés nature, que verá la luz en El Nuevo Mundo la próxima semana.

FOTOGRAFO
(Saludando) ¡Señoritas!

DIRECTOR
Estos señores son los Profesores de esta clase. (Los Profesores saludan)

REPORTER
Pues sí... Es necesario que Europa entera conozca esta sabia institución para la educación de la mujer.

DIRECTOR
Pues así como en otras aulas nos hemos detenido para enseñar a ustedes los adelantos de las alumnas, nos detendremos también aquí un momento.

REPORTER
¡Con mucho gusto!

FOTOGRAFO
¡Gustosísimo!

PROFESOR 1º
El mismo señor Repórter puede hacer a estas señoritas las preguntas que guste sobre la vasta asignatura de Mundología.

DIRECTOR
Eso es. Así juzgará usted de los adelantos.

REPORTER
¿Yo? En fin... No sé qué preguntar. Me ponen ustedes en un compromiso, tratándose de señoritas...

DIRECTOR
Pregunte usted lo que quiera.

PROFESOR 2º
Con entera libertad.

PROFESOR 3º
En la forma que usted quiera.

PROFESOR 4º
Aquí se educa a la francesa.

PROFESOR 5º
A la derniére.

DIRECTOR
Aquí no se oculta nada... caballeros. Aquí se enseña todo.

REPORTER
Pues allá va. ¿Cómo deben ir las señoras del gran mundo a un palco del Real?

ALUMNA 1ª
Con descote.

ALUMNA 2ª
Algo descotadas.

ALUMNA 3ª
Muy descotadas.

ALUMNA 4ª
Pero muy descotadas.

ALUMNA 5ª
Descotadísimas.

PURA
(Cantando)
«Luciendo todo
lo que Dios les dio»

DIRECTOR
¡Caramba!

PROFESOR 5º
¡ Diablo!

REPORTER
¡Qué gracia!

FOTOGRAFO
¡Qué traviesa!

DIRECTOR
Sí, sí. (Aparte) (Esta Pura me va a comprometer...) ¡Yo! Yo voy a dirigirlas más preguntas sobre una de las últimas lecciones que les he explicado en mi cátedra... A. ver, niñas... Quedamos ayer acerca...

PURA
Acerca del hombre, señor Director.

DIRECTOR
¡María Santísima! Como ustedes verán, están muy adelantadas, ¿eh?

REPORTER
¡Adelantadísimas!

ELLAS
¡Muchas gracias!

TODOS
¡Muchas gracias!

PURA
Muchísimas gracias. Y ahora, con permiso señor Director, quiero con mis compañeras hacer a ustedes los honores del Colegio. Han de verlo ustedes todo. La clase de música, de declamación, de artes, de oficios, clases populares y de adorno, como la de esgrima y la de gimnasia. ¡Ah! y la de natación, porque aquí nos enseñan a nadar y guardar la ropa, que es una de las cosas más esenciales en este mundo.

DIRECTOR
¡Pero Pura, pero Pura!

REPORTER
Déjela usted. Es una alumna muy aprovechada.

DIRECTOR
¡Ya lo creo!

PURA
Señor Fotógrafo, que yo quiero salir en primer término en la instantánea que nos saque usted en traje de baño. Conque prepare usted la máquina, y usted, señor periodista, afile usted el lápiz.

DIRECTOR
¡Habla ya más que yo!

REPORTER
El brazo, señorita... (Ofreciéndoselo a Pura)

PURA
Con mucho gusto. (Ofrecen todos el brazo a las señoritas)

DIRECTOR
Adelante, señores, adelante.

(Música y cuadro)

(MUTACION)


CUADRO CUARTO


CLASES POPULARES Y DE ADORNO

Telón corto; sala de estudio.


ESCENA PRIMERA

Don Saturnino y Federico.

SATURNINO
Bueno; aquí esperamos. Avise usted al señor Director.

FEDERICO
Estoy deseando ver a Pura. ¡Un mes sin verla!

SATURNINO
Ahora la veremos, hombre. Ya debe estar muy adelantada, ¡por qué me han hecho unas ausencias de este Colegio!... Me han dicho que es una maravilla...

FEDERICO
Y a mí también.

SATURNINO
Y en fin, vaya... No sólo vengo aquí con intenciones de ver a Pura, no señor. Le voy a usted a abrir mi pecho. Mire usted: francamente, he pensado que una vez casada mi Pura, yo me voy a quedar solo, y un hombre solo, no está bien solo y necesita una compañía, y esa compañía que necesito me parece que la voy a encontrar aquí.

FEDERICO
¿Aquí?

SATURNINO
Sí, hombre, sí... Lo quiero contraer otra vez.

FEDERICO
¿Pero el qué?

SATURNINO
El sagrado lazo.

FEDERICO
¿Casarse?

SATURNINO
¡Eso es! Porque, chico, desde aquello del ratón, me siento gato, es decir, me he rejuvenecido.

FEDERICO
¿Pero a sus años de usted?

SATURNINO
Sí, señor, a mis años. ¡Qué demonio! Estoy decidido.

FEDERICO
¿Y va usted a hablarle al Director?

SATURNINO
¡Sí!... Justo, antes de que llame a mi Pura.

FEDERICO
Pero si a ese hombre es imposible hablarle. No deja meter baza.

SATURNINO
Sí; ya me acuerdo. Tiene usted razón. Pero lo que es ahora no va a hablar nadie más que yo.

FEDERICO
¡Pero don Saturnino!


ESCENA II

Dichos y el Director.

DIRECTOR
¿Quiénes serán esos señores que me buscan? ¡Caracoles! El padre de Pura y el novio de Pura... Señores... (Aparte) (¡Qué conflicto!) ¿Cómo va? Tanto bueno.

SATURNINO
Pues venimos...

DIRECTOR
Sí... Ya... comprendido. Me lo supongo... A enterarse... a saber...

SATURNINO
A eso... a saber...

DIRECTOR
¿Sí? Qué tal va la niña, si adelanta la niña... ¡Ah! ¡mucho... muchísimo!

SATURNINO
Llegó el momento... Pues si... (Saca un paquete grande)

DIRECTOR
¡Ah! es muy aplicada, muy aprovechada...

SATURNINO
¿Me hace usted el obsequio de aceptar? (Ofreciéndole el paquete)

DIRECTOR
¿Un bombón?... Sí... Gracias... Me gustan mucho... (Se lo mete en la boca)

SATURNINO
(Hablando deprisa y aprovechando la situación) Pues yo no solamente vengo a ver a mi hija, sino a pedirle a usted el favor de que me...

DIRECTOR
¿Un favor? Lo que usted quiera. Concedido... No faltaba más...

SATURNINO
(Aparte) (Se lo comió...) Tome usted otro... (El Director lo coge y se lo lleva a la boca) De que me enseñe usted el colegio para ver a las educandas, y escoger entre las educandas...

FEDERICO
Porque, verá usted. Mi futuro suegro lo que quiere es que...

SATURNINO
(Tapándole la boca a Federico con un bombón) ¡A callar!

DIRECTOR
(Sacando un bombón) ¿Ver el colegio? Lo que usted quiera, estoy a su disposición. Usted manda, usted es el amo. Pida usted por esa boca.

SATURNINO
(Sacando un polvorón) Tome usted por esa boca un polvorón. (Se lo da) Ahora, ahora, es cuando hablo yo... Para escoger entre las educandas una que reúna las condiciones de graciosa, hacendosa, hermosa y primorosa.

DIRECTOR
(Con la boca llena) Un... Un... Un...

SATURNINO
Para que si le convengo, sabiendo que tengo —si no juventud,— bastante dinero, contante y sonante...

DIRECTOR
(Rompiendo a hablar) Sí, al instante... Comprendido... nada... nada... Hecho. Está hecho. Las hay rubias, morenas, trigueñas, castañas, andaluzas, valencianas, madrileñas, catalanas.

SATURNINO
Bueno, hombre, bueno... ¡Dios mío, ni con polvorones!

FEDERICO
¡Ni con polvorones! Ya se lo dije a usté.


ESCENA III

Dichos y un Bedel.

BEDEL
¡Señor Director! Las niñas, para la clase de natación.

DIRECTOR
Dios nos asista... Aquí es ella... Que no pasen... Digo que pasen.


ESCENA IV

Dichos y Pura, Adela, Emilia, Luz, Lucía y Pilar, con unos abrigos largos elegantes, a la inglesa, con esclavina.

(Música)

TODAS
Aquí estamos todas,
señor Director,
para dar la clase
de natación.

SATURNINO
¡Purita!

FEDERICO
¡Mi novia!

DIRECTOR
(¡Dios mío, qué horror!)
(¡Van a destaparse!)

FEDERICO
¡Qué barbaridad!
¡Digo me parece
que esto es enseñar!

(Se quitan los abrigos y aparecen en traje de natación elegantes)

ELLAS
Es un traje encantador,
el de baño, sí señor,
y comprendo de las playas
la resaca del amor.
Porque al ver a la mujer
en un traje tan gentil
no hay Adanes en el mundo
que nos puedan resistir.
De frente no estoy mal,
¡pues digo de perfil!
¡vaya un perfil, caballeros!
repare usted en mí
qué bien estoy así
y verá usted qué salero,
¿qué no?
Repare usted también
mi modo de mirar,
¡cómo se entornan mis ojos!
mirando amante así
con loco frenesí
que enloquece a los hombres
¡que sí!

SATURNINO
Esto no es educación,
esto es una perversión,
estas clases en las niñas
van a ser su perdición.

FEDERICO
Esto no es educación
etc., etc.

DIRECTOR
Esto es dar educación,
esto es dar ilustración.
En Europa y en el mundo
mi colegio está de non.

ELLAS
Es un traje encantador,
etc., etc.

(Hablado)

SATURNINO
Purita, a casa.

FEDERICO
Pura, a casa de tu padre.

DIRECTOR
Niñas, vosotras retiraros. Que no presencien escenas de familia. (Vanse)

SATURNINO
A casa.

PURA
Pero, ¿por qué? ¿No me llamaban ustedes tonta? ¿Cómo me quieren ustedes, como estaba antes ó como estoy ahora?...

SATURNINO
Como antes, hija mía.

FEDERICO
Como ahora... digo... como antes, Purita.

PURA
Pues me pongo el abrigo, y a casa en un coche, papá.

SATURNINO
Sí, hija mía. Desnúdate, digo no, vístete, y andando. (Hablan bajo)

FEDERICO
(Aparte) Diga usted, señor Director, a pesar de todo esto y usted que la habrá estudiado, ¿la parte moral... digo... el fondo... es bueno?

DIRECTOR
Sí, hombre, sí, cásese usted en seguida, en seguida. (Aparte) ¡Que va usted bien!

SATURNINO
Vamos, Federico.

FEDERICO
Andando.

PURA
Hasta la vista, señor Director. ¡Ah, papá! ¡qué va a sacar una fotografía del colegio!... Y... ¡Si tú quieres!...

SATURNINO
¡Siempre te has de salir con la tuya!

DIRECTOR
Por aquí... (Vanse)


ESCENA V

El Director y Repórter.

REPORTER
¡Pero señor Director, que el fotógrafo está esperando para enfocar el cuadro de honor, de las alumnas del colegio!

DIRECTOR
¡Pues a enfocar ahora mismo! (Vanse.- Música)

(MUTACION)


CUADRO QUINTO


CUADRO DE HONOR


TODA LA COMPAÑIA

Decoración a todo foro. Primer rompimiento de jardín. Segundo rompimiento, marco dorado de cuadro, cubierto con telón blanco en forma de diplomes y premios.


ESCENA ULTIMA

Director, Repórter y Fotógrafo. El Fotógrafo detrás de una máquina grande de instantáneas con el obturador en la mano.

DIRECTOR
¿Está usted preparado?
FOTOGRAFO
¡Sí, señor!

DIRECTOR
¡Pues venga la instantánea!

(Música)

Se apaga la luz del teatro, se corre el telón blanco y aparece el siguiente cuadro:
Detrás del marco dorado, las tiples con los trajes flamencos del segundo cuadro y en la misma posición, con las guitarras. Floretistas, las de natación, las del minué, etc., todos los trajes de la obra. El fondo de este cuadro a gusto del pintor, y la colocación de todos los personajes a gusto de los directores de escena.

DIRECTOR
(Al publico)
Si el colegio que dirijo
os ha gustado, aplaudid.
Queda abierta la matrícula
todas las noches aquí.

(Música fuerte)


TELON

Información obtenida en:
https://archive.org/stream/ensenanzalibreap444gime#page/n1/mode/2up

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