El asombro de Damasco
El asombro de Damasco, Zarzuela en dos actos inspirada en Las mil y una noches se estrenó en el Teatro Apolo de Madrid, el día 20 de Septiembre de 1916. Sus libretistas, Antonio Paso Cano y Joaquín Abati. Música de Pablo Luna.
La acción transcurre en Damasco (Turquía Asiática), bajo el califato de Soleiman.
Acto I
Se desarrolla en la plaza pública de Damasco. Fahima, propietaria de una tienda de filtros mágicos atiende a sus clientas mientras el médico Ben-Ibhen hace lo propio con sus pacientes. Poco después piden hospitalidad a Fahima dos derviches y una mujer, lujosamente vestida y con el rostro oculto que descubre ante Fahima. Se trata de su amiga Zobeida, esposa de Omar, comerciante de Mosul, que ha venido a Damasco a cobrar una deuda de mil dinares de oro que Ben-Ibhen había contraído con su esposo, deuda de la que no existe documento. Fahima lleva a su amiga ante el médico que reconoce la deuda y pide a Zobeida que se descubra, ante su belleza el médico impone como condición para el pago de la deuda que Zobeida le visite en su local esa noche. Las dos amigas vuelven a casa de Fahima entristecidas por la deshonesta proposición del médico. Llega el cadí Alí-Mon con varios soldados y lee un decreto del Gran Visir por el que se busca al corsario Ka Fur vivo o muerto. Zobeida acude a pedirle justicia pero al descubrir su rostro, el cadí queda fascinado por su belleza y le hace proposiciones tan deshonestas como el médico. Fahima aconseja a su amiga que acuda al Visir, pero por tercera vez se ve decepcionada. Uno de los derviches, que ha observado todo esto le aconseja que cite a los tres hombres aquella noche en casa de Fahima.
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Acto II
En casa de Fahima varias esclavas están acicalando a Zobeida y se prepara un banquete para el Cadí, el Visir y el médico, que es el primero en llegar a la cita. Zobeida lo recibe con muchas atenciones, que interrumpe a la llegada de Alí-Mon. Ben-Ibhen finge hallarse en la casa para atender una repentina dolencia de Zobeida. Llega el Visir que se sorprende de encontrar allí a sus dos rivales. De pronto cunde la alarma pues la casa de Fahima está rodeada por Ka-Fur y sus corsarios, que pretenden se les de hospitalidad. Zobeida hace a los tres hombres disfrazarse de esclavos para no ser reconocidos y son los corsarios los que hacen honor al banquete preparado para aquellos. Terminada la cena Ka-Fur ha reconocido a los falsos esclavos que intentando salvarse se ofrecen a entrar en su banda, condesando cada uno lo deshonesto que es para que el corsario los admita. Zobeida ha reconocido en Ka-Fur al derviche que la aconsejó, pero cuando éste se quita el disfraz resulta ser el Califa de Bagdad, que condena allí mismo al médico, al Cadí y al Visir, entregando sus bienes a Zobeida.
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