El dúo de la Africana
El dúo de la Africana, Zarzuela cómica en un acto se estrenó en el Teatro Apolo de Madrid, el día 13 de Mayo de 1893. Su libretista, Miguel de Echegaray. Música de Manuel Fernández Caballero.
Acto I
En una compañía ambulante de ópera italiana, el encargado del escenario, Pérez, pone orden entre los indisciplinados miembros del coro, que no reciben ningún sueldo por su trabajo. El empresario Querubini llega muy enfadado, recriminando a los coristas por la mala calidad de los ensayos de La Africana de Meyerbeer, que debería representarse esa noche. Querubini, que es muy tacaño, no adelanta a su encargado el dinero que falta para el montaje a pesar de la buena marcha del negocio. La Antonelli, esposa del empresario y tiple principal y el tenor Giuseppini mantienen una relación que es coreada por toda la compañía. Como su marido está muy encolerizado, la Antonelli intenta calmarle, aunque no puede por menos que enojarse ante los arrumacos de Giuseppini aprovechándose del ensayo, con la correspondiente hilaridad de los coristas.
En el cuadro segundo, el bajo, vestido de su personaje, persigue a Amina, la hija de Querubini, lo que genera todavía una mayor inquina del empresario hacia el tenor. Sin embargo, y tras pensar en la situación, prefiere que el tenor se case con su hija para que deje en paz a su mujer. Pero Giuseppini no quiere oír hablar de matrimonio. Amina descubre a la Antonelli y a Giuseppini en un diálogo con demasiada intimidad y se lo cuenta a su padre. En plena representación, aparece Doña Serafina, la madre del tenor, que no acepta ver a su hijo en lo que ella valora como una compañía de tercera y les acusa de sinvergüenzas. En plena persecución a Amina, el Bajo cae sin querer en los brazos de Doña Serafina lo que sólo sirve para horrorizar más a la venerable viuda.
En el cuadro tercero, durante la representación del célebre cuarto acto de La Africana de Meryerbeer, Querubini hace bajar el telón al constatar que el tenor o exagera su actuación junto a su mujer o está abusando de la situación. En ese momento aparece un inspector de policía que acusa de fraude al empresario. Ante el enojo del público que, desde platea, muestra de forma contundente su disgusto, el telón se alza, pero al retomarse el dúo irrumpe Doña Serafina que abraza a su hijo lo que de nuevo corta la representación. En ese momento Giuseppini promete regresar con su madre y al escucharle, la Antonelli se desmaya y la ópera no puede continuar por lo que Querubini obliga al coro a que cante el final del acto que culmina la zarzuela.
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