Rosa, la Pantalonera (Argumento)



Rosa, la Pantalonera

Rosa, la Pantalonera, Sainete en dos actos se estrenó en el Teatro Príncipe de San Sebastián, el día 22 de Septiembre de 1939. Sus libretistas, José López de Lerena y Pedro Llbrés Rubio. Música de Francisco Alonso.

Acto I

En una casa individual de un barrio popular de las afueras de Madrid, Rosita, una guapa pantalonera canta con otras oficialas mientras se celebra una rifa y el señor Primi, músico en paro que tiene esa chulería cultiparlante tan propia de los tipos de sainete, toca un fox-trot con el saxofón. Rosita es huérfana y vive con sus tíos, León y Salud, dueños de la pantalonería, que la recogieron de niña junto a su hermano Paco, un granuja de tres al cuarto, Este, por malas amistades, cayó en la delincuencia, y su tíos le echaron de casa. Ahora León y Salud, que es una mujer de armas tomar, tienen planes de casar a Rosa con su hijo Mateo. Aunque Salud les tiene a raya a los dos, León y Mateo son luchadores de lucha libre y, a consecuencia de una paliza, el pobre Mateo ha caído en una terrible depresión que sólo le hace pensar en la muerte. Por otra parte, a Mateo le hace más tilín Lola, una hija alocada del Señor Primi, que tiene un afán enfermizo por ser actriz de cine.
Tras una graciosa escena en la que Rosa vocea ficticiamente la compra que ha llevado a casa para que le oigan los vecinos, aparece Paco con intención de poner en relaciones a Zenón -recio entrenador de Mateo- con su hermana Rosa, pero ésta está enamorada de Rafael, un señorito químico que trabaja en un laboratorio. Rosa, a pesar de todo, quiere a su hermano y se deja sablear por él con la esperanza de que algún día vuelva al buen camino. Cuando Paco se va medio a escondidas para que no le sorprendan sus tíos, se presenta Rafael que le ha visto salir y le reconoce porque, en una ocasión, fue víctima de sus estafas. Enterado de ello, Rosa no se atreve a confesar a Rafael que Paco es su hermano, lo que despierta los celos del galán. Lola se presenta con su novio Canuto, un joven con una cabeza enorme que sufre estoicamente el exagerado despiste de la chiquilla que, en esta ocasión, pierde a su sobrinito olvidándolo en la cesta de un panadero ambulante. Salud ha puesto fuera de combate a un luchador que, días atrás, había pegado a León, lo que da lugar a que otros tres fieros luchadores -el Bisonte, el Camello y el Chacal- se presenten en su casa con intención de linchar a León hasta que aparece Salud y les pone a la fuga. Luego, ambos proponen a su sobrina que se case con Mateo, pero ella a pesar de la lealtad y agradecimiento a sus tíos, se niega por no estar enamorada de él y considerarle como un hermano. El panadero se presenta con el niño que se ha encontrado en su cesta reclamando cierta indemnización y Lola pone un punto y final al acto con un paródico dramatismo cinematográfico.

Acto II

Lola y Mateo se citan en un barrio rico de Madrid para quitarse la vida bebiendo una botella de veneno en un cine. Entre tanto, Rafael sigue celoso y desencantado después de que León le dijera que su sobrina estaba comprometida con otro. Aunque León se refería a Mateo, Rafael pensó que se trataba de Paco lo que le lleva a distanciarse de Rosa. Nada más irse Rafael, aparece Primi lamentando su mala fortuna como saxofonista cuando, de repente se presenta Lola pidiendo auxilio porque Mateo se ha bebido la botella entera de matarratas. Afortunadamente, el contenido de la botella no era veneno sino cazalla y el intento de suicidio se salda con una monumental cogorza. Los dos siguientes cuadros están protagonizados por unos caldereros gitanos a cuyo campamento León y Primi llevan a Mateo para ver si adivinan su extraña dolencia.
Las cosas entre Rosa y Rafael siguen de mal en peor y ella llora. Paco reaparece para que Rosa le de más dinero y ella tiene que vender el mantón que heredó de su madre para ver si, de una vez por todas, Paco se enmienda. Ante las promesas de Paco, Rosa se contenta y se va del brazo con él sin darse cuenta de que Rafael les está espiando. Después de una serie de equívocos, Canuto y Mateo terminan a bofetadas, y Rafael se encara con Rosa llamándola, despectivamente, pantalonera. Con la bronca anterior, Mateo se ha curado, toma las riendas del asunto y explica a sus padres que él tampoco tiene intención alguna de casarse con Rosa. Son las fiestas del barrio y, en la verbena, hay un concurso de chotis al que la despistada Lola se ha apuntado con dos parejas distintas. Canuto y Mateo, y con ambos queda después en un descampado oscuro a la misma hora. Aparece en la verbena Rafael con Sole ataviada con el mantón que tuvo que vender Rosa. Mateo y León se enfrentan con él y, aprovechando la confusión, Paco roba el mantón pero le capturan. Rafael descubre entonces que Paco es el hermano de Rosa, que el robo lo había cometido para devolver el mantón a su hermana y que no sufriera viendo cómo lo lucía su rival. A la vista de esto, Rafael y Rosa se reconcilian, Sole se queda de non y Lola desaforadamente despistada organizando desmanes.

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