Jesús Guridi Bidaola nació
en Vitoria el día 25 de Septiembre de 1886, y falleció en Madrid el día 7 de Abril de 1961 (74 años). Compositor.
BIOGRAFIA. Descendiente de una familia de músicos, inició su formación musical en el seno familiar con su padre que era violinista. Gracias a su madre, profesora de piano, desde muy pequeño desarrolló un gran interés por el teclado, mostrando una precocidad no sólo en el instrumento sino también en la composición. Tras dos años en Zaragoza, a la edad de once años su familia se trasladó a Madrid. En capital tuvo su primer contacto con la zarzuela, género que iba a ser una referencia a lo largo de su carrera. Gracias al barítono Emilio García Soler, amigo de la familia, acudió a las funciones del teatro Apolo, donde asistió a las representaciones de los compositores del género como Chapí, Bretón o Chueca. García Soler le llevó a estudiar armonía con Valentín Arín, aunque interrumpió sus estudios poco después porque su familia tuvo que trasladarse a Bilbao, debido a un revés económico. Pronto se dio a conocer en los círculos musicales bilbaínos, como el selecto grupo denominado El Cuartito, germen de la futura Sociedad Filarmónica de Bilbao, además de ganar un premio en los Juegos Florales de 1902. En 1904 se marchó a París para estudiar en la Echola Cantorum de Vincent D'Indy, donde profundizó en el piano, armonía y contrapunto, además de iniciarse en el órgano. Allí coincidió con José María Usandizaga, con el que mantuvo una gran amistad y un común interés por el teatro lírico vasco. Completó su formación en Bruselas, estudiando composición y órgano con Hoseph Jongen. En Colonia, durante el verano de 1908 estudió instrumentación con Otto Neitzel, y M¨nich, permaneciendo unos pocos días analizando la obra de Wagner. Su regreso a Bilbao en 1909 supuso su consolidación como músico, dando a conocer sus nuevas composiciones como Así cantan los niños, y siendo conocido como un virtuoso organista. Además aceptó dirigir la Sociedad Coral de Bilbao, formación a la que permaneció unido desde 1912 componiendo una extensa e interesante obra coral.
Su primer contacto con el mundo del teatro lírico vino de su vinculación con la Sociedad Coral de Bilbao, participando el búsqueda de una ópera vasca. En 1910 estrenaron Mendi-Mendiyan de Usandizaga, Lide ta Ixidor de Inchausti y Mirentxu de Guridi. En 1913 el autor suprimió las partes habladas convirtiéndo Mirentxu en una ópera, que fue interpretada en el Gran Teatro del Liceo y en Madrid en 1915.
Las ambiciones operísticas alcanzaron su mejor expresión en el drama Amaya, en el que Guridi trabajó durante cerca de diez años. No obstante, a pesar del éxito de Mirentxu y Amaya y de los buenos resultados estéticos de ambas partituras, el camino de la ópera resultaba complejo y escasamente rentable. Así decidió probar suerte en el terreno de la zarzuela, genero que contaba con un público estable. La oportunidad llegó con el contacto en Madrid por medio del Marqués de Bolarque con los libretistas Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw. Surgió así El Caserio, zarzuela en tres actos que se iba a convertir en el mayor éxito de Guridi, incorporada en el repertorio del género, siendo interpretada en todo el mundo.
El enorme éxito de El caserío tras su estreno en el teatro de la Zarzuela en 1926, llevó a los libretistas a ofrecer un nuevo libreto a Guridi, La meiga, esta vez ambientada en Galicia. Su estreno se realizó en el teatro de la Zarzuela en diciembre de 1928. Fue bien recibida, aunque la obra no llegó a cuajar en el repertorio. No obstante, fue representada en Buenos Aires en 1930, donde la colonia gallega la acogió con entusiasmo.
A su vuelta del viaje a América, Guridi traía avanzado el trabajo de una nueva zarzuela, La cautiva, que fue estrenada en el teatro Calderón de Madrid. Le siguió Mandolinata, 1934. En abril de 1936 estrenó Mari-Eli, aunque la tensa situación política no constituía el mejor momento para que el público apreciase la nueva obra.
El estallido de la Guerra Civil interrumpió el proyecto de componer la música de la película sobre La malquerida de Jacinto Benavente. No obstante estrenó en 1938 en San Sebastián, Nacimiento, que fue representada en Madrid tres años después. Mayor entidad posee la música del sainete La bengala, que suponía su primer intento en un género de larga tradición en la zarzuela. El sainete fue estrenado en Zaragoza, iniciando una gira que siguió en San Sebastián y otras poblaciones del norte.
Una vez finalizada la guerra, Guridi se instaló en Madrid como director musical de la productora de cine de Saturnino Ulargi. También formaba parte del claustro del Conservatorio, ejerciendo como profesor de armonía y catedrático de órgano, y más tarde en 1956 como director del centro. Y su ingreso en la Academia de Bellas Artes en 1947.
Aunque más centrado en otros géneros, como la música para órgano y la sinfonía, Guridi mantuvo un constante interés por el teatro lírico hasta el final de su carrera. En 1948 estrenó Acuarelas vascas y en 1950 ofreció un nuevo estreno La condesa de la aguja y el dedal.
El último trabajo lírico de Guridi fue la comedia Un sombrero de paja en Italia, estrenada en 1953. Con esta obra cerraba Guridi su catálogo lírico, en el que supo encontrar su propio camino al margen de las tendencias de moda, sabiendo desarrollar en sus partituras líricas los elementos que más le interesaban como el colorido orquestal, el amplio lirismo melódico, el uso del folclore vasco y nacional, además de su interés por lo religioso y lo coral. De esta manera, la obra de Guridi -a pesar de no ser muy extensa- supone una de las más ricas y variadas de los compositores de su tiempo.
Obras: BIOGRAFIA. Descendiente de una familia de músicos, inició su formación musical en el seno familiar con su padre que era violinista. Gracias a su madre, profesora de piano, desde muy pequeño desarrolló un gran interés por el teclado, mostrando una precocidad no sólo en el instrumento sino también en la composición. Tras dos años en Zaragoza, a la edad de once años su familia se trasladó a Madrid. En capital tuvo su primer contacto con la zarzuela, género que iba a ser una referencia a lo largo de su carrera. Gracias al barítono Emilio García Soler, amigo de la familia, acudió a las funciones del teatro Apolo, donde asistió a las representaciones de los compositores del género como Chapí, Bretón o Chueca. García Soler le llevó a estudiar armonía con Valentín Arín, aunque interrumpió sus estudios poco después porque su familia tuvo que trasladarse a Bilbao, debido a un revés económico. Pronto se dio a conocer en los círculos musicales bilbaínos, como el selecto grupo denominado El Cuartito, germen de la futura Sociedad Filarmónica de Bilbao, además de ganar un premio en los Juegos Florales de 1902. En 1904 se marchó a París para estudiar en la Echola Cantorum de Vincent D'Indy, donde profundizó en el piano, armonía y contrapunto, además de iniciarse en el órgano. Allí coincidió con José María Usandizaga, con el que mantuvo una gran amistad y un común interés por el teatro lírico vasco. Completó su formación en Bruselas, estudiando composición y órgano con Hoseph Jongen. En Colonia, durante el verano de 1908 estudió instrumentación con Otto Neitzel, y M¨nich, permaneciendo unos pocos días analizando la obra de Wagner. Su regreso a Bilbao en 1909 supuso su consolidación como músico, dando a conocer sus nuevas composiciones como Así cantan los niños, y siendo conocido como un virtuoso organista. Además aceptó dirigir la Sociedad Coral de Bilbao, formación a la que permaneció unido desde 1912 componiendo una extensa e interesante obra coral.
Su primer contacto con el mundo del teatro lírico vino de su vinculación con la Sociedad Coral de Bilbao, participando el búsqueda de una ópera vasca. En 1910 estrenaron Mendi-Mendiyan de Usandizaga, Lide ta Ixidor de Inchausti y Mirentxu de Guridi. En 1913 el autor suprimió las partes habladas convirtiéndo Mirentxu en una ópera, que fue interpretada en el Gran Teatro del Liceo y en Madrid en 1915.
Las ambiciones operísticas alcanzaron su mejor expresión en el drama Amaya, en el que Guridi trabajó durante cerca de diez años. No obstante, a pesar del éxito de Mirentxu y Amaya y de los buenos resultados estéticos de ambas partituras, el camino de la ópera resultaba complejo y escasamente rentable. Así decidió probar suerte en el terreno de la zarzuela, genero que contaba con un público estable. La oportunidad llegó con el contacto en Madrid por medio del Marqués de Bolarque con los libretistas Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw. Surgió así El Caserio, zarzuela en tres actos que se iba a convertir en el mayor éxito de Guridi, incorporada en el repertorio del género, siendo interpretada en todo el mundo.
El enorme éxito de El caserío tras su estreno en el teatro de la Zarzuela en 1926, llevó a los libretistas a ofrecer un nuevo libreto a Guridi, La meiga, esta vez ambientada en Galicia. Su estreno se realizó en el teatro de la Zarzuela en diciembre de 1928. Fue bien recibida, aunque la obra no llegó a cuajar en el repertorio. No obstante, fue representada en Buenos Aires en 1930, donde la colonia gallega la acogió con entusiasmo.
A su vuelta del viaje a América, Guridi traía avanzado el trabajo de una nueva zarzuela, La cautiva, que fue estrenada en el teatro Calderón de Madrid. Le siguió Mandolinata, 1934. En abril de 1936 estrenó Mari-Eli, aunque la tensa situación política no constituía el mejor momento para que el público apreciase la nueva obra.
El estallido de la Guerra Civil interrumpió el proyecto de componer la música de la película sobre La malquerida de Jacinto Benavente. No obstante estrenó en 1938 en San Sebastián, Nacimiento, que fue representada en Madrid tres años después. Mayor entidad posee la música del sainete La bengala, que suponía su primer intento en un género de larga tradición en la zarzuela. El sainete fue estrenado en Zaragoza, iniciando una gira que siguió en San Sebastián y otras poblaciones del norte.
Una vez finalizada la guerra, Guridi se instaló en Madrid como director musical de la productora de cine de Saturnino Ulargi. También formaba parte del claustro del Conservatorio, ejerciendo como profesor de armonía y catedrático de órgano, y más tarde en 1956 como director del centro. Y su ingreso en la Academia de Bellas Artes en 1947.
Aunque más centrado en otros géneros, como la música para órgano y la sinfonía, Guridi mantuvo un constante interés por el teatro lírico hasta el final de su carrera. En 1948 estrenó Acuarelas vascas y en 1950 ofreció un nuevo estreno La condesa de la aguja y el dedal.
El último trabajo lírico de Guridi fue la comedia Un sombrero de paja en Italia, estrenada en 1953. Con esta obra cerraba Guridi su catálogo lírico, en el que supo encontrar su propio camino al margen de las tendencias de moda, sabiendo desarrollar en sus partituras líricas los elementos que más le interesaban como el colorido orquestal, el amplio lirismo melódico, el uso del folclore vasco y nacional, además de su interés por lo religioso y lo coral. De esta manera, la obra de Guridi -a pesar de no ser muy extensa- supone una de las más ricas y variadas de los compositores de su tiempo.
- Mirentxu (1910)
- Amaya (1920) (Libreto)
- El caserío (1926) (Libreto)
- La meiga (1928) (Libreto)
- La cautiva (1931)
- Mandolinata (1934)
- Mari-Eli (1936)
- Colón (1938)
- Nacimiento (con Federico Moreno Torroba) (1938)
- La bengala (1939)
- Déjame soñar o Hijas de la oficina (1943)
- Peñamariana (1944)
- Acuarelas vascas (1948)
- La condesa de la aguja y el dedal (1950)
- Un sombrero de paja en Italia (1953)
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