L'Angelet i l'Angeleta
L'Angelet i l'Angeleta, Zarzuela cómica en dos actos, arreglada a la ecena catalana se estrenó en el Teatro Circo Español de
Barcelona, el día 15 de Marzo de 1879, algunas fuentes indican una fecha posterior el día 6 de Enero de 1879. Su libretista, Josep Coll i Britapaja. Música de Josep Coll i Britapaja.
Acto I
Quica y Simón Batllori son dos burgueses acomodados; él es abogado procurador general del Conde de la Roca Plana, ella era más humilde y al aburguesarse se trasladaron a Barcelona. Entre su servidumbre tiene algunos miembros de raza negra. Quica, que se dirige al público con la intención de confesar un secreto, es interrumpida siempre por la aparición de su marido. Su hija, Angeleta, posee unos modales más propios de un hombre: juega con escopetas, tiene una voz grave, siempre va dando saltos, en el "tercetino militar" su padre se queja de que Angeleta no le guste tocar el piano, sino la trompa, el bucsen o el serpentón. Angeleta está enamorada de Angelet, el hijo del Conde Roc. Simón no vería bien el enlace de ambos, puesto que él es hijo de un aristócrata, y está destinado a la carrera militar, como relata al cantar una habanera en castellano. Llega el Conde a visitar a su procurador: Roc en un viudo, tragón por naturaleza y que hace la corte a Quica ante la indignación contenida de Simón. Roc, además, es inventor del arroz a la catalana, una ridiculización de la figura de los indianos introductores de nuevos productos en la Cataluña de la época. Al rato, aparece Angelet, dolido por haber perdido un pájaro. Cuando Angelet y Angeleta quedan solos, es Angeleta quien se declara en una situación cómica. Acaba el acto con un juego de equívocos: Simón que se ve cornudo, Quica que no puede explicar su secreto, el Conde que pierde el tino por comer, y los jóvenes que se declaran el amor.
Acto II
En este acto se desvelan los secretos: Angeleta resulta ser un varón, puesto que su madre, cuando dio a luz y por temor a que su hijo fuera reclutado en la guerra, rogó al cura que se le ocultara al padre el sexo del recién nacido. El hijo del Conde, Angelet, resulta ser una mujer: su padre Roc quería un heredero, pero su mujer sólo tenía hijas, de modo que para no contrariar al Conde el cura nuevamente cambió su identidad. Una vez desvelados los secretos, Angelet y Angeleta se intercambian los vestidos en un divertido dúo cómico. Llega el Conde Roc, ebrio después de la comilona en casa de Simón, unas coplas boleras pide la mano de la supuesta hija de Simón. Este consiente, pues desconoce aún que el hijo del Conde es en realidad una mujer, ya que Quica sólo le contó la primera parte del secreto. Cuando Roc hace alusión a la dote aparecen Angeleta y Angelet: al ver el Conde que no tiene heredero varón, consiente en dejar su fortuna al hijo de Simón y acepta la boda entre los jóvenes.
Acto I
Quica y Simón Batllori son dos burgueses acomodados; él es abogado procurador general del Conde de la Roca Plana, ella era más humilde y al aburguesarse se trasladaron a Barcelona. Entre su servidumbre tiene algunos miembros de raza negra. Quica, que se dirige al público con la intención de confesar un secreto, es interrumpida siempre por la aparición de su marido. Su hija, Angeleta, posee unos modales más propios de un hombre: juega con escopetas, tiene una voz grave, siempre va dando saltos, en el "tercetino militar" su padre se queja de que Angeleta no le guste tocar el piano, sino la trompa, el bucsen o el serpentón. Angeleta está enamorada de Angelet, el hijo del Conde Roc. Simón no vería bien el enlace de ambos, puesto que él es hijo de un aristócrata, y está destinado a la carrera militar, como relata al cantar una habanera en castellano. Llega el Conde a visitar a su procurador: Roc en un viudo, tragón por naturaleza y que hace la corte a Quica ante la indignación contenida de Simón. Roc, además, es inventor del arroz a la catalana, una ridiculización de la figura de los indianos introductores de nuevos productos en la Cataluña de la época. Al rato, aparece Angelet, dolido por haber perdido un pájaro. Cuando Angelet y Angeleta quedan solos, es Angeleta quien se declara en una situación cómica. Acaba el acto con un juego de equívocos: Simón que se ve cornudo, Quica que no puede explicar su secreto, el Conde que pierde el tino por comer, y los jóvenes que se declaran el amor.
Acto II
En este acto se desvelan los secretos: Angeleta resulta ser un varón, puesto que su madre, cuando dio a luz y por temor a que su hijo fuera reclutado en la guerra, rogó al cura que se le ocultara al padre el sexo del recién nacido. El hijo del Conde, Angelet, resulta ser una mujer: su padre Roc quería un heredero, pero su mujer sólo tenía hijas, de modo que para no contrariar al Conde el cura nuevamente cambió su identidad. Una vez desvelados los secretos, Angelet y Angeleta se intercambian los vestidos en un divertido dúo cómico. Llega el Conde Roc, ebrio después de la comilona en casa de Simón, unas coplas boleras pide la mano de la supuesta hija de Simón. Este consiente, pues desconoce aún que el hijo del Conde es en realidad una mujer, ya que Quica sólo le contó la primera parte del secreto. Cuando Roc hace alusión a la dote aparecen Angeleta y Angelet: al ver el Conde que no tiene heredero varón, consiente en dejar su fortuna al hijo de Simón y acepta la boda entre los jóvenes.
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