Las Calatravas
Las Calatravas, Comedia lírico-romántica en tres actos se estrenó en el Teatro Alcázar de
Madrid, el día 12 de Septiembre de 1941. Sus libretistas, Federico Romero y José Tellaeche. Música de Pablo Luna.
Acto I
En el Madrid romántico de 1846 son conocidas "Las Calatravas" por su vida alegre: Laura, Marquesa viuda del Campo de Calatrava, y sus dos hijas, Isabel y Cristina. En un saloncito de su casa se encuentra Isabel con unas amigas, las cuatro María (Mª del Mar, Mª del Carmen, Mª Fernanda y Mª Teresa), comentando entre risas su próximo compromiso, el que será su tercer matrimonio a pesar de sus 22 años. Ella calcula que su nuevo marido, Rodrigo Marqués de Hurtado, no durará más de un mes. En un salón contiguo está Pepe Aleluya, que también está enamorado de Isabel. La joven interpreta la canción de Madame Balancé, una picante polka sobre la airada reacción de una dama francesa ante la infidelidad de su marido. Indirectamente, la canción hace referencia a su hermana Cristina, abandonada por Carlos Alberto, Marqués de Laurel, que se ha separado marchándose a París. Cuando todas se retiran Germán Ortega, conocido actor del Príncipe, se ofrece para consolar las penas de Cristina, aunque ésta aún confusa. Llega Rodrigo que presenta al banquero Mariani, que viene de París para ser testigo de la boda. Doña Aldonza, tía de Las Calatravas, algo ida por la edad, comenta a Cristina el rumor de que su marido ha regresado a Madrid a escondidas. Tras expresar Cristinas sus ansias y confusión, aparece Mariani que conoce a su marido, informándola de la fama de libertino que tiene también en París. Cuando todos se retiran para ver la función de Germán en el Príncipe, Mariani informa a Laura que ha venido a Madrid para embargar el coto de Extremadura de la marquesa por unas antiguas deudas de su marido. Sin embargo, el banquero rompe los documentos perdonando la deuda, al recordar que la marquesa le ayudó hace tiempo cuando era un pobre barquero.
Acto II
Baile en la embajada de Francia al que acuden Las Calatravas y sus amigos. Entre los invitados está Carlos Alberto, que se defiende ante las Marías de su fama de conquistador en su viaje a París, señalando que viene dispuesto a reconciliarse con Cristina. Isabel que ha regresado de su reciente luna de miel, se lamenta de la buena e inesperada salud de Rodrigo, quien encima no para un momento para tontear con otras mujeres. El actor Germán aprovecha para declamar una encendida declaración de amor a María del Mar. Uno de los atractivos del baile es el sorteo de parejas del vals principal, que se realiza mediante la coincidencia de las mitades de unas tarjetas, lo que provoca algunas trampas como la que realiza Mariani para coincidir con Laura. A pesar de sus intentos, las súplicas de perdón de Carlos Alberto son rechazadas por Cristina. El marqués, viendo que le han cambiado la tarjeta para no coincidir con su mujer, enojado lanza un guante en señal de reto que recoge Germán. Sin embargo, el ambiente festivo hace que todos los invitados no le den importancia, retirándose con sus parejas para el esperado vals principal de la noche.
Acto III
A la salida de la función del teatro del Príncipe, se despiden Las Calatravas de sus amigos. Rodrigo pide a su mujer que regrese con su madre, con la excusa de visitar a un amigo moribundo, aunque lo que pretende es irse de juerga toda la noche. Mariani informa a Carlos Alberto que el duelo será al amanecer. El Marqués encuentra a unos viejos amigos y les ofrece convidarles a cenar en el Lhardy, restaurante recientemente inaugurado. En el estudio del pintor Roldán, continúa la fiesta a ritmo de "Lolita la Graná", ante el cuadro gitano en el que trabaja el pintor. Rodrigo yace borracho en un diván, mientras Pepe Aleluya reparte bebida con una botella en la mano. Se presentan Laura y Cristina, quien pide quedarse a solas con Germán, para que renuncie al duelo ante el temor de que mate a su marido al que aún quiere. Cuando aparece Carlos Alberto, Germán renuncia a batirse retractándose de su ofensa. Mariani intercede ante Las Calatravas, finalizando con la reconciliación de Cristina y Carlos Alberto a los que unen Laura y Mariani, que manifiestan su amor a la luz del alba.
Acto I
En el Madrid romántico de 1846 son conocidas "Las Calatravas" por su vida alegre: Laura, Marquesa viuda del Campo de Calatrava, y sus dos hijas, Isabel y Cristina. En un saloncito de su casa se encuentra Isabel con unas amigas, las cuatro María (Mª del Mar, Mª del Carmen, Mª Fernanda y Mª Teresa), comentando entre risas su próximo compromiso, el que será su tercer matrimonio a pesar de sus 22 años. Ella calcula que su nuevo marido, Rodrigo Marqués de Hurtado, no durará más de un mes. En un salón contiguo está Pepe Aleluya, que también está enamorado de Isabel. La joven interpreta la canción de Madame Balancé, una picante polka sobre la airada reacción de una dama francesa ante la infidelidad de su marido. Indirectamente, la canción hace referencia a su hermana Cristina, abandonada por Carlos Alberto, Marqués de Laurel, que se ha separado marchándose a París. Cuando todas se retiran Germán Ortega, conocido actor del Príncipe, se ofrece para consolar las penas de Cristina, aunque ésta aún confusa. Llega Rodrigo que presenta al banquero Mariani, que viene de París para ser testigo de la boda. Doña Aldonza, tía de Las Calatravas, algo ida por la edad, comenta a Cristina el rumor de que su marido ha regresado a Madrid a escondidas. Tras expresar Cristinas sus ansias y confusión, aparece Mariani que conoce a su marido, informándola de la fama de libertino que tiene también en París. Cuando todos se retiran para ver la función de Germán en el Príncipe, Mariani informa a Laura que ha venido a Madrid para embargar el coto de Extremadura de la marquesa por unas antiguas deudas de su marido. Sin embargo, el banquero rompe los documentos perdonando la deuda, al recordar que la marquesa le ayudó hace tiempo cuando era un pobre barquero.
Acto II
Baile en la embajada de Francia al que acuden Las Calatravas y sus amigos. Entre los invitados está Carlos Alberto, que se defiende ante las Marías de su fama de conquistador en su viaje a París, señalando que viene dispuesto a reconciliarse con Cristina. Isabel que ha regresado de su reciente luna de miel, se lamenta de la buena e inesperada salud de Rodrigo, quien encima no para un momento para tontear con otras mujeres. El actor Germán aprovecha para declamar una encendida declaración de amor a María del Mar. Uno de los atractivos del baile es el sorteo de parejas del vals principal, que se realiza mediante la coincidencia de las mitades de unas tarjetas, lo que provoca algunas trampas como la que realiza Mariani para coincidir con Laura. A pesar de sus intentos, las súplicas de perdón de Carlos Alberto son rechazadas por Cristina. El marqués, viendo que le han cambiado la tarjeta para no coincidir con su mujer, enojado lanza un guante en señal de reto que recoge Germán. Sin embargo, el ambiente festivo hace que todos los invitados no le den importancia, retirándose con sus parejas para el esperado vals principal de la noche.
Acto III
A la salida de la función del teatro del Príncipe, se despiden Las Calatravas de sus amigos. Rodrigo pide a su mujer que regrese con su madre, con la excusa de visitar a un amigo moribundo, aunque lo que pretende es irse de juerga toda la noche. Mariani informa a Carlos Alberto que el duelo será al amanecer. El Marqués encuentra a unos viejos amigos y les ofrece convidarles a cenar en el Lhardy, restaurante recientemente inaugurado. En el estudio del pintor Roldán, continúa la fiesta a ritmo de "Lolita la Graná", ante el cuadro gitano en el que trabaja el pintor. Rodrigo yace borracho en un diván, mientras Pepe Aleluya reparte bebida con una botella en la mano. Se presentan Laura y Cristina, quien pide quedarse a solas con Germán, para que renuncie al duelo ante el temor de que mate a su marido al que aún quiere. Cuando aparece Carlos Alberto, Germán renuncia a batirse retractándose de su ofensa. Mariani intercede ante Las Calatravas, finalizando con la reconciliación de Cristina y Carlos Alberto a los que unen Laura y Mariani, que manifiestan su amor a la luz del alba.
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