Los circasianos (Argumento)

Los circasianos
Los circasianos, Zarzuela en tres actos se estrenó en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, el día 8 de Abril de 1860. Su libretista, Luis de Olona. Música de Emilio Arrieta.

La acción transcurre en el Cáucaso, siglo XVI.

Acto I

En una aldea perdida del Cáucaso, vive Isabel con su dueña Andrea, Beltrán, escudero de su padre, el Conde Rosen -general ruso que lucha contra los rebeldes circasianos, y que ha dado muerte en el campo de batalla al antiguo jefe de los rebeldes, el padre de Kaide-, y algunos criados. Isabel ama en silencio a Kaide, jefe del ejército rebelde, ignorando su origen. Kaide, a su vez, es amado en silencio por la circasiana Celia que, tras verse sola en el mundo, fue recogida por Daniel, que la ama sin ser correspondido.

Acto II

En la aldea circasiana, Zelia trata de ablandar el corazón de Kaide, pero éste sólo ama a Isabel, a pesar de que ha descubierto su verdadera identidad y se debate entre su amor y su deber hacia su pueblo, y la memoria de su padre. El almuédano llama a los musulmanes a la oración matutina. La aldea despierta y labradores y lavanderas preparan sus faenas. Daniel quiere impedir que Kaide haga daño a Zelia, ya que conoce su amor por Isabel, y lo busca por la aldea. Los rebeldes preparan el ataque al Palacio de Valka, residencia del Conde Rosen, para liberar la ciudad del poder del Zar. El acto concluye con la solemne llamada a la batalla de Mulak, que evita que Daniel apuñale a Kaide por haber traicionado el amor a Zelia.

Acto III

En el Palacio de Valka, Isabel, pensativa y triste, se lamenta de su destino al conocer la identidad de su amado. Kaide, que ha entrado en silencio en el palacio del Conde para vengar la muerte de su padre -siendo ésta la señal para que la rebelión estalle en la ciudad-, ruega a Isabel que huya con él,  demostrándole así que es capaz de abandonar sus ideales por amor. Pero Zelia aparece en escena y recuerda a Kaide sus obligaciones con su raza, obligándole a renunciar al amor de Isabel. Los circasianos son derrotados y Kaide cae prisionero con los demás caudillos rebeldes, pero el Conde, en una muestra de magnanimidad y clemencia, le perdona la vida, dejándole partir. Isabel renuncia al amor de Kaide, ya que no es leal a Rusia, por lo que éste ofrece a Zelia premiar su constancia y sacrificio.

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