Covadonga
Covadonga, Zarzuela en tres actos se estrenó en el Teatro Parish de
Madrid, el día 22 de Enero de 1901. Sus libretistas, Marcos Zapata y Eusebio Sierra. Música de Tomás Bretón.
Acto I
En una aldea de Asturias la gente corre asustada comentando la invasión de los árabes. Walia les convence de que deben unirse para defender con valor la patria, como hizo él mismo en Guadalete, obligando además al cobarde Emeris a que se infiltre entre los moros. Cuando entra el ejército invasor, comandado por Munuza, Emeris le engaña contando que desea venganza porque un godo deshonró a su hermana. En un castillo cercano, Ulrico y Ermerinda, hija de Walia, se juran amor eterno. Walia propone a Ulrico que se una a los nobles para reorganizar la defensa del reino. Junto a la ermita, se elige a Pelayo como caudillo, con la bendición de los sacerdotes y el juramento de defender la gloria de Asturias.
Acto II
En un harén moro, Zara canta un romance sobre un episodio del profeta Mahoma. Munuza ama a Zara, pero ella le rechaza. A solas Zara confiesa a Emeris su secreta conversión al cristianismo durante un período que estuvo cautiva. Se ocultan al escuchar llegar a los capitanes moros con Murnza, enterándose de los planes de las tropas árabes. Emeris huye con la intención de informar a Walia, gracias a Zara que le muestra un pasadizo subterráneo y se interpone cuando les sorprende Munuza. En una gruta grande en la montaña, Walia prepara el combate aprovechando la información que les trae Emeris. Ermerinda se presenta a Ulrico disfrazada de hombre, obligada a huir ante el avance de los moros. Pelayo cuenta un sueño profético y recuerda la batalla de Guadalete. Se escucha la batalla de Covadonga y en medio del fragor de la lucha, la aparición de la Virgen desde la cueva provoca la victoria de las tropas cristianas.
Acto III
Munuza y los capitanes asisten al baile de las odaliscas, interrumpido por la llegada de las tropas de Yusuff en retirada. Zara rechaza una nueva oportunidad para retractarse de su conversión y es encerrada junto a Ermerinda y Emeris, que han sido apresados en la batalla. Finalmente, los moros abandonan la fortaleza y los prisioneros son liberados por Walia y Ulrico ante la alegría de todos. El pueblo celebra la victoria con una danza prima y unas alegres giraldillas, siendo proclamado Pelayo rey de Asturias.
Acto I
En una aldea de Asturias la gente corre asustada comentando la invasión de los árabes. Walia les convence de que deben unirse para defender con valor la patria, como hizo él mismo en Guadalete, obligando además al cobarde Emeris a que se infiltre entre los moros. Cuando entra el ejército invasor, comandado por Munuza, Emeris le engaña contando que desea venganza porque un godo deshonró a su hermana. En un castillo cercano, Ulrico y Ermerinda, hija de Walia, se juran amor eterno. Walia propone a Ulrico que se una a los nobles para reorganizar la defensa del reino. Junto a la ermita, se elige a Pelayo como caudillo, con la bendición de los sacerdotes y el juramento de defender la gloria de Asturias.
Acto II
En un harén moro, Zara canta un romance sobre un episodio del profeta Mahoma. Munuza ama a Zara, pero ella le rechaza. A solas Zara confiesa a Emeris su secreta conversión al cristianismo durante un período que estuvo cautiva. Se ocultan al escuchar llegar a los capitanes moros con Murnza, enterándose de los planes de las tropas árabes. Emeris huye con la intención de informar a Walia, gracias a Zara que le muestra un pasadizo subterráneo y se interpone cuando les sorprende Munuza. En una gruta grande en la montaña, Walia prepara el combate aprovechando la información que les trae Emeris. Ermerinda se presenta a Ulrico disfrazada de hombre, obligada a huir ante el avance de los moros. Pelayo cuenta un sueño profético y recuerda la batalla de Guadalete. Se escucha la batalla de Covadonga y en medio del fragor de la lucha, la aparición de la Virgen desde la cueva provoca la victoria de las tropas cristianas.
Acto III
Munuza y los capitanes asisten al baile de las odaliscas, interrumpido por la llegada de las tropas de Yusuff en retirada. Zara rechaza una nueva oportunidad para retractarse de su conversión y es encerrada junto a Ermerinda y Emeris, que han sido apresados en la batalla. Finalmente, los moros abandonan la fortaleza y los prisioneros son liberados por Walia y Ulrico ante la alegría de todos. El pueblo celebra la victoria con una danza prima y unas alegres giraldillas, siendo proclamado Pelayo rey de Asturias.
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