El mozo crúo
El mozo crúo, Sainete lírico en un acto se estrenó en el Teatro Cómico de
Madrid, el día 22 de Septiembre de 1903. Sus libretistas, Diego Jiménez-Prieto y Felipe Pérez Capo. Música de Rafael Calleja y Vicente Lleó.
La acción transcurre en Madrid, en época contemporánea al estreno.
Acto I
Cuadro primero. Se sitúa en una plaza de un barrio de Madrid, en la que hay una taberna, una buñolería y un puesto de flores. Expedito, el hijo del tabernero, estudia para sacerdote, pero está enamorado de Manolita, la hija del señor Ambrosio, el buñolero. Las peleas entre Ambrosio, anticlerical y un tanto revolucionario, y los padres de Expedito, Ramón y Baldomera, son casi continuas, ya que el primero defiende el amor de los chicos, un amor que Expedito ni siquiera manifiesta a Manolita. Los taberneros tienen en su local a un personaje fanfarrón, chulo y peleón, Curro Cambrales, que con su garrote mantiene a raya no sólo a los clientes de la taberna sino a Ambrosio. La florista, Celi, quiere a Manolita como una hermana y dispuesta a conseguir su felicidad pide a su novio, el organillero Quisquillas, que para probarle su amor, se enfrente a Curro Cambrales en la verbena de San Lorenzo, que tendrá lugar el día siguiente, de modo que escarmentado el matón, Expedito tenga el valor de enfrentarse a sus padres y sacar adelante su historia de amor con Manolita. Curiosamente Curro Cambrales dará a Quisquillas una lección de lucha, siempre fanfarroneando, lo que deja a Quisquillas atemorizado.
Cuadro segundo. Muy breve, transcurre en la calle y sirve para afirmar el carácter de los diversos personajes y para que Quisquillas se declare dispuesto a todo por el amor de la florista.
Cuadro tercero. Transcurre ya en la verbena de San Lorenzo, en la paza adornada con farolitos, con un salón de baile y con la buñolería del señor Ambrosio. Curro Cambrales trata de buscar bronca con el señor Ambrosio pidiendo que sea Manolita quien les sirva, a lo que él se niega. Quisquillas, bastante asustado por la situación, se convertirá sin embargo en el héroe de la noche, pues al ver que Curro empuja a Celi de mala manera, la defiende con pasión, devolviéndole a Curro los golpes que éste le había enseñado. El señor Ramón y la señora Baldomera, viendo burlado a su matón ya no tienen fuerza para oponerse a las razones del señor Ambrosio y sobre todo al amor de Manolita y Expedito, por lo que la obra termina felizmente.
La acción transcurre en Madrid, en época contemporánea al estreno.
Acto I
Cuadro primero. Se sitúa en una plaza de un barrio de Madrid, en la que hay una taberna, una buñolería y un puesto de flores. Expedito, el hijo del tabernero, estudia para sacerdote, pero está enamorado de Manolita, la hija del señor Ambrosio, el buñolero. Las peleas entre Ambrosio, anticlerical y un tanto revolucionario, y los padres de Expedito, Ramón y Baldomera, son casi continuas, ya que el primero defiende el amor de los chicos, un amor que Expedito ni siquiera manifiesta a Manolita. Los taberneros tienen en su local a un personaje fanfarrón, chulo y peleón, Curro Cambrales, que con su garrote mantiene a raya no sólo a los clientes de la taberna sino a Ambrosio. La florista, Celi, quiere a Manolita como una hermana y dispuesta a conseguir su felicidad pide a su novio, el organillero Quisquillas, que para probarle su amor, se enfrente a Curro Cambrales en la verbena de San Lorenzo, que tendrá lugar el día siguiente, de modo que escarmentado el matón, Expedito tenga el valor de enfrentarse a sus padres y sacar adelante su historia de amor con Manolita. Curiosamente Curro Cambrales dará a Quisquillas una lección de lucha, siempre fanfarroneando, lo que deja a Quisquillas atemorizado.
Cuadro segundo. Muy breve, transcurre en la calle y sirve para afirmar el carácter de los diversos personajes y para que Quisquillas se declare dispuesto a todo por el amor de la florista.
Cuadro tercero. Transcurre ya en la verbena de San Lorenzo, en la paza adornada con farolitos, con un salón de baile y con la buñolería del señor Ambrosio. Curro Cambrales trata de buscar bronca con el señor Ambrosio pidiendo que sea Manolita quien les sirva, a lo que él se niega. Quisquillas, bastante asustado por la situación, se convertirá sin embargo en el héroe de la noche, pues al ver que Curro empuja a Celi de mala manera, la defiende con pasión, devolviéndole a Curro los golpes que éste le había enseñado. El señor Ramón y la señora Baldomera, viendo burlado a su matón ya no tienen fuerza para oponerse a las razones del señor Ambrosio y sobre todo al amor de Manolita y Expedito, por lo que la obra termina felizmente.
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