La fiesta de San Antón (Cantables)



LA FIESTA DE SAN ANTÓN



Sainete lírico

Libreto: Carlos Arniches.

Música: Tomás López Torregrosa.

Estrenada el 25 de Marzo de 1898 en el Teatro Apolo de Madrid.

La acción, en Madrid en 1898


ARGUMENTO


La obra se inicia en el exterior de una taberna, que está muy concurrida y con una animada clientela. Sobresale la generosidad del joven Antonio, que invita a beber a todos. Entre los parroquianos se encuentra Eusebio, que tiene por fanfarrón a Antonio, aunque el Pintao, que se le acerca, destaca la bondad de Antonio.
Eusebio contesta que no puede ser buen hombre desde el momento en que ha abandonado a Regina, única muchacha que le amaba de verdad y podía haberle hecho feliz. La conversación queda cortada cuando Eusebio y el Pintao se alejan hacia unos coches, para dar paso al propio Antonio, que se acerca charlando con el señor Ramón.
Antonio explica a su acompañante que no sabe que hacer con Regina, a quien ya no quiere, pero al marcharse el señor Ramón, Antonio queda pensativo y se pregunta si realmente está en lo cierto y ya no ama a Regina.
Al cabo de un rato aparece Jenara, trayendo la comida para Eusebio, su marido. Cuenta cómo ha presenciado un violento encuentro entre Regina y Felipa, actual novia de Antonio, y que tras tomar parte en la bronca organizada, ella misma ha animado a Regina a que no falte al día siguiente a la cita existente entre Felipa y Antonio, con objeto de aclarar las cosas de una vez. Pero ahora Jenara, que ha comprendido, en su reflexión, lo arriesgado de la situación, pide a su marido que de algún modo desbarate dicha cita.
Eusebio, al tratar de convencer a Antonio, fracasa rotundamente, momento en que aparece Felipa con su madre Leoncia. Felipa se lleva a un lado a Antonio, y le pide que acuda al día siguiente, fiesta de San Antón, a la taberna que ella posee, para que así Regina sienta celos al verles unidos. Antonio duda al principio, pero acaba por consentir. Poco después Regina se presenta frente a la taberna, sabe que Antonio está dentro, y para hablar con él manda recado a que salga. Pero queda sorprendida al ver salir a Felipa, que riendo se le enfrenta. Al cabo de un rato sale Antonio, y Regina queda desengañada al oír de sus propios labios que ya no la quiere.
El día de San Antón, en la taberna donde Felipa ha citado a Antonio. Al llegar este todos brindan y reina gran animación, hasta que de pronto se hace el silencio al irrumpir rabiosamente Regina en la tertulia, interponiéndose entre Felipa y Antonio. Las dos rivales empiezan a agredirse mutuamente y Antonio, que no quiere presenciar por más tiempo la pelea, monta su caballo y se marcha, con tan mala suerte, que sufre una caída y es traído de nuevo a la taberna, entre la consternación general. Regina es la primera que se ofrece a curar sus heridas, y entonces comprende Antonio que sólo a ella ha querido durante todo ese tiempo.


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Personajes:

Regina: Enamorada de Antonio despechada por éste.
 
Felipa: Moza algo brava rival de Regina.

Antonio: Guarnicionero y “guapo mozo” que juega con las mujeres.

Eusebio: Dueño de la taberna.

Genara: Mujer de Eusebio y protectora de Regina.
 
Señá Leoncia: Madre de Felipa.
 
Ramón: Padre de Felipa. Actor cantante.


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Números musicales:

Escena “Paco, di al chico que saque otra media”: (Nicasia, Baltasara, Ramón, Antonio, Pajarero, Pellejero, Los del Grupo)
Dúo de Felipa y Antonio “Que es lo que te pasa que ya no me miras”: (Felipa, Antonio)
Escena “¡Ay que me encuentro más triste!” Duettino-Habanera “Oye Felipa, tú no le quieres” y terceto con coro “¿Qué vas a hacer? A verlo vas”: (Regina, Felipa, Niña, Antonio, Eusebio, Ramón, Cantaor)


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Escena “Paco, di al chico que saque otra media”: (Nicasia, Baltasara, Ramón, Antonio, Pajarero, Pellejero, Los del Grupo)

RAMON
Paco, dile al chico
que saque otra media.

ANTONIO
Media no es bastante;
tráete otra docena.

(Se va el Chico a la taberna.)

Miserias no quiero
en donde yo esté;
beban a su gusto
que yo pagaré.

PAJARERO
(A los curiosos.)
Animo, señores,
que estos pajaritos
sacan papelitos
pa pronosticar
el día y la hora
en que cá señora
se tié que casar...
bien con un rubio,
bien con un moreno,
u con un castaño,
u con un trigueño,
u con un canoso,
u con un albino,
y si ha de ser limpio
u ha de ser... ¡Perico!

(Al pájaro.)

Sácate un papel,
a ver a esta rubia
quién la va a querer.

NICASIA
¿Pero usté no sabe,
Señá Baltasara,
que toda la fruta
se ha puesto muy cara?...

BALTASARA
Pues, hija, si sigue
esta proporción,
va a costar un coche
menos que un melón.

(El Chivo de la taberna ha salido un poco antes con una bandeja con copas y ha repartido entre Los del Grupo)

ANTONIO
¿Qué tal es el vino?

LOS DEL GRUPO
¡Vaya un Valdepeñas!

ANTONIO
Pues anda, muchacho,
tráete otra docena.

BALTASARA
El chico es rumboso,
por lo que se ve.

NICASIA
Siempre fue lo mismo,
ya lo sabe usté.

PELLEJERO
¡La pelleja para la cama,
para la cuna!

RAMON
Señora Nicasia,
¿la compro a usté una,
bien para la cama,
bien para la cuna?...

NICASIA
¡Jesús, hijo mío,
Qué barbaridad!
¿Me está usté tomando
por menor de edad?

(Sale un Afilador y atraviesa la escena tocando la flauta.)

¿Quiere ustez que llame
al afilador
y que le convide?

RAMON
Gracias por el favor.

ANTONIO
Llámelo usté pronto,
porque ya se va.

PACO
(Al Señor Ramón)
Vuelva ustez por otra.

TODOS
¡Ja, ja, ja, ja!...

(Siguen riéndose.)


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Dúo de Felipa y Antonio “Que es lo que te pasa que ya no me miras”: (Felipa, Antonio)

ANTONIO
¿Qué es lo que te pasa
que ya no me miras
lo mismo que ayer?

FELIPA
Que no está el asunto
pa bromas ahora,
¿qué le voy a hacer?

ANTONIO
¿Por qué dices eso?
¿Qué causa te di?

FELIPA
Que ya no me quieres
tampoco tú a mí.

ANTONIO
¿Que no te quiero?... ¡Vamos, chiquilla,
tú tienes ganas de bromear!
Te quiero tanto, que de rodillas,
si me lo mandas, te he de adorar.
Cuando te alegras se me remozan
todas las ansias de la pasión.
Cuando te enfadas se me destrozan
las entretelas del corazón.

FELIPA
Pues si me quieres de esa manera,
pues si me pones en un altar,
pruébalo haciendo lo que yo quiera,
que nada malo te he de mandar.
Si tus fatigas no se conocen,
si no aprovechas una ocasión,
tú mismo quieres que se destrocen
las entretelas del corazón.

ANTONIO
¡Pide por esa boca,
di lo que quieres,
que estoy dispuesto a todo,
pa que te enteres!
¡Porque me siento ahora,
Viéndote así,
capaz de hacer milagros
sólo por ti!

FELIPA
No pido tanto,
¡qué atrocidá!

ANTONIO
¿Qué pruebas quieres?
¡Dímelo ya!

FELIPA
Que mañana por la tarde,
cuando esté la tienda abierta
me visites a caballo
pa que vean que me ves
y pa ver yo como pasas
por delante de la puerta
con la manta jerezana
y el sombrero cordobés.
Y entre el barullo
de los que corren
por la cebada
de San Antón,
se enteren todos
de que yo sola
soy la que tiene
tu corazón.

ANTONIO
Pero, chiquilla,
si no es preciso.
¿Pa qué me buscas
un compromiso?
Si es por dar celos
a otra mujer,
de sobra sabes
que no pué ser.

FELIPA
¡Qué me se importan
otras mujeres!
Eso es disculpa,
ya no me quieres.

ANTONIO
¿Que no te quiero? Vamos, chiquilla,
tú tienes ganas de bromear!
Te quiero tanto, que de rodillas,
si me lo mandas, te he de adorar.
Si me lo mandas, te he de adorar.
Cuando te alegras se me remozan
todas las ansias de la pasión.
Cuando te enfadas se me destrozan
las entretelas del corazón.
Cuando te enfadas se me destrozan
las entretelas del corazón.
Cuando te enfadas se me destrozan
las entretelas del corazón,
del corazón.

FELIPA
Pues si me quieres de esa manera,
pruébalo ya,
pruébalo haciendo lo que yo quiera,
que nada malo te he de mandar.
Que nada malo te he de mandar.
Que mañana por la tarde,
cuando esté la tienda abierta
me visites a caballo
pa que vean que me ves
y pa ver yo como pasas
por delante de la puerta
con la manta jerezana
y el sombrero cordobés.
Cuando te enfadas se me destrozan
las entretelas del corazón,
del corazón.


__________



Escena “¡Ay que me encuentro más triste!” Duettino-Habanera “Oye Felipa, tú no le quieres” y terceto con coro “¿Qué vas a hacer? A verlo vas”: (Regina, Felipa, Niña, Antonio, Eusebio, Ramón, Cantaor)

REGINA
¡Ay, que me encuentro más triste
y estoy más sola que el día
en que me quedé sin madre,
y ella sí que me quería!
¡Ay, qué triste y qué sola que estoy,
Madre mía!

ANTONIO
(Dentro. Se oye también puntear una guitarra y voces de jaleo)
¡Ay, ay, ay!

REGINA
¡Esa es su voz!
¡Va a cantar!

ANTONIO
¡Ay, ay, ay!

VOCES
(Dentro.)
¡Ole!

ANTONIO
Sombra le pedí a una fuente
y agua le pedí a un olivo,
que me ha puesto tu querer
que no sé lo que me digo.
Sombra le pedí a una fuente
y agua le pedí a un olivo.

(Bullicio y palmas dentro.)

REGINA
Es un puñal
esa canción;
rasgando está
mi corazón.

ANTONIO
¡Ay, ay, ay!

(Se repiten dentro las palmas y el jaleo. De pronto, con decisión, dice Regina:)

REGINA
Basta de dudas y de tormentos,
ya estoy resuelta, resuelta a tóo,
si no son míos sus pensamientos,
y si no es mío su corazón,
si es que ya me olvida
por otra mujer,
que me lo diga en mi cara
y que me hiera su mano
ya que me muero por él.

(Sale una Niña con una botella en la mano de la casa primera derecha y se dirige a la taberna. Regina la ataja el paso después de hacer una pausa de reflexión al verla.)

Oye, Rosario.

NIÑA
¿Qué quiés, Regina?

REGINA
Que entres ahí dentro, hazme el favor,
y dile a Antonio que salga pronto,
que yo aquí fuera le espero.

NIÑA
Voy.

(Se dirige la Niña a la casa, cuando dentro, entre bullicio y palmas, se dispone uno a cantar.)

CANTAOR
Ay, ay, ay.
Si porque no tengo...

(Entra la niña.)

ANTONIO
(Al que canta.)
¡Calla!

(Se hace silencio dentro.)

REGINA
¡Ya se lo está diciendo!
Se callan. ¡Virgen mía!
Oigo pasos, se acerca...

(Regina está colocada oyendo junto al quicio de la puerta)

¡El es, por fin!

REGINA
¡Felipa!

(Asombrada viendo salir a Felipa. La Niña sale detrás y se va a la taberna.)

FELIPA
(Con sorna.)
Buenas noches.

REGINA
(Con serenidad.)
¿Estabas ahí?

FELIPA
Vengo a ver qué quieres.

REGINA
No te busco a ti.

FELIPA
(Riendo.)
¿No esperabas tú
que saliera yo?

REGINA
Si le espero a él,
claro está que no.

FELIPA
Pues ahora está ocupao
y sin ganas de salir,
y me encarga que me digas
lo que tengas que decir.

REGINA
¿A ti?

FELIPA
A mí.

REGINA
¿A ti?

FELIPA
A mí.

REGINA
Puede que sea
mejor así.
Oye, Felipa, tú no le quieres.
Ese o el otro, ¿qué más te da?
Si él te dejara
tú no te mueres.
Yo sí me muero
si él me se va.

FELIPA
Oye, Regina,
tú no le quieres
cambia de ideas,
vuélvete atrás,
que estos asuntos
entre mujeres
no tién arreglo
nunca jamás.

REGINA
No seas la causa
de mi perdición.

FELIPA
Nada ganarías
con mi compasión.

REGINA
Oye, Felipa, tú no le quieres.
Ese o el otro, ¿qué más te da?
Si él te dejara
tú no te mueres.
Yo sí me muero
si él me se va.

FELIPA
Oye, Regina,
si tú le quieres
cambia de ideas,
vuélvete atrás,
que estos asuntos
entre mujeres
no tién arreglo
nunca jamás.

REGINA
No juegues Felipa
con mi corazón.

FELIPA
¡Basta de discursos
ya he dicho que no!

(Hablado)

¿Qué vas a hacer?

REGINA
A verlo vas.
Todo por él.

(Se acerca a la casa.)

Antonio, sal.

(Le llama después de abrir estrepitosamente la puerta con gran energía.)

FELIPA
(Con decisión.)
¡No sale!

REGINA
¡Sí!

(Con mayor energía desde la puerta.)

¡Antonio, sal
o entro por ti!

(Antonio sale empujándola. Lleva la guitarra en la mano, llena de cintas de colores. Sale colérico y nervioso. Le siguen en tropel todos los Invitados.)

ANTONIO
Vaya, ¿qué quieres?,
¡ya estoy aquí!

(Cantando)

MUJERES
Ya están las dos frente a frente,
a ver lo que va a pasar.

HOMBRES
Me parece que habrá bronca,
y va a ser de las sonás.

REGINA
(A Antonio.)
Dicen que ya no me quieres
a mí, que tanto te quiero,
y dicen que me abandonas,
y digo que no lo creo.
Y como que yo
no puedo vivir
sin que vivas tú
sólo para mí
vengo a que todos se desengañen,
aunque me cueste luego morir;
vengo a arrancarte de entre sus manos.
¡Quiero lo mío! ¡Vengo por ti!

FELIPA
¿Y por qué es tuyo,
vamos a ver?

RAMON
¡Miá tú que tiene
desfachatez!

REGINA
¡Antonio, por el querer
que nos tenemos los dos
diles que eres mío,
dilo ya, por Dios!

FELIPA
¡Dilo si te atreves
estando aquí yo!

ANTONIO
Digo...

REGINA y FELIPA
¿Qué?

ANTONIO
Digo que me dejes,
que vayas con Dios,
porque ya no hay nada,
nada entre los dos.

REGINA
(Con desesperación.)
¡Dios mío!

FELIPA
¡Gracias, Antonio!

ANTONIO
¡Ese soy yo!

RAMON
Ea, señores,
basta de gresca.
Vamos adentro,
siga la fiesta.

CORO
¡Cómo se marcha!
¡Cómo la deja!
¡Miá tú que tiene
poca vergüenza!

(Entran todos. Regina queda en la calle observando. Antonio es el último que entra.)

REGINA
¡Antonio de mi alma!

(Va hacia él. Antonio entra y cierra.)

¡No me dejes así!
¡Antonio de mi vida,
qué va a ser ya de mí!
¡Antonio, Antonio mío,
ven, que quiero morir
ahogada entre tus brazos
y moriré feliz!
¡Ay, que me encuentro más triste
y estoy más sola que el día
en que me quedé sin madre,
y ella sí que me quería!
¡Ay, qué triste y que sola;
qué estoy,
madre mía!

(Dice estas últimas palabras con un desfallecimiento mortal, y al ir a desplomarse, el Señor Eusebio, que ha salido, se acerca a ella y la recoge en sus brazos.)

EUSEBIO
¡Regina!

REGINA
¡Me muero!

EUSEBIO
¡Recontra! ¿Lo ves?
Mal rayo a los hombres que matan
a una pobre mujer.      

(Mirando a la casa con indignación.) Mal rayo a los hombres que matan a una pobre mujer. Se la lleva apoyada en su hombro.)

ANTONIO
(Dentro de la casa.)
El tiempo con el querer
hicieron una contrata,
y lo que el querer compone
el tiempo lo desbarata.

(Jaleo dentro.)





FIN


Información obtenida en la Página Web http://lazarzuela.webcindario.com/

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