CASADO Y SOLTERO
Zarzuela en un acto y en prosa.
Imitada del francés por Luis de Olona.
Música de Joaquín Gaztambide.
Representada por primera vez en Madrid,
en el teatro de la Zarzuela, en junio de l858.
REPARTO
(Estreno)
La Condesa - Sra. Josefa Mora.
La Señora Baltasara - Sra. María
Soriano.
Inés - Sra. Josefa Murillo.
Manuel - Sr. Vicente Caltañazor.
El Conde - Sr. Aquiles Di-Franco.
Andrés - Sr. N. Fernández.
La acción en una Quinta, en nuestros
días (Estreno).
NOTA. Aunque esta zarzuela está tomada
de la ópera cómica titulada Le Valet de Chambre, todas las escenas son
enteramente nuevas, así como el personaje de Baltasara, que no existe en la
obra francesa.
ACTO UNICO
El teatro representa un parque elegante.
Ala izquierda un muro que se prolonga hacia el fondo, con una puertecita en el
segundo ó tercer término. El muro y la puerta están cubiertos por una frondosa
enredadera. A la derecha (1) un pabellón, adornado con dos columnas y vasos de
flores.
(1) Entiéndase por derecha é izquierda
la del público.
ESCENA PRIMERA
La Condesa, el Conde, Manuel.
INTRODUCCION —CANTO
La Condesa y el Conde salen del brazo y
hablándose cariñosamente por la puerta del pabellón. Manuel ha salido
apresurado delante de ellos, se dirige al fondo y exclama como si hablara con
alguien de adentro.
MANUEL
¡Presto el coche, presto el coche!
La Condesa a partir va.
(Bajando adonde está la Condesa)
Cuando guste mi señora...
CORO
(A Manuel) Un momento.
MANUEL
(Retirándose) Bien está.
(La Condesa llevando a un lado al Conde,
le dice con suma ternura)
CONDESA
¿Me escribirás?
CONDE
Te escribiré. (Muy cariñoso)
CONDESA
Piensa ¡ay! en mí.
CONDE
Tú en mí también.
CONDESA
Con tus recuerdos
yo viviré.
CONDE
Yo a ti los míos
consagraré.
MANUEL
(Aparte) Para un viaje
de legua y media
tales extremos
nunca vi hacer:
ó mintiendo están los dos,
ó son tontos ella y él.
CONDESA
(Al Conde) De mi ventana las gayas
flores
riega por mí.
Cuida tú mismo los ruiseñores
que tengo allí.
Cuida mis peces de grana y oro
y échales pan;
y por las tardes cántale al loro
el dulce imán.
Lo que yo hacia
debes tú hacer
para acordarte
de tu mujer.
CONDE
(Con gazmoñería) Con el lorita,
la flor y el pez
yo aquí sólito
me entretendré.
MANUEL
(Aparte) ¡Ay, qué babiecas
son ella y él!
CONDESA y CONDE
Con tus recuerdos
yo viviré.
MANUEL
(Aparte)
¡Ay, qué babiecas
son ella y él!
CONDESA
Para probarme tu amor sincero
muy tempranito le acostarás,
y encerradito de noche y día
a nadie, a nadie recibirás.
CONDE
Para probarte mi amor sincero,
haré una vida tan ejemplar,
que solamente Manuel y el loro
han de ser siempre mi sociedad.
MANUEL
(Aparte) ¡Qué divertidos
vamos a estar
el Conde y yo...
y el animal.
CONDESA
Para probarme
tu amor, sincero,
etc.
CONDE
Para probarte
mi amor sincero,
etc.
MANUEL
(Aparte)
Para probarle
su amor sincero,
va a hacer la vida
de un sacristán.
O es todo pura
gazmoñería,
ó este marido
no tiene igual.
(Hablado)
CONDE
Quiero acompañarte hasta el carruaje.
CONDESA
Sí, sí; Manuel, cuida mucho a tu amo.
MANUEL
Descuide usía, señora Condesa. (Acompañándola
hasta el fondo) ¡Que usía lleve muy buen viaje! ¡Y que vuelva pronto con salud!
El camino está bueno, y antes de una hora habrá usía llegado a la quinta de su
tía la señora baronesa. (Ya solo y mirando) ¡Ajá! Ya sube a la carroza. Ya le
da la mano a mi amo. (Suenan chasquidos de látigo) Ya partió. (Viniendo al
proscenio) ¡Bendita de Dios vaya! (El Conde aparece de nuevo en el fondo, haciendo
señas de despedida con un pañuelo) ¿Eh? ¿Todavía dura la despedida?
CONDE
¡Qué buena! (Bajando al proscenio) ¡Qué
cariñosa! Qué... ¿Manuel?
MANUEL
¿Señor?
CONDE
¿Cuándo dijo que volvería?
MANUEL
¿Quién?
CONDE
¡Quién! Mi esposa... Tu ama.
MANUEL
¡Ah! Dentro de cuatro días.
CONDE
Si, es verdad. ¿Has visto mujer más
amable, mas linda, más?...
MANUEL
¡Oh!... ¡Mucho!... ¡Mucho!
CONDE
¡La adoro con un frenesí!... Lo mismo
que cuando éramos novios.
MANUEL
(Con incredulidad) ¿Lo mismo, señor?
CONDE
Lo mismo. (Pausa) Dime: ¿qué haremos
durante su ausencia?
MANUEL
¿Qué? Encerrarnos, acostarnos temprano,
echar pan a los peces...
CONDE
(Fríamente) ¡Ah! Si, ya me olvidaba...
MANUEL
¡Pues poco que nos vamos a divertir!...
CONDE
(Desanimado) ¿Sí? ¿Tú crees?...
MANUEL
¡Vaya! —Conque, señor, supongo que usía
se va a meter en su cuarto. Allí le serviré la comida, y en dando las
oraciones... todo el mundo ú la cama.
CONDE
No, no: una hora después. Yo no me
podría quedar dormido y... (Pausa) Estoy triste, Manuel.
MANUEL
¿De veras, señor? (Admirado)
CONDE
Como lo oyes. Y si me encierro en casa,
de fijo me va a dar una melancolía tan grande... Ya ves tú... echaré tan de
menos a la Condesa... Y además, hace un calor ahí dentro...
MANUEL
¡Calle, calle! (Aparte, con mucha
malicia)
CONDE
¿No sientes tú calor?
MANUEL ¿Yo calor? (Esto quiere decir
algo)
CONDE
(Fingiendo que se le ocurre una idea) Se
me figura que si diera una vuelta por el campo... ¿Qué te parece?
MANUEL
¿A mí, señor?
CONDE
¿No es verdad que hace un fresco tan
delicioso en esas alamedas?... Mira, antes de encerrarme quiero tomar un poco
el aire.
MANUEL
¡Sí, señor! (Con malicia) Que el cuerpo
se espavorice... Eso es muy sano.
CONDE
Casi estaba por montar a caballo.
MANUEL
(Aparte) ¡Uy! ¡Esto me huele a una
escapatoria!
CONDE
Me iré hacia la aldea, ¿eh? (De pronto)
¡Es muy fresca la aldea!
MANUEL
Sí, señor, si. Todo por ahí es fresco.
CONDE
Y así conoceré este país. Nunca había
venido a la quinta... y solo tenía de ella las noticias que tú me dabas. ¡Qué
diantre! Hace dos días que estamos aquí mi mujer y yo, y aun no hemos salido a
visitar estos contornos. Ayer solamente fui un rato a la aldea...
MANUEL
Tiene usía razón.
CONDE
Pues una vez que tanto me lo
aconsejas.... (Se dirige al fondo, y de pronto vuelve) Oye, Manuel. Si acaso no
vuelvo hasta la noche... (Vivamente) Por supuesto que no será. — Pero... si no
volviese hasta mañana...
MANUEL
(Muy sorprendido) ¡Cómo!! Hasta maña... (De
pronto y con resolución cómica) No diga usía mas. Yo echaré pan a los peces.
CONDE
¡Ajá! ¡Bravo!
MANUEL
(¡Qué gusto! ¡Me quedo solo!)
CONDE
(Mirándole con malicia) ¡Adiós,
socarrón! Tal vez necesite pronto de tus servicios. (Poniéndole la mano sobre el
hombro) Tú eres soltero... y puede uno fiarse de ti. — Hablaremos.
MANUEL
(Vivamente y con aire confidencial)
¡Hola! ¿Ha caído qué hacer?
CONDE
(Sonriendo) Hablaremos. — En el ínterin te doy mis plenos poderes, y te
dejo hasta mi vuelta dueño absoluto de la quinta.
MANUEL
¡Dueño absoluto! (Contento)
CONDE
Completamente. — (Yéndose hacia al
fondo) ¡Adiós!
MANUEL
(Siguiéndole) Puede usía tardar lo que
quiera. Distráigase usía, señor. (El Conde desaparece) Distráigase usía. (Bajando
vivamente al proscenio) ¡Y yo que le creía un babieca! ¡Cáspita! ¡Si sabe más
que Briján. — ¡Ahora comprendo por qué me ha prohibido tan severamente que me case.
¡Claro! ¡La experiencia!... Es decir, la suya; que a mí me va muy bien con mi
mujer. (Reflexionando) ¡Mi mujer!... Si el Conde supiera que contraje un
matrimonio secreto, que mi Inés viene a verme de ocultis... Pues digo; y ella
que también se casó sin que lo supiera su tía, mientras esta cayó enferma con tabardillo?
— Y la vieja es un... ídem... A todas partes sigue a su sobrina, y.... ya se
ve: como siempre las acompaño y las agasajo, ha dado en lomar por ella los obsequios
que dirijo a mi mujer. — ¡Bah! Pensemos ahora
únicamente en que estoy solo como en otro tiempo. — En que soy el amo, y en que
puedo recibir a mi Inés con libertad, y pasar la tarde con ella, y.... (Suenan golpes
d la puerta del muro) ¿Eh? ¡Creo que dan golpecitos a esa puerta! ¡Sí! Mi mujer
es sin duda. — ¡Oh, amor! Extiende tus alas... y descorre el cerrojo. (Vd. a
abrir)
(Música)
CANTO —TRIO
ESCENA II
Manuel, Inés, Baltasara.
BALTASARA
(Saliendo
agitada)
Yo vengo hecha una sierpe,
señor Manuel.
MANUEL
(Siguiéndola sorprendido)
Señora Baltasara,
¿qué le pasa a usted?
INES
(Saliendo también conmovida)
¡Yo soy muy desgraciada,
señor Manuel!
MANUEL
(Volviéndose más sorprendido)
Simpática Inesita,
¿por qué llora usted?
INES
¡Ay, señor Manuel!
BALTASARA
(Poniéndosele delante)
¡Ay, señor Manuel!
MANUEL
(Remedándola)
¡Señora Baltasara!
¿Qué le pasa a usted?
BALTASARA
Como todavía
soy guapa, soy fresca,
el estar viuda
me aburre y me seca.
Y hoy he decidido
que se case Inés,
para ser yo libre y....
(Le guiña sonriendo, y le da con el
codo)
Ya me entiende usted.
MANUEL
(Muy serio) Doña Baltasara,
no la entiendo a usted.
INES
(A Manuel) Por quedarse libre,
no sé con qué idea,
hoy quiere mi tía
casarme por fuerza.
Aunque me lo mande
no lo puedo hacer.
No digo la causa, mas...
(Le guiña sonriendo, y le da con el
codo)
Ya me entiende usted.
MANUEL
(Con intención amorosa) ¡Sí!
¡Ya la entiendo a usted!
(Los
tres a un tiempo)
BALTASARA
(Aparte)
Muy pronto he de averiguar
si como temí
ella gusta de él.
¡Ay tuna! te he de arañar
antes que por ti
pierda yo mi bien.
MANUEL
(Aparte por Inés)
¡Ay Dios! Cuando mira así
no sé qué me da
que me siento arder!
¡Ay vieja! vete de aquí,
para que abrazar
pueda a mi mujer.
INES
(Aparte)
En vana quiero ungir:
si esto dura más
lo echaré a perder.
¡Ay tía! déjeme aquí
sola respirar
al ladito de él.
BALTASAR
(A Manuel con malicia)
De aquesta boda
de mi sobrina,
¿qué es lo que opina,
señor Manuel?
MANUEL
Digo, señora....
(¡Maldita vieja!)
INES
¿Qué me aconseja? (A Manuel)
MANUEL
Oigalo, pues.
Nada hay mejor (A Inés, con intención)
que un maridito.
BALTASARA
(Hablando aparte) ¡Es verdad!!
MANUEL
Que fiel la diga
«¡muero por ti!»
BALTASARA
¡Ay!
MANUEL
Y que mirándola
cual yo la miro...
le estreche la mano así.
(Coge la mano a Inés. Baltasara viene
por detrás y alarga su mano en medio de los dos, poniéndola junto a la de Manuel)
BALTASARA
¿Así?
(Manuel dándole vivamente una manotada,
y volviendo a coger la mano de Inés)
MANUEL
No, así.
(Baltasara se retira poco satisfecha.
Manuel é Inés bajo el uno al otro y estrechándose las manos)
MANUEL é INES
¡Me muero, mi bien, por ti!
BALTASARA
¿Qué?
(Volviendo en medio de ellos. Manuel é
Inés a Baltasara soltándose las manos)
MANUEL
Inés.
Que al cabo la convencí. Que al cabo me
convencí.
BALTASARA
¿Sí? (Muy contenta)
pues ella cede, (Aparte)
bien claro está
que libre el campo
me va a dejar.
¡Ah!...
COPLAS
Manolito, Manolito, (Aparte)
ya te puedo declarar
las angustias que mi pecho
por tu amor sufriendo está.
Ay, Manolo,
tú me vuelves
los abriles de mi edad!
(Se queda como gozando en sus ilusiones,
sin reparar en los otros)
INES y MANUEL
(Mirando a Baltasara)
¡Ya no mira, ya no mira,
ya me puedes abrazar!
(Corren de puntillas y se abrazan)
¡Ay, mi bien! me sabe a arrope
este abrazo que me das.
¡Tú me quieres,
yo te quiero!
¡Qué me importa lo demás!
BALTASARA
(Aparte)
¡Ay, Manolo!
¡Ay, Manolo!,
tú me vuelves
los abriles de mi edad!
(Los
tres a un tiempo)
MANUEL e INES
(Guardándose de Baltasara)
Ya no mira, ya no mira,
ya me puedes abrazar;
¡ay mi bien! ¡Me sabe a arrope
este abrazo que me das!
BALTASARA
(Aparte sin verlos)
¡Manolito, Manolito,
ya te puedo declarar
las angustias que mi pecho
por tu amor sufriendo está!
MANUEL
¡Ole! ¡Ole!
INES
Yo te quiero.
BALTASARA
¡Ay, Manolo!
LOS DOS
¡Qué me importa lo demás!
BALTASARA
Ya me puedo declarar.
(Cesa
la música)
(Hablado)
MANUEL
Ea, ya estamos todos contentos; ¿no es
así?
BALTASARA
¡Remucho!
MANUEL
Mejor. Con eso comeremos, y nos
divertiremos en santa paz...
BALTASARA
¿Eh? ¿Nos convida usted a comer?
MANUEL
Sí, señora, hoy quiero obsequiarlas.
BALTASARA
¿Pero cómo? ¿No nos ha dicho usted
siempre que estaba solo en esta quinta?..
MANUEL
Es que antes de ayer llegaron los am...
digo, los cocineros de mi amo, el señor Conde, que piensa venir a pasar aquí
una temporada.
BALTASARA
¡A ver si hace usted que el Conde acabe
de nombrarle su mayordomo!
MANUEL
Ese es mi pío, señora Baltasara. Y
entonces... (Mirando a Inés) entonces... mi posición se despejará... y... todo cambiará
de aspecto...
BALTASARA
Si que cambiará de aspecto.
MANUEL
¡Ajá! (Y yo no veré el tuyo)
INES
Pues mire usted, tengo unas ganas de que
cambie...
MANUEL
Y yo.
BALTASARA
Y yo. — Dígame usted, ¿nos enseñará
usted hoy el jardín... y el bosque...
MANUEL
Si, señora. (A ver si se pierde y nos
quedamos solos)
BALTASARA
¡Ay, quién fuera el ama de lodo esto! A
mí que me gustan tanto las flores y las... ¡Mira tú, simplona, lo que es tener
dinero! —Y aun dirás que no quieres casarte cuando puedes ser dueña... ¿quién
sabe?.. Hasta de un palacio de jaspe.
INES
Buen provecho le haga a usted.
MANUEL
¡Oh! ¡Oh! Señora Baltasara, eso de un
palacio... ¿Cree usted que su sobrina se va a casar con el Gran Turco?
INES
¡Calle! ¿Tan fea soy que no cree usted
que pudiera enamorarse de mí? Pues no todos opinan como usted, señor Manuel.
MANUEL
(Receloso) ¡Hola, hola!
INES
Ni todas las mujeres son tan
desinteresadas como yo.
MANUEL
(¡Cáspita! ¿Qué querrá decir?)
BALTASARA
Me alegro que al fin comprendas...
MANUEL
(Quitándola de en medio) Quítese usted
de en medio. A ver, por curiosidad... cuénteme usted... (A Inés)
BALTASARA
Sí, sí, cuéntaselo, que él se alegrará
de tu bien.
MANUEL
Si, señora, que... (Volviéndose a Inés y
bajo) Habla ó reviento.
INES
¡No quiero!
MANUEL
(Alto) ¡No quieres! (A Baltasara) ¡Digo,
no quiere!
BALTASARA
Pues yo lo diré.
MANUEL
Si, dígalo usted. — Por gusto.
BALTASARA
Como que esa ha sido la causa de nuestra
riña. ¡No hacer caso de un hombre tan fino!...
MANUEL
¿Un hombre fino? (Vivamente)
BALTASARA
¡Tan atento!
MANUEL
¿Atento? Ya lo voy yo estando... y no
poco.
INES
Anda... ¿No decías?... (Aparte)
BALTASARA
Pero, señor, ¿quién será?
MANUEL
¡Ajá! ¿Quién es? Eso pregunto yo.
BALTASARA
Nadie le conoce. Hace dos días que ronda
nuestra casa: siempre nos saluda, nos habla, mira a Inés con intención...
MANUEL
Con intención, ¿eh? ¡Buena será ella!
INES
Toma... ¿Usted qué sabe?
MANUEL
¡Calla, cocodrilo! (Bajo a Inés)
BALTASARA
En fin, ayer me confesó que mi sobrina
le gustaba mucho. Clarito.
MANUEL
¿Clarito?... ¡No!... Es decir, si. ¡Y
bien clarito! (¡Yo estoy bramando! ¡Yo necesito estallar!) (Paseando)
BALTASARA
¿Qué tiene usted? ¿Está usted calculando
quizás?...
MANUEL
Justo. (¡Y tenerme que reprimir!... ¡Oh,
qué idea!... Ya sé cómo decirle a mi mujer cuántas son cinco, de modo que ella
sola me entienda)
BALTASARA
(A Inés) Ven, ven, acábalo de enterar.
MANUEL
(A Baltasara) ¡Hola, hola! ¡Conque me
anda usted en picos pardos!
BALTASARA
¿Yo?
INES
¿Qué dice?
MANUEL
(A ver si me entiende) ¡Conque mientras
yo estoy aquí encerrado, usted escucha los requiebros de un desconocido!
BALTASARA
(¡Ay, qué gusto! ¡Me da celos!)
INES
(¿Pero qué le está diciendo a mí tía?)
MANUEL
¿Es usted la que me ama?
INES
¡Cielos! ¡Qué oigo!
BALTASARA
(¡Me adivinó!) (Muy contenta)
MANUEL
(Mirando a Inés) ¿La que no puede vivir
sin mí?
INES
(¡Picardía!)
BALTASARA
Pero Manolito...
MANUEL
¡Apártese usted! (Volviéndose a Inés)
¡Apártese usted! (¡Ya creo que me entiende)
INES
(Aparte y furiosa) ¡Mi tía enamorada de
mi marido, y él dándole celos!
BALTASARA
Pero, Manolito, si ese caballero...
MANUEL
¡No hay caballeros para la mujer del
prójimo! ¡Ay de usted si le vuelve a saludar siquiera!
INES
(¡Pérfido, vil!) (Le pellizca)
MANUEL
¡Ay! (Ya me entendió)
BALTASARA
Pero si ese hombre no se atreverá a
requebrarme...
MANUEL
(De pronto y mirándola de cerca) ¿A
usted? Lo creo.
BALTASARA
Entonces ¿á qué viene todo esto, cuando
no es a mí a quien... Vaya, sosiéguese usted. ¡Jesús! Ha ido usted a decir
delante de esa chica...
INES
(Con despecho) ¡Lo que yo nunca hubiera
creído de usted! ¡Lo que es un escándalo en una mujer de su edad!
BALTASARA
¡Insolente!
MANUEL
(¡Calle! ¿Qué le da a esta otra?)
INES
Pero no es de usted la culpa, no, sino del
que tiene la poca conciencia de hacerla caso, y hasta de estar celoso de usted!
MANUEL
(¡Zambomba! ¡Mi mujer lo ha tomado de
veras!)
BALTASARA
(A Manuel) ¡Responda usted a esa
deslenguada!
MANUEL
(¡Ahora sí que nos embrollamos!)
INES ¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡Si esto
parece un cuento de brujas!
MANUEL
(A Inés) Cabal. Eso es, un cuento de
brujas. (Señalándole con un movimiento de cabeza a Baltasara)
BALTASARA
No, señor. Basta de disimulo. Yo soy
dueña de mi voluntad y usted de la suya.
INES
¿Sí? (Con vehemencia) ¡Ay! ¡Si yo
dijera!..
BALTASARA
¿El qué?
INES
(Con más fuerza) ¡Si yo lo dijera!..
BALTASARA
¡Dilo! ¡Dilo!
MANUEL
(En voz alta a Inés) ¡No!! (Bajo, y
volviéndose vivamente a Baltasara) No; que no lo diga, que se van ustedes a acalorar.
BALTASARA
(Abanicándose) ¡Jesús, qué bochorno!
MANUEL
Vamos, vamos, refrésquese usted... (A
Inés) Y usted también.
INES
(Bruscamente) Yo estoy bien fresca.
MANUEL
(A Baltasara) Váyase usted a dar una
vuelta por junto al estanque)
BALTASARA
No, no.
MANUEL
Sí. —Allí hay unos miasmas húmedos...
Eso la refrescará.
BALTASARA
Deme usted el brazo.
MANUEL
(¡San Crisóstomo!) No... ahora no
puedo...
INES
(Con sarcasmo) ¡Dela usted el brazo!..
¡Dela usted el brazo!
MANUEL
No... después. —Tengo que disponer la
comida... y unos pastelillos... (A Baltasara) ¡Ya verá usted qué buenos! Váyase
usted.
BALTASARA
¿Qué pastelillos con este sofocón?
MANUEL
(Llevándola hacia el fondo) ¡Por aquí! A
la derecha, y luego a la izquierda, y luego de frente... Deprisita.
(Baltasara se va hostigada por Manuel)
INES
(Aparte) ¡Y tener que estar
aguantando!.. (Se dirige a Manuel y le coge del brazo)
ESCENA III
Manuel, Inés.
INES
¡Venga usted aquí, hombre sin religión!
MANUEL
Inés, no trabuquemos los papeles. Yo soy
quien debo pedirte cuentas...
INES
¿Usted?.. ¡Usted, que le da celos a mi tía!
MANUEL
Sí. —Pero a ti te lo digo, nuera,
entiéndelo tú, mi sue... no. A ti te lo digo, tía, entiéndelo tú, sobrina.
INES
(Comprendiendo, y ya más tranquila)
¡Cómo!.. ¡Todo eso era por mí!
MANUEL
Si, señora. Y como caiga en mis manos
ese quídam que ronda su casa...
INES
Si todo el mundo supiera que estábamos
casados, nadie se atrevería a hacerme la corte.
MANUEL
¡Según!
INES
Y sobre todo; cuando una es honrada,
cuando una quiere a su marido...
MANUEL
¿De veras? —¡Ay! ¡Se me han ensanchado
todos los pliegues del corazón! —Conque tú me quieres, ¿eh?
INES
¡Y me pareces el mas buen mozo de toda
la provincia!
MANUEL
(Estirándose y sonriendo) ¡Cá!.. ¡No,
mujer! (Contoneándose y mirándose el talle. (Aparte) ¡Pues creo que sí!
INES
¿Pero hasta cuándo ha de durar este
misterio? ¿Cuándo he de vivir yo con mi marido! ¡Vamos a ver! ¿Hemos de estar
siempre como la luna y el sol?
MANUEL
No, mujer. Ya se arreglará esta...
astronomía.
INES
Sí, sí. —¡Buena gastronomía nos dé Dios!
MANUEL
Buena gastronomí... Precisamente voy
ahora mismo a que dispongan la comida. —Ea, tranquilízate. Tal vez yo encuentre
pronto ocasión de confesar la verdad a mí amo, y... ahora ocupémonos en pasar
el día alegremente. Conque... dame un abrazo... (La abraza) Y por Dios, trata
de serenar a tu tía para que podamos comer en paz. Anda.
INES
¡Si estará hecha una furia!
MANUEL
No importa; ve. ¡Apresúrate! (Inés se va)
ESCENA IV
Manuel solo.
MANUEL
¡Cáspita! Eso de que ronden a mi
mujer... Será preciso que yo tome mis precauciones. En el ínterin comamos lo
mejor posible. —¡Andrés! (Llamando) ¡Domingo! ¡Juan! —Gorro a disponer... ¡Si,
buenos platos! ¡Buenos vinos!.. Y luego un buen paseo en carruaje. ¡Demonio!..¡Por
ahí vuelve la vieja! ¡Y qué risueña y despabilada! ¡No, cáspita! Yo no me quedo
solo con ella. (Se va)
ESCENA V
Baltasara, saliendo muy contenta.
(Canto)
BALTASARA
Al ver que uno me camela y me hace tilín,
lo mismo que una mozuela yo pierdo el magín.
ESTROFAS
Aun me animo
y me jaleo,
y me doy al coqueteo,
y si a un mozo
galanteo
no me falta retintín.
¡Sin abrir el pico... pues!
¡con el abanico... así!
(Hace monadas con el abanico)
todo se lo explico, y él...
me comprende a mí.
Ya me pide
mi deseo
jaranita y bailoteo;
¡ay qué gusto!
ya me veo
más templada que un violín!
¡Alza, cuerpecito! ¡Huy!
¡muévete un poquito! ¡Así!
¡No lo hay más bonito! No.
¡Ni lo hay más sutil! (Cesa la música)
(Hablado)
Y si no, que lo diga mi difunto... No,
ya no lo puede decir; ¡pero el pobre me dejó en este mundo con una pesadumbre!..
¡Ay! Por allá me espere muchos años. —¿Eh? (El Conde viene pensativo por el
fondo) ¡Un caballero! —¡Tate! ¡Nuestro desconocido! ¡Cabal! ¡Sin duda, nos ha
visto venir a la quinta y ha seguido a mi sobrina! — ¡Dios mío! ¡Si Manuel me
encontrase aquí con él!.. ¡Ay! ¡Yo voy a avisarle!... ¡Yo no quiero que crea que
este joven viene por mí!
(Se va apresuradamente sin ser vista del
Conde)
ESCENA VI
El Conde, después Manuel é Inés.
CONDE
¡Nadie en la casa! ¡La puerta cerrada! —¡Pues
señor, paciencia, otra vez será! (Se dirige al pabellón)
MANUEL
(Saliendo muy contento del pabellón,
cantando) a ¡Hoy es gran día! ¡Hoy es gran....» (Se encuentra con el Conde)
(¡San Francisco!)
CONDE
¿Eh? ¿Adónde corres así?
MANUEL
(Riendo forzadamente) ¡Cómo, señor! ¿Ya
está usía de vuelta? (¡Buena la hicimos!)
CONDE
¡Parece que el señor Manuel tiene hoy
muy buen humor!
MANUEL
(Sonriendo) ¡Si, señor, si! —¡Muy buen
humor... tiene hoy... el señor Manuel! (¡Cómo las digo que se vayan!)
CONDE
¿Sabes que no me he divertido en mi
paseo?
MANUEL
¿No? Pues aquí se va usía a fastidiar en
grande.
CONDE
Toma. (Le da el sombrero)
MANUEL
¿Todavía tiene usía calor?
CONDE
¿Eh? No lo sé. Déjame.
MANUEL
Al momento.
CONDE
Espera. (Después de una pausa) Ya
comprenderás que no he ido a pasearme.
MANUEL
(Riendo maliciosamente) ¡Jé! ¡jé! Ya me
lo figuraba.
CONDE
Que un motivo secreto... No sé si me
entiendes.
MANUEL
Ya! ¡ya! ¡ya! —Usía tiene... ¡Yo soy muy
lince! Usía tiene una oculta pasión...
CONDE
¿Una pasión? No tal. —Pero si la
conocieras...
MANUEL
¿A la individua, eh?
CONDE
¡Qué gracia!... ¡qué talle!... ¡qué
pie!...
MANUEL
¡Ya! ¡ya! ¡ya!
CONDE
Pero hijo... por más que la lie buscado
esta tarde, no la he podido encontrar.
MANUEL
¡Ay, qué lástima! ¡Cuando hubiera podido
usía quedarse en la aldea hasta la noche, y no haberse vuelto tan pronto!...
CONDE
¿Qué quieres?... He temido ponerme
demasiado en evidencia y... — Tú vas a encargarte de este asunto, Manuel.
MANUEL
Con muchísimo gusto. Yo veré a esa
chica, yo la hablaré, y...
CONDE
¿Te presumes ya quién pueda ser?
MANUEL
Como si la viera. (La hermana del
boticario, de fijo) Pues bien, señor, yo le aseguro a usía...
CONDE
Si me proporcionas el hablarla... cuenta
con esta recompensa.
MANUEL
¿De veras? —Pues delo usted por hecho.
CONDE
Y tú no dudes, que verla yo y darte este
bolsillo.... ¡Cielos! (Mirando al fondo)
MANUEL
¿Qué tiene usía?
CONDE
(Alargándole el bolsillo) ¡Tuyo es,
Manuel, tuyo es!
MANUEL
¡Cómo! No entien...
CONDE
¡Hela aquí! ¡Mírala!
MANUEL
(Se vuelve a Inés, que sale. Aparte) ¡Mi
mujer!.. Mi mujer es la... y el Conde aquel que... ¡Ay! (Cae en una silla) ¡No
tengo piernas!
CONDE
¿Usted aquí, hermosa mía?
MANUEL
(Se levanta de pronto y acude a
interponerse) ¡Señor, usía la equivoca... no es esta!
CONDE
¿Cómo que no? Me querrás tú a mí
decir...
MANUEL
¡Cá!... ¡No señor! La otra es más
guapa...
CONDE
Quita, majadero.
INES
¡Dios mío! ¡El joven que me rondaba! —¡Y
disputa con mi marido!
MANUEL
(¡Ay, santa María Magdalena!)
INES
(¡Callo! ¡Cómo me echa los espejuelos!) (Por
el Conde, qué la mira con los lentes)
CONDE
¡Chss! Manuel. (Bajo) Entabla
conversación...
MANUEL
¿Yo? (Pasa en medio) ¿Quién le ha
mandado venir aquí? (En tono brusco)
INES
(¡Ay, Jesús!)
CONDE
Animal, ¿no ves que la asustas?
INES
(¡Y le llama animal!)
MANUEL
(¡Debo estar como una guinda!)
CONDE
(Bajo a Manuel) ¡Pero ya caigo! Tú
adivinaste mi deseo, y la tenias oculta allí... Gracias, Manolito, gracias.
MANUEL
¡No hay de qué, señor, no hay de qué!...
(¡Buff !)
CONDE
(A Inés) Acérquese usted, nada tema...
MANUEL
Si, si... acérquese... (¡Es el Conde, mi
amo! ¡Chitón!)
INES
¿El Conde?
CONDE
¿Eh?... ¿qué?...
INES
Nada, señor... Perdone usía, si... (¡Era
el Conde!..)
CONDE
¿Cómo se llama usted?
INES
Inés, para servir a usía.
CONDE
¡Inés! ¡Qué bonito nombre! —¿Verdad?
MANUEL
¡Cá! ¡Señor! ¡Pues si hay más Ineses!...
CONDE
No importa. —Y si esta niña quiere,
desde luego la ofrezco darle una colocación en la quinta.
INES
¿De veras?
CONDE
Sí, sí. La encargaremos de cuidar las
flores... (Manuel por detrás del Conde le hace a Inés señas de que no)
INES
No, no señor: yo no entiendo de flores.
CONDE
¿No? Entonces, tendrá usted un puesto en
la cocina....
(Manuel le hace las mismas señas)
INES
No señor, tampoco.
CONDE
¿Tampoco? ¿Pues qué sabe usted hacer,
hija mía?
INES
Nada.
CONDE
¡Diantre! ¿Y en qué pasa usted su
tiempo?
INES
¡Toma!... Doy de comer a las gallinas, y
hago quesos de nata.
CONDE
¡Quesos de nata! Precisamente me gustan
con delicia. Y a ti también, ¿no es verdad?
MANUEL
No señor, A mí siempre se me indigestan.
CONDE
Ahora sí que se queda usted en la
quinta. ¿Consiente usted?
INES
¿Yo?... no sé... (¿Y por qué no he de
quedarme y estar con mi marido?)
CONDE
Lo dicho, dicho.
INES
Pero... señor, sin que mi tía consienta,
yo no puedo...
MANUEL
Es verdad. Sin que la tía consienta
CONDE
¡Bah! Eso corre a mi cargo. Yo la veré,
yo la...;Pero calle! Si no me engaño, es ella!
MANUEL
(¡Adiós mi dinero!)
CONDE
(A Manuel) ¡Ya entiendo!... Habías
previsto este caso, y... ¡qué ingenio tienes!
MANUEL
(¡Esta es otra! ¡Todo lo convierte en
sustancia!) (Inés ha ido a hablar bajo con Baltasara, que apareció pocos momentos
antes)
BALTASARA
(Aparte a Inés) ¿Qué me cuentas? (¡Ay,
si se casara con ella!) Señor Conde, (Bajando al proscenio y con aire ceremonioso)
con que usted es... Permita usía que le manifieste a usted mi asombro, y...
MAMUEL
(¡Esta lo va a enmendar!)
CONDE
¡Oh! ¡No hay de qué, señora, no hay de
qué! Usted sabe mi amistad hacia su sobrina...
BALTASARA
¿Su amistad? ¡Sí!... (Con malicia) Ya
estoy al cabo de la calle...
MANUEL
(¿Eh? ¿Qué dice esta bruja?)
BALTASARA
Y lo que es por mí... ya puede usía
figurarse con que satisfacción, y con qué prosopopeya...
MANUEL
(¡Uf! ¡Cómo desbarra!)
CONDE
(Riendo) ¡Magnífico! (¡Esta vieja es
deliciosa!)
MANUEL
¡Sí señor, deliciosa!... (¡y horrorosa!)
BALTASARA
Y sobre todo, como el amor iguala las
condiciones...
MANUEL
¡Bien, bien, basta! Deje usted a un lado
esas doctrinas... socialistas. (El Conde se acerca a hablar a Inés)
BALTASARA
¡Toma!.. ¿No es el señor Conde soltero?
¿No puede dar su mano a Inés?
MANUEL
Señora, usted está en el Limbo.
BALTASARA
¡Ave María, qué indisplicente!
MANUEL
¡Y le habla callandito! ¡Señor, señor!..
(Se acerca)
CONDE
¿Qué quieres, hombre?
MANUEL
Ya es tarde... y nosotros tenemos que
dar de comer al loro, y cuidar a los peces.
CONDE
¡Voto va!... A haber sabido esto,
hubiera mandado disponer una comida...
MANUEL
(Bajo al Conde) ¡Cómo! Usía sentarse a
la mesa con dos aldeanas...
CONDE
Por lo mismo. Eso es honrar la modestia,
la... Pero lo malo es que nada hay dispuesto...
ANDRES
(Saliendo) Señor Manuel, la comida está
lista.
MANUEL
(Al criado) ¡Bruto!
CONDE
¿Eh?... ¿La comida?
ANDRES
Sí, señor, una comida exquisita de tres
cubiertos, que el señor Manuel ha mandado servir aquí mismo, junto a ese
emparrado.
CONDE
(A Manuel) ¡Oh fénix de los criados!
¡También esto lo había previsto!
MANUEL
(¡Abrete, tierra!)
CONDE
La mesa al punto. Y ustedes me harán el
obsequio de aceptar... (Manuel dice que no por señas a Inés)
MANUEL
(Bajito y por detrás del Conde) ¡No!
¡No! ¡No!
INES
¡No! no...
CONDE
(Vuelve la cara) ¿Eh?
MANUEL
(Vivamente) No... rehúsen ustedes. ¡Con
franqueza! Con franque... (¡Hum!.. ¡por animal!) (Se da un puñetazo)
BALTASARA
¡Usía nos convida!.. ¡Pues mire usted,
ya sentía yo una flaqueza!... (Traen la mesa)
INES
(¡Dios mío! ¡Qué ojos me echa mi
marido!)
CONDE
Vaya, vaya, sin cumplidos, ¿eh?
BALTASARA
Y cuando quien nos convida es un
soltero...
CONDE
¿Eh?... ¿Dice usted?...
BALTASARA
Nada. Que no hay peligro de que la gente
murmure... ¡Jesús! ¡Qué buen olor echa esta sopa! ¡Si es capaz de resucitar a
un muerto!
CONDE
¡Vivo, Manuel, vivo, trae sillas!
MANUEL
(Coge tres sillas, y exclama de frente
al público con ellas en la mano) ¡Horror! (Las lleva)
CONDE
Usted aquí. (Pone a la vieja a ¿u
derecha) ¡Ajá! Y usted, Inesita... (Manuel da fuerte con la silla junto a Inés,
esta se espanta)
INES
(Dando un grito) ¡Ah!
BALTASAR y CONDE
¿Qué es esto?
MANUEL
Nada... Que al poner la silla...
BALTASARA
Hija, has dado un repullo...
CONDE
(Sirviendo sopa) Voy a servir a ustedes.
MANUEL
(¡Qué humillación! Yo con la servilleta
al brazo, cuando debía estar...)
CONDE
Manuel, vino.
MANUEL
Voy, señor. (Sirve al Conde)
CONDE
(A Inés) Mucho me alegro de inspirar a
usted tanta confianza, linda niña. (Manuel sirve agua a Baltasara, y la vierte)
BALTASARA
¡Uf! ¿Qué hace usted?
MANUEL
(Baja con la botella del agua hasta el
proscenio) ¡Yo me ahogo! (Se echa un trago)
CONDE
Manuel, otra cosa.
MANUEL
(¡Cristo!... ¡Tener que dejarlos solos!)
(Coge la sopera y se va por el pabellón volviendo a cada instante la cabeza)
BALTASARA
(¡Y pensar que esta quinta va a ser de
mi sobrina!.... ¡Y que me llevarán en coche!)
INES
Usía es muy amable, señor, yo no
merezco...
BALTASARA
Muchacha, ¿qué sabes tú?.. (Sale Manuel
corriendo con un plato servido)
MANUEL
(¿Qué habrá pasado aquí?)
BALTASARA
¡Ay, son chochas? (Muy alegre)
MANUEL
Si... (vieja... idem)
CONDE
Un cuchillo, Manuel.
MANUEL
(Corriendo al pabellón) ¡Cielos!...
¡Otro viaje! (Se va, volviendo a cada instante la cara)
CONDE
(¡Si la Condesa me viese ahora!..)
BALTASARA
(Yo supongo, señor Conde, que usía se
explicará a su tiempo...)
CONDE
¿Eh?... ¿Yo?... (¿Qué diablos dice?)
MANUEL
(Saliendo con el cuchillo muy deprisa) De
buena gana... ¡hum! (Haciendo como si se hiriera el cuello) me cortaría el
pescuezo. (Pone el cuchillo sobre la mesa)
CONDE
Y... la bella Inesita, ¿no tiene ningún
novio?
MANUEL
(¡Ya te veo venir, seductor!)
BALTASARA
¿Novio?... ¡Cá!... Pero... si se presentara
un hombre como yo me sé... (Mira al Conde)
CONDE
¡Oh! ya se presentará.
BALTASARA
(Aparte a Manuel) Voy a aprovechar la
ocasión...
MANUEL
(¿Eh? ¡No la entiendo!)
BALTASARA
Y... si una de nosotras pensara en
casarse... ¿Se dignaría usía ser el padrino?
CONDE
Con muchísimo gusto.
BALTASARA
Pues... mire usía... yo tal vez necesite
de ese honor.
CONDE
¿Usted?... (Admirado)
MANUEL
(¡Uf! ¡Ya la adivino!)
BALTASARA
Hace tiempo que un joven piensa en mí...
CONDE
¿Un joven?
BALTASARA
Si... El señor Manolito.
MANUEL
¡San Telmo!
CONDE
(Volviéndose) ¡Manuel... (Bajo a Manuel)
¡Hombre... hombre!
MANUEL
Señor... yo juro...
CONDE
(Bajo a Manuel) Si fuera al menos con
esta... pero con ese costal...
MANUEL
¡Señor!... En el nombre de Dios
todopoderoso...
CONDE
¡Já, já, já!
BALTASARA
Le ha hecho gracia. ¡Já, já, já!
INES
¡Já, já, já!
MANUEL
¡Brrrrn! (Baja bufando hasta el
proscenio)
MUSICA —CANTO
CUARTETO
CONDE
¡Já, já!
¡Te doy la enhorabuena!
¡Bravo!
Y a usted también la doy. (A Baltasara)
¡Já, já!
¡Qué lindo matrimonio!
¡Qué amor tan dulce y fiel!... (Con
expresión)
¡Já, já!
¡Soberbio por mi fe!
(Baltasara, Inés, Manuel, todos aparte)
BALTASARA
Al ver
que el otro se ha turbado,
¡claro!
se está riendo de él.
¡Já, já!
¡Si yo también me rio,
de amor y gozo es!... (Con expresión)
jJá, já!
¡de amor y de placer!
INES
Al ver
que el otro se ha turbado,
¡claro!
se está riendo de él.
¡Já, já!
¡Cuál rabia el pobrecillo!
(Con expresión y mirando de lejos a
Manuel)
No temas, no, mi bien:
no, no,
que yo te adoro fiel.
MANUEL
(Aparte y con furor) Matar,
matar quiero a esa vieja,
y luego
colgarme de un cordel.
Mas ¡ay!
si yo me voy del mundo...
se queda mi mujer!... (Con expresión)
No, no,
luchemos ¡voto a cien!
CONDE
(A Inés) También si usted se casa
padrino en mí tendrá.
INES
(Con tono humilde)
Gracias, señor Conde,
por tanta bondad.
MANUEL
(Remedando la voz y el gesto de Inés)
Gracias, señor Conde.
(De pronto, furioso y aparte)
¡Serpiente, ya verás!
BALTASARA
El hombre que se case (Al Conde)
con Inesita,
lleva una esposa guapa,
mañosa y lista.
Ella sabe coser,
ella sabe bordar,
y al son de la guitarra
dulce cantar.
CONDE
(Contento) ¿Cantar a la guitarra?
INES
(Excusándose) No, señor, no.
CONDE (A Manuel) Una guitarra al punto.
MANUEL
(Aparte) ¡Cielos! ¡Qué horror!
CONDE
(A Manuel) ¡Corre!
MANUEL
(Aparte) De esta hecha estallo
como un cañón! (Se va furioso)
CONDE
(A Inés) De tanta gracia,
fie tal primor,
hoy quiero ser
admirador.
INES
(Queriendo excusarse)
Pero...
BALTASARA
(A Inés) ¡Qué dengues!
Fuera temor.
MANUEL
(Saliendo con una guitarra)
¡Yo bramo de coraje!
(Da con furor sobre las cuerdas)
CONDE
(A Inés) Hacednos el favor...
(Manuel da otra vez en las cuerdas)
¿Qué diablos locas tú?
(Volviéndose impaciente a Manuel)
MANUEL
¡A muerto! (Que soy yo)
CONDE
(A Inés) Siéntese aquí, a mi lado.
(Inés se sienta. El Conde le da la
guitarra)
INES
Mas...
BALTASARA
(Impaciente) Vamos.
CONDE
(A todos) Atención.
(El Conde se apoya en el respaldo de la
silla en que se ha sentado Inés)
COPLAS
INES
Es la cara
de mi Curro
como la noche y el día;
si está triste
se le apaga,
si está alegre
le echa chispas.
No tengas celos, Carrillo,
(Mirando con intención a Manuel)
no tengas celos de mí.
¡Mira que te pones feo
cuando le enojas así!
(Gesto de Manuel, aparte)
¡Chss! Currillo,
ven aquí,
no tengas celos de mí!
(Hablado)
(Mientras la orquesta continúa)
BALTASARA
¡Ay! ¡Las piernas se me bailan!
CONDE
Manuel, anímate.
MANUEL
¡Ya, ya lo estoy, y en grande!
CONDE
¿Sí? Pues saca a bailar a tu novia.
MANUEL
(Bajo al Conde) ¡Señor! ¿Y tiene usía
conciencia?...
CONDE
(Bajo a Manuel) Si, hombre. El caso es
pasar el rato. Vamos, yo lo mando.
BALTASARA
(A Manuel, muy resuelta) ¡Ea, tome usted
tierra! (Poniéndosele enfrente)
MANUEL
(Con mala intención) ¿Si? (Voy a ver si
la hago echar los bofes) (A Baltasara, muy resuello) ¡Ande usted!
INES
(¿Qué hace?) (El Conde se ríe)
BALTASARA
(Mas resuelta, a Manuel) ¡Ande usted,
valiente!
CONDE
¡Otra copla, otra!
(Manuel y Baltasara se colocan para
bailar cuando se marca en el estribillo)
(Canto)
INES
Guando dices
que me quieres,
¡ay, Curro del alma mía!
tus palabras
son de azúcar,
tus miradas
son de almíbar.
BALTASARA
(Hablando) ¡Ahora! (Aquí Baltasara y
Manuel bailan)
INES
(Que continúa cantando)
¡No tengas penas, Currillo!
¡No tengas penas por mí!
MANUEL
(Aparte, hablando y bailando) ¡Furor!!
INES
Que por tu garbo me muero
desde que te conocí.
¡Chss! ¡Currillo,
ven aquí!
¡No tengas penas por mí!
CONDE
(Al mismo tiempo)
¡Qué estrafalaria pareja!
¡Bravo, bravísimo! ¡Así!
No rae esperaba, a fe mía,
de tal manera reír.
¡Bravo! ¡bien!
¡Bravo! ¡así!
¡Tal no esperaba reír!
(El Conde ríe a carcajadas. Cesa la
música y el baile)
(Hablado)
BALTASARA
¡Uf! ¡me falta el aliento!
MANUEL
(¡Anda, toma baile!)
CONDE
(A Inés) ¡Tiene usted una voz deliciosa!
MANUEL
(A un criado) ¿Qué es eso? ¿Qué traes
tú?
CRIADO
(Bajo a Manuel) Que he visto venir el
carruaje de la señora Condesa...
MANUEL
(¡Oh, felicidad!) Bien, vete. (El criado
se va) ¡Señor, señor! La Condesa está de vuelta! (Bajo al Conde)
CONDE
(¡Cielos! ¿Pero cómo tan pronto?... ¡Qué
compromiso!)
MANUEL
(Bajo al Conde y muy contento) ¡Está de
vuelta! ¡Señor! ¡Ay, qué gusto!
CONDE
(Idem a Manuel) ¿Qué dices, animal? Es
preciso quitar de aquí a Inés y a su tía.
BALTASARA
¿Qué es eso? ¿Qué tiene usted?
MANUEL
Véngase usted conmigo. (La coge de una
mano)
BALTASARA
¿Yo?
MANUEL
Y usted también. (Coge de la otra a
Inés)
INES
¿Pero qué sucede?
MANUEL
¡Vivo!
CONDE
Sí, sí. Retírense ustedes por un momento
no más. Cierta visita inoportuna...
MANUEL
(¡Oportuna, y muy oportuna!)
BALTASARA
¿Una visita?
MANUEL
(Bajo a Baltasara) Si, una incógnita.
BALTASARA
¿Una mujer? (Inquieta)
MANUEL
(Bajo a Baltasara) ¡Chss! Un antiguo
trapillo del Conde...
BALTASARA
¡Ah, picarona! Yo quiero verla.
MANUEL
No puede ser.
CONDE
(Bajando del fondo, adonde fue a mirar)
Apresúrale.
BALTASARA
¡Una rival de mi sobrina!
MANUEL
Media vuelta... March.
BALTASARA
¡Ay, que me caigo!
INES
¡Espere usted!
MANUEL
¡Adentro!
BALTASARA
¿Pero quién es esa mu...
MANUEL
¡Adentro! (Las mete dentro y cierra)
CONDE
(Muy inquieto) ¡Quita esa mesa... esa
guitarra!...
MANUEL
(Cogiendo la guitarra y entrando en el
pabellón) ¡Si, si! (¡Toma bureo!)
CONDE
¡Va a conocer mi turbación! ¡Cáspita,
cáspita!... ¿Qué haré yo para que no sospeche... ¡Manuel!
MANUEL
(Que sale) ¡Señor!... ¿Vino ya?
CONDE
Llévate esa mesa, condenado.
MANUEL
Es que pesa mucho.
CONDE
¡Escóndela!
MANUEL
Eso sí. (¡Toma francachela!) (Se lleva
la mesa)
CONDE
¡Ya oigo el carruaje! —¡Manuel!
MANUEL
(Saliendo) ¿Vino ya?
CONDE
¡Oh, qué idea! Dame el loro.
MANUEL
¿El loro?
CONDE
¡Pronto!... Tráelo en la jaula.
MANUEL
Pero, señor, ¿qué quiere usía hacer con
el loro?
CONDE
Ven... sígueme.
MANUEL
¡Ya está ahí la señora!
CONDE
¡Corre!
MANUEL
¡Al escape! (Se entran corriendo en el
pabellón)
ESCENA VII
La Condesa sola. Larga pausa.
CONDESA
(Lentamente) ¡Qué calor!.. ¡qué polvo!..
Y todo para encontrarme con que mi tía ha ido a la ciudad, y que no volverá hasta
dentro de dos semanas!... Viaje inútil. (Pausa) ¡Qué silencio... y qué calma
reina por aquí! ¡Oh! Bien se conoce en esto la vida triste y aislada que mi
marido observa cuando yo no estoy a su lado. ¡Cómo voy a sorprenderle! (Pausa)
¿Qué hará?
CONDE
(Asomando a la ventana del pabellón que
da frente al público, con la jaula del loro en la mano) ¡Saca la patita! ¡Saca
la patita!
CONDESA
¿Eh! (Mira) ¡Calle! ¡Está jugando con el
loro! ¡Qué virtud! ¡Qué docilidad!
CONDE
¡Para España y no para Portugal! (Haciendo
como que no ve a la Condesa)
CONDESA
(Aparte y procurando no ser vista de su
marido) ¡Esto es amor! ¡Esto es complacer a su mujer!
CONDE
(Mirándola con el mayor disimulo, sin
que ella lo advierta) ¡Allí está!
CONDESA
(¿No es una felicidad vivir así?)
CONDE
(Al loro) ¡Ajajajay! ¡Qué regalo! (Figura
que el loro le pica) ¡Uf! ¡Cáspita! ¡Demonio de bicho! (Alto y con tono
hipócrita) ¡Bravo, lorito!.. ¡Bravo, lorito! Que no te se olvide la lección,
¿eh? Para que te oiga tu ama cuando vuelva. (Suspirando) ¡Ay! ¡La espero con un
ansia... con una impaciencia!.. Ea, vamos adentro, ¿sí? (Llamando con tono
hipócrita y muy lentamente) ¡Manuel!
MANUEL
(Desde dentro en el mismo tono) ¡Señor!
CONDE
¿Qué haces?
MANUEL
(Desde dentro con gazmoñería) Estoy
echando pan a los pececitos!
CONDE
¡Pobres animales! Cuídalos mucho, mucho,
¿lo oyes? Y en seguida vamos a acostarnos.
CONDESA
(Aparte y embelesada) ¿Cómo no adorar a
un hombre así?
CONDE
¡Pero yo no podré dormir con esta
tristeza!! ¡Yo no podré dormir! (Desaparece de la ventana y la cierra, no sin
mirar con intención hacia donde está la Condesa, y sin que ella lo advierta. La
Condesa se adelanta de puntillas; mira a la ventana, y cuando se asegura que
está cerrada se adelanta al proscenio y dice)
CONDESA
¡Pobrecillo! ¡Encerrarse en casa con tal
conformidad! ¡Sin dar un paseo! ¡Sin ver a nadie! Sin recibir a na... (Se
interrumpe al oír fuertes golpes en la puerta del muro) ¿Eh? ¿Quién empuja esa
puerta?
BALTASARA
(Dentro con voz alterada) ¡Abra usted!
CONDESA
¡Una voz de mujer! No comprendo...
BALTASA
(Mas fuerte) ¡Abra usted, digo!
CONDESA
¡Y qué tono!.. Sepamos... (Abre la
puerta y retrocede con recelo al ver a Baltasara, que sale muy fosca y abanicándose)
CANTO — MUSICA
BALTASARA
¿Quién es usted?
¿A qué ha venido? (Buscando riña)
CONDESA
(Sorprendida) ¿Cómo, quién soy?
¡Me gusta a fe!
BALTASARA
¡Ya me han contado
sus trapichees!
CONDESA
(Ofendida) ¿Cómo se entiende?
BALTASARA
(Con imperio) ¡Cállese usted!
(La Condesa la mira estupefacta)
¡Ay la señora
qué hueca está!.
¡porque de raso
vestida va!
¡Jesús, qué tono
se quiere dar!..
¡Pues ya!
(De pronto) ¡Valiente farolera
usted será!
CONDESA
¡Gran Dios, qué insulto!
¡Qué iniquiedad!
¿Qué vieja es esta
tan lenguaraz?
Al punto márchese,
ó ultraje tal,
a una voz mía
castigarán.
BALTASARA
A una voz suya...
CONDESA
Salid.
BALTASARA
Chitito.
Usted no es nadie
ni toca pito.
CONDESA
(Aparte) ¿Quién es esta marmota?
¿Por qué me insulta así?
BALTASARA
¡De Inés el matrimonio
no logrará impedir!
CODESA
¿Yo?
BALTASARA
¡Para eso estoy aquí!
Que usted quiera,
que no quiera,
que le siente
bien ó mal,
mi sobrina
es mi sobrina,
y ella sola
triunfará!
¡Si señora,
si señora!
¡El la mima
y él la adora:
yo lo digo
y soy testigo,
y ella sola triunfará!
CONDESA
¡Qué maldita
algarabía!
Esa lengua
tenga ya.
¡Qué sobrina
ni qué tía!...
¿Qué me quiere
usted contar?
No la entiendo,
no señora,
ni la quiero
sufrir más.
Al instante
de aquí salga,
obedezca sin tardar.
BALTASARA
¡Si señora,
sí señora!
El la mima
y él la adora:
¡yo lo digo
y soy testigo,
y ella sola triunfará!
CONDESA
No la entiendo,
no señora.
ni la quiero
sufrir más.
¡Al instante
de aquí salga;
obedezca sin tardar!
(Cesa
la música)
ESCENA IX
Dichas, el Conde, Manuel.
CONDESA
¡Conde! ¡Conde! ¡criados!
BALTASARA
¡Pues no faltaba más!
CONDE y MANUEL
¿Qué es esto? Qué...
CONDE
¡Cielos! (Viendo a la vieja)
MANUEL
¡¡La vieja!!
CONDE
¡Cómo! Ya de vuelta...
CONDESA
¿Quién es esta mujer?
BALTASARA
¡Hablen ustedes! ¡Confúndanla ustedes!
(El Conde y Manuel se miran sin saber
qué decir)
CONDE
Esa...
MANUEL
Esa...
CONDE
Pues... esa.
BALTASARA
¡Que lo digan! ¡Que lo digan!
CONDE
No sé... no... ¿La conoces tú, Manuel?
MANUEL
¿Yo?... No señor. En mi vida la he
visto.
BALTASARA
¿Qué estoy oyendo?
CONDESA
¿Pues quién la ha traído aquí?. .. ¿qué
viene buscando?
CONDE
¿Qué viene?... ¡No lo sé!... No...
MANUEL
No... ni yo tampoco.
BALTASARA
¿Cómo se entiende? ¿A raí semejante
burla? ¿A mí, que soy conocida en la aldea como la mujer más cabal?... A mí, a
Baltasara Domínguez...
MANUEL
(Alto al Conde) ¡Calle! Pues es verdad...
Si esta es... si esta es la señora Domínguez!...
CONDE
¡Ya caigo!.. La señora Domínguez.
MANUEL
¿Cómo está usted, señora Domínguez? (Bajo
a Baltasara) Disimule usted.
BALTASARA
(Alto) No me da la gana.
CONDESA
(Al Conde) ¿Tú la conocías?
CONDE
¿Yo? Es decir...
CONDESA
¿Por qué te turbas?
CONDE
(A Manuel) Es que de... de ver a ese...
¿Por qué le turbará tú, animal? (Regañando a Manuel)
MANUEL
Señor, de ver a usía.
CONDE
¿Qué significa esto? (Sospechando)
BALTASARA
¿Y a usted qué le importa? (Inés se
asoma a la puerta izquierda)
CONDESA
¿Eh? ¡Cómo! ¿otra mujer?
MANUEL
¡Huy!
CONDE
Y esta es joven.
BALTASARA
¿Pues qué, soy yo vieja, doña Repulgos?
CONDE
Señora, calle usted.
BALTASARA
¡Ven tú, ven! —El señor Conde, sin duda
para no disgustar a esta damisela, dice que no me conoce: ¡A ver si te conoce a
ti!
CONDE
(¡Manolito, sácame de este apuro!)
MANUEL
(¡Si, a buena hora!)
CONDESA
Explíquese usted.
BALTASARA
¡Ajá! Cuenta la verdad: cuenta que hemos
sido convidadas a comer por el señor Conde.
CONDESA
¡A comer!
MANUEL (¡Tronamos!)
CONDE
¡A comer! ¡Usted!
BALTASARA
¡Si, señora! Yo. ¿Se lo figura a usted
que yo no cómo?
CONDE
Usted me engaña. El Conde no puede
haberse rebajado hasta el punto...
BALTASARA
¿Cómo rebajado? ¡Oiga usted!... oiga
usted! ... ¿Y usted con qué derecho...
MANUEL
¡Chss! Basta, que es la señora Condesa.
BALTASARA
(Retrocediendo turbada) La.... la....
la.... ¡ay!.... ¡la lengua se me hace un trompo!
MANUEL
Si, señora. ¡La señora Condesa, esposa
del señor Conde... y ama de un servidor de usted! (Con importancia)
BALTASARA
¡¡¡Casado!!!..
MANUEL
¡Justo! Y si usted no hubiera visto
visiones, habría comprendido que el señor Conde las invitó a comer, para
festejar como noble protector mío, mi matrimonio secreto con Inés.
BALTASARA
¡¡Con Inés!! (Asombrada)
CONDE
(Aparte) ¡Qué ingenio!
BALTASARA
¡Yo me ahogo!.. ¡Yo me caigo!
INES
¡Querida tía!
CONDESA
Pero...
CONDE
(Creyendo apoyar una mentira de Manuel)
Si, señora. Ese ha sido el motivo...
MANUEL
Cabal. Ese.
CONDE
Y suponer otra cosa seria... (Fingiendo
ofenderse)
MANUEL
(Imitándole) ¡Pues! Seria... Yo me
atreví a confesarle al señor Conde que me había casado sin su permiso, y ha
llevado hasta tal punto su bondad...
CONDE
Justo. Que le he perdonado^ y he querido
obsequiar a la novia.
MANUEL
Ya lo oye usted.
BALTASARA
¿Pero, cuándo ha tenido lugar esa
infamia?
CONDESA
Conde... Si me estuvieran ustedes
engañando...
INES
No señora, no. Créalo usía.
CONDESA
Entonces... todo se acabó. Manuel, dale
a tu mujer un abrazo.
INES y MANUEL
¡Con mucho gusto! (Se abrazan)
CONDE
(Interponiéndose vivamente) ¡Chss! ¡No!
Eso no. Poco a poco. Yo no consiento...
CONDESA
Pero entre casados...
CONDE
No importa. (¡Cáspita! ¡El tunante no se
anda por las ramas!)
INES
Señora Condesa... aseguro a usía... (Sigue
hablando con ella)
CONDEDA
(Bajo a Manuel) ¡Demonio de chica! ¿No
ves como lo toma en serio?
MANUEL
Claro... como que es verdad.
CONDE
¿Eh? ¿qué dices, bribón?
MANUEL
Lea usía esta fe de casamiento que me
eché en el bolsillo...
CONDE
¿Tú? ¿Cuándo? (La coge)
MANUEL
¡Señor! Cuando hace poco me puso usía a
dos dedos del abismo.
CONDE
(Que la lee rápidamente) ¡Qué veo!...
¡Semejante intriga!... Luego el encontrar yo a Inés aquí fue por... ¡já! ¡já!
¡já! (Riendo)
CONDESA
Pero esta buena mujer, ¿por qué estaba
tan furiosa?
BALTASARA
(¡Ay! si yo pudiera descubrir el
pastel!.)
CONDE
¿Todavía no estás convencida?
CONDESA
¡Hum! No sé, pero de todos modos... Si
he de averiguar que me has sido ingrato... más vale que te crea para seguir
amándote como siempre.
CONDE
¡Ah, esposa mía!
BALTASARA
(Aparte) ¡Uf! Qué tragaderas tiene esta
buena señora.
(Canto)
CONDESA
(Al Conde) Ciego pintan al amor,
y mi amor tan ciego está,
que no sabe conocer
si le quieres engañar.
¡Pues dichosa fio en ti,
yo prefiero ser así!
Si el enojo y el rigor
no han de hacerme más feliz,
las caricias de mi amor
lograrán volverte a mí.
TODOS
El enojo y el rigor
no han de haceros más feliz,
solamente puede amor
la victoria conseguir.
FIN DE LA ZARZUELA
Información obtenida en:
https://archive.org/details/casadoysolteroza3991gazt
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