Victoria de los Angeles
Victoria de los Angeles López García nació
en Barcelona el 01 de Noviembre de 1923 y falleció en Barcelona el 15 de Enero de 2005 (81 años).
BIOGRAFIA. Soprano. Victoria de los Angeles era hija del matrimonio formado por un bedel de la Universidad de Barcelona, natural de Fuengirola, y su esposa, natural de Puebla de Sanabria. Su nombre completo era Victoria de los Angeles López García. Victoria de los Angeles siempre reconoció su origen humilde. Descubrió su vocación musical muy joven, y ganó diversos concursos de canto internacionales, en especial el festival de Ginebra.
Estudió en el Conservatorio Superior de Música del Liceo, donde se graduó en sólo tres años, en 1941 cuando contaba 18 años de edad. Ese mismo año realizó su presentación operística en el Gran Teatro del Liceo para proseguir luego con sus estudios.
En 1945 hizo su debut profesional con el papel de la Condesa en Las bodas de Fígaro, de Mozart. Después ganó el primer premio en el concurso internacional de Ginebra de 1947. En 1948, interpretó en Londres La vida breve, de Manuel de Falla, acompañada por la orquesta de la BBC.
En 1949 interpretó en la Opera de París el papel de Marguerite en la ópera Fausto. En 1950 debutó en el Festival de Salzburgo y en la Royal Opera House; fue la Mimi de La Bohème en el Covent Garden londinense, teatro en el que siguió actuando de forma regular hasta 1961.
Fue muy apreciada en el Teatro Colón de Buenos Aires entre 1952 y 1980 —en el primer coliseo argentino debutó como Madama Butterfly y se la recuerda por su actuación en Manon, Werther, El barbero de Sevilla, Pelléas et Mélisande, Las bodas de Fígaro y Lohengrin junto a Christa Ludwig— y en la Scala de Milán entre 1950 y 1956.
Actuó por vez primera en los Estados Unidos en octubre de 1950 con un recital en el Carnegie Hall. En marzo del año siguiente, hizo lo mismo en el Metropolitan Opera de Nueva York y cantó regularmente con esa compañía hasta 1961. En sólo tres años y sólo siete después de su debut, ya había cantando en los teatros más importantes del mundo.
Fue la primera cantante española en actuar en el Festival de Bayreuth (1961 y 1962). Interpretó el papel de Elisabeth, de Tannhäuser, a las órdenes del nieto de Richard Wagner, que quedó tan impresionado con su actuación que volvió a invitarla al año siguiente.
Desde finales de los 60, Victoria de los Angeles se dedicó principalmente a su carrera como concertista. Es muy destacable la atención y la especial sintonía que siempre dedicó al lied, en el que brilló con luz propia, para asombro de los alemanes. A pesar de ello, siguió realizando algunas apariciones en la ópera (Carmen y Pelléas et Mélisande): su despedida de la ópera fue en el Teatro de la Zarzuela de Madrid en 1980, precisamente con el papel de Mélisande. Dio su último recital en 1996, a los 72 años.
Preciosa voz de soprano lírica (o lírica spinto, como ella misma se consideraba), poseedora de un timbre inconfundible, supeditó siempre el lucimiento personal a las exigencias y el espíritu de la partitura. Los críticos coinciden en afirmar que la voz de Victoria es una de las más exquisitas y delicadas que haya dado el siglo XX. Sin poseer la belleza tímbrica de Tebaldi ni la fuerza dramática de Callas, era un compendio de una y otra. Siempre se señaló que sus agudos eran algo tirantes y metálicos, algo que tenía como contraprestación la posibilidad de cantar papeles de mezzosoprano, como Carmen o la Rosina de (El Barbero de Sevilla). Fue sin duda una de las más grandes artistas que ha dado la ópera.
Realizó gran número de grabaciones, siendo muchas de ellas auténticas referencias todavía hoy día: Manon, La Bohème, Madama Butterfly, Fausto, Carmen, Werther, Pelléas et Mélisande, Les nuits d'eté. Su discografía es tan abundante como magnífica, fundamentalmente la de la década de los 50. Basta con mirar no sólo los títulos de ópera sino también sus compañeros de grabación:
Carmen, con Nicolai Gedda, dirigidos por sir Thomas Beecham (1958). I Pagliacci, con Jussi Björling y Leonard Warren, dirigidos por Renato Cellini (1953). Cavalleria rusticana, con Franco Corelli, dirigidos por Gabriele Santini (1962). Los cuentos de Hoffmann, con Nicolai Gedda y Elisabeth Schwarzkopf, dirigidos por Andre Cluytens (1965). La bohème, con Jussi Björling, dirigidos por sir Thomas Beecham (1955). Madama Butterfly, de la que hay dos grabaciones: la primera con Giuseppe di Stefano y Tito Gobbi, dirigidos por Gianandrea Gavazzeni (1954), y la segunda con Jussi Björling, dirigidos por Gabriele Santini (1959). El barbero de Sevilla, con Sesto Bruscantini y Luigi Alva, dirigidos por Vittorio Gui (1962). Simón Boccanegra, con Tito Gobbi y Boris Christoff, dirigidos por Gabriele Santini (1957). Melodies, con el pianista Gonzalo Soriano, una recopilación de canciones de compositores franceses (Gabriel Faure, Claude Debussy, Maurice Ravel y Reynaldo Hahn), (EMI Records ALP 2287, 1967). 20th Century Spanish Songs, también con Gonzalo Soriano, obras de Frederic Mompou, Joaquín Turina y Xavier Montsalvatge (Angel (S) 35775). Shéhérazade, 5 Mélodies Populaires Grecques, de Maurice Ravel, con Georges Pretre, Gonzalo Soriano, Orchestre de la Societe du Conservatoire Paris. (EMI Records, 1963). Manon, con Henry Legay, dirigidos por Pierre Monteux (1955), interpretación personal aún no superada.
En 1980 recibió el Premio Nacional de Música de España, en 1982 la Medalla de Oro de la Generalidad de Cataluña, y en 1991 se le concedió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes.
Modelo de la antidiva, huyó de las alharacas inherentes a su profesión. Hay una anécdota que refleja perfectamente el carácter de Victoria y muestra el aprecio que suscitaba allá adonde iba: una vez, la gran Renata Tebaldi tuvo que abandonar el Met e ir a Italia, ya que había muerto su madre. Era Navidad y Rudolf Bing, gerente del teatro neoyorquino, le suplicó que sustituyera a la de Pésaro en La Traviata. Victoria accedió y Bing, agradecido, hizo venir de Viena nada menos que a los Niños Cantores para que le dedicaran unos villancicos, lo que hicieron en medio de la ovación de un público entregado.
Aclamada en el escenario y maltratada por la vida, Victoria de los Angeles tuvo que lidiar con tragedias reales que supo asumir y superar trasladándolas a su expresión vocal. Estuvo casada con Enrique Magriñá, con el que tuvo dos hijos. El mayor falleció unos años antes que ella. El segundo padece el síndrome de Down. Alejada del mundanal ruido por decisión propia, no se volvió a tener noticias de ella hasta el 15 de enero de 2005, cuando, víctima de una bronquitis, se iba para siempre, a los 81 años, una de las más grandes voces del siglo XX.
DISCOGRAFIA.
Estudió en el Conservatorio Superior de Música del Liceo, donde se graduó en sólo tres años, en 1941 cuando contaba 18 años de edad. Ese mismo año realizó su presentación operística en el Gran Teatro del Liceo para proseguir luego con sus estudios.
En 1945 hizo su debut profesional con el papel de la Condesa en Las bodas de Fígaro, de Mozart. Después ganó el primer premio en el concurso internacional de Ginebra de 1947. En 1948, interpretó en Londres La vida breve, de Manuel de Falla, acompañada por la orquesta de la BBC.
En 1949 interpretó en la Opera de París el papel de Marguerite en la ópera Fausto. En 1950 debutó en el Festival de Salzburgo y en la Royal Opera House; fue la Mimi de La Bohème en el Covent Garden londinense, teatro en el que siguió actuando de forma regular hasta 1961.
Fue muy apreciada en el Teatro Colón de Buenos Aires entre 1952 y 1980 —en el primer coliseo argentino debutó como Madama Butterfly y se la recuerda por su actuación en Manon, Werther, El barbero de Sevilla, Pelléas et Mélisande, Las bodas de Fígaro y Lohengrin junto a Christa Ludwig— y en la Scala de Milán entre 1950 y 1956.
Actuó por vez primera en los Estados Unidos en octubre de 1950 con un recital en el Carnegie Hall. En marzo del año siguiente, hizo lo mismo en el Metropolitan Opera de Nueva York y cantó regularmente con esa compañía hasta 1961. En sólo tres años y sólo siete después de su debut, ya había cantando en los teatros más importantes del mundo.
Fue la primera cantante española en actuar en el Festival de Bayreuth (1961 y 1962). Interpretó el papel de Elisabeth, de Tannhäuser, a las órdenes del nieto de Richard Wagner, que quedó tan impresionado con su actuación que volvió a invitarla al año siguiente.
Desde finales de los 60, Victoria de los Angeles se dedicó principalmente a su carrera como concertista. Es muy destacable la atención y la especial sintonía que siempre dedicó al lied, en el que brilló con luz propia, para asombro de los alemanes. A pesar de ello, siguió realizando algunas apariciones en la ópera (Carmen y Pelléas et Mélisande): su despedida de la ópera fue en el Teatro de la Zarzuela de Madrid en 1980, precisamente con el papel de Mélisande. Dio su último recital en 1996, a los 72 años.
Preciosa voz de soprano lírica (o lírica spinto, como ella misma se consideraba), poseedora de un timbre inconfundible, supeditó siempre el lucimiento personal a las exigencias y el espíritu de la partitura. Los críticos coinciden en afirmar que la voz de Victoria es una de las más exquisitas y delicadas que haya dado el siglo XX. Sin poseer la belleza tímbrica de Tebaldi ni la fuerza dramática de Callas, era un compendio de una y otra. Siempre se señaló que sus agudos eran algo tirantes y metálicos, algo que tenía como contraprestación la posibilidad de cantar papeles de mezzosoprano, como Carmen o la Rosina de (El Barbero de Sevilla). Fue sin duda una de las más grandes artistas que ha dado la ópera.
Realizó gran número de grabaciones, siendo muchas de ellas auténticas referencias todavía hoy día: Manon, La Bohème, Madama Butterfly, Fausto, Carmen, Werther, Pelléas et Mélisande, Les nuits d'eté. Su discografía es tan abundante como magnífica, fundamentalmente la de la década de los 50. Basta con mirar no sólo los títulos de ópera sino también sus compañeros de grabación:
Carmen, con Nicolai Gedda, dirigidos por sir Thomas Beecham (1958). I Pagliacci, con Jussi Björling y Leonard Warren, dirigidos por Renato Cellini (1953). Cavalleria rusticana, con Franco Corelli, dirigidos por Gabriele Santini (1962). Los cuentos de Hoffmann, con Nicolai Gedda y Elisabeth Schwarzkopf, dirigidos por Andre Cluytens (1965). La bohème, con Jussi Björling, dirigidos por sir Thomas Beecham (1955). Madama Butterfly, de la que hay dos grabaciones: la primera con Giuseppe di Stefano y Tito Gobbi, dirigidos por Gianandrea Gavazzeni (1954), y la segunda con Jussi Björling, dirigidos por Gabriele Santini (1959). El barbero de Sevilla, con Sesto Bruscantini y Luigi Alva, dirigidos por Vittorio Gui (1962). Simón Boccanegra, con Tito Gobbi y Boris Christoff, dirigidos por Gabriele Santini (1957). Melodies, con el pianista Gonzalo Soriano, una recopilación de canciones de compositores franceses (Gabriel Faure, Claude Debussy, Maurice Ravel y Reynaldo Hahn), (EMI Records ALP 2287, 1967). 20th Century Spanish Songs, también con Gonzalo Soriano, obras de Frederic Mompou, Joaquín Turina y Xavier Montsalvatge (Angel (S) 35775). Shéhérazade, 5 Mélodies Populaires Grecques, de Maurice Ravel, con Georges Pretre, Gonzalo Soriano, Orchestre de la Societe du Conservatoire Paris. (EMI Records, 1963). Manon, con Henry Legay, dirigidos por Pierre Monteux (1955), interpretación personal aún no superada.
En 1980 recibió el Premio Nacional de Música de España, en 1982 la Medalla de Oro de la Generalidad de Cataluña, y en 1991 se le concedió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes.
Modelo de la antidiva, huyó de las alharacas inherentes a su profesión. Hay una anécdota que refleja perfectamente el carácter de Victoria y muestra el aprecio que suscitaba allá adonde iba: una vez, la gran Renata Tebaldi tuvo que abandonar el Met e ir a Italia, ya que había muerto su madre. Era Navidad y Rudolf Bing, gerente del teatro neoyorquino, le suplicó que sustituyera a la de Pésaro en La Traviata. Victoria accedió y Bing, agradecido, hizo venir de Viena nada menos que a los Niños Cantores para que le dedicaran unos villancicos, lo que hicieron en medio de la ovación de un público entregado.
Aclamada en el escenario y maltratada por la vida, Victoria de los Angeles tuvo que lidiar con tragedias reales que supo asumir y superar trasladándolas a su expresión vocal. Estuvo casada con Enrique Magriñá, con el que tuvo dos hijos. El mayor falleció unos años antes que ella. El segundo padece el síndrome de Down. Alejada del mundanal ruido por decisión propia, no se volvió a tener noticias de ella hasta el 15 de enero de 2005, cuando, víctima de una bronquitis, se iba para siempre, a los 81 años, una de las más grandes voces del siglo XX.
DISCOGRAFIA.
Información obtenida en Wikipedia.
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