Título | Luz de oscura llama (1991) Grabación en directo de la representación en la Sala Olimpia de Madrid |
Música: | Eduardo Pérez Maseda |
Letra: | Clara Janés |
Director: | José Ramón Encinar |
Categoría: | Opera |
País: | España |
Escenas: | 01.- Preludio - 4' 34" 02.- Escena “¡Que muera en soledad!” - 6' 26" Acto I: 03.- Escena 1 “¡Hermanas! - 2' 28" 04.- Escena 2 “¡Loado sea el señor!” - 7' 32" 05.- Escena 3 “¡Ah!” - 9' 13" 06.- Escena 4 “Oh, qué extraña fatiga” - 3' 03" 07.- Escena 5 “Juan es la voz de la llama” - 4' 47" Acto II: 08.- Escena 1 “Demos gracias a Dios” - 7' 04" 09.- Escena 2 “Y ahora lleváoslo” - 4' 56" 10.- Interludio - 2' 40" 11.- Escena 3 “Doce son las estrellas de perfección” - 8' 47" 12.- “Mas a veces cuando se mira en su propia desnudez” - 7' 31" 13.- “Suspendidas en mí están las virtudes” - 6' 49" 14.- “¡No en mis días!” - 4' 04" 15.- “Muérome de amores, carillo” - 7' 07" Acto III: 16.- Escena 1 “El santo de corazón enamorado” - 2' 55" 17.- Escena 2 “Ave María purísima” - 6' 29" 18.- Escena 3 “No sé yo por qué el hombre no niega” - 3' 06" 19.- Escena 4 “Dicen, Fray Juan, que en el confesionario” - 5' 28" 20.- Escena 5 “La Virgen madre del corazón” - 11' 19" 21.- Escena 6 “Clemente Padre Doria” - 4' 30" 22.- Escena 7 “Con Dios esté su reverencia” - 3' 02" 23.- Escena 8 “Es mi mal y aflicción esa discordia” - 5' 55" 24.- Escena 9 “Béseme con su boca a mí el mi amado” - 4' 11" |
Reparto: | Primera voz masculina / Caballero – José Antonio Sanguino Lego / Prior – Carlos Alvarez Doncella – Janine Mestre San Juan – Joan Cabero Teresa de Jesús – Itxaro Mentxaka Primera voz femenina / Endemoniada – Dolores Arenas Segunda voz masculina / Monje – José Luis Patiño Tercera voz masculina / Doria – Manuel Lanza Segunda voz femenina / Tentaciones – Nancy Fabiola Herrera Señora primera – Lola Mateo Señora segunda – Isabel Ayúcar Ana de Jesús – María José Sánchez Monja – Pilar Torriente |
Orquesta: | Orquesta Sinfónica de Madrid (OSM) |
Sinopsis: | PROLOGO Juan de la Cruz tiene la visión de su final. Un hermano lego que le cuida en su dolencia y una doncella que lleva las vendas para curarlo dialogan sobre la dureza del trato que recibe por parte de los monjes y alaban sus virtudes y santidad. ACTO I En el convento carmelita de la Encarnación, Teresa de Jesús llama al orden a las monjas no reformadas que están en el locutorio coqueteando con caballeros. Cuando éstas se van, llega Juan de la Cruz y dialoga con Teresa sobre la oración interior -la madre le da unos libros que figuran en el Index por tratar de estos temas, propios de alumbrados- Irrumpe en la estancia una endemoniada que impreca violentamente a Juan en términos de poderosa carga sexual. Él lleva a cabo un exorcismo, la tranquiliza y pasa a confesar a las monjas, muchas de las cuales le hacen entrega de sus hábitos de calzadas, tras aceptar la reforma. Después de todo ello queda él agotado, pero aparece la doncella (de múltiple simbolismo) y lo conforta. Teresa lo acompaña a la puerta. Una vez solas las monjas, entra un caballero que anuncia que Juan ha sido condenado a prisión por los superiores. ACTO II El prior del convento de calzados de Toledo, en presencia de los monjes, reprende a Juan de la Cruz y enumera todas las acusaciones que se hacen contra él y que le han llevado a verse en prisión. Acto seguido los monjes proceden a infligirle la llamada disciplina circular, acabado lo cual se lo llevan. El prior medita en voz alta sobre el caso. Juan de la Cruz, aislado en la celda prisión de Toledo, reflexiona sobre la perfección basada en el amor de Dios, mientras se oyen las voces de unos monjes que al otro lado de la puerta hablan fuerte y dicen frases con el fin de corromper su actitud imperturbable de reformador y desanimarle. Juan prosigue, pero en un momento dado le asalta la duda sobre su comportamiento y es presa de gran inquietud hasta que recuerda que de niño la Virgen lo sacó de un pozo. Esto le da la confianza de que ella lo sacará también de este trace. Se sume entonces en oración y en ese instante el Prior irrumpe en la celda y los trata duramente. Cuando parte , Juan queda triste, mas de pronto oye unas voces -el agua del río y el reflejo de la luz en su seno- que entonan una cancioncilla, lo que alivia su espíritu. Sigue escuchando su diálogo y entra en el arrobo de la inspiración. ACTO III Las monjas del monasterio de Beas celebran la Navidad. Llega Juan de la Cruz y habla con la superiora, Ana de Jesús, de los problemas surgidos en la orden tras el capítulo de Almodóvar, la inquina de los calzados contra los descalzos que continúa. Hallándose en esto llega una carta de Teresa de Jesús donde notifica que se ha concedido el breve de la separación. Juan expresa su deseo de apartarse de todas estas intrigas. En casa de un seglar Juan reflexiona en voz alta sobre las discordancias existentes en el seno de la orden, cuando entra una mujer descarada que se dirige a él con gesto provocativo, hasta echársele prácticamente encima. Juan resiste esta tentación carnal, no sin tener un instante de vacilación. Tras diversas tentativas la mujer se va despechada y al punto aparece transfigurada simbolizando sucesivamente otras tentaciones: la belleza, la inteligencia, la perfección sin Dios y finalmente el consuelo de la poesía. Juan permanece impertérrito y tras cada una de ellas afirma su despojamiento y su nada, excepto tras la última, ante la que queda perplejo, si bien sólo por un instante. Ana de Jesús habla con Doria, vicario general de la orden, del procedimiento de la elección de cargos en los conventos de monjas: ellas desean que sea directo (según las constituciones), mientras los superiores, para mantener su poder, quieren imponer la mediación de la consulta. Con astucia Ana consigue que él le dé permiso para pedir un breve al Papa confirmando sus Constituciones. Ana se retira y entra Juan de la Cruz, en este momento Primer Definidor. Doria pretende plantearle unas nuevas leyes. Juan replica que demasiadas leyes generan contradicción, añade que él desea dejar ya su cargo y quedar libre para entregarse a la oración. Doria parte. Juan se lamenta del desacuerdo, pero tiene la visión del naufragio al que la orden se encamina. Cuando se recobra le invade la certeza del mal trato que él mismo recibirá y queda apesadumbrado. Aparece entonces el consuelo de la poesía que le dice versos del Cantar de los Cantares de Salomón. Juan le responde con unos versos del Cántico y deja que la poesía lo eleve hasta el éxtasis divino. |
Comentarios: | Estrenada el 05 de Abril de 1991 en la Sala Olimpia de Madrid. |
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