Luisa Fernanda
Luisa Fernanda, Zarzuela se estrenó en el Teatro Calderón de Madrid, la noche del 26 de Marzo de 1932. Sus libretistas, Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw. Su compositor el madrileño Federico Moreno Torroba.
Acto I
Madrid plazuela de San Javier, frente a la casa de la Duquesa Carolina, camarera de la Reina y ferviente monárquica. Son los últimos momentos del reinado de Isabel II y la vida en el barrio se articula en una serie de camarillas lideradas por Mariana, posadera madura en cuya Posada de San Javier habitan el rico hacendado extremeño Vidal Hernando y Luis Nogales, revolucionario clandestino que ha entablado amistad con Aníbal, el mozo de la posada. En la misma plazuela vive don Florito, que es funcionario y monárquico por principios, con su hija Luisa Fernanda que guarda ausencias de un militar, Javier Moreno, antiguo mozo de la posada de Mariana, que desde que ascendió a coronel la tiene abandonada.
Al inicio de la obra, Mariana está sola, sentada en la puerta de su casa. En el bajo de la casa hay un taller de costura llevado por Rosita. Carolina cruza la plaza con su criado Jeromo y un vendedor ofrece cacharros. Entre los cantos de asuntos cotidianos de estos personajes, se impone la habanera "Marchaba a ser soldado" que explica los antecedentes del argumento. Luisa Fernanda se vas a misa cuando llega a la plaza Javier. Mariana, que se encuentra con él, le recrimina su falta de constancia y Aníbal le aborda con la pretensión de que se una a sus ideales revolucionarios. Al darse cuenta de que son observados por la Duquesa Carolina, entran en la posada para continuar su plática con Nogales, jefe de la insurrección. Luisa Fernanda regresa entonces sofocada en compañía de Mariana que le ha anunciado la presencia de Javier, pero encuentra vacía la plaza. Mariana aprovecha la ocasión para recomendar a Luisa Fernanda a Vidal Hernando que entabla con ella un galanteo que termina en unas calabazas fundadas en el amor apasionado que Luisa Fernanda siente por Javier.
Aníbal sale de posada alegre por haber convencido a un militar para que participe de su parte en la revuelta y le comunica a Vidal el apoyo que ha encontrado en Javier lo que basta para que Vidal se declare tajantemente monárquico para estar en el campo contrario de quien es su oponente en las lides amorosas. Concluida su conversación con Nogales, Javier sale de la posada y se dispone e visitar a Luisa Fernanda, pero en el camino oye la voz de la Duquesa Carolina, proveniente del balcón de su casa y entabla con ella -sin verla- una conversación llena de requiebros amorosos que termina con la entrada del militar en casa de la Duquesa ante los furtivos y airados ojos de Vidal, Aníbal y Nogales, que temen con fundamento que Javier se vuelva a la causa monárquica y les traicione, y Luisa Fernanda que, en un arrebato de celos, se desmaya en brazos de un Vidal aliado, una vez más por despecho, con la causa revolucionaria.
Acto II
En la verbena de San Antonio de la Florida, aparecen Luisa Fernanda, prometida ya con Vidal, y Javier que sigue en relaciones con la Duquesa. En el ambiente de la romería Mariana y Rosita se encargan de atender un puesto dedicado a la recaudación de limosnas para el pan de San Antonio. Cerca andan Nogales y Bizco Porras, dependiente de un puesto de bebidas instalado en la verbena. Mujeres con hermoso trajes y pollos ataviados con chulería -entre los que se cuenta Javier de paisano- se mezclan en la verbena en danzas y cánticos festivos en torno a la petición que hacen las solteras de un buen novio.
La Duquesa, aprovechando una ausencia de Javier, sabedora de la actitud de Vidal y usando sus encantos, trata sin éxito, de ganarle para la causa monárquica. A continuación se encuentran los dos rivales: Luisa Fernanda está con Vidal, y Javier que se topa con ellos, hace una escena de celos ante la displicencia del extremeño. El enfrentamiento culmina cuando la Duquesa decide subastar un baile para el cepillo del santo. Después de unas tímidas ofertas, Javier, despechado por la indiferencia de Luisa Fernanda y la prepotencia del extremeño, hace una puja exageradamente fuerte y Vidal, en un alarde de fuerza y desprecio, multiplica por cincuenta la oferta de Javier y le regala el baile. Javier acepta el regalo y reta a Vidal.
En los cuadros siguientes, se prepara la insurrección y comienza la lucha. Mientras Luisa Fernanda reza el rosario con Mariana y otras mujeres, aparece Vidal con Aníbal herido leve. Vidal lucha con bravura, pero confiesa que lo único que le mueve es el amor a Luisa Fernanda y no ningún ideal político. En la batalla Vidal derriba el caballo de Javier y le pone a merced de los insurrectos. Cuando los revolucionarios intentan agredir a Javier, Luisa Fernanda sale en su defensa y le salva la vida. En el desenlace del acto cambian las tornas de la batalla: llegan los refuerzos monárquicos, aplastan la revuelta y apresan al cabecilla Nogales. El desafío entre Javier y Vidal quedó saldado en el campo de batalla y las parejas de Javier con Carolina y Vidal con Luisa Fernanda se consolidan.
Acto III
La acción tiene lugar en la dehesa extremeña de Vidal, en la frontera con Portugal. Ya se ha librado la batalla decisiva con la consecuente caída de la monarquía. Se rumorea que Javier Moreno ha muerto entre las tropas monárquicas derrotadas en Alcolea. Vidal, exultante de alegría, presume con su prometida Luisa Fernanda, El atolondrado joven Aníbal, a quien Vidal había mandado a Portugal a comprar el vestido de novia de Luisa Fernanda, regresa, sin embargo, sin vestido y acompañado de Javier a quien encontró refugiado en Portugal. Luisa Fernanda accede a entrevistarse con Javier a a pesar de que ambos se declaran mutuo amor la protagonista permanece fiel en su promesa de casarse con Vidal y se despide para siempre de Javier. De vuelta con Vidal, Luisa Fernanda trata de reponerse de su profunda tristeza y da lugar a una fiesta en la dehesa. Reaparece Javier y, ante la sorpresa de todos, se arrodilla ante Luisa Fernanda y pide su clemencia. Luisa Fernanda, visiblemente emocionada, le pide que se vaya pero Vidal entiende cuál es el verdadero amor de su prometida y, en un último gesto de generosidad, decide no casarse y dar licencia a Luisa Fernanda para que recoja su ajuar y se vaya con Javier.
Luisa Fernanda fue el mayor éxito del compositor Federico Moreno Torroba.
Si la beso, no te la llevas...
ResponderEliminarLa frase que dice Vidal es
Eliminar¡No! No lo intentes, siquiera,
porque si llego a besarla...
¡mira que no te la llevas!