Título | Aquella canción antigua (1952) |
Música: | Joan Dotras Vila |
Letra: | Federico Romero |
Director: | Juan Dotras Vila |
Categoría: | Zarzuela |
País: | España |
Escenas: | Acto I: 01.- Número cómico de Perecito "Buenas tardes felices amigos….Yo no me quiero morir……..Cu-cu cantaba la rana" - 2' 58" 02.- Romanza de Andrés "Si de la historia de mi desdicha..….Rosalía era una flor delicada" - 4' 04" 03.- Plegaria de Sor Angelines "Señor aparta de mis ojos la sombra de esa imagen" - 3' 23" 04.- Romanza de Eduardo "Azucena gentil….Florecilla de nieve y de esencia" - 3' 23" 05.- Bolero español por Andrés "Aquella canción antigua….Por tu calle morena" - 4' 03" 06.- Dúo de Angelines y Andrés "Este jardín no tiene olores" - 3' 49" Acto II: 07.- Duetto de Purita y Perecito "¡Viva mi niña!....Vamos al compás del pasacalle" - 3' 28" 08.- Dúo de Purita y Sor Angelines "¡Ay! hermanita pura" - 3' 13" 09.- Dúo de Andrés y Eduardo "¡Ay! quien pudiera también rezar, yo también tuve un sueño de amor" - 3' 09" Acto III: 10.- Antillana por Rosalía "En la bahía de Veracruz….Las luces que van a anclar al puerto al anochecer" - 2' 54" 11.- Dúo de Sor Angelines y Eduardo "Aquello se olvidó….No causa dolor el amor que vuela" - 3' 58" 12.- Dúo de Sor Angelines y Andrés "Relucía el altar como un ascua de luz" - 4' 10" |
Reparto: | Sor Angelines – Ana María Olaria Purita – Charito Leonís Rosalía – Angelita Viruete Hortensia – María Téllez Andrés – Manuel Abad Eduardo – Florencio Calpe Perecito – Eladio Cuevas |
Orquesta: | Orquesta Columbia |
Coro: | Coro |
Sinopsis: |
En la Residencia de Santa Cecilia
para viejos cantantes retirados, vive entre otros artistas más o menos
célebres, el barítono Andrés Molina, retirado veinte años antes, cuando se
hallaba en la plenitud de sus facultades. Al cuidado de los residentes están
dos monjas. Una de ellas, Sor Angelines ha profesado con votos temporales al
ser abandonada por su novio, Eduardo. Este es ahora el prometido de Purita,
hija del jardinero de un colegio que hay frente a la Residencia. Purita
es el rayo de sol que ilumina el otoño de Andrés. Sor Angelines descubre a lo
lejos, en el jardín, la efigie de Eduardo, con quien se encuentra poco después,
suplicándole que no vuelva por la Residencia.
Este encuentro produce en Eduardo la reacción que le inclina
hacia su primer amor, que fue Sor Angelines, en el mundo. Los residentes
celebran la fiesta de Santa Cecilia y a ella va a concurrir la fundadora del
refugio, que es Rosalía Jareño, antiguo amor de Andrés.
Los residentes celebran, en su día, la nochebuena. Al concluir
la fiesta íntima, se presenta Eduardo que ha recogido a Don Andrés en mitad de
la calle, hambriento y arrecido. Mientras Purita sale a recibirle, y se encuentran
de nuevo Sor Angelines y Eduardo. Este piensa si no será un milagro divino que
Molina se le haya aparecido precisamente a él, obligándole a presentarse en la Residencia. Sor
Angelines va a cumplir sus votos temporales pocos meses después, pero ha hecho
promesa de votos perpetuos si el Señor la aparta de aquel amor humano. Eduardo,
entonces, le pide perdón y ella le dice que desde el primer instante fue
perdonado. Conducido por Purita entra Andrés, encontrándose con Rosalía. Aquel
le canta emocionado y humildemente el madrigal que había dispuesto para la
fundadora de Santa Cecilia, cuando no sabía quien era. Va besarle la mano y
ella lo impide arrodillándose ante él. Purita conmovida llama a Eduardo para
abrazarlo.
Mientras se está celebrando la boda de Purita y Eduardo
en la capilla del colegio Andrés no
asiste a la boda; no quiere poner los pies en la calle ni siquiera por tan
grato motivo. Asiste en cambio Sor Angelines que, apenas terminada la
ceremonia, relata a Molina cuan alegre ha sido la ceremonia. La monja va
abandonar la Residencia
para profesar en las clarisas. Promete a Andrés recomendarle a la hermana
sustituta. Esta es Rosalía Jareño y, cuando viene Purita con su esposo a
abrazar al viejo cantante, coincide el momento con la aparición de Sor
Angelines y de Sor Magdalena (Rosalía) que le traen una taza de café. Purita y
Eduardo quieren darle gracias a Santa Cecilia por la felicidad que han
alcanzado. Sor Angelines les precede para abriles la puerta de la capilla.
Quedan solos Andrés y Sor Magdalena. Esta se acerca a preguntarle si el café
está bastante dulce. Y Andrés, redimido de sus resentimientos, le contesta
conmovido: Muy dulce, hermana, muy dulce.
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Comentarios: |
Estrenada el 12 de abril de 1952 en el Teatro Principal de San Sebastián.
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Aquella canción antigua
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Totalmente desconocida para mi, aunque no su autor.
ResponderEliminarLa escucharé con atención.
Muchas gracias Alesves.
Por cierto que estudié el bachillerato con un sobrino de Joan Dotras Vila.
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