La Dolores (Argumento)



La Dolores

La Dolores, Opera en tres actos se estrenó en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, el día 16 de Marzo de 1895. Su libretista, José Feliu y Codina. Música de Tomás Bretón.

Acto I

En la plaza del pueblo se vive alegremente la víspera de un día de fiesta. Dos jóvenes –Patricio y Celemín – conversan acerca de la muchacha a quien ellos aman. Es Dolores, que atiende la taberna que da a la plaza. Celemín acepta que Dolores no se fije en él y advierte a Patricio, que pese a ser un hombre adinerado y que ha organizado una fiesta de cantos y bailes en honor a la muchacha, ésta tampoco le hará caso. Ambos comentan también que Dolores alguna vez tuvo un romance con Melchor, el barbero del pueblo, quien la sedujo, pero que éste ahora no debe preocuparlos porque ha decidido casarse con otra mujer. Llega al lugar un destacamento militar a cargo del sargento Rojas, quien también se fija en Dolores y pretende conquistarla. A continuación Patricio y el petulante sargento se disputan la atención de la muchacha que se ríe de sus halagos y goza sirviéndoles vino. Llega entonces un ahijado de la tabernera Gaspara. El es Lázaro, un ex-torero y ahora seminarista. Para completar la galería de personajes llega también el barbero Melchor. Comienza la fiesta organizada por Patricio, en la cual se baila y se canta a la grandeza de Aragón. Es éste el momento de la famosa “Jota”, el fragmento más famoso de la ópera, con el cual concluye el acto primero. En esta escena se oye también esa copla tan popular que dice: “Si vas a Calatayud, pregunta por La Dolores”.

Acto II

El seminarista Lázaro vive la turbación que le provoca estar enamorado de Dolores. Patricio aparece cargado de regalos para la muchacha y esto renueva sus rivalidades con el sargento Rojas. Celemín llega con amigos anunciando que en el ruedo cercano un animal está listo para ser toreado. Muy ufano, Rojas quiere ser el torero. Todos se van a comer; Patricio y Rojas se quedan con Melchor, quien les cuenta historias de La Dolores. La amena charla termina con la apuesta de Melchor de que esa noche entrará a la habitación de la muchacha. A solas con ella, la halaga para que lo acepte esa noche a las diez. Patricio la previene del engaño y Dolores, aunque herida, se lo toma a la broma y promete tanto a Rojas como al propio Patricio que estará esperándolos a las diez. Luego Lázaro se reúne con Dolores y le confiesa su amor. Aunque conmovida por su inocencia, ella le dice que olvide esos sentimientos. Celemín ha oído la conversación y llama a todos para que se burlen de Lázaro, que ataca a Celemín, amenazándolo con matarlo y con hacer después lo mismo con Patricio y Rojas. Celemín se queda jurando venganza mientras todos se van a la corrida de toros. En ella Rojas no consigue estar a la altura de la reputación que él mismo se había atribuido y Lázaro lo salva de morir en el ruedo, lo que provoca las aclamaciones de todos los presentes. Dolores, impresionada por su valentía, le dice que vaya a su habitación.., también a las 10 de la noche.

Acto III

Lázaro reza una letanía, que las mujeres se encargan de responder. Celemín hace las paces con Lázaro y trata de convencerlo de que se vaya y se olvide de Dolores, pero Lázaro se niega a escuchar. La tabernera Gaspara, por su parte, que ha sabido de los sentimientos de Lázaro, se enfrenta a Dolores y le pide a ella que se vaya. Pero Dolores la convence de que es Lázaro quien debe marcharse y por ningún motivo acudir a la cita de las diez, pues su vida correrá peligro. Las mujeres deciden organizar un plan para alejar a Lázaro y se despiden. A solas, Dolores se lamenta del hecho de haber encontrado el amor demasiado tarde. Cuando dan las diez de la noche las cosas se complican, y mucho. Lázaro llega a la habitación de Dolores, le confiesa apasionadamente su amor, pero al marcharse, a petición del plan de Dolores, se topa con Melchor, que también viene a ver a la muchacha. Dolores se niega tajantemente a sus pretensiones y Melchor la ataca. Es entonces el momento en que irrumpe Lázaro y enceguecido da muerte a Melchor. Ante la llegada de la gente que ha escuchado gritos, Dolores intenta responsabilizarse, pero Lázaro declara que él es quien le ha dado muerte por defender el honor de la mujer que ama y que está dispuesto a enfrentar las consecuencias que le traerá haber cometido ese crimen.

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