Benamor
Benamor, Opereta en tres actos se estrenó en el Teatro de la Zarzuela de
Madrid, el día 12 de Mayo de 1923. Sus libretistas, Antonio Paso Cano y Ricardo González del Toro. Música de Pablo Luna.
La acción se sitúa en Ispahán, antigua capital de Persia. Siglo XVI.
Acto I
Patio interior en el palacio real del Sultán. El eunuco, Alifafe y los genízaros están a las puertas del harén alabando la belleza de las odaliscas mientras éstas se quejan de que el Sultán no las hace caso. Aparece el gran Visir que viene de pasar la noche con una muchacha; siempre que hace esto se queda sordo. Alifafe pretende pedirle un aumento de sueldo por los servicios prestados pero el Visir no lo oiga. Llega también la Sultana que está preocupada porque el Sultán Darío, su hijo ha decidido casar a su hermana próximamente y quiere confesarle al Visir un gran secreto. Le cuenta que según las leyes persas si el hijo primogénito es niña hay que matarlo y si el segundo es niño hay que matarlo también, y ella cuando dio a luz por primera vez y tuvo una niña, para poder salvarla la escondió de todo el mundo y la educó haciendo creer que era niño, incluso a la propia niña que es ahora Darío, su hijo, el Sultán. Su segundo hijo fue un niño e hizo la misma cosa y es ahora la princesa Benamor a la que su hermano quiere esposar. El visir no la puede oír pero ella cree que sí y se va satisfecha de habérselo contado y pensando que podrá contar con su ayuda. Aparece Darío, el Sultán que va a recibir a los pretendientes de su hermana que son tres: Jacinto, que es un joven enclenque, Rajah-Tabla, un feroz guerrero, y finalmente Juan de León, caballero español que se hace pasar por otra persona pero no logra engañar al Sultán. Por alguna razón al Sultán le agrada mucho el caballero Juan de León. Cuando los pretendientes, la corte y el Sultán se han ido aparece Benamor, con ademanes muy bruscos y a la que han detenido los miembros de la guardia queriendo escapar; Pantea, su madre, la reprende y la amenaza con encerrarla en el castillo de Mudarra. Llega Darío y le comunica a su hermana que ha decidido casarla y ésta no parece oponerse demasiado pensando que así será más libre, pero cuando le comunican que ha de elegir entre uno de los tres pretendientes decide fugarse y así lo hace. Termina el acto ordenando el Sultán que busquen a su hermana.
Acto II
En el mercado de Ispahán se encuentran el Visir, los genízaros y Alifafe buscando a la desaparecida princesa; un mercader, Babilón, le propone al Visir que le compre una bella muchacha llamada Nitetis, pero éste no accede porque está abrumado por los problemas que se plantean y quiere estar en posesión de todas sus facultades. Aparece Pantea, la Sultana también buscando a su hija/hijo y al darse cuenta de que el Visir no la entendió cuando le expuso el problema se introduce con él en la tienda y decide volver a narrárselo. Entre tanto aparece también Darío y Benamor que se encuentran y deciden escuchar la conversación de su madre con el Visir y por la cual se enteran de que tienen los sexos cambiados. Benamor más impaciente quiere actuar inmediatamente paro Darío cree que el Visir encontrará la solución. Mientras tanto el Visir trata de consultar a Zaratustra para que le ilumine. Llegan también al mercado los dos pretendientes que se encuentran con los príncipes, requiebran a la princesa Benamor pero ésta los rechaza. Aparece también el caballero español que quiere comprar a la muchacha Nitetis pero no tiene dinero. Cuando descubre a Darío se lo pide y Darío lleno de celos decide comprarla él para su harén. Los otros dos pretendientes rechazados han llegado a la conclusión que Benamor debe estar enamorada del caballero español y como necesitan ambos casarse con ella porque es rica y les podrá sacar de los apuros económicos que ambos están pasando trazan un plan para desafiarle y quitárselo de en medio.
Acto III
En el palacio del Sultán, Babilón ha venido a ver si cobra el importe de la nueva odalisca que ha entregado al harén, Benamor, ahora que sabe que es hombre, está disfrutando del harén sin que las odaliscas se den cuenta, simplemente comenta que es muy cariñosa. El Visir está preocupado porque Zaratustra no le inspira ninguna solución y no sabe cómo abordar el problema. Además le ha salido una pretendiente y no quiere verla hasta que vea a un otorrinolaringólogo. Habla con Juan de Diego y decide contarle lo que sucede incluyendo en el relato que Darío está perdidamente enamorado de él. Benamor también se sincera con Nitetis y le confiesa su amor prometiéndole que será su favorita cuando quiera que él pueda ser sultán. Finalmente el caballero español propone para que el pueblo no se entere del cambio, que ambos príncipes viajen a Europa de estudio durante tres años, entretanto será Sultana la madre y cuando regresen ya nadie les reconocerá. Benamor ataca a los otros dos pretendientes que se dispone a marchar y desistir en su empeño y a los que finalmente se decide a dar una indemnización.
No hay comentarios:
Publicar un comentario