Chin-Chun-Chan (Argumento)

Chin-Chun-Chan
Chin-Chun-Chan, Conflicto chino en un acto y tres cuadros se estrenó en el Teatro Principal de México, el día 19 de Abril de 1904. Sus libretistas, Rafael Medina y José Francisco Elizondo. Música de Luis Gimeno Jordá.

Acto I

En un hotel de primer orden se nota gran movimiento: el administrador, empleados y criados corren de un lado para otro arreglando el mobiliario y dando los últimos toques al decorado. Los preparativos indican que en el hotel se espera la llegada de un gran personaje, así como los preliminares de una gran fiesta en su honor. El administrador ha contratado a unas cómicas y bailarinas que casualmente se encuentran en el hotel para dar más atractivo a la fiesta. Chin-Chun-Chan, mandarín chino, millonario por añadidura, es la causa del gran movimiento, ha enviado a su intérprete para que anuncie su llegada y naturalmente el administrador piensa sacar el mejor partido posible del gran personaje. La fiesta promete ser lucida: números de canto y baile han sido preparados con todo cuidado. El teléfono sin hilos y el cake-walk son el clou de la fiesta. Antes de que llegue la hora anunciada, se presenta en el hotel un hijo del Celeste Imperio que desea hospedarse. El administrador lo cree Chin-Chun-Chan y comienza a tributarle honores, pegándose el gran chasco pues no es otro que un infeliz llamado Columbo Pajarete, oriundo de Chamacuero, y que anda huyendo despavorido de su Hipólita, su cara mitad, a quien teme más que a la muerte. Columbo, cómo último recurso, se ha disfrazado de chino, y al ver el gran recibimiento que le han hecho en el hotel, decide seguir en su papel de hijo de Confucio. El falso Chin-Chun-Chan sale acompañado de un huésped a sus asuntos particulares. El oficioso acompañante le enseña lo principal de la ciudad de los palacios (sobrenombre dado a la ciudad de México), contempla un grupo de hermoso polichinelas que lo dejan lelo y regresa al hotel donde la fiesta da principio.
La animación está en todo su apogeo; mucha luz, mucho vino y muchas mujeres. Columbo está que no cabe en sí de alegría, cuando se presenta el auténtico Chin-Chun-Chan. Nadie sospecha lo que pasa y creen feliz la llegada de otro chino para que el falso mandarín tenga con quien explayarse. Columbo se ve en grandes aprietos: su colega le habla en chino y él, naturalmente, no entiende una palabra, con gran disgusto de Chin-Chun-Chan que comienza a impacientarse y al fin se va al interior. Columbo se tranquiliza, pero oye la voz terrible de su Hipólita, que pregunta por el chino falsificado. Huye y cuando su mujer entra en su busca, se encuentra con Chin-Chun-Chan, que sale de se aposento. Lo increpa, lo injuria, le tira de la coleta, le estruja los bigotes y se arma un gran escándalo. "¡Este es mi marido y no es chino!", dice la mujer. Entonces el administrador y los mozos arrojan a empellones a Chin-Chun-Chan y a Hipólita fuera del hotel. Al salir se encuentran con el intérprete, quien reconoce a Chin-Chun-Chan, regresan al hotel y ponen las cosas en su lugar. Columbo huye despavorido, seguido por Hipólita, mientras el administrador le da toda serie de satisfacciones a Chin-Chun-Chan, ofreciéndole el final de la fiesta que es un cake-walk.

No hay comentarios:

Publicar un comentario