Los arrastraos
Los arrastraos, Sainete lírico en un acto y tres cuadros se estrenó en el Teatro Apolo de
Madrid, el día 27 de Mayo de 1899. Sus libretistas, José Jackson Veyán y José López Silva. Música de Federico Chueca.
Acto I
Cuadro primero. Tiene lugar en el patio de una casa de los barrios bajos, donde se ven varias puertas que conducen a distintas habitaciones. El Señor Boni cose un chaquet, mientras Paca arregla la lumbre y las vecinas aparecen ocupadas en sus faenas. Sale Patro, que se lava la cara en la fuente sin hacer caso de los comentarios de las vecinas, que se burlan de ella por su aire de superioridad. Tecla, una vecina, discute con Paca. Aparece El Besugo, torero, y después Fernández, esposo de Tecla y dueño del chaquet que está cosiendo Boni, el cual le relata su trayectoria vital. Sale de su cuarto Bárbara, esposa de Boni, que advierte a su marido que impida que Luisa, hija de ambos, siga hablando con Perico, tabernero y pretendiente de la joven. Cuando éste llega a escena, Boni propicia el encuentro del joven con su hija, avisándoles cuando va a llegar Bárbara, la cual riñe a Perico y lleva consigo a Luisa. Boni promete su ayuda a Perico. Aparece en escena Menegildo, chulo que habla con Bárbara y quiere ver a Patro, a la que pretende y la cual parece haberse interesado por el Señor Pancho, carbonero. Este último también llega al patio de vecinos e invita a Patro y a sus amigas a merendar en el bentorro del Aragonés. Un dúo entre Patro y Menegildo permite a ésta dar celos al chulo. Aparece El Chancla, el torero, con un mozo de estoques, para recoger a El Besugo e ir a la corrida de Carabanchel. El cuadro concluye con un coro general de vecinos, dispuestos a ir también a Carabanchel a merendar y ver la corrida.
Cuadro segundo. Tiene lugar en el almacén de vinos del Aragonés, a unas veinte tabernas de Carabanchel de Abajo, donde los toreros toman un vaso de vino, asustados al pensar en la corrida. Una escena de matuteros ajena al argumento sirve para que Perico y toda la gente cante camino de Carabanchel.
Cuadro tercero. Se desarrolla en el ventorro de Perico, viéndose al fondo la plaza de toros de Carabanchel. El Besugo y El Chancla cruzan la plaza descompuestos; el público les arroja naranjas. Boni, acompañado por Luisa, encuentra a Perico y al aparecer Bárbara, dispuesta a llevarse consigo a su hija, tanto Boni como Perico se niegan a ello. Se escucha una polka en el merendero y la corrida continúa en la plaza, oyéndose los toques de clarines. Menegildo se enfrenta a Pancho y reclama la mano de Patro, la cual consigue. Los toreros son conducidos a la cárcel entre alguaciles municipales. La obra concluye felizmente con el anuncio de las dos bodas: Luisa con Perico y Patro con Menegildo.
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