El juramento
El juramento, Zarzuela en tres actos se estrenó en el Teatro de la Zarzuela de
Madrid, el día 20 de Diciembre de 1858. Su libretista, Luis de Olona. Música de Joaquín Gaztambide.
La acción tiene lugar en 1710, durante la guerra de Sucesión entre Felipe V y los austriacos.
Acto I
El anciano Conde del Arenal, partidario de Felipe V, vive en su quinta, acompañado por la joven María, hija del difunto mayordomo, a la que había criado como a una hija. Cuando empieza la obra, el Conde está acompañado de su sobrino y protegido, Don Carlos, oficial del ejército, que había venido a curarse de una herida recibida en el campo de batalla. Carlos y María se enamoran. El mismo día Carlos recibe la orden de incorporarse a su regimiento. Llega a la quinta la Baronesa de Agruafría, joven y hermosa viuda, que pide alojamiento por haberse roto su coche.El Conde y la Baronesa tenían un pleito, y un procurador les había recomendado que se casaran, a lo que el Conde estaba dispuesto, pero la Baronesa se arrepiente, al ver que el Conde es un anciano. Carlos pide a su tío que le case con María, pero el Conde se niega, porque quiere para su sobrino una esposa noble y rica, y decide casar a María con su criado Sebastián. Carlos finge aceptar la propuesta de su tío, y María se siente humillada. Aparece de repente el Marqués de San Esteban, capitán del ejército, con su asistente el cabo Peralta, y piden descansar unas horas antes de seguir al cuartel del Duque de Vendôme. María les ofrece la quinta. El Marqués se encuentra con su amigo Carlos, que le cuenta su sufrimiento, y el Marqués se ofrece a ayudarle, aunque no le dice cómo, obligándole a marcharse de la quinta. Tras hablas con María, a la que también ofrece ayuda, el Marqués pide para sí la mano de María al Conde, cuando ya llegaba a la quinta el notario para casarla con el criado. María se siente traicionada por el Marqués, y cae sin sentido en brazos de las aldeanas que habían acudido a la boda.
Acto II
Un mes después de la boda de María y el Marqués, los esposos siguen haciendo vida de solteros, pues cada uno vive en una parte de la casa sin verse más que esporádicamente y en público. Regresa Carlos, que al enterarse de lo sucedido quiere matar al Marqués, pero éste le explica su conducta: había tenido un desafío tres meses antes, en el que había muerto su adversario. Como el duelo estaba prohibido y se castigaba como un asesinato, el Marqués, para evitar la ignominia del cadalso, juró que se haría matar en el campo de batalla por los austriacos antes de cuarenta días, que estaban a punto de cumplirse. Se había casado con María para dejarla viuda y rica y evitar que el Conde la obligara a casarse con el criado. Por otra parte, María había citado a su marido para pedirle explicaciones por su conducta y por sus coqueteos con la Baronesa, que seguía en la quinta. Carlos se retira y el Marqués obtiene casi la confesión de que su mujer le ama. El Marqués se retira y entonces María se encuentra con Carlos y le dice claramente que ella ama a su marido, el Marqués. Este, que también se había enamorado de la joven, precipita su marcha al campamento. Carlos se encuentra con la Baronesa, que le convence para que impida la muerte del Marqués y acepte la voluntad de María. Carlos renuncia al amor de María y se marcha al cuartel general para obtener el perdón del Marqués. María al ver que su esposo ha huido sin decirle nada, corre a buscarle acompañada por el criado del Conde.
Acto III
Se desarrolla en el campamento. Carlos intenta convencer al Marqués para que no vaya al combate, a lo que éste se niega. Sebastián emborracha a Peralta para enterarse del secreto del Marqués y contárselo a María, que le espera escondida junto al campamento, pero Peralta no le revela nada. Aparece María, que declara su amor al Marqués, pero éste insiste en separarse de ella, porque está amaneciendo y va a comenzar la batalla. Al fin, llega Carlos con el perdón del Rey, conseguido gracias a la Baronesa.
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