La ilustre moza (Argumento)

La ilustre moza
La ilustre moza, Comedia lírica en tres actos se estrenó en el Teatro Tívoli de Barcelona, el día 3 de Marzo de 1943. Sus libretistas, Luis Tejedor Pérez y Luis Muñoz Lorente. Música de Federico Moreno Torroba.

Acto I, II y III

Doña Ana, damita de 25 años, viuda y coqueta, anda enamorada de don Diego, cuyo tío el Conde está a su vez enamorado de doña Ana, confiando den su criado Martín para lograr sus amores. Llega el caballero don Marcos, acompañado de su criada Isabel, hermosa y arisca, llamando la atención entre la gente del pueblo por su extraordinario donaire, siendo reconocida por Gil, mozo del pueblo, aunque sin poder precisar dónde la conoció. Cuando Isabel se presenta ante don Diego éste queda prendado de sus encantos, creyendo que finge con aquella vestimenta, dado su aspecto señorial. Ana, desde se casa, se da cuenta de la impresión amorosa que Isabel ha producido en el Conde, que al requerirla de amores es rechazado, delicadamente, por su diferencia de clases. Aparece el ciego de la Albeica para hacer la relación de un romance nuevo en el que pregona el crimen cometido por doña Blanca en Granada, al asesinar al mancebo que abofeteó a su padre al negarle en casamiento, por lo que tuvo que huir de la justicia dejando tierras de Granada. Queda el Conde fuertemente impresionado a favor de doña Clara. Gil, que ha oído el romance del ciego, recuerda a Isabel diciéndole quién es, a lo que ésta le responde serena y enérgica que igual que mató a un hombre puede matar a dos. Diego, cada vez más enamorado de Isabel, es reprochado por el Conde, recordando que se trata de una villana a quien hay que respetar. Don Diego, a pesar de todo, le ofrece su mano que es rechazada por Isabel. Seguidamente se presentan unos nobles caballeros con un mensaje del Rey, confiando al Conde el proceso de doña Clara. Regresan de Granada el Conde y don Diego, éste más enamorado que nunca de Isabel, que le manifiesta que su amor es imposible y que deja para siempre la Corte. Se oye dentro un pregón en el que el Rey hace saber que, de presentarse doña Clara, será perdonada según fallo del Conde que el Rey aprobó. Isabel, presa de gran emoción, se despide de don Diego que queda apenadísimo. Aparece doña Ana y anuncia a don Diego su felicidad con Isabel y su resignación ante su próximo enlace con el Conde. Se presenta Martín anunciando al Conde la visita de doña Clara, que al ser reconocida por el Conde le rinde fiel obediencia. Isabel, que adora a don Diego, lo acepta por esposo.

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