El monaguillo (Argumento)

El monaguillo
El monaguillo, Zarzuela en un acto se estrenó en el Teatro Apolo de Madrid, el día 26 de Mayo de 1891. Su libretista, Emilio Sánchez Pastor. Música de Miguel Marqués.

Acto I

Primer cuadro. Tiene lugar en la plaza del pueblo de Grijota, junto a la iglesia donde los vecinos comentan la fuga de Antonia, sobrina del cura, con Juanito, hijo del boticario, que han sido encontrados en Villar y devueltos a sus casas. Aparece Colás, monaguillo hermano de Antonia, que toca las campanas al Angelus; al salir de la iglesia, Brígida, el ama del cura, entrega al joven una carta del cura y un informe del colegio-convento de Santa Tecla para Antonia, a la que su tío no quiere ver, y a la que quiere hacer entrar inmediatamente en el convento. Llega Antón, alguacil librepensador que cita constantemente el periódico El Motín, que ha traído a Antonia. Esta, muy contenta, lee la carta de su tío en la que le ordena ir al convento; pero comenta a su hermano que en realidad está enamorada de Quirós, comandante de caballería, que vendrá el día siguiente a buscarla, pues piensa casarse inmediatamente. Antonia se lamenta de las órdenes de su tío, pues cree que si ingresa en el convento no podrá salir de allí, y su hermano le ofrece a hacerse pasar por ella, intercambiando sus ropas. Se presenta Juanito, acusado injustamente de raptor, que se encuentra con Antón, diciéndole que ha sido engañado por Antonia, pues al llegar a Villar a casa de su tía, la joven lo despidió, diciéndole que todo había sido una broma, y al regresar se encontró con Quirós, comandante de caballería, que le dio las gracias por su acción, sin que él entienda porque. Colás, disfrazado de colegiala, monta en el burro preparado por Antón para llevarle al convento y finge llorar mientras parte con él. Antonia se esconde en el cuarto de su hermano, pero Brígida llama a Colás para que hable con su tío.
Segundo cuadro. Tiene lugar el día siguiente en el convento de Santa Tecla, a la hora del recreo. Las colegialas quieren conocer a Antonia y saber por qué está allí. Colás, disfrazado, se inventa la historia de su fuga entre contradicciones producidas por su cambio de personalidad, aprovechando para darles besos y abrazos -"Algo pescas, Colás"-. La directora riñe a Colás por su falta de disciplina, y le manda que se prepare para confesar. Se presenta la hermana Tornera con una carta del Padre Capellán de Palencia, en la que se dice que el cura de Villar ha casado a Antonia con un comandante de caballería, indicando que debe enviar a la joven con su marido, evitando que el colegio se meta en líos. La directora recibe a un joven que desea hablar con ella; se trata de Juanito, pero la religiosa cree que es el marido de Antonia y le ordena que se la lleve del convento. Luisa, una colegiala, acusa a Colás de estar fumando, por lo que la directora se marcha con ésta. Juanito, confuso, se encuentra con la hermana Tornera, que es de su pueblo, que le avisa de la llegada del alguacil Antón para prenderle. La monja esconde al muchacho en un encierro de las educandas hasta que pueda salir sin peligro. Colás, que ha presenciado la escena, es sorprendido por la Tornera, que le pone de rodillas en castigo por no estar en clase. Antón busca a Juanito y la Tornera le envía al despacho de la directora. Después pone de espaldas a Colás y le entrega un devocionario para que lo lea, mientras trata de sacar de su escondrijo a Juanito, pero la llegada de gente se lo impide. Antonia, vestida de monaguillo, cuenta a su hermano cómo fue descubierta la noche anterior por su tío, quien la ha traído al convento y está hablando con la abadesa. La muchacha no está preocupada, pues ya está casada. Colás se muestra muy feliz de la situación por estar conviviendo con tantas jovencitas, mientras Juanito, asomando la cabeza por el agujero de su encierro, lamenta su desgracia. Al retirarse Antonia, aparece Luisa, a quien Colás encierra con Juanito por acusona. A los gritos de la pareja acude Antón, que se sorprende de encontrar al chico con otra muchacha, y decide llevárselos presos. Aparece el comandante Quirós, que protege a Juanito frente al alguacil, y se retira luego con éste y Luisa para hablar con la directora. Colás se presenta a Juanito y le propone que escapen saltando la tapia. Cuando ambos está arriba, son sorprendidos por Antón y después por Quirós. El alguacil trae una escalera para que desciendan, mientras van apareciendo Antonia, la directora y las colegialas. Todo se aclara y el comandante se lleva a su mujer y a Colás a vivir con él.

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