Robinson (Argumento)

Robinson
Robinson, Zarzuela en tres actos se estrenó en el Teatro del Circo de Madrid, el día 18 de Marzo de 1870. Su libretista, Rafael García Santisteban. Música de Francisco Asenjo Barbieri.

Acto I

Casa de Robinson, en Liverpool. Robinson es un Calavera acribillado a deudas, a quien una cohorte de prestamistas, acaudillados por Matatías, el usurero mayor, se dispone a embargar. Su mujer, Leona, vuelve al cabo de tres años de un extraño viaje de novios en el que su marido prefirió no participar. Ella está obsesionada con una sola idea, y es una mujer de armas tomar. Ante una perspectiva tan poco halagüeña, Robinson acepta la invitación de su amigo el capitán Tiburón y se embarca para California aprovechando la confusión de una noche de jarana. Pero su criado Casimiro, su esposa y su prestamista favorito, no están dispuestos a dejarle marchar solo, por diferentes motivos.

Acto II

En una isla del Caribe Robinson se ha librado de un naufragio y vive a su aire rodeado de naturaleza y de un sirviente, Domingo, que se ha encontrado en la isla y que cambia sospechosamente de color. Pero Domingo y su loro no son los únicos habitantes de ese paraíso y Robinson va a sufrir en sus propias carnes el asedio de unas damas voraces. La Reina Ananás y su lugarteniente Guayaba no piensan dejar escapar tan suculentos ejemplares y disponen una ceremonia oficiada por los severos sacerdotes del cabildo. Y después de la ceremonia vendrá el banquete. A la hora del baile se presentan unos viejos conocidos y su presencia no gusta nada a la ardiente Reina Ananás, que monta en cólera y agarra su lanza.

Acto III

En otra isla del Caribe. Una marcial tripulación deseosa de cambiar de aires forma a las órdenes del intrépido capitán Tiburón, que quiere devolver a su amigo a la salsa urbana y lo busca por todas partes con su habitual diplomacia. Los súbditos de la Reina Leona no tienen el mismo ardor guerrero que sus contrincantes femeninos, y cuando Ananás se presenta en el campo de batalla para recuperar su botín se vislumbra una guerra desigual, si no fuera por la alegre marinería, que provoca una cierta conmoción entre los presentes. Decididamente la economía mueve el mundo. Aquí y en el caribe. Y es que hoy en día ni de náufrago puede uno vivir en paz.

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