DOÑA FRANCISQUITA
Comedia
lírica en tres actos.
Libreto
de Federico Romero y Guillermo Fernández Shaw.
Música
de Amadeo Vives.
Estrenada
en el Teatro Apolo de Madrid el 17 de octubre de 1923.
REPARTO (Estreno)
Francisquita
– Mary Isaura.
Aurora
"La Beltrana" – Cora Raga.
Doña
Francisca – Felisa Lázaro.
Irene
la de Pinto – Beatriz Cerrillo.
La
Buhonera – Sra. Aranda.
Doña
Liberata – Sra. A. Martín.
Doña
Basilisa – Sra. Alvarez.
La
Novia – Srta. Pérez.
La
Madrina – Srta. Martínez.
Una
Mamá – Sra. Castillo.
Niña
1ª – Srta. S. González.
Niña
2ª – Srta. B. González.
Una
Maja – Sra. Aranda.
La
Aguadora – Sra. Lucas.
La
Naranjera – Sra. Aramendia.
La
Mujer del jornalero – Sra. Castanedo.
La
Hija – Srta. Lahoz.
Fernando
– Juan de Casenave.
Cardona
– Antonio Palacios.
Don
Matías – Ricardo Güell.
Lorenzo
Pérez – Juan Frontera.
Juan
Andrés – Sr. Galerón.
El
Liberal – Sr. Flaquer.
Un
Cura – Sr. Montany.
El
Lañador – Sr. Crespo.
Modistas,
máscaras, estudiantes, la cofradía de la Bulla, bailadoras, gente del pueblo y
coro general.
ACTOS I y II
ESCENA I
(Cantado)
El
lañador y la buhonera salen pregonando.
LAÑADOR
¡El
lañador!
La
que tenga tinajas que componer,
que
me diga que suba porque yo sé
remendarla
y zurcirla con el punzón.
Ha
llegado, señoras, el lañador.
BUHONERA
Veinte
alfileres doy por un cuarto.
¿Tienen
pellicas para vender?
¡Hiladillos
de Granada!
¡Agujillas
de coser!
LAÑADOR
¡Hago
por dos cuartos una ratonera!
BUHONERA
¡Vean
el surtido de la buhonera!
LAÑADOR
¡Cántaros
viejos compongo yo!
BUHONERA
(Yéndose)
¡La
buhonera!
LAÑADOR
(Yéndose)
¡El
lañador!
(Ambos
se van y aparecen Cardona y Fernando)
CARDONA
(Con
énfasis gracioso y juvenil)
Vamos
a ver lo que pasa
en
la boda de Vicente.
FERNANDO
(A
Cardona, señalando a Aurora que acaba
de
llegar con Irene)
¡Mírala
por donde llega!
¡Cómo
la mira la gente!
CARDONA
Pero,
¿no me oyes, Fernando?
FERNANDO
No
puedo oírte, Cardona.
Para
mí no hay más derecho
ni
más ley que esa persona.
(Fernando
se acerca a Aurora)
¡Aurora
de mi día,
estrella
de mi cielo!
AURORA
¡Jesús,
qué dos figuras!
CARDONA
¡Nos
va a lucir el pelo!
AURORA
(Muy
postineramente)
Aurorilla
la Beltrana,
soberana
del bolero,
ni
se rinde por zalemas
ni
se vende por dinero.
En
la calle del Soldado
come,
duerme y vive sola.
El
que quiera conquistarla
pida
la vez en la cola.
CARDONA
(Aparte
a Fernando)
¡Eso
es una bola!
IRENE
(A
Aurora)
¿Nos
vamos o no?
FERNANDO
¡Ah!
¡Es verdad que se la rifan!
(Aparte)
Con
el desplante se asustó.
Así
podrá ver
que
yo soy ¡una mujer!.
CARMONA
No
se lo digas, melón,
que
hay que conocer
el
corazón de la mujer.
IRENE
Serás
siempre la misma.
¡Qué
cosas tienes, mujer!
FERNANDO
(Aparte)
Quién
supiera en el libro leer
de
un corazón de mujer.
(Aparecen
Doña Francisca, Liberata y Basilisa y un poco después, Francisquita que
sorprende el medio coloquio amoroso de Aurora y Fernando. Se queda observando)
FRANCISQUITA
¡Cuánto
la quiere el que adoro!
DOÑA
FRANCISCA
El
sermón del Padre Lucas
fue
una hermosa perorata.
DOÑA
LIBERATA
¡Qué
sermón, Doña Francisca!
DOÑA
BASILISA
¡Digo,
Doña Liberata!
FERNANDO
(A
Aurora con Pasión)
No
me niegues tu albedrío,
que
es el bálsamo vital.
FRANCISQUITA
(Aparte)
¡Cómo
le esquiva la ingrata!
AURORA
Me
parece, Don Fernando,
que
te han dirigido mal...
FRANCISQUITA
(Aparte)
¿Por
qué le quiero yo así?
FERNANDO
(A
Aurora)
¡Por
Dios, contesta que sí!
DOÑA
FRANCISCA
(A
las demás)
¡Qué
magnífica oración!
DOÑA
LIBERATA
¡Fenomenal!
DOÑA
BASILISA
¡Ay,
qué sermón!
DOÑA
FRANCISCA
¡Qué
bien está!
FRANCISQUITA
(Aparte)
¡Quiérole
sin que él me quiera!
¡No
hay otra desgracia igual!)
(Aparecen
Lorenzo Pérez y su amigo Juan Andrés)
LORENZO
No
tienen prisa.
JUAN
ANDRES
Velas
allí.
LORENZO
¡Eh,
Beltraneja!
AURORA
¿Pero
es a mí?
¡Si
es mi Lorenzo!
Fernando,
adiós.
Vamos,
Irene, que están los dos.
(A
Fernando, con retintín y para darle celos)
Ese
sí que es un hombre
con
circunstancias.
(Se
van Aurora e Irene con Lorenzo)
FERNANDO
¡Malhaya
las mujeres!
(Queriendo
lanzarse sobre Lorenzo)
¡Le
desafío!
CARDONA
¡Guárdate,
que si él te calienta no tendrás frío!
FERNANDO
(Con
rabia)
¡Mírala
cómo se ríe!
¡Mírala
tú!
CARDONA
¡Tú
no mires, porque haces el bú!
FERNANDO
¡Yo
la quiero mirar,
porque
es mi vida y mi luz!
DOÑA
FRANCISCA
Adiós,
Doña Basilisa.
Adiós,
doña Liberata.
CARDONA
(A
Fernando, por Francisquita)
Fíjate,
que no es ésta costal de paja.
FERNANDO
Para
mí, sin Aurora, no habrá consuelo.
DOÑA
FRANCISCA
Nos
miran esos hombres, la vista baja.
FRANCISQUITA
Déjame,
madre mía, que mire al cielo.
DOÑA
FRANCISCA
No
repliques, bachillera.
CARDONA
¡Ah!
Fíjate en sus ojos bellos.
FRANCISQUITA
(Aparte)
¡Ah!
Si a los ojos me mirara,
todo
el alma viera en ellos.
(Madre
e hija pasan delante de ellos. Doña Francisca se adelanta para abrir la puerta,
momento que aprovecha la joven para, de manera fingida, deja caer su pañuelo)
CARDONA
(A
Fernando)
El
pañuelito se le cayó.
(Avanza
para coger el pañuelo, pero se le adelanta Fernando)
FERNANDO
Deja,
Cardona, lo cojo yo.
(A
Francisquita)
Señorita...
FRANCISQUITA
Caballero...
FERNANDO
(Acercándose
un poco a ella)
Que
os detenga, perdonad.
DOÑA
FRANCISCA
¿Qué
es, Francisca?
FRANCISQUITA
Nada,
madre.
El
pañuelo que me da.
(A
Fernando)
Esperad,
no sé si es mío.
FERNANDO
Al
descuido se os cayó.
FRANCISQUITA
No
lo tengo en esta manga.
DOÑA
FRANCISCA
Corta
la conversación.
FRANCISQUITA
(Sin
hacer caso a su madre,
finge
buscar el pañuelo)
Ni
tampoco en esta otra.
FERNANDO
De
que es vuestro yo doy fe.
FRANCISQUITA
¿Está
un poco descosido?
FERNANDO
En
efecto.
DOÑA
FRANCISCA
¡Ya
está bien!
FRANCISQUITA
Por
ventura, ¿es de encaje?
FERNANDO
Sí,
yo os lo fío.
FRANCISQUITA
¿Tiene
marcas en rojo?
FERNANDO
Son
de advertir.
Un
corazón que sangra...
FRANCISQUITA
(Aparte)
Ese
es el mío.
FERNANDO
...
y una efe.
FRANCISQUITA
Francisca
quiere decir.
(Coge
el pañuelo y se dirigen a su casa)
FERNANDO
(A
Cardona)
¡Es
muy hermosa!
DOÑA
FRANCISCA
¡Gracias
a Dios!
(Entran
en su casa)
CARDONA
Y
he de advertirte para internos que,
la
madre y la hija me gustan las dos.
FERNANDO
¡Es
deliciosa!
(Aparece
de nuevo Francisquita con el pañuelo en la mano)
FRANCISQUITA
¡Oh,
perdonad! ¡Oh, perdonad!
Aunque
las señas coinciden
con
mi pañuelo bordado,
si
alguna dama pregunta
que
si lo habéis encontrado;
decidle
vos que aquí vive
la
viuda de Coronado,
y
que su hija lo tiene
para
su dueña guardado.
FERNANDO
Perded,
señora, cuidado.
DOÑA
FRANCISCA
(Saliendo
agriamente)
¿Pero
aún no habéis acabado?
FRANCISQUITA
(A
su madre)
No
está de más lo parlado.
CARDONA
(Aparte)
Ya
he comprendido el recado.
DOÑA
FRANCISCA
(A
su hija)
¡Cuidado!
FRANCISQUITA
¡Guardado!
CARDONA
(Aparte)
¡Recado!
Y van dos.
FRANCISQUITA
y DOÑA FRANCISCA
¡Quedad,
señores, con Dios!
FERNANDO
y CARDONA
¡Marchad,
señoras, con Dios!
(Madre
e hija se dirigen a su casa)
BUHONERA
(Apareciendo)
¡La
buhonera!
LAÑADOR
(Apareciendo)
¡El
lañador!
FERNANDO
¡Adiós!
FRANCISQUITA
¡Adiós!
FERNANDO
¡Adiós!
FRANCISQUITA
¡Adiós!
FRANCISQUITA
(Desde
el interior)
Peno
por un hombre, madre,
que
no me quiere.
¡Cómo
se lo digo, madre,
para
que el hombre se entere!
¡Qué
feliz sería, madre, si me quisiera!
Pero,
¡cómo va a quererme
cuando
yo peno y él no se entera!
(Fernando
y Cardona escuchan)
FERNANDO
Siempre
es el amor,
siempre
es el amor travieso
y
hace suspirar,
hace
suspirar por eso.
El
que quiere y no es querido
nunca
se debe dar por vencido.
¿Has
oído, Cardona?
¡Qué
maravilla!
Pues
sí que tiene razón
esa
letrilla.
CARDONA
¡Ah!
Cuando el hombre más pintado
se
encalabrina,
buscar
deberá el olvido,
que
es la mejor medicina.
Porque
al hombre más pintado,
¿quién
le promete
que
una niña, si se empeña,
no
ha de tratarle como un juguete?
(Los
dos amigos se van)
FRANCISQUITA
Siempre
es el amor,
siempre
es el amor travieso
y
hace suspirar,
hace
suspirar por eso.
El
que quiere y no es querido
nunca
se debe dar por vencido.
FERNANDO
(Dentro,
a lo lejos)
Amor,
amor.
No
juegues con mi corazón...
FRANCISQUITA
Amor,
amor. ¡Amor!
(Llega
Don Matías, padre de Fernando, con un ramo de flores, deseoso de declarar su
amor a Francisquita)
(Hablado)
DON
MATIAS
Me
parece que reviven aquellos lejanos días
en
que hiciera con Gertrudis
lo
que hoy haré con Francisca.
¡Maldita
tos!
FRANCISQUITA
¡Ay,
madre, si es Don Matías!
DOÑA
FRANCISCA
¿Por
qué no te vas dentro?
FRANCISQUITA
Estás
alterada... ¡y fría!
DOÑA
FRANCISCA
Hace
más de tres semanas que pasa...
y
pasa... y me mira y
¡puede
que quiera hablarme de matrimonio!
DON
MATIAS
¡Por
vida...!
Tiemblo
como un mozalbete.
DOÑA
FRANCISCA
¿De
qué te ríes tú, niña?
¿No
te parece que incita esta actitud?
FRANCISQUITA
Sí,
a la risa.
DON
MATIAS
¡Muy
buenos días!
(Aparte)
¡Pecho
al agua!.
Tantas
veces pasé por esta calle
de
la que sois principal ornato
que,
mejor que Velázquez y que Goya,
sabría
yo pintar vuestro retrato.
No
tienen que decirme que sois hermosa,
porque
ya, por mis ojos, lo he sabido.
Y
como sois alabada por virtuosa
he
resuelto, Francisca, daros marido.
DOÑA
FRANCISCA
(Aparte)
Debo
estar colorada.
DON
MATIAS
(A
Francisquita)
¿Qué
opina “usté”?
FRANCISQUITA
¿Qué
he decir, Don Matías?
Que,
si mi madre es gustosa,
no
voy a contradecirla.
DON
MATIAS
Y
“usté”, señora, ¿qué dice?
DOÑA
FRANCISCA
¿Qué
quiere “usté” que le diga?
Que
si mi hija no se opone,
que
es mi única familia,
no
es desdeñable la oferta,
ni
hay por qué hacer pantomimas.
(Don
Matías le entrega el ramo a Francisquita; quien, desconcertada, se lo pasa a su
madre)
DON
MATIAS
Pues
no perdamos el tiempo
y
hablemos, Francisca mía,
de
nuestros planes futuros,
de
tu amor y de mi dicha.
DOÑA
FRANCISCA
¡Pero
qué dice este anciano!
DON
MATIAS
¿Ya
hacéis de suegra?
DOÑA
FRANCISCA
¡Agua!
¡Tila!
FRANCISQUITA
Pero...
Dios Santo... Dios mío...
¿”Usté”
mi esposo?
DON
MATIAS
¡Pues
claro...!
(Empieza
a estornudar)
FRANCISQUITA
(Aparte)
Cuando
a Fernando deseo,
su
padre me solicita.
¡Fingiendo
un sí, me parece
que
ganaré la partida!
DON
MATIAS
Dudas,
¿verdad?
FRANCISQUITA
¿Qué
yo dudo?
¡Si
estoy loca de alegría!
(Don
Matías empieza a estornudar repetidas veces de alegría)
Y
para que constituya
mi
amor tu felicidad,
con
la misma voluntad
que
me pides, seré tuya.
DON
MATIAS
¡Tuya!...
Con
qué dulce acento lo dices.
FRANCISQUITA
Pues
con el mismo te advertiré
que
un peligro nos acecha.
Hace
ya semana y media
que
cierto joven galán
me
corteja con afán.
Me
sigue a todos lados.
Me
escribe carta tras carta,
Oye
a mi madre... y se aparta
de
los hierros de mi reja.
Y
debe ser del demonio
la
inspiración que recibe,
porque
ni parla ni escribe
palabra
de matrimonio.
DON
MATIAS
¡Vive
Dios que estoy temblando
por
la vida del bergante!
¿Dónde
está mi contrincante?
¿Cómo
se llama?
FRANCISQUITA
Fernando.
Es tu hijo.
Y
no será mal ardid
alejarle
de Madrid.
DON
MATIAS
Pero
antes, ¡lo desvencijo!
¡Verás
como le ajusto las cuentas!
(Llegan
Aurora e Irene, acompañadas de Lorenzo)
LORENZO
Pero,
oye,
¿a
qué viene ese ceño?
¡A
ver si estoy en ridículo!
AURORA
¿Te
quieres callar, Lorenzo?
LORENZO
Como
no has abierto la boca
desde
que entramos ahí dentro...
¡Vamos,
desde que dejaste
plantado
a ese pollo histérico...!
AURORA
Me
importa a mí Fernandito
lo
que un rábano...
LORENZO
Lo
creo...
(Se
va)
AURORA
¡Celoso!
(A
Irene)
¿Dónde
estará?
(A
lo lejos se oyen bandurrias, laúdes y guitarras. Llegan Fernando y Cardona)
(Cantando)
CARDONA
(A
Fernando)
Allí
la tienes:
prepárate
para enrabiarla con tu desdén.
FERNANDO
Dale
tú celos, yo no sabré.
AURORA
(A
Irene)
No
mires, chica, sígueme a mí,
no
se figuren que estar aquí
no
es coincidencia, sino un ardid.
(Las
dos mujeres echan a andar, Cardona las detiene)
CARDONA
(Con
sorna y postinería)
Hagan
el favor, señoras,
de
decirme, si lo saben,
dónde
vive en esta plaza
una
tal Encarnación;
que
a mi amigo don Fernando
le
ha sorbido todo el seso
y
aunque sabe que aquí vive,
no
conoce su mansión.
AURORA
No
es ingeniosa vuestra invención;
pero
requiere contestación.
FERNANDO
(Aparte)
Va
a contestar altiva y fiera.
¡Vaya
una manera de rabiar!
AURORA
Su
merced no es el primero,
su
merced no es el segundo,
su
merced es el tercero
que
me viene a preguntar.
Y,
por no perjudicarle
si
cobro la tercería,
le
diré sencillamente
que
se acaba de mudar.
FERNANDO
(A
Cardona, como si no hubiera oído la contestación de Aurora)
¿Qué
ha contestado?
CARDONA
Que
este papel
lo
hacen las viejas con mucho “aquél”.
AURORA
(Acercándose
a Cardona)
Y
le puede “usté” añadir
que
a esa tal Encarnación
no
la debe hacer sufrir
su
volcánica pasión.
Y
que el modo de triunfar
en
las cosas del querer
no
es dar celos, sino dar
en
el quid de una mujer.
FERNANDO
(A
Cardona)
Dile
tú que su querer
de
mi pecho se borró;
que
no vuelva a suponer
que
por ella sufro yo.
¡Ah!
¡No!
AURORA
(A
Cardona que atontado los mira alternativamente)
Diga
“usté” que ya le vi
de
coraje y de rabia temblar.
FERNANDO
Tú
responde que de mí
no
se vuelva en su vida a acordar.
AURORA
Por
mi parte, tururú,
que
en latín significa, que en paz.
CARDONA
(Tapando
la boca con la mano a Fernando)
No
respondas porque tú
de
insultarla serías capaz.
AURORA
(A
Cardona)
¿Es
“usté” su ama de cría?
FERNANDO
(Casi
con rabia)
¡Y
se burla todavía!
AURORA
(A
Irene)
Mira
qué dos palomitos tan iguales,
tan
atontados.
¡Ay,
los pobres están cortados!
FERNANDO
¡Ah!
Están pasmados de tu frescura.
AURORA
Se
me figura que, al mirarme así,
quedaron
los dos prendados de mí.
(A
Irene)
Vamos,
tú.
FERNANDO
¡Anda
ya!
IRENE
¡Vámonos!
CARDONA
¡Déjala!
(Aurora
y Fernando ríen a carcajadas muy forzadas)
Esta
carcajada suena a funeral.
AURORA
¡Ah!
¿De qué te finges valiente
si
estás, de verme, temblando?
Vete
a buscar la calesa
que
te espera Encarnación.
FERNANDO
Yo
te juro que has de verme
de
su brazo en el paseo
y
que vas a suplicarme
que
te mire por favor.
AURORA
(Aparte)
¡Ay,
madre mía! ¿Será verdad?
FERNANDO
(Aparte)
¡Voy
a hacer una barbaridad!
AURORA
e IRENE
Vamos
ya.
(Se
van)
FERNANDO
Anda
ya
CARDONA
Déjala.
(Fernando
trata de seguirlas pero Cardona le retiene)
(Hablado)
FERNANDO
Mira
cómo se ríe...
CARDONA
De
pena, porque ve que no la haces caso
FERNANDO
¡Ay,
Cardona; si pudiera ser eso verdad!
¡La
quiero con toda mi alma!
(Aparece
Don Matías que escucha el final de la conversación creyendo que alude a
Francisquita)
DON
MATIAS
¿De
modo que es cierto?
¡Sinvergüenza!
FERNANDO
¡Padre!
Pero, ¿es de desvergonzados
querer
con todas las veras del corazón?
Si
me arguyes que es casquivana y coqueta.
DON
MATIAS
¡Pero
qué dices!
¿Sabes
que me voy a casar con ella?
CARDONA
Este
Don Matías no está bien de la cabeza.
FERNANDO
¿Casarte?.
Pero si, ahora mismo,
me
daba celos con otro que la corteja...
DON
MATIAS
¡Cómo
con otro! ¡Conmigo!
CARDONA
Este
carcamal babea.
FERNANDO
Pero,
padre: que esa mujer no es buena,
que
es del primero que paga...
CARDONA
...que
es del último que llega...
FERNANDO
Por
eso yo, que mataría por ella,
nunca
le he hablado de boda.
DON
MATIAS
¡Ahí
lo tienes! ¡De eso, de eso se queja!
FERNANDO
¿Quiere
casarse conmigo?
DON
MATIAS
¡Quiere
que te vayas a mil leguas!
FERNANDO
Pero,
padre, considera...
DON
MATIAS
¡No
quiero!
CARDONA
Vámonos,
tú, que truena.
DON
MATIAS
¡Casquivana!
¡Casquivana!
¡Maldita
sea!
(Se
va)
(Cantado)
(Suenan
las campanas de la iglesia)
CARDONA
¿Y
tú qué harás ahora?
FERNANDO
¡Yo
qué sé!
CARDONA
Tu
padre está indignado.
FERNANDO
¡Yo
también!
CARDONA
¡Quién
pudo figurarse!
¡Tu
padre en tales trotes!
FERNANDO
¡A
su edad!
CARDONA
Tendrás
que convencerte.
FERNANDO
¿Yo,
de qué?
CARDONA
De
que ésa no es tu suerte.
FERNANDO
¡Ya
veré!
CARDONA
Aurora
no te quiere; no pienses más en ella.
FERNANDO
Voy
a buscarla, ¡porque yo reviento
si
en esa loca no hago un escarmiento!
CARDONA
¡No,
señor, ahora ven acá.
¡Todo
llegará!
(La
música se oye cada vez más cerca, van llegando estudiantes, modistas y
rondalla)
CORO
HOMBRES
(Entres
ellos está el novio)
Cuando
un hombre se quiere casar,
si
puede ser, ha de mirar
la
gracia de la mujer.
En
el amor la belleza es lo primero;
mas
lo mejor es el garbo y el salero.
Gentil
mujer, tu gracia sin rival
nos
tiene que vencer. ¡Ah!
Cuando
un hombre se quiere casar,
si
puede ser, ha de mirar
la
gracia de la mujer.
(Unos
a otros por las modistas que se acercan)
¡Ya
están aquí! ¡Llegando van!
¡Mirad
el garbo madrileño!
¡Venid!
¡Llegad! ¡Viva la sal!
¡Reíd!
¡Cantad! ¡Olé! ¡Bien va!
(Como
si hablaran con las muchachas)
¡Qué
envidia dan tus flores!
¡Me
muero por tus amores!
¡En
tu cara miro el cielo!
¡Me
ciega tu resplandor!
¡Tú
serías mi consuelo!
¡Ay,
quién pudiera conseguir tu favor!
¡Ya
llegan! ¡Viva el rumbo,
viva
el buen humor!
FERNANDO
y CARDONA
Ya
viene aquí la flor de lo castizo.
Diciendo
van lo bien que Dios las hizo.
No
igualan su hechizo en todo Madrid.
CORO
HOMBRES
¡Vivan
las mujeres finas y arrogantes!
¡Ole
ya!
Dime
tú si quieres a los estudiantes.
¡Bueno
va!
(Los
estudiantes abren calle y se colocan en dos hileras para dejar paso a las
modistas)
CORO
MUJERES
(Entre
ellas se encuentra la novia)
Si
una niña se llega a casar,
en
el amor ha de encontrar
lo
bueno de lo mejor.
TODOS
Unidos
van el amor y la alegría.
Cortejo
dan a la novia de este día.
¡Reíd,
reíd! Que acaba de pasar
la
gracia de Madrid. ¡Ah!
Ved
que en todos los lances de amor
has
de vencer, sin vacilar,
la
gracia de la mujer.
(Se
destacan de los grupos los novios y los padrinos, que se saludan y lo hacen a
su vez Fernando, Cardona y las modistas)
CARDONA
Amigos,
oídme: en estos instantes
yo
quiero ofrendaros mis flores fragantes.
Ahí
va, con mi alma entera,
mi
canción de primavera.
TODOS
¡Cantad!
CARDONA
Canto
alegre de la juventud
que
eres alma del viejo Madrid:
vuela
ya y, en tu volar de pájaro,
pregona
nuestro júbilo
por
los celestes ámbitos.
CORO
Canto
feliz, tú que puedes volar,
difunde
hasta el sol la dicha de amar.
Contigo
quisiera la primavera
y
el amor cantar.
FERNANDO
Gozad
la primavera de vuestra vida;
muy
juntos gozad.
Las
penas ya muy lejos están.
Pero
el encanto de aquel momento
en
que os jurasteis amor eterno,
nunca,
nunca volverá.
Si
es igual amor que primavera,
debéis
amaros la vida entera
y
eterno así ¡ah! será vuestro abril.
¡Viva
el alma juvenil!
TODOS
Canto
alegre de la juventud
que
eres alma del viejo Madrid:
vuela
ya y, en tu volar de pájaro,
pregona
nuestro júbilo
por
los celestes ámbitos.
Canto
feliz, ¡ah! tú que puedes volar,
difunde
hasta el sol la dicha de amar.
Y
en la primavera que nos espera
suena
sin cesar.
¡Suena
tú, que sabes al amor cantar!
CORO
HOMBRES
(Todos
se van camino de la iglesia para asistir a la boda)
Cuando
un hombre se quiere casar,
si
puede ser, ha de mirar
la
gracia de la mujer.
(Fernando
y Cardona también se disponen a irse cuando escuchan la voz de Don Matías)
(Hablado)
DON
MATIAS
¡Hombre,
aquí siguen!
¡Tú,
botarate! ¡Y “usté”, calabaza!
¡Estarán
contentos de su canallada!
FERNANDO
¡Padre,
por Dios, tus palabras no entiendo!
DON
MATIAS
¿Qué
no entiendes? ¡Decir que es coqueta,
que
es casquivana mi fiel Francisquita!
FERNANDO
¿Cómo?
DON
MATIAS
¡Ya
puedes hacer la maleta!
¿Con
que coqueta? ¡Coqueta, y no vives
porque
ella se niega a admitir tus cartas!
FERNANDO
¿Yo?
DON
MATIAS
¡Casquivana!
¡Y eres tú mismo
quien
se acerca a su ventana
con
promesas de amor!
FERNANDO
Padre,
te juro...
DON
MATIAS
No
jures, tunante.
CARDONA
Yo
soy testigo...
DON
MATIAS
¡Y
yo te recuso!
(A
Fernando)
Tú,
de Madrid partirás al instante
y
en mi familia serás un intruso.
¡Qué!
¿No respondes?
CARDONA
¡Con
la venia!
¿Y
se puede saber quién sostiene
que
a Francisca corteja Fernando?
DON
MATIAS
Una
mujer.
CARDONA
Esa
mujer lo está a “usté” engañando
.
DON
MATIAS
¡Si
es Francisquita!
¡No
me haga “usté” pantomimas!
Y
tú, ¡no te asombres!
¿La
desmienten?
¡Se
callan! ¡Cobardes!
(Se
va indignado. Al instante aparece Francisquita)
FERNANDO
¡Francisquita!
(Cantado)
FRANCISQUITA
Ese
es mi nombre.
FERNANDO
Nombre
divino.
CARDONA
Ya
me parece que está en camino.
FERNANDO
Yo
quiero daros explicaciones,
pues
me figuro que algún bribón
mi
nombre honrado tomó el menguado
para
fingiros una pasión.
CARDONA
¡Pues
vaya un modo de comenzar!
¡Lo
ha echado todo, todo a rodar!
FRANCISQUITA
¡Ah!
¿No era “usté”?
FERNANDO
Juro
que no.
FRANCISQUITA
Alguien,
entonces, lo simuló.
FERNANDO
Ningún
recado yo os he mandado,
ni
a vuestra reja llegué jamás.
CARDONA
Todo
el zurcido se ha descosido.
¡Bien
lo merezco, no lo haré más!
FRANCISQUITA
No
os sofoquéis, Fernando,
que
acaso la invención
fue
de alguien que ha querido
hacer
la imitación
de
un cuento que mi abuela
solíame
contar.
¿Os
divierten los cuentos?
¿Lo
queréis escuchar?
“Era
una rosa que en un jardín
languidecía
de casto amor
por
un ruiseñor, ¡ah!,
mientras
un zángano zumbador,
a
enamorarla desde el panal
todas
las tardes venía al rosal.
Y,
al ver la rosa que el ruiseñor
amor
sentía por otra flor,
al
zángano infeliz, cuando venía,
la
rosa decía:
‘Ese
ruiseñor, soberbio y cantarín,
cuando
tú no estás, señor, en el jardín,
viene
a mi rosal y en esta rama
me
dice que me ama.
Y
aunque creo yo que con su pico miente,
jamás
cantó un trino y un gorjeo tan valiente
¡Ah!
¡Ah!...’
FERNANDO
¿Y
después, y después qué pasó?
CARDONA
Eso
mismo digo yo.
FRANCISQUITA
Que
el pobre zángano, más infeliz,
aunque
más viejo que aquella flor,
llamó
al ruiseñor
para
quejarse de su actitud
y
amenazarle con su aguijón,
si
no sabía callar su pasión.
Desde
el día aquel, supo el ruiseñor
de
la rosa ser tierno trovador
y,
enfrente del rosal, desde aquel día,
el
pájaro decía...
FERNANDO
Este
ruiseñor prendado está de ti.
FRANCISQUITA
¿Cómo
pudo ser si nunca vino aquí?
FERNANDO
Viene
a tu rosal y en esta rama
te
dice que te ama.
FRANCISQUITA
Me
dice que me ama.
FERNANDO
¡Te
dice que te ama!
FRANCISQUITA
Y,
aunque creo yo que con su pico miente,
jamás
cantó un trino ni un gorjeo tan valiente
¡Ah!
¡Ah!...”.
DOÑA
FRANCISCA
(Desde
dentro)
¡Francisca!
¡Francisca!
FRANCISQUITA
¡Mi
madre me llama!
FERNANDO
¡Su
madre me estorba!
CARDONA
¡Su
madre me escama!
FERNANDO
De
hablarla yo siento la necesidad.
FRANCISQUITA
De
mí, de seguro, muy pronto sabrá.
(Entra
en su casa)
FERNANDO
Es
Francisca muy hermosa.
CARDONA
Al
fin logro que lo digas.
FERNANDO
¡Cuando
a Aurora se lo cuenten sus amigas!...
CARDONA
Esta
tarde, con Lorenzo, al Prado va.
FERNANDO
¡Y
nosotros!
CARDONA
¡Qué
ceguera!
FERNANDO
¡No
lo puedo remediar!
(A
lo lejos se oye una rondalla)
¡Esos
ya van!
¡Qué
alegre es Madrid en carnaval!
CARDONA
El
pueblo de Madrid
encuentra
siempre diversión,
lo
mismo en carnaval
que
en viernes de Pasión.
FERNANDO
Conserve
Dios su buen humor.
(Aparece
un grupo de mujeres del pueblo)
CORO
MUJERES
Me
ha dicho mi marido que no me vista
de
maja ni manola de Buenavista,
porque
prefiere el hombre que vean todos
que
soy una manola de todos modos.
CORO
HOMBRES
(Llegando
con bandurrias y laúdes)
No
vayas con careta, porque repara
que
no hay otro aliciente como tu cara;
ni
te vistas de seda, que a tu figura
le
basta ¡ay! con el garbo de tu cintura.
(Sale
Lorenzo de la botillería y da unas palmadas, por un lateral aparece su amigo Juan
Andrés conduciendo una calesa que se para delante del establecimiento)
CORO
Una
calesa
LORENZO
(Llamando
a Aurora que está dentro)
¡Vamos,
chiquilla)
FERNANDO
¿Oyes,
Cardona?
AURORA
(A
Lorenzo)
¡Ya
estoy aquí!
CORO
Es
la Beltrana
LORENZO
Sube,
princesa
(Aurora
sube arrogante a la calesa)
FERNANDO
Me
desafía
AURORA
¡Viva
Madrid!
CORO
¡Viva!
AURORA
(Con
garbo, de pié, sobre la calesa)
Soy
madrileña...
CORO
¡Olé!
AURORA
...porque
Dios a querido que así lo sea.
CORO
Es
la verdad.
AURORA
Y,
en mis amores...
FERNANDO
¡Yo
no resisto!
CARDONA
¡Calla!
AURORA
...siento
igual que una moza de Embajadores.
(Francisquita,
al ruido de la calle, sale a la puerta de su casa)
Quiero
a un hombre por que sí;
que
él me quiera, no lo sé.
FRANCISQUITA
Se
ha vuelto loca esa mujer
AURORA
¡Que
más da!
Soy
así; le prefiero a todos
¡y
rabien los demás!
(Aurora
y Lorenzo se sientan en la calesa)
FERNANDO
(A
Cardona)
De
mí ya no se ríe. ¡Lo vas a ver!
FRANCISQUITA
Si
Dios protege mis artes, yo venceré.
(Sale
de la iglesia la comitiva de la boda)
AURORA
¡Vivan
los novios! ¡Vivan mil años!
¡Que
el cielo les de felicidad!
CORO
De
la emoción, perdió el/la novio/a el color.
Gocen
siempre, por siempre de amor.
Suenen
guitarras
mientras
cantan las voces de las campanas.
¡Viva
el jaleo
y
al amor abran paso los madrileños!.
¡Viva
el pueblo de Madrid,
por
gallardo y por jovial!
¡Eres
tú sin igual,
porque
llevas dentro campanas de cristal!
INTERLUDIO
CORO
DE COFRADES
(Se
oyen a lo lejos el ruido de la Cofradía de la Bulla que se va acercando hasta
entrar en escena)
¡Alza,
pilili! ¡Sube, Manuela!
¡Canta,
compadre! ¡Baila, Ramón!
¡Ruede
la bola! ¡Siga el jaleo!
¡Viva
la bulla! ¡Y el buen humor!
¡Ruede
la bola! ¡Siga el jaleo!
¡Viva
la bulla! ¡Y el buen humor!
¡Baila,
baila, baila!
¡Canta,
canta, canta!
¡Siga,
siga, siga!
¡Viva,
viva, viva
el
buen humor!
PRIMER
COFRADE
(Adelantándose)
¡Oíd
la nueva canción! ¡Ahí va!
La
cofradía de la alegría la cantará.
¡En
toda nuestra nación
no
habrá mayor diversión!
Y
aquél a quien el cantar le pueda picar,
si
mucho le pica, será un picarón.
¡Abajo
el mentir y arriba el porrón!
TODOS
¡Porrón!
TRE
S COFRADES
Si
ves la gran silueta
de
un burro con careta...
Con
el tirolirolí, con el torilorilón.
CORO
DE COFRADES
Con
el tirolirolí, con el torilorilón.
TRE
S COFRADES
...
no te rías porque en su rebuznar
algo,
a lo mejor, te podrá enseñar.
Mas
viendo a tres señores
con
cara de doctores....
Con
el tirolirolí, con el torilorilón.
CORO
DE COFRADES
Con
el tirolirolí, con el torilorilón.
TRE
S COFRADES
...
no te debes en cambio fiar,
no
vayan también careta a llevar.
¡Zumba!
¡Zúmbale la pandereta!
¡Zumba!
¡Y que escape cada cual!
CORO
DE COFRADES
¡Zumba!
¡Zúmbale la pandereta!
¡Zumba!
¡Todo el año es carnaval!
TRE
S COFRADES
Si
ser dichoso quieres,
huirás
de las mujeres.
Con
el tirolirolí, con el torilorilón.
CORO
DE COFRADES
Con
el tirolirolí, con el torilorilón.
TRE
S COFRADES
Mas
si buscas solamente ascender,
te
podrá ayudar muy bien tu mujer.
Y
si ella fuese hermosa
y
un tanto dadivosa...
Con
el tirolirolí, con el torilorilón.
CORO
DE COFRADES
Con
el tirolirolí, con el torilorilón.
TRE
S COFRADES
...
ten cuidado al probar la ascensión,
que
podrás muy bien hacerte un chichón.
¡Zumba!
¡Zúmbale la pandereta!
¡Zumba!
¡Y que escape cada cual!
CORO
DE COFRADES
¡Zumba!
¡Zúmbale la pandereta!
¡Zumba!
¡Todo el año es carnaval!
(Los
cofrades empiezan a irse)
¡Alza,
pilili! ¡Sube, Manuela!
¡Canta,
compadre! ¡Baila, Ramón!
¡Ruede
la bola! ¡Siga el jaleo!
¡Viva
la bulla! ¡Y el buen humor!
AURORA
(Dentro)
Cuando
te digo que vengas
y
no quieres tú venir...
TORERO
(Por
Aurora)
¡Olé
lo fino!
AURORA
...
no sabes, niño del alma,
lo
que me haces tú sufrir.
Que,
si lo supieras,
vendrías
corriendo
a
beberte las lagrimitas
que
por tus ausencias
estoy
yo vertiendo, ¡ay!
TORERO
¡Vaya
estilo y gracia!
MAJA
¡Sí
que canta bien!
MILICIANO
Esa
es Aurorilla.
MAMA
¿Cómo
ha dicho “usté”?
NIÑA
1ª
¡Mamá!
NIÑA
2ª
¡Mamaíta!
MAMA
¡Qué
ocurre?
NIÑA
1ª
¡Por
Dios! No alternes con ellos.
NIÑA
2ª
Mira
lo que son.
JORNALERO
(Al
chico)
¡Niño,
niño, quieto!
SU
MUJER
¡Cuidado,
Pepín!
CHICO
(A
gritos, llorando)
¡Es
que no me quedan torrijas a mí!
AGUADORA
(Pregonando)
¡De
la fuente del Berro! ¿Quién quiere el agua?
MAMA
¡Aguadora,
aguadora! ¡Venga una jarra!
TORERO
¡Lástima
que Aurora no vuelva a cantar!
MILICIANO
¡Esa
es una chica para trastornar!
TRE
S DEPENDIENTES
(Saliendo)
Con
el brillo de la chistera
y
este traje de estambre inglés,
de
seguro que quien me mire
me
confunde con un marqués.
TORERO
(A
la maja, por los dependientes)
¡Vaya
unos tipos! ¡Fíjate, Inés!
DEPENDIENTE
1º
¡Oye,
Atilano! ¿Pero, no ves?
DEPENDIENTE
2º
Son
dos huríes.
DEPENDIENTE
3º
Hombre,
son tres.
MAMA
(Por
los dependientes)
Niñas,
niñas, conviene que los miréis
(Los
dependientes se acercan a ellas).
AGUADORA
(A
la mamá)
¿Ha
acabado “usté”, señora?
MAMA
Sí,
señora ¿Cuánto vale?
DEPENDIENTES
No
podemos consentirla que pague.
NARANJERA
(Saliendo)
¡La
naranjera!
CHICO
Naranjas,
padre.
JORNALERO
¿No
estás aún harto?
NARANJERA
¡La
naranjera! ¡Tres por un cuarto!
DANZA
(Unas
muchachas bailan mientras la concurrencia las jalea con olés)
CORO
DE COFRADES
(Se
oyen de nuevo a lo lejos)
¡Alza,
pilili! ¡Sube, Manuela!
¡Canta,
compadre! ¡Baila, Ramón!
¡Ruede
la bola! ¡Siga el jaleo!
¡Viva
la bulla! ¡Y el buen humor!
(Aparece
Cardona vestido de mujer)
(Hablado)
CARDONA
¡Paso,
paso!
¡Respeten
que soy una mujer y voy sola!
(Al
público)
Es
que estoy que despampano
con
el disfraz de señora.
Yo,
que me vestí de maja
para
arrimarme a la cola
de
las palomitas tiernas
y
de las buenas jamonas,
y,
¡maldita sea mi suerte!,
desde
que llegué, me acosan
los
hombres y no me dejan
tranquilo
ni a sol ni a sombra.
(Insinuándose
a Fernando)
¿No
me conoces?
FERNANDO
¡Cardona!
¿Qué
haces vestido de maja?
CARDONA
El
ridículo.
FERNANDO
Y
Aurora, ¿la has visto?
CARDONA
No,
ni Dios quiera. Pero, ¿no me has dicho
que
tu padre te ha citado para que rindas
respetos
a su futura esposa?
FERNANDO
Sí.
CARDONA
¿No
comprendes que la cita
es
un invento de Francisquita,
para
que podáis veros?
FERNANDO
Francisquita:
¡qué hermosa,
qué
inteligente que es...!
Pero
es ella la que le imbuye
a
mi padre mi destierro.
Mañana
mismo abandonaré Madrid.
CARDONA
Si
a Francisquita no se le ocurre otra broma.
¿Pero
no te choca, pedazo de calabaza,
que
sea ella quien lo caliente con tu marcha?
Merecerías
un ronzal, por asno.
FERNANDO
¡Calla!
¿La ves? Es Francisquita.
Y
viene sola...
CARDONA
Esa
viene buscándote
(Se
va)
FERNANDO
¡Francisquita!
FRANCISQUITA
¡Fernando!
¡Qué sorpresa!
FERNANDO
¿Está
“usté” sola?
FRANCISQUITA
Me
he perdido entre la gente. Estoy buscando
a
mi madre y a mi futuro esposo. ¿Y “usté”?
FERNANDO
¿Yo?
También buscaba...
FRANCISQUITA
¿Qué?
FERNANDO
¡No!
Me falta valor para decirle
una
cosa que siento aquí...
FRANCISQUITA
Quizá
son fantasías.
FERNANDO
¡No!
En el pecho siento como un desasosiego,
como
una viva emoción...
FRANCISQUITA
Y
eso, ¿qué puede ser?
FERNANDO
Eso
es, Francisquita, amor...
FRANCISQUITA
¿Cómo
dice?
FERNANDO
¡Amor!
(Cantado)
FRANCISQUITA
¡Le
van a oír!¡Cállese “usté”, imprudente!
FERNANDO
No
puedo yo poner murallas a un torrente.
FRANCISQUITA
Si
en un momento yo creí que le amaba,
fue
una ilusión fugaz, porque a su padre di,
con
mi amor, la fiel promesa
de
una esposa muy cariñosa.
FERNANDO
No
mate en flor una ilusión de primavera,
ya
que sus ojos avivaron esta hoguera.
FRANCISQUITA
Por
Dios, no siga con tan loco desvarío.
Su
amor es de otra, su amor no es mío.
FERNANDO
¡Mi
amor es sólo de quien supo encenderle!
FRANCISQUITA
Mas
yo qué haré, pobre de mí,
si
ya le di todo mi amor
a
quien su mano me ofreció.
(Aparte)
De
mi pecho ya se escapa
la
verdad del amor mío;
mas
sabré poner a prueba
la
verdad de su cariño.
(A
Fernando)
De
su padre seré siempre,
muy
contenta, esposa fiel.
FERNANDO
Quiero
verla muy dichosa,
mas
conmigo, no con él.
FRANCISQUITA
Tiemblo
emocionada,
trémula
de alegría,
cuando
en mi boda pienso...
FERNANDO
¡Por
caridad, no siga...!
FRANCISQUITA
Voy
a ser señora
y,
desde ese día,
quiero
que me llamen
¡doña
Francisquita!
Con
ese tratamiento,
ya
no seré tan niña,
pues
creceré a los ojos
de
todas mis amigas
y
serán mis sueños
realidad
cumplida
cuando
escuche a todos:
¡doña
Francisquita!
FERNANDO
¡Por
Dios se lo pido! No me dé tormento,
porque
su voz hiere cruel mi corazón.
FRANCISQUITA
(Aparte)
Sus
palabras me emocionan,
sus
acentos me enternecen...
(A
Fernando)
¡Amor
tardío!
¡Cuando
en mi pecho prendió otro amor!
Cuando
sea una señora...
FERNANDO
¡Por
mi amor!
FRANCISQUITA
...
por merced de un caballero...
FERNANDO
¡Yo
seré!
FRANCISQUITA
...
no podré, con mis amigas...
FERNANDO
¿Quiénes
son?
FRANCISQUITA
...
ir al Prado de paseo.
FERNANDO
¡Claro
está!
FRANCISQUITA
Como
yo estaré casada...
FERNANDO
¡Como
yo!
FRANCISQUITA
...
tendré sólo permitido...
FERNANDO
¿Qué
tendrá?
FRANCISQUITA
...
cuando salga por las tardes...
FERNANDO
¡Dígalo!
FRANCISQUITA
...
pasear con mi marido.
FERNANDO
Pues
seré yo ese hombre afortunado.
FRANCISQUITA
(Picarescamente)
El
esposo afortunado será don Matías,
que
llegó primero.
FERNANDO
¡Pobres
de mis sueños!
FRANCISQUITA
No
desesperen, sin embargo, sus anhelos.
Que
si mi amor le ha de faltar,
sabré
a su amor corresponder
con
un cariño maternal.
FERNANDO
¡Yo
su amor pretendo con pasión ardiente;
viva
pasión que hace estallar mi corazón!
FRANCISQUITA
(Aparte)
La
emoción va a descubrirme;
pero
sigo la comedia.
(A
Fernando)
Un
amor de pronto sólo es flor de un día;
en
la misma forma que llega, se olvida.
FERNANDO
Yo
no olvido.
FRANCISQUITA
¡Qué
ilusiones!
FERNANDO
¡Yo
la adoro!
FRANCISQUITA
¡No
se aloque! ¡Ah!
FERNANDO
¡Bella
locura!
¡Sol
que me alumbra!
¡Que
ya por fin, pueda mi amor
conquistar
su corazón!
FRANCISQUITA
(Aparte)
¡Que
ya por fin, pueda mi amor
conquistar
su corazón!
(A
Fernando)
Fernando,
adiós.
FERNANDO
¿Por
qué se va?
FRANCISQUITA
Comprenda
“usté”...
FERNANDO
Mas,
¿volverá?
FRANCISQUITA
Vendré
después.
FERNANDO
La
espero aquí.
FRANCISQUITA
¡Adiós!
FERNANDO
¡Adiós!
FERNANDO
y FRA NCIQUITA
(En
apartes)
¡Por
fin!
(Francisquita
se va. Fernando va a seguirla, pero se detiene al escuchar la voz de Aurora)
AURORA
(Dentro)
Cuando
te digo que vengas
y
no quieres tú venir...
FERNANDO
¡Ella!
AURORA
...no
sabes, niño del alma,
lo
que me haces tú sufrir.
Que,
si lo supieras,
vendrías
corriendo
a
beberte las lagrimitas
que
por tus ausencias
estoy
yo vertiendo, ¡ay!
FERNANDO
Corazón:
cuando la sientes tan cerca,
¡cómo
te falta el valor!
FERNANDO
Por
el humo se sabe dónde está el fuego;
del
humo del cariño nacen los celos.
Son
mosquitos que vuelan junto al que duerme
y,
zumbando, le obligan a que despierte.
¡Si
yo lograra de verdad,
para
siempre, dormir el alma!
Y
en la celdilla del amor aquel,
borrar
el vértigo de aquella mujer.
Por
una puerta del alma
va
saliendo la imagen muerta.
Por
otra puerta llama
la
imagen que podría curarme el alma.
Se
me entra por los ojos
y
a veces sueño que ya la adoro.
Cariño
de mi alma, recién nacido,
la
llama extingue de aquel cariño. ¡Ay!
¡Vana
ilusión!
En
amores no vale matar la llama,
si
en las cenizas muertas queda la brasa.
El
amor se aletarga con los desdenes
y
parece dormido, pero no duerme.
¡Ay,
quién lograra de verdad,
para
siempre, dormir el alma.
Y
en la celdilla del amor aquel,
borrar
el vértigo de aquella mujer fatal.
¡Ah,
fatal!
(Hablado)
VOZ
DENTRO
¡Ole
la gracia castiza de las mujeres garbosas!
CARDONA
(Apareciendo)
¡Muchas
gracias!
(Aparte)
Ya
me está jorobando a mí esta ropita...
(A
Fernando)
¡Vamos,
que sale Aurora!
FERNANDO
¡Siéntate!
CARDONA
No,
que no sabes lo que me aprieta el corsé.
FERNANDO
¡Siéntate
he dicho, Cardona!
AURORA
(Sale
con Irene)
¡Venga,
vámonos! Pero... ¿no ves...?
FERNANDO
¡Es
ella!
CARDONA
Sí.
AURORA
¡Mira,
Irene, qué mujer más salerosa!
¡Vamos,
cállate!
CARDONA
(Aparte)
Lo
dicho: que estoy cautivadora.
FERNANDO
Te
toma por una mujer.
CARDONA
(Imitando
voz de mujer)
Vámonos,
que si mi mamá me echa de menos,
me
agobia con sus dudas y sus riñas.
FERNANDO
Siéntate,
hermosa.
CARDONA
Por
Dios... ¿qué dirá mi mamaíta?
FERNANDO
No
te aflijas, sol del cielo.
CARDONA
(Disimulando)
Tú,
no exageres la nota...
AURORA
¡Me
va a oír!
CARDONA
…que
tú no sabes cómo me mira la Aurora
FERNANDO
No
te vayas... Si otro hombre te pretende,
¿a
mí qué me importa?
CARDONA
Y
que dulce voz la tuya...
¡Si
es almíbar! ¡Si es compota!
(Aparte)
Esta
imagen confitera
creo
que es muy de señora.
AURORA
¿Lo
estás oyendo, Irene?
CARDONA
Me
parece que el almíbar
se
va a convertir en tortas.
FERNANDO
¡Sigue!
CARDONA
Pues
prométeme, Fernando,
que
no volverás con la otra,
con
esa...
AURORA
¡Verás,
Irene!
CARDONA
...
con esa... ¡buena persona!
(Aparte)
Da
miedo.
FERNANDO
¿Qué
miedo da? Ven, reposa.
AURORA
¡Me
da celos!
CARDONA
¡Vámonos,
tú!
FERNANDO
No,
que quiero que oigas...
CARDONA
Dímelo
por el camino,
que
se ha nublado y caen gotas.
IRENE
¿Dónde
vas?
AURORA
¡Déjame!
¡Escúcheme
“usté”, garbosa!
FERNANDO
¡Ah,
eres tú...?
AURORA
¿No
sabías que estaba aquí?
Me
choca, porque esa doña Suspiros
ya
presentía la solfa.
CARDONA
(Aurora
le agarra por el cuello)
¡Que
me ahoga!
FERNANDO
¡Suelta!
AURORA
¡Déjame!
CARDONA
¡Socorro!
(Sale
corriendo. Después, enfadada con su amiga, sale Irene)
(Cantado)
AURORA
¡Escúchame!
FERNANDO
No
puedo escucharte, calla, déjame.
AURORA
Escucha,
Fernando, no vayas con ella,
que,
si me abandonas, qué va a ser de mí.
FERNANDO
¡No
me grites así!
AURORA
Lo
que he de decirte se dice muy bajo,
lo
siento en el fondo de mi corazón.
FERNANDO
¡Gentil
canción!
AURORA
Bien
sabes tú que tengo el alma
por
tu querer atormentada.
FERNANDO
No
te reirás de que lo dude.
AURORA
¡Lo
juro yo por estas cruces!
FERNANDO
Por
ti, mujer, no he de sufrir,
ni
he de volver a padecer por tu querer.
No
sé fingir, no puede ser.
AURORA
No
sé si tú me quieres.
FERNANDO
¡Bah!
AURORA
Tampoco
sé si tú me olvidas.
FERNANDO
¿Yo?
AURORA
Lo
que yo sé es que vivo
cuando
tú me miras.
Y,
en cambio, muero
si
tú no quieres verme, ¡ah!,
con
lo que yo te quiero.
FERNANDO
¡Bien
sabes tú que te quería
con
el afán de hacerte mía!
AURORA
Fernando,
ven, que todavía
seré
tu amor y tu alegría.
¡Si
estoy leyendo en tus ojos
que
tu vereda es la mía!
FERNANDO
No
puede ser, aquel amor mío murió
y
siento el ansia de otro querer.
AURORA
¡No!
Escucha, mi bien;
tú
no debes tratar a tu nena,
¡mi
vida!, con ese desdén.
No
digas que no,
tú
no puedes querer a ninguna,
¡mi
vida!, queriéndote yo.
Te
quiero besar
y
mis ojos, temblando en los tuyos,
¡mi
vida!, se quieren mirar.
FERNANDO
No
sigas, Aurora.
¡Te
acuerdas ahora de hacerme dichoso!
AURORA
¡Ven,
celoso!
FERNANDO
¡No
lo creas!
AURORA
Pues,
entonces, ¿por qué me aperreas?
FERNANDO
Me
gustas, mujer,
cuando
pliegas los labios y dices
¡mi
vida!, fingiendo un querer.
¡Que
hermosa que estás!
Ya
comprendo por qué a tantos hombres
¡mi
vida!, los llevas detrás.
Cuando
tantos sedientos
por
ti beben los vientos,
no
se diga que estás
penando
por otro que es uno más.
AURORA
Te
quieres burlar mal hombre, de mí.
Te
juro que sí te vas a acordar.
Porque
a la Aurora Beltrán
no
la puede morder ningún alacrán.
FERNANDO
Me
dices a mí
que
es burla el desdén.
Tú
sabes muy bien
de
quién lo aprendí.
Y
de Fernando Soler
no
se puede reír
ninguna
mujer.
(Aurora
se queda mirando fijamente a Fernando y al ver que él no le hace caso, le
dirige un gesto de desprecio y va a la mesa y se sienta. El queda en su sitio
sonriendo, se despide con un ademán. Aurora se levanta y se dirige a Fernando
fieramente)
AURORA
¡Te
tendrás que acordar!
FERNANDO
No
te enfades, mujer, deja el tiempo correr.
AURORA
¡Pues
de esta mujer te vas a acordar!
(Se
va y al momento reaparece Cardona, ya sin disfraz. Al instante llegan Doña
Francisca, Don Matías y Francisquita)
FERNANDO
(Aparte)
¡Fui
demasiado vehemente!
FRANCISQUITA
(Aparte)
Ya
le tenemos aquí.
CARDONA
(Aparte
a Fernando)
Ya
te buscaba impaciente.
DON
MATIAS
(Aparte)
¡Los
dos frente a frente! ¿Por qué consentí?
FERNANDO
(A
Francisquita)
Por
despedirme he venido.
FRANCISQUITA
(Disimulando)
¡Venga,
hijo mío, con Dios!
DON
MATIAS
(Aparte)
¡Hay
que afinar el oído!
CARDONA
(Aparte)
De
nuevo he podido juntar a los dos.
FRANCISQUITA
(Aparte)
Va
a delatarme la emoción.
FERNANDO
(Aparte)
Aunque
me obliguen, no me iré.
DON
MATIAS
¡Al
grano ya, sin dilación!
DOÑA
FRANCISCA
(A
Don Matías)
¡Qué
malas pulgas tiene “usté”!
CARDONA
(Aparte)
¡Se
está cargando el nubarrón!
(Fernando
se dirige resueltamente a Francisquita, pero Don Matías, sospechando, se acerca
a su hijo, Fernando cambia repentinamente de dirección la mirada y se pone a
cantar al lucero vespertino, pero dirigiéndose en realidad a Francisquita)
FERNANDO
Bella
estrella de la tarde
que
en el cielo apareció: Dios te guarde.
(Cardona
se lleva a Don Matías y señala cómicamente hacia el lucero)
FRANCISQUITA
(Aparte)
¡Ah!
Seré su estrella de la tarde sola yo!
FERNANDO
Vespertino
lucero, ¡ah!,
que
me alumbres espero desde ahora
y
no te apagues con la aurora.
Adiós,
adiós ¡oh, luz del claro sol!
FRANCISQUITA
(Nota
a Don Matías receloso y dice a Fernando)
Del
amor insensato que le atormenta...
DON
MATIAS
¡Así
me gusta!
CARDONA
(Aparte)
¿Qué
es lo que intenta?
FRANCISQUITA
...si
se va de la corte, podrá curarse.
DON
MATIAS
(Aparte)
No
hay más remedio que fastidiarse.
FRANCISQUITA
Y
yo espero que vuelva pronto, pronto y curado...
DON
MATIAS
¡No
tengas prisa!
CARDONA
(Aparte)
¡Ya
te he calado!
FRANCISQUITA
...para
ser el tesoro de nuestra casa.
DOÑA
FRANCISCA
¡Sermón
perdido!
CARDONA
(Aparte)
¡Menuda
guasa!
FERNANDO
¡Ah!
Tenía un amor,
un
amor que creí que llenaba mi vida,
mas
ya se acabó.
FRANCISQUITA
(Aparte)
¿Qué
es lo que dice?
¿Qué
aquel cariño ya se acabó?
DOÑA
FRANCISCA
Para
yerno, Fernandino me parece a mí mejor.
FRANCISQUITA
¡Ah!
Si mañana se arrepiente
y
se aparta de ese amor imprudente...
FERNANDO
(Aparte)
Su
dulce voz hirió de amor el corazón.
FRANCISQUITA
...
cual querré a mi marido,
le
prometo quererle si es que regresa.
Recordad
en vuestra ausencia mi promesa.
¡Adiós!
Yo aquí quedo pensando en vos.
DON
MATIAS
(A
Fernando)
Si
te vas, como dices, yo no te fuerzo.
DOÑA
FRANCISCA
(Aparte)
¿Será
farsante?
CARDONA
(Aparte)
¿Será
mastuerzo?
DON
MATIAS
Mas,
abrevia, Fernando, que el tiempo vuela.
FRANCISQUITA
Tal
despedida me desconsuela.
FERNANDO
Pues
besando su mano, que es de princesa...
DON
MATIAS
¡Rayos
y truenos, que se la besa!
FERNANDO
...me
despido muy triste, porque me alejo.
DOÑA
FRANCISCA
¡Se
explica el joven!
CARDONA
¡Se
irrita el viejo!
FERNANDO
(Tomando
la mano de Francisquita)
Pequeña
mano, blanca y hermosa
DON
MATIAS
(A
Fernando)
Tu
cortesía ya es enfadosa.
FRANCISQUITA
(A
Don Matías)
No
te disguste que sea amable.
CARDONA
(Aparte)
¡Qué
intransigente!
DOÑA
FRANCISCA
(Aparte)
¡Qué
insoportable!
DON
MATIAS
¿Para
qué dices blanca y hermosa?
Con
decir “mano”, ya basta y sobra.
CARDONA
Dos
epítetos añadir quiso
su
lengua ampulosa.
FERNANDO
Al
rendirla mis respetos,
yo
la beso con amor.
DON
MATIAS
Pero
hazme el favor de besar sin epítetos.
¡Ea!
¡Fuera! ¡Ya se acabó!
CARDONA
y DOÑA FRANCISCA
¿Qué
es lo que dice?
DON
MATIAS
¡Fuera!
No vi desvergüenza igual.
FRANCISQUITA
(Aparte)
Dulce
beso de amor.
CARDONA
y DOÑA FRANCISCA
¡Cómo
se pone!
FERNANDO
Padre,
¿por qué enfadado estás?
CARDONA
¡Ahora
sí que te vas!
DON
MATIAS
Yo
no me enfado,
pero
a mi lado no vuelvas más.
FRANCISQUITA
(Aparte)
¡Nunca
me he emocionado más!
DOÑA
FRANCISCA
¡Qué
pálida estás!
CARDONA
(A
Fernando)
¡Qué
pena me das!
FERNANDO
Partir
yo debo y no volver, quizás.
DON
MATIAS
¡Por
fin te vas!
FRANCISQUITA
¡Santo
Dios!
CARDONA
(Aparte)
Se
incomoda. Tiene la mosca en la oreja ya.
Preveo
que a su lado no volverá jamás.
FERNANDO
(Aparte)
Si
no es para adorarla, no volveré jamás!
FRANCISQUITA
(Aparte)
Si
no ha de ser mi esposo, no quiero verle más.
DOÑA
FRANCISCA
(Aparte)
¡El
pobre chico no volverá jamás!
DON
MATIAS
(Aparte)
Sabe
que, a mi lado, no volverá jamás.
FERNANDO
(Aparte)
Ay,
Madrid del alma,
guarda
a la que adoro
bajo
llave de oro,
porque
yo volveré
su
cariño a buscar
y
a jurarle mi fe,
que
sin ella no sé
cómo
voy a alentar.
Vivo
en la esperanza de volver un día
para
hacerla mía.
Volveré,
lo juro; quiero volver
soñando
con su querer.
Yo
no puedo vivir sin su amor celestial,
ni
sus ojos de luz, ni su voz de cristal.
Yo
no debo partir sin hablarla de amor,
sin
volver a escuchar, de cristal su voz.
FRANCISQUITA
(Aparte)
No
me aventuro a dejar que se vaya,
pues
ya me parece que tengo su amor.
Y
es peligroso perderle de vista,
cuando
es necesario cuidarle mejor.
Quiero
tenerle cerca, muy cerca,
se
impone de nuevo buscar un ardid.
Si
se va de Madrid, bien me puede olvidar.
Porque
gane la lid, hadas buenas, venid
a
ayudarme a triunfar.
Vivo
en la esperanza de que sea mío.
Si
se va, Dios mío,
debe
volver soñando con mi querer.
Yo
no puedo vivir sin la dulce ilusión
de
que voy a vencer con ingenio y tesón.
El
no debe partir sin hablarme de amor.
¡Que
yo vuelva a escuchar su voz de cristal!
DOÑA
FRANCISCA
(Aparte)
Yo
no comprendo por qué don Matías
no
deja a Fernando que siga en Madrid.
¡Ay,
Virgen mía, si yo consiguiera
que
un mozo tan guapo viniera por mí!
No
lo puedo soñar si se va de Madrid.
¿Por
qué no gestionar que lo dejen aquí?
¡Qué
alegría me da
como
llegue a saber que ya no se va!
Yo
no comprendo por qué don Matías
no
deja a Fernando que siga en Madrid.
¡Ay,
Virgen mía, si yo consiguiera
que
un mozo tan guapo viniera por mí!
Si
se va, Dios mío, no hay que pensar
que
vuelva por mi portal.
Yo
no puedo vivir sin la dulce ilusión
de
un apuesto galán que me llame al balcón.
El
no debe partir sin que hablemos los dos.
Si
cayera a mis pies, ¡Jesús, qué emoción!
CARDONA
(Aparte)
Quiere
ponerle barreras al viento,
tejado
a los mares, distancias al amor...
Más
le valiera, señor don Matías,
ponerse
en ayunas y a buenas con Dios.
¿Quién
es el guapo que para los vientos,
que
encierra los mares y mata el amor?
Si
se va, volverá, si se queda, peor;
porque
veo que ya le ha cazado el amor.
Y
aunque dios dispondrá,
tengo
yo para mí que ya no se va.
Quiere
ponerle barreras al viento,
tejado
a los mares, distancias al amor...
Más
le valiera, señor don Matías,
ponerse
en ayunas y a buenas con Dios.
Si
se va, sospecho que volverá
más
loco de lo que está.
Yo
tendré que danzar y coser y zurcir,
pues
habrá de terciar en la trama sutil.
El
no debe marchar sin que hagamos los dos
una
barbaridad. ¡Se hará, vive Dios!
DON
MATIAS
(Aparte)
Ya
no me cabe ni sombra de duda
de
cómo la quiere; la adora el bribón.
Debe
salir de mi casa al instante
porque
es peligrosa la aproximación.
Si
se va de Madrid, ya podré respirar,
porque
al cabo, en la lid, me podría ganar.
Si
a Francisquita la noble apostura
del
joven Fernando le hiciera “tilín”,
cuando
no viera más que esta figura,
que
no es justamente la de un serafín,
me
abrumarían las comparaciones.
Mas,
yéndose él fuera, soy un figurín.
Si
se va, de fijo no volverá.
Le
exijo que viva allá.
Me
podré yo casar sin azar ni temor
de
que vuelva a terciar en mis lances de amor.
¡Qué
feliz voy a ser!¡Un marido ejemplar
con
mi nueva mujer! ¡Vivir para ver!
SEGUNDA PARTE
ACTO III
Suenas
castañuelas dentro
VOCES
(A
lo lejos)
¡Olé!
¡Viva!
ROMANTICOS
(Fuera
de escena, a lo lejos)
¡Ah!
SERENO
(Fuera
de escena)
¡Ave
María Purísima!
¡Las
nueve y sereno!
(Sale
a escena)
Todo
son bultos, todo parejas,
todo
son citas de ellos y de ellas.
Yo,
sin embargo, no estoy tranquilo;
por
las esquinas huelo y vigilo,
por
si en los grupos de rondadores
hay
endiablados conspiradores.
(Mira
con recelo a un lado y a otro y se va)
¡Ave
María Purísima!
¡Las
nueve y sereno!
(Se
siguen escuchando castañuelas a lo lejos)
VOCES
(Fuera
de escena, a lo lejos)
¡Olé!
¡Viva!
ROMANTICOS
(Fuera
de escena, a lo lejos)
¡Ah!
(Aparecen
lentamente por separado varias parejas de románticos)
CORO
HOMBRES
¿Dónde
va la alegría?
¿Dónde
va la hermosura?
Diga
“usté”, por favor, vida mía,
que
la noche está oscura
y
el amor no es amigo del día.
Venga
“usté”, por Dios,
madrileña
guapa, que en esta capa
cabemos
los dos.
CORO
MUJERES
Sepa
“usté” caballero,
que
el amor no me asusta.
Sepa
“usté” que yo quiero al que quiero,
si
al mirarle me gusta
a
la luz del primer reverbero.
Como
yo no sé,
porque
no lo veo, si es guapo o feo,
retírese
“usté”.
CORO
HOMBRES
¡Cuánto
daría si me alumbrara
la
luz primera del buen amor!
¡Rasga
las nubes, luna, lunera,
pon
en mi cara tu resplandor!
Ven,
mi lucero, que soy un caballero
y
en esta capa, que a mí me tapa
con
garbo y arte,
sabré
cantarte lo que te quiero.
CORO
MUJERES
Guarde
su capa de guapo mozo,
no
estoy por eso de la canción;
porque
me asusta que en el embozo
se
esconda un beso de perdición.
Si
en esta capa quisiera “usté” encerrarme,
tendrá
que amarme como yo quiero.
CORO
HOMBRES
Por
tu amor, hermosa, soy capaz de todo.
CORO
MUJERES
Yo
no le querría sino de este modo.
CORO
HOMBRES
Dime
lo que pides, dime lo que quieres.
Pide
ya, por favor.
CORO
MUJERES
Pediré
sólo amor.
TODOS
Amor.
CORO
MUJERES
¡Ay,
qué hermosa noche!
CORO
HOMBRES
¡Noche
de cantares!
CORO
MUJERES
¡Noche
de querellas!
CORO
HOMBRES
Tiemblan
las estrellas con febril temblor.
TODOS
Noche
misteriosa, madre del amor.
CORO
MUJERES
Vamos
ya, caballero galante,
a
correr amorosa aventura.
CORO
HOMBRES
Vamos
ya, capullito fragante,
a
correr amorosa aventura,
me
venció tu galana hermosura.
CORO
MUJERES
¡Caballero
galante.
CORO
HOMBRES
Vamos
ya, que la noche está oscura.
CORO
MUJERES
Del
amor en pos,
cuando
“usté” me tapa con esa capa,
marchemos
los dos.
CORO
HOMBRES
Ven
aquí, por Dios,
madrileña
guapa, que en esta capa
cabemos
los dos.
CORO
MUJERES
Vamos
despacito.
CORO
HOMBRES
Vamos,
vida mía.
CORO
MUJERES
Para
hablar quedito.
CORO
HOMBRES
Hasta
el nuevo día.
CORO
MUJERES
Todo
amor respira. Quiero suspirar.
CORO
HOMBRES
Cuando
amor suspira, pronto va a besar...
(Se
van los románticos y aparece doña Francisca y su hija)
(Hablado)
DOÑA
FRANCISCA
Por
Dios, hija de mi vida.
Siempre
me llevas corriendo.
FRANCISQUITA
Pero
es que tú lo conoces
y
sabes cuál es su genio.
DOÑA
FRANCISCA
La
verdad es que tu novio...
Oye,
¿a ti te gusta en serio?
FRANCISQUITA
Mucho.
DOÑA
FRANCISCA
¡Y
a mí!
FRANCISQUITA
Pero
madre...
DOÑA
FRANCISCA
Y
a mí también... ¡para yerno!
DON
MATIAS
(A
lo lejos)
Pues
que pases buena noche.
FRANCISQUITA
¡Es
él! ¡Matías!
DON
MATIAS
Buenas
noches, suegra.
DOÑA
FRANCISCA
Escuche,
y no me bromee tan presto.
DON
MATIAS
¿Qué
ocurre?
FRANCISQUITA
Que
yo no voy a la verbena.
DON
MATIAS
¿Por
qué?
FRANCISQUITA
Porque
va Fernando. ¡Y va por mí!
¿No
ves, ciego, que cada día
me
quiere con más tesón?
DON
MATIAS
Sí,
lo veo; y de esta infamia que me hace
le
va a quedar buen recuerdo.
Bueno,
¿y tú cómo supiste su propósito?
¡Aclaremos!
FRANCISQUITA
Porque
me ha escrito una carta.
DON
MATIAS
¿Otra?
¡A verla!
FRANCISQUITA
¿Dónde
la he puesto, mamá?
DOÑA
FRANCISCA
¿Yo?
FRANCISQUITA
¡Sí!...
¡Qué memoria:
la
he guardado en el bargueño!
DON
MATIAS
Pues
juro que es la postrera
que
te escribe o poco puedo.
¡Perdonadme
un instante!
¡Lo
primero es lo primero!
(Se
va)
(Cantado)
(Se
oyen castañuelos y voces a lo lejos)
SERENO
(Apareciendo)
¡Ave
María Purísima!
¡Las
nueve y media y nublado!
(Regresa
Don Matías. Toma del brazo a Francisquita. Doña Francisca lo agarra del otro y
se van. Al poco tiempo aparece Cardona que viene a buscar a Fernando)
(Hablado)
CARDONA
¡Parejas
por todas partes!
¡Bien
celebran la piñata!
¡A
ver si también nosotros
conseguimos
celebrarla!
(Llama)
Vamos,
que llevo dos horas
dándole
gusto a la aldaba.
FERNANDO
(Apareciendo)
Mi
padre está furibundo.
CARDONA
¿Por
qué?
FERNANDO
Pues
no se me alcanza.
Sale,
vuelve al poco tiempo y, de repente,
se
encara conmigo y grita: “¡Fernando,
te
voy a romper el alma! ¡Conque al baile!.
Gracias
a que ella es una santa y, en cuanto
leyó
tu carta, vino a advertirme del peligro”.
CARDONA
¿Y
tú?
FERNANDO
Yo,
sin explicarme quién inventó la patraña.
CARDONA
Cada
vez eres más bruto
y
cada día que pasa
comprendes
menos las artes
de
una niña enamorada.
FERNANDO
¿Fue
la propia Francisquita?
¡Si
yo no he escrito nada!
CARDONA
Pues
por eso, rocinante.
¿No
hace más de una semana
que
cuando le da una queja
de
ti, fingiéndose airada,
quiere
decir que las cosas
de
que se queja, las hagas?
¡Anda,
vamos al baile,
que
ella, impaciente, te aguarda!
(Cantado)
(Llegan
al baile)
CARDONA
Aurorilla
la Beltrana, ¿no quiere cantar?
AURORA
Allá
bajo muy gustosa, no me hago de rogar.
TODOS
¡Viva,
viva la Beltrana! ¡La sal de Madrid!
CARDONA
Es
la sal y la pimienta y el ajonjolí!
AURORA
Unas
boleras cantaré, si así le place a la reunión.
TODOS
Unas
boleras cantará para alegrar el corazón.
FERNANDO
(Aparte)
Yo
no comprendo cómo esa mujer
pudo
tenerme loco de ilusión.
AURORA
Pues
atended. Pues escuchad.
¡A
ver si hay uno que me sepa acompañar!
CARDONA
¿Qué,
la acompaño, morena?
AURORA
Pues...
el Marabú, bolero gitano,
que
“usté” ya sabe que tiene mucho salero.
AURORA
A
un jilguero esperaba mi jaula de oro...
Con
el ¡ay! con el marabay;
con
el ú, con el Marabú.
¡Ay,
que me mú, que me muero,
San
Juan de la Cruz!
...pero,
en vez de un jilguero,
se
ha entrado un loro.
Con
el ¡ay! con el marabay;
con
el ú, con el Marabú.
¡Ay,
que me mú, que me muero,
San
Juan de la Cruz!
CARDONA
Esa
jaula no sabe lo que le espera.
Con
el ¡ay! con el marabay;
con
el ú, con el Marabú.
¡Ay,
que me mú, que me muero,
si
me vences tú!
Es
un pájaro el loro de mucha cuenta.
Con
el ¡ay! con el marabay;
con
el ú, con el Marabú.
¡Ay,
que me mú, que me muero,
¡Ay!
Virgencita de la Luz!
AURORA
Yo
acostumbro a los pajarracos
cortar
las alas sin decir Jesús.
Y
después, para mí...
¡Marabú!
CARDONA
Mira
bien que los pajarracos
podrán
picarte si los retas tú.
Y
después de picar. ¡Marabú!
AURORA
y CARDONA
¡Viva
el bolero del Marabú!
(Aplausos,
bravos)
(Hablado)
BORRACHO
¿Y
no se baila el fandango?
AURORA
(A
Cardona)
¿No
convida “usté”?
LORENZO
(A
Cardona, airado)
Aquí
soy yo quien convida.
Así
que, ¡ahueca el ala!
Y,
para que lo sepan todos,
que
corra el vino en abundancia
y
que traigan la cuenta:
que
aquí está el hombre que paga.
TODOS
¡Viva
Lorenzo Pérez!
LORENZO
¡Viva
Aurora la Beltrana!
BORRACHO
¿Y
no se baila el fandango?
(Cantado)
TODOS
¡Ole!
¡Viva! ¡Ole!
CORO
Los
que quieran patatas y vino añejo
que
se acerquen y formen en el cortejo;
porque
un hombre rumboso paga el guateque
¡y
no es nadie obsequiando Lorenzo Pérez!
LORENZO
Ya
tienes, Aurorilla, lo que has pedido.
AURORA
Muchas
gracias, Lorenzo, pero es sabido,
que
quien mucho desea cuando lo tiene,
piensa
ya en otra cosa que nunca viene.
FRANCISQUITA
(A
Cardona)
¡Qué
bizarra es la moza y él qué gallardo!
CARDONA
¡Bizarría
y gallardía que huele a palos!
LORENZO
Báilanos,
Aurorilla,
aquel
bolero tan resalado.
AURORA
(En
un desplante)
El
que mis bailes quiera,
que
vaya a verme sobre el tablado.
LORENZO
(Aparte
a Aurora)
Si
conmigo esta noche bailar no quieres,
en
berlina me pones ante esta gente.
AURORA
Bailaré
una mazurca
que
es lo nuevo en el baile.
LORENZO
(Despechado)
Yo
no entiendo esa danza;
no
podré acompañarte.
FRANCISQUITA
(Diciéndolo
en alto para la escuche Fernando)
¡La
mazurca, Matías! ¿Quieres tú que bailemos?
DON
MATIAS
Si
tú quieres, yo bailo de cabeza en el suelo.
AURORA
(A
Lorenzo y para que lo oiga Fernando)
¡Alguien
puede que quiera decidirse a sacarme!
LORENZO
(Amenazador)
¡Alguien
puede que quiera la pelleja jugarse!
FERNANDO
(Aparte
y como si fuera aceptar el reto)
Me
molestan los hombres que presumen de
jaques.
FRANCISQUITA
Tiene
grandes peligros apelar a desplantes.
(Aparte)
Quiere
la Beltrana con Fernando bailar,
mas
eso, como pueda, lo habré de evitar.
AURORA
(Con
arrogancia tomando un vaso de vino y saliendo al centro de la escena)
El
que quiera bailar con mi cuerpo,
que
se acerque a beber en mi vaso.
LORENZO
(Adelantándose
un poco)
¡Al
que beba, le rajo la frente!
AURORA
(Sin
hacer caso a Lorenzo)
¿Quiénes
gustan del baile y del trago?
FRANCISQUITA
¡Ah!
¡Nadie la baila! ¡Qué desencanto!
CARDONA
Yo,
señorita, bebo en mi vaso.
(Por
Fernando)
Y
a éste no quiero verlo borracho.
FERNANDO
Este
Cardona siempre es igual.
AURORA
(Con
más energía)
El
que quiera bailar con mi cuerpo,
que
se acerque a beber en mi vaso.
FRANCISQUITA
(A
Don Matías)
¿No
hay un hombre capaz de bailarla?
FERNANDO
Si
tú quieres que salga, yo salgo.
FRANCISQUITA
¡Claro
que quiero!
(Fernando
se dirige hacia Aurora)
DON
MATIAS
¿Qué
hace este ganso?
FRANCISQUITA
(Para
excitar el amor propio de Don Matías)
Ese
es un hombre tranquilo y guapo.
DON
MATIAS
(Adelanta
rápidamente a Fernando)
Ese
no es nadie. ¡Venga ese vaso!
TODOS
¡Olé!
DON
MATIAS
(Bebe
el vaso de un trago)
¡Ya
está!
LORENZO
(A
sus amigos, que intentan detenerlo)
¡Dejadme
todos! ¡Tú, Juan Andrés!
FERNANDO
¡Padre!
CARDONA
¡Caramba
con su merced!
LORENZO
(Que
ha conseguido desasirse)
¡A
ver ese jaque!
FERNANDO
¡Padre,
quite “usté”!
DON
MATIAS
(Con
una mano echa atrás a Fernando)
¡Atrás,
atrás!
(Luego
sale al encuentro de Lorenzo, le coge las manos y le sujeta dominándole después
de breve lucha)
TODOS
¡Olé!
DON
MATIAS
(Arrogante,
pero sin petulancia)
Pero,
¿qué te has creído, jovenzuelo?
¿Crees
tú que no hay vigor en estos brazos?
Ya
ves lo que me queda todavía
de
aquel vigor de antaño.
(Soltándole
las manos a Lorenzo)
No
vuelvas a crecerte con desplantes,
porque
vas a perder ante esta joven
y
deja que la baile un caballero,
porque
no se la come.
Y,
por si andando el tiempo,
te
ves en este trance peliagudo,
aprende
la mazurca
y
quedarás mejor que con los puños.
(Se
acerca a Aurora y le da la mano, preparándose para el baile)
AURORA
Gracias,
caballero.
DON
MATIAS
Hija,
no hay de qué.
CARDONA
(Por
Don Matías)
Es
una peonza.
DOÑA
FRANCISCA
¿Se
ha fijado “usté”?
DON
MATIAS
(Aparte)
¡Qué
bien he quedado!
AURORA
(Aparte)
Me
ha salido mal.
DON
MATIAS
(Aparte)
Ahora,
Francisquita
que
soy todo un hombre verá.
AURORA
(Aparte)
Yo,
que he pretendido
que
él se decidiera,
no
lo he conseguido,
¡pero
me han cogido
en
la ratonera!
FRANCISQUITA
(A
Fernando)
¿Qué
vamos a hacer nosotros dos?
FERNANDO
Lo
indicado creo que es bailar.
FRANCISQUITA
(Cogiéndose
decidida del brazo de Fernando)
Pues
aprovechemos esta casualidad.
DON
MATIAS
¿Qué
hace este granuja?
AURORA
¡No
me deje “usté”!
DON
MATIAS
(Al
pasar junto a Fernando)
¡Cuando
acabe el baile, ya te lo diré!
FRANCISQUITA
¡Pobre
don Matías, ya se enfurruñó!
Tú
no temas nada.
FERNANDO
Nada
temo yo.
FRANCISQUITA
No
te irás, porque yo me muero si tú te vas.
FERNANDO
Yo
pensé que tú me alejabas no sé por qué.
FRANCISQUITA
Porque
vi que tú suspirabas por otro amor.
FERNANDO
Fue
pasajera locura, no tal amor.
CARDONA
(A
doña Francisca)
¿Y
“usté” no se anima?
DOÑA
FRANCISCA
¿No
me he de animar?
CARDONA
Ole
ya su cuerpo ¡A bailar!
(Hablado)
BORRACHO
¿Y
no se baila el fandango?
(Cuando
dejan de bailar Lorenzo se acerca para provocar a Fernando creyéndolo enamorado
de Aurora)
FERNANDO
(A
Lorenzo, que lo encara)
¿Me
buscas? ¿De qué se trata?
LORENZO
De
que tengo el vino agrio.
CARDONA
¡Ah!
¡Que va a haber ensalada!
LORENZO
De
palos.
FERNANDO
¿Conmigo?
¡Bueno! ¿Y por qué?
LORENZO
Por
la Beltrana.
FERNANDO
Contéstale
tú, Cardona.
CARDONA
¿Yo?
A mí... ¡me importa!
FERNANDO
Pues
a mí...
LORENZO
Menos
mohínes y más sangre, ¡so bocazas!
CARDONA
Si
“usté” quiere que haya golpes, ¡los hay!
Aquí
no se aguantan desplantes,
¿verdad,
Fernando... que tú no los aguantas?
Pero,
tocante a la Aurora, mi amigo se la regala.
LORENZO
Entonces,
¿por qué la Aurora me dijo...?
CARDONA
¡Antiguallas!
FERNANDO
¡Y
haga el favor de marcharse, que viene ella!
LORENZO
¿Quién?
FERNANDO
¡Francisca!
DOÑA
FRANCISCA
(Adelantándose
a su hija)
¿Me
llamabas?
FERNANDO
¿Yo,
señora?
DOÑA
FRANCISCA
Tutéame.
Ven a este rincón propicio
y
hable tu lengua sonora de amor.
¿Por
qué callas?
FERNANDO
La
quiero mucho, señora.
¡No
lo puedo remediar!
DOÑA
FRANCISCA
¡Ay,
por fin! ¡Ya era hora!
FERNANDO
Pero,
¿”usté” me va a ayudar?
CARDONA
¡Tenemos
una aliada!
FRANCISQUITA
No,
señor: la pobrecita vive otra vez engañada.
Yo
le dije que Fernando a quien quiere no es a mí.
DOÑA
FRANCISCA
Escuchar
me gustaría de qué te has enamorado.
FERNANDO
De
su frente, se su boca, de sus ojos, de su tez...
DOÑA
FRANCISCA
¿De
la gracia?
FERNANDO
Que
no es poca.
FRANCISQUITA
He
venido resuelta a todo.
CARDONA
¿Qué
te decía la suegra?
FERNANDO
Chico,
parece la novia
por
lo mucho que se alegra.
DOÑA
FRANCISCA
¡Fernando!
FRANCISQUITA
(Ve
a don Matías. A Fernando)
Viene
buscándonos. Vamos.
LORENZO
(A
don Matías, que lo encara)
Pare,
pare...
DON
MATIAS
¿Ya
temes?
LORENZO
Me
he equivocado y pido excusas.
Y
eso no es ser cobarde.
Es
que tenía mis sospechas, y no en balde,
de
que Fernando, su chico,
y
la Beltrana, mi amante,
volvían
a las andadas
de
urdírmela y de buscarse.
Pero
acaba de decirme su hijo
que
la Aurora no le importa,
y
que es Francisca la que le hace tilín...
DON
MATIAS
¿Cómo?...
¿Cómo? ¡Fernando!
¡Francisca!
¡Francisca!
DOÑA
FRANCISCA
¿Me
llamaba?
DON
MATIAS
Y
“usté”... ¡doña Celestina!
¡Complicada
en el enjuague!
¡Con
que Francisca y
Fernando
se corresponden!
DOÑA
FRANCISCA
Don
Matías, “usté” vive en un error lamentable.
DON
MATIAS
No
me venga con emplastos.
¡Si
medio Madrid lo sabe!
DOÑA
FRANCISCA
Que
Francisca y Fernando se han prometido...
es
probable.
Pero
Francisca... ¡Francisca, soy yo!
(Aparte)
¡Qué
rubor tan grande!
DON
MATIAS
¡Eso
no lo cree ni el Papa!
DOÑA
FRANCISCA
Es
verdad, querido padre.
LORENZO
Y
yo con mis propios ojos lo he visto.
DON
MATIAS
¡Pero
este chico está loco!
DOÑA
FRANCISCA
Fernando
está loco de contento,
pregonando
que conmigo va a casarse.
AURORA
¡Está
“usté” fresca, señora!
DOÑA
FRANCISCA
A
“usté” ¿quién le ha dado vela en este entierro?
AURORA
¡El
alcalde!
(A
Cardona)
Díganos
“usté” si éstas no son los verdades:
Fernando
es un saltamontes
que
no hay hembra que lo cace.
El
domingo de Carnaval,
iba
cantando romances
y
comiéndose las uñas
y
haciendo números árabes por mí.
Aquí,
Cardona lo sabe.
El
miércoles de Ceniza,
hoy
mismo por la tarde,
con
el mayor disimulo
estaba
Fernando abrazándose
con
otra, que creo es...
la
futura de su padre.
DON
MATIAS
¿Abrazándose?
AURORA
¿No
lo vio “usté”?
DON
MATIAS
¡Calle,
calle!
AURORA
Pero
en el mismo lugar,
poquitos
minutos antes,
con
una maja rumbosa
estaba
“el pobre” arrullándose.
CARDONA
¡Aprieta!
DON
MATIAS
¡Diantre!
AURORA
¿Y
qué más? A esta señora,
le
juraba hace un instante,
según
dice, amor eterno...
DOÑA
FRANCISCA
¡Es
verdad! ¡Y con qué frases!
¿Me
da “usté” el consentimiento
para
que con él me case?
DON
MATIAS
¿Casarse
“usté” con mi hijo? ¡No!
Porque
no hay nadie que colabore,
a
sabiendas, en un trato semejante.
¿No
está “usté” viendo, señora,
que
podría ser su madre?
CARDONA
¡Muy
bien dicho, don Matías!
¡Con
que aplíquese el romance!
(Cantado)
FRANCISQUITA
(A
Don Matías)
Yo
no fui sincera, perdóname;
si
yo te engañé, fue porque le amaba.
Tú
mis travesuras perdonarás
y
este matrimonio bendecirás.
FERNANDO
Padre,
no me niegues tu bendición
y
tu corazón abre a la indulgencia.
Ya
que su marido no puedes ser,
tu
serás el padre de mi mujer.
FRANCISQUITA
Yo
voy a tener siempre para ti
un
amor filial puro y verdadero.
FERNANDO
Mira
que en su voz cálida y cordial
vibra
el madrigal del amor sincero.
FRANCISQUITA
¡Cómo
me entristece tu cara afligida!
FERNANDO
Padrecito
mío, se impone la vida.
FRANCISQUITA
Ven,
que con un mimo te quiero probar
que
voy a ser la miel de tu hogar.
FRANCISQUITA
y FERNANDO
Debes
olvidar mi maquinación,
pero
no me borres de tu corazón.
Hijo/a
cariñoso/a seré para ti.
¡Mírame!
¡Bésame! ¡Ven aquí!
(Hablado)
BORRACHO
¿Y
no se baila el fandango?
TODOS
¡Chist!
DON
MATIAS
Tenéis
razón...
He
sido un viejo visionario
a
quien una ilusión apartó de su senda.
El
amor nunca mira el calendario,
porque
lleva en los ojos un venda...
¡Sed
felices! ¡A ver, la gente acuda!
¡Amigos,
venid, bebed sin tasa!
Todo
lo paga un padre que no duda
de
que el amor ya es dueño de su casa.
BORRACHO
¿Y
no se baila el fandango?
TODOS
¡Que
sí!
(Cantado)
CORO
El
aire sueña palabras de amor
y
las campanas vuelven a cantar,
en
esta noche de fiesta,
con
el fandango queremos brindar,
porque
la vida es hermosa.
FIN DE LA ZARZUELA
Información obtenida en:
http://www.arcadiajerez.com/gestion/contenidos/agenda/libretos/LibretoFrancisquita2008.pdf
http://www.arcadiajerez.com/gestion/contenidos/agenda/libretos/LibretoFrancisquita2008.pdf
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