LA DOLOROSA
Zarzuela de ambiente aragonés
en dos actos, el segundo dividido en tres cuadros.
Libreto de Juan José Lorente.
Música de José Serrano.
Estrenada el 23 de mayo de 1930 en el Teatro Apolo de Valencia.
REPARTO (Estreno)
Dolores
- María Badía.
Nicasia
- Trini Avellí.
Juana
- María Zaldívar.
Rafael
- Emilio Vendrell.
Perico
- Anselmo Fernández.
Prior
- Pablo Hertogs.
José
- Alberto López.
Bienvenido
- Eugenio Peidró.
Fray
Lucas - Miguel Company.
Tenor
(dentro) - Antonio Latorre.
Monjes,
rondallas, mozas y mozos.
La
acción en la vega zaragozana. Hoy. Derecha e izquierda, las del público.
NOTA.—Esta
obra fue representada por primera vez en el teatro Apolo, de Valencia, el 23 de
mayo de 1930, con el mismo reparto que en Madrid, a excepción de la parte de
protagonista, que corrió a cargo de Amparo Romo.
ACTO PRIMERO
Panorama
de vega en primavera. Fondo, fachada lateral de un convento de cartujos. A la
derecha, casa huertana de un solo piso. A la izquierda, árboles y un seto vivo,
(Al levantarse el telón llegan de la parte del convento el Hermano Rafael, con
una caja de pinturas, y Periquín, con un caballete, botes y demás utensilios de
pintar)
RAFAEL
En
el huerto no hay perspectiva.
PERICO
(Armando
el caballete) Ni falta que hace.
RAFAEL
¿Tú
sabes lo que es perspectiva, muchacho?
PERICO
No,
siñor. Pero dice usté que no hay, y bien dicho está.
RAFAEL
Perspectiva
es..., ¿cómo te diría yo?... Mucho cielo, mucho campo.
PERICO
Entonces,
coando me haiga de casar, le diré a mi padre que me dé güen recau de pres...,
de pres... De eso.
RAFAEL
(Riendo)
¡Famoso Perico!... Asegura bien el caballete.
PERICO
No
lo bate la yunta del tío Bienvenido.
RAFAEL
(Entusiasmado)
Ahora, a copiar esta luz de maravilla para fondo de mi Dolorosa. (Pone un
lienzo en el caballete)
PERICO
(Mirando
al lienzo); Bien remaja le sale!
RAFAEL
¿Tú
crees?... (Prepara los pinceles)
PERICO
La
Madalena y la Purisma que pintó el año pasau estaban mucho ricamente; pero a mi
corto conocimiento, no valían ni pa descalzar a esta Virgen de los Dolores.
Paice de carne y güeso.
RAFAEL
Calla,
Perico. Tu elogio sencillo desentumece mi vanidad de artista. Calla y llena de
agua los botes.
PERICO
(Tomando
los botes) ¿En la cicuela?
RAFAEL
No;
en el manantial. Agua pura y clara. En arte, todo ha de ser puro y claro.
PERICO
(Al
mutis, sentencioso) Claro, claro... (Desaparece por la primera derecha)
RAFAEL
(Contemplando
el lienzo) Quizá tenga razón Perico. Hay en éste más vida, más dolor, mucha más
humanidad que en mis otros cuadros. ¡Dolorosa! ¿Serás mi obra maestra? Tal vez,
porque te pinto desgarrando mi propio corazón. (Prepara la paleta. Prior y Fray
Lucas
por la segunda derecha)
PRIOR
¿No
se acerca, padre Lucas?
LUCAS
Si
su reverencia lo permite, permaneceré aquí.
PRIOR
Es
un gran artista nuestro novicio.
LUCAS
Un
gran hereje, diría yo.
PRIOR
Personas
doctas que visitan la casa me han elogiado mucho sus lienzos.
LUCAS
Lucifer
mueve sus pinceles.
PRIOR
Un
poco de caridad, Fray Lucas. Todos hemos sido jóvenes.
LUCAS
Yo,
jamás.
PRIOR
El
hermano Rafael ha sufrido mucho.
LUCAS
Con
todos los respetos, opino que sería un bien alejarlo del convento.
PRIOR
Se
alejará él solo. El claustro es jaula demasiado estrecha para un ave tan
enamorada del vuelo.
LUCAS
Y,
en cuanto a sus pinturas diabólicas...
PRIOR
Diga
humanas.
LUCAS
En
vez de pintar Imágenes, pinta mujeres.
PRIOR
Una
sola mujer. La que, indudablemente, llena su corazón y su pensamiento. (Se
acerca a Rafael)
Dios
le guarde, hermano.
LUCAS
Bien
lo necesita.
RAFAEL
El
acompañe a sus reverencias.
PRIOR
De
vuelta de un corto paseo, nos acercamos a verle trabajar.
RAFAEL
Me
abruman sus paternidades.
LUCAS
Yo,
por espíritu de obediencia; no por gusto.
PRIOR
¿Adelanta
el trabajo?
RAFAEL
No
mucho, reverendo padre. Es difícil de plasmar la idea que bulle en mi
pensamiento.
PRIOR
Sus
otras pinturas están muy acertadas.
RAFAEL
Dios
me inspira, sin duda.
LUCAS
¿Dios
o Satán?
PRIOR
Y
sospecho que ésta superará a las anteriores.
RAFAEL
No
sé, reverendo padre. Llevo aquí un verdadero torbellino. , Si su paternidad
quiere que le explique...
LUCAS
Será
mejor que pinte y calle. Y aun sería mejor que no pintara.
RAFAEL
Perdone
su reverencia.
PRIOR
Con
licencia del padre Lucas, explíquenos grosso modo...
(Música)
RAFAEL
La
roca fría del Calvario
se
oculta en negra nube.
Por
un sendero solitario
la
Virgen Madre sube.
Camina,
y
es su cara morena
flor
de azucena
que
ha perdido el color.
En
su pecho lacerado
se
han clavado
las
espinas del dolor.
Su
cuerpo vacilante
se
dobla al peso de la pena;
pero
sigue adelante.
Camina,
y
sus labios de hielo
besan
el suelo
donde
brota una flor
en
cada gota de sangre
derramada
por
Jesús el Redentor.
Sombra
peregrina,
emblema
del amor hecho luz,
camina,
camina
ligera;
que
el Hijo la espera
muerto
en la Cruz.
¡Mujer
y madre!
De
todo lo del mundo
lo
más sagrado.
LUCAS
¡Calle
ya, por la Virgen! ¡Es mucha irreverencia!
RAFAEL
¿Qué
dice el padre Lucas?
PRIOR
Nada.
(A Lucas) Silencio. (A Rafael) Prosiga su relación.
RAFAEL
Desde
una loma del sendero,
la
Virgen caminante
ve
la silueta del Madero
y
al Hijo agonizante.
Y
llora
su
callado tormento
con
un lamento
que
no puede vencer.
Es
el grito desgarrado
arrancado
a
su carne de mujer.
Divina
estrella
sobre
la huella
del
humano dolor,
triste
camina, camina llorosa
la
Madre Dolorosa
del
Redentor.
(Hablado)
PRIOR
Continúe
su tarea y procure poner en ella menos... realismo.
LUCAS
Con
permiso de su paternidad, no puedo seguir escuchando tales abominaciones.
PRIOR
Le
acompaño.
LUCAS
Esos
lienzos maldecidos habrá que quemarlos.
PRIOR
Los
sustituiremos por otros. Mientras, seamos compasivos con un pobre desesperado.
El cree servir a Dios...
LUCAS
Y
sirve al Malo.
PRIOR
(Al
mutis) No le preocupe tanto, Fray Lucas, un problema que no es problema.
(Desaparecen por la segunda derecha)
RAFAEL
(Confuso)
¿Qué
quiso decirme
el
padre prior?
Vibrante
y humano
es
siempre el dolor.
Una
Dolorosa
precisa
tener
carnación
de lirio
y
alma de mujer.
Carne
de martirio,
quemada
y transida
del
dolor que mata
sin
verse la herida.
Así
te concibo :
ceniza
y hoguera.
Y
así de mi gloria
serás
pregonera.
(Transición)
¡Dios
de los humildes!
No
sé lo que digo.
¡Pequé
de soberbia;
merezco
un castigo! .
La
ambición de gloria,
la
sed de triunfar,
turban
mi cerebro,
me
hacen delirar.
Pero
no delires,
pobre
corazón.
¡Entierra
bien honda
tu
amada ilusión!
(Calla,
angustiado. Perico, por la derecha)
PERICO
Ya
está aquí la agua. Del remanantío. Clara como el cristal. ¿Qué le pasa, hermano
Rafael?
RAFAEL
(Disimulando)
Nada.
PERICO
Está
más amarillo que la cera. ¿Se ha puesto malo u qué?
RAFAEL
No
te asustes. Ya pasó. Voy a empezar mi tarea.
(Se
dispone a pintar)
PERICO
¿Me
deja que mire?
RAFAEL
¿Te
gusta verme trabajar?
PERICO
Muchismo.
Y, amas, amas, me voy haciende pintor tamién.
RAFAEL
(Asombro)
¿Tú?
PERICO
Anoche,
sin ir más lejos, prencipié a pintar un San Roque. Aquí lo llevo. (Saca del
bolsillo un papelote)
RAFAEL
¿A
ver, a ver?
PERICO
Me
da mucho reparo.
RAFAEL
¿Es
que no tienes confianza?
PERICO
Se
reirá su mercé,
RAFAEL
No,
hombre.
PERICO
(Le
entrega el papel) Tenga, tenga; pero...
RAFAEL
(Riendo)
¿Qué es esto, Perico?
PERICO
Bien
claro lo tiene. (Se acerca y señala en el papel) Este es San Roque. Y este de
las cuatro patas, el perro.
RAFAEL
(Riendo
más) ¡Qué barbaridad!
PERICO
(Dolido)
Arrepare que soy un estripaterrones.
RAFAEL
(Compasivo)
¡Pobre Perico!... Te he lastimado, ¿verdad?... Conozco ese dolor. También de mí
se rieron la primera vez que cogí el lápiz.
PERICO
¿Quién?...
Si estoy yo allí, le bato las muelas.
RAFAEL
Toma.
Conserva tu primer dibujo.
PERICO
¿Pa
qué? Lo rompa.
RAFAEL
Y
dime en serio: ¿quieres aprender a pintar?
PERICO
Con
la alma y la vida.
RAFAEL
Aprenderás.
Espera. Desde hoy vas a ser mi discípulo. Voy a traerte lápices y papel. (Entra
en el convento)
PERICO
¿Quiés
juate que hi hecho mi suerte? Como aprenda too lo que el hermano puede
enséñame, aun hi de ser tan nombrau como aquel siñor que le decían el Goya.
(Nicasia, en la izquierda)
NICASIA
(Dentro)
, Cú, cú!...
PERICO
¡Vay!...
Ya viene esa camandulera a corrómpeme las oraciones.
NICASIA
¡Cú,
cú!...
PERICO
Ya
pues hacer el cuco... ¡Cómo si no!
NICASIA
Perico,
¿a que no me encuentras?
PERICO
Anicasia,
¿a que no te busco?
NICASIA
(Entrando
en escena) ¿En qué estás pensando?... Venga a hacer el cuco...
PERICO
No
hay pior sordo que el que no quiere oír.
NICASIA
Eres
más jasco que las ortigas.
PERICO
Y
tú más enredadora que un gatico pequeño.
NICASIA
¿No
cavilas por qué enredo tanto?
PERICO
¡Pa
cavilar tengo yo la cabeza! ¡Ahora que soy pintor!
NICASIA
Pues
enredo porque...
PERICO
Revienta
de una vez.
NICASIA
Me
da mucha vergüenza...
PERICO
No
será nada güeno cuando te salen los colores.
NICASIA
Enredo...,
porque... me gustas.
PERICO
¡A
ver si llamo a mi madre!
NICASIA
Y
como tú no me dices nada, pues claro... una... tiene que dase a entender.
PERICO
Anicasia,
ya te estás jopando de aquí. A lo mejor se entera tu padre, y pué pensar que
tengo yo la culpa.
NICASIA
¿A
que no me pones esta rosa en el pelo? (Le ofrece una rosa)
PERICO
No
seas provocadora.
NICASIA
¡Qué
hombrecicos!... No tienes ánimo pa nada.
PERICO
Por
ánimos no queda.
NICASIA
Pues
atrévete. Yo me dejo.
PERICO
¡Cuidan
que tienes ganas de comprométeme!
NICASIA
¿Es
que no te gusto?
PERICO
Gústame...,
más que el tocino magro.
NICASIA
Pues
cuando te vas a quedar bizco es cuando me veas vestida de novia.
(Música)
NICASIA
Ya
verás cuando me ponga
los
zapatos y el collar,
y
mis guantes
tan
elegantes
y
mi mantilla
con
el «azar».
Todos
los chicos solteros
tendrán
envidia de ti,
porque
te quiere una moza
que
ni en Zaragoza
la
pintan así.
¡Vaya
un negocio bonito
si
te casas con mí!
(Evoluciones
insinuantes)
PERICO
Yo
también quitaré el hipo
con
mi ropa de siñor,
y
mi puro
de
medio duro
y
aquí en la oreja
mi
buena flor.
Todas
las chicas solteras
tendrán
envidia de ti,
porque
te dan un «torrero»
lo
más chalanguero
que
se ha visto aquí.
Bien
mirau, es el negocio
más
pa ti que pa mí.
(Moviéndose
con más picardía)
NICASIA
y PERICO
Mi
cuerpo se sabe mover,
como
puedes ver.
PERICO
(Un
poco mareado)
A
mí esta mujer
me
va a dar quehacer.
PERICO
Nicasia,
Nicasia, Nicasia,
no
sé lo que tienes
hiciendo
«ginasia»
que
me entran «vaivienes»
aquí.
(Se
apoya en ella)
NICASIA
(Rechazándolo)
Perico,
Perico, Perico,
si
tienes congojas,
avisa
al «medico»,
pero
no te cojas
a
mí.
PERICO
Es
que de verte
yo
pierdo el compás.
NICASIA
Los
dedicos
te
doy nada más.
(Bailan)
LOS
DOS
De
gusto me se abre la piel
pensando
en la luna de miel.
(Perico,
por señas, le pide un beso a Nicasia. Nicasia, picaresca, le ofrece las
mejillas, por señas también: pero cuando Perico va a besarla, le da una
bofetada en cada carrillo que han de coincidir con los dos últimos compases del
cantable)
(Hablado)
PERICO
Trempano
empiezas.
NICASIA
¿De
modo y manera que semos novios?
PERICO
¡Tanto
porfiar!
NICASIA
¿Y
cuándo te paice a ti que nos casemos?
PERICO
¡Echa
la galga!
NICASIA
Nos
casaremos en Zaragoza. Y desde la iglesia nos iremos a retratar.
PERICO
¿En
ayunas? Tendremos muy poca vista.
NICASIA
Tú
te pondrás sentao. Y así. Anda, pásame el brazo por la centura.
PERICO
Paice
feo.
NICASIA
Es
pa ensáyanos.
PERICO
¡Ah!
(Obedece)
NICASIA
Oye,
tú, no aprietes de ese modo.
PERICO
Como
no me hi visto nunca en estos trotes...
NICASIA
Y
yo, así. Con el brazo en tu hombro. (Quedan medio abrazados. Bienvenido, por la
segunda izquierda)
BIENVENIDO
(Furioso)
¡Me lo hi podido fegurar!
NICASIA
¡Mi
padre!
PERICO
(Espanto)
¡Mi madre!... ¡Digo, tu padre!... Digo... ¡El Señor nos coja confesaus!
NICASIA
Padre,
no se piense...
BIENVENIDO
Calla.
¡Si no me valiera de mi conocimiento!...
NICASIA
Pero,
padre, si es que he subido a beber agua...
BIENVENIDO
Y
te has agarrau a este botijo.
PERICO
Tío
Bienvenido, no me falte.
BIENVENIDO
(Amenazador)
Agora verás lo que es canela.
NICASIA
(Interponiéndose)
A mí me pegue, si quiere; pero al chico, no.
BIENVENIDO
A
ti ya te ajustaré las cuentas. Antes le voy a leer la cartilla a esta
sargantana. (Intenta pegarle)
NICASIA
Como
le toque a Perico un pelo de la ropa, es que me tomo una caja de mixtos.
PERICO
(¡Qué
lay me tiene!)
BIENVENIDO
¡Me
caso con los moros!... ¡Pa mi genio!
NICASIA
Se
ponga usté como se ponga, hi de ser pa Perico o pa la tierra.
BIENVENIDO
Esta
chica se ha vuelto loca.
PERICO
¡Usté
qué sabe!... Yo no quería méteme en líos; y no hi tenido más remedio que dicile
que sí.
BIENVENIDO
¿De
manera y modo que has venido a pidile la mano?
NICASIA
¡Tama!..,
¡Pues si me gusta, y él es un jauto!, ¿qué iba a hacer? (José, por la derecha)
JOSE
¿Qué
estrupicio es éste?
PERICO
Padre,
cuánto me alegro de que haiga venido.
NICASIA
Y
yo, tío José.
JOSE
¿Pues
qué pasa, pues?
PERICO
El
tío Bienvenido, que quería escabéchame.
JOSE
¿A
tú?
PERICO
A
mí y a ésta.
JOSE
(Encarándose
con Bienvenido) ¡Hombre!...
BIENVENIDO
Han
gosau hacese novios sin contar pa nada con mi ni con ti.
NICASIA
Porque
nos queremos, tío José.
PERICO
¡Poquico
a poco! Yo aun no hi rematau de pensalo.
BIENVENIDO
¡Abrazadicos
me los hi topau aquí! ¡Miá si tengo pa agarrar una estaca!
JOSE
Pequeño,
paice mentira -que seas hijo mío. Enjamás hi abrazau yo a una moza ande pudiera
venos la gente.
PERICO
Pero,
padre...
JOSE
Y
tú, moñaca, trempano escomienzas.
NICASIA
Tío
José, mi padre es un aponderador. Masiau sabe una lo que le corresponde. Pero
como no me dejan hablar...
JOSE
Habla
lo que quieras.
NICASIA
Pues
miusté, la verdá, como si nos fuéramos a morir. Lo que ha pasau es que su chico
y yo somos novios.
PERICO
Yo,
padre, no quería. Pero se ha empeñan ella...
JOSE
(Riendo)
Bienvenido, estas modas no rainaban en nuestros tiempos.
NICASIA
Y
estábamos tratando de la boda. Y de retrátanos. Y nos himos puesto como en el
retrato.
PERICO
Ni
más ni menos, ni menos ni más. Así.
JOSE
Entonces,
el pecau no ha sido tan grande.
BIENVENIDO
Por
sí o por no...
JOSE
Déjame
a mí el asunto. Tú estás muy quemau. Anicasia, ¡picando a casica!
NICASIA
Antes
hay que poner en claro...
JOSE
¡Picando
a casa! Y que no sepa yo que te retratas con éste sin que vus haigan echau las
bendiciones.
NICASIA
(Al
mutis) Bueno, bueno. Hasta otro ratico. Y disimulen si he faltau. (Desaparece
por la segunda izquierda)
JOSE
(A
Perico) Tú, saca la bota pa echar un trago yo y el tío Bienvenido.
PERICO
De
seguida. (Entra en la casa)
BIENVENIDO
No
quió beber. Me sabría a retama.
JOSE
Echa
un cigarro. (Le ofrece la petaca)
BIENVENIDO
Estoy
desesperan, José. Esta hija me sale mucho festejadora. Y como se cría sin
madre... (Sale Perico de la casa con una bota de vino)
PERICO
La
bota, padre.
JOSE
Trae
y veste. (Toma la bota)
PERICO
¿Por
qué?
JOSE
Porque
lo mando yo.
PERICO
Güeno,
güeno... (Vuelve a entrar en la casa)
JOSE
Bebe
y serena el ánimo.
BIENVENIDO
Si
no tengo sé. Pero, en fin... (Bebe alto largamente)
JOSE
Si
allegas a tener sé, no dejas gota.
BIENVENIDO
No
sé lo que hago. ¡Esta chica me va a dar un qué sentir el día menos pensau!
Estoy por cásame de segundas pa tener quien la cuide.
JOSE
Pué
que sea pior el remedio que la enfermedá.
BIENVENIDO
Me
tiene con Taima en un hilo.
JOSE
No
t 'apures. ¿Tú eres gustoso de que la Anicasia festeje con mi chico?
BIENVENIDO
¡Hombre!...
Del mal, el menos.
JOSE
Yo
tamién. Y todo arreglan. No pasará nada, porque yo ataré corto al chico. Pero
si, lo que Dios no premita, pasara algo, sería igual. Mi chico cumplirá como un
hombre de bien. Por las güeñas o por las malas. Aun le quedan a su padre
correas pa majalo si hiciera una mala partida.
BIENVENIDO
(Emocionado)
¡José!...
JOSE
Entre
labradores es lay y costumbre.
BIENVENIDO
Me
vuelves l'alma a su puesto.
JOSE
¿Estás
más tranquilo?
BIENVENIDO
Cuasi
contento.
JOSE
Pues
echa el arranque. (Le ofrece la bota) Y cada cual por su lau, que a los dos
llama el
trebajo.
BIENVENIDO
(Después
de beber) Diquiá otro ratico. (Desaparece por donde vino)
JOSE
(En
broma) Diquiá que te dé la gana, consuegro... en hierbas. (Perico sale de la
casa)
PERICO
¿Se
va furo el tío Bienvenido?
JOSE
Como
una malva. Entra esto. (Le da la bota. Medio mutis de Periquín) Aspera.
PERICO
¿Qué
quiere?
JOSE
Ya
eres novio de la Anicasia. Tienes que respétala como a la Virgen Santisma.
PERICO
Sí,
siñor, sí.
JOSE
Si
te propasas con ella el negro de la uña, del primer samugazo te eslomo,
PERICO
¡Padre,
si yo!...
JOSE
Ya
me conoces. Del primer samugazo, te eslomo.
(Inicia
el mutis hacia la primera derecha)
PERICO
Bueno,
pues.
JOSE
(Volviéndose)
Del primer samugazo...
PERICO
Me
esloma. Ya lo hi oído.
JOSE
Sin
que te valga la bula. (Desaparece)
PERICO
(Como
aturdido) ¡Cuidiau que pasan cosas en cinco menutos! Hace nada y no nada, era
yo un gurrioncico de primer vuelo. Y de repente me encuentro con novia, medio
defunto y amenazau de un estacazo en cuanto me esmarre. Me da vueltas la
cabeza. Pa todo tengo. Son muchas lilailas pa un jovenzano. La Anicasia, el tío
Bienvinido, mi padre, la estaca, el hermano Rafael, San Roque, el perro... (Se
sienta, con el rostro entre las manos. Rafael, por la segunda izquierda, con
unos papeles y lápices de colores)
RAFAEL
Perico,
me ha entretenido el padre prior... ¿Te has dormido?
PERICO
¡Bien!...
¡Dormir!... ¡Menudo escalzaperros himus armau en menos que canta un gallo!
RAFAEL
¿Qué
ha sucedido? Cuenta.
PERICO
Primero
ha venido la Anicasia, y quieras que no, me se ha echau pa novio.
RAFAEL
¡Perico!
PERICO
Después
ha llegan el tío Bienvinido y quería machácame los güesos.
RAFAEL
(Riendo)
¡Qué bárbaro!
PERICO
Y,
por último, se ha presentau mi padre y ha sido la rematadera.
RAFAEL
Mira,
te traigo papel y lápices para que copies este dibujo.
PERICO
Tengo
que despedime de la pintura.
RAFAEL
¿Y
eso?
PERICO
Ya
no podré ser más que yerno del tío Bienvinido. ¡Miusté qué paradero! De Goya, a
yerno.
RAFAEL
Dibuja
mientras yo pinto. (Vuelve a la tarea)
PERICO
(Que
se arrodilla en el suelo y empieza a dibujar, dice, después de una pansita :) ¡Bien,
sartén !... Ya hi roto la punta. Tengo el pulso machismo alteran. (Pequeña
pausa. José, por la primera derecha, muy sobresaltado)
JOSE
Perico,
¿ande está tu madre?
PERICO
Recogiendo
la colada.
JOSE
Pégale
un gramido. Que venga a escape.
PERICO
Se
aguarde, a ver si remato.
JOSE
¡Agora
mesmo! (Perico desaparece corriendo por la segunda derecha)
RAFAEL
¿Ocurre
algo, José?
JOSE
Usté,
que es un poco médico, vaya al convento a buscar charapotes.
RAFAEL
¿Qué
sucede?
JOSE
Una
desgracia. Se dé prisa.
RAFAEL
Pero
dime...
JOSE
Una
probé mujer que iba de camino con un angélico en brazos...
RAFAEL
(Con
ansiedad) ¿Y qué?
PERICO
(Dentro)
¡Madre!... ¡Venga corriendo!
JOSE
Como
muerta está junto al riego. Se conoce que venía a pedir socorro y le han faltau
las fuerzas.
(Periquín,
por la segunda derecha)
PERICO
Ya
viene la madre.
JOSE
Ven
con mí pa que me ayudes.
RAFAEL
¿Quién
es esa mujer?
JOSE
(Al
mutis) ¡Que mi s'io!... ¡Ande al convento y no pregunte tanto!
(Desaparece
por la primera derecha seguido de Perico. Rafael vase al convento. Una pausa.
Juana aparece por la segunda izquierda, muy alterada)
JUANA
¡Perico!...
¿Ande estás? ¿Qué pasa? Me has agrasmau toda. (Mira al interior de la casa) ¡Dios
mío! La puerta de par en par..., la casa sola... ¡Ay, Virgen Santísima!... ¿Le
habrá pasan algo a mi José? (En la primera derecha) ¡Perico!... ¡José!... ¿Ande
os habéis metido, condenaus?
JOSE
(Dentro)
¡No te asustes, Juanica!
JUANA
¡Almas
benditas!...
(José
por la primera derecha, sosteniendo a Dolores, medio desvanecida)
JOSE
Esta
probé mujer, que le ha dau un patatús.
JUANA
¡Virgen
de la Soledá! (Ayuda a su marido a sentar a Dolores en el banco)
JOSE
Ya
paice que se le va pasando.
JUANA
¡Santísimo
Cristo, qué desgracia!
(Perico,
por la primera derecha, con un niño en los brazos)
PERICO
Pues
aun falta lo pior. ¡Miusté, madre! (Tomando al niño) ¡Ángel de Dios!... Voy a acostalo.
(Entra en la casa)
JOSE
Perico,
trae agua pa rugíale la cara a esta enfeliz.
PERICO
Pué
que fuera mejor dale un gótico de anís. (Entra en la casa)
DOLORES
(Que
entreabre los ojos) ¡Mi hijo!... ¿Dónde está mi hijo?...
JOSE
No
se apure, siñora, que está en güeñas manos.
DOLORES
¡Mi
hijo!
JOSE
Se
sosiegue primero... ¿Qué le ha pasau, probé infeliz?
(Perico
sale de la casa con un jarro de agua. Juana, tras él)
PERICO
La
agua.
JOSE
Ya
no es menester.
JUANA
Beba
un sorbico, joven.
JOSE
¡Bueno!
Dásela tú.
(Juana
acerca el jarro a los labios de Dolores)
DOLORES
(Después
de beber) Gracias. ¡Mi hijo!
JUANA
Lo
tengo acostau en mi cama. Como un angélico duerme.
JOSE
Tamién
a su mercé hay que acostala.
DOLORES
Gracias,
buen hombre. Ya estoy bien. Es que llevo muchas horas sin probar bocado. Y el
calor, y el camino, y la angustia... (Solloza)
JOSE
Juanica,
prepárale el catre.
JUANA
En
un verbo.
DOLORES
No
necesito más que descansar un poco.
JOSE
Y
alimentase.
JUANA
De
seguida le prepararé un sopicaldo.
DOLORES
Quiero
llegar a la ciudad antes que anochezca.
JUANA
Si
no puede tenese de pies.
DOLORES
No
importa. En descansando un poco...
JOSE
Señora,
aquí semos cristianos. Y no podemos consentir que se vaya de esta conformidá.
Esta noche se queda en nuestra casa, y mañana, a Dueñas luces, hace de su capa
un sayo. ¿Verdá, Juanica?
JUANA
¡Pues
claro! ¡Aunque no más sea por el angélico!
(Entra
en la casa. Periquín contempla a Dolores sin quitarle la vista)
DOLORES
(Entre
sollozos); Dios mío, qué buenos son ustedes!
JOSE
Presonas
humanas. Juanica, yo haré lumbre mientras tú cuertas las sopas. (A Periquín)
Pequeño, arrea por un brazau de leña.
(Entra
en la casa. Periquín desaparece detrás del edificio)
DOLORES
Qué
amargura!... Sin la caridad de estas gentes, acaso hubiera acabado ahí, en
medio del camino.
(Periquín
por detrás de la casa, con un brazado de leña)
PERICO
(Mirando
fijamente a Dolores) ¡Ya lo creo que es ella!... Vistida y calzada... Si lo
sabré yo que soy pintor (Entra en la casa)
DOLORES
Para
mí eso hubiera sido lo mejor. ¡Descansar! ¡Concluir!... Pero ¿y mi hijo?... ¡Mi
pobre hijo!... (Silencio amargo)
(Rafael
por la segunda derecha, provisto de un botiquín)
RAFAEL
Por
lo visto, José ha exagerado un poco (Reconociéndola)
¡Dolores!
DOLORES
(Que
intenta levantarse y no puede) ¡Rafael!
RAFAEL
¿Tú
aquí?
DOLORES
(Entre
sollozos) Yo. ¡Qué cosas hace Dios!
RAFAEL
¿De
dónde vienes?
DOLORES
Del
pueblo. De nuestro pueblo. De arrojarme a los pies del hombre que me ha
perdido.
RAFAEL
¿Y
él?...
DOLORES
No
tiene corazón. Se va a casar. Y temeroso de que le estropease una buena boda,
me ha tratado peor que a un perro.
RAFAEL
¡Canalla!
(Arrepentido) ¡Perdóname, Señor!... ¿Ninguna esperanza te ha dado?
DOLORES
Ninguna.
Me rechazó como si yo fuera una cualquiera.
JUANA
(En
la puerta de la casa) Señora, el angélico se ha despertau y pide el chupete.
(Desaparece)
DOLORES
(Incorporándose
fatigosamente) Adiós, Rafael.
RAFAEL
Espera.
DOLORES
Me
reclama mi hijo, mi tormento y mi gloria. ¡Adiós! (Entra en la casa)
RAFAEL
¡Adiós!
(Da unos pasos, como siguiendo instintivamente a Dolores) ¡Dolorosa de carne y
hueso!... ¿Qué será de ti, pobre Dolorosa?...
(Música)
DOLORES
(Dentro)
Duerme, mi tesoro,
que
ya estoy contigo,
y
ya no te faltan
besos
ni calor.
Duerme
en mi regazo,
rayito
de luna;
duerme
en esta cuna
que
te da mi amor.
Tu
madre te vela,
estrellita
mía,
que
eres mi alegría
y
eres mi dolor.
(Hablado)
(Perico
en la puerta de la casa, trayendo de la mano a su madre)
PERICO
Esta
mujer no es una mujer. Es la Virgen Santisma.
JUANA
¡No
digas pachuchadas!
PERICO
La
Virgen que pinta el hermano Rafael. Venga y lo verá. (La lleva hasta el
caballete)
JUANA
(Contemplando
el lienzo) ¡Almas benditas! La mesma que viste y calza. (Poseídos de un terror casi
supersticioso, madre e hijo miran alternativamente al lienzo y al interior de
la casa)
RAFAEL
(Cantando) Camina,
camina
llorosa
como
una Dolorosa
sin
Redentor.
TELON
ACTO SEGUNDO
CUADRO PRIMERO
Telón
corto. Jardín del convento, a cuyo fondo se ve otra de las fachadas del
edificio entre masas de árboles. Delante de este telón, verja con una cancela
practicable en el centro. Anocheciendo.
(En
escena Nicasia, cerca de la verja)
NICASIA
¡También
es sustancia no déjame pasar! Aun pué que se piense el hermano pintamonas
(Santiguándose), el Señor me perdone, que me voy a llevar algo. (Llamando en
voz baja) ¡Perico! ¡Perico!
(Perico
detrás de la verja)
PERICO
Eres
más cansada que una mosca de muía.
NICASIA
¿Sales
o no sales?
PERICO
Ten
pacencia. ¿No ves que estamos cogiendo flores pa la Virgen?
NICASIA
¿Y
pa mí no?
PERICO
Tamién.
Ya te tengo cortau un ramo.
NICASIA
¿Majico?
PERICO
Las
mejores rosas que había en el güerto.
NICASIA
Sal,
Perico. Cuando te veo detrás de la reja me paece que estás, en la cárcel. ¡Y me
entran unas ganas de llorar!...
PERICO
¡Cuánto
m'aprecias, Anicasia!
NICASIA
Aún
no lo sabes tú bien. Estaría siempre apegadita a ti. No te pienses nada malo.
Esto es ley que te tengo.
PERICO
Por
demasiau querer vienen los estrupicios.
NICASIA
Anda,
sal una miajica.
PERICO
Mira
que me va a espaldillar mi padre. (La voz de José en la derecha)
JOSE
(Dentro)
¡Perico! ¿Se pué saber qué haces apegao a la reja como una caracola?
PERICO
(Turbado)
Descansando.
JOSE
Descansando...
de no dar pique, ¡Si agarro una vara!
PERICO
Me
voy a los otros rosales que están más cargaus.
JOSE
Yo
sí que estoy cargau de tú, ladrón.
(Perico
abre la cancela y entra en escena conteniendo la risa)
PERICO
Se
la hi pegau a mi padre.
NICASIA
Cuidau
que eres demonio, Perico.
PERICO
Muchismo
travieso. Tú me vuelves pior que Barrabás.
NICASIA
(Pequeña
pausa) Mira, estoy cavilando una cosa.
PERICO
¿Cuála?
NICASIA
Si
a ti no te sabe malo, podíamos quédanos el chiquillo pa nosotros.
PERICO
¿El
de la forastera?
NICASIA
Sí.
Su madre puede que tenga que llévalo al hospicio. ¡Y me da una pena, angélico
de Dios!
PERICO
Yo
soy hombre, y me se saltan las lágrimas cada vez que lo pienso.
NICASIA
Pues
lo que podemos hacer es quédanoslo pa nosotros. Tendremos un hijico antes de
hora, sin dar que decir.
PERICO
(Rascándose
la cabeza) Bueno; pero...
NICASIA
Yo
lo cuidaré mucho ricamente.
PERICO
¿Y
después, cuando vengan los nuestros propios? Los gordos...
NICASIA
Pa
entonces éste ya estará criao.
PERICO
Haz
lo que te dé la gana. Lo has de hacer de todas maneras...
NICASIA
¡Si
eres más bueno que el arroz con leche! (Lo abraza)
PERICO
(Rechazándola)
Estáte quieta. Si nos ve mi padre, me caigo con to el equipo.
NICASIA
¿A
que no eres hombre pa acompáñame hasta mi casa?
PERICO
Quiá,
quiá... ¡Bueno se pondría el tío José!
NICASIA
Si
me acompañas te daré una cosa que te gusta mucho.
PERICO
Mostillo.
NICASIA
Más
dulce.
PERICO
Miel.
NICASIA
¡Tonto!...
¿No te acuerdas lo que me pedistes ayer? (Acción de besar)
PERICO
(Brincando
de alegría) ¿Eso?
NICASIA
Me
estás porfiando siempre...
PERICO
(Heroico)
Arrea pa tu casa. ¡Y que sea lo que bies quiera!
(Desaparecen
por la izquierda. Pausita. Dolores y Juana por la derecha)
JUANA
(Con
un botijo en la mano) Supuesto que el angélico duerme, me puede usté acompañar,
señorita. El manantial cae cerca.
DOLORES
Pronto
dejaré de molestarles.
JUANA
No
se le ocurra decir que se va delante de mi José. Se pone hecho un abrió. Amas,
amas, en confianza : el hermano Rafael nos tiene dicho que no la dejemos salir
sin componese del todo.
DOLORES
¡Es
un santo!
JUANA
Amos
a llenar el botijo. ¡Vay, vay y no llore!... Aquí puede estase todo lo que
quiera. Y si es el angélico, lo deje con nosotros pa siempre.
DOLORES
¡Santa,
santa!
JUANA
¡Bendito!
j Santa yo! Canonizada a peñazos.
(Desaparecen
por la izquierda. José detrás de la verja, con un gran ramo de flores)
JOSE
¡Pericooo!
¿Ande te has metido, gurriapo? (Entrando en escena) ¡Nada! ¡Nada! ¡Que se
ha
jopau! ¡Cristo! En cuanto lo agarre lo hago maseta.
(Rafael
detrás de la verja)
RAFAEL
Calma,
hombre. No te encolerices.
JOSE
(Furioso)
Que no me encoleri..., coleri..., colero...
(Va
a la derecha llamando a gritos) ¡Juanicaaa! ¡Juanicaaa!
(Desaparece)
RAFAEL
Este
conflicto moral es superior a mis fuerzas, ¡Señor, señor! ¿Por qué abandonas a
tu siervo? ¿Por qué cruzas de nuevo en mi camino a esa mujer? Yo quería
enterrar en el claustro mi juventud destrozada. Y ahora...
(Entra
en escena. Pausita. José por la derecha)
JOSE
(Indignado)
Aquí tuel mundo de parranda. Tamién la Juanica ha salido a echar la milorcha.
RAFAEL
¿Y
las flores?
JOSE
En la puerta de la casa las hi dejau. (Vase a la izquierda) ¡Juanicaaa!
(La
voz de Juana en la izquierda)
JUANA
(Dentro)
¿Qué tripa te se ha roto, esbocarrao?
JOSE
¿Ande
te metes, alparcera?
JUANA
A
por agua hi venido, espantajo.
JOSE
¡Espantajo!
¡Me caso en mi vida! (Intenta dirigirse hacia la izquierda)
RAFAEL
(Conteniéndolo)
Calma, hombre, calma.
JOSE
(A
Juana, imperiosamente) Ven de seguida, que tienes que ayúdame.
JUANA
Será
si me da la gana.
JOSE
(Desesperación)
¡Ve qué mujeres! Encima te ponen como un pial. ¡Qué bien hace su mercé metiéndose
fraile!
RAFAEL
Calla,
José.
JOSE
Aún
pue que lo piense yo.
(Desaparece
por la izquierda. Pausita. Juana por la izquierda)
JUANA
¿Qué
morcilla se l'ha desatao a ese cascarrabias?
RAFAEL
Te
llama para que le ayudes a llevar las flores a la ermita.
JUANA
(Ira
contenida) ¿No puede él solo, u qué? ¡Recristina, qué madera pa hacer cucharas!
¿Ande están esas flores o esas chuflainas?
RAFAEL
Ahí,
detrás de la puerta.
JUANA
(Al
mutis) ¡Remundo! Le valía a una más haber nacido piedra de batán.
RAFAEL
(Desaparece
por la derecha)
Tragedias
a flor de piel, que sazonan la dicha de los felices. Mi tragedia, en cambio, es
honda como un abismo.
(Va
a entrar en el jardín. En este momento llega Dolores por la izquierda)
(Música)
DOLORES
¡Rafael!
¡Rafael!
Déjame
besar tu mano generosa,
que
a tus pies llore mi dolor.
RAFAEL
Levanta
del suelo, pobre Dolorosa,
y
ten valor.
¡Cuántas
horas de pena
tendrás
en tu largo camino!
DOLORES
Lo
quiere el destino
y
sufriré.
RAFAEL
La
impiedad de la gente,
la
vida te hará en mil pedazos.
DOLORES
Con
mi hijo en los brazos
moriré.
RAFAEL
(Consigo
mismo)
Ten
piedad, Señor,
para
la infeliz.
Con
mi amor en otro tiempo
pudo
ser feliz.
Pero
¿a qué soñar,
si
aquel amor no puede ser?
Alma
mía, tu ilusión no ha de volver,
DOLORES
¡Pobre
Rafael!
Sufres
aún por mí,
sin
pensar que mis locuras
te
han traído aquí.
LOS
DOS
Calla,
corazón,
ya
que feliz no puedes ser.
Alma
mía, tu ilusión no ha de volver,
RAFAEL
Dolores,
no sufras.
DOLORES
Tu
pena me llena de pesar.
RAFAEL
Mi
dolor no te importe.
Pensemos
tan sólo en tu suerte.
DOLORES
Soy
madre y soy fuerte,
y
sé luchar.
RAFAEL
¿Por
qué no vas al hombre
que
ayer te quiso
con
tu aflicción?
Y,
si es preciso,
pides
perdón.
DOLORES
¡Jamás!
¡Jamás!
¡Maldito
el
cobarde que manchó mi frente
y
niega y miente
si
le recuerdan su delito!
¡Maldito
sea! j Maldito sea!
Antes
mendingar sin honra y nombre
que
unirme a un hombre
de
tal ralea.
¡Maldito
el
canalla que, cruel y avaro,
le
niega amparo,
cariño
y pan a ese angelito! (Llora)
RAFAEL
¡Pobre
Dolores!
¡Pobre
mujer!
No
sé qué hacer
por
que no llores.
DOLORES
Ya
no tengo la esperanza
de
volverte a ver.
LOS
DOS
Basta
de soñar.
Aquel
amor no puede ser.
DOLORES
Adiós,
Rafael. (Se aleja)
RAFAEL
Adiós.
Alma
mía, nunca más has de volver.
TELON
CUADRO II
Interior
del convento. A la derecha, claustro por cuyas arcadas se ve el jardín bañado
de luna. Al fondo del claustro, puerta practicable de la iglesia. Cuando esa
puerta se abra se verá un trozo del interior del templo y una cuerda bastante
gruesa pendiente del techo: es la cuerda de la campana. A la izquierda, celda
del prior, rasgada para que su interior sea visible desde el público. Llena el
testero del fondo un gran cuadro de época y asunto religioso, que se hará
transparente cuando llegue el momento. En la pared izquierda de la celda otro
cuadro antiguo más pequeño, y bajo él un reclinatorio con un crucifijo, una
calavera y algunos libros. Un sillón de los llamados fraileros. En la pared
derecha, puertecita que comunica la celda con el claustro. En lugar
conveniente, una mesita con libros piadosos. Alta noche.
(En
el momento de levantarse el telón aparece el Prior arrodillado en el
reclinatorio y rezando fervorosamente. Terminado el rezo, se santigua y se sienta
en el sillón)
(Música)
PRIOR
Me
da mucho que pensar
el
hermano Rafael.
Desde
que llegó al convento
a
buscar refugio en él
adivino
el sufrimiento
de
ese pobre soñador.
Se
le escapa el pensamiento
tras
la sombra de un amor. (En pie)
El
amor, el amor
es
un veneno de un poder fatal;
un
licor, un licor
con
el perfume de la flor del mal.
Su
poder, su poder
hace
a quien bebe el vino turbador
maldecir
y temer el amor,
(Rumor
de rondalla en la izquierda. Dentro)
¡La
fiesta de la Virgen labradora!
RONDALLA
(Dentro)
Ya
llegó la noche grande
de
los mozos labradores.
Hoy
en la vega mandan
los
rondadores, los rondadores.
De
rosas y hierbabuena
le
he de llenar el balcón
a
la chica morena
por
la que pena
mi
corazón.
(Se
pierde el rumor de la ronda)
PRIOR
¡Guitarras!
¡Canciones! Alegría pagana de mozos y mozas! ¡El amor! ¡Siempre el amor! Del
amor, del amor
es
un esclavo el infeliz mortal.
Y
romper, y romper
esa
fatal cadena de dolor
es
saber despreciar el amor.
(Se
abre la puerta de la iglesia y un lego, vestido de pardo sayal, tira de la
cuerda, haciendo sonar la campana que llama a los monjes al rezo de maitines)
PRIOR
La
hora de maitines. (Coge un farol que tendrá prevenido, se cubre con la capucha
del hábito y sale al claustro)
(Por
delante de la puerta de la iglesia cruzan el claustro tres frailes vestidos de
hábitos blancos y provistos de sus respectivos farolitos. En seguida salen por la
derecha nueve frailes, con el mismo hábito y farolitos, y en fila se encaminan a
la iglesia. A la cabeza de la fila se coloca el Prior y el último de todos va
Rafael. A medida que van llegando a la puerta de la iglesia, cada fraile hace
sonar una campanada tirando de la cuerda y penetra en el interior. En el
momento en que Rafael va a hacer esto mismo, se oye nuevamente el rumor de la
rondalla, ahora en la parte derecha. Rafael vacila un momento, con la mano
extendida hacia la cuerda, y por fin retrocede)
CANTANTE
(Dentro)
No cierres hoy tu ventana,
clavellina
de la huerta.
Escucha
despierta
la
copla mejor,
la
copla de tu rondador.
Y
ten la ventana abierta,
que
puede entrar el amor.
Cereza
mollar,
no
quiero un clavel;
quiero
los besicos tuyos,
que
saben a miel.
(Se
extingue el rumor de la ronda. Rafael que lo habrá escuchado como una llamada
de la vida, retrocede hasta el primer término)
RAFAEL
La
vida con sus encantos
y
sus tristezas
llega
hasta aquí.
(Maquinalmente
entra en la celda del Prior y se arrodilla en el reclinatorio)
Dios
mío, ten
piedad
de mí.
No
puedo serenar
mi
pensamiento.
(Maquinalmente
siempre, se levanta y se sienta en el sillón)
La
triste suerte de esa pobre
me
llena de tormento.
La
veo doliente y llorosa,
con
su hijo en los brazos,
pobre
madre dolorosa.
(Queda
con la cabeza oculta entre las manos. En este momento, el cuadro del testero se
hace transparente, y tras él aparece Dolores, en la habitación del jardinero,
sentada en una sillita baja y meciendo a su hijo, mientras la orquesta repite la
canción de cuna del acto primero)
RAFAEL
(Como
un lamento) ¡Dolores!
(Pausita.
Sale el Prior de la iglesia, explorando el claustro como si buscara a alguien)
PRIOR
Faltó
una campanada.
La
de Rafael.
(Sigue
escrutando el claustro y al mirar a su celda ve en ella a Rafael. Entra en la celda
y se dirige al novicio)
Hermano
Rafael,
su
puesto está en la iglesia.
¿Por
qué ha faltado al rezo?
RAFAEL
(Humilde)
Oigame, padre,
en
confesión.
PRIOR
Hable.
Dios le escucha. (Se sienta)
RAFAEL
La
mujer que fue mi vida,
por
cruel azar llegó hasta aquí.
Y
al mirarla dolorida,
un
ansia dormida
despierta
hoy en mí.
En
sus brazos lleva un niño
que
ni hogar ni nombre ha de tener
y
esa injusticia no puede ser.
PRIOR
Pecador,
la fe, si es pura,
sobre
la pasión pone el deber.
RAFAEL
Es
que al ver su desventura
de
pena y ternura
se
inunda mi ser.
El
amor, el amor
que
mi alma siente es rosa de bondad;
su
calor, su calor
enciende
en mí la luz de la piedad.
Son
dos almas que imploran,
dos
seres que lloran,
y
su dolor
hace
en mí renacer el amor, el amor, el amor.
(Suena
al fondo de la iglesia un apagado canto litúrgico que subraya el diálogo
siguiente)
(Hablado)
PRIOR
¡Pobre,
pobre!
RAFAEL
¡Padre!
Yo buscaba en esta santa casa paz, olvido, renunciación de todo mundano afán.
PRIOR
Así
dice la Regia.
RAFAEL
Pero
ni el rezo, ni el ayuno, ni las más duras penitencias logran sofocar mi
ambición de triunfo.
PRIOR
Grave,
muy grave el caso.
RAFAEL
Para
agravarlo más. Dios ha puesto otra vez en mi camino a la mujer que lo es todo
para mí. Mancillada, triste, sola...
PRIOR
Sola,
no. Dios no abandona a sus criaturas.
RAFAEL
Dice
bien su paternidad. Sola, no. Con el hijo de su culpa. Hijo también de un
hombre que se niega a cumplir sus deberes.
PRIOR
¡Clemente
Dios!
RAFAEL
Me
abraso en caridad por ese infantico. De seguir aquí, mi condenación es segura.
Volviendo al mundo, tal vez pueda encontrar mi dicha sin dejar de serle grato a
Dios.
PRIOR
Siempre
barrunté que no servía usted para religioso, ¡Esos pinceles! Habla por ellos su
corazón. Por fortuna, no le ligan votos. El noviciado es una prueba que usted
no ha podido superar. Siga los dictados de su conciencia. Y en el siglo, como
en el claustro, le acompañarán mis bendiciones.
RAFAEL
(Emoción)
¡Gracias, santo varón, gracias! (Se inclina y besa el crucifijo que pende del
cordón del Prior)
PRIOR
(Paternal)
Vuelva a su celda. Duerma... si puede. Y mañana se le abrirán las puertas de
esta casa, que fue su refugio de desesperado.
(Vuelven
a sonar las campanas. De la iglesia salen los frailes en fila, como entraron, y
desaparecen por la derecha. Rafael se incorpora a la fila y desaparece también.
El Prior queda junto a la puerta de su celda contemplándole y moviendo la cabeza,
compasivo e indulgente)
TELON
CUADRO FINAL
A
todo foro, fachada principal del convento, con gran puerta practicable. Rompimientos
de árboles en primero y segundo término. Forma la escena una plazoleta en la
intersección de un camino huertano con la avenida que conduce al convento.
Antes de levantarse el telón, un alegre repique de campanas indica que la vega
está en fiestas.
(En
escena, Perico, muy endomingado, con una flor en la oreja y «riñendo a brazo
partido» con un «perrero» que no arde)
PERICO
¿Te
paice a tú esa cardelina?... Me dijo que estuviera compuesto pa las ocho..., y
son las nueve y media. (Escupe y tose) ¡Rediezla con el «perrero»!... Me va a
tumbar. Se empeña mi padre en que eche humo por las narices. Y por dale gusto m'hi
mercau este creminal, que puede más que yo. (Chupando del puro, que no tira)
¡Pero ha de arder! (Nuevas toses) Y la Anicasia sin venir a búscame... ¡La
pacencia que se necesita pa aguantar a las novias!...
(Nicasia
por la derecha)
NICASIA
¡Ya
te podía yo esperar!
PERICO
¿Pero
no quedemos?...
NICASIA
Quedamos.
Habla bien, si te da la gana...
PERICO
¿No
quedemos en que vendrías a por mí?
NICASIA
¡Mía
el sopas sin sal!... ¿Ande se ha visto que las mozas vayan a buscar a los
mozos?... Quedamos en que tú vendrías.
PERICO
Con
todo mi Dios que había sido al revés.
NICASIA
¡Apatusco!
PERICO
Si
no vienes, aquí me tendrías cutio diquiá que me salieran canas. ¡Qué pollino
soy! ¿Verdá?
NICASIA
Masiau.
¿De qué me enamoraría yo?
PERICO
De
mi pinta. Acabo de mirarme al espejo y estoy que relumbro.
NICASIA
Hoy
paeces un relicario.
PERICO
Más
de cuatro mozas quisián píllame pa marido.
NICASIA
Pero
tú te guardarás muy bien de mirar a nenguna.
PERICO
¡Hum!
¡Dale al diablo!
NICASIA
(Rabiosa)
¡Perico!
PERICO
¿Tienes
celos, u qué?
NICASIA
Hay
quien se deja decir que me ha de quitar tu querer...
PERICO
Ya
sé quién es. La Remunda.
NICASIA
Y
como yo vea lo más mínimo, ella y tú os podéis comprar una guitarra.
PERICO
Anicasia,
eres atroz quisiendo.
NICASIA
¡Una
fiera! No puedo remedíalo.
PERICO
Ya
pues vivir tranquila. No me gusta ninguna más que tú.
NICASIA
¿De
veras?
PERICO
¡Y
más hoy! Estás que haces estornudar de maja. Como el «perrero».
NICASIA
(Coqueteando)
Tonto.
PERICO
Semos
una pareja que dudo que haiga otra.
NICASIA
No
es porque estemos delante, pero podemos salir ande se presenten novios.
PERICO
Y
quisiéndonos como dos abrios, que es lo prencipal.
NICASIA
Hala,
hala, a que nos vean y rabien de envidia.
PERICO
Aspera.
(Va a la izquierda) ¡Madre!
JUANA
(Dentro)
¿Qué?
PERICO
Me
voy pa la ermita.
JUANA
(Dentro)
De seguida vamos nosotros.
PERICO
(A
Nicasia) Andando se quita el frío.
NICASIA
¡Mucho
ojo con mirar a nenguna!
(Desaparecen
por la derecha. En seguida, Juana, por la izquierda, también de punta en
blanco. Tras ella, Dolores)
JUANA
¿Quié
decise que su mercé no viene?
DOLORES
Me
da reparo.
JUANA
Si
es por eso, no porfío.
DOLORES
Desde
aquí veré la procesión. ¿Ha dicho usted que pasa cerca?
JUANA
Por
ahí mismamente.
DOLORES
Ya
van con el tiempo justo.
JUANA
Y
tan justo. ¿Pero qué hará ese hombre?
(Se
acerca a la izquierda. Llama, imperiosa)
¡José!
JOSE
(Dentro)
¿Qué hay con el perro?
JUANA
Amos,
si te da la gana. Llegaremos al ite misaes.
JOSE
(Dentro)
Más ración pa utros.
JUANA
¿Ve
usté, señorita? Necesito más pacencia que el Santo Jó; Recristina! ¡José!
¿Sales u no sales?
JOSE
Si
tienes prisa, te asientas.
JUANA
Mira
que me voy y no me ves más el pelo.
JOSE
No
cairá esa breva.
JUANA
(A
Dolores) ¿Oye su mercé? Pues así toda la vida. Tiene más cachaza que los
bueyes.
(José
sale por la izquierda, endomingado y andando con dificultad porque las botas le
aprietan)
JOSE
Juanica,
podías contimparame a otros cuadrúpedos.
JUANA
(Tirando
de él) Mueve, si quieres, condenau.
JOSE
¡Qué
más quisiá yo que poder moveme! Me pretan las botas como si fueran de otri. Me
las voy a quitar.
DOLORES
José,
hoy es día de presumir.
JOSE
Pero
no de andar como los gorriones.
DOLORES
Tenga
paciencia. La Virgen bien merece un pequeño sacrificio.
JOSE
Si
es por la Virgen, ¡alante con los faroles! Pero pa otro año ya les cogeré yo
las vueltas a estas endinas. Iré en la procesión a pies descalzos. Y la Virgen,
contenta. Y yo, cómodo.
JUANA
Hala,
hala, jauto. Que tienes menos sustancia que la agua de fregar.
JOSE
¿Usté,
señorita, no viene?
DOLORES
Me
quedo de cocinera. Hoy se va a chupar usted los dedos.
JOSE
Justamente
me hi lavau las manos.
JUANA
Mi
trabajo me ha costau conseguilo.
(Desaparece
por la derecha, tirando de José, que hace grandes aspavientos)
DOLORES
¡Qué
felices en la paz de esta vida! ¡Cómo los envidio! (Pausita) ¡Qué será de mí! ¡Qué
será! Dentro de unas horas abandonaré este refugio. Y luego... a caminar con mi
cruz a cuestas.
(Desaparece
por la izquierda. Nuevo repique de campanas. La puerta de la iglesia se abre
desde dentro y aparece Rafael en traje de seglar. Atuendo de artista un poco
bohemio)
(Música)
RAFAEL
Dejo
tu sombra, santa mansión;
y
este feliz momento
es
para mi corazón
de
zozobra, de placer y de tormento.
¡Vuelvo
a nacer! Y la emoción
me
oscurece el pensamiento.
Esperanza
muerta
sube
hasta los cielos
que
mi alma despierta
y
quiere volar.
Los
hondos anhelos
del
ayer lejano
vuelven
a la mente.
Brotan
nuevamente,
cuando
por mi mano
los
iba a enterrar.
Fuente
clara y milagrosa
de
la vida,
que
repartes, generosa,
tu
frescor:
ven
a saciar un momento
mi
labio sediento
de
gloria y amor.
(Dolores
por la izquierda, sollozante)
(Hablado)
RAFAEL
No
llores, pobre caída.
DOLORES
(Estupor)
\ Rafael! ¿Adonde vas?
RAFAEL
Donde
no creí jamás
que
me llevase la vida.
Abatida,
sola y triste.
Dios
te pone en mi camino
para
torcer mi destino
como
otra vez lo torciste.
¿Tú
qué pensabas hacer?
DOLORES
Luchar,
luchar decidida
por
la vida
del
que no debió nacer.
Desafiar
los zarpazos
de
la gente,
con
la vergüenza en la frente
y
mi pequeño en los brazos.
RAFAEL
El
niño que duerme allí...
DOLORES
Es
mi deshonra y tu pena.
RAFAEL
Pero
el corazón me ordena
velar
por él y por ti.
Designio
tan firme y claro,
que
ya he roto la clausura
para
que esa criatura
tenga
padre y tenga amparo.
DOLORES
(Pausita)
Haz lo que quieras de mí.
Hundida
y desesperada,
de
nadie espero ya nada
más
que de Dios y de ti.
Sácame
de este pantano
sin
orillas.
Te
lo pido de rodillas
y
besándote la mano. (Se arrodilla a los pies de Rafael e intenta besarle la mano)
RAFAEL
Levanta;
la procesión
viene
cruzando la vega.
Ya
se aproxima. Ya llega.
Ven
junto a mi corazón.
(Quedan
en primer término derecha. Vuelven a sonar las campanas. Chupinazos. Se abre la
puerta del convento y sobre la pequeña escalinata aparece el Prior entre Fray
Lucas y otro monje. Por la derecha empieza a desfilar la procesión:
monaguillos, cruz alzada, estandartes. Perico y Nicasia, emparejados y de la
mano. Tras ellos, Bienvenido, con un grueso garrote. Luego Juana y José, éste
con un pie descalzo y la bota en la mano. Siguen parejas de mozos y mozas con
velas encendidas)
(Música)
DOLORES
y RAFAEL
Alma
mía
tu
ilusión vuelve a nacer.
TELON
Información obtenida en:
https://archive.org/details/ladolorosazarzue3171serr
https://archive.org/details/ladolorosazarzue3171serr
preciosa qbrq
ResponderEliminarNo se si sabes que falleció su hijo poco antes de componer esta zarzuela y tal vez por ello transmite ese dolor.
EliminarSaludos
Aún que han pasado muchos años la canto mentalmente. Junto con Luisa Fernanda. La rosa del Azafrán. Da.Francisquita. El Cantar del arriero. Los gavilanes. Y otras que tuve el privilegio de ver a Marcos Redondo. Pedro Terol. Ana Ma. Olaria. Gass. Y otros grandes permanecen nota por nota en mi recuerdo. Gracias. Gracias
ResponderEliminarMe alegro mucho de que te traiga tantos recuerdos agradables. Yo por desgracia no tuve el placer que escucharlos en directo.
EliminarMuchas gracias por tu comentario que me anima a seguir realizando este trabajo de recuperación de nuestra Zarzuela.
Fernando
Gracias. Me ha emocionado
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario.
EliminarUn saludo
Gracias por dejar el libreto para que disfrutemos de ésta gran obra . He cantado las partes que sé y he recordado los tiempos en los que la escuchaba en disco
ResponderEliminarMe alegro mucho de haya sido de tu agrado.
EliminarUn saludo