EL REY QUE RABIO
Zarzuela
cómica en tres actos, divididos en ocho cuadros.
Libreto
de Miguel Ramos Carrión y Vital Aza.
Música
de Ruperto Chapí.
Estrenada
el 20 de abril de 1891 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.
REPARTO (Estreno)
El
Rey – Almerinda Soler Di Franco.
Rosa
– Encarnación Fabra.
María
– Sra. Galán
General
– Daniel Banquells.
Jeremías
– Eduardo Bergés.
Almirante,
Un Oficial, Juan y Aldeano 1º – Ramón
Navarro.
Intendente
– Sr. Garro.
Gobernador
– Sr. Suárez.
Capitán
– Sr. Jimeno.
Alcalde
–
Paje
1º - Srta. Bueno
Paje
2° - Srta. López
Paje
3° - Srta. Flores
Paje
4° y Coreta - Srta. Vega
Paje
5° - Srta. Gutiérrez
Aldeano
2° y Soldado 1º - Sr. García
Lorenzo
– Sr. Prieto
Soldado
2° - Sr. Rilo
Soldado
3° - Sr. Vela
Soldado
4° - Sr. Martínez
Centinela
y Un Cortesano – Sr. Benavides
Damas,
caballeros, aldeanos, soldados, reclutas, segadores, pajes, doctores, embajadores,
guardias de Palacio—Coro general—Banda militar
ACTO PRIMERO
Salón
de Palacio. Puertas laterales. Al foro rompimiento que da vista al jardín. Este
rompimiento se cerrará luego con grandes tapices Cortesanos y damas.
(Música)
(Oyense
tres cañonazos cercanos. Repique de campanas)
CORTESANOS
(Por
derecha e izquierda)
Al
monarca esperaremos,
que
muy pronto llegará;
el
cañón y las campanas
su
regreso anuncian ya.
Dispongámonos
humildes
en
solemne recepción
a
ofrecerle el homenaje
de
respeto y adhesión.
(Otros
tres cañonazos)
DAMAS
(Por
el foro)
Esperemos
al monarca,
que
muy pronto va a llegar;
con
la nuestra hoy hace coro
la
alegría popular.
Dispongámonos
humildes
en
solemne recepción
a
ofrecerle el homenaje
de
respeto y adhesión.
Dichos y el Intendente, por la derecha
INTENDENTE
Señoras...
Señores...
TODOS
Señor
Intendente...
INTENDENTE
El
rey se aproxima,
le
aclama la gente.
Todo
es regocijo
en
la capital;
que
reflejen nuestros rostros
la
alegría general.
CORO
Que
no halle el monarca
ni
asomo de ceño,
que
nuestro semblante
se
muestre risueño;
este
regocijo
no
será oficial,
pues
sentimos en el pecho.
(Cañonazos
y música militar, que se va acercando. Vivas y aclamaciones. El coro se dirige hacia
el foro formando dos filas)
DAMAS
¡Vamos
allá!
CORTESANOS
¡Ya
vienen ahí!
DAMAS
¡Cuánta
ovación!
CORTESANOS
¡Qué
frenesí!
TODOS
¡Un
triunfo igual
nunca
se vio!
¡Vítor
al Rey,
que
al fin llegó!
HIMNO
(Entran
ocho granaderos que se sitúan en el foro a los lados. La banda militar al
centro)
¡Viva
el rey, viva el rey,
que
es amparo de la ley!
Con
ardiente fervor
quiere
el pueblo a su señor.
Y
él adora a su grey.
¡Viva
el rey! ¡Viva el rey!
Dichos, el Rey, el General, el Gobernador y el
Almirante.
CORO
Bien
venido sea
nuestro
soberano,
que
con él la corte
vuelve
a su esplendor;
sea
bien venido;
todo
cortesano
hoy
le da rendido
pruebas
de su amor.
REY
¡Cuánto
el alma se recrea
al
hallar felicidad
en
la villa y en la aldea,
en
el campo y la ciudad!
En
palacios y cuarteles
sólo
aplausos recibí
y
cargado de laureles
satisfecho
vuelvo aquí.
Subordinada
vi
a la milicia
e
incorruptible
a
la justicia.
Gástense
en obras
los
capitales,
gana
el obrero
buenos
jornales.
Las
ciencias brillan
por
su adelanto,
y
las escuelas
son
un encanto.
Parece
un sueño
ventura
tal.
No
hay en todo el mundo
otro
pueblo igual.
CORO
Parece
un sueño, etc.
REY
De
mi extensa monarquía,
los
estados recorrí:
todo
es gozo y alegría,
y
entusiasmo por ahí.
Como
página de gloria
que
otro rey no alcanzará.
en
el libro de la historia
mi
reinado quedará.
Vi
prosperando
por
todas partes
las
bellas letras,
las
bellas artes;
está
la industria
desarrollada;
la
gente vive
feliz
y holgada;
hallé
el comercio
a
gran altura,
y
floreciente
la
agricultura,
Parece
un sueño
ventura
tal,
no
hay en todo el mundo
otro
pueblo igual.
CORO
No
hay en todo el mundo, etc.
(El
rey y los consejeros se sitúan en el primer término. Minueto durante el cual
desfilan los cortesanos ante el rey, saludándole respetuosamente. Repetición
del himno y vanse coro y soldados. Córrense los tapices)
Rey, General, Gobernador, Intendente y Almirante.
(Hablado)
GENERAL
Señor:
Creemos que estaréis satisfecho de las pruebas de cariño, respeto y entusiasmo
con que en toda la nación os han recibido vuestros súbditos.
REY
Sí
que lo estoy.
GENERAL
(Está
satisfecho) (Al almirante)
REY
Pero,
vamos a ver, mis queridos consejeros, ahora que estamos solos, vais a hablarme
con toda franqueza.
GOBERNADOR
Decid,
señor.
REY
Como
hace tan poco tiempo que ocupo el trono y nunca había salido de la corte, os
aseguro que todo me ha pillado de sorpresa.
GOBERNADOR
Es
natural.
REY
Me
he llenado de asombro el ver que en mi reino todas las gentes son completamente
felices.
ALMIRANTE
Sí
que lo son.
INTENDENTE
Sin
duda alguna.
GOBERNADOR
Felicísimas.
GENERAL
¿No
han de serlo, reinando vos y gobernando nosotros?
REY
Supongo
que no me habréis engañado.
GENERAL
¡Señor!
REY
Y
que lo que he visto será verdad.
GOBERNADOR
Una
verdad patente.
ALMIRANTE
Indiscutible.
INTENDENTE
Palmaria.
GENERAL
Inconcusa.
GOBERNADOR
Como
que ese es el lema de nuestro gobierno; la verdad ante todo.
ALMIRANTE
La
verdad por delante.
GENERAL
¡La
verdad desnuda! Es decir, desnuda no, porque sería poco decente.
REY
Está
bien. De modo que lo único extraordinario en mi obsequio habrá sido las
colgaduras, las luminarias y los arcos de triunfo.
GENERAL
Lo
único, señor.
GOBERNADOR
Podemos
asegurarlo.
REY
Y
todas esas manifestaciones de entusiasmo conque me han recibido serían espontáneas.
GOBERNADOR
Muy
espontáneas.
REY
Lo
comprendo bien, porque el pueblo no tiene razón para quejarse ni de su rey ni
de mis consejeros.
TODOS
Gracias,
señor.
REY
Tú,
mi querido intendente, llenas las arcas del Tesoro con impuestos justos y
equitativos.
INTENDENTE
Equitativos
y justos.
REY
Tú,
mi inteligente gobernador, sostienes una política de moderación y de templanza.
GOBERNADOR
Eso
procuro.
REY
Tú,
mi bizarro general, te desvelas por la disciplina y esplendor de nuestro
ejército.
GENERAL
Me
hacéis justicia.
REY
Y
tú, mi dignísimo almirante, me aseguras que la reorganización de nuestra marina
de guerra marcha perfectamente.
ALMIRANTE
Marcha
viento en popa.
REY
Por
consecuencia, mis queridos consejeros, bien puede asegurarse para mis estados
una era de paz, de ventura y de calma.
ALMIRANTE
Calma,
chicha, señor.
GENERAL
Completamente
chicha.
REY
Pues
bien, en esta excursión hecha por vuestro consejo, he visto lo siguiente: que
el país está satisfecho de vosotros, que vosotros estáis satisfechos del país,
que en mi reino todo es prosperidad, riqueza y alegría, que mis súbditos se
pasan la vida en constante jolgorio, y que aquí no se aburre nadie.
TODOS
¡Nadie!
REY
Nadie...
más que yo.
GENERAL
¿Cómo?
ALMIRANTE
¿Vos?
INTENDENTE
¡Señor!
GOBERNADOR
¡Qué
decís!
REY
La
verdad, que estoy aburridísimo. Hace dos meses que me lleváis de un lado para
otro y estoy ya harto de tantos arcos triunfales de tantos discursos de tantos
banquetes y de tanta marcha real.
GENERAL
Bien;
pero ahora volvéis a la vida tranquila de palacio.
REY
Si
es que esto me aburre más todavía.
GENERAL
¿Os
aburrís aquí?
REY
Soberanamente.
Como puede aburrirse un soberano. Por lo cual he tomado una resolución.
GOBERNADOR
¿Qué
resolución?
REY
Aprovechar
la tranquilidad que se disfruta para hacer inmediatamente m viaje a mi gusto.
GENERAL
¿Cómo?
REY
De
incógnito. Pero de verdadero incógnito, no como los hacen siempre los reyes; no
voy a viajar ocultándome bajo un título de conde o de duque, sino como un
cualquiera, vestido pobremente y andando a caballo o a pie, o como me de la
gana.
GOBERNADOR
Pero
señor, comprended que un monarca...
REY
Un
monarca de mi edad, de mis condiciones y de mi temperamento, necesita algunos
días de expansión, de desahogo. ¿No recordáis alguna de esas leyendas encantadoras
en que un rey se disfraza con humilde traje y corre aventuras y se mezcla entre
la gente del pueblo? Pues bien, yo quiero ser uno de esos reyes.
GOBERNADOR
(¡Nos
ha salido romántico!) (Al Intendente)
GENERAL
¡Eso
es imposible!
ALMIRANTE
¡Completamente
imposible!
REY
¿Sí?
Pues, mi resolución es Irrevocable. Voy a cambiar de traje, y en seguida, sin
que nadie se entere, tomo cuesta arriba por el camino de los robledales, y en
el primer pueblo que encuentre dormiré esta noche como un cualquiera.
GOBERNADOR
¡Señor
un viaje en esas condiciones lo considero antipolítico!
GENERAL
Y
ocasionado a perturbaciones peligrosas.
INTENDENTE
¡A
riesgos inminentes!
ALMIRANTE
¡A
catástrofes inesperadas!
REY
Repito
que mi resolución es irrevocable. Si no estáis conforme con ella enviadme
vuestras dimisiones. (Vase primera izquierda)
Dichos menos el Rey
(Música)
GOBERNADOR
¡La
dimisión!
INTENDENTE
¡La
dimisión!
ALMIRANTE
¡La
dimisión!
GENERAL
¡La
dimisión!
TODOS
Nos
priva por completo
de
la gobernación,
nos
pone en un aprieto
su
determinación.
GENERAL
¿Qué
hacemos?
INTENDENTE
No
lo sé.
ALMIRANTE
El
caso es de pensar.
TODOS
Meditemos,
calculemos
si
debemos
renunciar.
GOBERNADOR
La
dignidad se impone.
INTENDENTE
Obremos
con valor.
ALMIRANTE
Exígelo
el decoro.
GENERAL
Lo
pide nuestro honor.
TODOS
Sí,
señor. Sí, señor.
GOBERNADOR
¿Qué
hacemos?
INTENDENTE
No
lo sé.
ALMIRANTE
Forzoso
es decidir.
TODOS
Meditemos,
calculemos
si
debemos
dimitir.
GOBERNADOR
¡Audacia
y energía!
INTENDENTE
¡No
más debilidad!
ALMIRANTE
¡Tengamos
entereza!
GENERAL
¡Tengamos
dignidad!
TODOS
¡Es
verdad! ¡Es verdad!
GENERAL
¿Qué
hacemos?
INTENDENTE
No
lo sé.
ALMIRANTE
Su
marcha hay que impedir.
TODOS
Meditemos,
calculemos:
no
debemos
transigir.
(Meditación)
GOBERNADOR
¡Eso
sí! (Para sí)
ALMIRANTE
¡Eso
no! (Idem)
INTENDENTE
¡No
lo sé! (Idem)
GENERAL
¡Qué
sé yo! (Idem)
GOBERNADOR
Yo,
jamás. (Idem)
ALMIRANTE
¿Para
qué? (Idem)
INTENDENTE
¡Qué
se yo! (Idem)
GENERAL
¡No
lo sé! (Id)
¡Compañeros,
compañeros!
¡Se
salvó la situación!
Voy
de fijo a complaceros
con
mi determinación.
LOS
TRES
Sepamos,
pues,
la
decisión.
Decid
cual es
vuestra
opinión.
GENERAL
No
encuentro más que un modo
ni
hay otra solución.
LOS
OTROS
¡Qué
emoción!
GENERAL
Hagamos
todo, todo…
(Con
energía)
menos
dimisión!
LOS
TRES
¡Tenéis
razón!
¡Somos
en todo, en todo,
de
vuestra opinión!
(Se
dan la mano cariñosamente)
(Hablado)
ALMIRANTE
Bravo,
general, bravo; habéis encontrado el ancora de salvación; sólo nos queda el
recurso de ponernos al pairo hasta que pase la borrasca. Nuestras manos son las
únicas que pueden empuñar con pericia el timón de la nave del Estado.
GOBERNADOR
Las
únicas. Estamos conformes, almirante.
GENERAL
¡Hacer
dimisión! ¡No faltaba más!
INTENDENTE
¡Eso
es ya exigir demasiado!
GENERAL
Nosotros
entramos en el poder para sacrificarnos en aras del país, y no debemos
retirarnos a la vida privada...
INTENDENTE
Privada
de sueldo.
GOBERNADOR
Eso
es.
ALMIRANTE
Mantengamos
izada nuestra bandera v sigamos el derrotero que nos hemos trazado.
GENERAL
Bien,
pero señores, no olvidemos que el rey va a emprender su viaje inmediatamente;
que va a oír las quejas de los pueblos y que va a convencerse de que !e hemos
engañado.
GOBERNADOR
¡Claro!
Descubrirá que los contribuyentes están hartos de pagar tributos. (Al
Intendente)
INTENDENTE
Y
que vuestra política deja mucho que desear. (Al gobernador)
ALMIRANTE
Y
que el ejército está descontento. (Al general)
GENERAL
Y
que la marina, a pesar de esa calma chicha de que le habéis hablado, no es
chicha ni limoná. (Al almirante)
INTENDENTE
¡Va
a descubrirlo todo!
GENERAL
¡Estamos
perdidos!
GOBERNADOR
No
os apuréis, señores. Hay un medio para salvarnos.
GENERAL
¿Cuál?
INTENDENTE
¡Decid!
ALMIRANTE
Hablad.
GOBERNADOR
El
rey ha dicho que esta misma noche dormirá de incógnito en el primer pueblo que
encuentre por el camino de los robledales.
GENERAL
Eso
ha dicho.
GOBERNADOR
Pues
os advierto que es uno de los pueblos más agobiados por los impuestos. Pero, no
importa; yo me adelanto, de incógnito también; reparto allí dinero, preparo
fiestas y diversiones, y el rey se encontrará con un pueblo que le, baila y canta
como sí fuera completamente feliz.
GENERAL
¡Muy
bien pensado!
ALMIRANTE
¿Y
si se empeña en continuar el viaje?
GOBERNADOR
Me
adelantaré a él y prepararé el terreno. Con dinero se arregla todo.
GENERAL
Así
lo hemos arreglado siempre.
INTENDENTE
Pues
no hay tiempo que perder. Pasad por la tesorería y que os entreguen cuanto os
haga falta.
GENERAL
Sí,
id al momento.
GOBERNADOR
Compañeros,
adiós.
ALMIRANTE
Buena
suerte.
GOBERNADOR
Quedad
tranquilos. (Vase por la segunda derecha)
Dichos, menos el Gobernador; luego un Cortesano.
ALMIRANTE
Este
hombre entiende la aguja de marear.
GENERAL
¡Vaya
si la entiende!
CORTESANO
¡Mi
general! (Por la primera izquierda)
GENERAL
¿Qué
ocurre?
CORTESANO
El
rey os espera en su cámara.
GENERAL
(¡El
rey! Acaso haya desistido de su viaje)
INTENDENTE
(¡Quién
sabe!)
GENERAL
Voy
allá. Aguardadme. (Si habrá pensado alguna nueva diablura) (Vase seguido del
Cortesano)
Almirante e Intendente.
ALMIRANTE
¡Ay,
mi querido intendente!
INTENDENTE
¡Ay,
mi querido almirante!
ALMIRANTE
Lo
que pasa es irritarle.
INTENDENTE
Y
el peligro es inminente.
Yo,
la verdad, no respondo
de
que no demos un tumbo.
ALMIRANTE
Pues
yo no cambio de «rumbo»
aunque
siga «mar de fondo».
El
rey es un imprudente.
INTENDENTE
Es
un chiquillo ignorante.
¿No
digo bien, almirante?
ALMIRANTE
Decís muy bien, intendente.
INTENDENTE
¡Si
desistiera quizás
de
recorrer el país!...
ALMIRANTE
¡No
os pondrá en un tris,
si,
al fin, se Volviese atrás!
INTENDENTE
Sería
muy conveniente.
ALMIRANTE
Pero
yo dudo, no obstante...
INTENDENTE
¿De
qué dudáis, almirante?
ALMIRANTE
¡Dudo
de todo, intendente!
INTENDENTE
Ya
habéis visto con qué afán
indicó
su plan al fin.
ALMIRANTE
Este
rey es un simplín
que
lo hace todo sin plan.
INTENDENTE
¡Eh!
¿Quién se acerca? Adelante
¿Un
pastor?
ALMIRANTE
¡El
rey!
REY
¡Presente!
ALMIRANTE
(¡No
hay esperanza, intendente!)
INTENDENTE
(¡Nos
lucimos, almirante!)
Dichos y el Rey, de pastor.
(Música)
REY
Soy un pastor sencillo.
Huelo a romero,
huelo a tomillo,
y toco la zampona
y el caramillo.
ALMIRANTE
e INTENDENTE
(No
es malo el que nos arma
(este
chiquillo)
REY
Huelo
a romero;
huelo
a tomillo.
Quiero
al son de la gaita
cantar
mis quejas,
y
comer nata y queso
de
mis ovejas.
Si
una linda zagala
llega
a la fuente,
calme
su cantarillo.
mi
sed ardiente.
Y
al dormir en mis brazos
siesta
de amor,
ella
será la reina
de
este pastor.
INTENDENTE
y ALMIRANTE
(Busca
una égloga
para
su amor.
¡Ay,
qué bucólico
está
el señor)
REY
Quiero
vida campestre.
dulce
y tranquila,
y
escuchar del rebaño
la
alegre esquila,
Más
que lujo y riqueza,
gloria
y honores,
ambiciono
la vida
de
los pastores,
Y
a la orilla del río
murmurador,
entonar
con mi gaita
cantos
de amor
¡Qué
grata música
para
el pastor!
¡Qué
melancólico
canto
de amor.
ALMIRANTE
e INTENDENTE
(Busca
una égloga
para
su amor)
¡Ay,
que bucólico
está
el señor!
(Acompañado
con imitación de gaita)
(Hablado)
REY
Soy
feliz, completamente, feliz. Al cabo voy a disfrutar de esa independencia con
que tantas veces he soñado.
ALMIRANTE
Pero
señor…
REY
¿Qué
os parece mi disfraz? ¿Habrá nadie que pueda sospechar quien soy?
INTENDENTE
Nadie.
ALMIRANTE
¿Quién
ha de sospecharlo?
REY
Pues
eso es lo que yo deseo, pasar desconocido por entre mis súbditos y enamorar,
como un cualquiera, a mis súbditas. Lo que yo voy a divertirme! ¡Lo que yo voy
a correr por esos pueblos.
INTENDENTE
Pero
señor, reflexionad que estáis obligado a cierta circunspección, a cierta
prudencia...
ALMIRANTE
Y
que el viajar solo y con ese traje puede exponeros a algún contratiempo.
REY
¿Por
qué? ¿Por lo humilde de mi vestido? ¿Por la clase modesta a que parezco
pertenecer ?Vosotros me habéis afirmado repetidas veces que en mis Estados la
seguridad individual es completa.
INTENDENTE
Completísima.
REY
Entonces,
nada tengo que temer. Soy como un ciudadano cualquiera que viaja protegido por
las leyes y al amparo de un gobierno cuidadoso y justo,
INTENDENTE
Justo.
(A eso no podemos decir que no) (Al almirante)
REY
Además,
os advierto que no voy solo.
ALMIRANTE
¿No?
INTENDENTE
¿Quién
os acompañará?
REY
¿Quién?
Ahí le tenéis.
Dichos y el general vestido de pastor.
(Música)
ALMIRANTE
¿Quién
es?
INTENDENTE
No
sé.
REY
(A
los dos) ¿Qué tal?
GENERAL
Aquí
estoy ya, señor.
ALMIRANTE
e INTENDENTE
¡Dios
mío! ¡El general!
vestido
de pastor.
GENERAL
Ya
estoy aquí.
ALMIRANTE
¡Qué
raro está!
INTENDENTE
¿Verdad
que sí?
LOS
DOS
¡Já,
já, já, já!
GENERAL
Por
vos, de mí
se
ríen ya.
¡Bien
lo temí!
TODOS
¡Já
já, já, já!
REY
Así,
sin bigote
parece
un muchacho.
GENERAL
Lo
que yo parezco
es
un mamarracho.
Mas
por daros gusto
me
desfiguré,
y
hasta mi bigote
os
sacrifiqué.
REY
Creedme
a mí,
ya
crecerá.
GENERAL
El
que perdí
ya
no saldrá.
TODOS
(Menos
el general)
¡Já,
já, já, já! (Riendo ya sin disimulo hasta el fin del cantable)
REY
El
verlo así
qué
risa da.
GENERAL
¡Pobre
de mí!
TODOS
¡Já,
já, já, já!
ALMIRANTE
e INTENDENTE
Y
por ahí
se
marchará
vestido
así.
¡Já,
já, já, já!
TODOS
¡Já,
já, já, já!
(Hablado)
REY
¡Vamos,
señores, basta de chanza! Yo agradezco, en lo que vale, el sacrificio que por
mí ha hecho el general.
GENERAL
¡Bien
podéis agradecérmelo, señor! ¡Mi bigote era el encanto de las damas! Y además,
un general de artillería que se descañona, es el colmo de la obediencia al
soberano.
ALMIRANTE
No
hablemos más de eso. ¡Pelillos a la mar!
GENERAL
(¡Llama
pelillos a aquel bigotazo!)
REY
¡Ea,
general, andando! Salgamos por la puerta secreta. Vosotros quedáis encargados
que nadie se entere de mi marcha.
GENERAL
Sí.
¡Que no se sepa nada de esto! ¡El ejército, sobre todo, que lo ignore!
INTENDENTE
Id
tranquilo, señor.
REY
¡Vamos,
vamos! Ya estoy deseando verme libre por esos campos. ¡Basta de etiquetas
palaciegas! ¡Abajo las fórmulas cortesanas! ¡Viva la libertad!
(Vanse
rey y general por la puerta segunda derecha)
INTENDENTE
¡Dios
mío! Un rey que grita: ¡Viva la libertad!
ALMIRANTE
¡Nos
vamos a pique!
INTENDENTE
Un
grito tan imprudente
no
hay ministro que lo aguante.
ALMIRANTE
Si
es peor ponerse en frente.
INTENDENTE
¿Sí?
Pues paciencia, almirante.
ALMIRANTE
Resignación,
intendente.
(Vase
cada uno por su lado)
MUTACION
CUADRO SEGUNDO
Plaza
de un pueblo. A la derecha, en primer término, la Casa Consistorial. A la
izquierda un mesón, a cuya puerta de entrada hay una mesa y dos taburetes. Es
la caída de la tarde.
Coro
de aldeanos y aldeanas que se agrupan tumultuosamente a la puerta del mesón.
Después el Alcalde y Jeremías.
(Música)
CORO
Señor
alcalde,
señor
alcalde,
señor
alcalde,
por
caridad,
necesitamos,
señor
alcalde,
que
nos proteja
su
autoridad.
Señor
alcalde,
si
no remedia,
señor
alcalde
nuestra
ansiedad,
señor
alcalde,
señor
alcalde,
hacemos
una
barbaridad.
ALCALDE
Por
Dios, vecinos,
tened
paciencia;
por
Dios, vecinos,
dejadme
en paz,
si
las cosechas
están
perdidas
no
es responsable por Dios, callad,
la
autoridad. Por Dios, vecinos,
Por
Dios, vecinos, por Dios, vecinos,
no
ser pesados; no hagáis ninguna
por
Dios, vecinos, barbaridad.
(Hablado)
ALDEANO
1°
Basta,
basta, que hable uno solo y que diga al señor alcalde lo que queremos.
ALCALDE
Sí,
que hable uno solo, porque si gritáis tóos a la vez no varaos a entendernos.
ALDEANO
1°
Pues
bien, señor alcalde; el pueblo no pué seguir así. Los impuestos son cada vez
más credos, los campos están baldíos, los dineros andan escondíos y los pobres
estamos aburríos.
ALCALDE
De
eso ya estamos convencíos.
ALDEANO
2°
Los
tributos son muy elevaos, los campos están arrasaos, los trabajadores paraos y
toos estamos fastidiaos.
ALCALDE
Bueno;
pues quedamos enteraos.
ALDEANO
1°
Y
hay que tomar una risolución.
ALDEANO
2°
Porque
la culpa de tóo la tié el Gobierno.
TODOS
¡Abajo
el Gobierno!
ALCALDE
¡Silencio!
Con gritos no se consigue náa. Claro que el Gobierno tié la culpa; pero, ¿qué
le vamos a hacer? Yo estoy tan quejoso como vosotros, y eso que soy alcalde;
pero, además de alcalde, soy posaero y el negocio está echao a perder. Aquí no
se vende naa, se pasan los meses enteros sin despachar ni una azumbre de vino,
y el que consume no paga, y yo soy el que se consume.
ALDEANO
1°
Pues
a ver lo que hacemos.
ALCALDE
Yo
creo que lo mejor es irnos ahora mismo a la Casa Ayuntamiento y echar una
solicitud al Gobierno pidiéndole que nos perdone los tributos que van vendos y
diciendo lo malamente que lo pasamos.
TODOS
¡Eso
es! ¡Eso es!
ALDEANO
2°
No
está mal; pues a escribirla.
ALCALDE
Justo,
y que la firmen tóos.
ALDEANO
1°
¿Y
el que no sepa, como yo?
ALDEANO
2°
Pone
una cruz y santas Pascuas.
ALDEANO
1°
Bueno,
la cruz si la pondré, pero lo de Santas Pascuas tendrá que escribírmelo otro.
ALCALDE
Id
para el Ayuntamiento, que allá voy yo, y veréis cómo escribo una solicitud a
gusto de tóos.
TODOS
¡Viva
el señor alcalde! ¡Viva!
ALDEANO
1°
¡Nosotros
al Ayuntamiento y vosotras a vuestros quehaceres!
Alcalde y Jeremías
ALCALDE
¡Jeremías!
Dame un trago de vino, a ver si así cobro ánimos y tengo fuerzas pa decirle al
Gobierno too lo que merece.
JEREMIAS
(Dándole
el jarro) Ahí tenéis. ¡Por vida de los demonios!
ALCALDE
¡Hombre,
que siempre has de estar gimiendo y llorando! No en balde te pusieron el apodo
de Jeremías!
JEREMIAS
¡Pero,
tío!
ALCALDE
¡No
hay tío que valga! El hombre ha de ser hombre, y el que tengas que marcharte a
servir al rey, no es para que te aflijas de esa manera.
JEREMIAS
¡Si
no es sólo por eso!
ALCALDE
Sí,
será por lo otro; es decir, por la otra. ¡Valiente par de sobrinos me ha dao
Dios! Rosa te tiene atontao.
JEREMIAS
Porque
estoy mal correspondió. ¡Maldito sea mi...!
ALCALDE
¿Y
eso qué importa? Ella ya conoce mi voluntad. Que quiera que no quiera, cuando
vuelvas del servicio te casarás con tu prima.
JEREMIAS
¡Sí,
casarme! ¡Casarme!
ALCALDE
¿Vaya
un vino! ¡De primera! ¡Paice mentira que se venda tan poco!
ALDEANO
1°
(Desde
la puerta del Ayuntamiento) ¡Señor alcalde, que estarnas esperando!
ALCALDE
Allá
voy, hombre, allá voy. (A Jeremías) (¡Anímate, mostrenco!) (Vase al
Ayuntamiento)
Jeremías solo; después el Gobernador.
JEREMIAS
¡Sí;
anímate, anímate! Eso se dice bien, pero cuando uno está como yo, con el
corazón metió en un puño... ¡Maldita sea!... Dice mí tío que me casaré con Rosa
cuando vuelva del servicio. ¡Después de ocho años de servir al rey, pa valiente
cosa serviré ya!
GOBERNADOR
(Según
las señas que me acaban de dar, este debe ser el mesón de] alcalde) (Viene
embozado) ¡Eh! ¡Muchacho!
JEREMIAS
¿Qué
queréis?
GOBERNADOR
¿El
señor alcalde está en casa?
JEREMIAS
Al
Ayuntamiento se ha ido hace un instante. Allí lo encontraréis.
GOBERNADOR
¿Están
acaso en concejo?
JEREMIAS
No,
señor; está con los vecinos del pueblo, escribiendo una solicitud pa el
Gobierno pidiéndole no se que cosa.
GOBERNADOR
¿Sí?
(Pues esta es la mejor ocasión. Pasaré por emisario de mí mismo y
concediéndoles todo lo que pidan y repartiendo algún dinero, regocijo popular) Adiós,
muchacho.
JEREMIAS
Id
enhorabuena.
ROSA
(Dentro
cantando)
El
chorro de la fuente
vierte
agua clara,
y
con ella colores
para
mi cara.
JEREMIAS
Ahí
viene la ingrata. ¡Maldita sea mi suerte!...
Dicho y Rosa, que lleva el cántaro apoyado en la
cadera. Sale del mesón.
ROSA
¡Adiós,
primo!
JEREMIAS
¡Adiós,
prima!
ROSA
Voy
a la fuente.
JEREMIAS
Escucha
dos palabras.
Oye,
detente.
ROSA
¿Qué
tienes que contarme?
¿Es
algo nuevo?
JEREMIAS
Mira
que si te burlas
yo
no me atrevo.
ROSA
¿Decirme
que me adoras?
JEREMIAS
Precisamente.
ROSA
Ya
me lo figuraba.
Voime
a la fuente.
JEREMIAS
Pero,
mujer...
ROSA
¿Ya
gimes?
¡Jesús
qué risa!
JEREMIAS
Escúchame.
ROSA
No
puedo,
que
estoy de prisa.
JEREMIAS
Nuestro
tío desea
que
nos queramos.
ROSA
¿Sí?
Pues dar gusto a l tío...
¿Para
qué estamos?
(Deja
el cántaro en el suelo)
JEREMIAS
¿De
veras? ¿Te decides?
¡Ay,
Rosa mía!
(Rompiendo
a llorar)
ROSA
¿Lloras
porque te quiero?
JEREMIAS
¡Si
es de alegría!
ROSA
Pues
primo, te aseguro
que
me encocoras;
de
alegría o tristeza,
tú
siempre lloras.
JEREMIAS
Debo
llorar y debo
desesperarme;
hoy
vendrá la recluía
para
llevarme.
ROSA
¿Y
qué?
JEREMIAS
Quienes
que ría
si
de ti ausente
he
de pasar ocho años
seguramente?
ROSA
¿Qué
importa? No te alujes
ya
nos veremos.
JEREMIAS
¿Y
al volver, dime, Rosa,
nos
casaremos?
ROSA
¿Casarnos?
Es asunto
muy
delicado.
Yo,
francamente, primo,
no
lo he pensado,
JEREMIAS
Pues
piénsalo.
ROSA
¡Imposible!
te
lo confieso.
¡Pensar
yo en matrimonio!
¿Quién
piensa en eso?
JEREMIAS
¿Luego
tú me desprecias?
¡Tú
no me quieres!
(Llorando
amargamente)
ROSA
¡Dale
que dale! ¡Hombre,
qué
terco eres!
Como
primo, contigo
soy
cariñosa...
JEREMIAS
¿Y
como esposo?
ROSA
Eso...
ya
es otra cosa.
JEREMIAS
Estoy
con tus amores
entontecido.
ROSA
Pues
yo no quiero un tonto
para
marido.
Por
ser primos, no hagamos
una
bobada,
que
es la boda entre primos
una
primada.
Y
el que a su prima se une,
¡cosa
sabida!,
se
expone a ser un primo
toda
la vida.
JEREMIAS
Pues,
bueno; aunque lo sea,
por
todo paso.
ROSA
Hombre,
sólo por eso
ya
no me caso. (Coge el cántaro)
JEREMIAS
Por
tí me estoy muriendo.
ROSA
¡Cosa
más rara!
¡Muriendo!
Y me lo dices
con
esa cara.
Tú,
tan sano y rollizo,
morir
amando...
JEREMIAS
¡Me
engordan los disgustos
que
estoy pasando!
¡Me
dan unas tristezas
hace
unos días!
ROSA
Vaya,
no tengo ganas
de
tonterías.
JEREMIAS
¡Ay,
Rosa, que me muero!
ROSA
¿Tú?
JEREMIAS
De
repente,
ROSA
Pues
abur, que te alivies.
Voy
a la fuente.
(Vase
riendo por el último término de la derecha.
Jeremías solo
JEREMIAS
¡Y
se marcha! ¡Maldigo
mi
suerte perra!
Soy
lo más desgraciao
que
hay en la tierra:
y
entoavía (Llorando)
quieren
Rosa y mi tío
que
yo me ría.
(Hablado)
ALCALDE
(Desde
la puerta del Ayuntamiento) ¡Eh; Jeremías! ¡Muchacho!
JEREMIAS
¿Qué
mandáis?
ALCALDE
Súbete
de la bodega el pellejo de vino que está empezao, y dáselo a este pa que nos lo
traiga. (Señalando al mozo que sale del Ayuntamiento y va al mesón)
JEREMIAS
¡Voy,
voy! ¡Maldita sea m! suerte, amén! (Entra en el mesón con el mozo)
El Rey y el General por el último término de la
izquierda. Luego Jeremías
REY
¡Qué
agradable tranquilidad! ¡Qué paz tan envidiable! ¡Lo que yo he disfrutado en
estas horas no puedes tú comprenderlo!
GENERAL
Efectivamente,
no lo comprendo, porque vengo derrengado.
REY
Ya
descansaremos, hombre, ya descansaremos. Allí hay un mesón. Sí tan fatigado
estás, pasemos en él la noche.
GENERAL
(¡Ay,
colchones de mi cama, cuánto os voy a echar de menos!)
REY
Pero
antes cenaremos, ¿eh?
GENERAL
Como
dispongáis.
REY
¡Ah,
de casa! ¿Quién sirve aquí? ¡Mesonero! ¡Mesonero!
GENERAL
¡Mesonero!
(Al ir violentamente a entrar en el mesón tropieza con el mozo que sale
llevando el pellejo del vino) ¡Animal!
JEREMIAS
(Saliendo
tras el mozo) ¿Qué es eso? ¿Quién da tantas voces?
GENERAL
Nosotros.
JEREMIAS
Pues
no traéis poca prisa.
GENERAL
¿Eh?...
(Haciendo marcadamente el además de buscar la empuñadura del sable)
REY
(¡Cálmate,
hombre!)
GENERAL
(Tal
falta de respeto)
REY
(¿Pero
qué respeto quieres que tengan a un par de pastores?)
GENERAL
(¡Es
verdad! Me olvidaba de lo que somos. Mejor dicho de lo que no somos)
REY
A
ver, mozo.
JEREMIAS
¿Qué
es lo que queréis?
REY
Cenar
ante todo. Tengo un hambre espantosa. ¿Qué es lo que hay?
JEREMIAS
Lo
que hay pué que sea demasiado caro pa vosotros.
REY
(Eso
tiene gracia) Sepamos, sepamos lo que es.
JEREMIAS
Pues
tenéis judías estofadas.
GENERAL
(¡Jesús!)
REY
Magnifico.
¿Y qué más?
JEREMIAS
Y
atún en escabeche.
GENERAL
(¡María
Santísima!)
REY
¡Excelente!
Trae dos raciones de cada cosa.
GENERAL
¡Pero
señor!... (Aparte al rey)
REY
¡Anda,
volando! (Vase Jeremías)
GENERAL
Pero,
señor, ¿y vamos a cenar esas porquerías?
REY
¿Y
por qué no? Esto es, precisamente, lo que me seduce, que me traten como o un
cualquiera: y sobre todo, cenar con verdadero apetito. Desengáñate, general; a
buen hambre no hay pan duro.
GENERAL
El
pan duro sería lo de menos. Lo terrible, a estas horas, son el escabeche y las
judías estofadas.
REY
Pero,
qué tonterías dices. ¿Quieres que en un mesón como éste nos ofrezcan faisanes y
salmón? Comamos lo que nos den, y déjate de repulgos de empanadas.
GENERAL
(¡Empanada!
¡Que más quisiéramos!)
REY
Yo
te aseguro que en las tres leguas que hemos andado a pie se me ha despertado un
apetito devorador.
GENERAL
Pues
yo no tengo más que ganas de descansar. Estoy rendido. (Sentándose y
levantándose inmediatamente) ¡Ay, señor, perdonad!
REY
¿Qué
es ello?
GENERAL
Me
había sentado sin permiso en vuestra presencia.
REY
Pero
hombre, ¿cuándo acabarás de convencerte de que por añora no somos un rey y un
general, sino simplemente dos pobres pastores, tan pobres, que no tenemos ni
aun rebaño?
GENERAL
Sin
embargo, señor...
REY
Trátame
con toda confianza, porque si no van a sospechar. Nada de cumplimientos entre
nosotros. Tutéame, hombre, tutéame.
GENERAL
Pues...
chico, con tu permiso, (Sentándose) Estoy reventado.
REY
Así
me gusta verte.
GENERAL
¿Cómo?
¿Reventado? (Levantándose)
REY
No,
hombre. Tratándome de igual a igual.
GENERAL
¡Ah!
(Volviendo a sentarse)
JEREMIAS
Aquí
están ya las judías. (Pone sobre la mesa una fuente honda de judías humeantes con
dos cacharas de palo. El general ofrece al rey el taburete de la derecha y él
se sienta en el de la izquierda)
REY
¡Qué
olorcillo tan apetitoso!
GENERAL
(¡Pobre
de mí. Esta noche cólico seguro)
JEREMIAS
¿Traigo
un jarro de vino?
REY
¡Hombre,
si! ¡Un jarro! ¡No, dos! (Vase Jerónimo) ¡Esto es encantador! ¿Qué diferencia
de los banquetes de Palacio, ¿eh?
GENERAL
¡Ya
lo creo que hay diferencia!
REY
Aquello
ya hastía. Siempre diez o doce platos.
GENERAL
¡Y
aquí ninguno! La fuente sola y dos cucharas de palo.
REY
¡Este
guiso está delicioso! (Comiendo) ¡Anda, hombre, come!
GENERAL
¡Señor!
¡Esperaré, al menos, a que hayáis acabado!
REY
Repito
que no te andes en ceremonias. Figúrate que estamos en consejo. ¡Mete la
cucharada!
GENERAL
Pues
lo mandáis, sea. (Comiendo)
REY
¡Riquísimas!
GENERAL
¡Sí,
no están malas!
REY
¡Eh!
¿Qué es esto?
GENERAL
Una
hoja de laurel.
REY
Toma,
general, la gloria para ti. (Con énfasis)
JEREMIAS
Aquí
está el vino. (Poniendo los dos jarros sobre la mesa.
REY
¡Venga!
(Bebe)
GENERAL
(¡Bueno
será el vinillo!)
REY
¡Excelente!
GENERAL
(Después
de beber) No es del todo desagradable,
REY
Un
trago de esto alegra a cualquiera. ¿No es verdad, muchacho?
JEREMIAS
Sí;
a cualquiera que pueda alegrarse. Lo que es a mi, pa eso, no me bastaría con
toó lo que hay en la bodega.
REY
¿Pues
qué te pasa, hombre?
JERMIAS
¿Qué
me ha de pasar? Que tengo que marcharme del pueblo pa ir a servir al rey.
¡Maldito sea el rey! (Vase)
GENERAL
(Con
la boca llena y levantándose amenazador) ¡Insolente!
REY
(Riendo)
Déjale, hombre, déjale. Esa sinceridad es encantadora.
GENERAL
Señor;
es que hay ciertas cosas que yo, como general, no puedo tolerarlas.
REY
Como
general, no; pero como pastor no debes incomodarte. Ya ves la frescura con que yo
las tomo.
GENERAL
¡Admiro
vuestra tranquilidad!
JEREMIAS
¡Aquí
está el escabeche! (Poniendo sobre la mesa otra fuente con dos tenedores de
madera y recogiendo la de judías)
REY
¡Magnífico
trozo! ¡Qué buena facha tiene! ¡Y con sus cebolletas y todo! Debe de estar muy
sabroso. De esto sí que voy a comer con gusto.
GENERAL
¡Por
Dios, señor, no abuséis, que el atún es un alimento muy fuerte! ¡Os puede hacer
daño!
REY
¡Déjame
en paz, hombre, déjame en paz! (Comiendo)
GENERAL
(¡Dios
mío! ¡La felicidad de un país dependiendo de un pedazo de atún… en escabeche!)
Dichos y Rosa, que viene con el cántaro.
(Música)
ROSA
El
chorro de la fuente (Dentro)
vierte
agua clara,
y
con ella colores
para
mi cara. (Entra en escena)
Santas
y buenas tardes.
REY
¡Dios
mío, qué mujer!
(Se
levanta)
GENERAL
(Al
rey se le han quitado
las
ganas de comer)
REY
(¡Qué
hermosa es la zagala!)
ROSA
(¡Qué
lindo es el pastor!)
JEREMIAS
(La
ingrata ni aún me mira)
GENERAL
(¡Es
guapa, sí, señor!)
ROSA
Si
queréis agua fresca, (Al rey)
os
la puedo ofrecer:
en
la fuente ahora mismo
la
acabo de coger.
REY
No
es agua lo que quiero
para
calmar mi ardor,
que
al verte, niña hermosa,
yo
siento sed de amor.
ROSA
No
se me acerque tanto.
(¡Qué
audaz es el pastor!)
para
apagar el fuego
el
agua es lo mejor.
JEREMIAS
(¿Qué
se estarán hablando?
¡Ay,
sí será de amor!
si
fuera yo valiente
pegaba
a ese pastor)
GENERAL
(El
rey se va animando,
pues
esto es lo mejor,
que
olvidará otras cosas
pensando
en el amor)
ROSA
(Al
rey, ofreciéndole con el cántaro)
Si
tanta sed le abrasa,
lo
más sencillo
es
beber unos sorbos
del
cantarillo.
REY
(Disponiéndose
a beber)
Dame,
que tengo el pechó
como
una fragua.
GENERAL
(Acercándose)
(Detrás
del escabeche
no
bebáis agua)
REY
(¡Quítate
allá!
¡Déjame
al fin que goce
de
libertad!)
(A
Rosa)
Honores
y riqueza
no
me otorgó la suerte;
yo
sólo, hermosa niña,
amor
puedo ofrecerte.
Su
mísera cabaña
te
brinda este pastor.
¿Me
quieres siendo pobre?
Responde,
por favor:
ROSA
Ni
honores ni riqueza
jamás
pedí a la suerte;
cariño
sólo anhelo,
cariño
hasta la muerte.
Y
en la cabaña humilde amante atan;
de
mísero pastor
habitaré
dichosa
si
en ella encuentro amor.
REY
¿Luego
me quieres? ¡Di!
ROSA
¿A
qué negarlo? Sí.
REY
(Al
general)
¿Lo
oíste?
GENERAL
Ya
lo oí.
JEREMIAS
(Yo
estoy fuera de mí)
REY
Tus
ojos tienen
para
los míos
irresistible
seguro
imán;
por
eso en ellos,
la
luz buscando,
los
míos siempre
se
mirarán.
ROSA
En
mí tus ojos
se
miren siempre,
buscando
en ellos
amante
afán;
mas
ay, que temo
pastor
querido,
si
esos tus ojos
me
engañarán.
GENERAL
(El
rey se anima
con
la mozuela:
qué
entusiasmados
los
dos están!
Es
conveniente
que
se distraiga,
pues
esto ayuda
a
nuestro plan)
JEREMIAS
(Yo
estoy furioso,
yo
estoy que trino,
¡Qué
entusiasmados
los
dos están!
¡No
soy valiente
mas,
si esto sigues
de
mis casillas
me
sacarán!)
(Hablado)
JEREMIAS
(Me
voy, me voy adentro, porque no puedo ver ciertas cosas. (Al general) Decid a
vuestro compañero que se ande con cuidao conmigo, porque soy capaz de pegarle
un estacazo.
GENERAL
¡Un
estacazo? (Conteniéndose) ¿Y por qué?
JEREMIAS
Porque
esa muchacha es mi prima, y porque la quiero, y sobre too porque me da la real
gana. (Vase)
GENERAL
(No,
a quien le da la real gana es a él)
REY
No
tardes, vida mía. Aquí te espero. (Acompañando a Rosa hasta la puerta)
ROSA
En
seguida estoy de vuelta. (Vase)
REY
(Viniendo
junto al general) ¡Ay, general! ¡Qué muchacha tan seductora! Este es el amor
que halaga, el verdadero amor. Me quiere por mí, solo por mí, creyéndome un
pastor miserable.
GENERAL
Sin
embargo, señor, yo os aconsejo un poco de prudencia. Ese mozo que acaba de irse
es primo de esa joven y la quiere y ha dicho... no me atrevo a repetir lo que
ha dicho.
REY
¿Qué?
GENERAL
Que
iba a pegaros un estacazo.
REY
¿A
mí? ¿A su rey? (Con altanería)
GENERAL
Pero,
señor, ¿no hemos quedado en que aquí no sois más que un pastor?
REY
Es
verdad. Pues que se atreva y de igual a igual nos veremos las catas. (Con aire
de bravucón)
GENERAL
(¡No
nos faltaba más que esto!)
REY
Déjame,
déjame gozar de esta independencia encantadora. ¡Con esto soñaba yo! Un viaje
así, una aventura así, un traje así, y una cena así.
GENERAL
¡Señor,
no me recordéis la cena!
Dichos, Alcalde y aldeano que salen del Ayuntamiento;
luego Rosa.
(Tras ellos misteriosamente sale el gobernador)
ALDEANOS
¡Viva
el alcalde!
OTROS
¡Viva!
ALCALDE
¡Viva
el gobierno!
TODOS
¡Viva!
REY
(Al
general) ¡Eh! ¿Qué es eso?
GENERAL
Ya
lo veis, que el pueblo está satisfecho y alegre, como en todas partes.
REY
Más
vale así. ¡Ah! Ella sale. (Reparando en Rosa que sale del mesón. Va a su lado y
habla amorosamente, sentado él en la mesa y ella en el taburete de la izquierda)
ALCALDE
A
ver, muchachos, avisad a las mozas y que venga la música y que empiece el
baile. Quiero que os divirtáis mucho, pero mucho.
ALDEANOS
¡Viva
el alcalde!
OTROS
¡Viva!
(Vanse en distintas direcciones algunos; otros se quedan en la plaza)
GENERAL
En
todo esto veo la mano del gobernador. Sí: debe de ser aquel embozado. Hay que
evitar que el rey le conozca. Aprovecharé este momento en que está entretenido
con la mozuela.
REY
(A
Rosa) ¡Te quiero, te quiero con toda mi alma!
GENERAL
(Se
acerca al gobernador. En voz baja) (Gobernador)
GOBERNADOR
¡Eh!
¿Quién? (Sorprendido)
GENERAL
Soy
yo; ¿no me conocéis?
GOBERNADOR
¡Vos!
¡General, en ese traje!
GENERAL
(¡Silencio!)
GOBERNADOR
¿Qué
hacéis aquí?
GENERAL
Acompaño
al rey. Mirad allí está.
GOBERNADOR
Que
no me vea.
GENERAL
Retiraos.
GOBERNADOR
Me
vuelvo a la corte. Ya veis que el pueblo está bien preparado
GENERAL
Muy
bien.
GOBERNADOR
Lo
que necesito saber es a dónde vais desde aquí.
GENERAL
¿Desde
aquí? Pues... si seguimos cenando como esta noche, nos iremos al otro mundo.
GOBERNADOR
No
debo detenerme. Adiós.
GENERAL
Adiós.
(Vase por el último término derecha)
Dichos menos el Gobernador. Jeremías que sale del
mesón.
REY
¡Rosa,
Rosa mía!
JEREMIAS
(¡Nada!
que no se separa de ella. Maldita sea... Me están dando unas ganas de...)
ALCALDE
Jeremías:
saca vino y que beba por mi cuenta too el que tenga gana. Da un trago a este
pastor.
GENERAL
Gracias;
acabo de cenar con mi compañero.
ALCALDE
(A
Jeremías) Pues no les cobres ná. Hoy paga la fiesta el Municipio, porque ha
salido de trampas.
GENERAL
(No
digas eso, hombre) (¡Si lo oye el rey!)
ALCALDE
¿Por
qué no he de decirlo? Ha venido un emisario del gobierno y nos ha perdonao...
GENERAL
(Llevándoselo
aparte) ¡Chis! No digas eso tampoco.
ALCALDE
¿Que
no? Pues la verdad se debe decir, tenemos un gobierno que vale cualquier cosa.
GENERAL
Eso
si, eso sí debe decirse.
ALCALDE
Pues
gritad conmigo: ¡Viva el gobierno!
GENERAL
De
eso se trata, de que viva. ¡Viva!
ALDEANOS
¡Viva!
Dichos. Coro general de aldeanos v aldeanas. Luego
cuatro músicos que tocan violines,
flauta y tamboril
(Música)
CORO
Ahí
llega ya la música,
venid
todos acá,
los
viejos y los jóvenes
dispuestos
a gozar.
Hoy
todo es aquí júbilo,
el
pueblo alegre está;
muchachas,
dispongámonos
contentos
a bailar.
¡A
bailar!
Aquí
está ya la música,
el
baile va a empezar.
¡A
bailar!
¡A
bailar!
(Entran
los músicos que se colocan en el centro)
ROSA
(Al
rey)
¿No
bailas, tú?
REY
Sí.
¿Por qué no?
ROSA
Pues
anda ya.
REY
Allá
voy.
(Cogiendo
a Rosa y colocándose entre los que van a bailar)
JEREMIAS
(¡Baila
con él!
¡Pobre
de mí!)
GENERAL
(¡Dios
mío! ¡El rey
bailando
aquí!)
BAILE
CORO
Oyendo
el son alegre
de
la danza del lugar,
no
hay uno que no sienta
los
deseos de bailar.
Los
mozos y las mozas
que
se abrazan sin temor,
avivan
más la llama
de
la hoguera de su amor,
Venid
aquí,
volved
allá,
la
vuelta así
mejor
se dá.
Volved
allá.
venid
aquí.
¡Qué
gusto da
bailar
así!
se
animan las parejas,
y
saltando sin cesar
se
juntan se separan
y
se vuelven a juntar.
No
hay nadie que se rinda,
y
en alegre agitación
más
salta que las piernas
el
alegre corazón.
Venid
aquí
volved
allá, etc.
(Se
oye lejano un tambor)
UNOS
¿Oís?
OTROS
¡Callad!
ALCALDE
¡Silencio!
TODOS
Es
marcha militar.
ALDEANOS
(Que
han ido al foro)
Un
grupo de soldados
dirígese
hacia acá.
JEREMIAS
¡Dios
mío! ¡La recluta!
REY
(¿Qué
es eso, general?)
GENERAL
(Que
vienen a llevarse
los
mozos del lugar)
REY
(Por
mí, que se los lleven,
lo
mismo se me da.
Dejándome
las mozas,
no
necesito más)
Dichos, un oficial y doce soldados, que se forman en
el foro
CORO
¡Salud
a los soldados!
OFICIAL
¡Alto!
¡Descansen! ¡Ar!
¿En
dónde está el alcalde?
ALCALDE
¡A
la orden, oficial!
JEREMIAS
(Me
llevan, y la ingrata
con
él se quedará)
ALCALDE
(Presentando
al oficial a Jeremías y dos mozos más)
Los
mozos, ved, son estos.
OFICIAL
¿Son
estos nada más?
JEREMIAS
Aquél
también es mozo.
(Señalando
al rey, que habla con Rosa)
¿Por
qué no lo lleváis?
OFICIAL
¿Aquél?
(Acercándose
al rey y dándole una palmada en el hombro)
A
ver, muchacho.
ALCALDE
¡Debe
tener la edad!
OFICIAL
¿Tú
al rey no habrás servido?
REY
No
le serví jamás. (Riendo)
OFICIAL
Pues
vente con nosotros.
GENERAL
(¡Jesús,
qué atrocidad!)
REY
(Aparte
al general)
Servirme
yo a mí mismo,
esto
es lo natural,
y
no, que por la fuerza
me
sirvan los demás.
OFICIAL
¡Andando!
GENERAL
(Al
Rey) (No consiento
esa
temeridad.
La
broma ya es pesada
Decid
quién sois)
REY
(¡Jamás!
Conoceré
de cerca
la
vida militar)
GENERAL
(¿Cómo
le dejo solo?)
OFICIAL
¡En
marcha! ¡Vamos ya!
REY
¡Adiós,
hermosa niña!
(A
Rosa)
ROSA
¿De
mi te olvidarás?
REY
Tu
celestial recuerdo
mi
pecho guardará.
GENERAL
(De
pronto al oficial)
¡Yo
voy de voluntario!
OFICIAL
¡Sois
viejo... pero andad!
Que,
al fin, para ranchero
podréis
servir quizás.
(Los
aldeanos se ríen)
GENERAL
¡Ranchero
yo! (Al Rey)
REY
(Paciencia,
querido
general.
Ya
ves que yo la tengo
y
valgo un poco más)
OFICIAL
¡Tambor!
¡Soldados! ¡Firmes!
¡Armas
al hombro! ¡March!
CORO
Ya
se van los mozos
con
su capitán;
quiera
Dios que vuelvan
todos
los que van.
REY
(Estas
aventuras
gran
placer me dan;
lo
que es por la corte
tarde
me verán)
ROSA
(Despertó
en mi pecho
amoroso
afán.
Pero,
¿quién se fía
de
los que se van?)
GENERAL
(Dicen
que ranchero
a
nombrarme van;
cuando
me conozcan
me
las pagarán)
JEREMIAS
(Si
los dos tenían
Amoroso
plan,
ahora,
al separarse.
cómo
rabiarán)
Desfile
de los soldados. Detrás de ellos el rey, Jeremías, el general. Al pasar el rey
al lado de Rosa se separan algo de las filas para abrazarla. Jeremías se
interpone. Vanse todos por último término izquierda. Los aldeanos y aldeanas los
despiden cariñosamente)
FIN DEL ACTO PRIMERO
ACTO SEGUNDO
CUADRO TERCERO
Patio
en un castillo. Al foro muralla, por encima de la cual se ve el campo. A la
derecha, primer término, gran puerta que da al campo. A la izquierda, puerta
que conduce al interior del castillo. En segundo término, derecha, puertecilla
del cuerpo de guardia.
Aparece
la escena sola. Un centinela con capuchón se pasea por la muralla. Empieza a amanecer.
Preludio y diana. Cruzan la escena varios soldados. El Rey y el General.
GENERAL
Señor,
¿cómo habéis pasado la noche?
REY
Perfectamente.
He dormido como un lirón.
GENERAL
Os
envidio. Yo, en los tres días que llevamos en este cuartel, no he podido pegar
los ojos. ¡Estas camas son infernales.
REY
Pues
culpa tuya es, mi querido general. Si hubieras procurado para el ejército más
comodidades, ahora disfrutarías de ellas.
GENERAL
Tenéis
razón, señor; yo os aseguro que en cuanto volvamos a la corte lo primero que
propondré en Consejo será el decreto siguiente: Artículo primero: La cama del
soldado se compondrá de tres colchones de lana y dos almohadas de pluma.
Artículo segundo: El rancho será nutritivo, suculento y variado. Variado sobre
todo. ¡Estoy ya de patatas hasta aquí!
REY
Pero,
hombre, ¿también te quejas del rancho?
GENERAL
No,
de lo que me quejo es del estómago.
REY
¡Qué
delicado eres!
GENERAL
Decidme,
señor, ¿pensáis que permanezcamos aquí muchos días más?
REY
Ya
veremos. Por ahora me encuentro bien.
GENERAL
(¡Dios
mío de mi alma!)
REY
Soy
feliz haciendo esta vida de simple soldado. Te aseguro que nunca me he
divertido más.
GENERAL
(Yo
sí que estoy divertido)
REY
Y
tú no tienes motivo para estar quejoso. El capitán, atendiendo a tus años de
servicios, ya ves que te ha encargado de la instrucción de reclutas. ¿Qué más
quieres? ¿No te hace gracia?
GENERAL
Absolutamente
ninguna.
REY
Pues
a mí sí. Lo único que me molesta son tus constantes observaciones. «Señor, no
hagáis esto; señor, no hagáis lo otro; señor, no hagáis lo de más allá.» Eso es
capaz de aburrir a cualquiera.
GENERAL
Pero...
REY
Salí
de palacio para hacer lo que me diese la gana, no para estar como allí,
obligado a guardar ciertas forjas y a tener ciertas consideraciones Te aseguro
que ya me pesa el no haber venido solo.
GENERAL
Gracias,
señor. (Y ese gobernador sin llegar. ¿Si no habrá recibido mi aviso?
REY
Ahí
viene nuestro capitán. ¡Cuidado con la menor indiscreción!
Dichos y el capitán
CAPITAN
(Como
riñendo con alguien que está dentro sale del cuerpo de guardia) ¡Al calabozo inmediatamente!
¡No tolero la más pequeña falta en el cumplimiento del deber!... ¿Qué hacéis
aquí vosotros?
REY
A
la orden, mi capitán. (Cuadrándose militarmente) (Cuádrate, general)
GENERAL
¡A
la orden! (Cuadrándose) (¡Si yo te pillara a mis órdenes!)
CAPITAN
¿No
sois vos el encargado dé la instrucción de reclutas?
REY
Sí,
señor, este es.
GENERAL
Servidor.
CAPITAN
¿Y
estáis seguro de cumplir dignamente esa comisión?
GENERAL
Me
parece que sí.
REY
Ya
lo creo que la cumplirá. Eso, yo os lo garantizo.
CAPITAN
¡A
callar! A tí no te lo pregunto. ¡Pues hombre! Me gusta la falta de respeto.
¡Cuidadito conmigo!
GENERAL
(¡Anda,
toma bromitas!)
REY
Perdonad,
mi capitán.
CAPITAN
(Al
General) ¿Conocéis la nueva táctica del general consejero de la guerra?
GENERAL
¿Yo?
(¡Preguntarme a mí si conozco una obra que me ha costado tanto trabajo!)
CAPITAN
Vamos,
responded. ¿La sabéis, sí o no?
GENERAL
Me
la sé de memoria.
CAPITAN
Pues
esa es la que hay que aplicar.
GENERAL
Naturalmente,
como que es la mejor que se ha escrito.
CAPITAN
¿Qué
entendéis vos de eso? Esa táctica es un tejido de disparates. (EJ general va a
contestar y el rey le contiene)
REY
(Te
prohíbo que hables)
CAPITAN
¡Una
sarta de desatinos! Pero no somos nosotros los llamados a juzgarla. El gobierno
ordena que se siga esa, y esa se sigue. Quien manda, manda.
(Toque
de corneta) Toque de instrucción. ¿No oís? ¡Vamos! ¡Pronto!
REY
(Saluda)
(¡Anda, general! ¡A desasnar reclutas!)
GENERAL
(¡Qué
cosas sufre un hombre por no presentar la dimisión!) (Vanse)
Capitán y luego Jeremías que sale por el último
término derecha
CAPITAN
¡Decir
que es buena la táctica del general! No puedo oírlo con calma. ¡La única
táctica posible es la que yo he escrito, la que no han querido aprobar en
Consejo! (Pasea en segundo término, de puerta a puerta)
JEREMIAS
(Por
el último término derecha) ¿Qué toque habrá sido el que ha sonado ahora? Cada
vez que oigo la corneta me echo a temblar. No soy capaz de entenderla en toda
mi vida.
CAPITAN
¡Venirme
a mí con tácticas! (Sigue gruñendo y hablando entre dientes)
JEREMIAS
¡Tararí,
tararí! ¡Tí, tí!... ¿Qué querrá decir eso? Yo estoy confundido. Ayer, cuando me
presenté creyendo que tocaban a rancho, resultó que tocaban a pienso. (Toque)
¡Otra vez la cornetita! Nada, que no entiendo ese toque.
CAPITAN
Animal,
¿qué haces aquí? ¿No oyes que llaman? (Le da un puntapié)
JEREMIAS
Este
es el primer toque que he comprendido perfectamente. (Vase)
CAPITAN
No
hay que darle vueltas. En este país el verdadero mérito siempre está
postergado. (Vase primer término izquierda)
(La
escena sola un momento. Después el pelotón de reclutas, el último de ellos
Jeremías, dirigidos por el general, marcando el paso. Atraviesan de izquierda a
derecha por el último término, sin detenerse y diciendo a compás en voz alta. —«¡Un!
¡Dos! ¡Un! ¡Dos!»)
Centinela, alcalde y Rosa
ALCALDE
(Dentro)
¡Sóo! «¡Canela!» ¡Estate quieto, «Morico»! ¡Vamos, mujer, apéate! Y amarra esa
más lejos, que no estén las dos bestias juntas. ¡Ajajá! (Entrando) Gracias a
Dios que hemos llegao. Ya estarás satisfecha.
ROSA
Sí
que lo estoy.
ALCALDE
El
demonio que os entienda a las mujeres. Cuando estabas al lado de Jeremías no
pagabas su cariño más que con desprecios, y desde que se lo trajeron al
cuartel, no has pensao más que en venir a verlo. Pues ya estás aquí. ¡Qué contento
se va a poner! Y el muy bruto me aseguraba que tú no le querías.
ROSA
No
es tan bruto, tío.
ALCALDE
¡Qué
ha de ser! Lo que hay es que tú le tiés atontao. ¿Por donde andará ahora? ¡Eh!
¡Militar!
CENTINELA
¿Qué
hay?
ALCALDE
¿Sabéis
de un soldado nuevo a quien naman por mal nombre Jeremías?
CENTINELA
No
le conozco. Buscad al capitán y preguntádselo.
ALCALDE
¿Y
por dónde anda el capitán?
CENTINELA
Por
allá dentro.
ALCALDE
Pues
espérame aquí. Al momento salgo. (Vase por el último término)
Rosa, sola.
(Música)
ROSA
Mi
tío se figura
que
por mi primo
vine
aquí yo,
mas
no es por Jeremías,
que
vengo sólo
por
mi pastor.
Yo
que siempre de los hombres me burlé,
yo
que siempre de los novios me reí,
yo
que nunca sus lisonjas escuché,
hoy
en busca de un amante vengo aquí.
Quiero
ver si me ha olvidado el muy bribón,
quiero
ver si su palabra cumple fiel
y
si guarda en su amoroso' corazón
el
amor que guarda el mío para él.
¡Ay,
de mí! ¡Ay, de mí!
Si
acabaré llorando
yo
que siempre reí.
En
mi pecho del amor jamás asentí
el
inquieto y angustioso palpitar
mas
si incauta entre sus redes me prendí,
¿qué
he de hacer sí no lo puedo remediar?
¡No
está bien que con engaño y sin rubor
atrevida
busque al novio en el cuartel,
pero
es tanto mi cariño a ese pastor
que
al infierno si es preciso iré por él!
¡Ay,
de mí! ¡Ay, de mí!
Si
acabaré llorando,
yo
que siempre reí.
(Se
queda pensativa junto al cuerpo de guardia)
Dicha y el Rey.
REY
Mientras
con los reclutas
él
ocupado está,
me
marcho alegre y solo,
con
toda libertad,
con
toda libertad.
Y
luego... ¡que me busquen!
¡Ay,
pobre general!
¡Cuando
mi carta lea
qué
salto va a pegar!
(Se
dirige resueltamente a la derecha)
ROSA
¡Es
él! (Sorprendida)
REY
¿Qué
miro? ¡Rosa!
¡Feliz
casualidad!
¿Tú
aquí?
ROSA
Por
Dios, prudencia,
que
pueden observar.
En
busca de mi primo
mi
tío vino acá,
y
yo, sólo por verte,
le
quise acompañar.
REY
¿Por
mí?
ROSA
Por
tí. ¿Lo dudas?
REY
¡Oh,
qué felicidad!
¡El
sí que fue mi encanto
escuche
una vez más!
ROSA
Siempre
lo escucharás.
REY
Si
es verdad que este pobre soldado
inspira
ese amor;
si
por mí solamente has venido
venciendo
el temor,
no
te niegues a darme la prueba
que
exijo de ti:
ven
conmigo, seremos felices
muy
lejos de aquí.
ROSA
¡Marchar
contigo!
Calla,
por Dios,
ni
tú eres libre
ni
lo soy yo.
REY
¡Lazos
odiosos
rompamos
ya,
goza
conmigo
de
libertad!
Sin
que nadie sospeche la tuga,
juntitos
los dos,
de
la dicha que amor nos ofrece
volemos
en pos.
¡De
mi puro cariño el tesoro
será
para ti;
no
vaciles, no dudes, no temas;
huyamos
de aquí!
ROSA
(De
su voz el acento amoroso
a
mi alma llegó.
¡Ay
de mí, que no puedo aunque quiera
decirle
que no!)
En
el bien que me ofreces confío
vivo
sin ti;
no
vacilo, no dudo, no temo;
marchemos
de aquí.
ROSA
Yo
diera, atrevida,
mi
vida
por
ti.
REY
Al
punto volemos,
marchemos
de
aquí.
LOS
DOS
Felices
seremos.
Al
punto
volemos;
marchemos
de
aquí,
(Vanse)
Jeremías, el General y Reclutas, que pasan de derecha
a izquierda, lo mismo que antes, en sentido contrario.
(Hablado)
GENERAL
Y RECLUTAS
¡Un,
dos! ¡Un, dos!
GENERAL
(¡Y
ese gobernador sin venir!) ¡Un, dos! ¡Un, dos! (Vanse dentro,) ¡Alto! ¡Descansen!
ALCALDE
¡Sobrino!
(Dentro)
JEREMIAS
¡Tío!
(Idem)
ALCALDE
Gracias
a Dios que te echo la vista encima.
Centinela, Alcalde y Jeremías entrando en escena.
ALCALDE
Ven
acá, hombre, ven acá. Aquí está Rosa, que se ha empeñao en venir conmigo sólo
por verte.
JEREMIAS
¿Por
verme a mí, eh? Por ver al otro sí que habrá venío.
ALCALDE
¿A
qué otro?
JEREMIAS
Al
pastorcillo con quien bailó la otra noche en el pueblo.
ALCALDE
Pero
qué desconfiao eres. Ahora te convencerás. Vas a oír de la propia boca de tu
prima que está muerta por tus peazos, peazo de bruto. Me paece que fue en este
patio donde yo la dejé esperándome. ¡Rosita! ¡Rosa! ¿Dónde está esa chica? Pues
aquí fue, sí, porque esta es la entrada del cuartel, y el mismo centinela.
¡Centinela!
CENTINELA
¿Qué
ocurre?
ALCALDE
¿Sabéis
dónde está esa muchacha que venía conmigo?
CENTINELA
Hace
poco salió de aquí con un recluta.
ALCALDE
¿Con
un recluta?
JEREMIAS
¡Con
el otro! ¿No os lo decía yo? ¡Maldita sea mi!...
ALCALDE
Pero,
¿adonde han ido?
CENTINELA
Yo
qué sé. Por esa puerta, hacia el campo se fueron.
ALCALDE
¡Demonio!
¡No están las caballerías! (Viendo desde la puerta)
JEREMIAS
¿Lo
veis? Se han escapado juntos.
ALCALDE
Voy
a dar parte al capitán inmediatamente. Y a ella, en cuanto la coja, le pego una
paliza que la deslomo. (Vase puerta primer término izquierda)
JEREMIAS
Pues
yo no me quedo así. Voy corriendo a ver si los alcanzo. (Vase)
General y después un Corneta.
GENERAL
Nada,
nada, no aguanto más. Al rey le divertirán estas bromitas, pero a mí no me
hacen maldita la gracia.
CORNETA
(Sí,
este es) ¡Eh!
GENERAL
¿Qué
hay?
CORNETA
Una
carta que me han dado para vos, con el encargo de no entregárosla hasta que
acabarais la instrucción.
GENERAL
¡Una
carta! ¿De quién?
CORNETA
De
un recluta que debe de estar bien de dinero, porque me ha dado una buena
propina. Tomad.
GENERAL
¿Qué
será esto? (La abre) ¡Letra del rey! Está bien. Vete.
CORNETA
Con
dinero en la bolsa no hay más camino que el de la cantina. (Vase)
GENERAL
(Leyendo)
«Harto
ya de tus consejos,
quiero
hacer mi voluntad,
y
me voy lejos, muy lejos,
ansioso
de libertad.
No
intentes seguir mi pista,
pues
adonde voy no aciertas.
General,
hasta la vista.
Salud
y que te diviertas.»
Esto
sí que no lo esperaba yo. ¡Ay! A mí me va a dar algo. ¡El rey solo por ahí!
Esto es imposible. Mi responsabilidad es tremenda. Ha llegado el caso de descubrirlo
todo y de averiguar a todo trance su paradero. ¡Capitán! ¡Capitán! ¡A ver!
¡Aquí inmediatamente! ¡Yo lo mando!
SOLDADO
1°
¿Qué
es eso?
SOLDADO
2°
¿Qué
pasa?
SOLDADO
3°
¿Qué
sucede?
GENERAL
¡Al
instante, que se me presente el capitán!
Dichos, el Capitán y el Alcalde.
CAPITAN
¡Eh!
¿Qué voces son estas?
ALCALDE
Este
es el compañero del recluta que se ha escapao con mi sobrina.
GENERAL
¿Qué
decís? ¿No se ha escapado solo? ¡Esto es mucho peor! ¡Capitán! Necesito
inmediatamente un caballo y fuerza que me escolte.
CAPITAN
¿Qué
dice este hombre?
GENERAL
¿Sabéis
quién es el que se ha fugado?
ALCALDE
¡Un
granuja!
GENERAL
¡Es
el rey!
CAPITAN
¡El
rey! A este hombre se le ha subido el vino a la cabeza.
GENERAL
¿Sabéis
quién soy?
ALCALDE
¡Un
borrachín!
GENERAL
¡Soy
vuestro general! ¡El consejero de la Guerra!
CAPITAN
¡Buena
la habéis cogido, buena!... ¡Bonito ejemplo vais a dar a los reclutas, vive
Dios!
GENERAL
Os
repito que...
CAPITAN
Basta
ya. A ver: cuatro hombres y que lo conduzcan a un calabozo. (Se acercan los
cuatro soldados)
GENERAL
¿A
un calabozo a mí? ¿A vuestro general?
CAPITAN
Encerradle,
que allí se le refrescará la cabeza. (Se apoderan de él cuatro soldados y se lo
llevan violentamente)
GENERAL
¡Repito
que soy el general! ¡Respetadme todos que soy el consejero de la Guerra! ¡Que
soy el general! (Gritando. Vanse por último término izquierda)
El Capitán y el Alcalde.
CAPITAN
¡Vaya
una manía que le ha entrado al hombre y qué mal vino tiene!
ALCALDE
(Angustiado)
Pero, decidme, capitán, ¿qué hacemos? Yo necesito saber dónde está mi sobrina.
CAPITAN
¿Y
qué me importa a mí vuestra sobrina? A l recluta, cuando vuelva, ya le daré yo
su merecido.
ALCALDE
¿Y
si no vuelve? ¿Y si no se le encuentra?
CAPITAN
Si
no se le encuentra... se le castigará.
Dichos y el Gobernador.
CAPITAN
¡Eh!
¿Quién viene?
GOBERNADOR
¡Salud!
¿El jefe de este cuartel?
CAPITAN
¿Qué
deseáis? Soy yo.
ALCALDE
(¡Qué
veo! Este es el enviao del Gobierno que me dio el dinero para repartirlo)
GOBERNADOR
¿No
me conocéis? (En voz baja y acercándose al capitán)
CAPITAN
No
os conozco.
GOBERNADOR
Mirad.
(Se desemboza y muestra la banda)
CAPITAN
¡La
banda de consejero! Estoy a vuestras órdenes. (¿A qué vendrá aquí?)
GOBERNADOR
Oíd.
Os supongo enterado de todo lo que ocurre por el general.
CAPITAN
(¡Santa
Bárbara bendita!)
GOBERNADOR
Me
ha escrito para que venga a buscar al rey.
CAPITAN
¡El
rey! ¡El general! ¿Luego eran ellos?
GOBERNADOR
¿Pero
no lo sabíais?
CAPITAN
Yo
lo ignoraba todo y el rey se ha escapado.
GOBERNADOR
¿Qué
decís?
CAPITAN
Y
yo he mandado encerrar al general en un calabozo creyendo que no estaba en su
sano juicio al decirme quién era.
GOBERNADOR
¿Qué
habéis hecho?
CAPITAN
¡Una
barbaridad! ¡Ahora lo conozco! ¡Tambor! ¡Corneta! ¡Que toquen generala!
GOBERNADOR
Pero,
el general, ¿dónde está? (Se presentan algunos soldados)
CAPITAN
Acompañad
a este señor y que pongan en libertad al momento al jefe de los reclutas...
digo, al genera!... digo... no sé lo que me digo. Id, id vos a sacarle. Yo no
me pongo en su presencia. (Tocan generala y salen a la escena el tambor y ocho
soldados con armas. Vase el gobernador)
ALVALDE
¿Pero
qué pasa?
CAPITAN
Que
el recluta que se fugó era el rey en persona.
ALCALDE
¡Mi
sobrina acompañada por el rey! ¡Qué honra para la familia! Se lo voy a decir a
Jeremías. ¿Por dónde se habrá metido ese muchacho? (Vase)
CAPITAN
¡A
ver! ¡Soldados! ¡De dos en fondo! ¡Armas al hombro! ¡Media vuelta a la derecha!
(Lo ejecutan) (Yo encuentro al rey, vaya si lo encuentro) ¡Paso redoblado! ¡March!
(Saca la espada y se pone al frente. Vase con los soldados)
MUTACION
INTERMEDIO
Telón de campo: las eras en estío
CORO
(Interior)
Alegres
segadores,
sin
miedo a las fatigas,
dispuesto
al trabajo,
al
campo vamos ya.
El
trigo nos ofrece
doradas
las espigas,
que
luego nuestra mano
segura
cortará,
¡Vamos
allá!
¡Vamos
allá!
¡Tralará!
¡Tralará! (Se alejan)
MUTACION
CUADRO CUARTO
Patio
de una casa de labranza. A la izquierda habitación baja, cuyo interior da
frente al público, con puerta a la izquierda, y la de la derecha, que da al
patio. En segundo término izquierda otra puerta. En la habitación, escalera
practicable que conduce al piso superior, el cual tendrá ventana frente al
público. Al foro tapia o cerca. A la derecha, último término, el portón que da
entrada al patio. Puerta en segundo término. Es de noche.
(Música)
Oyese lejano el coro de los segadores, que se van
acercando durante el diálogo
¡Tralará!
¡Tralará!
Juan
sale de la cocina, y María, que sale de la alcoba a la habitación baja; luego
Lorenzo
JUAN
¡María!
¡María! ¡Que ya vienen los segadores!
MARIA
(Saliendo
al patio) Aquí estoy, hombre, aquí estoy.
JUAN
Veremos
si esta cuadrilla se porta también como la del año pasao.
MARIA
¿Por
qué no? ¡Pobrecillos! (Yendo a la puerta) ¡Lorenzo! ¡Lorenzo!
LORORENZO
¿Qué
mandáis, mi ama?
MARIA
Ya
puedes freír las migas, que los segadores están llegando. (Retírase Lorenzo)
CORO
(Dentro
y ya muy cerca)
Andando,
segadores;
la
noche se avecina;
el
sol tras la montaña
sus
rayos hunden ya;
del
fondo de los valles
se
eleva la neblina,
que
con su luz la luna
muy
pronto rasgará,
¡Andando
ya!
¡Andando
ya!
¡Tralará!
¡Tralará!
JUAN
y MARIA
¡Aquí
está ya!
Dichos Rey y Rosa; coro de segadores y de segadores.
CORO,
REY y ROSA
¡Salud
a nuestros amos!
JUAN
y MARIA
Seáis
muy bien venidos.
CORO
Dispuestos
aquí estamos,
ansiando
trabajar.
Por
la faena ruda
no
nos veréis rendidos,
¡Mañana
decididos
iremos
a segar!
MARIA
Pronto
estará la cena,
en
tanto, descansad.
REY
(A
Rosa) (No estés tan pensativa.
que
van a sospechar)
ROSA
(Tienes
razón. (Al rey)
Oíd,
compañeros,
mi
alegre canción.
CANCION
Por
entre las mieses,
a
su ocupación,
va
la segadora
con
el segador,
sin
temer los rayos
del
ardiente sol,
que
ambos en sus venas
llevan
más calor.
Y
por los trigos
viéndolos
ir,
los
maliciosos
suelen
decir:
¿A
dónde diablos
irán
los dos
juntos
por esos
trigos
de Dios?
Y
ellos, ¡pobrecitos!
no
piensan más
que
en ir cortando espigas
¡Ris-ras!
¡Ris-ras!
Y
mirando al suelo
van
a compás,
haciendo
con las hoces
¡Ris-ras!
¡Ris-ras!
CORO
Y
ellos, ¡pobrecitos!
no
piensan más, etc.
(Imitan
el movimiento y el sonido de la hoz. inclinándose hacia el suelo como si segaran)
ROSA
Juntos
en la siega,
van
de dos en dos,
y
la segadora
dice
al segador:
«No
te acerques tanto,
no
seas atroz,
no
vaya a cortarte
algo
con la hoz.
La
falda corta
permite
ver
hasta
el tobillo
de
la mujer.
Y
hay quien supone
que
el segador
se
inclina mucho
por
ver mejor.
Y
ellos, ¡pobrecitos!
no
piensan más
que
en ir cortando espigas
¡Ris-ras!
¡Ris-ras!
etc.
CORO
Y
ellos, ¡pobrecillos!;
no
piensan más, etc,
(Hablado)
JUAN
¡Ea!
¡Ea! A cenar y en seguida a dormir, que buena falta os hará a todos. ¡Andando!
¡A la cocina! (Van delante Juan y María. Les siguen los segadores. Música en la
orquesta)
Rey y Rosa
REY
Rosa,
¿qué tienes? ¿estás triste? ¿No eres feliz conmigo?
ROSA
Estoy
inquieta por tí. Si acaso llegaran a descubrir que eres un desertor...
REY
No
temas. Este disfraz nos libra de todo peligro.
ROSA
Sí,
pero yo no debo olvidar que puedes pagar tu falta con la vida.
REY
Tranquilízate;
dueño mío. No hables de temores cuando el porvenir nos sonríe con sus ensueños
de amor y de ventura: Para mi completa felicidad, no necesito más que una cosa:
saber que tú me quieres.
ROSA
¿Acaso
lo dudas, cuando solo por tí he abandonado mi hogar, exponiéndome a ser
desgraciada?
REY
¡Eso
no! Yo conseguiré hacerte dichosa. ¡Te lo juro! (La abraza besándole la mano)
¡Mi amor será tuyo siempre, siempre!
Dichos y Juan
JUAN
(Volviendo
hacia dentro desde la puerta) Gracias, que aproveche.
REY
(Besándole
en la otra mano) ¡Siempre!
JUAN
¡Que
aproveche también!
REY
y ROSA
¡Ay!
(Separándose)
JUAN
Por
lo visto sois novios ¿eh?
JUAN
¡Pues
andando a la cocina, que el amor es un alimento muy flojo pa trabajaores, y
mañana, en la era, ya tendré yo buen cuidado de que no os pongan juntos!
Adentro; a cenar, que os están esperando unas migas con torreznos, que están
diciendo: «comedme.»
REY
¡Migas
con torreznos! ¡Deben de ser muy sabrosas! (A Rosa)
ROSA
¿Pues
qué? ¿Siendo pastor no las has comido nunca?
REY
¡Sí!...
¡Sí!... Muchas veces; pero es que ahora voy a comerlas con torreznos... y
contigo. (Vanse a la cocina)
Juan, María y Lorenzo que han salido un momento antes
JUAN
Estos
sí que me parece que van a hacer buenas migas.
MARIA
(A
Lorenzo) Ya lo sabes, Lorenzo; en cuanto acaben de cenar, arriba, al pajar
todos los hombres y las mujeres que se acuesten en la cocina.
LORENZO
Está
bien, mi ama. ¿Soltamos hoy el perro como todas las noches?
MARIA
¡Naturalmente!
JUAN
¿Para
qué? Habiendo tanta gente en la casa, no sé a qué tienes miedo.
MARIA
No
importa, suéltale, como siempre: pero no te olvides de atrancar la puerta, no
se vaya a meter en la cocina y asuste a las mujeres.
JUAN
¡Está
bien, mi ama!
MARIA
Buenas
noches, Lorenzo.
LORENZO
Buenas
noches nos dé Dios.
JUAN
Hasta
mañana, si Dios quiere. (Juan y María entran en la habitación. Música en la
orquesta. Preludio nocturno. Lorenzo cierra la puerta de la cocina. Se dirige
luego a la puertecilla de la derecha y sale con el perro, a quien acaricia,
retirándose con él por el último término de la izquierda. La escena queda sola.
Al acabar el preludio suenan tres aldabonazos en el portón. Ladra dentro el
perro... o quien lo imite. Otros tres aldabonazos. Ladra el perro más furioso)
MARIA
(Sale
de la alcoba apresuradamente) ¿Quién llamará a estas horas?
JUAN
Aguarda.
Veré yo. (Ya en el patio. Ladra el perro) ¡Quieto, chucho! (Junto al portón)
¿Quién es? ¿Quién llama?
JEREMIAS
(Dentro)
¡Gente de paz! ¡Abrid, por favor!
JUAN
Aguardad
un momento. ¡Chucho, no gruñas! ¡Ven acá! (Coge el perro y lo lleva por la
puertecilla de la derecha)
JEREMIAS
¡Abrid,
abrid, por Dios! ¡Yo os lo ruego! ¡Yo os lo suplico. (Dentro)
JUAN
Puedes
abrir, mujer, que ya está atao el perro.
MARIA
¡Voy,
voy! ¿Quién será? (Abre el portón) ¡Un soldado!
Dichos y Jeremías
(Música)
JEREMIAS
¡Por
Dios! ¡Por la Virgen!
auxilio
prestad
a
un pobre recluta
que
es moro de paz.
Yo,
loco, olvidando
la
ley militar,
siguiendo
a una ingrata
mujer
desleal
huí
de las filas
catorce
horas há,.
y
prófugo ahora
me
van a juzgar.
El
día he pasado
con
mucha ansiedad,
por
montes y valles
corriendo
al azar.
Y
ahí cerca, en los trigos,
sin
cama, ni pan
oculto
la noche
censaba
pasar:
de pronto oí pasos
y vi al capitán
con
ocho soldados
y
dos hombres más.
La
luna me vende
con
su claridad:
si
sigo el camino
me
van a alcanzar;
por
eso, resuelto,
me
vengo hacia acá
y
al ver esa puerta
me
atrevo a llamar
Tan
solo confío
en
vuestra bondad;
estoy
jadeante
sin
fuerza estoy ya.
Me
siguen, me buscan,
me
van a pillar,
y
entonces me matan
con
seguridad,
No
soy, os lo juro
ningún
criminal.
decidme
en qué sitio
me
puedo ocultar.
Llorando
os lo ruego,
tened
caridad,
bajadme
a la cueva,
subidme
al desván.
¿En
dónde me meto?
¡Por
Dios! ¡Contestad!
Y
luego, si llegan...
¡no
me descubráis!
(Hablado)
JUAN
¿De
modo que eres un desertor?
MARIA
¡Pobrecito!
JEREMIAS
¡Por
las once mil vírgenes! ¡Ocultadme!
JUAN
No
puede ser. Nos exponemos a que te encuentren y nos castiguen como encubridores.
JEREMIAS
¡Esta
noche no más! En cuanto amanezca me marcho.
MARIA
Siendo
sólo por esta noche...
JUAN
¡Repito
que no puede ser!
MARIA
Ven
acá, hombre, ven acá. (A Juan llevándole aparte) Ten lástima de ese pobre
muchacho. (Jeremías va al portón y mira hacia fuera) Nosotros no sabemos lo que
es tener hijos, pero figúrate que hubiéramos tenío uno y que se encontrara en
el caso de ese infeliz.
JUAN
Mujer...
(Siguen hablando en voz baja)
JEREMIAS
(¡Por
allí bajan! ¡No hay duda! ¡Estoy perdido!"¡Sí! ¡Aquí me meto!)(Se mete en
donde está el perro)
MARIA
(A
Juan) Sí, hombre, sí. Ten buen corazón.
JUAN
Está
bien, mujer. (Se oyen fuertes ladridos y ayes de Jeremías)
JEREMIAS
(Dentro)
¡Ay! ¡Ay! ¡Socorro!
JUAN
¡Eh!
¿Qué es eso?
JEREMIAS
(Saliendo
despavorido y con el calzón roto por... por mala parte) ¡Favor!
JUAN
¿A
quién se le ocurre meterse ahí?
JEREMIAS
A
mí, que siempre se me ocurre lo peor.
MARIA
Pero
¿te ha mordido el perro?
JEREMIAS
¡Me
ha destrozao! ¡Mirad!
JUAN
¡Si
no ha sido más que el calzón!
JEREMIAS
¡Ha
sido más! ¡Ya lo creo que ha sido más!
MARIA
Ven,
ven y te curaremos.
JUAN
¡No,
mujer! ¡Le curaré yo solo!
MARIA
Tienes
razón, no me hacía cargo.
JEREMIAS
¡Ay!...
¡Ay!... Por Dios, no digáis a nadie que estoy aquí.
JUAN
Entra,
hombre, entra, y no tengas cuidado. (Entran en la habitación)
MARIA
¡Pobre
muchacho!
JUAN
Pasa,
pasa a la alcoba. (Vase después de cerrar la puerta que da al patio)
JEREMIAS
¡Ay!
¡Maldito perro! ¡Bien digo yo que tengo una suerte muy perra! (Vase)
María,
General, Gobernador y Capitán. Luego el Rey. (Toda la pieza musical con gran
misterio. Suenan unos aldabonazos. María, con gran temor, dirígese al portón y
lo abre)
(Música)
GENERAL,
GOBERNADOR y CAPITAN
Buenas
noches.
MARIA
Buenas
noches.
GENERAL
(Al
capitán) Poned guardias.
(El
capitán habla con los soldados que quedan fuera)
MARIA
(¡Ellos
son!)
GENERAL,
GOBERNADOR y CAPITAN
Indaguemos,
preguntemos,
con
prudencia y discreción.;
MARIA
¿En
qué puedo yo serviros?
GENERAL
¡Al
momento contestad!
¿Se
ha ocultado aquí un recluta?
MARIA
¡No
lo he visto!
GENERAL
¡No
es verdad!
REY
(Asomándose
a la ventana del pajar que da al público)
(¿Qué
es lo que escucho?
¡Ellos
aquí!
¡No
cabe duda!
¡Vienen
por mí!)
GENERAL
(AI
gobernador)
(Si
dio dinero,
le
ocultarán)
GOBERNADOR
(Al
general)
(No
desistamos
de
nuestro plan)
GENERAL
y GOBERNADOR
¡Un
recluta se ha escapado
y
sabemos que está aquí!
No
neguéis, porque es inútil!
MARIA
¡Tal
recluta yo no vi!
REY
(Claro
está que no me ha visto,
pues
yo soy un segador;
este
traje me ha salvado)
GENERAL
y GOBERNADOR
¿Estáis
cierta?
MARIA
¡Sí,
señor!
GENERAL
y GOBERNADOR
(No
hay que fiarse, yo
preciso
es ver
si
nos engaña
esta
mujer)
REY
¿Cómo
demonios
han
de pensar
que
les escucho
desde
el pajar?)
CAPITAN
(Al
general y al gobernador)
(Ya
están puestos centinelas
que
vigilen sin cesar,
y
la fuga es imposible;
os
lo puedo asegurar)
GENERAL
y GOBERNADOR
(No
conviene que esta gente
pueda
nunca sospechar
que
el monarca es el recluta
que
venimos a buscar.
MARIA
(Del
peligro en que se encuentra
a
ese pobre he de salvar;
sólo
temo que la casa
quieren
luego registrar)
REY
(Si
han pensado que en sus manos
hoy
aquí me he de entregar,
¡infelices
consejeros,
ay,
qué chasco os voy a dar!)
(Hablado)
GENERAL
Buena
mujer, os advierto que os exponéis mucho ocultando en vuestra casa a un
desertor.
MARIA
Yo
os repito que...
GOBERNADOR
Estamos
ciertos que ha entrado aquí. —Un labrador nos lo ha asegurado hace un momento.
MARIA
Yo...
GENERAL
Si
con dinero ha comprado vuestro silencio, nosotros estamos dispuestos a daros
doble cantidad en cuanto nos digáis dónde se oculta.
MARIA
Pero,
si...
GOBERNADOR
¿Cuánto
os ha dado?
MARIA
¡Nada!
GENERAL
¡Mentira!
MARIA
Os
juro que el pobrecillo no me ha dado nada.
GENERAL
¡Ah!
¡Luego está aquí!
GOBERNADOR
¡No
nos habíamos engañado!
REY
(¿Qué
dice esta mujer?)
MARIA
Pues,
bien, sí. Pero yo os suplico que le perdonéis. Está arrepentido de lo que ha
hecho, y me rogó que no le descubriera.
REY
(¿De
quién hablará?)
GENERAL
Nada
temáis. Ningún peligro le amenaza. Pero, decidnos: ¿ha venido solo?
MARIA
¡Completamente
solo!
GENERAL
¿Qué
habrá hecho de la muchacha? (Al gobernador) ¿Y dónde está ahora?
MARIA
Pues
está allá dentro, en nuestra alcoba, curándose.
GENERAL,
GOBERNADOR Y CAPITAN
¡Curándose!
GENERAL
¡Acaso
se ha puesto malo!
GOBERNADOR
¿Qué
tiene?
MARIA
Que
por una imprudencia suya el perro que tenemos para guardar la casa le mordió
cuando fue a esconderse.
GENERAL
¡Jesús!
GOBERNADOR
¡Qué
desgracia!
GENERAL
¡El
rey mordido por un perro!
MARIA
¿El
rey? ¿Habéis dicho el rey?
GENERAL
¡Silencio!
Que no se entere nadie.
REY
(¿Pero
qué enredo es éste?)
GOBERNADOR
Hay
que apoderarse del perro. Es preciso reconocerlo.
GENERAL
Pudiera
estar atacado de hidrofobia.
GOBERNADOR
¡Qué
conflicto para la nación!
GENERAL
¡Qué
responsabilidad para nosotros.
MARIA
(¡Y
mi marido sin sospechar una palabra.
GENERAL
¿Dónde
está ese animal?
MARIA
Allá
dentro con el rey.
GENERAL
¿Se
ha encerrado con el perro?
MARIA
¡Ah!
¡No, señor! Como preguntasteis por ese animal, creí que hablabais de mi marido.
GENERAL
¿Y
qué nos importa a nosotros vuestro marido?
MARIA
Podéis
tranquilizaros. No hay peligro ninguno. El perro está bien atado.
CAPITAN
¡Atreverse
a morder al rey! ¿Decís que está bien atado? Ahora mismo voy y lo atravieso de
parte a parte.
GOBERNADOR
No.
¡De ningún modo! Hay que ponerle en observación. Nos lo llevaremos a Palacio.
Que el rey no se entere de nuestros temores.
GENERAL
Decís
bien. La sola aprensión bastaría acaso para hacerle rabiar.
REY
(¿Qué
he de rabiar yo? ¡Los que vais a rabiar sois vosotros!)
Dichos y Juan que sale de la alcoba
JUAN
Estate
tranquilo, muchacho. A l principio escuece un poco, pero ya verás qué pronto se
te pasa. (Dirígese a la puerta) Le ha clavado los dientes de firme. (Abre la
puerta y dice viendo al general y acompañamiento) ¡Dios mío! ¡Las tropas!
MARIA
Ven,
ven acá. Ya lo saben todo.
GENERAL
¿Quién
es ese hombre?
MARIA
Mi
marido.
JUAN
Servidor
vuestro.
GENERAL
¿Habéis
visto la herida?
JUAN
Ya
lo creo que la he visto.
GENERAL
¿Y
es grave?
JUAN
Grave,
no: pero tié para rascar unos cuantos días ese pobre muchacho.
MARIA
(A
Juan) ¡Que es el rey!
JUAN
¡Ah!
¡Señor! Perdonad, (Arrodillase ante el general) No sabía quien erais.
MARIA
(A
Juan) No.¡ Si el rey es el otro!
JUAN
¿Cual?
MARIA
(El
que está dentro. El recluta)
JUAN
(¡Ave
María Purísima! ¡Y yo que le he dao friegas con sal y vinagre!)
GENERAL
¿En
donde le ha mordido?
JUAN
Pues
ahí, al meterse ahí. (Indica la puerta)
GENERAL
Pregunto
¿que dónde tiene la herida?
JUAN
¡Ah!
Pues... en... en... ¡vamos, que no puede sentarse!...
GENERAL
Esto
es lo peor. ¿Cómo nos lo llevamos ahora a Palacio? ¡A caballo es imposible!
REY
(Yo
necesito saber quién es ese recluta) (Se retira)
GENERAL
¡A
ver! ¿Tenéis algún carro que pueda acondicionarse para llevar cómodamente a una
persona?
JUAN
Sí,
señor; tengo una carreta con toldo, y echando dentro bastante paja, se va tan
ricamente.
GENERAL
Preparadla
al punto y cuidado con que nadie se entere de cuanto aquí la sucedido.
JUAN
Descuidad,
descuidad. Ven conmigo, María.
MARIA
Yo
estoy que no se lo que me pasa.
JUAN
(Pues
yo estoy atontao) (Vanse María y Juan último término izquierda)
General, Gobernador, Capitán y el Rey que baja
cautelosamente por la escalera del pajar
GENERAL
No
hay más remedio. Basta ya de aventuras. El regreso del rey a la corte es
indispensable.
GOBERNADOR
Bueno,
pues entrad y decídselo.
GENERAL
¿Yo?
¡Un demonio! A mí me ha perdido ya el respeto. Ya visteis la carita con que se
despidió al escaparse del cuartel.
GOBERNADOR
¿Entonces
qué hacemos?
GENERAL
Pues...
no lo sé.
REY
(Que
ha bajado a la habitación y entreabre las cortinas que cubren la puerta de la
alcoba) (¡Qué veo! ¡Si es Jeremías! ¡El primo de Rosa!)
GENERAL
Me
parece que esto es lo mejor.
REY
(Mirando
a la alcoba) (Está cosiéndose los calzones. La ocupación es poco digna de un
monarca) (Se acerca a la puerta que da al patio y escucha)
GENERAL
Sí.
Decididamente. Es el único medio. Escuchad. (Al Gobernador llevándolo cerca de
la puerta) El rey ignora que hemos venido en su busca.
REY
(¡Claro!
No sé ni una palabra)
GENERAL
Y
conviene que no sepa que hemos estado aquí.
GOBERNADOR
Estoy
conforme.
GENERAL
Ya
le conocéis. Es un chiquillo caprichoso.
REY
(Gracias)
GOBERNADOR
Tiene
un carácter insufrible.
REY
(Muchas
gracias)
GENERAL
Solo
por llevarnos la contraria, sería capaz de negarse a volver a Palacio.
REY
(Y
tan capaz)
GENERAL
Por
eso creo lo más conveniente que sea el capitán quien se encargue de verle.
GOBERNADOR
Eso
es lo mejor.
REY
(¡Muchísimo
mejor! Ese no me conoce)
GENERAL
¡Capitán!
CAPITAN
¡Mi
general! (Acercándose)
GENERAL
Hay
un solo medio que yo olvide las ofensas que me habéis inferido.
CAPITAN
Decid,
señor. No deseo más que complaceros.
GENERAL
Por
razones... de Estado, que no necesitáis conocer, es preciso que el rey ignore
que el gobernador y yo hemos estado aquí.
CAPITAN
Lo
ignorará.
REY
(Lo
ignoraré) (Imitando la voz del capitán)
GENERAL
Nosotros
nos volvemos inmediatamente a Palacio.
REY
(Me
alegro de saberlo) (Sube la escalera)
Dichos, María y Juan
JUAN
¡Señor!
GENERAL
¿Qué
hay?
JUAN
Ya
está dispuesto todo.
GENERAL
Bueno,
bueno; esperad. Oíd, capitán. (Habla aparte con él)
GOBERNADOR
(A
Juan) Decidme, buen hombre. ¿Qué distancia hay de aquí a la corte?
JUAN
Pues
por el atajo habrá unas cuatro horas.
GOBERNADOR
Perfectamente.
Disponeos a venir con nosotros.
JUAN
¿Yo?
¿A dónde?
GOBERNADOR
A
Palacio.
MARIA
y JUAN
¡A
Palacio!
GOBERNADOR
Vais
a llevar el perro. Sacadlo inmediatamente y bien sujeto.
JUAN
Pero
señor...
GOBERNADOR
No
admito réplicas. (Vase al lado del general y del capitán)
MARIA
Haz
lo que te ordenan y calla,
JUAN
Vaya
si callo. (A María) ¿A que todavía hacemos nuestra fortuna por mordisco?
MARIA.
¡Quién
sabe! Yo en cuanto salga el rey voy a pedirle que me haga algo.
JUAN
¿Qué
te va a hacer a ti?
MARIA
¡Toma!
Pues... posaera de cámara.
JUAN
Sí,
sí. Bueno está él ahora para que le hablen de posaeras. (Entra en busca del
perro)
GENERAL
(Al
capitán) Ya lo habéis oído. Me respondéis con vuestra cabeza del cumplimiento
de mis órdenes.
CAPITAN
Podéis
marchar seguro de que yo lo conseguiré. Creo que todo ello es nada más cuestión
de táctica.
GENERAL
No
me habléis de táctica.
CAPITAN
Perdonad,
mi general. (Como están colocados junto a la puerta del cuarto donde está el
perro y al oír los ladridos de éste todos los personajes se separan ajustadas)
GENERAL
(Dando
un salto) ¡Zambomba!
JUAN
¡No
os asustéis. (Sacando sujeto al perro)
GENERAL
¡Ah!
Ya está aquí. Andando. Gobernador; no perdamos tiempo.
GOBERNADOR
Sí,
vamos.
JUAN
Pasad,
señores.
GENERAL
¡No!
El perro delante. (Por si acaso) ¡Capitán, os lo repito, me respondéis con
vuestra cabeza! ¡Andando!
GOBERNADOR
¡Andando!
(Vanse por el portón, Juan con el perro, el general y el gobernador; el capitán
les acompaña)
MARIA
¡Vamos...
yo estoy cada vez más aturdida!... ¡Pensar que tengo nada menos que al rey
metido en mi cuarto! (Vase por el último término izquierda)
JEREMIAS
(Saliendo
de la alcoba) No hay nadie. ¿Si se habrán acostao ya? Desde el rancho de esta
mañana, no ha entrao bocao en mi cuerpo. ¡Pa bocao, el que me dio ese maldito
animal! Si yo supiera que no andaba por ahí, saldría a buscar algo que comer.
(Mirando por la puerta) ¡Chucho... chucho!... No está. Puedo salir.
MARIA
(¡El
rey!) (Acercándose a él y arrodillándose de pronto) ¡Señor!...
JEREMIAS
(¡Ay,
qué susto me ha dado!) (Dando un salto)
MARIA
Señor,
permitidme que bese vuestra mano. (Se la coge y se la besa)
JEREMIAS
(¡Demonio!)
MARIA
Ved
en mí la más humilde de vuestras servidoras.
JEREMIAS
(¿Qué
es esto?)
CAPITAN
(Que
aparece por el portón) (¡El rey! ¡Valor y serenidad!)
JEREMIAS
¡Soltad,
soltad y levantaos! (A María)
CAPITAN
¡Señor!...
(Arrodillándose)
JEREMIAS
¡María
Santísima! ¡El capitán! (Arrodillándose también)
CAPITAN
Miradme
a vuestras plantas. Perdonad si me atrevo a llegar hasta vos, pero tengo
órdenes superiores de conduciros a Palacio... (El capitán y Jeremías van
levantándose lentamente y a un tiempo)
JEREMIAS
(¡A
Palacio!)
CAPITAN
Vuestra
presencia allí es indispensable. Yo quisiera poder ofreceros una carroza digna
de vos; pero aquí, señor, no hay disponible más que una miserable carreta.
MARIA
Es
lo único que tenemos, señor.
JEREMIAS
(Pero
¿por quién me toman?) (Asombrado)
CAPITAN
¿Estáis
dispuesto a que os acompañe? Yo...
JEREMIAS
Llevadme
adonde queráis.
CAPITAN
¡Ah,
señor! Tanta bondad para conmigo... A ver... (A María) Id al momento. (Dirigiéndose
al portón) ¡Soldados!
JEREMIAS
(¡Dios
mío de mi alma!... ¿Qué irán a hacer conmigo? (Aparecen a un tiempo los
soldados y el tambor por el portón, y la carreta con farolillo encendido en la
parte delantera izquierda, guiada por Lorenzo por el último término izquierda.
Los soldados se colocan en dos filas, de espaldas a la casa)
CAPITAN
¡Formen!
¡Presenten armas!
JEREMIAS
(¡Estoy
soñando! ¡Esto debe de serena pesadilla!...)
CAPITAN
Subid,
señor.
JEREMIAS
(Y
a todo esto sin darme de comer)
CAPITAN
La
carreta está llena de paja. Iréis cómodamente.
MARIA
¡Señor,
permitidme que bese nuestra mano por última vez!
JEREMIAS
(Pero,
¡qué besucona es esta vieja!)
CAPITAN
Cuando
gustéis.
JEREMIAS
(¡Vaya,
arriba, y sea lo que Dios quiera!) (Sube a la carreta)
CAPITAN
(A
María) ¡Cuidado con que nadie sepa que e9 el rey! El que ha estado aquí no es
más que un recluta desertor. ¡Batan marcha!...
(Música)
(Los
soldanes escoltan la carreta con el capitán al frente. Jeremías, asustadísimo, saca
la cabeza por una abertura de la parte lateral del toldo. La carreta sale por
el por ton. María sigue arrodillada. El rey los ve desde la puerta de la casa)
María, Rosa y el Rey.
ROSA
¡Gran
Dios! ¡Decid! ¿Qué es eso?
(A
María)
¿Qué
pasa? ¡Por favor!
MARIA
Es
que se llevan preso
a
un desertor.
ROSA
(¡Es
él! ¡Yo bien temía!
¡Lo
llevan!... ¡Ay de mi!)
REY
(Presentándose
de pronto)
¡No
llores, Rosa mía,
que
estoy aquí!
(Se
abrazan. María los mira atónita)
FIN DEL ACTO SEGUNDO
ACTO TERCERO
CUADRO QUINTO
Jardín de palacio. Coro de pajes que salen por la
derecha
(Música)
CORO
¡Compañeros,
venid!
¡Compañeros,
llegad!
¿Qué
ha ocurrido? Decid
¿Qué
sucede? Contad.
Lo
que pasa no sé.
Yo
no sé qué ocurrió.
Pero
el más torpe ve
que
algo grave pasó.
¡Compañeros,
venid!
¡Compañeros,
llegad!
¿Qué
ha ocurrido? Decid.
¿Qué
sucede? Contad.
4 PAJES
El
rey no está en Palacio
seis
días há;
no
sé por qué su ausencia
se
ocultará.
Afirma
el intendente,
sin
aprensión;
que
está el rey descansando
de
su excursión.
Y
a todos nos parece
muy
singular
que
lleve tantos días
de
descansar.
Lo
cierto es que al monarca
no
se le ve
y
que no sabe nadie
adonde
fue.
Se
dice que el amor
es
causa principal
de
que no esté el señor
en
el palacio real.
Mas
esto es un error,
pues
fuera en caso tal
sin
el gobernador
y
sin el general.
CORO
Se
dice que el amor, etc.
4
PAJES
Hoy,
y momentos antes
de
amanecer,
los
que madrugan mucho
pudieron
ver,
muy
misteriosamente.
llegar
aquí
tres
hombres conduciendo
a
un perro así.
(Marcando
él tamaño)
Los
tales hombres eran
un
labrador,
el
general y el noble
gobernador.
En
un cuarto metieron
al
perro aquel
y
el «protomedicato»
está
con él.
¿A
qué tanto doctor
para
ese irracional?
¿Qué
indica ese temor?
¿Por
qué misterio tal?
y
es raro, sí señor,
que
venga ese animal
con
el gobernador
y
con el general.
CORO
¿A
qué tanto doctor? etc.
(Hablado)
PAJE
2°
La
verdad es que la ausencia del rey no tiene explicación.
PAJE
3°
Ni
la llegada misteriosa del gobernador y del general.
PAJE
4°
Ni
lo del perro. Haber llamado a tantos doctores para que lo observen.
PAJE
2°
Eso
es lo más raro de todo.
PAJE
3°
Ahí
sale el paje de cámara. Este debe de estar enterado. Ven acá, compañero. ¿Qué
pasa?
PAJE
2°
¿Qué
ocurre?
PAJE
4°
¿Qué
hay?
PAJE
5°
¿Qué
sucede?
PAJE
1°
(Lleva
un lazo de raso blanco en el hombro Izquierdo) Es inútil que me preguntéis. Me
han encargado mucha reserva y voy ahora a cumplir una misión de la mayor
importancia.
PAJE
2°
¿Sí?
PAJE
3°
¿Adonde?
PAJE
4°
¿Con
quién?
PAJE
1°
Me
está prohibido hablar una sola palabra. Y dejadme, que van a salir los
consejeros.
PAJE
5°
Ahí
vienen.
PAJE
2°
Retirémonos.
Nos hemos quedado con la misma curiosidad que teníamos. (Vanse todos por
distintos lados del jardín)
Intendente, Gobernador y Almirante por la derecha
GOBERNADOR
No
tengáis cuidado. Están dadas todas las órdenes para que el rey entre en Palacio
sin que nadie se entere. Ya nos avisarán oportunamente para que le esperemos en
su cámara.
INTENDENTE
¿Pero
tardará mucho en llegar?
GOBERNADOR
Sin
duda. Como que viene a paso de carreta.
ALMIRANTE
Pues
no puede venir más despacio.
GOBERNADOR
Lo
que hay que procurar es que la corte no sospeche nada de lo sucedido. Sobre
todo lo de la mordedura.
INTENDENTE
Quiera
Dios que no tenga consecuencias funestas.
ALMIRANTE
Pero,
¿y el general, en donde se ha metido?
GOBERNADOR
Apenas
llegamos a Palacio se retiró a sus habitaciones, mandando antes llamar al
peluquero de cámara... ¡Ah! ¡Mirad! ¡Allí viene! ¡Con bigote!
Dichos y el general, por la derecha
GENERAL
Compañeros,
muy buenos días.
LOS
TRES
Felices,
general. (Riéndose)
GENERAL
¿Que
es eso? ¿Os reís? ¿No parece natural? ¿No es lo mismo que el que tenía?
INTENDENTE
Es
idéntico.
GOBERNADOR
Está
muy bien hecho.
ALMIRANTE
Y
muy bien pegado.
GENERAL
¡Eso,
sí! ¡Me escuece el labio de una manera horrible! Pero es necesario sufrirlo. Un
militar completamente afeitado no tiene autoridad ni carácter.
ALMIRANTE
Es
cierto.
GENERAL
Creedme.
Todas mis conquistas las he alcanzado por este bigote; es decir, por este, no;
por el otro.
LOS
TRES
(En
tono burlón) ¿Vuestras conquistas?
GENERAL
Me
refiero a las amorosas.
LOS
TRES
¡Ah!
GENERAL
Pero
hablemos de algo más importante. ¿Qué han dicho los doctores?
GOBERNADOR
Siguen
en consulta.
GENERAL
¿Pero
se ha averiguado si el animal presenta algún síntoma alarmante?
GOBERNADOR
Lo
ignoramos.
INTENDENTE
No
se sabe nada.
ALMIRANTE
¡Cerrazón
completa!
INTENDENTE
¡Dichoso
viaje!
GENERAL
¡No
lo sabéis bien! Pero, en fin, tal vez haya sido conveniente. No creo que el
rey, después de lo que le ha ocurrido, quiera seguir en busca de aventuras!
ALMIRANTE
No
es malo que haya visto las orejas al lobo.
GENERAL
Al
lobo no, pero al perro, de seguro se las ha visto.
INTENDENTE
¿Y
creéis que el estado del monarca le permita recibir hoy a los embajadores
extraordinarios?
GENERAL
Creo
que sí, aunque me figuro que no traerá humor de que le vayamos con «embajadas».
INTENDENTE
Sin
embargo, esa recepción no puede dilatarse y además es muy conveniente... A ver
si es de su gusto alguna de las princesas que vienen a proponerle para esposa y
se casa y sienta de una vez la cabeza.
GOBERNADOR
Sí.
Pero no nos precipitemos. La boda no' podrá verificarse mientras se dude si el
perro está o no hidrófobo, porque figurémonos que el rey se casa y rabia después
de casado!
GENERAL
¡No
será el primer caso!
ALMIRANTE
(Tiene
razón. ¡A mi me ha sucedido!) (Al intendente)
INTENDENTE
(¡Y
a mí!) (Al almirante)
GENERAL
Señores,
no conviene que la gente nos vea juntos tanto tiempo. Hasta luego y esperemos
separados a que nos avisen la llegada del rey.
ALMIRANTE
¡Levemos
anclas!
GOBERNADOR
No
me tranquilizo hasta que sepamos algo seguro de ese maldito perro. (Al general)
GENERAL
(Yo
sí que tengo aquí un perro de presa con este bigote. (Vanse gobernador y
general del brazo por la derecha)
ALMIRANTE
El
caso es muy alarmante!
INTENDENTE
¡No
ha tenido precedente!
ALMIRANTE
¡Esperemos
y adelante!
INTENDENTE
¡Dios
nos proteja, almirante!
ALMIRANTE
¡Dios
sobre todo, intendente! (Vanse del brazo por la izquierda)
Rosa y María, por la derecha
MARIA
Anda,
mujer, anda, no tengas miedo.
ROSA
Pero
si es que...
MARIA
¿Te
asusta el entrar en palacio?
ROSA
Naturalmente.
Como que no he venido nunca a la corte.
MARIA
Yo
tampoco; pero no importa. Después de haber tenido nada menos que al rey en mi
casa, no hay nada que me asuste.
ROSA
Pero,
¿y si nos echan?
MARIA
No
seas tonta. Yo vengo a buscar a mi marido; y, además, ya sabes lo que me
aconsejó tu novio, cuando me quejé de que el rey se hubiera marchado sin
dejarme una mala propina: «Id a palacio inmediatamente —me dijo —y procurad ver
al rey, que no se negará a recibiros sabiendo quién sois, y ya os convenceréis de
que no tiene nada de tacaño.»
ROSA
Pero,
¿tendréis valor de presentaros al rey?
MARIA
¡Ya
lo creo! En cuanto llegue. ¡Si es muy llano y muy notable! Yo, anoche, le besé
la mano una porción de veces; y debe estarnos agradecido porque, al fin y al
cabo, mi marido fue quien le curó.
ROSA
Eso
sí.
MARIA
Pero
Juan es tan simple que, de seguro, aunque le vea, no se atreve a pedirle nada.
Y hay que aprovechar la ocasión, como dice tu novio: que no todos los días se
encuentra uno con el rey de manos a boca. ¡Ay, allí viene!
ROSA
¿Quién?
¿El rey?
MARIA
No.
Mi marido.
ROSA
¡Ah!
MARIA
¡Juan!...
¡Juan!...
Dichas y Juan, por la izquierda
JUAN
¡María!
¿Tú aquí? ¿A qué has venido?
MARIA
Pues
he venido con esta chica y su novio, que se han ofrecido a acompañarme.
JUAN
¡Eso
es! ¿Y te dejas abandona la faena de la siega?
MARIA
¡Cállate,
inorante! E l trigo de allá ya lo recogeremos, Lo que hay que coger ahora es el
trigo de aquí.
JUAN
No
te entiendo.
MARIA
¡Si
serás zoquete!... Vamos a ver, ¿dónde está el perro?
JUAN
Pues
allá dentro con los médicos, que le están mirando y remirando como si fuera
mesmamente una persona enferma.
MARIA
Bueno,
¿y qué te han dao?
JUAN
¿Quién,
los doctores? Nada.
MARIA
No,
hombre; pregunto qué te han dao en Palacio.
JUAN
Pues
me han dao... chocolate.
MARIA
¡Digo
por el favor de haber traído el perro!
JUAN
¡Ah!
¡Pues por eso no me han dao náa!
MARIA
¿Lo
ves? (A Rosa) Si este es tonto de capirote. Si le dejo a él solo, no sabe sacar
tajá de la mordedura.
JUAN
Mujer,
la tajá ya la ha sacao el perro.
MARIA
Pues
nosotros hemos de sacarla mayor. He de seguir en too los consejos del novio de
ésta, que paece un muchacho muy listo.
JUAN
¿Y
dónde está?
MARIA
Pues
se ha quedao esperándonos en una posa a la entra de la ciudá. No ha querido
venir con nosotras, y espera allí a que vayamos a decirle el resultao.
JUAN
Ahí
salen los dotores.
MARIA
¿Sí?
Pues hasta que venga el rey, vamos a hacer tiempo paseando por estos
jardines... ¡Cuándo nos veremos {en otra!... ¡Anda, muchacha! (Vanse)
(Música)
(Coplas
de los doctores, que salen acompasadamente y muy preocupados. Llevan todos
bastón alto y usan gafas)
DOCTORES
Juzgando
por los síntomas
que
tiene el animal,
bien
puede estar hidrófobo,
bien
no lo puede estar.
Y
afirma el gran Hipócrates
que
el perro en caso tal,
suele
ladrar muchísimo...
o
suele no ladrar.
Con
la lengua fuera,
torva
la mirada,
húmedo
el hocico,
débiles
las patas,
muy
caído el rabo,
las
orejas gachas...
Todos
estos signos
pruebas
son de rabia;
pero
al mismo tiempo
bien
puede probar
que
el perro está cansado
de
tanto andar..
Doctores
sapientísimos;
que
yo he estudiado bien,
son,
en sus obras clínicas
de
nuestro parecer:
«Fermentus
virum rubicum
que
in corpus canis est,
mortalis
son per accidens
mortalis
sont per se»,
Para
hacer la prueba
que
es más necesaria,
agua
le pusimos
en
una jofaina,
y
él se fue gruñendo
sin
probar el agua...
Todos
estos signos
pruebas
son de rabia;
pero
al mismo tiempo
signos
son, tal vez,
de
que el animalito
no
tiene sed.
Y
de esta opinión nadie
nos
sacará
¡El
perro está rabioso!...
¡O
no lo está! (Vanse)
MUTACION
CUADRO SEXTO
Antecámara
de palacio. Telón corto.—Puertas laterales.—Al foro derecha una ventana y a izquierda
puerta secreta. Rey, luego Paje primero. Aparece el rey por la puerta secreta.
REY
¡Gracias
a Dios! Nadie me ha visto entrar*. ¿Quién ¡habrá por aquí? (Acercándose a la
puerta derecha,) ¡Ah! ¡Germán! (Llamando) ¡Germán!
PAJE
1°
¡Señor!
¿Vos aquí ya y en ese traje?
REY
Comprendo
tu sorpresa.
PAJE
1°
El
general me había dicho que vendríais vestido de soldado y tu una carreta, por
lo cual estaban tomadas todas las precauciones para que nadie os viese llegar.
REY
¿De
modo que la carreta no ha llegado aún?
PAJE
l º
Pero,
¿no habéis venido en ella?
REY
No;
el que viene es otro.
PAJE
1°
¿Otro?
REY
Otro
a quien han tomado por mí.
PAJE
2°
Perdonad,
señor, pero no lo entiendo.
REY
Eso
mismo le sucede al general y a sus compañeros, y es necesario que continúen en
ese error. Tú me respondes de ello.
PAJE
1°
Descuidad.
REY
Para
eso, en cuanto llegue ese soldado le conduces aquí por esa escalera secreta,
sin que lo vea nadie.
PAJE
1°
Esa
es precisamente la orden que he dado a Hortensio, cumpliendo las instrucciones
del general.
REY
Perfectamente.
—Espera. — (Acercándose a la ventana) Ven acá, —Mira. ¿Ves aquella joven que
está en el jardín con aquellos campesinos?
PAJE
1°
Sí,
señor.
REY
Pues
baja ahora mismo y dile únicamente ¿estas palabras: «De orden del rey, venid
conmigo.» Y la traes aquí.
PAJE
1°
¿Aquí?
REY
Aquí
mismo. Que ella espere y entras tú en mi cámara a avisarme.
PAJE
1°
¿Deseáis
algo más?
REY
Nada;
ve y que suba pronto esa muchacha, ¡pronto!
PAJE
1°
(Por
lo visto le corre prisa, ¿Qué será todo esto?) (Vase)
(Música)
REY
¡Intranquilo
estoy!
¡Pronto
la veré!
Va
a saber quien soy
y
que la engañé.
Ella,
infeliz enamorada,
creyéndome
un pastor,
en
mis promesas confiada
me
dio todo su amor.
Y
hoy, cuando al fin a verme llegue
con
mi esplendor aquí,
quizás
¡ay, Dios! su amor me niegue
Tal
vez huirá de mí.
Dirá
que la engañé.
Mas
juro por mi fe,
que
rey o segador,
para
ella guardaré
eterno
aquí mi amor,
(Vase
el rey por la izquierda)
Paje 1° y Rosa
(Hablado)
PAJE
1°
Pasad
sin temor, hermosa niña.
ROSA
Pero
¿estáis seguro de que soy yola persona a quien el rey os ha mandado llamar?
PAJE
1°
Completamente
seguro—. Vos sois y no la vieja con quien estabais a pesar del empeño que tenía
de que era ella a quien el rey llamaba.
ROSA
Tenía
razón para decirlo, porque a mí el rey no me conoce y a ella si. Como que es la
dueña de la carreta en que le han traído!
PAJE
1°
¡Ah!
¿También vos estáis enterada de eso de la carreta?
ROSA
Claro
que si; pero creíamos que no había llegado todavía.
PAJE.
1°
(Pues,
señor, cada vez entiendo menos todo lo que sucede) Aguardad aquí hasta que el
rey os llame—. Voy a decirle que estáis esperando.
ROSA
Pero
yo aquí... sola.
PAJE
1°
No
tengáis cuidado. Estad completamente tranquila. (Vase)
Rosa sola
ROSA
¡Ay,
Dios mío! Me parece que estoy soñando. Yo en presencia del rey!... ¿Para qué me
llamará? Voy a morirme de miedo—. Sin embargo, esa buena mujer me ha dicho que
el rey es muy tratable y muy bondadoso... Y yo debería aprovechar esta ocasión...
¿Por qué no? ¡Animo y a ello! En cuanto le vea me arrodillo ante él y le digo:
«¡Señor! Mi novio es un pobre muchacho: muy bueno, como que es mi novio! y sólo
por mí ha faltado a los deberes de soldado y anda disfrazado y fugitivo hasta
que le concedáis vuestro perdón. ¡Gracia para él, señor! ¡Otorgadle vuestra
gracia!» Y él se la otorga, y yo le doy las gracias y se acabó. Sí. Eso es lo
que debo hacer y lo hago... ¡Ay! (Al sentir abrirse a su espalda a puerta
secreta que oculta a Rosa de los que entran)
Rosa, capitán y Jeremías
CAPITAN
(Sosteniendo
la puerta y después de entrar para que pase Jeremías) Pasad, señor. Mi misión
está cumplida. Ya quedáis en Palacio.
JEREMIAS
(Asombrado)
¿En Palacio? ¡Yo en Palacio! (Al volverse, mirando siempre con estupor, se
encuentra con Rosa) ¡Tú!
CAPITAN
(Una
aldeana)
ROSA
(¡Mi
primo!)
JEREMIAS
¡Prima!
CAPITAN
(¡Su
prima! Debe ser alguna princesa disfrazada) ¡Señor! si deseáis que me retire...
JEREMIAS
Haced
lo que queráis.
CAPITAN
Pues
con vuestra venia... (Con exagerada cortesía) ¡Señor!... ¡Señora!... (Esta
misión debe valerme !o menos un ascenso) (Desde la puerta derecha) ¡Señora!... ¡Señor!...
(Vase)
Rosa y Jeremías
ROSA
¡Jeremías!
JEREMIAS
¡Apártate!
¡No me hables! Tú tienes la culpa de todo lo que me sucede.
ROSA
Pero,
¿qué te sucede?
JEREMIAS
No
lo sé, unas cosas muy raras. A mí me hacen muchas cortesías, muchas reverencias,
me dicen: señor por aquí, señor por allá, pero no me llega la camisa al cuerpo.
ROSA
¿Y
por qué te han traído aquí desde el cuartel?
JEREMIAS
Si
yo no vengo del cuartel. De allí me escapé ayer persiguiéndote, ¡ingrata!,
cuando huiste con aquel... recluta que te ha sorbido el seso.
ROSA
¿Y
cómo te encuentras en palacio?
JEREMIAS
Porque
me han traído. Anoche me descubrieron en una granja donde me había ocultado
huyendo de las tropas que me perseguían, y cuando creí que iban a pegarme una
paliza por haber desertado, ese capitán que acaba de marcharse arrodillóse ante
mí con el mayor respeto, y me rogó que entrase en una carreta, donde me han
traído hasta aquí.
ROSA
¡En
una carreta! Pero, ¿eres tú el que ha venido en una carreta?
JEREMIAS
Sí,
yo soy. Es decir, no sé si soy yo, porque yo ya no sé ni quien soy.
ROSA
¿Entonces
eres tú a quien ha mordido un perro?
JEREMIAS
¡Sí!
¡Ese soy yo! ¡De eso estoy bien seguro! (Llevándose la mano a la parte mordida)
ROSA
¡Ay,
Dios mío de mi alma!
JEREMIAS
No,
no te asustes; la herida no es cosa de cuidado.
ROSA
Si
no es por eso por lo que me alarmo.
JEREMIAS
¿Pues
por qué es?
ROSA
Porque
te han traído a palacio confundiéndote nada menos que con el rey.
JEREMIAS
¿Con
el rey?
ROSA
Lo
que estás oyendo.
JEREMIAS
¡Yo
bien decía que me tomaban por algo gordo! Ahora me explico el respeto con que
me han tratado.
ROSA
¡Figúrate
tú!
JEREMIAS
Esta
madrugada hicieron detener la carreta delante de un mesón, y el capitán que me
escoltaba, y que hasta entonces me había dejado dormir tranquilamente, metió la
cabeza por entre las cortinas del toldo y me preguntó con humildad: «Señor,
¿deseáis desayunaros?» Y «el señor», que tenía un hambre de mil demonios, dijo:
«Sí, tomaré lo que me traigan.» Y me dieron unas magras con tomate riquísimas.
Por lo visto los reyes se desayunan con magras.
ROSA
¡Pobre
Jeremías! ¡En buen laberinto te has metido!
JEREMIAS
Yo
no; han sido ellos. Yo no he dicho esta boca es mía más que para comer.
ROSA
Sí;
pero cuando descubran quién eres, ¿qué va a ser de tí?
JEREMIAS
Me
pegan una paliza. Esa ya me la tengo yo tragada. (Con energía)¡Y tú tendrás la
culpa! ¡Tú, ingrata, desleal, que eres la causa de mi perdición!
ROSA
No
temas; el rey, el verdadero rey, ha mandado llamarme.
JEREMIAS
¿A
tí?
ROSA
A
mí. Aquí le estoy esperando por orden de un paje.
JEREMIAS
¿Y
para qué te llama?
ROSA
No
lo sé; pero en cuanto le vea, con el perdón de mi novio pediré el tuyo.
JEREMIAS
¡No
me hables de tu novio! ¡A ti soy capaz... hasta de perdonarte: pero a él, en
cuanto le vea lo reviento! ¡Vaya si lo reviento)
PAJE
1°
(Desde
la puerta de la izquierda) ¡El rey!
ROSA
y JEREMIAS
¡El
rey!
ROSA
(¡Ay,
Dios mío de mi alma!)
JEREMIAS
(¡A
mí me va a dar algo!)
ROSA
¡Arrodíllate!
¡Arrodillémonos! (Se arrodillan, inclinando la vista al suelo. Aparece el rey
con el traje de gran ceremonia) ¡Señor!
JEREMIAS
¡Señor!
(Arrodillado)
REY
¡Levantaos!
ROSA
(Viéndole)
¡Eh! ¡El! ¡Dios mío!
JEREMIAS
¡Virgen
Santa! ¡El pastor! (El paje vase por la derecha)
(Música)
REY
¡Mi
amor, mi bien, mi dueño!
ROSA
¡Qué
desgraciada soy!
JEREMIAS
(Por
fuerza esto es un sueño.
Yo
atolondrado estoy)
REY
¡No,
temas, Rosa mía!
ROSA
Dejadme,
¡ay, Dios mío!, marchar.
JEREMIAS
(El
rey! ¡Y yo decía
que
le iba a reventar!)
ROSA
Alegre
y confiada
en
vuestro amor creí.
REY
El
mismo, Rosa amada,
soy
siempre para ti.
Soy
siempre tu pastor.
ROSA
¡Dejadme!
REY
¡No
te irás!
ROSA
Ya
no debéis, señor,
pensar
en mí jamás.
REY
¡Yo
soy tu amante fiel!
ROSA
¿Por
qué engañarme así?
JEREMIAS
(¡Bonito
es el papel
que
estoy haciendo aquí!)
ROSA
¡Ay
de mí!
¡Ay
de mí!
REY
No
llores, vida mía;
no
quiero verte así.
JEREMIAS
(¡Ay
de mí!
¡Ay
de mí!
¡A
ver si hay quien se atreva
con
un rival así!)
ROSA
Yo
del sencillo pastor amante
hubiera
sido la humilde esclava;
en
él ponía mi fe constante,
en
él tan solo mi bien cifraba.
Mas
ya muy lejos del bien perdido,
dejadme
a solas con mi dolor,
a
ver si logro dar al olvido
las
ilusiones de un loco amor.
REY
Soy
tu sencillo pastor amante
y
en ti no busco la humilde esclava;
mi
amor te ofrezco, firme y constante,
que
hallé en tu pecho lo que anhelaba.
En
vano quieres que dé al olvido
tantas
promesas de dulce amor,
por
ti a tus plantas caeré rendido
que
soy tu esclavo, no tu señor.
ROSA
¡Por
Dios, dejadme!
REY
No
marches de aquí.
Que
escuche yo de nuevo
tu
amante sí.
JEREMIAS
(¡Mujer,
no seas terca (A Rosa)
no
digas que no;
porque
si se incomoda
lo
pago yo!)
REY
Honores
y riquezas
me
prodigó la suerte,
y
todo cuanto es mío
amante
he de ofrecerte.
Y
en vez de la cabaña
del
mísero pastor,
el
trono y la corona
te
ofrezco con mi amor.
ROSA
Ni
honores ni riquezas
me
prodigó la suerte;
cariño
solo anhelo
cariño
hasta la muerte;
que
en la cabaña humilde
del
mísero pastor
dichosa
hubiera sido
feliz
con vuestro amor.
REY
¡Tú
de mi lado no te irás!
¡Siempre
en mi peche reinarás:
ROSA
¡Ay,
mi pastor! ¿En dónde estés?
¡No
te veré, jamás, jamás!
JEREMIAS
Y
yo callado aquí detrás.
¡Pobre
de mí! ¡No puedo más!
Dichos y paje 1 °
(Hablado)
PAJE
1°
¡Señor!
REY
¿Qué
hay?
PAJE
1°
Los
Consejeros piden vuestra venía para pasar a sanearos.
REY
Espera
un momento. ¿No sospecharán nada?
PAJE
1°
Nada
absolutamente.
REY
¿Y
el perro? ¿Qué han hecho de él?
PAJE
1°
Los
doctores le tienen en observación; Pero, ¿es cierto que os ha mordido, señor?
REY
¿A
mí? ¡Quiá! A quien mordió fue a este.
PAJE
1°
¡Ah!
Entonces me tranquilizo.
JEREMIAS
¿Pues?
PAJE
1°
Porque
se teme que el animal esté rabioso.
JEREMIAS
¡Caracoles!
(Dando, asustado, un salto, que convierte en cortesía)
REY
(Riendo)
No temas., hombre. (Al paje) Que pasen los Consejeros y me esperen aquí.
Vosotros, venid conmigo.
ROSA
Señor...
REY
¡Yo
os lo mando!
JEREMIAS
(¡La
noticia del perrito es para tranquilizar a cualquiera!) (Vanse por la izquierda
rey, que lleva de la mano a Rosa y detrás Jeremías)
PAJE
1°
(Desde
la puerta de la derecha) Podéis pasar, señores. (Vase)
General, Intendente, Gobernador, Almirante y Capitán
GENERAL
¡Adelante,
capitán, adelante!
CAPITAN
Yo
estoy siempre a vuestras órdenes, mi general.
GENERAL
De
ninguna manera debéis marchar sin despediros antes del rey. Nosotros procuraremos
que premie de algún modo el importantísimo servicio que acabáis de prestar al
país, al Gobierno y a las instituciones.
CAPITAN
Muchas
gracias. (Pues señor, juraría que el general ayer no tenía bigotes)
GENERAL
Compañeros,
es necesaria mucha prudencia. Que el rey no sospeche nuestros temores acerca de
las consecuencias que puede tener la mordedura.
GOBERNADOR
¡Naturalmente!
INTENDENTE
Desde
luego.
GENERAL
(Al
capitán) ¿Decís que el viaje lo ha hecho sin novedad?
CAPITAN
Muy
bien. Ha venido durmiendo toda la noche y al amanecer se desayunó con un buen
plato de jamón con tomate.
ALMIRANTE
¡Qué
barbaridad!
INTENDENTE
¡Vaya
un desayuno!
GENERAL
No
¡lo extrañéis. Desde que salimos de palacio le dio por las comidas estrafalarias.
¡Aún recuerdo unas judías... horribles!
GOBERNADOR
¿Y
el rey os ha indicado si sabía que nosotros .estuvimos anoche en la granja?
CAPITAN
No
ha hablado conmigo más que cuando se le sirvió el desayuno.
GENERAL
¿Y
qué dijo? (Con interés)
GOBERNADOR
y ALMIRANTE
¿Qué
dijo? (Idem)
CAPITAN
Pues
no dijo más que esto; «¡Buenas magras! ¡Buenas magras!»
GOBERNADOR
¿Lo
oís? Le entusiasman las comidas populares.
CAPITAN
Era
lo único que podía ofrecérsele en aquel miserable mesón. Yo hubiera deseado...
GENERAL
Podéis
estar satisfecho, capitán.
INTENDENTE
Habéis
cumplido vuestra misión de una manera digna y yo os felicito por ello.
ALMIRANTE
Merecéis
nuestros plácemes.
GENERAL
Recibid
mi enhorabuena.
CAPITAN
Gracias,
muchas gracias. (Ascenso seguro)
Dichos, Paje 1 º luego el Rey
PAJE1°
¡Señores,
el rey!
TODOS
¡Señor!
(Inclinándose respetaos amenté)
REY
Salud,
mis queridos consejeros.
CAPITAN
(Viendo
al rey) (¿Eh? ¿Quién es éste?) (Al gobernador)
GOBERNADOR
(Al
capitán) (¡El rey!) (Vase el paje)
CAPITAN
(¿E1
rey?)
GOBERNADOR
(Como
le habéis visto disfrazado comprendo que no le conozcáis) (Al capitán)
CAPITAN
(¡Quiá!
¡Si no era éste!) (Aparte para sí)
REY
(Aparte
al general) (General, te felicito por el renacimiento.
GENERAL
¿Qué
renacimiento, señor?
REY
El
de tu bigote.
GENERAL
(Sonriente)
Lo he considerado preciso. Y decidme, señor: ¿Cómo os encontráis de salud?
REY
Perfectamente.
Me siento muy bien.
GENERAL
(Aparte
a los consejeros) (Se sienta bien)
GOBERNADOR
Aparte
al almirante) (Eso prueba que la mordedura no ha sido grave)
CAPITAN
(Pero,
señor, si éste es el rey, ¿a quién he traído yo en la carreta?
GENERAL
Señor,
aquí tenéis al capitán que os ha escoltado.
CAPITAN
(¡Dios
mío de mí alma!)
GENERAL
No
ha querido volverse al cuartel sin que le deis permiso para retirarse.
CAPITAN
(¡Del
servicio si que me van a retirar)
REY
Acércate,
capitán, acércate.
CAPITAN
(¡María
Santísima!) (Acercándose tímidamente)
GENERAL
Acercaos.
(Empujándole hacia el rey)
CAPITAN
Señor...
yo... (Aturdido)
REY
Aparte
al capitán) (¡Cállate, coronel!)
CAPITAN
(¡Coronel!)
REY
Yo
te agradezco lo cómodamente que me has traído en la carreta.
CAPITAN
Yo...
señor...
REY
(¡Que
te calles!) (Pasándose al lado de los consejeros) Porque no sé si sabréis...
GENERAL
El
capitán nos lo ha referido, así como también el lamentable percance de que
fuisteis víctima.
REY
¿Cuál?
GENERAL
Lo
de... lo del perro.
GOBERNADOR
¡Eso
es! Lo del perro.
REY
¡Ah,
sí! ¡No me lo recordéis!
GENERAL
¿Por
qué, señor?
REY
Porque
desde anoche me tiene eso muy preocupado y, cuando pienso en ello, siento así
unas cosas...
GOBERNADOR
(¡Siente
unas cosas!) (Aparte al almirante)
ALMIRANTE
(¿Qué
será lo que siente?) (Aparte al gobernador)
GENERAL
Señor,
estad tranquilo. Todo eso no tiene importancia.
GOBERNADOR
Ninguna.
ALMIRANTE
Absolutamente
ninguna.
REY
No
obstante figuraos que el perro estuviera rabioso.
GOBERNADOR
Ni
lo penséis siquiera.
GENERAL
Y
aunque lo estuviese. Los monarcas son inviolables. Un rey no puede rabiar.
INTENDENTE
Claro
que no.
ALMIRANTE
Eso
es imposible.
REY
Sin
embargo, ya ha habido un caso.
GENERAL
¿Cuál,
señor?
REY
El
rey que rabió.
GENERAL
¡Ah!
Pero eso fue en época muy remota. En estos tiempos, los únicos que rabian son
los súbditos.
REY
¿Cómo?
GENERAL
En
otros países. En el nuestro, afortunadamente, no rabia nadie.
CAPITAN
(¡Nada!
¡Que este rey no es el que yo he traído!)
GENERAL
Si
para vuestra tranquilidad deseáis que los doctores os reconozcan la
mordedura...
REY
¡No!
¡Eso de ningún modo! Prefiero que no hablemos de ello.
GOBERNADOR
Tenéis
razón, señor. Procurad distraeros y pensar en cosas agradables.
ALMIRANTE
Hoy
precisamente las ideas amorosas deben llenar por completo vuestra imaginación.
REY
¿Hoy,
por qué?
INTENDENTE
Recordad
que hoy es el día señalado para recibir a los embajadores que vienen a
presentaros los retratos de las princesas extranjeras, entre las cuales debéis
elegir esposa.
REY
Es
verdad, ya no me acordaba. (Pasando al lado del capitán y con profundo disgusto)
GENERAL
¡Señor!
La seguridad de las instituciones lo exige. Es necesario que elijáis una
compañera para el trono. Vuestra fuga del cuartel —que por cierto me hizo
muchísima gracia—debe ser vuestra última aventura de soltero.
REY
Lo
será, general, yo te lo juro.
GENERAL
Comprendo
bien que huyerais con aquella muchacha, porque era preciosa.
REY
¿Verdad
que sí?
GENERAL
¡Preciosa!
(A los consejeros) Un cuerpo y una cara... y unos ojos... y un... Pero, no
quiero traer a vuestra memoria recuerdos que deben borrarse para siempre;
porque supongo que no pensareis más en ella.
REY
¡Claro
que no!
GENERAL
¡Muy
bien hecho! ¡Pobrecita! ¿Se habrá vuelto a su pueblo?
REY
¡Sí!
Allí debe estar ya.
GENERAL
¡Esperando
a su enamorado recluta! (Riéndose)
REY
¡Figúrate
tú!
GENERAL
¡Qué
chasco va a llevarse la infeliz!
REY
¡Sí,
buen chasco va a ser, bueno!
GENERAL
¿Si
ella supiera que su amante pastorcillo había sido nada menos que el rey?
REY
¡Qué
sorpresa la suya! ¿Verdad, general?
GENERAL
¡Vale
más que lo ignore, señor!
REY
¡Sí,
que lo ignore! ¡Ciertas cosas vale más ignorarlas!
PAJE
1°
¡Señor!
REY
¿Qué
hay?
PAJE
1 °
Los
enviados extranjeros esperan vuestras órdenes para hacer su presentación.
REY
¡Ah!
¡Sí! ¡Qué rabia me da!...
GENERAL
¡Eh!
(Alarmado)
GOBERNADOR
¡Cómo!
(Idem)
ALMIRANTE
¡Qué!
(Idem)
REY
Que
me fastidian estas ceremonias oficiales.
TODOS
(Tranquilizándose)
¡Ah!
REY
(A
los consejeros) Pasad al salón de embajadores. Yo voy un momento a mi cámara.
(Aparte al capitán) (¡Ni una palabra, coronel) (Vase por la izquierda)
CAPITAN
(El
ascenso lo he pescado, pero no me explico lo que sucede aquí)
GENERAL
¡Andando,
señores!
GOBERNADOR
¡Andando!
(Vanse por la derecha)
CAPITAN
(Que
se detiene un instante más preocupado que nunca) (¡Pero» Dios mío! ¿A quién
habré traído yo en la carreta? (Vase)
MUTACION
CUADRO SEPTIMO
Salón
del trono. Al hacerse la mutación la escena está sola. Aparecen los cortesanos
(señoras y caballeros) que ocupan sus puestos. Luego los alabarderos, que se
sitúan, cuatro a los lados del trono, dos en la escalinata del foro y otros dos
a los lados de la puerta, primera izquierda. Luego el Rey seguido de los cuatro
consejeros. El Rey ocupa el trono.
(Música)
CORO
Dios
ilumine al soberano
para
la elección
de
laque al fin hade ser dueña
de
su corazón.
De
las princesas los retratos
hoy
el rey verá;
quién
ha de ser la preferida
pronto
se sabrá.
¿Cuál
de ella será?
Presto
se verá.
INTENDENTE
(Que
ha subido al foro)
Las
embajadas piden
permiso
para entrar.
REY
Decidles
en mi nombre
que
pueden pasar.
(Aparecen
por el foro cuatro embajadores escoceses con un pajecito, que lleva en una bandeja
de plata un medallón con retrato)
ESCOCESES
Del
país de las brumas y lagos
de
Escocia la bella,
venimos,
señor,
a
mostrarte la imagen hermosa
de
ilustre princesa
que
aspira a tu amor.
Compartir
ese trono desea
trayendo
a tu lado
ventura
sin par,
y
allá lejos aguarda anhelosa
tu
mano, que amante
la
lleve al altar,
Cumplida
ya
nuestra
misión,
el
rey dirá
su
decisión.
(El
pajecito entrega el retrato al general y este al rey)
CORO
Cumplida
ya
vuestra
misión
el
rey dirá
la
decisión.
REY
(Mirando
el retrato)
¡Princesa
seductora!
¡Belleza
singular!
Por
sus muchos encantos, un trono
merece
ocupar
CORO
(En
voz muy baja)
¡No
hay duda!
¡No
hay duda!
¡Esta
va triunfar!
(Aparecen
en el foro los cuatro embajadores italianos y el pajecito)
ITALIANOS
De
nuestra bella Italia,
de
aquel hermoso suelo
donde
es azul el cielo,
donde
es tranquilo el mar,
venimos
a ofrecerte
la
imagen peregrina
de
aquella que su suerte
contigo
ha de enlazar.
Contempla
su hermosura;
de
un alma ardiente y pura
trasunto
fiel te muestra
su
rostro seductor,
y
tiene en su mirada,
febril
y apasionada,
del
Etna y del Vesubio
el
fuego abrasador.
Nuestra
misión
cumplida
está.
Su
decisión
el
rey dirá.
CORO
Vuestra
misión
cumplida
está.
Su
decisión
el
rey dirá.
REY
(Viendo
el retrato)
¡Princesa
seductora!
¡Belleza
singular!
por
sus muchos encantos un trono
merece
ocupar.
CORO
No
hay duda,
no
hay duda,
esta
va a triunfar.
(Aparecen
cuatro embajadores rusos con su pajecito y el correspondiente retrato)
RUSOS
De
nuestro Czar
cumplimos
el mandato,
y
aquí, señor,
traemos
el retrato
de
la que aspira al alto honor
de
ser la dueña de tu amor
Es
su beldad
encanto
de la corte;
y
no hay mujer
igual
en todo el Norte,
y con
su enlace habrás de hallar
la
protección de nuestro Czar.
Aquella
de quien ves
la
imagen fiel aquí,
de
estirpe regia es,
merece
unirse a tí.
Condesa
de Stenaf,
marquesa
de Ruskof;
duquesa
de Sirchaf,
princesa
de Inkerchof.
TODOS
MENOS EL REY
Condesa
de Stenaf
marquesa
de Ruskof,
duquesa
de Sirchaf,
princesa
de Inkerchof.
(El
rey baja del trono)
(Hablado)
REY
Haciéndome
grande honor,
su
mano, amantes, me ofrecen
tres
princesas que merecen
por
su hermosura mi amor.
Mas
no toméis a desvío
que
no prefiera a ninguna;
por
desgracia, o por fortuna,
mi
corazón ya no es mío,
Rendido
a amante pasión,
más
hombre que soberano,
yo,
solo he de dar mi mano
a
quien di mi corazón.
No
por noble la escogí,
sino
por humilde y bella;
y
no desciendo hasta ella,
es
que ella sube hasta mí.
GENERAL
(¿Qué
dice?) (A los consejeros que han oído, asombrados, lo que ha dicho el rey)
REY
(Al
paje 1° que estará en el primer término derecha)
Que
pasen.
(Descorre
el paje 1° el tapiz de la primera puerta derecha y aparecen Rosa con un lujoso
traje de corte y Jeremías de oficial de ejército)
GENERAL
(Asombrado)
(¡Rosa!)
ROSA
¡Señor!
JEREMIAS
(¡Qué
malo me siento!)
GENERAL
(¡Qué
atrocidad!)
REY
(Cogiendo
a Rosa de la mano y presentándola a la corte. Os presento a la que ha de ser mí
esposa.
(Desde
este momento hasta el viva a la reina, toda la escena se hace confidencia entre
el rey y los consejeros en primer término y recatándose de la Corte lo posible)
GENERAL
¡Vos!
¡Un rey! ¡Es imposible!
GOBERNADOR
¡No
habrá razones bastantes!...
REY
Cierto
que soy rey, pero antes soy un hombre.
GENERAL
(¡Discutible!)
GOBERNADOR
Sois
un monarca y pensad...
REY
¿Pues
de que me sirve ser
monarca,
si no he de hacer
ni
en esto mi voluntad?
GOBERNADOR
Ella
no es noble... y su enlace…
REY
¡Es
ya condesa! ¡No cedo!
4
CONSEJEROS
¡Condesa!
REY
Sabéis
que puedo
hacer
noble a quien me place.
GENERAL
Bien;
pero hacer oficial
a
ese hombre sin instrucción...
(Por
Jeremías)
REY
Lo
hice con igual razón
que
te hice a tí general.
(Aparte
a este)
No
insistáis en oponeros
con
razonamientos vanos.
Sobran
aquí cortesanos
que
quieran ser consejeros.
(Va
al lado de Rosa)
4
CONSEJEROS
(¡Dimitir!)
GOBERNADOR
(No
es ocasión)
INTENDENTE
(Eso
no)
ALMIRANTE
(¡De
ningún modo!)
GENERAL
(¡Lo
aprobamos todo!... ¡Todo,
antes
que hacer dimisión!)
REY
(A
Rosa,) Mi palabra te cumplí,
y
tú mi reina serás.
ROSA
¡Que
no me olvides jamás
¡Sólo
eso espero de tí!
(La
hace pasar, llevándola de la mano, por delante de los cortesanos, que la saludan)
JEREMIAS
(¡Prima,
tendré que olvidarte!
El
perro que me mordió
no
ha rabiao, pero yo
rabio
de celos aparte)
GENERAL
(A
los consejeros)
No
hay más que tragar saliva,
y
aguantarse y no chistar.
Un
viva debemos dar.
¡Viva
nuestra reina!
TODOS
¡Viva!
(Música)
CORO
¡Viva
el rey! ¡Viva el rey!
(Himno
del acto primero)
FIN DE LA OBRA
Información obtenida en:
http://bibliotecadigital.jcyl.es/i18n/consulta/resultados_ocr.cmd?id=693&materia_numcontrol=&autor_numcontrol=&posicion=1&tipoResultados=BIB&forma=ficha
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