LAS AMAPOLAS
Zarzuela cómica en un acto y en prosa.
Original de Carlos Arniches y Celso
Lucio.
Música de Tomás López Torregrosa.
Estrenada con éxito extraordinario en el
Teatro de Apolo la noche del 21 de Junio de 1894.
REPARTO
(Estreno)
Conchita - Srta. Pino.
Blasa - Sra. Vidal.
Don Andrés - Sr. Ramiro.
Don Chicho - Sr. Rodríguez.
Pérez - Sr. Emilio Mesejo.
Bruno - Sr. José Mesejo.
Don Luis - Sr. Soler.
Mateo - Sr. Castro.
Bonifacio - Sr. León.
Mozo 1º - Sr. Ródenas.
Coro general
ACTO UNICO
Decoración —Desde la mitad de la escena,
hacia el foro, un bancal de espigas, que siegan los segadores. Al foro, telón
de un pueblo a lo lejos. A la izquierda una casa de labranza de pobre aspecto con
puertas y ventanas practicables. A la derecha se ve un establo donde se supone
que se guardan vacas: puerta practicable y suelto uno de los tablones de la
techumbre por la parte que mira a escena. Delante del bancal un gran montón de
haces de espigas, que van echando los segadores a un carro, cuya trasera se ve
entre dos cajas.
ESCENA PRIMERA
Al levantarse el telón, los Segadores,
ocupados en sus faenas cantan. Bruno, Mateo y Bonifacio cargan el carro.
(Música)
TODOS
Corta, corta.
MUJERES
Corta, corta.
TODOS
Aprieta la mano,
corta, corta.
El sol cae de plano,
pero eso no importa,
aprieta la mano,
corta, corta.
mira cuánto trigo,
mira cuánta espiga.
TODOS
Trabaja, que luego
el descanso llega;
no tienen sosiego
las horas de siega.
Canta, que el trabajo
se pasa mejor,
canta alguna copla,
canta segador.
SEGADOR
Tienes como la espiga (Dentro)
dorado el pelo,
y son dos amapolas
tus labios frescos.
¡Ay! quién pudiera,
ser el amo, amor mío,
de esa cosecha.
CORO
Corta, corta,
que el sol cae de plano,
pero eso no importa,
aprieta la mano.
SEGADORA
Segador que en Agosto (Dentro)
vas a la siega,
ocúpate tan solo
de tu faena;
no gastes bromas,
mira que tienen hoces
las segadoras.
(Sale la segadora con un cántaro de agua
y da de beber a los que están trabajando)
CARRETERO
¡Riaaa! ¡Palmera! (Dentro)
CORO
Ya llegó el momento,
basta de cortar,
ha llegado el carro
vamos a cargar.
CARRETERO
¡Riaaaa!
CORO
Pues vamos, que luego
el descanso llega;
no tienen sosiego
las horas de siega.
CARRETERO
¡Sooo!
(Durante las coplas del segador y la segadora,
las tiples imitan el murmullo de un campo de trigo y los hombres imitan el
sonido de la hoz al cortar la mies. Al terminar la música se oye el sonido de
una campana y desaparece de escena el coro, marchándose por distintos lados.
Solo quedan Bruno, Mateo y Bonifacio)
(Hablado)
BRUNO
Bueno; ahora si sus parece echaremos un cigarro
y descansaremos una miaja.
BONIFACIO
Bueno.
BRUNO
Venga la petaca. (Bonifacio se la da)
Porque vosotros, creerme a mí lo que yo sus digo: el trabajo es lo peor que
hay. ¿Por qué?... Porque tú ganas seis reales y estás too el día cargando el
carro; y en cambio, ¿qué ves?... Al amo tirando...
MATEO
¿Tirando? (Van haciendo el cigarro)
BRUNO
Sí, señor, tirando el dinero; y yo
cuando veo esas cosas me dan ganas de... dame un papel.
MATEO
(Le da un papel de fumar) ¡Ahí va!
BRUNO
Y además, ¿vosotros no sabéis de donde viene
el trabajo?
BONIFACIO
No.
BRUNO
Pues yo sus lo diré. El trabajo viene de
que el Padre Eterno hizo el mundo y detrás una criatura, que fue Adán; le
rompió una costilla y salió la primera señora; los puso juntos, y, naturalmente
hubo sus tonterías, y Dios los echó y les dijo: —«A trabajar» —y tuvieron dos
hijos, que trabajaron también. Trae lumbre.
MATEO
Pus yo le he oído decir al señor cura,
que el hombre es un ser, y un ser trabajador, y el ser trabajador...
BRUNO
E ser trabajador es mú cansao, créemelo
a mí... Porque, ¿Dios pa quién ha hecho el trabajo?
BONIFACIO
¡Pa las criaturas!
BRUNO
Bueno, pues yo ya no soy ninguna
criatura.
BONIFACIO
¡Que viene gente!
BRUNO
¡Pus arza pa el carro! (Se ponen a
trabajar)
ESCENA II
Dichos, Conchita y Blasa. Mateo y Bonifacio
siguen cargando el carro y Bruno, corriendo de un lado a otro sin hacer nada,
finge trabajar mucho
BRUNO
(Mientras los dos echan haces al carro)
¡A... rriba! ¡A... rriba! (con voz del que hace un gran esfuerzo) ¡Esto aquí!
¡Eso ahí! (Indicando dónde han de dejar la carga) ¡Tú, esto, arza! (Carga a
Mateo) Y yo... (Coge un haz, lo vuelve a dejar y les sigue gritando al llegar
al carro) ¡A... rriba! (Todo esto muy rápido)
BLASA
Saliendo) ¡Bruno! ¡Bruno! (Con misterio)
BRUNO
¡Déjame ahora, mujer, que estoy muy
ocupao! (Enfadándose)
BLASA
Ven, hombre, ven... ¡Oye!
BRUNO
¿Qué quieres? (Se acerca, saca el
pañuelo y se limpia al sudor)
BASA
(Con misterio) ¿Han venío los señores?
BRUNO
No, están todavía en la era.
BLASA
(Acercándose a la puerta de la casa)
Salga usté... señorita, que no han venido.
CONCHITA
¿Estás solo? (Saliendo)
BRUNO
Sí, señora; señorita, no tema usté.
CONCHITA
Dime, Bruno, ¿has visto a Pérez?
BRUNO
¿Al asistente del señorito Luis?
CONCHITA
Sí. (Con ansiedad)
BRUNO
No señora, señorita...
CONCHITA
Pues estate alerta que va a venir a
traerme una carta del señorito y te la dará a ti.
BRUNO
Miste, señorita, que esto pué costarme a
mí mú caro.
CONCHITA
¡Ay, por Dios! ¡Bruno, no me niegues
este favor!
BLASA
Sí, porque el apuro de hoy es terrible.
BRUNO
Pero, ¿qué pasa?
CONCHITA
Que me ha dicho mi tío que no espera
más,. y que esta tarde decidiremos el día en que me he de casar con don Chicho.
BRUNO
¿Con don Chicho? ¿Con el viejo?
BLASA
Sí, con ese usurero que nos ha arruinao.
BRUNO
¡Pero don Andrés está loco! ¡Casarla a
usté que es joven y bonita } que además está enamorada del señorito Luis, con
un viejo feo, avaro y achacoso! Pero, ¿qué va a hacer don Chicho cuando esté
casao con usté? ¿Cómo tendrá la cabeza ese hombre? Porque a una chica, ¿qué le
conviene?
BLASA
Un chico.
CONCHITA
Naturalmente.
BRUNO
Y usté, ¿por qué no ha convenció a su
tío?
BLASA
Pero, ¿cómo quieres que le convenza, si
don Andrés quiere casarla por el dinero?
BRUNO
Calla, calla, porque de ver estas cosas
se le quitan a uno las ganas de trabajar... Porque, señor, es lo que digo, y no
me aflijáis. Si usté se casa con el viejo, el señorito LUIS se quedará triste, y usté trista; pus no sean
ustés tontos y él que no deje de quererla a usté y que sea tenaz, y usté sea
tenaza, hasta que se convenza don Andrés.
BLASA
No se convencerá.
CONCHITA
Bueno, tú ahora mismo verás al asistente
y te dará una carta.
BRUNO
¿Y la tomo?
BLASA
Y te dará una propina de su amo.
BRUNO
¿Y la tomo?
BLASA
Y te vas a la taerna.
BRUNO
¿Y la tomo?
BLASA
No, y me esperas a mí, que yo iré a
recoger la carta.
CONCHITA
Eso.
BRUNO
Bueno.
CONCHITA
Y toma esta peseta. (La toma Bruno)
BLASA
¡Pero qué buena es usté, señorita!
BRUNO
(Botando la peseta en el suelo) ¡Sí que
es buena! Pues na, estéis ustés descuidas; y ahora voy á echar un trago. (Entra
en la casa)
ESCENA III
Blasa y Conchita.
CONCHITA
¡Ay, Blasa, qué desgraciada soy!
BLASA
Si es lo que yo digo, al fin no tendrá
usté más remedio que hacer lo que la ha propuesto el señorito Luis; marcharse a
Soria con su tío de usté don Fabián.
CONCHITA
Sí, pero aunque yo me decidiera,
necesite hablar con él, para ponernos de acuerdo; y el apuro mío es hoy, porque
ahora mismo vendrá don Chicho, ¿y qué le digo?
BLASA
Pues le dice usté lo que yo la he
mandao; y en vez de despreciarle, le dará usté esperanzas; pero le dice usté
que para que nadie crea que se casa usté por el interés, necesita usté que la
corteje, que salte las tapias del corral, que la lleve flores, que la dé música
y que cuando se encuentre a otros mozos los espante a estacazos, y en fin, que
haga todo lo que hacen los mozos enamorados.
CONCHITA
Sí, pues estoy decidida; lo entretendré
así hasta que hable con Luis y decidamos.
BLASA
Pues, ánimo, señorita; y ahora que
vengan cuando quieran. (Vanse a la casa)
ESCENA IV
Bruno, Mateo y Bonifacio. Después Don
Andrés y Don Chicho.
BRUNO
Qué, ¿seguimos animaos pa el trabajo?...
Pues a trabajar. (Se sienta y se limpia el sudor)
BONIFACIO
Señor Bruno, que viene el amo.
BRUNO
(Levantándose) ¡A .. rriba! (Corre de un
lado para otro sin hacer nada)
CHICHO
(Saliendo) Hola, Bruno, ¿qué tal?
BRUNO
Reventaos, señorito.
CHICHO
Bueno, bueno, pues irse a comer y dejar
el trabajo para luego.
BRUNO
¡Quiá! Yo no lo dejo para luego. A ver,
(A Mateo y Bonifacio) vámonos a comer. (Vanse)
CHICHO
¡Ay, don Andrés! ¡Ay, don Andrés! ¿Y
dice usté que ha venido Conchita?
ANDRES
Ya lo creo, ahí está, y esta tarde se
decide todo.
CHICHO
Deseándolo estoy, para hacerla feliz, y
lo será, y si ella me quisiera, le perdonaba a usté los diez mil duros que me
debe.
ANDRES
Si la chica está loca por usté, créame
usté a mí.
CHICHO
¡Ay, don Andrés! no me dé usté
esperanzas, porque cuando pienso en ella, siento aquí una cosa que me estorba,
(Sacándose del bolsillo del pecho un pañuelo muy grande)
ANDRES
No le quepa a usté duda; Conchita le
quiere.
CHICHO
Pero, ¿Y ese teniente, ese teniente que
la persigue?
ANDRES
No tema usté, que mañana se va con los quintos,
y si no se fuera, le echaba yo a estacazos del pueblo.
CHICHO
Es que he visto ya dos veces alrededor
de la casa al asistente...
ANDRES
¿A quién? ¿A un soldado?
CHICHO
Sí, a un soldado muy feo, y sospecho que
trae recaditos del amo.
ANDRES
No haga usté caso. Dentro de nada será? usté
mi sobrino. ¡Vaya un sobrino! (Abrazándole)
CHICHO
¡Vaya un tío!
ANDRES
Y ni volverá usté a ver a ese maldito
militar, ni a ese asistente tan feo. (Vanse a la casa)
ESCENA V
Pérez, saca la cabeza por entre los
haces de paja amontonados.
PEREZ
(Con gesto muy ridículo) ¡Pus no me ha
yamao feo!... ¡A mí! (Saliendo. Da un paseo ridículo por la escena) Pus me
parece que no tengo ná de feo, ¡digo yo! A no ser que lo haiga dicha por la
cara. Pero quisiera yo ver a un hombre metió entre la paja y sin probar bocao —dende
ayer, porque a la hora de comer me dijo: —«Pérez, a escape, toma esta carta, y sin
que se entere ni el sol, hazla llegar a manos de la señorita Concha.» —Vengo, y
ya iba a dar la vuelta por detrás de los trigos, cuando veo gente que se
acerca, y como si me ven sí que la gano, dije, Pérez, a la paja y ¡zas! me colé
como un grillo, y ahí me he estao hasta que se han dío tos, y por poco me
ahogo. Si yo viera a Bruno... Me acercaré. (Va hacia la casa y vuelve corriendo)
¡María Santísima, que vuelven! ¡A la paja! (Se dirige al montón de haces y se detiene)
¡No, yo no me vuelvo a la paja, que me asfixio! ¿Dónde me meto? Aquí en el establo.
(Se mete en el establo)
ESCENA VI
Conchita, Don Andrés, Don Chicho y Pérez.
CONCHITA
(Saliendo) ¡Ya vienen! Se conoce que me buscan
para hablarme. Aguardaré. ¡Valor, Dios mío! (Se retira hacia el foro)
PEREZ
(Sacando la cabeza por la tabla) ¡María
Santísima, qué mal estoy aquí! No hay más que cuatro pesebres y somos cinco,
cuatro animales y yo. ¡No quepemos!
ANDRES
Ande usté, don Chicho, allí está, (Por
Conchita)
CHICHO
Bueno, pero... ¿cómo empiezo?
ANDRES
Pues empiece usté: «Hola, Conchita, ¿qué
hay de bueno?»
CHICHO
Entendido, (va y retrocede) Bueno, ¿y si
me dice: — «Nada de particular.» —¿Qué le contesto?
ANDRES
Cualquier cosa. Pero acérquese usté con garbo.
(Conchita se acerca hasta colocarse delante del establo)
CHICHO
Con garbo, es así, ¿verdad? (Tomando una
actitud ridícula)
ANDRES
Eso es. Yo en la noria espero, (Vase)
CHICHO
Bueno; ¡allá voy! (Se acerca
contoneándose)
PEREZ
¿Dónde irá ese torero? (Sacando la
cabeza )
CHICHO
Conchita...
CONCHITA
¡Hola, don Chicho!
CHICHO
¿Qué hay de bueno?
CONCHITA
Nada de particular.
CHICHO
(¡Lo que yo me temía!)
CONCHITA
¿Va usté a la era?
CHICHO
Luego. Ahora... ahora tengo que hablar
contigo. (Haciendo un desplante)
PEREZ
¡Ole! (Don Chincho mira a todos lados)
CONCHITA
¿Hablar conmigo, y de qué?
CHICHO
¿De qué? De mi amor, porque te amo; (Muy
apasionado) porque tienes ojos de cielo y mejillas de rosa y labios de coral y
narices... y narices...
PEREZ
¡Miste qué narices!
CONCHITA
¿Pero, es posible?
CHICHO
Sí; porque tu frente pura, sí, pura; tu
mirada limpia...
PEREZ
¡María Santísima, cómo rae ha puesto una
vaca!
CHICHO
¡Limpia, limpia!...
CONCHITA
(Levantándose) (¡No hay más remedio, le
entretendré!) Pues bien, sí; yo he notado que usted me quería y le hubiese
correspondido, pero...
CHICHO
¡Cielos! Habla, vida mía, pero ¿qué?
CONCHITA
Pero temo la maledicencia y que si me
caso con usted crea todo el pueblo que lo hago por ser rica.
PEREZ
¿Qué está diciendo?
CHICHO
¿Y a ti qué te importa?
PEREZ
¡A mí ná!
CONCHITA
Y sólo aceptaría ese matrimonio con una condición.
CHICHO
¿Cuál, vida mía?
(Música)
CONCHITA
Pues escúcheme usted
que le voy a decir
cómo quiero que sean los hombres
que me amen a mí.
CHICHO
Pues empieza por Dios,
que yo quiero saber
cómo quieres que sean los hombres
que te han de querer.
CONCHITA
Ha de ser noble y galante,
muy apuesto y arrogante
y de amante corazón,
y ha de ser dicharachero
y tener mucho salero
y al decirme «yo te quiero»
que me llene de ilusión.
CHICHO
Por eso, vida mía,
no habrá cuestión,
yo arrobaré, si puedo,
tu corazón.
PEREZ
Me paice que este tío
es un melón.
CONCHITA
Y yo quiero que rendido
vaya al pie de mis balcones
y que llegue hasta mi oído
el rumor de sus canciones.
«Sal, que está, vida mía,
»muy triste el cielo
»y alumbra con tus ojos
»a los luceros,»
Y que al verme me diga
con mucho mimito,
mi vida, mi niña,
por ti me derrito,
¡ven, niña mía,
de mi corazón,
¡ay! ven por Dios,
que a tu lado, alma mía,
me siento mejor.
CHICHO
Ven, niña mía,
de mi corazón,
¡ay! ven, por Dios,
que a tu lado, alma mía,
me siento mejor.
PEREZ
¡Ay, María Santísima!
CONCHITA
Y que tenga salero
y sea torero
y entienda de aquí
y que toque las palmas.
se cante y se baile
marcándose así.
(Empieza a marrar el baile y don Chicho la imita bailando grotescamente)
Por mirar tus ojos, chiquilla,
no sé qué me pasa,
que me estoy por la noche y el día
rondando tu casa.
Si no sales me vuelvo loquito
porque no te veo,
y si sales me pongo malito,
porque me mareo.
(Repiten el baile)
Y pegue de firme
y tenga valor
y a todos los venza
a fe y corazón,
y entonces a él sólo
daré yo mi amor
y con él, orgullosa, del brazo
me iría yo.
(Hablado)
CHICHO
¿Eso nada más, bien mío?
CONCHITA
Eso. Venir de noche, saltar las tapias,
traerme flores, darse de palos con los que me rondan...
CHICHO
¿Y después?...
PEREZ
¡Arnica!
CHICHO
¿Te casarás conmigo?
CONCHITA
En seguidita.
CHICHO
Pues no digas más.
CONCHITA
(¡Cielos, se atreverá!) ¿Pero va
usted?... (Muy agitada)
CHICHO
Voy a merecerte. ¡Voy... a la noria a
hablar con tu tío!
CONCHITA
(¡Dios mío!)
CHICHO
Y gracias, lucero matutino; gracias por
tu amor. Y mira, ya ando con más garbo que un joven de quince años... Adiós...
(Hace medio mutis contoneándose)
PEREZ
¡Saleroso!
CHICHO
¡Retrechera! (Queriendo tocaría la cara)
CONCHITA
¡Pero estese usted quieto! (Huyendo
hacia la casa)
CHICHO
¿Y por qué me has dicho saleroso?
CONCHITA
Yo no he dicho nada. (Se mete en la casa)
CHICHO
¡Es mía, mía... A la noria! (Vase)
PEREZ
¡Toreraso!
ESCENA VII
Pérez, luego Bruno.
PEREZ
(Desde arriba) ¡Maldita sea! ¡Y que se
vea esa pobre chica sufriendo, y mi amo allá abajo y yo aquí arriba, por culpa
de este tío viejo! En fin, yo sargo de aquí, y ahora que no están, me acerco a
la casa y le largo la carta. (Se oculta)
BRUNO
(Por la izquierda) ¡Na, que pué que
haiga venío, pero que no encuentro al asistente! (Empieza a mirar y desaparece
por el lado contrario de donde ha salido)
PEREZ
(Saliendo del establo y sujetándose el
estómago con ambas manos) ¡María Santísima! ¡Lo que me figuraba! ¡Bajo der
pesebre, tropiezo con una vaca, y cómo está eso tan escuro, empieso a andar
como er que cita a recibir y recibo un topetazo de la ternera que me ha
deshecho el estómago! ¡Zape, un hombre! (Se esconde en el establo)
BRUNO
(Saliendo) ¡Na, que no lo veo!
PEREZ
(Viendo que es Bruno) ¡Cuerno! ¡Es Bruno!
Gracias a Dios... (Va despacio y le toca en el hombro) ¡Bruno!..
BRUNO
(Asustándose mucho) ¡Aaah!
PEREZ
¡Que soy yo!
BRUNO
¡Pérez! ¡Demontre, qué susto!...
PEREZ
¡Se me acaba la paciencia!
BRUNO
Pero, ¿dónde estabas metió?
PEREZ
En el establo hace una hora y me he
reventao. ¡Ay, mi estómago!
BRUNO
¿Pus qué te ha ocurrió?
PEREZ
¡Que me ha hecho daño la ternera!
BRUNO
¿Has comió mucha?
PEREZ
¡Quiá, hombre! ¡Que me ha dao un
topetazo en el estómago la ternera esa que tenéis ahí!
BRUNO
¿La Cariñosa?
PEREZ
¡Camará, vaya un cariño!
BRUNO
¿Y dónde te ha dao?
PEREZ
En el vacío. (Se señala lodo el estómago)
BRUNO
¿Y a eso le llamas el vacío?
PEREZ
Naturalmente, hombre, ¿no ves que estoy sin
comer todavía?...
BRUNO
Bueno, ¿traes la carta?
PEREZ
Aquí está, toma y cudiao, ¿eh? (Se la da)
Que se la entregues a la señorita, de seguida.
BRUNO
¡Descansa, Pérez!
ESCENA VIII
Dichos y Don Andrés, que sale
ocultándose por la izquierda y recorre la escena hasta situarse detrás de la
casa.
ANDRES
¡El asistente aquí! ¡Y Bruno con una
carta en la mano! ¡Los cogí! (se oculta)
BRUNO
(A Pérez, que va a marcharse) Y oye, no
te ha dao tu amo ná pa mí?
PEREZ
¡Ah, sí! Me ha dao una pieza de dos
pesetas, y me ha dicho que te diera ocho reales y me quedara con dos.
BRUNO
¿Con dos qué?
PEREZ
Con dos riales.
BRUNO
Pus... pus... no sale la cuenta.
PEREZ
Trae y verás. Dame seis ríales...
BRUNO
Ahí van.
PEREZ
Toma las dos pesetas, y arreglaos.
BRUNO
¿Arreglaos?
PEREZ
¡Claro! Tú me das seis riales, yo te doy
ocho ríales... resta; ¿cuánto llevas?
BRUNO
(Registrándose el bolsillo) No llevo
más.
PEREZ
Llevas dos, ¡bárbaro!
BRUNO
Es verdad.
PEREZ
Pues son los dos que yo me guardo. ¿A ti,
qué me han dicho que te dé? ¿Dos pesetas?
BRUNO
Si.
PEREZ
Pues aquí están, y cuenta redonda.
BRUNO
Pero, ¿y los seis reales?
PEREZ
¡Camará, no sabes quebraos! .. (Vase
Pérez)
BRUNO
(Se queda pensativo y contando con los
dedos) Dos... tres... (sigue contando y fe dirige hacia la casa)
ANDRES
(Saliendo al encuentro y quitándole la
carta que lleva en la mano izquierda ) ¡ Alto!
BRUNO
¡Ocho! (Asustándose) ¡Aaah! ¡Don Andrés!
ANDRES
¡Miserable!
BRUNO
¡Estoy perdío!
ANDRES
¿Qué es esto?
BRUNO
Por Dios, don Andrés... yo... yo...
ANDRES
¡Es una carta para mi sobrina, que te ha
dado ese asistente... ya lo sé, infame!
BRUNO
(¡María Santísima!) Yo... es que... me
la ha dao...
ANDRES
¿Y tú, por qué la has tomado?
BRUNO
¡Por... por... por no despreciarla!...
ANDRES
(Rompe el sobre y la lee) ¿Qué le dirá?
¡Veamos! (Lee) «¡Chacha mía!» ¿Chacha suya? ¡Toma! (Le pega un cogotazo)
BRUNO
¿Y yo, qué culpa tengo?
ANDRES
(Lee en voz baja) ¡Cuerno! (Leyendo y
separándose de Bruno) «Conchita de mi vida: si esta tarde, al dar un paseo por
el campo, veo que llevas en el sombrero un ramo de amapolas, esta noche, a las
nueve, saltaré las tapias de tu jardín y subiré hasta tu ventana, porque
necesito hablarte; si no llevas las amapolas, es que no debo ir. ¡Dios quiera
que las vea en tu sombrero! No te olvidará nunca tu Chacho.» ¿Su chacho? ¡Toma!
(Le da otro cogotazo)
BRUNO
¡Pero yo qué culpa tengo!
ANDRES
¿Conque amapolas en el sombrero de mi sobrina?
¡Esta es mi venganza! ¡Ah, las verá, las verá é irá! ¡Y para cuando vaya, se acordará
de mí para siempre!
BRUNO
¿Qué dirá la carta?
ANDRES
¡Bueno!
BRUNO
¡Don Andrés!
ANDRES
Vete a ese bancal y coge un puñado de amapolas,
y tráemelas.
BRUNO
Amapolas... ¿pa qué?
ANDRES
¡A ti qué te importa, granujal ¡Obedece
y calla!
BRUNO
Voy, voy corriendo, (Vase)
ESCENA IX
Don Andrés y Don Chicho.
ANDRES
Por fin voy a acabar con estos amores de
una vez... ¡Pero, ay, si don Chicho supiera lo del chacho, todo se perdía!
(viéndole) ¡El! ¡Disimulo! (Se guarda la carta)
CHICHO
¡Don Andrés, venga un abrazo! (Se
abrazan) ¡Albricias! He hablado con Conchita, y me ha dicho que sí...
ANDRES
(¡Que sí? ¿Pero qué le ha preguntado
usted?
CHICHO
Que si me quería.
ANDRES
¿Y ha dicho que sí? (Con extrañeza)
CHICHO
¡Claro; y resulta que está loquita por
mí! ¡Y hasta me ha llamado saleroso; lo que es que luego le ha dado vergüenza!
ANDRES
¡Saleroso! (¡Está loco, está loco! ¡Si
supiera la verdad!..)
ESCENA X
Dichos y Bruno, con un ramo de amapolas.
BRUNO
¡Aquí están las amapolas! (Dándoselas a
don Andrés)
CHICHO
¡Amapolas! ¿Y para qué es esto?
ANDRES
Pues nada, como ahora no hay otras
flores, se las llevo a Conchita, para que con ellas se adorne el sombrero.
CHICHO
Muy bien. Vamos a buscarla, que ya es
hora de que demos nuestro acostumbrado paseo hasta los lagares...
ANDRES
Vamos, (A Bruno) ¡Y tú, silencio!
BRUNO
¡Este tío ya no me suelta!
ESCENA XI
Bruno
BRUNO
¡Me han reventao! ¡Don Andrés me ha
cogió la carta, y Pérez se me ha llevao el dinero y me ha engañao! Porque,
vamos a ver: ocho reales que me tenía que dar, y seis que yo tenía, catorce, y
dos que eran pa él, dieciséis, y ocho que me debía haber entregao, veinticuatro,
y seis que yo no debía haberle entregao, treinta... ¡Ná, que se ha llevao una
barbaridad de dinero!
ESCENA XII
Bruno, Conchita, Blasa, Don Andrés y Don
Chicho.
CONCHITA
(Sale poniéndose las amapolas en el
sombrero) ¡Pero, tío; pero, por Dios, si me están muy mal! ¡Qué capricho!
ANDRES
¡Pues no dice que le están mal las
amapolas!...
CHICHO
¿Mal?... ¡Y pareces la ninfa de la
primavera!...
CONCHITA
¡Primavera!... ¡Primavera!...
ANDRES
Blasa, ¿lleva usted la merienda?
BLASA
Todo va aquí. (En la cesta que lleva al
brazo)
ANDRES
¡Pues, andando!
CHICHO
¡Tú de mi brazo, pedazo de gloria! (A
Conchita)
ANDRES
¡Tú a mi lado, pedazo de bruto! (A Bruno)
BLASA
Y yo con la cesta, (Vanse)
MUTACION
CUADRO SEGUNDO
Telón corto de calle de un pueblo.
ESCENA PRIMERA
Mozos y Mozas; después Pérez. Las Mozas
llorando, formando parejas con ellas los Mozos.
(Música)
ELLAS
¡Jí, jí, jí!
Mira que es desgracia
el tocarte a ti.
Un mozo tan guapo
y tan bien portao,
tener a la fuerza
que ir a ser soldao.
¡Jí, jí, jí!
Mira que es desgracia
el tocarte a ti.
ELLOS
No te apures, chica,
que ya volveré
y con los galones
que me ganaré:
pero lo que siento
es dejarte a ti.
ELLAS
¡Jí. jí, jí!
TODOS
Mira que es desgracia
el tocar te / me a ti / mí:
PEREZ
Muchachos y muchachas,
¿por qué sus apuráis'?
¿Sus ha tocao la suerte
y encima sus quejáis?
ELLAS
Señor asistente,
¡si es que se los llevan
y las pobres mozas
sin novio se quedan!
Y si en el servicio
les hacen sufrir,
¡pobrecitos mozos,
se van a morir!
PEREZ
Callarse, zalameras.
Vosotros, escuchar (A ellos)
y veréis que es el servicio
el mejor oficio
que se puede imaginar.
¡Tararí! ¡Atención!
Cuando tocan la diana,
aunque tú no tengas gana
te prencipias a vestir,
(Todos imitan él vestirse)
y las prendas de uniforme
porque el cabo esté conforme,
es preciso sacudir.
(Idem, como si se sacudieran)
Aluego te vistes
de pies a cabeza,
pasas la revista
de aseo ú limpieza.
¡Firmes! ¡Ar!
Y si por descuido
te farta un botón,
te da el cabo tres galletas,
dos patas en cierta parte,
tres pellizcos, cinco tortas
y un capón.
¿Y qué? Firmes otra vez. ¡Eh!
Te comes el rancho
en tres cucharás.
Suena la corneta,
tocan a formar.
y el Maüsser al hombro
y el aire gentil,
suena la charanga
y venga de ahí.
(Todas imitan la charanga, figurando
tocar cada uno un instrumento)
Pa ver a chicos tan resalaos
tóos los balcones están cuajaos,
y al ver las chicas mi aire marcial,
muchas veces me han gritao...
«¡Saleroso!»
«¡Cuerpo bueno!» «¡Uy, qué andares!»
«|Si parece un general!»
Y yo las miro con diznidad,
pero no pierdo marcialidaz,
sólo hago caso del oficial
que dice: «¡Marchen, de frente! [Ar!
(Marcha seguido de todo el coro, que va
formado)
CORO
Y el Maüsser al hombro
y el aire gentil,
suena la charanga
y venga de ahí.
PEREZ
¡Tararí!
(Hablado)
PEREZ
¡Vivan los quintos!
TODOS
¡Vivan!
PEREZ
¡Vivan las quintas!
TODOS
¡No, no! ¡Abajo, abajo!
PEREZ
¡Pero, brutos, si las quintas son las
novias de los quintos!
MOZO 1º
¡Es verdad! ¡Entonces que vivan!
TODOS
¡Vivan! (Vanse con mucha algazara, y
repitiendo el motivo de la charanga)
PEREZ
¡Pues claro! Y yo sin encontrar a mi
tiniente, por más que le busco, y sin comer; pero lo primero es lo primero. Me
voy a buscar una libreta y un racimo de uvas. ¡La ternera me ha debilitao!
(Vase a grandes pasos por la derecha)
ESCENA II
Don Luis y Bruno, por la izquierda.
LUIS
(Saca a Bruno cogido de las orejas) Pero
pedazo de bruto, ¿qué has hecho?
BRUNO
¡Ay! ¡Yo no he hecho ná... yo no he
tenido la culpa!
LUIS
¡Conque te ha quitao la carta don
Andrés! ¿Y cómo ha sido?
BRUNO
Pues verá usté: ha venío Pérez y me ha
sacao una carta y me ha sacao una cuenta.
LUIS
¿Y qué más?
BRUNO
Y me ha sacao seis reales y me ha dao la
carta y se ha guardao el dinero y se ha ido, y cuando yo llevaba la carta en
esta mano pa entregársela a la señorita y me despedía de Pérez y de los seis
reales... ¡pura! don Andrés que me la quita, me da dos puñetazos y escomenzó a
leerla.
LUIS
¿Y tú oíste lo que leía?
BRUNO
Yo no me enteré más que del principio y del
fin, (Echándose mano al sitio donde don Andrés le pegó) lo cual que yo le
pediría a usté un favor antes de que se me olvide.
LUIS
¿Qué favor?
BRUNO
Que no vuelva usté a poner Chacho en las
cartas, porque luego lo pago yo.
LUIS
¿Y la señorita no ha visto la carta, ni
sabe nada de ella, ni que su tío la ha leído?
BRUNO
¡Qué va a saber! Si don Andrés no me ha dejao
que me arrimara a ella pa decírselo. Y gracias que me he podío escapar pa
contárselo a usté todo, y advertirle, además, que usté esté prevenío, que don
Andrés ha citao a tóos los mozos del pueblo que tengan bríos y estacas, pa que
a las siete estén aquí con las estacas.
LUIS
¡Cuerno!
BRUNO
Lo cual que yo me figuro que no es pa
osequiarle a usté.
LUIS
Y después de leer la carta, ¿se habrá
puesto furioso con la señorita?...
BRUNO
Eso creía yo; pero ¡quiá! al contrario;
me ha mandao ir al bancal, coger amapolas, y, que quieras que no, ha hecho que
la señorita se adornara con ellas el sombrero.
LUIS
¡Caracoles! (Aparte) ¡Qué paliza me
largan si no me avisa éste! (Pansa) Pues, nada; ojo por ojo y diente por diente;
les voy a hacer una jugarreta terrible, sí, y de una vez acabo con esta
situación. ¡Animo! (Alto) Oye, Bruno.
BRUNO
¡Mande usté!
LUIS
¿Tú podrás hablar con tu mujer?
BRUNO
¡Quiá! ¡Si dende que andamos en esto de
ustés, hace tres días que estoy deseando pillarla sola pa explayarme con ella y
contarle mis penas, y don Andrés no me deja!
LUIS
Pues es preciso que veas a la señorita y
le des este papel, (Escribe en una hoja que arranca, de una cartera de bolsillo)
¡Toma!
BRUNO
Pero no ponga usté Chacha, ¿eh?
LUIS
Ve tranquilo.
BRUNO
¡Pus, adiós, don Luis, y que le coste a
usté que su asistente ha tenío la culpa de too!
LUIS
¡En cuanto le coja, le reviento! ¡Le voy
a dar más puntapiés!... (Vase seguido de Bruno por la izquierda)
ESCENA III
Pérez sale con una libreta y un racimo
de uvas.
PEREZ
¡Nadie! (Mira a todos lados) Esto me lo
jamoyo, pero que mú tranquilo. ¡Afortunadamente no me amenaza denguna pata de
mí amo, que Dios sabe aonde andará! ¡Porque yo sé que el amor es la pasión más
dislocante y más inmoviliza que se ha conocío! ¡No para uno! ¡Pero el hambre,
cámara, el hambre es muchísimo peor; cuando se tiene hambre, no para uno... de
comer! ¡Y una cosa es que mi amo, que ama, ame, y otra que yo que no jamo,
(Tira un bocado al pan) jame! ¡Y luego que hay que reflexionar y comprenderlo
too! Lo mismo es lo de mi amo que lo mío, porque la libreta y la mujer se
parecen muchísimo. ¿Por qué las busca uno? ¡Por la debilidaz! ¿Qué es lo
primero que se le ocurre a uno cuando las ve? ¡Tirarlas un bocao! ¿Que son
tiernas? ¡Cuestión de un momento! ¿Que son duras? Pacencia y mandíbulas! ¡Y lo
mismo a la mujer que a la libreta, cuando no las quiere uno del too, pues las
parte por la meta! ¿Que son jóvenes? ¡Sopas! ¿Que son viejas? ¡Migas! Siempre
sirven pa argo. Pus, ¿y er queso que me he comprao? El queso se parece... (Empieza
a buscárselo en los bolsillos) el queso parece... (signo buscando) el queso no parece.
Me lo he dejao en la tienda. ¡Mardita sea! ¡Pus no vuervo! ¡Comeré pan y uvas!
ESCENA IV
Pérez y Don Luis; que sale por la derecha.
LUIS
Demonio! ¡Ese bergante aquí! ¡Le voy a reventar!
¡Pérez!
PEREZ
¡María Santísima, mi tiniente aquí! ¡Yo
me escondo esto! (Se esconde la libreta en la espalda, debajo de la chaquetilla)
¡Mi tiniente! (Se cuadra)
LUIS
¿Qué haces aquí?
PEREZ
(¡Me ha jorobao!) ¡Pus... buscándole a
usté!
LUIS
¿Conque a mí? ¡Arriba esa mano!
PEREZ
¡Mi tiniente! (Se sube a la frente la
izquierda)
LUIS
¡La otra!
PEREZ
(Titubea y saluda con la mano derecha,
en la que tiene el racimo de uvas, de modo que le queda junto a la cara) ¡María
Santísima!
LUIS
¿Qué es eso?
PEREZ
¡Uvas!
LUIS
¡Bergante! ¿Y es así como me buscas? ¿Comprando
uvas?
PEREZ
¡Porque necesitaba comer pa buscarle a
usted con más bríos!
LUIS
¿Con más bríos! ¡Toma, granuja! (Dándole
en la espalda) ¡Caracoles, qué duro! (Soplándose los dedos)
PEREZ
Pues es de hoy.
LUIS
¿El qué?
PEREZ
(Sacándolo) ¡El pan!
LUIS
¿Pan, también?
PEREZ
Pa los bríos, mi tiniente.
LUIS
Cuádrese usted.
PEREZ
(Con las dos manos arriba) ¡Me tengo que
cuadrar con la merienda!
LUIS
¿Has cumplido mi encargo?
PEREZ
Sí, señor. (Da un bocado al racimo que
tiene junto a la cara y come unas uvas)
LUIS
¿Le has dado la carta a Bruno?
PEREZ
Sí, señor. (Muerde el pan)
LUIS
¿Y cómo?
PEREZ
(Mordiendo las uvas ) ¡Cómo!
LUIS
¿Que cómo? pregunto.
PEREZ
Pues con el cudiao de siempre. (Muerde
el pan)
LUIS
Abajo las manos.
PEREZ
(¡Ma cortao la digestión!)
LUIS
¿Y no te ha visto nadie?
PEREZ
¡Arsolutamente! ¡Pué usté ir esta noche
a ver a la señorita a las nueve y entretenerse hasta la media ú más, pero mú
tranquilísimamente!
LUIS
¡Bueno; pues oye, puesto que no hay
temor ninguno, he pensado que esta noche a las nueve, con mi capa y mi gorra,
vayas tú!... ¡Toma! (Dándole la capa)
PEREZ
¿Yo? ¿Que vaya yo?
LUIS
Sí; necesito que me sustituyas...
PEREZ
(¡María Santísima! ¿Quesera esto?) ¡Que
yo no sirvo para sustituto, mi tiniente!
LUIS
Tengo un propósito y para realizarlo con
fortuna, es preciso que me ayudes y hace falta que al verte te confundan
conmigo.
PEREZ
(Y me arreen una paliza, como otra vez
que me confundieron, es decir, que me molieron)
LUIS
¡Ah! ¡Y quiero pagarte el servicio;
toma, un duro!
PEREZ
(¿Un duro? ¡María Santísima, me la he
ganao!)
LUIS
¡Creo que no te quejarás!
PEREZ
Según Como arreen. (Acción de pegar)
LUIS
Vamos, inmediatamente.
PEREZ
¡A la orden! ¡Pase usté, mi tiniente!
LUIS
Pasa, he dicho. (Vase por la izquierda
don Luis y Pérez por el lado contrario, asomando inmediatamente la cabeza)
ESCENA V
Pérez que sale poco a poco.
PEREZ
¡Me ha reven tao! En cuanto él se
entromete con una mujer y me da la capa, la gorra y el duro, me lisian. ¡Pero
que me lisian! El año antipasao, por mor de una señora casada, me dio la capa,
la gorra y el duro y me puso de sustituto en una esquina y me dijo: «Tú, ahí,
quieto, hasta que te avisen» ¡Y el aviso fue que el marido de la señora me dio
contra una esquina un sobo, pero superior! Le miré y aquello era una furia; yo,
al ver cómo me pegaba, como no soy manco, puse el brazo, asín, pa que viera que
yo no era er tiniente y pa que no me diera en la cara, pero él miraba la manga y
seguía pegando, y eso que no veía las estrellas... pero er que veía las
estrellas era yo. ¡Camará, qué gorpes! ¡Me dio una pata en el hueso dulce, que
me lo amargó pa toa mi vida! ¡Y eso que dicen que a nadie le amarga un dulce!
¡Y esta noche me pasa argo igual! ¡Y eso que a mi esta noche no me la dan!
¡Pero, nones! ¡Yo suerto esto, aunque pierda er duro! ¡Me largo a la taberna y pongo
otro!
ESCENA VI
Dicho, Mateo y Bonifacio, que salen con
cargas de leña.
PEREZ
(Al verles venir) ¿Quiénes serán estos?
MATEO
¡Buenas noches, Pérez!
PEREZ
(¡Demontre, la combinasión!) ¿Ande vais?
MATEO
A casa el amo, a dejar esta leña.
PEREZ
Hombre, a propósito de leña. Oye, Mateo.
MATEO
Déjame, que tengo prisa.
PEREZ
Ascucha, que te voy a decir una cosa...
MATEO
(Deja la leña y se acerca) ¿Qué quieres?
PEREZ
Un negocio superior. (Le lleva aparte)
¿Quiés ganarte tres pesetas?
MATEO
Ya lo creo. ¿Cómo?
PEREZ
Pues mú fácilmente.
MATEO
¿Qué hay que hacer?
PEREZ
Na, te pones esta capa y esta gorra y te
estás donde yo te diga, que ya te avisarán.
MATEO
¿Y pa qué?
PEREZ
¡Pus no preguntas tú poco con tres
pesetas! Pus pa na, porque mi amo ma encargao que le aguarde con eso puesto,
por si a la madruga tié frío, y como yo quió hablar con mi chica, pues mientras
hablo, tú me lo guardas. ¿Acetas?
MATEO
Vengan las tres pesetas.
PEREZ
Pus toma la capa y la gorra, cárgale a
ese la leña y vente pa la taberna, que allí te espero.
MATEO
En seguida voy. Vengan las tres pesetas.
PEREZ
¡Ahí van! ¡Hasta luego! ¡Qué palos me he
quitao de encima! ¡Y me sobran ocho ríales! (Vase)
ESCENA VII
Mateo y Bonifacio.
MATEO
Yo no me fío. ¡Tres pesetas por ponerse
una capa!... ¡Esto es algo!
BONIFACIO
¿De qué hablabais? (Acercándose)
MATEO
¿Quiés ganarte una peseta?
BONIFACIO
Ya lo creo. Venga, venga. ¿Cómo?
MATEO
Pus no tiés más que hacer que ponerte
esta capa y esta gorra y aguardarte donde él te diga, que ya te avisarán.
BONIFACIO
¿Quién?
MATEO
¡Pus no preguntas tu ná por una peseta!
Pérez, pa dárselo a su amo.
BONIFACIO
Venga la peseta. ¡Qué gracia! ¿Y dan
cuatro ríales por esto? ¡Serán tontos!
MATEO
Pus lárgate a la taerna que allí te
espera, y dile que yo no puedo ir, que vas tú.
BONIFACIO
Venga la capa y la gorra.
MATEO
¡Toma!
BONIFACIO
Hasta luego, (Hace medio mutis) ¡Ah!
Llévate tú la leña, ¿eh? (Vase)
MATEO
¡Pué que te la lleves tú! (se carga la
leña) ¡Y me han sobrao dos pesetas! (Vase)
MUTACION
CUADRO TERCERO
Decoración. Escena dividida por la tapia
del jardín de una casa que se ve a la izquierda, con ventana practicable. En
una pequeña parte de la casa, que será saliente y dará frente al público, una ventana
baja practicable, y debajo de ella un banco de piedra, que hará más fácil el
acceso a ella. En el jardín, tapia al foro, quedando espacio entre la tapia y
la casa, y del fin basta la batería; en esta parte de la tapia puerta
practicable. Dentro del jardín una leñera, garita ó barracón, con puerta
practicable. En la parte de la escena, a la derecha, una calle. Telón de foro,
casas de pueblo.
ESCENA PRIMERA
Conchita, Blasa y Bruno
(Al levantarse el telón, están por la
parte del jardín Conchita y Blasa, y Bruno, viniendo por la calle, entra por la
puerta que hay en la tapia)
BRUNO
Señorita, ya está tóo arreglao; a las
diez estará Nemesio con el carrito en el camino de los Olmos, y mañana, antes
que salga el sol, están listes en Soria, en casa de don Fabián.
CONCHITA
¿Pero tú no has visto al señorito Luis?
BRUNO
No he podido encontrarlo.
BLASA
¿Dónde has ido?
BRUNO
Primero fui a la bodega del tío Cano,
aluego a la taerna, salí, di la vuelta pa la otra taerna, y ya no paré hasta la
otra taerna.
BLASA
Y total, ¿qué?
BRUNO
Treinta y dos copas.
BLASA
¿Y qué hacemos?
CONCHITA
Pues esperarle: él no puede tardar, tú
le aguardas aquí, (A Bruno) y tú por la huerta, (A Blasa) y en cuanto le veáis
le ocultáis y venís a avisarme.
BLASA
Muy bien. (Se oye la música)
CONCHITA
¿Qué es eso?
BRUNO
Ná, los quintos que se van mañana y
andan despidiéndose de sus novias.
CONCHITA
Pues vámonos, no vayan a acercarse por
aquí.
ESCENA II
Coro de Quintos, que salen con guitarras.
(Música)
CORO DE QUINTOS
Hemos caído quintos
en este sorteo,
vengo a despedirme
por si no te veo:
contigo en la plaza
ya no bailaré,
y sabe Dios cuándo,
cuándo volveré.
Tipitipitín
tipitipitón,
tipitipitín
tipitipitón.
A la guerra me voy, madre,
porque me obligan a ir,
si de la guerra no vuelvo
sólo lo siento por ti.
Aunque me voy lejos
tú vienes conmigo,
pues siempre te quiero
y nunca te olvido,
niña de mi vida
no me hagas sufrir
y como te quiero
quiéreme tú a mí.
Por más que te canto, niña,
siento ganas de llorar,
porque me voy a la guerra
y allí me pueden matar.
Aunque me voy lejos
etc., etc. (Vanse cantando)
ESCENA III
Bonifacio con la capa y la gorra por la
calle. Luego Bruno y Blasa.
(Hablado)
BONIFACIO
(Sale corriendo) ¡Já, já! ¡Qué chasco!
Al salir de esta calle iba yo embozao y me han visto los de la ronda, y
creyéndome el tiniente, se han parao y me han hecho así. (Saludo militar) Yo
creí que iban a pegarme y he echao a correr y han dicho, va deprisa, va
deprisa... En fin, cumpliré las instrucciones del asistente, que me ha mandao
que me esté aquí y que me calle, pase lo que pase, hasta que él venga.
BRUNO
(Sale por detrás de la casa) ¡Dios
quiera que haiga venido! ¡Saldré a veri (Atraviesa el jardín y abre la puerta)
BONIFACIO
¡Y si esto es un lío!
BRUNO
(Saliendo) ¡Cuerno! ¡Ahí está! La capa,
la gorra... ¡El tiniente es! (Se acerca a Bonifacio y le da en un hombro)
¡Chist!
BONIFACIO
¡Demontre! (Embozándose)
BRUNO
Silencio, soy yo. (Tapándole la boca con
una mano y con la otra cogiéndole a Bonifacio la suya) Venga usté.
BONIFACIO
¡Es el tío Bruno! ¡Ay, sí me conoce!
(Resistiéndose)
BRUNO
Venga usté. No hay cudiao. (Tirando de
él)
BONIFACIO
¿Dónde querrá llevarme? (Resistiéndose)
BRUNO
¡De prisa, hombre, que si estamos un
minuto más aquí, nos pué costar la vida!
BONIFACIO
¡Demontre! (Dejándose llevar deprisa.
Atraviesan el jardín. Bruno abre la ventana que da frente al público)
BRUNO
Suba usté. (Bonifacio sube) ¡Arriba!
¡Quieto ahí dentro, que ahora vendrá ella! (Cierra la ventana) ¡Ya le tenemos
seguro; voy a avisarla! (Se mete en la casa)
BONIFACIO
(Abre la ventana y saca la cabeza) ¡Ay!
¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡Yo me voy de aquí! ¡Va a venir una mujer!... ¡Eso sí que
me da miedo! ¡Es mucho esto por una peseta! ¡Me voy! ¡me voy! (saltando por la
ventana)
BLASA
(Sale por la cal le viniendo por detrás
de la tapia del foro) He mirao por la huerta y no le he visto. ¿Si andará don Luis
por aquí y Bruno se habrá descuidao?
BONIFACIO
¡Y no se ve ná!
BLASA
(Entreabre la puerta del jardín y mira)
¡Uy, si está aquí dentro! (Acercándose) Chist, que soy yo.
BONIFACIO
¡Carape! La mujer que iba a venir.
BLASA
¡Gracias a Dios! (cierra la puerta del
jardín)
BONIFACIO
(Huye buscando la puerta) ¡Dios mío, que
no me haga ná! ¡Yo me avergüenzo... me alicorto!
BLASA
Deme usté la mano. (Le coge la mano)
BONIFACIO
¡Uy! como aprieta, a mí me va a dar
algo.
BLASA
(Le lleva a la leñera y abre la puerta)
Entre usté aquí, y aguarde usté que ahora vendrá ella. (Le encierra. Vase)
BONIFACIO
(Sacando la cabeza) ¡Otra! ¡Va a venir
otra! ¡Dios santo! ¿pero qué voy a hacer yo con tanta mujer? ¡Y me ha encerrao!
(Se esconde)
ESCENA IV
Conchita, Bruno y luego Blasa.
BRUNO
¡Chits!... sin hacer ruido... aquí le
tengo en mi cuarto, (señalando a la ventana) Cuando yo salí, ya estaba
aguardando.
CONCHITA
Y ¿qué te ha dicho?
BRUNO
Como hablar no ha hablao ná.
CONCHITA
No le dejaría la emoción.
BRUNO
No sé si sería la emoción ó que le tapé
la boca.
CONCHITA
Vamos, vamos a verle...
BRUNO
Aguarde usté, que me parece que oigo
ruido... voy a ver... (Va por detrás do la casa)
CONCHITA
Sal en seguida.
BLASA
(Primer término) Chist... chits...
¡Señorita!
CONCHITA
¡Blasa!
BLASA
Alégrese usté; ya está aquí el señorito Luis.
CONCHITA
Ya lo sé; ésta encerrado el pobrecito.
BLASA
Pero ¿ha estado usté en la leñera?
CONCHITA
No, pero sé que ha venido.
BLASA
Y ¿quién se lo ha dicho a usté?
CONCHITA
Bruno.
BLASA
Pero ¿Bruno le ha visto?
CONCHITA
Ya lo creo; como que le tiene escondido
es su cuarto.
BLASA
¡Ah! (Gritando)
CONCHITA
¡Chist, calla! ¿Qué te pasa?
BLASA
Que no puede ser; que el señorito Luis
acaba de llegar y le he encerrado yo en la leñera.
CONCHITA
¡Ah! (Gritando)
BLASA
¿Qué le pasa a usté?
CONCHITA
Que no puede ser.
BLASA
Pero si yo le he visto.
CONCHITA
¡Dios mío! ¡Ay, Blasa!
BLASA
¡Ah, señorita!
BRUNO
(Saliendo) ¡Sernos felices! ¡Já, já!
¡Qué listo he sío! Podemos verle sin miedo; no hay,
novedá.
BLASA
¡Ay!
CONCHITA
¡Ay!
BRUNO
¡No hay!
CONCHITA
¡Si es que dice Blasa que ahora mismo
acaba de encerrar en la leñera al señorito Luis, conque figúrate si hay.
BRUNO
¡Ay! ¡ay! (Con espanto) ¡Pero si no
puede ser! ¡Si le tengo yo en mi cuarto!
BLASA
¿Qué has de tener, so bruto, si le acabo
yo de meter ahí?
BRUNO
¡La has metido! ¡La has metido!
CONCHITA
¡Ay, Dios mío! ¿Qué habéis hecho?
BRUNO
Una barbaridad de ésta.
BLASA
O de éste, porque es muy bruto.
BRUNO
Oye: ¿y no .será una ilusión tuya?
BLASA
¿Qué ha de ser, si todo el mundo te lo llama?
BRUNO
¿Si digo que sea don Luis el tuyo?
CONCHITA
¿Tú tienes la seguridad? ¿Le has visto?
BLASA
Como la veo a usté.
BRUNO
No se fíe usté, que es miopa.
CONCHITA
Entonces, ¿qué hacemos?
BRUNO
Pus hay que deshacer el error; pero yo
pa deshacer el error, necesito una estaca.
BLASA
¡Nada; que es el mío!
BRUNO
¡Es el mío! (Se oye a don Luis que canta
desde lejos)
LOS DOS
¡Ay! (Horrorizados) No es ninguno de los
dos.
ESCENA V
Dichos, Don Luis, Pérez y a1 final del
número Don Andrés por la ventana alta de la casa
(Música)
LUIS
Sal, que está, vida mía, (Dentro)
muy triste el cielo,
y alumbra con tus ojos
a los luceros.
CONCHITA
Ese que canta,
no hay duda, es él,
esa es la seña.
BRUNO
No puede ser.
¡Si sería que el amo, escamado,
se ha puesto aquel traje para vigilar
y es el amo el que tengo encerrado;
pues floja paliza me voy a ganar!
BLASA
¡Si será don Andrés, señorita,
que andaba, sin duda, teniendo cudiao
y por ver si nos coge infraguantes
de fijo esta noche se habrá disfrazao!
CONCHITA
¿Qué hacemos?
BLASA
¡A casa!
CONCHITA
¡Ay, Bruno, por Dios!
BRUNO
Yo voy a enterarme
de quién son los dos.
(¿Y si el uno me da dos punteras
y el otro me larga algún pescozón?
Pues los dejo y me voy a la cuadra;
mañana de día será la función)
(Aparecen don Luis y Pérez, por la calle)
LUIS
Avanza con cuidado.
PEREZ
¡No ze oye ni una rata!
LUIS
Quizá la serenata
a Concha avisará,
que es seña convenida
y acaso me haya oído.
PEREZ
No ze oye dengún ruido;
aquí no paza ná.
LUIS
Estoy decidido:
yo escalo la tapia
en tanto, la casa
tú vas a rondar.
Si no observas nada
que inspire cuidado
te vuelves y adentro,
no quiero esperar.
PEREZ
Mu bien, mi tiniente;
haré mi servisio,
por tóos los rincones
me voy a observar.
Zi no ze ve nada
me güervo enseguía
y asín con la mano
le ayudo a zaltar. (Vase)
LUIS
(Arrimado a la puerta de la tapia)
Sal, que está, vida mía,
muy triste el cielo...
CONCHITA
(Abriendo la puerta)
¡Mi Luis!
LUIS
¡Alma mía!
CONCHITA
Al fin te encontré.
BLASA
¡Es el señorito!
BRUNO
Con éste van tres.
CONCHITA
Por tus frases,
decidida,
mi partida
concerté.
Y esta noche
con la Blasa,
esta casa
dejaré.
LUIS
Yo con mi amor
te pagaré.
Por siempre ya,
tuyo seré.
Por fin serás
mía ante Dios.
BRUNO y BLASA
¡Ay! ¿Quién serán
los otros dos?
CONCHITA
No perdamos
un momento,
pues de fijo
esperan ya;
en la fuente
de los Olmos
nos podremos
encontrar.
LUIS
Pues al instante.
allí estaré.
CONCHITA
¿No faltarás?
LUIS
No faltaré.
CONCHITA y LUIS
¡Qué nuestra unión
bendiga Dios!
BRUNO y BLASA
¡Ay! ¿Quién serán
los otros dos?
LUIS
¡Adiós!
CONCHITA
¡Adiós!
ANDRES
¿Quién va? (Desde la ventana)
CONCHITA
¡Mi tío!
BRUNO y BLASA
¡El amo!
LUIS
(Alejándose) ¡Adiós!
ESCENA VI
Don Chicho. Sale por lo último de la
calle con sombrero ancho, un ramo de flores y una estaca muy gorda. Sale
contoneándose.
(Hablado)
CHICHO
¡No hay rondador ni camorrista, ni
enamorado, ni mozo en todo el pueblo que se traiga un garbo... como, por
ejemplo... (Anda contoneándose) el presente! La traigo un ramo compuesto de
violetas, amapolas y flor de malva; flores cordiales, vamos, y lo mismo sirve
el ramo para demostrar una pasión, que para curar un catarro; lo bello unido a
lo útil. (Suena una campana) ¡Las nueve y cuarto! Tantearemos la puerta:
cerrada. Escalaré la tapia. (La tantea) ¡Por aquí! ¡Arriba! (Comienza a subir
con dificultad) ¡Ay, cómo me palpita el corazón, y cómo se me pelan las botas!
ESCENA VII
Dicho y Pérez, que sale cautelosamente.
PEREZ
Estamos amenasaos; he visto dos con
escopetas. Pero, ¿y mi amo? (Viendo a don Chicho) ¡Demontre! ¡Está ya saltando
la tapia! ¡Le ayudaré!
CHICHO
A una... a dos... a...
PEREZ
(Empujándole de las piernas y echándole
arriba) ¡Arriba, mi amo!
CHICHO
¡Cielos! ¿Quién me ha empujado?
PEREZ
¡Zape! (Le mira las botas) Estas no son
las botas que yo limpio. ¡No es mi amo! ¿Quién es este tío? (subiendo por el
mismo sitio que don Chicho; este se queda en la tapia por la parte de adentro,
de modo que quedan el uno enfrente del otro) ¡Camará! ¡Es don Chicho! ¿Qué
busca usté aquí arriba? (Con voz ronca y sujetándole por las solapas)
CHICHO
¡Caballero, le juro a usted que he
venido aquí por... por... nada, vaya, por curiosidad!
PEREZ
¡Mentira! ¿Usté cree que hay nadie que
vaya por curiosidad a un corral?
CHICHO
No; si es que...
PEREZ
Cuando un hombre va a un corral, ya se sabe
pa lo que es... y más si hay chicas en la casa. (Le zarandea)
CHICHO
¡Por Dios, caballero, compadézcase usted
de un pobre anciano!
PEREZ
No llevo suerto. (Le empuja y don Chicho
cae al suelo)
CHICHO
¡Pues me ha soltao!
ESCENA VIII
Dichos, Don Andrés. Luego Mozas y
después Bonifacio.
ANDRES
(Por la calle. Viendo a Pérez en la
tapia) ¡Demontre! ¡Está saltando la tapia! ¡Ya le cogí! (Va cautelosamente
hasta colocarse debajo do Pérez)
PEREZ
¡No faltaba más sino que después de tóo esto
cayera uno en manos del tío! (Al descolgarse, don Andrés le coge en brazos) ¡Ay,
ay! ¡Socorro!
ANDRES
¡Te cogí, bribón! (Le deja en el suelo)
PEREZ
¡María Santísima! ¡Don Andrés! ¡Por
Dios!... ¡Por Dios!...
ANDRES
¡Calla, miserable!... ¿Quién eres tú?
PEREZ
Restituto Pérez y Parrillas, para
servir...
ANDRES
¡Silencio!
PEREZ
(¡Me he perdió!)
ANDRES
¿Dónde está tu amo? (Don Chicho está
escuchando)
PEREZ
No lo sé.
ANDRES
¡No mientas, porque te pego un tiro!...
PEREZ
Don Andrés, le juro a usté que no; basta
que usté me haiga tenío en sus brazos, pa que yo no le engañe.
ANDRES
¡Silencio, y dime la verdad! ¿Está ahí
dentro tu amo?
PEREZ
Miste... yo... (¡Voy a reventar a don Chicho!)
Si, señor; está ahí dentro mi amo.
ANDRES
¡Ah, granuja! La venganza va a ser
tremenda. ¡Ya le cogí! Espera. (Llamando) ¡Venid! (Sale el Coro con estacas)
PEREZ
¡Camará, cuánta leña!
CHICHO
Sí, no hay duda, están hablando: ¿qué
será, Dios mío?
ANDRES
(Al Coro) Ya le tenemos/yo voy a
reventarlo dentro de mi misma casa; vosotros lo que os he dicho, y si mientras
llego saltara, le moléis a palos.
MOZO 1º
¡Bueno! (Se ocultan todos los Mozos)
CHICHO
Ya no se oye nada.
PEREZ
¡Pobre don Chicho! (Don Chicho se pone a
escuchar junto a la tapia, de espaldas al foro)
BONIFACIO
(Saliendo de la barraca) Me he pelao los
dedos, pero he abierto la puerta; ¡pies, para qué os quiero! (Se apoya en don
Chicho, que está escuchando, y salta la tapia)
CHICHO
(Viéndole) ¡Ay! ¡Un hombre que huye;
debe ser el teniente! ¡Pues toma! (Le da un estacazo)
BONIFACIO
¡Ay!
MOZO 1º
¡Que sale, ojo!
BONIFACIO
(Dando la vuelta sobre la tapia, y
quedándose por la parte de afuera, mira adentro, y dice, rabioso:) ¡So bruto!
MOZO 1º
¡Duro! (Todos los mozos empiezan a
pegarle, gritando) ¡El es, él es!
BONIFACIO
¡Ay! ¡Socorro! (Salta y huye) ¡Que me
matan! (Los mozos le siguen, pegándole, y desaparecen)
PEREZ
(Riendo) ¡Se la han dao, se la han dao!
¡Pus yo me voy a buscar a mi amo! ¡A mí no me la dan! ¡Too eso era para mí! (Se
encasqueta la gorra y se marcha con movimientos exagerados)
ESCENA IX
Don Chicho y Don Andrés.
CHICHO
¡Qué escándalo se ha armado!
ANDRES
(Saliendo por detrás de la casa) ¡Allí
está!
CHICHO
¡Nada, yo me voy, y el que venga detrás,
que arree! (Abre la puerta de la tapia para salir, en cuyo momento don Andrés
le pega)
ANDRES
Que arree, ¿eh? ¡Pues toma, ladrón! (Sale
don Chicho a la calle y detrás don Andrés, que al volverse para cerrar la
puerta, recibe los estacazos que entonces le da don Chicho)
CHICHO
¡Ay, ay! ¡Socorro! ¡Asesinos!
ANDRES
(Al reconocer a don Chicho) ¡Cuerno!
¡Don Chicho! ¿Qué veo?
CHICHO
Un chichón. ¡So bruto!
ANDRES
¿Pero es usted? ¿Y qué hacía usted aquí?
CHICHO
Velar... velar por la honra de su
sobrina de usted... ¡Ay!
ESCENA X
Dichos, Don Luis, Conchita, Bruno y Pérez,
que salen por detrás de la casa y se ponen a escuchar junio a la puerta de la tapia.
LUIS
(A Conchita) ¡Pérez me lo ha contado
todo!
PEREZ
¡Pues aquí están!
ANDRES
¡Don Chicho, perdóneme usted estos
estacazos dados en tonto!...
CHICHO
El tonto lo será usted, y yo, ea, ni me
caso con su sobrina de usted, ni rompo los pagarés y me voy; pero no crea usted
que me voy porque le temo al tenientillo ese, que en cuanto yo le coja solo, ya
le diré cuántas son tres y dos...
LUIS
(Saliendo) ¿A mí?
CHICHO
(Muy asustado) ¡Cinco! ¡Cinco!
ANDRES
¿Usted aquí? (Admirado)
LUIS
Yo aquí, sí, señor; yo, que he sabido
que quiere usted casar a su sobrina con ese esperpento por el dinero...
ANDRES
¿Y a usted, qué le importa?
LUIS
¡Me importa, porque su sobrina de usted
me quiere y yo soy rico y lo pagaré todo!
ANDRES
¡Rico! ¿Pero es verdad? ¿Es verdad que
mi sobrina le quiere a usted?
LUIS
Ahora lo verá usted. (Saca de la mano a
Pérez) ¡Dilo todo!
PEREZ
¿Yo?
LUIS
¡Quita de ahí! (Dándole un puntapié )
¡Sal!
CONCHITA
(Saliendo) ¡Sí, le quiero, tío! (Ruborosa)
CHICHO
¿Y por qué me has engañado a mí?
PEREZ
¡Cállese usté, viejo verde!
ESCENA ULTIMA
Dichos, Bonifacio, Mateo y Mozos.
BONIFACIO
(Sale con dos ó tres vendas puestas y
seguido de los mozos y Mateo) ¡Ay, ay!
ANDRES
¿Qué es esto?
BONIFACIO
Una paliza que me han dado estos brutos
LUIS
¿Que sería para mí?
PEREZ
¡No, señor; para mí!
MATEO
¡Quiá, pa mí!
BONIFACIO
¡Pues ha sido pa mí!
ANDRES
Sí, señor; la verdad, era para usted,
pero usted dispense.
LUIS
Pero, ¿cómo le han pegado a éste?
PEREZ
Pues mu sencillo. Usté me dio a mí er
duro y la capa, y yo le di la capa a éste. (Por Mateo)
LUIS
¡Y el duro!
MATEO
No, señor; tres pesetas na más. Y yo
tenía que hacer y le di a éste la capa. (Por Bonifacio)
LUIS
¡Y las tres pesetas!
BONIFACIO
¡No, señor; una peseta, y creo que me la
he ganao!
BRUNO
(A Pérez ) ¡Compadre, a estos les has
sacao otra cuenta como la mía!
PEREZ
Pero si tú no sabes quebraos...
ANDRES
Pues todo esto...
PEREZ
Todo eso se arregla mu fácilmente, (A
don Chicho) ¡Usté a su casa a cuidarse!
CHICHO
¡So feo!
PEREZ
¡So petate! (Le va a pegar y don Chicho
se marcha corriendo) ¡Tú a deprender matemáticas! (A Bruno) ¡Y ustés a Casarse;
(A don Luis y Conchita) y yo, si ustedes se casan, dentro de pocos meses
asciendo!
BRUNO
¿A qué?
PEREZ
¡A niñero!
CONCHITA
¿Y no te separarás de nosotros?
PEREZ
¡Cuente usté conmigo pa niñero, ama de cría,
ú institutris!...
TELON
Información obtenida en:
https://archive.org/details/lasamapolaszarzu00lp
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