CANTAS BATURRAS
Zarzuela en un acto, dividido en tres
cuadros.
Libreto de Santiago Oria y Enrique González
Fiol "El Bachiller Corchuelo".
Música de Tomás Barrera.
Estrenada en el Teatro de la Zarzuela la
noche del 28 de Enero de 1908.
REPARTO
(Estreno)
Serapia - Sra. Irene Alba.
Nieves - Srta. M. Santa Cruz.
Rosica - Srta. Pastor.
La Tía Segunda - Sra. Irene Alba.
Mujer 1ª -
Vicentón - Sr. Güell.
Colás - Sr. Rufart.
Pepico - Sr. A. González.
Romo - Sr. Agulló.
Polito - Sr. Caba.
Juanico - Sr. Galerón.
Jesús - Sr. Ballester.
Ermitaño - Sr. Tojedo.
El Tío Quintín - Sr. Caba.
El Cojo -
Mozas, mozos y mujeres del pueblo.
Epoca actual (la del estreno). — La
acción en Cinco Villas de Aragón.
Las indicaciones del lado del actor
ACTO UNICO
CUADRO PRIMERO
Plaza de un pueblo en Aragón. Al fondo
fachada de la iglesia. A la derecha la casa de Colás, limitada a ambos lados
por calles practicables; a la izquierda la casa de Nieves limitada lo mismo que
la otra.
En el centro de la escena gran cruz de
piedra a la que sirven de pedestal tres escalones circulares. Rodean la cruz
tres árboles practicables. Junto a las puertas de las dos casas, poyos de
piedra.
ESCENA PRIMERA
Nieves
y Serapia sentadas en taburetes delante de la puerta de su casa. Serapia
hace media. Vicentón y Juanico sentados en el poyo de casa de Colás. El Romo en
la escalinata de la cruz tocando torpemente la jota en una guitarra.
ROMO
(Canta)
¡Vaya un sueño que he tenido
la nochecica pasada!...
Soñé que estaba en cá el sastre
y me compraba una albarda.
VICENTON
Hasta en eso se conoce que eres
anticlerical, Romo.
ROMO
(Sin dejar de tocar) ¿Por qué dice eso?
VICENTON
Porque pa agüale mañana la romería al Santo
Cristo estás cantando esta noche.
ROMO
¡Güeno, güeno! Cada uno hace lo que le
sale de los piales.
VICENTON
Eso no es verdá. Y si no que lo diga la
Nieves.
NIEVES
La Nieves no dice miaja, señor Vicentón.
ROMO
Muy bien contestau.
VICENTON
Dispensa, maña; pero creía que desde
aquellas cantas que fechaba Colás, poco antes de marchase, no te gustaba la
música.
NIEVES
Lo que no me gustan son los hombres
alparceros.
JUANICO
Me paice que eso no lo dice por Colás.
NIEVES
Lo digo por los dos.
VICENTON
(Desdeñoso, hace señas a Juanico y a Romo
para que se reúnan con él en el proscenio derecha) Todo eso es despecho. (1)
(1) Juanico —Romo -Vicentón - Serapia —Nieves.
ROMO
¡Despecho! ¿Por quién?
VICENTON
Por Colás.
ROMO
¡Por Colás!
VICENTON
Sí, por Colás; que está más clavau en
ella que el Santo Cristo en la cruz.
JUANICO
¡Como s'ha portan tan bien con ella!...
ROMO
Me paice que todos tenemos poco que
echanos en cara, Vicentón; porque usted que tanto defiende ahura a Colás, por
aquel entonces bien charraba d'el.
VICENTON
Porque no le conocía. Porque creía que
las coplas que la sacaba a la Nieves eran pa perjudícala.
ROMO
¡Retaco! Pues do serían lo mejor pa
búscala novio.
VICENTON
¡Qué sabes tú, morros de pinocha! Mira.
Hace dos años, tal día como mañana, la fiesta del Santo Cristo de la Val, vino
Colás de Francia, como todos los años.
JUANICO
Sí, pa cumplir ese voto que dicen que
l'hizo al Santo Cristo el día que regañó con esa.
(Indica a Nieves)
NIEVES
¿No podían ustés hablar otro ratico del
hambre que van a pasar este invierno, tíos aldragueros? Dicen que se ha perdido
la cosecha de alfalce.
VICENTON
A este no l'importa. La ha cogido muy güena
de cebada.
SERAPIA
¡Luego dicen que las mujeres!
VICENTON
(Irónico ) ¡Ya, ya!
SERAPIA
¡Paice mentira que no criéis más joicio!
VICENTON
(Reanudando la conversación interrumpida)
Pues ese día llevaba yo tres meses sin poder moveme de dolores en las garras;
mi mujer sin poder movese, sin permiso de la comadrona; mi chico mayor, que nos
mantenía, llaman al servicio...
JUANICO
¡Ya que daría gusto entrar en tu
casa!...
VICENTON
Pues, aquel día, me subí a la ermita pa
pedile al Santo Cristo una salida.
ROMO
Y como si se la pidiera usté a un álamo...
VICENTON
Pues mira, me la dio.
ROMO
(Con incredulidad) ¡Amos!
VICENTON
Me escuchó muy atento, y cuando acabé de
contale mis penas me dijo: «Ahúrcate».
JUANICO
¡Remoler! ¡Qué salidica!
VICENTON
Me eché mis cuentas y saqué que el Santo
Cristo tenía más razón que un carro vulcau.
JUANICO
¡A ver, a ver!
VICENTON
Ahurcándome yo, se libraba mi chico por hijo
de viuda...
ROMO
Y a usté se le quitaban los dolores.
JUANICO
¿Pero no te ahurcarías?
VICENTON
Verás. Salgo de la ermita, ya de noche,
doy la güelta hacia aquel olmo grande que hay a la espalda, y cuando me
acercaba pa tantéalo, siento una patada.
JUANICO
¿Dónde te dio? ¿En los morros?
VICENTON
No lo sé. ¿No te he dicho que estábamos
a oscuras? Y ¿quién diráis que me l'había dau?
ROMO
El Santo Cristo...
JUANICO
¡Si ese tiene los pies clavaus!
¡Mostillo!
VICENTON
Pues era Colás.
ROMO
¿Colás?
VICENTON
Sí, Colás, que acababa de colgase pa
cumplir otro encargo del Santo Cristo, y estaba garriando.
ROMO
¡Pues sabes que ya se le puede pedir un güen
consejo!..
VICENTON
Corté la cuerda y cayó Colás, Con la
cara más morada que una remolacha forrajera. Asín que pudo hablar me dijo:
«Mira, Vicentón, déjame ahurcar, que deseguidica acabo».
JUANICO
¿Pero no le dejarías?
VICENTON
¡Qué había de dejale! L'hice que me
contara sus penas y me las contó, (Alzando la voz para que le oiga Nieves) Se
ahurcaba porque la Nieves no le quería, y me decía llorando como un crío: «¿Pa
qué me sirve tener dineros si ella no me quiere?»
NIEVES
Señor Vicentón, ¿habla usté con esos ó
con mí?
VICENTON
Con todos.
NIEVES
Pues podía usté hablar más bajo porque tengo
sueño y no me deja usté dormir.
VICENTON
Lo que tienes es miedo a que te desvele
lo que yo digo.
NIEVES
(Despectiva) ¿El qué? ¿Lo que usté
charra?...
SERAPIA
(A Vicentón) ¡Paice mentira que no
criéis más joicio! (Haciendo señas a Nieves para que los deje) ¡No les hagas
caso! Anda, hija, llévate adentro estos cuetes que ha traído tu padre pa tiráselos
mañana al Santo Cristo... (Nieves recoge los cohetes que están sobre el poyo y
entra con ellos en su casa)
VICENTON
Pa acabar. Le consolé contándole mis
penas y le pedí que me dejara ahurcar ó que me dejara trescientos duros.
ROMO
Si soy yo te dejo ahurcar.
VICENTON
Pues él me dejó los duros sin réutos
y... sin esperanzas de cóbralos. Entonces comprendí que era una tontería
ahurcase.
ROMO
¡Pues habís quedau bien los dos con el
consejero!
VICENTON
Yo le ofrecí a Colás mirar por sus
intereses (Vuelve a salir Nieves) y lo demás lo sabís como yo.
ROMO
¿Y pa qué ha güelto?
VICENTON
Pa casase. (1) (Nieves se levanta de la
silla que había vuelto a ocupar y con disimulo se acerca al grupo de hombres)
(l) Juanico —Romo —Nieves —Vicentón —Serapia.
VICENTON
¿Querís saber con quién?
JUANICO y ROMO
Sí.
VICENTON
Pues el domingo en misa...
JUANICO
¿Qué?
VICENTON
Os lo dirá el cura.
(Música) (Rondalla,
dentro)
ROMO
¡Vaya una agudeza!
VICENTON
No me pagan pa que los amoneste, (Sorprendiendo
a Nieves, que escucha detrás de él) ¡Calla! ¿Te s'ha pasau el sueño?
NIEVES
Lo que menos me importa a mí es lo que usté
está charrotiando. (Se retira hacia el foro)
VICENTON
Esa y la del candil... ¡torcida!...
NIEVES
(Después de mirar por el ultimo término
izquierda) Buenas noches. (Se dirige precipitadamente hacia su casa)
VICENTON
Que descanses y no sueñes con él.
NIEVES
Antes con el verdugo. (Mutis en su casa)
SERAPIA
(Levantándose) ¡Paice mentira que no
criéis más joicio! (Mutis como Nieves)
VICENTON
¡Adiós, trompeta del juicio final!
ESCENA II
Vicentón, Juanico, Romo y después Colás
con la rondalla de Mozos.
JUANICO
¿Qué mosca la ha pican a la Nieves? (Por
último término izquierda se oyen más próximos los ecos de la rondalla)
VICENTON
¿Qué mosca?... Esa... Colás que viene
con la ronda.
COLAS
(Dentro. Canta a compás de las guitarras)
Ya está la ronda en la calle,
ya está en la calle la ronda;
quien tenga algo que tapar
que entre en su casa y se esconda.
(Vicentón, Juanico y Romo escuchan con
gran atención)
VICENTON
Más claro ni el agua. (Colás, al frente
de la ronda, aparece por último término izquierda)
ROMO
(Adelantándose hacia Colás) Bien venido,
Colás.
COLAS
(Secamente) ¡Hola, Romo!
ROMO
Paice que no te se han olvidan las
canta?
COLAS
(Idem) No me se ha olvidan nada.
ROMO
A mí tampoco. ¿Quiés velo? (Por diversas
calles ha ido llegando a escena el Coro de Mozos)
COLAS
Como quieras
ROMO
Allá va una tuya.
Que si tienes tal y cual
vocea por ahí tu padre;
pero lo que tienes son
muchas ganas de casate.
CORO
¡Ay, qué güeno es esto!
¡Qué gustico da!
mas lo que es la Nieves
no se va a callar.
NIEVES
(Dentro) El que pregunta respuesta
espera.
VICENTON
(A Juanico) Esa es pa tú...
NIEVES
Arre, fuera de mi reja,
bastante habís berriau ya,
si es que querís comer paja
no alborotís y esperar.
CORO
¡Ay qué güeno es esto!
¡Qué gustico da!
ver cómo la Nieves
les hace callar.
Pero sin respuesta
no se quedará.
Verás qué prontico
la va a contestar.
ROMO
Ahí va la primera que la sacaste:
En saber por qué te dejo
anda la gente empeñada,
t'he dejan por lo que quieras,
menos por mujer hon...
(Sin dejarle acabar la copla, Colás tapa
violentamente la boca a Romo. Temiendo una riña, todos los presentes acuden a
separarlos. La rondalla deja de tocar)
(Hablado)
COLAS
Si acabas, te meto la guitarra en los
sesos.
VICENTON
No, que sonaría mal. (Le contiene)
ESCENA III
Dichos y Rosica. Esta ha llegado por el
primer término derecha en el momento de interrumpirse la copla, Serapia ha
salido de su casa al mismo tiempo. Los personajes ocuparán de derecha a
izquierda la situación siguiente: Rosica, Juanico, Romo, Vicentón, Colás y Serapia
COLAS
¿Quiés velo?
VICENTON
¡Paice mentira que no críen más joicio! ¿Verdá,
Serapia?
SERAPIA
¡Verdá!
JUANICO
¿Pa qué nos ha llaman burros?
COLAS
Las mujeres no ofenden.
VICENTON
Ni pa eso sirven.
ROMO
Es que...
VICENTON
Los dos tenís razón... si calláis.
¡Amos!... A seguir la ronda.
ROMO
Como queráis.
VICENTON
Este (Colás) y yo os acompañaremos hasta
la esquina...
ROMO
Conformes.
VICENTON
Con una guitarra de esas.
ROMO
¡Qué agudo!
(Romo, Juanico y el Coro se retiran por
foro derecha, Serapia entra en su casa)
(Música)
CORO
(Al mutis)
Ya está la ronda en la calle,
ya está en la calle la ronda, etc.
ESCENA IV
Rosica, Colás y Vicentón (l)
(l) Rosica —Vicentón — Colás.
(Hablado)
ROSICA
¡Cuidau que sois perros los hombres,
Colás! ¿Quién iba a decir que tú mismo ibas a tapar las bocas que cantasen tus
coplas?
VICENTON
Es que este las hizo pa cántalas él
solo.
ROSICA
Pues, hijo, te ha pasan con eso como con
su querer: que el único que no puede tenerle eres tú.
COLAS
Eso...
ROSICA
Mira, Jesús, el zagal del Mudo, podrá
date más señas. El domingo es primera amonestación. Después de todo, tú tuviste
la culpa.
COLAS
Es verdá; pero tú (A Vicentón) sabes por
qué lo hice. Tenía que marchame del pueblo. Si la dejaba, sus padres que lo
estaban esperando pa véndela... (signos negativos de Rosa) Sí, pa véndela y salvase
de la ruina, la casarían con otro. Pues dejada y difamada no creí que hubiera
mozo que se atreviera...
VINCENTON
Hay hombres pa todo,
COLAS
Pero me ha costau a mí muchas fatigas la
Nieves para que la deje así como así.
ROSICA
No, si es ella la que te deja a tú.
VICENTON
Y tú eres la que no tiene que metese en esas
cosas. Anda pa casa. (En este momento cruza Romo el foro de derecha a casa de Nieves.
Esta, al verle se marcha por primera derecha)
ESCENA V
Vicentón y Colás (1)
(l) Vicentón —Colás.
COLAS
¿Qué? ¿Ya no corteja el Romo con tu
hija?
VICENTON
Anda encalabacinau con la Nieves.
COLAS
¿Otra mosca a la miel?
VICENTON
Ese no es de cuidan. El otro, el otro...
COLAS
¿Las distes mi recau?
VICENTON
Ya lo creo. Toca. (Presentándole la
cabeza)
COLAS
(Después de tocar) ¿Qué?
VICENTON
Que al decirlas a la madre y a ella que
sabía de un hombre que por la Nieves se dejaría asar vivo, la señá Serapia
agarra un mendrugo de pan, me dice: «¡Alcagüés!», me lo planta en las narices y
me saca un bollo en la cabeza, (Señala detrás)
COLAS
¿Cómo fue eso?
VICENTON
Porque al echar la cabeza atrás me pegué
con una ventana.
COLAS
¿No la habrías visto? ¿Eh?
VICENTON
¡Maño! Ha sido la única vez que me ha
hecho daño el pan.
ESCENA VI
Dichos y Pepico. Este por el foro
izquierda, borracho, riendo estúpidamente y canturreando al son de la jota
PEPICO
Si sientes pasos de burro no te asustes
que soy yo... (1)
(Al ver a Colás se detiene a alguna
distancia mirándole, riendo y gesticulando cómicamente)
(l) Vicentón —Pepico — Colás.
VICENTON
¿Qué pasa, zagal?
PEPICO
Que me río mucho de lo que pasa. ¡Ja,
ja, ja!
COLAS
¿Pero qué eso?
PEPICO
(Riendo) Que vengo a búscate y te he encontráu.
COLAS
Y ¿pa qué me buscas?
PEPICO
Pa date una noticia que te va a alegrar.
(Baila grotescamente)
VICENTON
Mira, Pepico, ó hablas ó no hablas.
PEPICO
(A Colás) Pues que los mozos te van a
dar un güen rato.
COLAS
¿A mí?
PEPICO
A tú.
VICENTON
Zagal, tú estás zorro.
PEPICO
No, padre, no.
VICENTON
Tú vienes de la taberna. Tú has bebido.
PEPICO
Una graciosa de limón nada más, para
refrescar.
COLAS
No hagas caso. Cuenta eso.
PEPICO
(Riendo) Que los mozos la van a echar
una enramada a la Nieves. Juanico anda recogiendo cáscaras de huevos, y el
Pintan y otros mozos están buscando huesos pa: echáselos en su puerta por
laminera y charradera.
VICENTON
Mocete, ¿de veras no estás zorro?
PEPICO
Mirusté, padre. Si no es verdá lo que
digo, premita la Virgen del Pilar que viva muchos años la Señá Serapia,
(Serapia aparece en el dintel de su puerta) diciéndome: «¡Paice mentira que no
cries mas joicio», y que luego me la trepuce en el cielo diciéndome lo mesmo.
ESCENA VII
Dichos y Serapia.
SERAPIA
(Desde su puerta hecha una furia)
¡Repaño! ¡Recondenaus! ¡Retocino!
VICENTON
(A Colás) ¡Maño!... ¡Que truena!...
SERAPIA
¿Qué tenis que decir de mí? ¡Premita
Dios que os veáis como el cáñamo de las alpargatas: ranean, pudrido, mallau,
aspan, trenzau, mordido, punchan, pisau y cambian por sardinas a un quinquillaire.
PEPICO
Y usté como las uvas: cortadas, pisadas,
fermentadas, quemadas p'aguardiente y bebidas por mí.
SERAPIA
¡Paice mentira!...
LOS TRES
¡Que no criemos más joicio! (Entran
riéndose en casa de Colás)
SERAPIA
(Desaforada) ¡Tocinos! ¡Pocas vergüenzas!
¿Pocas? ¡Miaja! (Volviendo hacia su casa) ¡Nieves!... Anda a buscar a tu padre.
NIEVES
(Que sale de su casa cuando entra en
ella Serapia) Acuéstese usté, que volveré con él.
ESCENA VIII
Colás y Jesús. Después que ha hecho Nieves
el mutis por foro izquierda se oye un silbido en dirección de la calle primera
derecha. Colás sale de su casa atisbando.
COLAS
La seña, aquí está Jesús.
(Cierra la puerta de su casa, dejando la
escena a oscuras. Se sienta en el pedestal de la cruz y liando un cigarro
espera. Diez campanadas dentro)
y aquí estoy yo pa esperarle.
(Por primera derecha sale Jesús, andando
con precauciones como cuando se ve poco)
JESUS
Las diez. ¡Repacho! ¡Qué oscuro!...
Me divierto como tarde
la Nieves. (Sigue acercándose a la cruz)
COLAS
(Ya está aquí el mozo.
¡Flojo susto voy a darle!)
JESUS
Silbaré otra vez. (Acción) A ver...
(Adelanta un poco hacia Colás, quedando
junto a éste)
¿A que esta noche no sale?
COLAS
¡Buenas noches!
(Al decir esto, ahuecando mucho la voz,
se levanta y enciende una cerilla junto a la cara de Jesús)
JESUS
¡Recanela!
(Asustado se dirige corriendo a la
puerta de casa de Colás, donde llama con la mano. Al mismo tiempo oyese dentro
un golpe fortísimo dado con un palo sobre la puerta. Entre tanto Colás se ha
colocado ante la casa de Nieves como para impedirle llegar. Jesús, más asustado,
pasa de la puerta de Colás a la de Nieves, donde aquél le sujeta entre los
brazos)
¡Socorro! ¡A mí!... ¡Nieves!... ¡Abre!
COLAS
(Al sujetarle)
Pero hombre... ¿A dónde va usté?
JESUS
¡Otro aquí!
COLAS
Va usté a matase.
(Le lleva hacia la cruz) (1)
(l) Jesús —Colás.
Siéntese... ¡No tenga miedo,
que yo no hago mal a nadie!
JESUS
(Repuesto)
(¡Si es Colás!) ¿Qué? ¿Miedo yo?
COLAS
Usté, no. ¡Qué disparate!
JESUS
Corro pa ver a la Nieves.
Pues esta noche no sale
de casa. Me ha convidau,
que dice que va a haber baile.
Conque...
(Le hace señas de que se vaya)
JESUS
No, si ya lo sé...
y por si también hay cante,
m'he traído el guitarrico.
(Levanta el tapabocas y enseña un
trabuco)
COLAS
Pues mire, yo también traje
los hierros.
(Sujeta el trabuco y arrima un cuchillo
al pecho de Jesús)
Conque por mi
ya pué comenzar el dance.
(Le quita el trabuco)
JESUS
¡Rediez! Ya es mucha música.
COLAS
¡Claro! Y que no hay más danzante
que usté, que estará cansan
y que ya quedrá acostase.
JESUS
¿Y el guitarrico?
COLAS
Pa mí,
porque usté va a destemplale
si tropieza; y luego, que esto,
solo lo toca quien sabe.
JESUS
(Reprimiendo el despecho y retirándose
hacia el loro)
Güeno.
COLAS
No se aflija usté.
JESUS
¡Adiós!
(Mutis por primera derecha)
COLAS
Que lleve buen viaje...
ESCENA IX
Colás, Vicentón y Pepico. Salen de casa
de Colás y dejan la puerta abierta. Por ella sale luz que ilumina la escena.
(1)
(l) Pepico —Vicentón — Colás.
VICENTON
(Riendo) ¡Ay, qué güeno!
PEPICO
(Idem) ¡Qué valiente!
COLAS
¿Habís oído?
PEPICO
¡Todo!
VICENTON
Güeno, ahura vete tú (A Pepico) a la
taberna del Sopetas pa avisarnos cuando vengan los de la enramada. Yo he cargan
ya los trabucos.
COLAS
¿Pa qué?
VICENTON
Pa échalos a ellos un enramada de sal.
PEPICO
¡Ja, ja, ja!
VICENTON
¿De qué te ríes, morros de almú?
PEPICO
Que lo he comprendió todo, ¡Repaño!
VICENTON
¿Todo?
PEPICO
Todo.
VICENTON
Güeno, pues anda a la taberna.
COLAS
No va a saber dónde está.
PEPICO
De seguida. (Medio mutis) ¡Padre!
VICENTON
¿Qué hay, zagal?
PEPICO
Que sabe usté más que el tocino rancio.
VICENTON
¿Todo eso querías?
PEPICO
Que por ahí (Foro izquierda) viene la Nieves
con su padre.
VICENTON
(A Colás) Mira, güeña ocasión. (Colás se
acerca a la escalinata y coge el trabuco)
ESCENA X
Colás, Vicentón, Polito y Nieves.
POLITO
(Antes de reconocer a Colás y Vicentón)
Buenas noches (1)
(1) Colás —Vicentón —Polito —Nieves.
COLAS
Buenas noches.
NIEVES
(¡Colás aquí)
VICENTON
Buenas noches, Polito y la compañía.
POLITO
(A Nieves, después de ver a Colás) (¿Qué
hace aquí ese?)
NIEVES
No lo sé Pregúntele usté a él.
POLITO
(A Vicentón, que no le contesta) ¡Tú!...
¡Tú!... ¡Túuu... (Cogiéndole por un brazo) Que te hablo a tú.
VICENTON
Pensé que era una flauta.
POLITO
Le dices a ese zagal, del que eres su
ama de cría, que no quió velo por cerca de mi hija.
VICENTON
No sé por qué.
POLITO
Ponqué tengo mal genio, y pá morder dos dientes
en la par d'arriba, tres en la d'abajo y un raigón así de gordo de olivera pa
claváselos.
VICENTON
¡Probecico!... ¿Y ella, qué dice?
POLITO
Nada. Que se casa con Jesús. ¿Lo oyes?
COLAS
(Impaciente, a Nieves) ¿Es eso verdá?
POLITO
Ahí la tienes .. No dirá ella lo
contrario. ¿La sientes?
VICENTON
O yo estoy sordo ó ella está muda.
POLITO
Pues quien calla otorga.
VICENTON
Y quien habla miente.
NIEVES
(Indecisa) No lo crea usté.
VICENTON
Ahura más. Antes lo decía por tu padre y
ahora por tú.
POLITO
Güeno. Estate a lo dicho.
VICENTON
A lo que he dicho yo.
POLITO
Que se prebe. ¡Amos, moceta! (Entran en
su casa. Nieves delante)
ESCENA XI
Colás, Vicentón; luego Pepe.
COLAS
(Amenazando a Polito) ¡Retrapo! ¡Me dan
unas tentaciones!... (1)
(1) Colás — Vicentón.
VICENTON
(Conteniéndole) ¡Pacencia... pacencia y
no perder la cabeza! (Entra con él en casa de Colás) Atiende.
COLAS
¿Qué vas a hacer?
(Vuelve a salir Vicentón, llevando en la
mano diez ó doce lazos de los que se emplean para cazar liebres)
VICENTON
(¡Qué voy a hacer? Ahura verás. Toma
estos lazos y ayúdame a ponelos por estas bocacalles. (Los ponen como se inicia,
menos en el foro izquierda)
COLAS
Pero, ¿me quieres decir?
VICENTON
Verás, verás caer pajaricos.
PEPICO
(Jadeante, por foro izquierda) Padre, ya
vienen. (Queda enganchado en un lazo) ¡Socorro! ¡Que m'han cazau! (Se suelta.
Mientras Colás pone el último lazo, Vicentón entra en casa de éste y vuelve a salir
con tres trabucos. Cierra la puerta)
VICENTON
Tomar. (Da un trabuco a cada uno )
Súbete a este árbol. Tú, (A Pepico) a la cruz v yo a aquella esquina. Estar
prevenidos con los trabucos y cuando yo tire tiráis vosotros. (2)
(2) Vicentón —Pepico —Colás,
COLAS
Oye: ¿pero esto?.. (El trabuco)
VICENTON
No hagas caso; sal gorda. Vamos, arriba.
PEPICO
Padre, arrempújeme usté, que no puedo.
(Colás sube al árbol indicado, en tanto
que Pepe sube a la cruz ayudado por Vicentón. Este se esconde luego en la
esquina indicada)
ESCENA XII
Dichos en los árboles, Juan y Romo por
foro izquierda.
JUANICO
(Después de reconocer la escena) No hay
nadie.
(Hace señas a Romo para que pase y llega
cautelosamente hasta la puerta de casa de Colás)
ROMO
(En la misma forma hasta mirar por la
cerradura de casa de Nieves) Aquí está ella.
PEPICO
(Desde la cruz) ¿A cuál tiro yo, padre?
VICENTON
Ahura a ninguno.
PEPICO
¡Qué lástima! ¡Tenía tan bien apuntau al
Romo!
JUANICO
(Al juntarse con éste en el centro del
escenario)
¡Ojo, que andamos en coto vedan! (Llegan
hasta foro izquierda y llaman a los mozos)
ESCENA XIII
Dichos y Coro de Mozos.
Capitaneados por Juan y Romo entran en
escena los mozos. Algunos llevan en espuertas cascaras de huevo y huesos de
animales. Juan y Romo los guía conduciéndolos sigilosamente hacia la puerta de casa
de Nieves.
JUANICO
Aquí.
VICENTON
¡Fuego!
(Con cortos intervalos óyense los tres tiros
que ponen en dispersión a los mozos)
ROMO
¡Repuñales! ¡Que nos cazan!... (Huye)
JUANICO
¡Remoler! ¿Qué es esto! (Huye también;
pero igual que Romo y varios mozos queda sujeto por un pie en los lazos puestos
en las bocacalles)
VOCES
¡Auxilio! ¡Socorro!
(Los cazados hacen esfuerzos por
escapar. Cerca, muy carca, se oyen furiosos ladridos de un perro, mientras cae
el telón rápidamente)
MUTACION
CUADRO SEGUNDO
Telón corto de bosque; en primer término
derecha una ermita, sobre la puerta de la cual, adelanta un tejadillo,
sostenido por dos pies derechos de madera. El primer término izquierda es
camino practicable.
ESCENA PRIMERA
Coro de Mujeres engalanadas como en días
festivos, con mantillas de terciopelo. Todas llevan votos y velas. Entran en
escena en actitud de gran cansancio como el Coro de Hombres.
(Música)
MUJERES
Fatigadas, jadeantes,
sudorosas, anhelantes,
reventás de tanto andar.
Ya la cuesta se ha acabado
y por fin hemos llegado
donde no creí llegar.
¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!
HOMBRES
No sé como lo resisto;
pa cumplir un voto al Cristo
hace falta devoción.
Sin dejar la roca viva
to el camino cuesta arriba
legua y media de un tirón.
¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! ¡Oh!
MUJERES
Católicas creyentes,
devotas fervorosas,
piadosas penitentes,
venimos hasta aquí,
contrita la conciencia
y al Cristo milagroso
penosa penitencia
venimos a cumplir.
HOMBRES
(Dirigiéndose Con tono misterioso al
público)
Y aquí, entre nosotros,
debemos deciros
que en esto que hacemos
no es todo fervor;
pues siempre esperamos
que el santo bendito
nos dé, generoso,
¡Ay!
por uno un millón.
TODOS
Fatigadas, jadeantes, etc.
ESCENA II
Dichos, Juanico, Romo y Pepico,
borrachos perdidos.
Aparece primero Pepico, dando traspiés,
guiando a los otros y marcando el compás con una vara. Romo y Juanico llevan un
palo apoyado por los extremos en sus hombros derechos. En el centro de esto palo
va una bota grande de vino completamente tapada con una manta tapabocas. Al
adelantar hasta el proscenio para cantar, bajan simultáneamente el palo a las manos
para quedar en línea paralela al foro.
LOS TRES
Ustedes preguntarán
qué buscan aquí estos tres;
no vienen a buscar na
porque vienen a traer.
No han venido porque sí,
sin motivo ni razón.
De por qué han venido aquí
van a dar la explicación.
PEPICO
Si es tan milagroso el Cristo
corno dicen por ahí.
ROMO
Que nos haga cuatro cosas
que le vamos a pedir,
PEPICO
Que haga alcaldes con talento.
JUANICO
Que haga a un fraile hombre de bien.
ROMO
Que haga hablar a una borrica.
PEPICO
Y callar a una mujer.
CORO
¡Qué cosas dicen estos mocetes!
¡Qué disparate! ¡Qué atrocidad!
Ya me temía que estos zoquetes
hicieran una barbaridad.
PEPICO
Me han contado que una moza
que a Teruel se fuera servir.
ROMO
A este santo milagroso
continuó rezando allí:
PEPICO
Y con tanta fe rezaba
JUANICO
Y con tanta devoción,
ROMO
Que empezó por ser criada
PEPICO
Y por ama terminó.
CORO
¡Qué cosas dicen, etc.
(Se retiran a primer término izquierda)
ESCENA III
Dichos; el Ermitaño que saldrá cuando se
indica, Mujer 1ª, Mujer 2ª, Lino, el Tío Quintín, la Tía Segunda, la Tía Raposa,
el Cojo. Todos estos personajes han ido entrando en escena mientras cantaban
los otros.
(Hablado)
JUANICO
A ver. ¿Dónde está el ermitaño?
PEPICO
Eso paice un acertijo.
ROMO
Estará rapando velas.
VARIOS
¡Ermitaño! ¡Ermitaño!
ERMITAÑO
(Dentro) ¡Voy! ¡Voy!
JUANICO
Ya sale.
ERMITAÑO
(Aparece en la puerta de la ermita.
Todos inclinan la cabeza hacia el suelo como para recibir la bendición)
¡Pax domine sic semper vobiscum!
PEPICO
(Encogiéndose de hombros) Güeno.
JUANICO y ROMO
Güeno.
ERMITAÑO
Amados hermanos míos. El santo Cristo de
la Val agradece mucho a sus fieles estas pruebas de fervor y me encarga que, en
su nombre, reciba vuestros votos. (El Ermitaño ha quedado delante de la puerta.
El Coro se repliega desde la mitad del escenario hasta las cajas de la
izquierda) Conque adelante, hermanos.
MUJER 1ª
(Entrega al Ermitaño un envoltorio) Lo
mío.
ERMITAÑO
(Descubriendo unas medias azules
ordinarias y agitando una en cada mano) Oye, tú, ¿no has visto que el santo no gasta medias?
MUJER 1ª
No tenía otra cosa... Pero si no sirven
me las llevaré otra vez. (Ademán de cogerlas)
ERMITAÑO
(Defendiéndolas) Bueno. Déjalas. ¡Se las
pondremos a la Madalena.
PEPICO
La Madalena es su mujer.
(Mutis la Mujer 1ª. Otras dos mujeres
pasan por delante del Ermitaño, le enseñan el contenido de dos sacos y hacen
mutis)
ERMITAÑO
Todas lo mismo. Se conoce que ha sido buen
año de cebada. ¡Qué le hemos de hacer! Hasta el trigo es limosna.
ERMITAÑO
Y a ti, Lino, ¿qué te trae por aquí?
LINO
(En voz baja) Me da reparo decilo.
ERMITAÑO
Habla como si fuera con el confesor.
LINO
Que tengo la mujer mala.
PEPICO
Y se queja. ¿Qué quedrá?
ERMITAÑO
(Vivamente interesado) ¡Vaya! ¡Qué
lástima! ¡Tan guapa que es!
LINO
No, si no es eso. Es que me ha salido
más falsa que una mula.
ERMITAÑO
¡Hombre, hombre! Mira: mándala un día de
estos por aquí; yo la daré un buen consejo.
LINO
(Al mutis. Mirándole con malicia) Me
paice que no la mando...
(El tío Quintín y la tía Segunda. Dos
viejos de más de sesenta años, con todo el pelo blanco. Personajes de aspecto
simpático, siempre sonrientes)
QUINTIN
Aquí estamos nosotros. (1)
(1) Quintín —Segunda.
ERMITAÑO
¡Hola, tío Quintín!
QUINTIN
Hala, Segunda, díselo.
SEGUNDA
Pues... que como el año pasau nos salió
tan bien aquello... el voto que l'hicimos al santo.
ERMITAÑO
¿Sí? No me acuerdo.
QUINTIN
Yo vine a pedile mujer... y esta... y al
golver nos encontramos... (Ambos se miran y se ríen) y al mes justo...
SEGUNDA
Nos pegaron una cencerrada que nos dejaron
modorros.
QUINTIN
Sí, pero que nos quiten lo bailan.
ERMITAÑO
Bueno, ¿y ahora?
SEGUNDA Pues ahora... Dilo tú, que me da
vergüenza. (1)
(1) Segunda —Quintín.
QUINTIN
(Mirando muy cariñoso a Segunda) Que...
que no se quede solo en boda... que haiga también bautizo.
PEPICO
Mándasela un día de estos al Ermitaño.
ERMITAÑO
(Con viveza) No... no. Basta con que
cojan un cantarico de agua del manantial pa bebela a traguicos.
SEGUNDA
¿Y quién la bebe? ¿Yo?
ERMITAÑO
(Después de mirar a Quintín) No estará
demás que la beba él también.
QUINTIN
(Muy alegre) Amos a dejar el voto,
tortolica mía.
SEGUNDA
Y enseguidica al agua. (Mutis ambos)
MUJER 2ª
Una manica de cera pa que me cure este panadizo.
(Lleva un dedo entrapajado)
ERMITAÑO
Y avale todos los días en la charca
milagrosa.
MUJER 2ª
Ya lo he hecho abura. (Mutis)
(Al mutis de la tía Raposa el Cojo
apoyado en una muleta, con una pierna muy vendada. Lleva en la mano un talego
que enseña al Ermitaño)
COJO
Lo mío.
ERMITAÑO
¿Y tú cómo andas, cojico?
JUANICO
¡Recuajo! ¡Qué preguntica!
COJO
Pior. Me s'han abierto las tres heridas.
ERMITAÑO
Lávalas en la charca milagrosa y rézale mientras
tanto padrenuestros al santo Cristo.
COJO
Ya... ya m'he lavau a la que subía.
(Mutis)
(Juanico, Pepico y Romo han quedado
solos en el extremo izquierda)
ERMITAÑO
Bueno. ¿Y vosotros a qué venís?
PEPICO
Eso digo yo. ¿A qué venimos?, maños?
ERMITAÑO
¿Venís a dar ó a pedir?
ROMO
Según.
ERMITAÑO
¿Cómo según?
PEPICO
Yo no le pido nada, porque siempre
contesta: «¡Ahúrcate!»
ROMO
Yo vengo a dar... (El Ermitaño alarga la
mano que retira Romo) a dar un consejo al santo.
ERMITAÑO
El santo lo que necesita es dinero.
PEPICO
Pues usté no le ha hecho ascos a la
cebada.
ROMO
Vengo a decile que no se fíe mucho del
ermitaño porque me paice que se la pega.
ERMITAÑO
¡Bueno, bueno! ¿Traéis voto?
JUANICO
Sí, señor.
PEPICO
(Quita el tapabocas que oculta la bota y
levanta ésta en alto) De dos cantaros.
ERMITAÑO
(Intentando cogerla) Venga... Venga...
ROMO
(Interponiéndose) ¡Cuidau! Que a los
santos los hace mal el vino.
PEPICO
¡Güeno! Mira. Si nos dejas decile una
cosa en secreto al santo Cristo, te damos un
trago.
ERMITAÑO
Venga, (Intenta coger la bota)
JUANICO
(Impidiéndolo) A ver si por beber tú se
emborracha el santo.
(Pepe le entrega la bota. El bebe a
chorro. Cuando acaba, los tres ríen dando grandes carcajadas)
ERMITAÑO
¡Vaya una bromica!... Y menos mal que es
agua.
PEPICO
No tengas ningún reparo. Es de la charca
milagrosa.
ROMO
La hemos llenau a la subida.
(E1 Ermitaño hace ademanes de espanto,
llevándose las manos sobre el estómago. Los otros tres riendo y huyendo de él
entran en la ermita)
ESCENA IV
Colás y Vicentón que salen de la ermita.
VICENTON
(Mirando hacia adentro, como
dirigiéndose al Ermitaño) ¡Ahí va!... ¡Ahí va!...
COLAS
¿Qué le habrán hecho al ermitaño?
VICENTON
¡Qué sé yo! Algún chandrío de mi zagal. Eso
de que siempre ha de andar regolviendo...
COLAS
Cosas de jovenzanos.
VICENTON
Eso sí. ¡Recielo! Que yo, de mozo, he
dau más guerra que los carlistas, y abura ya ves. Sí; que abura estás hecho un
santico. Que lo digan los de la enramada de anoche. Miá tú que hay mozo que
tiene los perniles más salaus que un jamón en verano.
VICENTICO
Eso ya es otra cosa. Lo de ayer fue una bromica
pa ayúdate a tú; pero con esa me despido.
COLAS
No, todavía no. Hasta que se acabe esto
de la Nieves...
VICENTON
¡Ah! ¿Pero aún esperas algo de la Nieves?
COLAS
¿Que si espero? ¿Te alcuerdas del día
que reñimos abura cuatro años, en este mismo puesto?
VICENTON
Como si lo estuviera viendo. ¡Rediezla!
Más colorada que una guindilla, entró en la ermita y, llorando, se arrodilló
delante del santo Cristo...
COLAS
¿A pedile algo sería?
VICENTON
A pedile otro novio pué ser que fuera.
COLAS
A pedile lo mismo que yo. Que me la conservara
solterica durante cuatro años. Yo le ofrecí que si me la guardaba, le haría una
torre tan alta que se muriera de envidia el San Esteban del pueblo.
VICENTON
Bueno. ¿Y qué?
COLAS
Que todos los años en este día he venido
a recordar la promesa.
VICENTON
Pero ella tampoco ha faltau. ¿Y tú
crees?
COLAS
Yo no creo nada, Vicentón; pero ahí la
tienes como yo la pedía.
VICENTON
Quien pierde un burro y encuentra el
ramal, menos mal...
COLAS
Vámonos pa abajo. Ya veremos quién tiene
razón.
VICENTON
Espera que recoja al chico... (Mutis por
la ermita)
ESCENA V
Colás, Nieves y Rosica.
COLAS
(Mirando a la ermita)
¿Tendrá razón todo el mundo?
¿Seré yo el único ciego?
¿Sí será verdá?
NIEVES
(Por la izquierda con Rosica.
Sorprendida al ver a Colás)
¡Rediez!
(Intenta volver atrás)
Rosica, ¿tú estás de acuerdo
con él?
ROSICA
No, maña: Te juro...
NIEVES
Pues que él está ahí, es tan cierto
como que me vuelvo atrás.
ROSICA
(Deteniéndola)
Pero, maña...
NIEVES
(Resuelta) Que me vuelvo.
COLAS
(Al verlas)
¡Nieves! ¿Qué es eso? ¿Te asusto?
NIEVES
Me das asco.
ROSICA
Vamos... eso
ya son ganas de arreglarse.
ESCENA VI
Dichos y Vicentón.
VICENTON
(De la ermita)
¿Por dónde andará ese perro?
¡Hola mocetas!
ROSICA
(¡Mi padre!) (1)
(1) Colás. —Vicentón —Nieves —Rosica.
VICENTON
Mira, Rosica, me alegro
de que haigas venido.
COLAS
(Y yo)
VICENTON
Porque así nos bajaremos
al lugar junticos todos.
NIEVES
Antes voy a hacer mis rezos.
ROSICA
Yo...
VICENTON
Tú a buscar a tu hermano
conmigo.
COLAS
(A Vicentón) Yo aquí te espero.
(Se coloca delante de la puerta de la
ermita mientras Vicentón y Rosica hacen mutis por último término derecha y
antes de que Nieves —que dijo la última frase desde el extremo izquierda— haya
podido llegar a la ermita)
ESCENA VII
Colás y Nieves.
Nieves, que se dirigía a la ermita, se
detiene al ver a Colás interceptándola el paso.
(Música)
COLAS
Siquiera un momento
me vas a escuchar.
NIEVES
Aparta, no tengo
contigo que hablar.
COLAS
Atiéndeme un instante,
escucha, por favor.
NIEVES
Aparta, miserable,
respeta mi dolor.
No sé como tienes alma
para mirarme y hablarme,
ni cómo tengo paciencia
para verte y escucharte,
sin escupir a la cara
al canalla, miserable,
que entre cantares de ronda
arrastraba por las calles
un nombre, que está tan alto
que no pudieron mancharle,
ni la ruindad de tu pecho,
ni tus calumnias infames.
COLAS
Es cierto lo que me dices,
son justas todas tus quejas;
pero ¡benditas calumnias!
¡Mil veces benditas sean!
Si con ellas he logrado
que estés soltera a estas fechas
para venir a borrarlas,
cumpliendo así la promesa
que hice ante ese santo Cristo
la tarde que ya recuerdas,
de hacerte mía ¡mi Nieves!
si estabas moza a mi vuelta.
NIEVES
(Si sigo escuchando
le voy a creer)
COLAS
(Me escucha y se calla.
¡Al cabo triunfé!)
Deja, deja, palomica,
que en tus ojos pueda ver
que me engaña mi mañica
si me niega su querer.
Deja, Nieves, la hermosura
de tu cara contemplar;
alza a mí tu fi ente pura,
virgencica de mi altar.
NIEVES
Terminemos.
COLAS
Dos palabras.
NIEVES
¡Qué pesado!
COLAS
¡Qué cruel!
Pero escucha.
NIEVES
No te canses;
que no me has de convencer
COLAS
Deja, deja, palomica, etc.
NIEVES
En sus palabricas pone
la dulzura de, la miel;
pero tienen sus acciones
la amargura de la hiel.
Por la miel de sus palabras
no te dejes convencer
y te saque el miserable
en sus cantas otra vez.
COLAS
¿Por fin me perdonas?
¿Qué dices? ¡Por Dios!
NIEVES
Que no esperes nunca
lograr mi perdón.
(Hablado)
COLAS
Ahura una pregunta.
NIEVES
Venga.
COLAS
¿Vas a casate?
NIEVES
Eso espero.
Mañana van a pedime...
COLAS
¿El qué? ¿Será en casamiento?
¿Y quién es, quién es el novio?
NIEVES
El hijo el Mudo.
COLAS
Buen suegro
te has buscan pa que no grite.
No reñirais.
NIEVES
Eso creo.
COLAS
Y tú, ¿te casas a gusto?
(Mirándola enamorado, abrumándola con la
mirada. Nieves, azorada, sin atreverse a responder, trata de esquivar la
sugestión volviéndose de espaldas. Pausa)
No digas más... ya te entiendo.
NIEVES
Te diré...
COLAS
¡Cuidau! No mientas,
que te oye el Cristo.
NIEVES
(Impresionada) No miento.
COLAS
Piénsalo bien y a h noche
me lo dirás cuando hablemos.
(Marcando mucho la frase)
NIEVES
¿Pero es que a la noche vamos
a hablar?
COLAS
¡Anda! ¡Ya lo creo
A las once iré a tú casa.
NIEVES
De ningún modo.
COLAS
Te espero.
NIEVES
(¡Qué idea! Vas a pagarme
junto to el mal que me has hecho)
COLAS
Ya lo sabes, a las once.
NIEVES
Es inútil
Ya veremos.
COLAS
¡Adiós!
NIEVES
¡Adiós! No me esperes.
COLAS
¿Me quieres probar al menos
que no me guardas rencor?
(Nieves hace un gesto de indiferencia)
¿Quieres que nos estrechemos
las manos igual que amigos?
(Sin darla tiempo para contestar la coge
una)
¡Mi Nieves!...
NIEVES
Suelta.
COLAS
¡Te quiero!...
como siempre... Hasta las once.
NIEVES
Que no. Adiós.
COLAS
Que sí. Hasta luego.
(Mutis Nieves por la ermita y Colás por
la izquierda)
ESCENA VIII
Juanico, Romo y Pepico, por la ermita (1)
(1) Romo —Juanico —Pepico.
JUANICO
(Al Romo, que llora) Pero, hombre, que
no es pa tanto.
ROMO
Que sí, que lo he oído.
PEPICO
¡Ja! ¡ja! ¡ja! ¡Le ha dau llorona!...
JUANICO
Oye tú, que esto es muy serio.
PEPICO
Yo no puedo fingir... Vosotros sois
unos... unos...
ROMO
(Llora estrepitosamente ) ¡La ha citau!...
PEPICO
¿Cómo se llaman las mujeres que fingen
lo que no sienten?
JUANICO
No me acuerdo; pero es una cosa fea.
PEPICO
¡Ah, sí! ¡Pócritas! Yo no soy pócrita
como vosotros. Yo he bebío to lo que me ha dau la gana... Yo estoy zorro... y
estos más zorros entoavía.
JUANICO
(A Romo) ¿Quiés véngate d'ella?
ROMO
Yo quiero véngame, (Llora)
PEPICO
Si confiesas que estás borracho, yo te
ayudo.
JUANICO
A la noche.
ROMO
(Llorando) No, ahura...
PEPICO
Ahura. Ahura... Tiene razón, (A Juanico)
Dame esa cuerda.
JUANICO
¿Pa qué?
PEPICO
Pa lo que sea.
ROMO
(Llorando) Dásela.
JUANICO
(Quitándose una cuerda que lleva rodeada
a la cintura) Toma.
PEPICO
(A Romo) Quítate las glárimas y ayúdame.
Tú, (A Juanico) ponte en la puerta, pa avisar si sale alguno. (Mientras Juanico
vigila, Pepico y Romo atan los extremos de la cuerda a los palos que sostienen el
tejadillo de la ermita) Atala en ese palo... Así... Ahura vete allí enfrente y
llama a la Nieves. Nosotros nos quedamos aquí pa vela caer.
ROMO
(Gimoteando desde la izquierda) ¡Nieves!...
¡Nieves!... (Pepico ríe y hace contorsiones de alegría)
VICENTON
(Dentro de la ermita) Pepico... Pepico...
JUANICO
¡Anda! ¡Tu padre!...
PEPICO
(Al mutis. Corriendo hacia la izquierda)
¡Se estozola!...
ESCENA IX
Romo, Juanico, Vicentón, Rosica y Nieves.
VICENTON
(Sale corriendo de la ermita) ¡Pepico!..
¡Pepico!...
(Mientras los otros corren asustados, él
mira socarronamente la cuerda) ¡Vaya una bromica!... Si no la veo.
MUTACION
CUADRO TERCERO
Portalón de una casa de labranza. Puerta
grande en el centro del foro. Otras más pequeñas a derecha é izquierda. La
primera conduce a las habitaciones de Polito. Sobre ella, un poco a la derecha,
un ventano practicable que permita asomar el busto de una persona. La puerta de
la izquierda da acceso al corral. En último término derecha una prensa antigua
de vino. A la izquierda un arcón grande con tapa plana que permita encerrar
dentro a dos personas. La escena a oscuras al empezar el cuadro.
ESCENA PRIMERA
Rosica y Nieves, dentro.
ROSICA
Que no. Que no bajes.
NIEVES
Bueno. Bueno.
ROSICA
(Por la derecha) Desde ahí me alumbras.
NIEVES
(Asomándose al ventano, saca un brazo
fuera, sosteniendo un velón de cuatro mecheros, con dos encendidos) Hasta
mañana, mañica.
ROSICA
De un salto me planto en casa.
NIEVES
Mira, mi padre se ha dejau fuera los
cuetes. (Están encima del arcón)
ROSICA
Es verdá.
NIEVES
Haz favor de meterlos en el arcón de la
cebada. No los vayan a quemar.
ROSICA
(Guardándolos en el arcón) Ya están.
(Desde la puerta del foro) Oye: ¿cierro la puerta?
NIEVES
Déjala sólo entornada, que está fuera mi
padre.
ROSICA
Bueno, pues hasta mañana. Entornada queda.
(Mutis)
NIEVES
¡Mi padre sin venir!... Es la hora y ese
estará esperando... Que espere. Más he esperau yo. (Entra, cierra la ventana y
queda la escena a oscuras)
ESCENA II
Colás y Vicentón, por el foro. Entra
primero Colás, con precauciones, reconociendo el terreno.
COLAS
Entra.
VICENTON
(Lleva sujeto con una cuerda un perrazo
enorme, AI perro) Entra.
COLAS
(Contemplando la ventana por donde se
asomó la Nieves) ¡Paice mentira!
VICENTON
Sí, que sí. ¡Paice mentira que haiga
hombres como melones!... Estate quieto, León... (Al perro) No te fíes de las
hembras... Y eso que pa tú todas son lo mesmo: perras.
COLAS
Como salga hago una barbaridad.
VICENTON
¿Otra más'? ¿Te paicen pocas las que
llevas?
COLAS
Esta es la última. ¡Como sea verdá que
nos ha citan a los dos a la misma hora, la hago.
VICENTON
Entonces estamos demás el perro y yo...
No seas tonto. Déjame a mí y a este... Hazte cargo de que el probé León está
desde ayer sin catar miaja y que ya tiene la boca hecha agua de pensar en el
filete de Jesús que l'he prometido.
COLAS
Si es que no puedo creerlo.
VICENTON
Pronto lo vamos a ver... Esta es la
puerta. (Izquierda) Pues espérale tú aquí y nosotros al corral. (Mutis por la
izquierda con el perro)
ESCENA III
Colás, Romo, Juanico y Pepico, estos
cuando se indica.
COLAS
¡Vaya! Sea lo que Dios quiera, (Cautelosamente
da dos golpes en la puerta derecha. Después escucha)
NIEVES
(Asomándose sin luz a la ventana) ¡El!
(En este momento se oye por el foro la voz de Romo) ¡El Romo! (Entra y cierra
la ventana)
COLAS
¡Maldito sea! ¡Me va a ver!... (Se
oculta detrás de la prensa)
ROMO
(En la puerta del foro. A los que vienen
con él) Daros prisa, (Entra seguido de Juanico y Pepico. Este haciendo gestor
de alegría) ¡Cuidau con meter bulla!... Tú... (A Pepico) Que no te se vaya la risa.
(Pepico se tapa la boca, haciendo esfuerzos por contener las carcajadas. Oyese
por la calle un silbido, como el que dio Jesús en el primer cuadro)
JUANICO
Ya veis como acude.
PEPICO
¿Enciendo este hachón pa alúmbranos?
ROMO
No; ya vas bastante alumbrau. Métete de prisa
al corral, y tú (A Juanico) conmigo al cebadero. Andar... Andar de prisa y callandico.
(Pepico desaparece por la izquierda y los otros dos se meten en el arcón)
PEPICO
(Yo enciendo el hachón)
COLAS
No me engañaba el Romo. Pero ¿qué irán a
hacer ellos?
ESCENA IV
Colás y Jesús.
JESUS
(Por el foro )' ¡Abierto! Paice que le corre
prisa a la moceta... Y esta noche que venía yo preparau pa el baile, nada... Me traía toda la
orquesta. (Levanta el tapabocas y descubre un trabuco, que deja en el suelo)
¡El bombo! (Saca de entre la faja dos pistolas) ¡Los hierros! (De detrás una
estaca) ¡El clarinete! (De un bolsillo del pantalón una gran navaja) ¡El vigolín!
(Al abrirla suenan los muelles y salta asustado) Si llego a encontrame esta
noche a Colás sí que armamos güen baile (Empieza a recoger a tientas las arma
que ha ido dejando en el suelo)
COLAS
(Que ha salido de detrás de la prensa.
Ahuecando mucho la voz) Pues vamos a bailar.
JESUS
(Huyendo despavorido por la izquierda) ¡Retaco!
¿Qué es esto?
COLAS
¡Se ha quedau la orquesta sin diretor! (Por
la izquierda se oyen broncos ladridos seguidos de gritos de dolor. Momentos
después sale por la puerta de este lado Pepico llevando en una mano el hachón
encendido y defendiendo con la otra la parte posterior. No pudiendo escapar por
la puerta de la derecha por estar cerrada, trata de hacerlo por la del foro en
la que se presenta en aquel momento Polito. Entonces va a guarecerse en el
arcón pero al ver a su padre que sale con el perro por la izquierda, deja el
hachón encendido dentro del arca y se retira al foro derecha. Polito permanece
asombrado en el foro)
VICENTON
No corras, zagal, que no te quitan la
novia.
(En este momento se incendian los
cohetes dentro del arcón. Vicentón al sentir los tiros salta asustado. Gran confusión)
POLITO
¿Pero qué ribulicio es este?
ESCENA ULTIMA
Colás, Romo, Juanico, Nieves, Polito, Vicentón,
Jesús y Pepico. De dentro, del arcón, con la cara chamuscada, salen Romo y
Juanico pidiendo socorro.
NIEVES
(Asomándose a la ventana) ¡Dios mío!
¿Qué habrá pasau aquí? (Deja el velón en la ventana colgado de un clavo. Entra
y reaparece en seguida por la puerta de la derecha, yendo a colocarse entre Colás
y su padre, Al mismo tiempo y medrosamente sale también Jesús por la izquierda)
VICENTON
¡Hola, Polito! ¿Das reunión esta noche?
COLAS
(Con intención) No, la da la Nieves.
NIEVES
¿Yo?... Mentira.
COLAS
Tú, que has citau a dos hombres a la
misma hora.
NIEVES
¡Mentira, digo! Yo no he citau más que a
tú.
JESUS
Y a mú, digo a mí.
NIEVES
(Con energía ) No.
JESUS
Ahí está Pepico que me lo ha dicho de tu
parte.
PEPICO
(Que sigue haciendo gestos de dolor)
Dejarme ahura. ¡Buena tengo yo la del perro!...
VICENTON
Entonces no sus calentís la cabeza. Es
una gromica de mi familia, (A Pepe) Pero, maño, esta vez te ha salido el tiro por la culata. ¿Eh?
POLITO
(A Nieves) ¿Entonces?...
NIEVES
(Ruborosa) ¡Yo!...
COLAS
Nada... Que hemos vuelto a las andadas y
que mañana se la pido a usté.
VICENTON
Dásela esta noche.
POLITO
Mañana hablaremos.
JESUS
Entonces... yo...
VICENTON
(Dándole las armas que dejó abandonadas)
Tú... A tocar... por los pueblos.
COLAS
Le debo una torre al santo cristo.
NIEVES
Se la pagaremos a medias. (Telón)
FIN DE LA ZARZUELA
Información obtenida en:
https://archive.org/details/cantasbaturrasza4021barr
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