Playeras (Libreto)



PLAYERAS



Zarzuela en un acto y en verso.

Original de Adolfo Llanos.

Música de Ruperto Chapí.

Estrenada en el Teatro Lara, de Madrid, el día 26 de Marzo de 1887.


REPARTO (Estreno)

Rosalía - Sofía Romero.

Pedro - Ricardo Zamacois.

Paco - José Rubio.

La acción, en la playa de Algeciras.

Epoca actual (del estreno).

TRAJES
Rosalía: bata de verano; flores en el pecho y en la cabeza.
Paco: traje de marinero de guerra, con sombrero.
Pedro: traje de soldado de artillería, con gorra.
Advertencias. El pájaro que aparece dentro de la jaula debe ser un jilguero vivo, pero que no cante.
Los actores que quieran hablar con acento andaluz, pueden hacerlo.


ACTO UNICO

Marina en el fondo. Arbolea a la derecha. A la izquierda, pabellón de una casa de campo, con puerta y balcón bajo. En éste, macetas llenas de florea y una jaula con un jilguero. Junto a la puerta, un costurero y cuatro sillas rústicas. Un banco rústico cerca del fondo.


ESCENA PRIMERA

Rosalía —Sentada al costurero, cosiendo.

(Música)

(Canta el jilguero qua está en la jaula. A continuación canta Rosalía)
ROSALIA
Canta, jilguerito, canta,
canta, que escuchando estoy.

(Trino del jilguero)

Dime, jilguerito, dime,
dime con tu dulce voz
cuándo volverá mi dueño,
cuándo llegará mi amor.

(Trino del jilguero)

Canta, jilguerito, canta,
canta, que escuchando estoy.

(Canta el jilguero. En seguida se levanta Rosalía y canta en el proscenio)

No morirá mi alegría
mientras haya en mi balcón
un pajarito cantando,
un rosalito con flor.
No morirá mientras vea,
cuando miro en derredor,
una campiña andaluza,
un claro rayo de sol.
Y la playa
encantadora
donde vierten
su fulgor
las estrellas
rutilantes
de este hermosísimo cielo español.
Y la barca
pescadora
donde alienta
el corazón
del consuelo
de mi vida,
un guapo mozo que muere de amor.
Canta, jilguerito, canta,
canta, que escuchando estoy.

(Canta el jilguero)

(Hablado)

(Mirando con atención a un extremo del fondo)

Acabaron de pescar:
negra sombra de ancha vela
se dibuja sobre el mar:
navecilla, corre, vuela,
y no me hagas esperar.
Torna al puerto sosegado
que te ofrece paz y abrigo,
y devuélveme contigo
el amante idolatrado,
la esperanza que bendigo.

(Volviéndose y mirando al balcón)

Aquí estoy a mi placer:
aquí me brindan consuelo
este pájaro, este cielo,
estas flores que han de ser
la corona que yo anhelo.
Mas si me afligen temores
de que mi amor huya un día,
miro la jaula vacía
y la maceta sin flores
y el cielo sin alegría.

(Se sienta a coser. Alza la cabeza y mira a la derecha)

El militar.


ESCENA II

Rosalía. —Pedro (Entra Pedro por la derecha, fumando un cigarrillo, y se acerca poco a poco a Rosalía, saludándola cortésmente)

PEDRO
Tenga usté
muy buenas tardes.

ROSALIA
(Sigue cosiendo) Muy buenas.

PEDRO
(Tiene cara de dar pie) (Pausa)
(Y de quitar muchas penas)
(Rosalía le mira, él vuelve a saludar y se acerca)
¿Permite usted que me siente?
Porque vengo tan cansado...

ROSALIA
Siéntese usted.

PEDRO
(Es corriente) (Se sienta)
Mil gracias. (Ya me he colado) (Pausa)
¿Es aquí, niña hechicera,
donde vive una señora
a quien llaman la playera
por su voz encantadora?

ROSALIA
¿Por su voz?

PEDRO
¿No canta?

ROSALIA
No.

PEDRO
Todos dicen que hace raya.

ROSALIA
Es playera, como yo,
porque ha nacido en la playa.

PEDRO
Pero debe ser bonita.

ROSALIA
Ninguna playera es fea.

PEDRO
(Se le murió la abuelita) (Acercándose)
Y el que dude, que lo vea. (Rosalía se aparta)
Si con esa joven puedo
hablar...

ROSALIA
Salió.

PEDRO
¿Está usted sola?

ROSALIA
Sola.

PEDRO
¿No tiene usted miedo?

ROSALIA
¿Miedo yo? Soy española.

PEDRO
(Acercándose más)
¡Qué ojos! ¡qué frente! ¡qué cara!
|Ay! ¡quién fuera percalina
para que usted me hilvanara
con su mano peregrina!

(Acercándose más al ver que Rosalía calla)

Hágame usted venturoso;
ayúdeme a conjugar
ese verbo delicioso
que se llama enamorar.

ROSALIA
(Fingiéndose sorprendida)
¿De veras?

PEDRO
(Cayó en la red)

(Trata de cogerle una mano. Ella le rechaza y se levanta)

ROSALIA
Alto.

PEDRO
(Insistiendo)
¡Qué pecho de roca! (Se levanta)

ROSALIA
(Con fina ironía)
Ya basta: márchese usted,
porque en todo se equivoca.
Soy pobre, sirvo a mis amos,
pero nací en otra esfera,
no contesto a los reclamos
ni doy alas a cualquiera.
Militar entremetido
que viene a pasar la tarde
donde ya le han conocido,
vaya con Dios, y él le guarde.

(Entra en el pabellón, dejando sorprendido a Pedro)


ESCENA III

Pedro.

PEDRO
Perdona, niña, perdona.

(Cambiando da tono)

La exploración sale mal:
yo buscaba una fregona
y me encuentro una vestal.


ESCENA IV

Pedro —Paco.

PACO
(Por la derecha)
Salud.

PEDRO
(Volviendo la cara)
Salud.

(Se reconocen)

PACO
¡Pedro!

PEDRO
¡Paco!
(Se abrazan)

PACO
¿Tú aquí?

PEDRO
¿Tú aquí?

PACO
¿Tú artillero?

PEDRO
¿Tú marino?

LOS DOS
¡Qué sorpresa!

PEDRO
¡Dime!

PACO
¡Di!

PEDRO
Ya conoces mi carácter:
el estudio me encocora.

PACO
El colegio me aburría:
la pereza es seductora.

PEDRO
Por librarme del trabajo
senté plaza de artillero.

PACO
Por quitarme de lecciones
me he metido a marinero.

PEDRO
¿Eres dichoso?

PACO
Sí.

PEDRO
Yo también.

PACO
¡Guerra al estudio!

PEDRO
¡Amén!

PACO
¡Amén!

PEDRO
Ya estoy hecho un asistente
de los pies a la cabeza,
mejorando lo presente.

PACO
Ya sé echármela de pillo
y ponerme así el sombrero
y escupir por el colmillo.

PEDRO
Por temor a la mochila
no he querido ser ni cabo:
llevo vida más tranquila
asistiendo a un oficial.

PACO
Por temor a la faena
sirvo al jefe de mi nave:
la fatiga no me apena
y lo paso menos mal.

PEDRO
Con este oficio
se vive bien.

PACO
Esta carrera
vale por cien.

PEDRO
Nunca hay cuidados.

PACO
Nunca hay pesares.

PEDRO
Tenemos gangas..

PACO
Y libertades.

PEDRO
Comemos siempre.

PACO
Vamos bonitos.

PEDRO
Aquí no hay deudas.

PACO
Ni compromisos.

LOS DOS
Hemos logrado
muchos ahorros,
estamos libres
de mil engorros.
No nos angustian
viles personas
como los sastres
y las patronas.
Ni los caseros,
los sombrereros,
los camiseros,
los zapateros.
Gente perdida
que nos afrenta,
pues siempre quiere
cobrar la cuenta.

PEDRO
Y además...

PACO
Y además...

LOS DOS
Por amor al uniforme
están siempre moribundas
las chiquillas, las jamonas,
las solteras y las viudas.

(Con misterio)

Y de las casadas...
mejor es no hablar.

PEDRO
Y además ...

PACO
Y además... (Cornetas en la orquesta)

LOS DOS
Si la guerra se declara
y luchamos con afán...

PEDRO
Llegaré...

PACO
Llegaré...

PEDRO
A capitán.

PACO
A coronel.

PEDRO
A brigadier.

PACO
A general.

PEDRO
Y además...

PACO
Y además...

LOS DOS
Ahora sí que ya no hay más.

(Hablado)

PACO
¡No esperaba esta alegría!

PEDRO
¡Mucho me alegro de verte! (Se abrazan)

PACO
¿Prosigues en tu manía
de ser bravo?

PEDRO
Hasta la muerte.
¿Tú sigues tan hablador?

PACO
Orador, querrás decir.

PEDRO
Entre hablador y orador
hay poco que distinguir.

PACO
¿Ya mi talento no admiras? (Con gravedad)

PEDRO
Siempre que no me provoque. (Se ríen)

PACO
¿Vives aquí?

PEDRO
En Algeciras.

PACO
¿Y tú?

PEDRO
Yo vivo en San Roque.

PACO
¡Casualidad venturosa!

PEDRO
¿Has venido de paseo?

PACO
A conquistar una hermosa.

PEDRO
¿La Playera?

PACO
La Playera.


ESCENA V

Dichos. —Rosalía, en el balcón.

PEDRO
Pues a eso vengo también:
mira el billete.

PACO
¿Es posible?

PEDRO
Mi señor está en Belén
por esa dama insensible.

PACO
No estará, seguramente,
más embobado que el mío.

PEDRO
Dejo de ser asistente
si no arreglo este amorío.

PACO
Y yo he de pasarlo mal
si no salgo victorioso.

PEDRO
¡Qué coincidencia!

PACO
¡Fatal!

PEDRO
¿Qué hacemos?

PACO
Caso dudoso. (Pausa)

PEDRO
Yo sé que voy a vencer,
si lucho.

PACO
Lo mismo digo.

PEDRO
Pero no debo tener
por adversario un amigo.

PACO
Pues luchemos noblemente.

PEDRO
Con generosa hidalguía.

PACO
Yo ataco el puerto de frente.

PEDRO
Yo emplazo mi batería.

PACO
Los dos a la vez.

PEDRO
A una.

PACO
Sin reservas

PEDRO
Sin amaños.

PACO
Y el que tenga más fortuna...

PEDRO
Que la goce muchos años. (Se dan las manos)

PACO
Empecemos. ¿Vive aquí?

PEDRO
No está en casa la señora.

PACO
¿Pero hay doméstica?

PEDRO
Sí.

PACO
¿Bonita?

PEDRO
Perturbadora.

PACO
Esa es la llave del puerto:
¿la quieres comprar a escote?

PEDRO
Corriente; pero te advierto
que es tonta de capirote.

ROSALIA
(¿Tonta? Veréis)

PACO
¿Le has hablado?

PEDRO
En vano, porque no atiende:
si la dices «¡dueño amado!»
exclama «¡pillo!» y se ofende.

PACO
Cuando el amor no da lumbre,
otro recurso nos queda.

PEDRO
¿Cual?

PACO
Este (Dinero)

PEDRO
(Registrándose coa pena loa bolsillos)
No hay quien vislumbre
ni una sombra de moneda.

(Se retira Rosalía)

PACO
(Sorprendido)
¡Hoy estamos a primero!

PEDRO
Pues para mí a treinta y tres.
Cuando no tengo dinero
siempre estoy a fin de mes.


ESCENA VI

Pedro —Paco —Rosalía, Dentro.

(Música)

ROSALIA
Una playerita
que conozco yo.

PEDRO
Esa es la doncella.

PACO
Tiene dulce voz.

ROSALIA
Aseguran que ha puesto papeles
en su corazón.

PEDRO
Canta una playera.

PACO
Canta con primor.

ROSALIA
Si algún alma buena
se muere de amor,
ya sabéis donde tiene dispuesta
una habitación.

PEDRO
Esa es la doncella.

PACO
Tiene dulce voz.

ROSALIA
Se muere de amor.

PEDRO
Canta una playera.

PACO
Canta con primor.

ROSALIA
Una habitación.


ESCENA VII

Pedro —Paco —Rosalía, en el balcón.

(Hablado)

PEDRO
Ahí está.

PACO
Buena mujer.

(La saluda)

Servidor.

ROSALIA
¿Qué se le ofrece?

PACO
Si empieza usted a ofrecer,
yo tome.

PEDRO
Y yo.

ROSALIA
Se agradece.

PACO
Tiene usted cara... de cielo.

ROSALIA
¿Nublado?

PEDRO
Que desafía
y da muerte sin consuelo.

ROSALIA
¡Ni que fuera pulmonía!

PEDRO
¡Vaya un busto!

PACO
¡Sorprendente!

PEDRO
¡Qué muralla!

PACO
¡Qué blindaje!

PEDRO
¿Y el cuello?

PACO
Precioso puente
para entrar al abordaje.

PEDRO
¿Y los ojos?

PACO
¡Muy bonitos!

PEDRO
¡Valen un mundo!

PACO
¡La mar!

ROSALIA
¡Ay! No lo digan a gritos,
que me los pueden robar.

PEDRO
¿Me quiere usted por amante?

PACO
¿Me admite usted, con buen fin?

ROSALIA
¡Es un amor fulminante!

PEDRO
De pistón

PACO
De polvorín.

PEDRO
Véngase a mi batería,
ó me suicidio.

ROSALIA
¡Jesús!

PACO
Para usted, playera mía,
tengo un barco

PEDRO
Y yo, un obús.

ROSALIA
¡Qué miedo! (Se ríe)

PACO
(Aparte a Pedro)
Hablando a la vez
no conseguiremos nada.

PEDRO
¡Es tonta!

PACO
La candidez
queda pronto derrotada.
Si tú me dejas, verás.

PEDRO
Diez minutos te concedo:
la conquistas, ó te vas
y yo sólito me quedo.

PACO
(Entonces, ya le aventajo)
Corriente.

(Dándole la mano)

¿Palabra?

PEDRO
(Estrechándosela) Sí.

(Retirándose detrás de los arboles)

(Se va a tomar el trabajo
de ablandarla para mí)


ESCENA VIII

Paco. —Rosalía —Pedro, al paño. Rosalía se entretiene arreglando las flores y tarareando. Cuando Paco ve que se ha retirado Pedro, se acerca al balcón.

PACO
¿Se llama usted?

ROSALIA
Rosalía.

PACO
Bien se conoce que es rosa.

ROSALIA
Una flor que se las lía.

PEDRO
(O una Rosa muy liosa)

PACO
(Con misterio)
Sepa usted, bella zagala...

ROSALIA
¡Ay, qué zagal! (Burlándose)

PEDRO
(Le ha clavado)

PACO
¡No me tire usted con bala,
que ya estoy desarbolado!

ROSALIA
¿Pero habla usted lo que siente?

PACO
Yo soy muy franco, gacela:
responda usted francamente...

PEDRO
(Y se armó la francachela)

PACO
¡Me caso!

ROSALIA
No necesito.

PACO
¿Qué pierde usted con... probar?

ROSALIA
Tengo yo un marinerito
que navega por la mar.

PACO
Yo también soy marinero.
Lo mismo da.

PEDRO
(Tanto monta).

ROSALIA
No puede ser... y no quiero.
(Con mimo)

PEDRO
(¡Ay! ¡que se ablanda la tonta!)

PACO
(Después de mirar si está lejos Pedro, dirigiéndose a Rosalía, con entonación melodramática)
Esperaba esta ocasión:
se fue Pedro: nadie escucha:
ábrase mi corazón;
cese la tremenda lucha.
¿No sabe usted que la amé
desde que la conocí?

ROSALIA
(Fingiendo interesarse)
¿Desde cuándo?

PACO
¡Bien lo sé!

ROSALIA
¿Quizás en la corte?

PACO
¡Sí!
¡Salga usted! ¡Mi pecho anhela
descubrirse palpitante!

ROSALIA
(Fingiendo turbación)
¿Es verdad?

PEDRO
(¡Ay! ¡que se cuela!)

ROSALIA
¿A solas?

PACO
¡Aquí!

ROSALIA
¡Al instante!

(Rosalía se retira del balcón. Pedro Bale de su escondite)

PEDRO
¿Te ayudo?

PACO
Gracias. (Indicándole que se vaya)

PEDRO
No es lista.

PACO
Ya me la sé de memoria;
no hay ninguna que resista
cuando suelto la oratoria.

(Huye Pedro y se esconde. Sale Rosalía, y Paco, tomándola de la mano, la lleva a un extremo del proscenio. Pausa)

Buscando el dichoso empleo
con que todo español sueña,
por la villa madrileña
andaba yo de paseo.
De pronto, lancé un suspiro
al ver con sorpresa grata
cruzar gallarda fragata
por el golfo del Retiro,
Mostrando en las portañolas
formidable artillería
y hundiendo con valentía
el tajamar en las olas.
*¡Qué nave! ¡qué bien dispuesta!
Corte audaz, timón seguro,
quilla fuerte, casco duro,
mástil fino, popa enhiesta.
*Seguían su derrotero
faluchos y bergantines,
como siguen los golfines
detrás del barco velero.
*Por verla voltejear,
iban el rico y el pobre
bebiendo el agua salobre
que salpicaba al pasar.
Era en tierra, pero cuando
cruzaba tan arrogante,
se vio a la mar semejante
el suelo que iba pisando.
Cada mata era un delfín
que saludaba a su diosa;
cada flor, alga aromosa
del oceánico jardín.
Cada pájaro, sirena
cantando dulce estribillo;
cada piedra, un pececillo
retorciéndose en la arena.
*Los arboles, tenue bruma
que al verla se disipaba;
el polvo que levantaba,
radiante nube de espuma.
Largóse por barlovento
virando firme en redondo;
pensé que me echaba a fondo
con el estremecimiento.
Seguíla, corrió, volé,
tomó puerto en un portal...
y ¡la perdí por mi mal!
Aquella nave... era usté.
Desde entonces, mi pasión
arde, crece, me maltrata,
porque tengo una fragata
metida en el corazón.
*No soy ciego, no soy sordo,
no soy manco, no cojeo,
no soy viejo, no soy feo:
¡admítame usté a su bordo!
Echeme usté un calabrote
y no me haga zozobrar:
¡aquí está un hombre de mar
con el agua hasta el cogote!

(Se arrodilla)

ROSALIA
(Fingiéndose conmovida)
¡Jesús! ¡Es usted atroz!
Se explica de una manera...
con tan elocuente voz
y gracia tan lisonjera...

(Se levanta Paco gozoso)

Todo eso, que es muy bonito,
se lo debe usted contar...

PACO
¿A quién? (Con ansia)

ROSALIA
(En el mismo tono)
Al marinerito
que navega por la mar.

PACO
(Me aplastó)
(Se retira, con fago, hacia los arboles. Pedro sale de su escondite)


ESCENA IX

Paco —Rosalía. —Pedro.

PEDRO
(Aparte a Paco) Paco, lo siento.
(Le da la mano)

PACO
Es una niña endiablada.

PEDRO
(Con sorna. Aparte a Paco)
Muchas veces el talento
no nos sirve para nada.
Ahora verás como sé
dar en el blanco.

(Se acerca a Rosalía, que aparenta estar distraída)

PACO
(Aparte a Pedro) Prevente.

PEDRO
(A Rosalía)
Me ha parecido que a usté
le ha de gustar un valiente.
Porque estos que van en barco
y hablan mucho, no pelean:
así que salen del charco,
en seguida se marean.

ROSALIA
(Fingiendo interés)
¿Usted es valiente?

PEDRO
Luego
le diré, si hay ocasión.

ROSALIA
¿De verdad?

PEDRO
Cuando yo pego,
ya se sabe: defunción.

ROSALIA
¿Es posible?

PEDRO
Sí, señora:
este puño... aterroriza;
con quince lidié en Zamora,
y no quedó... ni ceniza.
Pues ¿y en la guerra?

ROSALIA
¡Eso aterra!

PEDRO
Entre el humo y la metralla...
¿Usté no ha estado en la guerra?

ROSALIA
Aun no.

PEDRO
¿Ni en una batalla?

ROSALIA
No me acuerdo de ninguna.
Será cosa...

PEDRO
¡Muy bonita!
¿Quiere usted que hagamos una
propia para señorita?

(Llamando a Paco, al ver que Rosalía no contesta)

La batalla voy a darte.

ROSALIA
Pero aquí... no puede ser...

PEDRO
Yo las doy en cualquier parte.

ROSALIA
¿Cómo?

PEDRO
Lo va usted a ver.

(Música)

Amanece. La diana
en el cuartel general.
Tarararí, tararararí...

PACO
Tarararí, tararirará.

LOS TRES
Tarararí, tararararí,
tarararí, tararirará.

PEDRO
Atención. Llamada y tropa.
Divisiones, a formar.

(Los tres se forman en fila marcando el paso, quedando Pedro en medio)

(Un tiro lejano)

La avanzada rompe el fuego:
el enemigo atacó.

(Tiros lejanos)

Marcha de frente. A vanguardia
la primera división.

(Marchan los tres al compás del paso doble, dan una vuelta por la escena y se quedan en fila)

Forman en batalla (Marcando el paso)
cuatro regimientos
y ocho baterías
puestas en el centro.
Van los cazadores
en el flanco izquierdo
y en el otro flanco
van los ingenieros.
Marcha a retaguardia
la caballería
y los tiradores
salen en guerrilla.
Quedan de reserva
mucha artillería,
veinte batallones...

PACO
Y uno de marina.

PEDRO
Alto. Desplieguen.
Rompan el fuego. (Fuego graneado lejano)
El enemigo
sale al encuentro. (Aumentan los disparos)
Nuestra vanguardia
pide refuerzos.

(Los actores necesitan hacer un estudio especial de la manera de representar esta pieza de música. Pedro añade la acción a la palabra para describir la batalla. Rosalía y Paco, siguiendo con interés la descripción de Pedro, imitan según lo indican la letra y la música, los toques de corneta, el galope de los caballos, el ataque al arma blanca, los disparos, etc., etc., etc.)

Ya los cañones
entran en juego. (Cañonazos)
Una columna
pierde terreno.
Rota la línea,
cejan los nuestros.
El ala izquierda
corre gran riesgo.
Toque de ataque,
paso ligero. (Ataque)
¡Pronto a la carga!
¡Duro con ellos!
Vienen a escape
los coraceros.
La artillería
redobla el fuego.
Las bayonetas
llegan al pecho,
caen los jinetes,
gime el acero,
silban las balas,
chocan los hierros,
cruzan las bombas,
saltan los cuerpos,
gritan los vivos,
ruedan los muertos.
Unos con otros
andan revueltos
y cual si fueran
tigres hambrientos.
Se buscan,
se llaman,
se ofenden,
se atacan,
se insultan,
se agarran,
se hieren,
se matan.
La lucha es tremenda,
el campo da horror:
humo,
polvo,
gritos,
ayes,
golpes,
lodo,
ruido,
sangre.
¡Remedo terrible
de la destrucción! (Pausa)

(Disminuye el fuego. Toque de retirada. Los actores hacen ademán de escuchar el tiroteo y el toque de corneta que se alejan cada vez más)

Ya ceja el enemigo.
Ya toca retirada.
Su hueste fue vencida.
En cuadro se quedó.
Ya busca nuevo abrigo
del bosque en la enramada.
Su gloria está perdida.
El campo abandonó.
¡Victoria!

LOS TRES
¡Victoria!
(Escuchan)

PEDRO
Ya se fue.

PACO
Ya escapó.

ROSALIA
Y ahora ¿qué?

PEDRO y PACO
¡Se acabó!

(Se dejan caer en el banco)

(Hablado)

PACO
(Después de una pausa)
¡Gran batalla hemos ganado!

PEDRO
Como que yo estuve en ella.

ROSALIA
¿Cuándo fue?

PEDRO
Cuando usted guste.

(Se levantan)

PACO
¿En dónde?

PEDRO
Donde tú quieras.
Las batallas son iguales
con muy pocas diferencias:
¡puní ¡pun!: se van los que pierden,
y los que ganan, se quedan.

ROSALIA
¿Ha visto usted muchas?

PEDRO
Pocas:
sobre tres mil novecientas.

ROSALIA
¡Jesús!

PACO
(Aparte a Pedro)
No te batas tanto.

PEDRO
(Aparte a Paco )
¿No ves cómo se interesa?

(A Rosalía)
Pero la más admirable
fue la del turco.

(A Paco) ¿Te acuerdas?

(A Rosalía)
Allí maté quince moros,

(Paco le tira de la guerrera)

cogí catorce banderas,
puse un bajá de tres colas
clavado en la bayoneta,
me almorcé a puros mordiscos
un gran visir, y por cena
me comí los corazones
del sultán y su parienta.

ROSALIA
¡Qué horror!

PEDRO
Pues aun no he contado
lo principal

ROSALIA
¡Basta, fiera!
¡No quiero verle en mi vida!
¡Márchese usted, y no vuelva!

(Entra en el pabellón, dejando a Pedro confundido)


ESCENA X

Paco —Pedro.

PACO
¿Lo ves?

PEDRO
Se me fue la mano.

PACO
(Como tomando una resolución heroica)
¿Quieres que yo te defienda?
Haré por ti el sacrificio:
¡trabajaré por tu cuenta!

PEDRO
(Sorprendido)
¿Qué vas a hacer?

PACO
(Solemnemente) No preguntes.
déjame sólo con ella.

PEDRO
(Titubeando)
¿Por mí vas a hablar?

PACO
(Con ademán majestuoso)
¡Ingrato!
Calla y vete: nada temas.

(Pedro, aunque receloso, se marcha. Paco le ve alejarse, y cuando cree que ya no le puede oír, se acerca a la puerta del pabellón. Inmediatamente aparece Pedro detrás de los árboles)


ESCENA XI

Paco —Rosalía. —Pedro.

PACO
¿Rosalía? ¿Rosalía?
ya se fue mi camarada.

ROSALIA
(Asomándose a la puerta)
¡Gracias a Dios!

(Saliendo.; ¡Qué asustada
me dejó su valentía!

PACO
(Con énfasis)
Yo soy amigo leal:
su amistad es lo primero.

PEDRO
(¡Bravo!)

(Paco, después de mirar si ha vuelto Pedro, coge de la mano a Rosalía y la conduce al extremo opuesto a los árboles. Pedro sale de su escondite para escuchar)

ROSALIA
(Sorprendida)
¿Qué?

PACO
Mi compañero
es un solemne animal.

PEDRO
(Interponiéndose con rapidez entre Paco y Rosalía)
Compadre, no me defiendas.

PACO
(Me pescó)

PEDRO
(Indignado) ¡Vaya un amigo!
¡Llamarme animal!

PACO
(Con suma naturalidad)
Lo digo
por tu bien. No te sorprendas.

PEDRO ¡Por mi bien!


PACO
Cierto: y con mucha
verdad, aunque tú lo tomas
a insulto.

PEDRO
(Con ira) ¡Basta de bromas!

PACO
(Con mucha calma, deteniendo a Pedro por medio de un ademán y dirigiéndose a Rosalía)
Usted será juez.

(A Pedro) Escucha:
Verás, con pruebas cabales,
que en motes y sobrenombres
andamos siempre los hombres
revueltos con animales:
«!Qué monísimo es el chico!»,
dicen de un nene precioso;
y de un orador famoso,
se dice: «¡tiene buen pico!»
Es la joven inocente.
una paloma sin hiel;
es un perro el hombre fiel;
un águila, el prepotente.
Cuando cualquier ciudadano
tiene salidas atroces,
dicen: «Fulano da coces;
«¡cómo rebuzna Fulano!»
El que ve mucho, es un lince;
un topo, el que nunca atina;
y no hay polluela más fina
que una muchacha de a quince.
El bravo que impone ley,
es un gallo; y hay gomoso
que pretende hacer el oso
y consigue hacer el buey.
Es un ganso el majadero,
una anguila el que se escurre,
un avestruz el que aburre,
un milano el usurero.
*Los valientes son leones;
gallinas, los apocados;
truchas, los aprovechados;
los inexpertos, pichones.
*Los parlanchines, son loros;
las mamás suegras, panteras;
algunas mujeres, ñeras]
algunos maridos, toros.
Somos, en fin, muchas veces,
tigres, micos, zorros, patos,
mulos, ciervos, ostras, gatos,
lobos, ratas, buitres, peces.
Luego no ofendo tu honor
empleando un mote usual:
si yo te digo «¡animal!»,
es por hacerte favor.

PEDRO
(Sonriendo)
Cese ya nuestra porfía.

ROSALIA
Si no le tapan la boca,
no le ahorcarán.

PACO
(Presentando la mano a Pedro)
Choca.

PEDRO
(Estrechándosela)
Choca.

PACO
Decida usted, Rosalía.

(Saca la carta y Pedro saca la suya)

Nuestros amos respectivos
adoran a la playera
que tiene en esta ribera
mil corazones cautivos.

PEDRO
En estas cartas escriben
lo que sus pechos ansían.

PACO
En una respuesta fían.

PEDRO
Con una esperanza viven.

PACO
Yo quise, fingiendo amor,
ponerla a usted de mi parte.

PEDRO
Yo pretendí, nuevo Marte,
ganarla por el terror.

PACO
Uno ha de ser desairado.

PEDRO
Otro ha de ser preferido.

LOS DOS
Escoja usted el partido
que fuere más de su agrado.

(Se arrodillan a un tiempo, presentándole las cartas. Rosalía las mira, se detiene un poco y dice majestuosamente )

ROSALIA
Alzad. (Se levantan)
Como no se trata
de ustedes, no sé qué hacer:
preferir sin conocer,
es decisión insensata.

PEDRO
No somos muy diferentes
de los que representamos.

PACO
A medida de los amos
resultan los asistentes.

ROSALIA
Entonces, prefiero...

LOS DOS
¿A cuál?

ROSALIA
Al más gracioso.

(Los dos se miran y miran luego a ella)

LOS DOS
¿Quién es?

ROSALIA
Eso, lo diré después
de la prueba principal.

LOS DOS
¿Qué prueba?

ROSALIA
El que mejor canto...

PEDRO
¿En la mano?

PACO
¿Una playera?

ROSALIA
Jesú la de la Chorrera.

PEDRO
¿La guaracha?

ROSALIA
Sí.

PEDRO
Al instante.

PACO
Yo me la sé de memoria.

ROSALIA
Pues a cantarla los tres.

PACO
¿Y usted juzgará?

ROSALIA
(Con sorna) Después.

LOS DOS
Allá va, cacho de gloria.

(Inmediatamente toman loa tres la actitud propia de loa guaracheros negros, y pronuncian la letra imitándolos todo lo posible)

(Música)

PEDRO
La mulata que está en la Chorrera
disen todos que guisa el arró...

PACO
Pelo ¡cómo! que de una manela
que tiene una glasia que ¡válgame Dio!

ROSALIA
¡Ay mulata Jesú! yo no sé
pues pa qué
echas sal cuando guisas arró...

PEDRO
Polque basta que tú lo regüelvas
pa que caiga la sal en terrón.

PACO
Pelo ¡cómo! que disen que sabe
sabloso, sabloso que ¡válgame Dió!

ROSALIA
¡Ay mulata Jesú! ven acá,
resalá,
que yo quielo plobal de tu arró.

LOS TRES
Mulatica china,
ten piedá de mí,
ven a consolalme
que me duele aquí.

(Dándose golpecitos en la cara y en la cabeza)

ROSALIA

(Hablado)

A tu lao no vale ná.
la guayaba atlopellá.

(Cantando)

PEDRO
Ni el dulse boniato.

PACO
Ni el flesco casabe.

ROSALIA
Ni el mango manilo.

PEDRO
Ni el tielno aguacate.

PACO
Ni el coco en almíbal.

ROSALIA
Ni el plátano dátil.

PEDRO
Ni el fino veguero
de tierra de Guane.

PACO
(A Rosalía. Despacio)
Eles tan glasiosa
como caña en flol.

PEDRO
(Muy despacio)
Tan apetitosa
como el quimbombó.

LOS TRES
(Muy vivo)
¡Ay sí,
mulata Jesú,
me muelo pol tí,
ya lo sabe tú!
Arrímate acá
y tláete el arró,
nos lo comelemos.
solitos los do. (Bailan)

(Hablado)

PACO
Vamos: ¿quién tiene más gracia?

ROSALIA
Hombre, ¿quién ha de tenerla?
Yo, que me estoy guaseando
con ustedes.

PEDRO
¿Eh?

PACO
¿De veras?

ROSALIA
Desde que abrieron el pico
sé que han errado la senda.
En esta playa son muchas
las que se llaman playeras,
pero la que ustedes quieren
encontrar, una coqueta
que revuelve a medio mundo,
vive allí: segunda puerta:
pregunten por doña Pía,
y vayan enhorabuena.

(Se dirige al pabellón)

(Paco y Pedro se miran con asombro)

PACO
¿Por qué nos habrá engañado?

ROSALIA
(Desde la puerta del pabellón)
Para que en su vida vuelvan
a llamarme tonta, fruto
que nunca se da en mi tierra.
Agur. (Entra en el pabellón)

PEDRO
¡Y nos deja solos!

PACO
¡En ocasión tan extrema!

ROSALIA
(Saliendo)
No tienen ustedes gracia
ni para pedirla.
(Al público) Sea
un aplauso, si es posible,
señal de vuestra clemencia.

(Música)

LOS TRES
Si me dais el aplauso que pido,
muy contento me voy a quedá,
pelo en cambio si dais otra cosa
¡Jesús! ¡ay qué susto! más vale callá.
Dime, plonto, chinito, que sí,
pues si no,
de velgüensa me voy a molí.



TELON


Información obtenida en:
https://archive.org/details/playeraszarzuela3232chap

No hay comentarios:

Publicar un comentario