¡LAS DOCE Y
MEDIA Y SERENO!
Zarzuela en un acto y en prosa.
Original de Fernando Manzano.
Música de Ruperto Chapí.
Estrenada en el Teatro de Apolo la noche
del 7 de Mayo de 1890.
REPARTO
(Estreno)
Verónica - Srta. Segura.
Pepa - Srta. Parra.
Simón (1) - Sr. Carreras.
Serafín (2) - Sr. Riquelme.
Don Hilarión - Sr. Rodríguez.
Tanis - Sr. Lacasa.
El Señor Pedro - Sr. León.
Un Mozo - Sr. Campos.
Un Paleto - Sr. Rojo.
Un Sereno - N. N.
Gente del pueblo.— Coro general
La acción pasa en un pueblo de la
provincia de Guadalajara. Epoca actual (La del estreno)
Las indicaciones del lado del actor.
(1) Este personaje es viejo y habla con
acento andaluz y afeminado, pero sin exagerarlo.
(2) Tipo de temperamento nervioso. Donde
el diálogo marque la palabra ¡cun! hará una contracción con la cara,
produciendo un ruido a modo de estornudo de perro.
ACTO UNICO
La escena representa el patio de la
posada de un pueblo. En primer término derecha y de frente al público, la
escalera que conduce al corredor; corredor que ocupará todo el foro de la
decoración. Debajo de esta escalera y en el lienzo de pared de la derecha, puerta
que conduce a la cocina. —Al foro izquierda, debajo del corredor, puerta que da
a la cuadra. — El lado izquierdo cerrado por una tapia. En segundo término,
puerta grande de entrada paseo, y en primero un abrevadero con caño encima pura
que salga el agua a la vista del
público, cuando indique el diálogo. —Sobre el corredor, y en sus dos extremos,
dos puertas; una a la derecha, enfrente de la terminación de la escalera, y
otra a la izquierda que conduce a la habitación de Verónica. —En el ángulo de
la derecha un carro con varios sacos de trigo dentro y otros al pie. —En uno de
los pilares del centro, que sostienen el corredor, habrá un farol encendido. —
Es de noche. —Todos los personajes que hacen mutis por la escalera, menos
Verónica, vanse por la puerta derecha del corredor.
ESCENA PRIMERA
Tanis, sentado al pie de la escalera,
tocando la guitarra.
CORO GENERAL
(Música)
CORO
Ya llegaron las fiestas
de la Virgen de Agosto,
con sermones y bailes
procesiones y toros;
ya llegaron los días
de reír y gozar,
y no hacer otra cosa
que beber y bailar.
HOMBRES
Anda muchacha,
baila conmigo.
MUJERES
No me pellizques,
que te espabilo.
HOMBRES
No te enfurruñes.
MUJERES
No me enfurruño.
HOMBRES
Eres muy guapa.
MUJERES
Tú eres muy bruto.
HOMBRES
Anda ya, que las piernas
me están bailando.
MUJERES
No bailo, si no tienes
quietas las manos.
TODOS
Venga una copla (A Tanis)
canta como tú sabes,
y ande la broma.
TANIS
Me han dicho que te diga
que no me quieras,
unas veces por bromas,
y otras por veras;
y tú lo tomas
unas veces por veras
y otras por bromas.
CORO
Me han dicho que te diga, etc.
(Mientras el coro canta las seguidillas,
una pareja las baila y todos acompañan con las palmas. Procúrese dar animación
al cuadro)
(Hablado)
TODOS
¡Otra, otra!
TANIS
Dejadme descansar, que para lo que
pagáis
bastante he cantado.
UNO
Pá eso es víspera de la Virgen.
TANIS
Pues mañana empalmaremos el baile.
ESCENA II
Dichos y Pepa en el corredor, después un
Mozo por la puerta de la izquierda.
PEPA
¡Ya han encendido la hoguera delante de la
iglesia!
UNO
¿Vamos a verla?
TODOS
Vamos (Vase el coro por la izquierda. Pepa
baja a la escena)
TANIS
(Con misterio) Pepa.
PEPA
¿Qué?
TANIS
Tenemos que hablar.
MOZO
(Desde la puerta) ¡Deo gracias!
TANIS
Todo está arreglao pá esta noche.
PEPA
Me da mucha vergüenza.
TANIS
¿Y no te da vergüenza el tener vergüenza
a tus años? Ni que fueras una chica pequeña.
MOZO
(Id) Deo gracias
PEPA
¡Qué va a decir mi padre! Como es el
posadero y...
TANIS
Sí, y yo ná más que el mozo. Pero que
diga lo que quiera, hermosa. (Abrazándola)
MOZO
(Id y gritando) ¡Deo gracias!
PEPA
¡Ay! (Separándose asustados)
TANIS
¿Quién?
MOZO
Gente de paz.
TANIS
¿Qué quería usted? (Aparte a Pepa) No
nos ha visto.
PEPA
(Id a Tanis) No nos ha visto.
MOZO
(Entrando) ¿Es esta la posada?
TANIS
Sí, señor.
MOZO
Pues yo soy de Atanzón y vengo de allí acompañando
a don Hilarión el sacristán y a su sobrina, que van a Guadalajara.
TANIS
Buen viaje.
PEPA
(¡El demonio del hombre!)
MOZO
Y como quieren descansar aquí hasta
mañana, me he adelantao yo pá que les tengan preparas dos habitaciones.
TANIS
Haberlo dicho. Entre usted allí (Señalando
la puerta de la cocina) y entiéndase con el amo.
MOZO
Voy a decírselo, porque yo esta misma
noche me vuelvo a Atanzón. Buenas noches.
TANIS
Adiós.
MOZO
(Medio mutis) ¡Ah!
TANIS
¿Qué?
MOZO
Nada que... que aproveche. ¡Já, já!
(Ademán de abrazar. Vase riendo por la puerta derecha)
TANIS
Me paece que sí nos ha visto.
PEPA
Si se lo dice a mi padre...
TANIS
Qué ha de decir. Mira, ahora tenemos que
ponernos de acuerdo...
PEDRO
(Voz dentro) ¡Tanis!
TANIS
Voy. No nos van a dejar entendernos.
PEPA
Más tarde hablaremos.
TANIS
Es que yo quería decirte...
PEDRO
(Id) ¡Tanis!
TANIS
Voy.
PEPA
Anda, qué se va a enfadar mi padre.
TANIS
Pues baja dentro de un rato.
ESCENA III
Dichos, el Señor Pedro por la puerta de
la derecha.
PEDRO
¿Te has vuelto sordo?
PEPA
¡Ay!
TANIS
Si ya iba.
PEDRO
(A Pepa) ¿Tú aquí? Me paece a mí que voy
a coger una estaca y sus voy a moler los huesos. Como sospeche yo que siguen
esos amoríos sus acordáis de mí. (A Pepa) Ya estás tú arreglando dos
habitaciones de arriba pá unos forasteros que vendrán dentro de un rato, y tú (A
Tanis) ya estás largándote a decirle al señor Alcalde que eche el agua, que desde
ayer está esa fuente seca y no puede beber el ganao. (Señalando al abrevadero)
TANIS
Si ha dicho que hasta más tarde no puede
echarla, porque ahora están corriendo las fuentes de la plaza. ¡Ah! Me ha dicho
también, que si para aquí alguno que toque el piano, que lo mande usté pá el
baile de esta noche.
PEDRO
¡Si hubiera llegao el cantor de iglesia
que esperamos mañana!
PEPA
Y que dicen que es muy bueno.
PEDRO
¿Todavía estás ahí? Anda arriba.
PEPA
Ya voy, padre. (Vase por la escalera)
PEDRO
Me paece a mí... me paece a mí...
TANIS
(Me paece a mí, que mañana verás tú lo
que es bueno)
PEDRO
Y tú, a ver si andas con ojo, que en
estos días de funciones, siempre hay disgustos, que unos huéspedes se van sin
pagar, otros se llevan algo y otros se van sin pagar y se llevan algo.
TANIS
Descuide usted, que yo vegilo.
PEDRO
Pues no pierdas de vista al flauta que
ha llegao esta tarde.
TANIS
¿Ese que ha sido bailarín?
PEDRO
Sí, porque me paece a mí que no tiene un
cuarto y trae poco equipaje.
TANIS
Ahí viene.
ESCENA IV
Dichos, Simón por el corredor, luego Serafín
por la izquierda.
SIMON
Buenas noches. (No me llega la camisa al
cuerpo)
PEDRO
Muy buenas.
SIMON
¿Podría usted decirme a qué hora se cena
en esta población? (Baja al escenario)
PEDRO
Cada uno a la que tiene hambre.
SIMON
Entonces yo debía haber cenado esta
mañana, y si usted fuera tan amable...
PEDRO
(A Tanis) Ya lo oyes; que preparen la
cena para este señor.
(Tanis se dirige a la puerta de la
cocina y se detiene en ella al ver entrar a Serafín. Cuando éste se marcha, vuelve
al proscenio)
SERAFIN
(Entrando por la izquierda) Buenas
noches.
PEDRO
Muy buenas.
SIMON
(Asustado y ocultándose detrás del carro)
(Otra vez este hombre)
SERAFIN
¿Mi habitación es?...
PEDRO
El número cuatro.
SERAFIN
Hasta luego. (Observando el recelo de
Simón) (¿Quién será este?) (Se marcha por la escalera)
SIMON
(¡Cómo me ha mirado!)
TANIS
(Con misterio) Señor Pedro, este del
número cuatro sí que me da mala espina.
SIMON
(Acercándose con interés) ¿Eh?
PEDRO
¿Qué dices?
TANIS
Que desde esta tarde que ha llegao, he
notado algunas cosas...
PEDRO
¿Qué cosas?
SIMON
(¡Ay! ¡Ciertas son mis sospechas!...)
TANIS
Al decir su nombre se equivocó tres
veces.
PEDRO
¿Y qué?
TANIS
Que eso prueba que no tiene nombre.
PEDRO
Tiene razón.
SIMON
(Con interés) Siga usted, siga usted.
TANIS
Después le encontré en el pasillo
examinando la puerta que da al callejón.
PEDRO
¡Demonio!
TANIS
Luego me estuvo preguntando que qué
huéspedes había en la posada y en qué cuartos estaban; yo se le dije y eligió
para él el número cuatro, junto al de usted. (Por Simón)
SIMON
¡Junto al mío! (Asustado)
TANIS
Yo creo que viene buscando a alguien.
SIMON
(No me equivoqué)
PEDRO
¿Y qué más?
TANIS
Que para mí, ese hombre no ha venido a cosa
buena.
SIMON
(Ay! ¡Ni para mí tampoco!)
PEDRO
Pues, mucho ojo y no le pierdas de
vista.
TANIS
Descuide usted. Voy a decir que preparen
la cena de este señor. (Vase derecha)
SIMON
Si ya se me ha quitado la gana. (Yo
necesito marcharme de aquí)
PEDRO
No tenga usted miedo, que ese chico (Por
Tanis) es más fiel que un perro y de un puñetazo mata a un nombre.
SIMON
¿Yo miedo? ¡Josús María, no lo crea
usted!
PEDRO
(¿Quién será ese hombre?) (Vase derecha)
ESCENA V
Simón.
(Música)
SIMON
Estoy temblando,
estoy nervioso,
que ese muchacho
tan misterioso,
por las señales
debe de ser
algún agente
de policía,
que me persigue
de noche y día
y que me viene
a detener.
Yo necesito que alguien me ayude,
yo necesito salir de aquí
cuando él no sepa que yo me marcho,
porque no venga detrás de mí.
¡Qué diferencia
de ayer a hoy!
¡Lo que yo he sido
y lo que soy!
Desde chiquirritín
fue el baile mi afición,
y he sido un bailarín
de gran reputación.
Contratas en Pekín,
contratas en Londón,
después bailé en Martín
con gran aceptación.
Curaba yo el esplín
con mi presentación.
Y todo este trajín
y toda esta afición,
para encontrarme al fin
en esta situación,
por causa de una ruin
fatal conspiración.
Yo necesito que alguien me ayude, etc.
(Baila los últimos compases, asustándose
del ruido de la orquesta al terminar el número)
(Hablado)
SIMON
¿Qué va a ser de mí? ¡Ay Dios mío de mi alma,
de mi vida, de mi corazón y de mis entrañas! ¡Caray, caray! Yo necesito
marcharme sin que él me vea, para que no pueda seguirme. Si encontrase quien me
abriese esa puerta (La de la izquierda) cuando duerma todo el mundo...
Dificilillo es, porque para buscar cómplices hace falta dinero y yo no tengo ni
esto. ¡Josús, Josús, Josús! Qué complicación. Dice el posadero que el mozo es
más fiel que un perro, de modo que no puedo contar con él; si encontrase otro
más caritativo... ¡Quién me metería en conspiraciones ni en líos!...
ESCENA VI
Simón, el Mozo, que sale por la derecha.
MOZO
(Por Simón) (Este debe de ser)
SIMON
(¡Ay, Simón, Simón, de esta vas a
presidio!)
MOZO
Buenas noches.
SIMON
(Asustado) ¡Ay! Muy buenas.
MOZO
Vengo a decirle que me ha dicho el
posadero que le diga que si quiere usted cenar que pase a la cocina.
SIMON
(Este debe de ser otro mozo)
MOZO
Conque ya lo sabe usted. (Se dirige a la
puerta de la izquierda)
SIMON
(¡Si se compadeciese de mí! Yo me atrevo)
Oiga usted.
MOZO
(Volviendo)
¿Qué?
¿Usted es un hombre honrado?
MOZO
A carta cabal.
SIMON
¿Usted tiene corazón?
MOZO
Yo siento que me late.
SIMON
(¡Le late! ¡Este es mi hombre!) Pues
bien, compadézcase usted del desgraciado más bailarín, digo, del bailarín más
desgraciado que existe.
MOZO
¿De quién?
SIMON
De mí. Escuche usted mi historia y sabrá
el apuro en que me encuentro, del que usted sólo puede salvarme.
MOZO
Usted dirá.
SIMON
Aquí donde usted me ve, he sido
bailarín.
MOZO
Por muchos años.
SIMON
¡Ay! Ojalá, pero fue por pocos y así me
veo yo. Cuando murió la afición al baile, me metí en varios negocios. ¡Ay! Pero
qué mal me salieron todos; aún recuerdo el último con tristeza. Un alcarreño,
amigo mío, me propuso que le vendiese en Madrid dos arrobas de miel de su
cosecha, me metí en el negocio, ¿y sabe usted lo que me produjo?
MOZO
¿Cincuenta reales?
SIMON
Una irritación que por poco me muero.
Estuve quince días alimentándome sólo con miel.
MOZO
¿Se la comió usted solo?
SIMON
En compañía de unas cuantas moscas. Pero
no acaban aquí mis desdichas y ahora viene lo gordo. No sabiendo a qué agarrarme,
por consejo de un amigo me agarré a la política, y yo que soy incapaz de matar
una mosca, fui jefe de un club socialista.
MOZO
¿Es usted republicano? Choque usted.
(Dándole la mano con alegría)
SIMON
¿Usted también?... (¡Estoy salvado!) Pues
bien; hace tres días, cuando ya estaba próximo el del triunfo, se entera el
gobierno de la conspiración y coge las listas, en las que figura mi nombre a la
cabeza; yo echo a correr, agarro una maleta y una flauta, que era todo mi
equipaje, y por influencias de un vecino murguista encuentro una contrata como
músico para la función de este pueblo y... ¡Ay, amigo mío, estoy perdido!
MOZO
¿Por qué?
SIMON
Porque al mismo tiempo que yo ha llegado
a la posada un hombre misteriosísimo, que indudablemente es un policía que me
persigue.
MOZO
¡Demonio!
SIMON
(Se interesa) En sus manos está mi
salvación.
MOZO
Pues cuente usted con ella.
SIMON
Gracias, campesino, usted es mi padre.
(Le abraza) (Ya es mío)
MOZO
¿Qué tengo que hacer?
SIMON
He pensado escaparme de aquí cuando
todos estén durmiendo.
MOZO
Muy bien pensado.
SIMON
Gracias. (Le abraza) Y he contado con
usted...
MOZO
Muy bien hecho.
SIMON
Gracias. (Id) Para que me abra esa
puerta... (La de la izquierda)
MOZO
¿Yo? (Con extrañeza)
SIMON
Naturalmente, como usted es de la
casa...
MOZO
¿De la casa? Si no soy de este pueblo;
he venío a dar un recado y me voy ahora mismo.
SIMON
¡Ay, yo me pongo malo! (Dejándose caer
sobre el mozo.
MOZO
No hay que apurarse. Yo lo que puedo
hacer por usted es...
SIMON
(Con ansiedad) ¿Qué?
MOZO
Compaecerle. Buenas noches. (Vase
izquierda)
SIMON
¡Animal! ¡Estoy perdido! ¿Qué va a ser a
mí? (Viendo a Serafín que baja por la escalera) El del número cuatro; que no me
vea! (Vase corriendo por la puerta de la derecha)
ESCENA VII
Serafín que baja cautelosamente al
proscenio, luego Pepa también por la escalera.
SERAFIN
Todo está arreglado, sólo me fal... cun
falta un cómplice y voy a buscarle.
PEPA
(Bajando) ¿No ha bajado Tanis todavía?
¡El del número cuatro, qué miedo! (Sube unos cuantos escalones)
SERAFIN
(Llamándola) Muchacha. (Esta puede
servirme) Muchacha.
PEPA
(Deteniéndose, asustada) No se acerque
usted, que grito.
SERAFIN
(Dándola dinero) Toma un duro y escucha.
PEPA
¿Eh? (Parece un infeliz)
SERAFIN
Tú puedes servirme...
PEPA
¿Yo?
SERAFIN
Sí. ¿No sabes quién soy?
PEPA
No, señor.
SERAFIN
Pues Serafín Cascamigas, el chico mayor del
vete... cun.
PEPA
(Haciendo ademán de irse) ¿Eh?
SERAFIN
(Deteniéndola) No, no te vayas. Del
veterinario de Atanzón.
PEPA
(¡No es un ladrón!) ¿Y para qué le sirvo
a usted? (Bajando al proscenio)
SERAFIN
Para muchas cosas, pero prin... cun
principalmente para una... cun.
PEPA
¿Qué le pasa a usted?
SERAFIN
Es nervioso. Me quedé así de resultas de
un aire co... cun colado. Escucha: dentro de un rato debe llegar aquí el
sacristán de mi pueblo con su sobrina Verónica.
PEPA
Ahora acabo de prepararles las camas.
SERAFIN
(Asustado) ¿Han llegado ya?
PEPA
Creo que no.
SERAFIN
Yo he salido del pueblo dos horas antes
que ellos sin que nadie me viese, porque... la verdad... ella y yo nos queremos
mucho, con per... cun perdón sea dicho.
PEPA
¿Y qué más?
SERAFIN
Que su tío es un cafre, con per... cun
perdón sea dicho, y la lleva a Guadalajara a meterla en un con... cun convento.
PEPA
¡Pobrecilla!
SERAFIN
¡Ya ves tú qué desgracia!... Pero estoy
decidido a impedirlo.
PEPA
Y hará usted muy bien. Si a mí me
metieran monja me moría.
SERAFIN
Y yo también me moría, y ella también se
moría, porque no le ti... cun tira la iglesia; es decir, sí le tira, pero es
yendo conmigo. ¡Jé, jé
PEPA
¿Y en qué puedo servirle?
SERAFIN
He decidido escaparme con ella, y para
eso, es necesario que alguien me ayude.
PEPA
Cuente usted conmigo. (¡Lo mismo que
nosotros!)
SERAFIN
Gracias, gracias.
PEPA
¡Y yo que creía que era usted un ladrón!
SERAFIN
¿Un ladrón?
PEPA
Sí, señor; y eso creen todos.
SERAFIN
¡Demonio! ¿De modo, que se han fijado en
mí?
PEPA
Ya lo creo. Como que no ha dicho quién era,
todos le vigilan y...
SERAFIN
(Asustado) Es preciso que no me vigilen.
PEPA
Pues diga usted quién es.
SERAFIN
¡Justo!... Y se entera el sacris... can
sacristán de que estoy aquí, y me rompe el cun... el alma.
PEPA
Pues diga usted que es otro.
SERAFIN
¿Y quién?
PEPA
¡Ah!... ya lo sé. ¿Usted piensa
marcharse esta noche?
SERAFIN
Dentro de dos horas
PEPA
Pues diga usted que es el cantor.
SERAFIN
¿El cantor?
PEPA
Sí, señor. Debe llegar mañana para
cantar la salve; de modo que cuando él venga ya no está usted aquí.
SERAFIN
¡Es una gran idea! Encárgate de hacer
correr esa voz.
PEPA
Ya verá usted qué bien lo hago. Voy a
decírselo a mi padre y a todo el pueblo.
SERAFIN
(Deteniéndola) Espera. En cuanto llegue
Verónica le das esta carta y le dices que lo ten... cun tengo todo arreglado
(Dándole la carta) ¿Lo harás?
PEPA
Descuide usted.
ESCENA VIII
Dichos, Tanis sale por la derecha, y se
queda observando detrás del carro.
TANIS
(¡La Pepa hablando con el forastero!)
SERAFIN
Dios te lo pague. Déjame que te abrace.
PEPA
Pero...
SERAFIN
En señal de gratitud.
PEPA (¡Pobrecillo!)
SERAFIN
(Abrazándola) (Jé, jé. Algo se pesca)
TANIS
(¡Cuerno!)
PEPA
Hasta luego. (Vase por la izquierda)
SERAFIN
Adiós. (Ahora voy a buscar una
caballería)
(Al volverse hacia la izquierda se encuentra
con Tanis que le cierra el paso)
TANIS
Aquí estoy yo, amigo. (Con tono
amenazador)
SERAFIN
(Asustado) ¿Qué?
TANIS
Que le voy a dar a usted un
mamporrazo...
SERAFIN
(Qué bar... cun bárbaro!)
TANIS
Para que no vuelva usted aquí a engañar mujeres
SERAFIN
(¡Demonio, lo sabe!) Pero... si yo...
TANIS
Le voy a matar. (Disponiéndose a pegarle)
SERAFIN
(Asustado y corriendo) ¡Ay, hombre!...
¡por favor!...
TANIS
(Persiguiéndole ) ¡So tísico! (Vase
Serafín corriendo por la izquierda )
PEDRO
(Dentro) ¡Tanis!
'TANIS
Voy...
Tú volverás y me las pagarás. ¡Miá que no pagármelas! Y a la Pepa... a la Pepa la
voy a hinchar un ojo, pá que sepa que de mí no se ríe nadie. (Vase por la
derecha)
ESCENA IX
Verónica y Don Hilarión, entran por la
izquierda montados en un borrico; ella delante y él en las ancas.
(Música)
HILARION
¡Arre borrico, arre borrico!
Ya hemos llegado; me apearé. (Se apea)
VERONICA
Yo por ninguno me sacrifico,
y aunque él no venga me escaparé. (Se
apea)
De la iglesia de Atanzón
soy humilde sacristán,
si de chico fui un melón
hoy ya cumplo con afán
mi misión.
Empecé de chiquitín,
pero he sido tan atún,
que el estudio del latín
no logró entender aún
mi magín.
Sin ninguna vocación,
que profese lograrán;
yo, que di mi corazón
al muchacho más galán
de Atanzón.
El se llama Serafín,
y es un hombre muy de bien,
que me quiere con buen fin
y le quiero yo también,
por pillín.
(Hilarión
y Verónica a la vez)
HILARION
Allá en el coro
me desgañito,
a voz en grito,
y tanta fama
logré alcanzar,
que de los pueblos
circunvecinos,
en carros, muías,
y hasta en pollinos,
vienen las gentes
por escuchar.
Tantum ergo
Sacramentum, etc. etc.
VERONICA
En el convento
encarcelada,
llorosa, triste
y enamorada,
las horas lentas
yo pasaré;
y con las madres
allá en el coro,
mientras me acuerdo
de aquel que adoro,
el canto fúnebre
entonaré.
Diaes irae, Diaes illa,
etc.
HILARION
Yo puedo asegurar
que no hay, en mi sentir,
quién pueda en el lugar
VERONICA
conmigo competir.
A fuerza de llorar
me voy a consumir;
si llego a profesar
me tengo que morir.
(Hilarión
y Verónica a la vez)
HILARION
Soy Hilarión,
tolón, tolón,
el sacristán,
talán, talán,
más bonachón
tolón, tolón,
que come pan,
talán, talán;
de chiquitín,
tilín, tilín,
era un melón,
tolón, tolón;
pero por fin,
tilín, tilín,
soy sacristán,
talán, talán,
en Atanzón.
Tilín, tilín,
talán, talán,
tolón, tolón.
VERONICA
Sin vocación
¡ay, ay!
me encerrarán,
¡ay, ay!
mi corazón
¡ay, ay!
destrozarán,
¡ay, ay!
¡Ay, Serafín!
¡ay, ay!
qué situación,
¡ay, ay!
pero por fin
¡ay, ay
no acabarán
¡ay, ay!
con mi pasión.
¡Ay, ay, ay, ay!
¡Ay, ay, ay, ay!
¡Ay, ay, ay, ay!
(Hablado)
HILARION
Vamos, no llores, Verónica, que a nada conduce.
VERONICA
(Sollozando) (¡Pobre... Se... rafín!)
HILARION
En cuanto lleves quince días en el
convento, ya verás, ya verás.
VERONICA
No, señor, no lo veré.
HILARION
¡Cómo!
VERONICA
Porque me moriré antes.
HILARION
No digas tonterías. Descansamos aquí
esta noche y mañana a Guadalajara.
VERONICA
(Sollozando) ¡Pobre... Se...ra...fín!
HILARION
No me nombres a ese botarate.
VERONICA
(Id) ¡Qué desgraciada soy!
HILARION
No llores, tonta; yo sólo deseo tu
felicidad, y la he de conseguir. Ya verás cómo antes de seis años, eres madre
abadesa.
VERONICA
(Id) Yo quiero casarme con él, y no... quie...ro
ser ma...dre.
HILARION
Eso es muy difícil. No hagas que me
enfade y sea peor.
VERONICA
Peor que esto no puede ser.
HILARION
A ver. (Llamando) ¡Mozo! ¡Posadero!
ESCENA X
Dichos, Tanis por la derecha.
TANIS
¿Qué quié usté?
HILARION
¿Ha venido un hombre a encargar dos
habitaciones?
TANIS
Arriba están preparadas.
HILARION
¿Es usted el posadero?
TANIS
No, señor; el posadero está ahí en la
cocina.
HILARION
Voy a verle. A Verónica) Sube al cuarto,
y espérame... (A Tanis) y tú, muchacho, encárgate del borrico. (Vase por la
derecha)
VERONICA
(Sollozando) ¡Yo quiero morirme!
TANIS
(¡Miá que no pagármelas!) (Se entra,
llevando el borrico por la puerta del foro)
ESCENA XI
Verónica y Pepa por la izquierda.
VERONICA
(Sollozando) ¡Yo quiero mo...!
(Transición brusca, cambiando de tono al ver que está sola) ¿Habrá llegado ya?
PEPA
(Saliendo y acercándose sin que la vea
Verónica) (Esta es) (En voz baja) Señorita.
VERONICA
(Transición sollozando) ¡Yo quiero
morirme!
PEPA
Pues no se muera usted.
VERONICA
¿Eh?
PEPA
Su novio está aquí, y le ha escrito esta
carta.
VERONICA
Venga. (Cogiendo la carta)
PEPA
Lo tiene todo arreglado.
VERONICA
¡Cuánto me alegro!
PEPA
Suba usted esa escalera, y a mano
derecha, encontrará su habitación.
VERONICA
(Con alegría y corriendo hacia la
escalera) ¿La de Serafín?
PEPA
No; la de usted. (Deteniéndola) (¡Vaya
con la niña!)
VERONICA
(Con tristeza) ¡Ah!... yo creía...
PEPA
Estoy enterada de todo y les ayudo.
VERONICA
Gracias; ya sabrá usted que no tengo
vocación de monja.
PEPA
Ya lo veo, ya. Hasta luego.
VERONICA
Adiós. (¡Qué gana tengo de que me robe!)
(Vase por la escalera y hace mutis por la puerta de la izquierda del corredor)
ESCENA XII
Pepa, Tanis, que sale por el foro
cerrando la puerta. Luego Simón por la derecha.
PEPA
Me paece que ella es más atrevida que
él.
TANIS
(Saliendo) ¡Pepa!
PEPA
¿Qué?
TANIS
(Enfadado) ¡Te voy a saltar un ojo!
PEPA
¿Qué te pasa?
SIMON
(La cena no me pasa de aquí) (Señalando
a la garganta)
TANIS
Ya te he visto con el del número 4.
SIMON
(¿Eh?) (Al oír la frase anterior se
detiene y se queda escuchando detrás del carro)
PEPA
¿Nos has visto y te enfadas por eso? Tanis,
eres un buey.
TANIS
¡Ya! Sus voy a matar.
PEPA
A ese hombre no le importo yo nada; ha
venido aquí con su cuenta y razón.
SIMON
(¡Demonio!)
TANIS
(Enfadado) ¿Quién es?
PEPA
Quiere pasar por el cantor que
esperamos, para desorientar a la gente, y así lo he dicho yo a todos.
SIMON
(¡Quiere pasar por el cantor!)
TANIS
¿Y por qué has dicho eso?
PEPA
Porque me dio un duro.
TANIS
¡Y un abrazo!
PEPA
Bueno, y un abrazo para que le ayudase a
conseguir lo que quiere.
TANIS
¿El qué?
PEPA
Llevarse de aquí una persona... pero no soy
yo.
SIMON
(No me equivoqué; ¡estoy perdido!)
TANIS
¿Qué persona?
PEPA
No seas celoso, que luego te lo
explicaré. ¿No sabes que yo te quiero?
TANIS
¿De veras?
PEPA
De veras. ¿No te convences?
SIMON
(¡Qué haré, Dios mío! ¡Yo necesito
marcharme a toda costa!)
TANIS
Pa convencerme, tenemos que escaparnos esta
noche.
SIMON
(¿Eh?)
PEPA
Pero no ves que si se entera mi padre
nos mata.
TANIS
Qué se ha de enterar.
SIMON
(Esto me interesa)
TANIS
Todo está dispuesto. Decídete. O esta
noche, ó nunca.
PEPA
Pero, hombre...
TANIS
Vamos, di que sí. Si tienes más gana que
yo.
PEPA
Como quieras. Así como así, no somos los
primeros que quieren escaparse esta noche.
SIMON
(¡Caracoles! ¿Me habrán descubierto?)
TANIS
¡Qué rica eres! (Con misterio y bajando
la voz) Mira, a las doce y media ya estarán todos dormidos; sales tú por la
puerta del callejón y me esperas en la entrada de la c carretera. Esta noche,
como no hay luna, está muy oscuro y no es fácil que nos vean.
PEPA
¡Ay, Tanis! yo tengo mucho miedo a mi padre.
TANIS
No seas tonta.
SIMON
(¡Son míos!) (Con alegría)
PEPA
En fin, como tú quieras. Me marcho, no nos
sorprendan.
TANIS
Pues hasta luego, y no faltes.
PEPA
No faltaré. Adiós. (Vase por la escalera)
ESCENA XIII
Simón y Tanis.
TANIS
Ahora que se fastidie el señor Pedro. (Se
dirige a la derecha y se encuentra con Simón, que sale de repente de detrás del
carro, cerrándole el paso)
SIMON
Buenas noches.
TANIS
(Asustado) Muy buenas. (Queriendo
marcharse)
SIMON
Espere usted. Tenemos que hablar.
TANIS
¿A estas horas? déjelo usted para
mañana.
SIMON
(Con intención) No puede ser, porque
mañana no estará usted aquí.
TANIS
(Alarmado) ¿Qué?
SIMON
(Con sorna) Porque se marcha usted esta
noche, ¡gatera! (Dándole un golpecito en la cara)
TANIS
¡Demonio!
SIMON
Es decir, se marcha usted si yo lo
consiento, porque pudiera suceder que buscara yo al padre de ella... (Que no sé
quién es) y le dijese: amigo mío, se la van a dar a usted con queso, porque su
hija está decidida...
TANIS
(Asustado) ¡Pero usted no hará eso!
SIMON
Según y conforme, amigo mío, según y
conforme. Depende de usted.
TANIS
¿De mí?
SIMON
Sí, señor. Por razones que no son del
caso, yo también necesito escaparme esta noche.
TANIS
¿Con quién?
SIMON
Con mi equipaje. Usted me va a
proporcionar el medio de salir de aquí sin que nadie me vea.
TANIS
¿Y sin pagar?
SIMON
Precisamente.
TANIS
¡Pero, hombre!...
SIMON
Nada, usted verá lo que le conviene. (Le
tengo cogido)
TANIS
Si yo...
SIMON
¿No va usted a escaparse con esa? Pues
se escapa usted con esa... y conmigo.
TANIS
Es que...
SIMON
Si usted quiere que yo busque al
padre...
TANIS
(Asustado) No. Se marchará usted.
(Después de todo a mí qué me importa)
SIMON
(Muy contento) Gracias, amigo mío,
muchas gracias.
TANIS
No las merece.
SIMON
Ya sé que no las merece, lo digo por
costumbre. De modo que... (Me están bailando las piernas) ¿Dónde nos citamos?
TANIS
Baje usté aquí cuando cante el sereno
las doce y media; yo traeré la llave de esa puerta (Por la de la izquierda) y
por allí salimos.
SIMON
No intente usted jugarme una tostada,
porque vigilo y...
TANIS
Descuide usted, casi me alegro que se
vaya usted sin pagar. ¡Que se fastidie el señor Pedro!
SIMON
¡Ah! ¿es el señor Pedro? pues que se
fastidie el señor Pedro!
TANIS
No quiere que me case con su hija; y si
viera usted lo que pasa un hombre cuando quiere a una mujer...
SIMON
No me hable usted de eso, porque me
acuerdo de mis buenos tiempos. ¡Cuando yo bailaba La Sirena ofendida! ¡Ay, qué
conquistas! ¡qué conquistas!
TANIS
¡Hola! ¿usted también?...
SIMON
¡Ay! ¡muchas, muchas! Bien es verdad que
alguna vez me han sacudido por eso.
TANIS
¿Algún palo?
SIMON
¡Ay! ¡muchos, muchos! En el dedo gordo
de este pie conservo una cicatriz de resultas...
TANIS
¿De un pisotón?
SIMON
No, señor, de un mordisco. Estaba yo con
una mujer hermosísima, subido en una escalera de mano, colocando unos cuadros, cuando
llegó el marido, y ¡zas!... se agarró lo mismo que un cangrejo.
TANIS
¡Qué gracia!
SIMON
Aquello no era un marido.
TANIS
¿Pues qué era?
SIMON
Un saca-bocados.
TANIS
Me parece que salen.
SIMON
Pues, adiós. ¿Quedamos en reunimos aquí cuando
el sereno cante las doce y media?
TANIS
Eso mismo.
SIMON
Cuidado con faltar, porque...
TANIS
Descuide usted.
SIMON
(¡Cuándo serán las doce y media! Taratará, tarata)
(Vase por la escalera tarareando y marcando un paso de baile)
TANIS
Después de todo, a mí qué me importa.
ESCENA XIV
Tanis, que se queda ¿m el foro
arreglando unos sacos. Don Hilarión y el Señor Pedro, que salen hablando por la
puerta de la derecha, y Verónica, que se asoma al corredor por la puerta izquierda
cuando lo indica el diálogo.
PEDRO
Pues, sí, señor; me ha dicho mi hija que
el cantor es el que ha llegado esta tarde.
HILARION
Desearía conocerle.
PEDRO
Estará en la iglesia. Luego se lo
presentaré a usted.
HILARION
Hombre, sí, porque soy aficionadísimo a la
música. Hay pocos organistas que me igualen.
PEDRO
Ahora que recuerdo. ¿Usted sabrá tocar
el piano?
HILARION
Ya lo creo.
PEDRO
Porque en el Ayuntamiento necesitan uno que
toque pá el baile de esta noche.
HILARION
¿Y por qué no lo ha dicho usted antes?
PEDRO
Como vendría usted cansado...
HILARION
Para el arte no hay cansancio. (Qué
ocasión de lucirme) (Llamando) ¡Verónica! (Al señor Pedro) ¿Dónde está el
Ayuntamiento?
PEDRO
El mozo le acompañará.
VERONICA
(Asomándose) ¡Tío!
HILARION
Acuéstate y no me esperes, que tengo que
hacer y vendré tarde.
VERONICA
Está bien, tío, (¡Qué gusto!) (Llorando)
¡Yo quiero morirme! (Se retira)
PEDRO
¡Tanis!
TANIS
Mande usted.
PEDRO
Acompaña a este señor y de paso dile al
señor Alcalde que no deje de echar el agua de esta fuente pá que beba el ganao.
HILARION
(A Tanis) ¿Vamos?
TANIS
Cuando usted quiera.
PEDRO
(A don Hilarión) ¡Ah! cuando vuelva
usted, si está cerrada esa puerta, da usted dos golpes. (Por la puerta de la
izquierda)
HILARION
Hasta luego. (Vase con Tanis por la
izquierda)
PEDRO
Buenas noches. Ahora voy a arreglar las cuentas.
Si todos los días del año fueran como este, pronto traspasaba la posada. (Vase por
la escalera)
ESCENA XV
Serafín que entra empujado por el Coro
General por la puerta de la izquierda.
(Música)
CORO
Que cante, que cante,
ese es el cantor.
SERAFIN
Estoy constipado
y no tengo voz.
CORO
Que cante, que cante.
SERAFIN
Tendré que cantar,
porque si no canto
se van a escamar.
¡Qué situación!
(Sudo betún)
Voy a cantarles la canción
del quirrín quitrín quitrún.
CORO
¡Ay, qué gusto, qué gusto,
que va a cantar!
SERAFIN
Pues, silencio, señores;
voy a empezar.
Rinquitrún
quirrín quitrín quitrún.
CORO
Rinquitrún
quirrín quitrín quitrún.
SERAFIN
Las muchachas de mi pueblo
toman todas el partido
rinquitrún
quirrín quitrín quitrún
toman todas el partido
de pedirle a San Antonio
que les mande un buen ma-trun;
quirrín quitrín quitrún,
que les mande un buen marido,
y no piden el casarse
por afán de estar casadas,
rinquitrún
quirrín quitrín quitrún
por atan de estar casadas,
sino porque todas quieren
estar siempre acompa-trún;
quirrín quitrín quitrún,
estar siempre acompañadas.
Rinquitrún, etc.
CORO
Rinquitrún, etc.
SERAFIN
Se marcharon por los trigos
cogiditos de la mano,
rinquitrún
quirrín quitrín quitrún
cogiditos de la mano,
mi vecina Sacramento
y su primo Caye-trún,
quirrín quitrín quitrún,
y su primo Cayetano;
y un muchacho les gritaba
desde lo alto de una encina
rinquitrún
quirrín quitrín quitrún,
desde lo alto de una encina:
ten cuidado, Sacramento,
no te claves una es-trún
quirrín quitrín quitrún,
no te claves una espina.
Rinquitrún, etc.
CORO
Rinquitrún, etc.
ESCENA XVI
Dichos y el Señor Pedro por la escalera.
(Hablado)
SERAFIN
(¡Estoy sudando tinta!)
PEDRO
Basta de música, que es muy tarde.
(Bajando al proscenio y dirigiéndose a Serafín) Hombre, me alegro verle. ¿Por
qué no ha dicho usted que era el cantor?
SERAFIN
Pues... por eso.
PEDRO
¿Por qué?
SERAFIN
Porque no lo he dicho. Los cantores
somos así.
PEDRO
Tengo que presentarle a usted a uno que quiere
conocerle.
SERAFIN
(¡Demonio!) ¿A mí?
PEDRO
Sí, señor; se va usté a alegrar mucho
cuando sepa quién es.
SERAFIN
¿Quién?
PEDRO
El sacristán de Atanzón.
SERAFIN
(¡Caracoles!)
PEDRO
Es un gran músico. ¿No se alegra usted?
SERAFIN
Mucho, (con recelo) ¿Pero está aquí?
PEDRO
En el baile; luego vendrá y le conocerá usted.
SERAFIN
No, si ya le conozco.
PEDRO
¡Hombre!
SERAFIN
De nombre.
PEDRO
Si se me olvida, recuérdeme usted que le
presente.
SERAFIN
Descuide usted, que a mí no se me
olvidará.
PEDRO
(Al Coro) Ea, cada mochuelo a su olivo,
que es muy tarde.
TODOS
Hasta mañana. (Vanse unos por la izquierda y otros
por la escalera)
PEDRO
(A Serafín) Buenas noches. (Vase por la
derecha)
SERAFIN
Adiós.
ESCENA XVII
Serafín y Verónica asomándose al
corredor por la puerta izquierda.
SERAFIN
Pues sólo me faltaba esa pre... cun
presentación. Ya se acerca la hora, voy a mi cuarto.
VERONICA
(Llamando) Chits, Serafín.
SERAFIN
(Volviendo a colocarse debajo del
corredor) ¡Verónica! ¿Has leído mi carta?
VERONICA
Cuatro veces.
SERAFIN
¿Y estás decidida?
VERONICA
Si no hay otro remedio...
SERAFIN
Ninguno, porque supongo que tu tío no habrá
cam... cun cambiado de ideas.
VERONICA
Sí, cambiar, quiere que mañana duerma en
el convento. Ya lo tiene todo arreglado con el señor capellán; están los dos de
acuerdo y...
SERAFIN
¿Pero tú no querrás?
VERONICA
Qué he de querer; pero entre mi tío y el
señor capellán van a concluir conmigo. Es mucho cuento empeñarse en que sea
esposa del Señor.
SERAFIN
¡Del señor capellán!
VERONICA
Quiero decir de Dios.
SERAFIN
¡Ah! ya; pues ríete de eso, porque
dentro de una hora se... cun seremos libres. Ya sabes mis instrucciones: cuando
oigas que el sereno canta las doce y media, sales al ca... cun callejón por la
puertecilla que está junto a tu cuarto; yo salgo por ésta, y en la esquina del
co... cun corral nos reunimos, allí tengo preparada una caballería...
VERONICA
Y salimos andando.
SERAFIN
Entonces nos sobra la caballería.
VERONICA
¡Dichoso convento! Dice mi tío que antes
de un año seré madre abadesa.
SERAFIN
A mí también quisieron hacerme padre de almas,
y ya ves, con... cun conque no te apures, que si la fuga nos sale sin tropiezo
me parece que serás tú madre cuando yo sea padre.
VERONICA
No te he dicho que...
SERAFIN
Creo que viene gente. Adiós, valor y no
faltes, rica.
VERONICA
Descuida, rico. Adiós. (Se entra y
cierra. Serafín vase por la escalera)
ESCENA XVIII
El Señor Pedro, llevando un candil
encendido, sale por la puerta se dirige a la de la izquierda; por ésta sale.
PEDRO
Vamos a cerrar la puerta, que ya es
hora.
TANIS
(Saliendo) Ha dicho el señor alcalde,
que ahora mismo echarán el agua.
PEDRO
Pues saca ese costal que he metido en el
pilón, no se vaya a mojar. (Cierra con llave la puerta de la izquierda y apaga
el farol del foro)
TANIS
(Ya falta poco para la hora. ¡Ay, Pepa,
Pepa!) (Saca un costal del abrevadero y lo deja junto al carro)
PEDRO
Ya está listo.
TANIS
Entonces... (A ver si se acuesta)
PEDRO
Oye, ¿tú pensarás que ahora nos vamos a la
cama?
TANIS
Naturalmente.
PEDRO
Pues, no, señor.
TANIS
(Asustado) ¿Eh?
PEDRO
Ahora nos vamos al granero a medir el
trigo y ya tenemos tarea lo menos hasta las tres.
TANIS
(¡Demonio!) ¿No sería mejor?...
PEDRO
Coge ese costal y anda delante, gandul.
TANIS
(¡Me partió!) Pero... (Cargándose un
costal)
PEDRO
Vamos.
TANIS
(¿Cómo aviso a la Pepa?) (Vanse por la
derecha. Queda la escena a obscuras)
ESCENA XIX
Simón que baja a tientas ]a escalera y
con una maleta en la mano, luego Verónica asomándose al corredor por la puerta
de la izquierda.
SIMON
Qué miedo tengo y qué oscurísimo está. Cuándo
cantará el sereno y me veré a dos leguas de ese hombre. (Rueda los últimos
escalones) ¡Caray! Si con el ruido se despierta el posadero y me encuentra en
esta disposición... Decididamente aquí estoy expuesto, pero más lo estoy en mi
cuarto. (Pausa) Y ese maldito sereno que no canta ¿Se habrá dormido? ¡Ah, qué
idea tan luminosísima! ¿Y por qué no he de hacer yo sus veces? Ahuecando un
poco la voz... Sí... vamos allá. (Se dirige a la puerta de la izquierda) ¿Qué
es esto? (Tropezando con el abrevadero) ¡Ah! El pilón, y está seco. Aquí está
la puerta. Ya voy acostumbrándome a la obscuridad. Valor. (Se acerca a la
puerta y canta fingiendo la voz) ¡Las doce y media y sereno!... Me parece que
ha salido perfectísimamente. Ahora esperemos al mozo.
VERONICA
(Asomándose) ¿Eres tú? (En voz baja)
SIMON
(Asustado) ¿Eh?
VERONICA
Junto al corral espero. Llévame ese lío. (Tira
un lío de ropa que cae sobre la cabeza de Simón, después se retira y cierra)
SIMON
¡Caracoles, un lío! Es decir, dos líos.
(Coge el lío) Parece ropa... Oigo pasos, debe de ser el mozo. Me retiraré hasta
cerciorarme. (Se retira detrás del carro)
ESCENA XX
Simón y Serafín que sale a tientas por
la escalera y con un lío de ropa debajo del brazo.
SERAFIN
(No veo gota. Allí cae la puerta) (Se
dirige a la izquierda)
SIMON
(Va a abrir, él es) (Sigue a Serafín en
puntillas y muy próximo a él)
SERAFIN
(Llegando a la puerta) (¡Demonio, está
cerrada!) Me he divertido.
SIMON
(Al oído) Abra usted pronto.
SERAFIN
(Asustado) ¡Ay!
SIMON
(Id) ¡Ay! (Quedan los dos uno frente al
otro arrimados a la puerta)
SERAFIN
(¡Un ladrón!)
SIMON
(¡El policía!)
SERAFIN
(Temblando) Yo... yo... le ruego a
usted...
SIMON
(Id) Sí... ya... lo sé... pero yo soy un
padre de familia, y aunque la... policía es inexorable...
SERAFIN
Es que... no tengo dinero...
SIMON
Terminemos.
SERAFIN
Pero si... no tengo nada.
SIMON
Eso corre de mi cuenta.
SERAFIN
No... no me registre usted. (Le daré la ropa)
Tome usted este lío. (Dándoselo)
SIMON
¿Eh? (¿Otro? ¡Tres líos!)
SERAFIN
Y ahora... (Suenan dos golpes muy
fuertes en la puerta.
SERAFIN y SIMON
(Asustados) ¡Ay!
HILARION
(Dentro) ¡Posadero!
SERAFIN
¡El Sacristán! (Se dirige corriendo a la
derecha, se supone que ve gente y vuelve) ¡Gente! (Vacilando dónde esconderse)
SIMON
¿Qué es esto? (Asustado, y con la maleta
y los dos líos)
SERAFIN
No diga usted que estoy aquí. (Abre la
puerta del foro, se entra y cierra)
SIMON
Yo voy a mi cuarto. (Se dirige a la
derecha)
HILARION
(Dentro)¡Posadero!
PEDRO
(Dentro por la derecha) ¡Voy! (Al oír
esta voz, Simón vuelve corriendo al centro, dudando dónde esconderse)
SIMON
¡El posadero! Aquí me escondo. (Se mete
en el pilón de la fuente)
ESCENA XXI
Simón escondido, el Señor Pedro que sale
con un candil por la puerta de la derecha y se dirige a abrir la de la
izquierda por la que entra Don Hilarión. Luego Tanis.
PEDRO
(A don Hilarión) Buenas noches, ¿Se ha
divertido usted?
HILARION
Así, así. Hasta mañana.
PEDRO
Su cuarto es el número ocho ¿Le alumbro?
(Cruza la escena alumbrando a don Hilarión)
HILARION
Gracias, llevo cerillas. (Vase por la
escalera)
PEDRO
(Llamando) ¡Tanis!
TANIS
(Por la derecha) Mande usted.
PEDRO
Sube ese costal.
SIMON
(Cuándo se irán)
TANIS
(Cargándose el costal) (¡Estoy frito!
¿Qué hará la Pepa?)
PEDRO
Ya te he dicho que andes con ojo, no se vaya
a escapar el bailarín.
TANIS
Descuide usted, que me parece que no se escapa.
SIMON
(¡Lo mismo creo!)
PEDRO
Anda, que voy a cerrar, (se dirige a la
puerta de la izquierda y antes de llegar se detiene a las voces de don Hilarión)
HILARION
(Dentro) ¡Infames! ¡Bribones! ¡Posadero,
Mozo!
TANIS y PEDRO
(Sorprendidos) ¡Eh!
SIMON
(¿Qué va a pasar aquí? ¡Creo en Dios
Padre!...)
ESCENA XXII
Dichos, Don Hilarión por la escalera con
una carta en la mano. Por el corredor y por la izquierda va saliendo el Coro
General llevando algunos candiles encendidos.
HILARION
(Gritando) ¡Vecinos! ¡ Posadero! ¡Se han
escapado!
UNOS
¿Qué sucede?
OTROS
¿Qué pasa?
SIMON
(¡Ay, qué paliza me van a dar!)
HILARION
¡Miserables, canallas!
PEDRO
¿Pero qué le ocurre?
HILARION
¡Una friolera! Que mi sobrina, a la que
iba a dejar en un convento, me dice en esta carta que se ha escapado con su
novio.
TODOS
(Riendo) ¡Já! ¡já! ¡já!
HILARION
Señores, que no es cosa de risa. (Al
señor Pedro) Deme usted un caballo inmediatamente.
PEDRO
(Riendo) ¡Já! ¡já! ¡já!
HILARION
(Incomodado) No se ría usted.
PEDRO
Si me hace mucha gracia, ¡já! ¡já!
TANIS
(¿Dónde estará la Pepa?) (se sube por la
escalera)
SIMON
(¡Maldito sereno! Estoy sudando) (En
este momento sale el agua por el caño de la fuente y cae sobre Simón) ¡Ay! (Al
grito; todos se dirigen a la fuente)
PEDRO
¡El flauta! ¿Qué hace usted ahí?
SIMON
Lavando la ropa. (Le sacan del pilón,
todo mojado)
PEDRO
¡Con la maleta! ¿Se quería usted escapar? ¡Granuja!
(Le sujeta por el cuello)
SIMON
Yo le explicaré... (¡Maldito sereno!)
HILARION
(Al señor Pedro) Atiéndame usted.
PEDRO
¡Déjeme usted en paz!
TANIS
(Desde el corredor) Señor Pedro, se ha
escapado el del número cuatro.
HILARION
¡Ese es el de mi sobrina! Lo dice la carta.
PEDRO
¿El cantor?
HILARION
¡Qué cantor ni que ocho cuartos! El
chico del veterinario.
SIMON
(¡No era de policía!) (intenta escaparse
y le sujeta el señor Pedro)
TANIS
(Desde el corredor) ¡Señor Pedro! Se ha
escapado también el bailarín.
SIMON
(¡Ay, ojalá!)
PEDRO
Le tengo yo aquí. (Baja Tanis a la
escena)
HILARION
Yo necesito encontrarles...
SIMON
(Aparte a don Hilarión) Caballero, si
usted me salva, yo le digo dónde está él.
HILARION
(Aparte a Simón ) ¿Sí? Cuente usted
conmigo.
SIMON
(Me va a pagar los sustos) El del número
cuatro, se ha escondido detrás de aquella puerta. (Señalando a la del foro)
HILARION
¿Está allí? ¡Ah, canalla, le voy a hacer
pedazos! ¡Salga usted, miserable! (Abre la puerta del foro y aparece el borrico
que encerraron en la escena décima)
TODOS
(Riendo) ¡Já! já!
HILARION
(Sorprendido) ¡No es él!
SIMON
(Pero se parece)
HILARION
Salga usted... (Entra por el foro y
vuelve a salir) Nadie.
TANIS
Habrá saltado por la ventana que da al campo.
HILARION
Pues hay que encontrarle.
PEDRO
(Riendo) ¡Já! ¡já! ¡já!
HILARION
¡Que no se ría usted!
PEDRO
Si me hace mucha gracia.
ESCENA ULTIMA
Verónica por la puerta grande de la
izquierda, después un Paleto, también por la izquierda.
VERONICA
(Estoy muerta) Perdón, tío.
HILARION
¡Infame! ¿Y tu cómplice?
VERONICA
No le he visto.
HILARION
Mentira.
VERONICA
No es mentira; pensábamos escaparnos,
pero él ha faltado a la cita.
PALETO
Señor Pedro, en el macho del señor
Alcalde va el cantor con una mujer, echando chispas por la carretera.
HILARION
¡Con una mujer?
TANIS
(Con rabia) ¡Con mi Pepa!
PEDRO
(Asombrado) ¡Con mi hija!
HILARION
(Riendo) ¡Já! ¡já! ¡já!
PEDRO
(Incomodado) No se ría usted.
HILARION
(Con sorna) Si me hace mucha gracia.
PEDRO
Voy a matarles. (Monta en el borrico y
vase por la izquierda)
TODOS
¡Já! ¡já! ¡já!
VERONICA
(Sollozando) ¡Yo... quiero... morirme!
TANIS
¡Y yo también!
SIMON
(¡Qué nochecita, maldito sereno!)
EL SERENO
(Dentro, cantando) ¡Las doce y media y
sereno!
SIMON
(A buena hora, mangas verdes)
TANIS
¿Y qué hacemos ahora?
SIMON
Yo, pagar si pudiera.
HILARION
(A Simón) Eso corre de mi cuenta.
SIMON
Gracias, gracias.
(Música)
SIMON
Ya está todo terminado,
ya no debo temer nada;
rinquitrún,
quirrín, quitrín, quitrún,
ya no debo temer nada.
Sólo falta, caballeros,
que me den una pal-trún,
quirrín, quitrín, quitrún,
que me den una palmada
Rinquitrún, etc.
CORO
Rinquitrún, etc.
TELON
LETRAS PARA EL CUARTO CANTABLE
Me han contado que una chica
muy honrada y muy decente,
se ha escapado de su casa
con su novio, que es te-niente;
y ella dice que al marcharse,
se ha marchado sin malicia,
porque no es ningún delito
que le guste la mi-licia.
Cuando estuve en los Madriles
me engañaron dos ladrones,
les cambié trescientos reales
y me dieron perdi-gones;
y es lo triste del asunto
que he perdido mi dinero,
y al contárselo a los guardias
me llamaron maja-dero.
La Ramona, mi vecina,
se ha casado con un chico,
que además de ser muy corto,
es el pobre muy bo-rrico;
y está el hombre disgustado
porque dice que Ramona,
aunque tiene buena pasta,
le ha salido dormi-lona.
Don Quiterio se ha enfadado
con su chica Baldomera,
porque hablaba con el novio
asomada a la ga-tera;
y se enfada con motivo,
porque dice Don Quiterio,
que el hablar por la gatera
le resulta gatu-perio.
Yo no sé qué le ha pasado
a la chica de Mateo,
que antes era gordinflona,
y ahora está como un fi-deo.
Es la causa, según dicen,
que hace poco más de un año,
era novia de Perico
y ha tenido un desen-gaño.
Cuando ya iba a desposarse
Sinforoso con la Juana,
han roto las relaciones
de la noche a la ma-ñana.
El no piensa ya en la boda
y no habrá quién le convenza,
porque dice que la Juana
ha perdido la ver-güenza.
Información
obtenida en:
https://archive.org/details/lasdoceymediayse3297chap
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