Alberto Aguilá
Alberto Aguilá Masip. Nació en Barcelona el 14 de Abril de 1924 y falleció en Caracas (Venezuela) el 07 de Julio de 1966 (42 años).
BIOGRAFIA. Barítono. Nació en Barcelona, el 14 de abril de 1924. Su vida artística puede considerarse breve y, a la vez, intensa. Comenzó a cantar cuando todavía era un niño en la Compañía Infantil de Mariano Madrid. Se le tuvo entonces como una gran promesa y el tiempo se encargó de confirmarlo. Poseía todo lo necesario para triunfar: una voz hermosa y flexible, elegante fraseo y excelente sistema respiratorio. Como actor, siempre convencía por su figura simpática y su saber estar en escena.
Aunque actuó con mucho éxito, tanto en Madrid como Barcelona y otras capitales, pronto sintió la llamada de la América hispana, donde tanto arraigo tiene nuestra zarzuela. En poco tiempo se convirtió en uno de los cantantes predilectos de aquellos públicos, al lado de María Francisca Caballer y Tomás Alvarez, grandes figuras del género. Enamorado de la zarzuela, a ella se dedicó con un entusiasmo apasionado hasta ser considerado como uno de sus mejores intérpretes.
Nada menos que siete giras llegó a realizar a Hispanoamérica con distintas formaciones, y su nombre siempre en la cabeza del cartel. Durante estas brillantes temporadas, que fueron de 1950 a 1963, actuó en Venezuela, Puerto Rico, Colombia, Costa Rica, Argentina, Perú, Uruguay, Santo Domingo y Cuba, donde permaneció tres meses en el Teatro Martí de La Habana. Sus triunfos fueron constantes. En Caracas cantó con la tiple María Francisca Caballer y el bajo Carlos Morris una Marina durante mucho tiempo recordada. Lo mismo sucedió con la ópera de Manuel Penella El Gato Montés, en el Teatro Avenida de Bueno Aires. La mejor prueba del mucho prestigio alcanzado por aquellas tierras es que nada más terminar un viaje era contratado para el siguiente. Pero cada vez que volvía a España su gran actividad no le permitía descansar. En uno de esos intermedios hizo una gira por Marruecos, Argelia y las más importantes ciudades del Norte de Africa. En otras ocasiones cantó en Madrid y Barcelona, ciudades por las que sentía especial predilección, aunque en ellas no se prodigara demasiado.
En 1965 prestó su voz al actor Chistopher Plummer, en su papel de “Capitán Von Trapp”, para la versión española de la película "Sonrisas y lágrimas".
En junio de 1966 dispuso su octavo viaje a Hispanoamérica para iniciar la temporada en el Teatro Nacional de Caracas. A los pocos días de la llegada hizo su presentación con Luisa Fernanda. Fue el domingo 19 de junio. Bien ajeno estaba al pisar la escena de que aquella habría de ser su última representación. Esta obra se contaba entre sus preferidas, y con ella había obtenido resonantes éxitos. Las molestias que venía sintiendo en los días anteriores se convirtieron en agudos dolores a poco de iniciada la función. Con un poderoso esfuerzo de voluntad cantó su parte magníficamente, teniendo que repetir la romanza “Luche la fe por el triunfo” y “Los vareadores” entre clamorosos aplausos. Fueron los últimos que escuchó. Al finalizar la obra no pudo permanecer más tiempo en pie y cayó en brazos de sus compañeros.
Internado en la clínica del doctor Ocaña le fue diagnosticada una peritonitis aguda. A lo largo de una semana sufrió tres operaciones quirúrgicas practicadas por los doctores Ocaña, Vaquero y Coronil, quienes manifestaron que el estado postoperatorio del paciente era sumamente grave. El sombrío pronóstico se mantuvo aún durante unos días hasta que, en la noche del 7 de julio de 1966, falleció. Contaba cuarenta y dos años de edad y todavía se podía esperar mucho de su arte.
Los restos mortales del gran barítono fueron trasladados a Barcelona y hoy reposan en el cementerio de Les Corts.
DISCOGRAFIA.
Aunque actuó con mucho éxito, tanto en Madrid como Barcelona y otras capitales, pronto sintió la llamada de la América hispana, donde tanto arraigo tiene nuestra zarzuela. En poco tiempo se convirtió en uno de los cantantes predilectos de aquellos públicos, al lado de María Francisca Caballer y Tomás Alvarez, grandes figuras del género. Enamorado de la zarzuela, a ella se dedicó con un entusiasmo apasionado hasta ser considerado como uno de sus mejores intérpretes.
Nada menos que siete giras llegó a realizar a Hispanoamérica con distintas formaciones, y su nombre siempre en la cabeza del cartel. Durante estas brillantes temporadas, que fueron de 1950 a 1963, actuó en Venezuela, Puerto Rico, Colombia, Costa Rica, Argentina, Perú, Uruguay, Santo Domingo y Cuba, donde permaneció tres meses en el Teatro Martí de La Habana. Sus triunfos fueron constantes. En Caracas cantó con la tiple María Francisca Caballer y el bajo Carlos Morris una Marina durante mucho tiempo recordada. Lo mismo sucedió con la ópera de Manuel Penella El Gato Montés, en el Teatro Avenida de Bueno Aires. La mejor prueba del mucho prestigio alcanzado por aquellas tierras es que nada más terminar un viaje era contratado para el siguiente. Pero cada vez que volvía a España su gran actividad no le permitía descansar. En uno de esos intermedios hizo una gira por Marruecos, Argelia y las más importantes ciudades del Norte de Africa. En otras ocasiones cantó en Madrid y Barcelona, ciudades por las que sentía especial predilección, aunque en ellas no se prodigara demasiado.
En 1965 prestó su voz al actor Chistopher Plummer, en su papel de “Capitán Von Trapp”, para la versión española de la película "Sonrisas y lágrimas".
En junio de 1966 dispuso su octavo viaje a Hispanoamérica para iniciar la temporada en el Teatro Nacional de Caracas. A los pocos días de la llegada hizo su presentación con Luisa Fernanda. Fue el domingo 19 de junio. Bien ajeno estaba al pisar la escena de que aquella habría de ser su última representación. Esta obra se contaba entre sus preferidas, y con ella había obtenido resonantes éxitos. Las molestias que venía sintiendo en los días anteriores se convirtieron en agudos dolores a poco de iniciada la función. Con un poderoso esfuerzo de voluntad cantó su parte magníficamente, teniendo que repetir la romanza “Luche la fe por el triunfo” y “Los vareadores” entre clamorosos aplausos. Fueron los últimos que escuchó. Al finalizar la obra no pudo permanecer más tiempo en pie y cayó en brazos de sus compañeros.
Internado en la clínica del doctor Ocaña le fue diagnosticada una peritonitis aguda. A lo largo de una semana sufrió tres operaciones quirúrgicas practicadas por los doctores Ocaña, Vaquero y Coronil, quienes manifestaron que el estado postoperatorio del paciente era sumamente grave. El sombrío pronóstico se mantuvo aún durante unos días hasta que, en la noche del 7 de julio de 1966, falleció. Contaba cuarenta y dos años de edad y todavía se podía esperar mucho de su arte.
Los restos mortales del gran barítono fueron trasladados a Barcelona y hoy reposan en el cementerio de Les Corts.
DISCOGRAFIA.
- La verbena de la Paloma (1953)
- La leyenda del beso (1958)
- Alberto Aguilá - Canta Romanzas de Zarzuela (1958)
Información obtenida en https://lazarzuela.webcindario.com/BIO/aguila.htm.
Gran barítono y gran persona. Una de las mejores voces de su época.
ResponderEliminarMagnífico cantante, que por desgracia nos dejó a una edad muy temprana cuando aún le quedaba mucho por hacer.
EliminarGracias por el comentario.